Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 20 de junio de 2017

CAPÍTULO 85

                               


                               BIENVENIDAS

Rebecca entra por la puerta con mirada de disgusto en su rostro.
- Gracias por volver a casa temprano.-  Marlene se acerca a ella en la oficina, Rebecca deja sus cosas.
- Te veo enojada.-  Le dice con preocupación.
- Tanja, parece que va a hacer colecciones permanentes y darles un nombre añadido. - Se deja caer en la silla frente al escritorio.
- No me sorprende, Tanja había mencionado algo de eso el otro día, pero yo sólo pensé que sería para desahogarse, porque no le gusta algo de lo que Elisabeth esté haciendo.-  Marlene comenta.
- ¿Recuerdas fantasía húmeda?-  Pregunta Rebecca.
- ¡Cómo podría olvidarlo! Fue lo que me sacó de mi cascarón y me hizo darme cuenta de que mi cuerpo era hermoso y no debería estar avergonzada, el desfile de los trajes de baño me ayudó mucho.-  Abraza a Rebecca. - ¿Por qué lo preguntas?-  Se separa de ella y coge su mano.
- Tanja ha decidido renovar fantasía húmeda y hacerlo para todas las edades.-  Marlene se ríe con sorna.
- Esa es una línea de traje de baño con temas para adultos. ¿No es un poco subida de tono?-  Pregunta con interés.
- ¡No es eso solo!  Es más,  ella quiere que yo empuje a Sophia a hacerlo.-  Rebecca suspira profundamente.
- Fantasía húmeda, eres tú  quien diseñó esa línea, recuerdo que fue la colección que te lanzó.-  Marlene expresa con asombro.
- No creo que Sophia esté dispuesta a renovar una línea de trajes de baño,  no es su estilo.- Ella se queja para continuar.
- No sé lo que Tanja estará tramando, debería utilizar a Emily, ella es buena en ropa de playa.- Rebecca comenta.
- ¿No tiene Sophia su trabajo orientado a la colección de vestidos de tarde?-  Marlene cuestiona.
- Es lo que está haciendo, pero sabe que las cosas podrían cambiar, discutimos eso mismo con anterioridad.-  Rebecca murmura. Su mente se pregunta de nuevo cual es el motivo de Tanja. - ¡Basta de hablar de trabajo! Ruth se ha ido de compras al mercado, y yo tengo algunas cosas que hacer arriba.-  Le toca los labios a Rebecca con su dedo índice.
- ¿Qué quieres que haga?-  Pregunta sin saber las necesidades de Marlene.
- Pon en orden tu oficina por favor.- Rebecca mira los numerosos botones, alfileres y papeles sin archivar que había dejado antes de su viaje a Amsterdam.
- ¡Si señora!-  Marlene la deja para realizar la tarea, no sin antes darle un amoroso beso y exteriorizarle una hermosa sonrisa. Rebecca hojea los papeles que tiene sobre su escritorio. Piensa que debía llamar a Aaron.
- ¡Hey! ¿Estás en la oficina aún?-  Mira su reloj de pulsera.
- Estoy terminando el informe de gastos para junio.  ¿Le diste el de mayo a Elisabeth?-  Le pregunta.
- Lo hice, pero esa no es la razón por la que estoy llamando, necesito que mires en el sótano. Hay un conjunto de archivadores que contienen borradores y copias de los dibujos de colecciones pasadas.-  Ella le pide.
- Está bien ¿ Que es lo que debo buscar?-  Le pregunta rascándose la cabeza y dejando sus papeles a un lado.
- Hice una línea de trajes de baño hace unos años llamado fantasía húmeda, que debe estar en uno de esos armarios, necesito  que encuentres esa carpeta y lo dejas en tu oficina, yo lo recogeré lunes.-  Ella le instruye.
- ¡Bien! Así lo haré. ¡Hasta mañana!-  Suena un mensaje en el móvil de Rebecca.
- ¡Ven arriba!-  Deja el papeleo y se sube lentamente por las escaleras. Rebecca primero entra en el cuarto de niños mirando a su alrededor.
- ¡Marlene!- Ella juguetonamente llama pero no hay respuesta.
- ¡Marlene!- Llama otra vez el silencio es demasiado, se arrastra hasta el dormitorio.
– ¡Hmmm!- Se cruza de brazos apoyada en el marco de la puerta, Marlene yace desnuda encima de la cama.
- ¡Acércate!-  Señala Marlene, Rebecca mira a su alrededor tocando con su mano en el pecho.
- ¿Quién yo?- Vuelve la cabeza mirando al final del pasillo.
- Cierre la puerta y bloquéela, por favor.- Le dice mirando con el azul de sus ojos.
- ¿Es una orden? Tenemos una cena que preparar.-  Le dice con su tono arrogante y cierra la puerta sin hacer ruido y la bloquea.
- ¡Ven aquí!- Le ordena Marlene de forma aguda y exigente, Rebecca pone sus manos detrás de su espalda y se apoya en la puerta. Su respiración es poco profunda con el corazón palpitante de ansiedad sexual.
- No estoy de humor hoy.-  Dice en tono de broma, Marlene se levanta de la cama y lentamente se acerca a ella.
- ¡Bésame!- Le ruega, sus labios tiemblan en necesidad, Rebecca estira el cuello y la cabeza hacia delante saboreando su boca.  
- ¡Hagamos el amor!-  Declara Marlene mientras sus manos acarician los lados de la cara de Rebecca, se besan violentamente y gimen en voz alta. Marlene empieza a abrir la camisa de Rebecca y luego el sujetador.
- ¡Vamos a la cama!- Ella toma su mano Rebecca la sigue sosteniendo su mano mientras se tira sobre la cama. Marlene arquea su cuerpo a la espera. Rebecca se acerca a ella medio desnuda y la mira desabrocha lentamente sus pantalones vaqueros. - ¡Rebecca!- 
Marlene suplica abriendo los ojos y levantando una mano que la coge permitiendo que ella la acerque a su lado.  Rebecca se quita el resto de su ropa y acaricia la curva de su cintura, las lenguas se funden, con los dedos juegan placenteras bailando por sus cuerpos. - ¡Rebecca!- Marlene  balbucea al sentir sus labios dejando pequeños pero suaves besos encima del pecho,  la acaricia  haciendo que los endurece y acompañaba con una suave mordida. Marlene gime perdido el control por el toque de Rebecca. - ¡No pares!- Rebecca se abre paso entre las piernas de Marlene con sus manos. Después la besa con pasión enlazando sus lenguas. Marlene se estremece, su cuerpo se agita, agarra la ropa de cama clavando sus dedos  mientras libera un orgasmo. Abraza a Rebecca, una gota de sudor se ha formado en su frente que le permite sentir el frescor de la misma corriendo por su cara, se da la vuelta jadeando por la intensidad. Marlene sin perder tiempo rueda encima de Rebecca, sus miradas son penetrantes, besa su cuello, gimiendo y retorciéndose como si fuera un vampiro preparándose para seducir a su presa. - ¡Marlene!- Rebecca empieza a exclamar su nombre. Marlene la inmoviliza, su boca presiona contra sus labios saboreando la dulzura de su amada. Rebecca hace una mueca y se estremece al llegar al clímax. Se quedan inmóviles durante un rato sin hablar.    
- ¡Me vuelves loca!- Rebecca susurra en voz baja. Marlene sonríe.  
– Esto es el llamado buen sexo entre dos mujeres enamoradas.-  Le dice dulcemente y se levanta de la cama.
- Voy a ducharme y vestirme, esperemos que Ruth esté de vuelta pronto y que podamos terminar la cena.- Besa la mejilla de Rebecca que se queja mientras rueda sobre la cama, acostada boca abajo oye las gotas de agua golpeando la pared de la ducha, sonríe ligeramente y pasa de la cama para unirse a Marlene en el baño.

- ¡Hmmm!- Rebecca musita.- ¿Qué huele tan bien?-  Marlene y Ruth están ocupadas preparando ensaladas de la cena.
- ¡Cordero!- Le responde.
- ¿Necesitáis que haga algo?-  Ella pregunta agarrando una zanahoria de la encimera. Marlene le golpea la mano.
- Dana acaba de llamar. Ella y Hagen estarán aquí pronto, estaban de visita con mi padre. ¿Puedes llamar y que venga Justus?-  Ella le explica mientras empieza a preparar las ensaladas.
- ¡Claro!-  Rebecca se dirige a su despacho y llama a Justus. Suena el timbre de la puerta, ella acude a abrirla.         
- ¡Dana, Hagen!-  Se abrazan en la puerta.
- ¡Rebecca!- Sonríe alegremente levantándola y girando a su alrededor.
- ¡Hagen! ¡Qué alegría verte! Por favor entrar.-  Ella y Dana se abrazan, con gran afecto.
- ¡Dana! Marlene está en la cocina.-  Le señala más allá del vestíbulo.
- ¡Gracias!- Le responde.
- Bueno dejémoslas solas allí, te mostraré la casa.-  Le dice ella y lo acompaña por toda la vivienda. Se detuvieron en la habitación infantil.
- ¡Wow! Esto es agradable.- Dice tocando el colgante móvil sobre la cuna.
- Eres una mujer afortunada.- Él baja la mirada hacia la cuna.
- ¿Cómo está Max?-  Ella pregunta.
- Está en un buen momento,  Dana y yo lo compartimos, pero a veces no es suficiente. Entiendo que Jessica, es su madre y que es donde tiene que vivir. También tengo que admitir que Ricardo ha sido grande en todo esto con un niño que no es suyo.-  Rebecca puede sentir la ansiedad en su voz.
- Hay opciones, la adopción, las madres de alquiler. - Ella responde en serio.
– Lo sé, incluso hemos hablado de ello con detalle, pero no es lo mismo.-  Él responde con una mirada triste y la desesperación en su tono.              
- Marlene tiene en mente que debemos tener varios hijos.- Sonríe humilde, Hagen la agarra del brazo.
- Ella tiene un gran sentido de la familia.-  Le recuerda con una mirada rápida.
- Lo sé, pero es su ilusión, aprovecharemos el tiempo entre nuestras carreras.- Vaciló con un suspiro.
- Rebecca no te olvides a dónde te llevó tu carrera con ella la última vez. Es obvio que os amáis y que vuestro destino era estar juntas. Casarse es un gran paso y un compromiso fuerte, pero que también tiene sus incertidumbres. Es posible que no os deis cuenta ahora, pero tener este niño va a cambiar toda vuestra vida. Te lo prometo.- La abraza de nuevo.
- Cuando hicimos la ecografía y vi la vida que crece dentro de ella me sentí abrumada y feliz, no podía imaginar no tener este hijo con ella, para mí estaba muy claro, pero después de un tiempo los temores e incertidumbres aparecen de nuevo y sus nervios se ponen en pié de nuevo.-  Le cuenta en voz baja. Hagen le da unas palmaditas en la espalda.  
- Tranquila, todo estará bien, todo va a estar bien al final y entonces se acabará la presión y los nervios.-  Con una sonrisa alivia su mente preocupada.
- ¿Un niño eh?-  Ella sonríe.
- ¡Si! Un niño, yo quería una niña, pero me lo quedo. Mateo será su nombre, Mateo Ludwig después de su abuelo y nuestro padre.-  Ella responde alegremente.
- ¡Bueno! Tal vez la próxima sea una niña.-  Añade mientras caminan por las escaleras. Rebecca empuja su brazo con una risita.
– ¡Hagen!-  Marlene lo abraza con efusión.              
- ¡Marlene!- Sonríe mirando hacia abajo la protuberancia en su vientre, Dana pasa  su mano a través de ella y sonríe también a su hermana.
- Voy a ser y tía.-  Exclama
– Y yo tío.- Añade Hagen. Se sentaron en la gran sala para disfrutar de una bebida y poder conversar.
- Si me disculpáis, tengo que comprobar mi cena.-  Se pone de pie y sale de la habitación.
- ¡Rebecca!- Dana llama su atención.
- Nunca he visto a Marlene tan feliz.- Ella se siente feliz ante las palabras de Dana
- ¡Gracias! Tenemos mucha suerte, la suerte de que me diera esta segunda oportunidad, ella es el amor de mi vida.- Se manifiesta contenta.
- Y la madre de vuestro hijo.- Hagen apostilla al tiempo que se sirve otro whisky.
- Tu casa es hermosa, recuerdo cuando Marlene empezó a dibujar un plano de una casa, yo quería jugar con caballos y ella quería equilibrio.- Se ríen recordando su infancia.
- Pensé largo y tendido sobre la vida en el castillo y al mismo tiempo los límites y los valores, fueron los primeros en mi lista, me di cuenta de que tener una casa propia era lo mejor, esta idea me acercaba más a Marlene, ella se mostró muy excitada, inmediatamente supo lo que quería.  Había guardado un plano que había elaborado de muy joven, lo llevó a un arquitecto que lo proyectase y Thomas la construyó para nosotros.-  Comenta con orgullo. Hagen miró.
- ¿Y ahora ella cocina?- Él bebe el resto de su whisky.               
- ¡Condesa!-  Justus entra en la habitación. - Los invitados están comenzando a llegar, Emily y Tristan entran para saludar a Hagen y Dana, seguidos por Elisabeth y todos los demás, llegan desde el castillo conversando entre sí. Marlene volvió a entrar en la sala consiguiendo la atención todo el mundo.
- Esta es una noche muy importante para varias personas. Lo primero, muchas felicidades a Emily y Tristán os deseamos años de felicidad.-   Todo el mundo brinda sus bebidas a ellos. Marlene comienza de nuevo.
- ¡Por LCL! Tanja, Elisabeth y Rebecca, días de moda fue un éxito y creo que la familia Lahnstein puede aspirar a grandes cosas, que no podría haber hecho sin ti Sebastián.-  Todos estuvieron de acuerdo. - Rebecca y yo vamos a tener nuestro primer hijo y formaremos nuestra familia aquí, junto al resto de nuestro parentesco.- La sonrisa la irradiaba como una luz.
- He preparado la comida para nosotros esta noche, está a punto de ser servida, tendremos  ensalada, costillas de cordero, puré de patatas y espárragos. Espero que todos lo disfrutéis.- Se sientan a la mesa del comedor y disfrutan de la comida junto con la bebida.
- ¡Rebecca!- Tristán tira de ella hacia un lado.
- ¿Está todo bien?-  Ella le pregunta con una mirada cuidadosa.
- Estoy orgulloso de ti.- Él le formula con suavidad.
- ¿De mí, por qué?- Se sintió halagada.
- ¡Marlene! Ella te ama, nunca la he visto tan feliz como cuando está contigo. También la amas y aprecio lo que tienes, el bebé.- Duda un instante. - Este bebé que vais a tener es un milagro, algo muy especial que os une. Sólo espero que Emily y yo podamos encontrar esa vida.- Rebecca escucha pensativa pero feliz.
- ¡Gracias Tristán! Emily te ama y sé que ella quiere darte una familia.-  Le dice con una sonrisa.  - Estamos de acuerdo en que nuestras carreras son lo primero, pero no puedo dejar de pensar que un niño podría aparecer en nuestro futuro cercano.- Le cuenta con calma.
- ¡Otra cosa!-  Le dice sonriendo.  - Ella es una buena cocinera.- Él le da un codazo corto.
- Ella es… ella no hace otra cosa que sorprenderme. – Rebecca comenta observando que Helena y Clark se acercan a ellos.
–Tristán ¿Hacemos algo de humo?-  Clark le sugiere.  
- La cena ha sido excelente.- Continua hablando con Tristán, que saca dos cigarros del bolsillo de la chaqueta y se trasladan al patio.
- Clark y Tristan parecen llevarse bien.-  Comenta Rebecca. Helena sonríe.
- Sí, parece que sintonizan. Os vió a ti y a Marlene en el estudio la noche pasada en una posición incómoda.-  Ella se echa a reír sacudiendo la cabeza. Rebecca nota que se le eriza el cabello en la nuca.            
- ¿Qué?- Se siente avergonzada.
- ¿Por qué te sonrojas? ¡Mi hermana pequeña! No se dio cuenta que sois pareja y que no estaba seguro de cómo decírmelo. - Le pone la mano en la cara y la acaricia suave. - ¡Lo siento! Debí ser más cuidadosa, pero pensé que se lo había dicho.-  Rebecca se siente algo molesta por la falta de atención de su hermana.
- Discúlpame Rebecca, por la confusión, pensé que entraríais juntas.-  Ella no está muy de acuerdo. - No hay que preocuparse porque  ya lo sabe.-  Ella le refuta. - ¡Marlene!-  Ella se acerca, Rebecca sonríe.
– La cena fue excelente y estoy sorprendido de lo mucho que todo ha cambiado y lo feliz que has hecho a Rebecca.-  Marlene mira tímida y le responde.
- ¡La amo! La amo con todo mi corazón y todo mi ser.  Sé que cuando te fuiste realmente no entendías  muy bien el dolor que tu hermano provocó.  Yo sabía que amaba a Rebecca, Tristán tuvo una gran cantidad de resentimiento hacia mí y los errores que cometí con él.-  Le habla con firmeza.
- Marlene te entiendo, te trató muy mal, pero debía ayudar a mi hermano en esos momentos difíciles. Me daba perfecta cuenta de que amabas a mi hermana. Luego yo tuve que salir, irme  para encontrar paz. – Hace una respiración profunda.
- ¡Lo sabemos! Tus sueños se han hecho realidad después trabajar en algo que te levanta pasión, y parece que has conocido a un hombre maravilloso que le gustan las mismas cosas que a ti.-  Rebecca habla con admiración de su hermana.
- Hagen y Dana se ven muy felices.- Dice mirando a su hermano mayor.
– Lo son.-  Marlene sonríe.
- Quieren tener un hijo.- Rebecca señala y continúa.
- Hagen se sorprendió cuando estuvimos en el cuarto del niño.- Le dice con una sonrisa.
- ¿Vas a tener  niño? - Pregunta Helena.
– ¡Sí! - Rebecca contestó rápida.
- ¡Mateo Ludwig.- Marlene añade poniendo sus brazos alrededor de Rebecca.

Clark exhala la voluta de humo del cigarro que enrolla alrededor de la punta de los dedos.
- ¿Así que estás nervioso?-  Le pregunta a Tristán de manera casual.
- No realmente. Sí algunos nervios están ahí, pero era de esperar.- Sonríe ligeramente. 
- Emily parece una buena mujer y te veo muy dedicado.-  Tristán tiene un brillo en los ojos.  
– Estamos bien,  ella está muy pendiente y la amo con pasión.- Le responde  inhalando una bocanada de humo.
- ¿No te importa que pregunte, pero tú y la rubia embarazada tuvisteis algo una vez?-  Su pregunta coge desprevenido  a Tristán. Traga saliva y muerde la culata del cigarro que cuelga de su boca.
– Lo fuimos.- Es reacio a responder.
- ¿Y ella se fue con tu hermana?- Pregunta de una manera brusca. Tristán respira profundo.
- Fue su destino, ni yo ni nadie podía haber hecho nada al respecto.-  Su mirada se endurece.
- Yo la quería, nunca en mi vida amé a nadie como la amé a ella, fue devastador, traté de recuperarla pero renuncié. Ellas están muy enamoradas y su vínculo es extremadamente fuerte.-  Clark porfía aún más.       
- ¡Hmmm! Un hombre debe luchar hasta la muerte por la mujer que ama de verdad.- Clark se expresa con fuerza, pero en voz baja. Tristán se echó a reír descontrolado.
- ¿Matar a mi hermana? ¿De verdad? Y si lo hiciera ¿Cómo iba a disfrutar de Marlene?- Le pregunta confiadamente. - ¿Te gustaría ser encerrado en el agujero del infierno eterno?- La observación es feroz. Clark lo mira con firmeza.
- Sólo es cuestión de discurso, no pretendía matarla, literalmente, pero debe haber sido difícil, mierda.- Él exclama con seguridad.
– Lo fue y lo fue hace mucho tiempo.  Hoy me encanta Emily.- Él le habla con orgullo.
- Voy a buscarla es tarde.-  Intervino dejando a Clark en el patio para reflexionar sobre su conversación.

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