-JAQUE MATE-
Marlene deja en “No Limits” a Abby herida y
sin palabras. Camina sin mirar atrás y sale del local. Abby se dirige al baño
se encierra en una cabina para llorar desesperada. Se siente muy herida. - ¡Rebecca, maldita sea!- Cierra el puño y golpea contra la puerta
de la cabina. - ¡No vas a llegar lejos
con esto!- Grita llena de ira. Sale por fin del aseo y regresa a la barra
pidiendo otro tiro de tequila.
- ¿Dónde
anda Marlene?- El sarcástico tono de voz de Tristán suena detrás de ella. Abby gira su cabeza hacia atrás.
- Me
ha dejado. ¿Quieres saber algo más?- Percibe que está tan molesta como
indignada. Se sienta a su lado y pide un escocés. - ¿Qué quieres Tristán?-
- Solo
estoy aquí por una copa. ¿Te importa?- Ella hace una mueca.
- ¡Déjame
en paz!- Espeta con tosquedad y se traga el tequila de un solo golpe.
- ¡Así
que! Dime. ¿Tiene esto algo que ver con mi hermana pequeña de alguna manera?- La
pregunta es cruel, Abby coge su bolso y paga la consumición.
- ¡No
sé! ¿Porqué no se lo preguntas a ellas?- Le despacha con una grosera
sonrisa.
A media tarde el Sol entra por la cristalera de la ventana. Rebecca está sentada en el borde de la cama de su habitación. Dibuja febril su proyecto final para un vestido de novia, vestido que espera luzca
Marlene.
Ella aparece en la puerta sin que Rebecca se percate de su presencia, y se detiene, apoya el hombro en el marco de la entrada en silencio. Estudia durante un momento la mímica del rostro de su amada con gesto embelesado y embargada por la felicidad. Observa el cabello bien adornado que muestra un elegante peinado. El color de su piel y esos labios deseosos que la atraen cual imán cada vez que la mira.
De pronto Rebecca percibe una sensación agradablemente extraña. Levanta el rostro y mira hacia la puerta para contemplar la radiante figura de Marlene allí apoyada con una sonrisa feliz y la mirada embriagada.
Ella aparece en la puerta sin que Rebecca se percate de su presencia, y se detiene, apoya el hombro en el marco de la entrada en silencio. Estudia durante un momento la mímica del rostro de su amada con gesto embelesado y embargada por la felicidad. Observa el cabello bien adornado que muestra un elegante peinado. El color de su piel y esos labios deseosos que la atraen cual imán cada vez que la mira.
De pronto Rebecca percibe una sensación agradablemente extraña. Levanta el rostro y mira hacia la puerta para contemplar la radiante figura de Marlene allí apoyada con una sonrisa feliz y la mirada embriagada.
- ¡Marlene!
Me has asustado. ¿Qué estás haciendo aquí?- Le pregunta con expresión de gozo ante la sorpresa de su aparición. Marlene se acerca despacio hacia ella pero se detiene a medio camino.
- ¡Hay
condiciones!- Le dice sin rodeos.
- ¡Ohh!-
En ese momento se despliega en el rostro de Rebecca, y en su expresión, una revelación de felicidad, adivina cual es la intención de Marlene, pero mantiene una actitud expectante. - ¡Y…! ¿Qué
podrían ser esas condiciones?- Se
apresura a responder con una sonrisa en sus labios. Cierra el cuaderno y lo
deposita sobre la cama.
- No
tomar decisiones de cualquier tipo sin consultarme.- Marlene expone,
Rebecca asiente.
- ¡Sí!- Le responde. Marlene vuelve a atacar.
-
No quiero más promesas.- Le
dice al tiempo que se va acercando.
-
¡Ok!- Rebecca sigue
sonriendo.
-
Tiempo en familia es solo lo que es, tiempo en familia.- Dice con autoridad. – La familia es lo primero de mi lista, es importante para mí, sin
discusión. ¿Estás de acuerdo?- Le pregunta con severidad.
-
¡Sí! Yo…yo. Entiendo lo importantes que son.- Responde ya un tanto nerviosa. Marlene
empieza a sonreír de nuevo. Se acerca despacito mirando sus ojos con gesto de placidez.
- ¡Te
quiero!- Le extiende la mano.
- ¡Lo
sé! Amor mío. Ahora ven…- Se expresa en un tono de voz sexy. Toma la mano de Marlene
y tira de ella hacia abajo hasta que se sienta en la cama. Rebecca mira sus
hermosos ojos azules.
- Te
amo más de lo que jamás he amado a nadie. Siempre estoy pensando en ti. Estés donde estés, allí me encuentro yo. Ésta lucha ha sido desgarradora, mis emociones entraron en conflicto cuando regresaste, pero sabía que te necesitaba, no puedo vivir sin tí.- Una lágrima de felicidad cae por
su mejilla, Marlene la seca y pone los labios en su boca para besarla
dulcemente. Rebecca se retuerce alargando su brazo a la mesilla de noche.
Alcanza la caja de joyas y recupera el anillo, tira la caja y con él en la mano
coloca una rodilla en el suelo, Marlene continúa sentada con una sonrisa plena estrechando la otra mano de Rebecca.
- ¡Marlene
Wolf! ¿Quieres casarte conmigo?- Pregunta con solemnidad y ternura. Marlene
aprieta su mano.
- ¡Sí!
Quiero casarme contigo.- Rebecca desliza el anillo en su dedo. Se abrazan y se besan llenas de felicidad. Entre el lagrimeo y la risa de satisfacción, Marlene desea volcar su
corazón.
- Cuando
regresé y ví que tenías novia, se me partió el alma, lloré sin consuelo durante
días. No podía soportarlo. Volví porque no dejaba de pensar en ti y en lo mucho
que te amo.- Toma aire para continuar. –
Esperaba empezar una nueva vida, un nuevo comienzo, una perspectiva diferente y
todo se me derrumbó al verte con Katherine.- Marlene llora mientras habla a
una Rebecca que sonríe y llora al mismo tiempo.- Ahora
que ya eres mía no puedo dejar de llorar de lo feliz que soy. ¡Te quiero amor
mío!- Rebecca no puede contener las lágrimas.
– Me tienes para toda la vida. También he sufrido mucho tu ausencia. Hubo un tiempo en que estuve sola con mi nostalgia y nadie me ayudó. Cuando apareciste mis sentimientos brotaron de mi alma como la explosión de un volcán. Me sentí atrapada entre la felicidad de verte y el dolor de no poder tocarte. Ahora todo será diferente en nuestras vidas. Aquel día que te besé en el almacén supe que nada me impediría regresar a tu lado.- Se abrazan lagrimeando de felicidad.
– Me tienes para toda la vida. También he sufrido mucho tu ausencia. Hubo un tiempo en que estuve sola con mi nostalgia y nadie me ayudó. Cuando apareciste mis sentimientos brotaron de mi alma como la explosión de un volcán. Me sentí atrapada entre la felicidad de verte y el dolor de no poder tocarte. Ahora todo será diferente en nuestras vidas. Aquel día que te besé en el almacén supe que nada me impediría regresar a tu lado.- Se abrazan lagrimeando de felicidad.
- Creo
que tenemos una boda que preparar.- Le dice Marlene, ambas siguen con el rostro
reflejando el gozoso momento. – Pero primero
quiero ..., y esta vez con limpieza…- Acerca su cuerpo con ansia por besarla de nuevo, coge por la solapa la camisa de Rebecca.
- ¡Hmmm!
¿Qué tienes en mente?- La mira con
sensualidad y termina por desabrochar su camisa. Desliza sus manos entre la piel
y la tela exponiendo el pecho y comienza a besar su hombro desnudo llevando sus
besos a lo largo de cuello hacia el lóbulo de la oreja, Rebecca gime de placer.
-
¡Oh dios, Marlene!- Con la
respiración agitada, acaricia su cuello con el dorso de la mano. Llega a la
espalda y le desabrocha el sujetador exponiendo sus senos que los besa con
suave toque de la punta de sus labios. Rebecca busca con sus manos lo encerrado
dentro de la camisa de Marlene que ella no es capaz de liberar. Ella se pone de
espaldas sobre la cama y se desabrocha los pantalones, se quita la camisa
liberando su pecho a los brazos de Rebecca que la abraza con arte para sentir
ambos cuerpos en uno solo. Se besan con pasión, sus lenguas entrelazadas en un
deseo incontenible. Marlene se levanta y
extiende una mano a Rebecca para ponerse en pié frente a ella. Los ojos
encierran la una en la otra y ya no hay mas mundo que ellas mismas. Rebecca termina
de desnudarse ante la mirada sexy de Marlene. Sus cuerpos desnudos se funden en
un abrazo y un beso largo y profundo. Se cogen de la mano y sin despegar sus
labios se incorporan a la ducha. Allí el agua caliente se convierte en un lecho
de amor fluyendo a lo largo la piel, se besan casi con violencia provocada por
esa pasión largamente contenida. Se enlazan la una a la otra acoplando las
piernas para hacer que el abrazo sea completo. Mientras sus labios aún
permanecen en un contacto permanente.
- ¡Esto
es una locura!- Dice Rebecca en un susurro y cierra los ojos permitiendo a
su amante explorar cada centímetro de su feminidad hasta que llega al éxtasis.
Todo su cuerpo experimenta un movimiento de placer total, sus piernas tiemblan
haciendo que se tambalee de gozo, se estremece conforme las olas de
gratificación sexual aumentan. Marlene la está abrazando y besa su boca con
pasión y ternura al mismo tiempo.
-¡Marlene!
¡Vida mía!- Se le escapa con la respiración. La boca de Marlene retoma sus
labios tiernamente. De repente Rebecca la empuja contra la pared de la ducha.
- ¿Es un poco duro, no?- Le responde, pero ella no la escucha, acaricia su pecho, lleva sus labios hasta sus senos y los besa con suavidad. El agua corre llenando de vapor el entorno. La mano de Rebecca encuentra el camino hacia el montículo. Le desliza los dedos en el interior. -¡Te quiero!- Le susurra acariciando con su lengua el lóbulo de su oreja. Marlene gime atrayendo el cuerpo de Rebecca al suyo, apretando con fuerza. - ¡Oh dios, Rebecca!- Clama llorando en la cumbre del extasis.
Desde el cuarto de baño encaminan sus cuerpos desnudos a ocultarse en el interior de la caliente cama de Rebecca, donde continúan en ese baile de sexo enamorado e inagotable.
- ¿Es un poco duro, no?- Le responde, pero ella no la escucha, acaricia su pecho, lleva sus labios hasta sus senos y los besa con suavidad. El agua corre llenando de vapor el entorno. La mano de Rebecca encuentra el camino hacia el montículo. Le desliza los dedos en el interior. -¡Te quiero!- Le susurra acariciando con su lengua el lóbulo de su oreja. Marlene gime atrayendo el cuerpo de Rebecca al suyo, apretando con fuerza. - ¡Oh dios, Rebecca!- Clama llorando en la cumbre del extasis.
Desde el cuarto de baño encaminan sus cuerpos desnudos a ocultarse en el interior de la caliente cama de Rebecca, donde continúan en ese baile de sexo enamorado e inagotable.
- ¿Estás despierta?- Marlene le susurra al oído. Ha pasado un rato, desde que, agotadas han dado paso a un merecido reposo. -¡Rebecca!- No duerme, su cabeza es ahora un revoltijo.
- ¿Cómo
podría dormir? No quiero dormir sabiendo que estás aquí, en mis brazos.- Habla
con la voz agrietada y comienza a llorar.
- ¡Rebecca!
¿Qué pasa? ¿Qué está mal?- Marlene le pregunta levantando su barbilla con el
dedo índice y lleva su mirada hasta encontrarse con la suya.
- Yo
simplemente no quiero despertar y ver que todo esto fue un mal sueño.- Le
comenta con una mirada de tristeza.
- Ni
sueño, ni nada malo. Yo estoy aquí y no voy a irme de tu lado nunca.- Le
responde con voz segura y trasmitiendo seguridad.
- Tenemos
que hablar, hay algo nuevo.- Rebecca suena grave.
- ¿No
puede esperar hasta mañana?- Pregunta al tiempo que vuelve a abrazarla y sentir su cercanía real.
- ¡No,
amor mío! Mi familia va a presionarme y no necesito ninguna imposición de
ellos.- Marlene suspira, se sienta
en la cama, alarga la mano a la lámpara y la enciende.
-Tu
familia es notoria por presionarte acerca de lo que sea. ¿Qué es ahora?-
Rebecca se incorpora pegadita a ella y la
mira con cierto nerviosismo.
- Ellos
quieren hacerme diseñadora jefe ejecutivo, director de la moda sobre todas las
explotaciones de LCL, incluyendo París.- Le dice con mirada inquieta.
- ¡Wow!-
Expresa Marlene casi en estado de schok. – Eso es una gran empresa, pero no me puedo imaginar que lo dudes, creo
que es saltar sobre todo, los diseñadores, las tiendas…- Rebecca sonríe
prudente.
- Éste
es el primer paso de nuestras vidas unidas y quiero que reflexionemos juntas
sobre nosotras y lo que nos espera. Tendré que viajar mucho, va implícito en el
trabajo, sobre todo al principio. Mi oficina principal estará aquí en LCL, así
que no tendré que dejar Düsseldorf.- Explica las características del trabajo en si. Marlene le contesta con realismo.
-
Creo que es la oportunidad de una vida, sé lo mucho que amas diseñar. Las
cosas cambian, has madurado. Esto te permitirá ser aún más de lo que eres. No
importan todas las ansiedades inoportunas del pasado. Por tratarse de algo
positivo, al menos no vas a estar bajo el pulgar de Tanja veinticuatro horas al
día.- Con esta parrafada
le aconseja que acepte, ella está de acuerdo y la anima a dar una respuesta
positiva a su familia.
- ¿Así
que no tengo un problema contigo aceptando este trabajo?- Le pregunta.
- Creo
que es el momento de demostrar al mundo lo que Rebecca von Lahnstein es en
realidad.- Rebecca la abraza y comienza a besarla con entusiasmo.
- Podríamos
ir a tantos lugares juntas, tú y yo, podrías ser mi asistente; Roma, Paris, Londres, Madrid, New York…- Marlene permanece en
silencio con el gesto serio, ella la mira algo extrañada.
- ¿He
dicho algo raro o malo?- Su corazón salta al preguntarle con una voz
inestable.
- Tengo
un trabajo aquí y estoy feliz con él, además hay algo que quiero plantearte y
que debemos discutir.- Le dice mirando a sus ojos con seriedad.
- ¡Ok!
Te escucho.- Marlene respira hondo.
- Mi
reloj biológico suena materno y no creo que viajar fuera algo conveniente para
mí. – Rebecca la mira a los ojos con desconcierto.
- ¿Quieres
tener un bebé?- Marlene asiente sonriendo.
- Estoy
lista para empezar a tener una familia. ¿Lo comprendes?- Le está pidiendo
que mire en el interior de sus sentimientos. Se hace un momentáneo silencio
entre ellas. Rebecca se pone seria.
- ¡Cuantos!-
Responde provocando que Marlene sonría aliviada.
- ¡Más
de uno!- La abraza feliz.
- Asi
que creo que deberíamos casarnos primero.- Rebecca bromea y le hace
cosquillas.
- ¡Te
quiero Rebecca!-
-
No tanto como yo.- Rebecca
le dice rodando sobre ella y apoyando sus cuerpos uno encima del otro. – Vamos a ver cómo me quieres.- Marlene la
besa con dulzura.
- ¡Mi
familia! Vamos a tener que hacérselo saber a primera hora de la mañana.- Le
dice sobresaltada a Rebecca provocando que sonría. Marlene la mira con extrañeza.
- Tu
padre ya lo sabe.- Le responde con cariño.
- ¿Qué?
¿Qué quieres decir?- Marlene reacciona sorprendida paro curiosa.
- Le
pedí tu mano ayer por la mañana.- Le dice con una sonrisa. – Le dije que lo ocultase hasta saber tu
respuesta.- Marlene mantiene silencio, la mira, su amor es tan profundo que
no puede hablar. - ¿Estás enfadada?- Pregunta.
Mientras ella responde, Rebecca le acaricia la mejilla con el dorso de sus
dedos.
- Tu consideración, es una de las cosas que más
amo de ti.- Marlene le coge la mano y la besa. Apaga la lámpara y acoje a
su amada en sus brazos. Se duermen sosteniéndose aferradas en un fuerte abrazo la una a
la otra.
Marlene despierta temprano y bosteza. Su
brazo está alrededor de la cintura de Rebecca que susurra. - ¡Hmmm!-
- No
dejes que me vaya.- Sonríe besando a Rebecca en la oreja. – Es lamentable pero tengo mucho trabajo hoy y
voy a tener que encontrar la manera de lidiar con Abby.- Rebecca abre sus
ojos de ancho.
- Por
una vez que me he olvidado de ella.- Marlene retira el edredón que cubre
sus cuerpos desnudos y comienza a vestirse.
- Voy
a verte más tarde. ¿Sí?- Rebecca pregunta aclarándose la garganta.
- ¡Sí!
Tenemos que anunciarlo y demás cosas que tratar con mi familia.- Marlene
termina de vestirse y besa, un largo beso romántico, a Rebecca antes de salir.
- ¡Te quiero!- Expresan ambas al unísono.
Rebecca salta de la cama, se pone la bata y
se dirige al armario. Comienza a manosear su ropa en busca de algo bonito que
ponerse.
- ¡Hola
Rebecca, buenos días!- La voz de Elisabeth suena agradable esta mañana.
Rebecca se asoma desde el armario.
- ¡Oh!
¡Buenos días!- Se sorprende al verla. Le trae una bandeja de desayuno con
café y bollos de canela que deposita en la mesa y se sienta.
- ¡Puede
que te guste el desayuno!- Le dice con una sonrisa.
- Como
reflexivo, pero… ¿Cómo sabías que estaba aquí?- Rebecca pregunta mirando
hacia la puerta por si Marlene pudiera regresar a la habitación.
- ¿Estás
buscando a alguien?- Le pregunta volviendo la vista hacia la puerta.
Rebecca se encoje de hombros.
- No,
realmente.- Se sienta y se sirve un poco de café.
- Pensé
que podíamos hablar. Te tengo que decir que me preocupé ayer cuando dijiste
que habías roto con Katherine, hasta que he visto a Marlene saliendo por atrás.- Le
cuenta sonriente. Rebecca levanta la frente con un poco de vergüenza.
- No
sé qué decir, digo… yo solo terminé con Katherine y dormí con Marlene.- De
pronto percibe un cierto sentimiento de culpa. -¿Porqué me siento culpable?- Se levanta de la silla y sigue
hablando. - ¡Amo a Marlene y ella me ama!
¡Ha aceptado en casarnos!- Le dice saltando de alegría y corre
a abrazarse con Elisabeth.
- ¡No
sabes lo que me alegro! Es lo que deseabas. Tu padre estaría orgulloso.- Le
comenta feliz.
- Me
gustaría preguntarte algo Elisabeth.- Musita Rebecca.
- ¿El
qué? Dime.-
-
Quería saber si me acompañarás como mi madrina de honor.- Ella se sorprende muy contenta., casi
eúforica.
- ¿Estás
segura? ¿Tal vez prefieras a uno de tus hermanos?- Rebecca apoya las manos
en su cintura.
- Van
a ser parte de nuestra boda, de alguna manera, pero tú has sido mi luz de guía
en los momentos más difíciles de mi vida, has apoyado mis decisiones y a mi
misma. Sabes que me importas y no puedo imaginarme pedírselo a nadie mas que a
ti.- Elisabeth sonríe y la abraza.
- ¡Acepto!-
Rebecca aprovecha ya la visita, hay que decir algo más.
- Tengo
algo mas que decirte.- Elisabeth escucha con atención. – He decidido aceptar el puesto ejecutivo como director de moda,
diseñador jefe o como se llame.- Expresa nerviosa. - Marlene y yo lo hemos hablado y estamos de
acuerdo en que será en nuestro mejor interés.- Elisabeth le guiña un ojo y
sonríe ampliamente.
- ¡Gracias
Rebecca! Verás que no te decepcionará. Te aseguro que es la decisión correcta.
Tu autoconfianza será la que te impulse y te gratifique. Que tengas un día muy
ocupado por delante. ¿Asumo que tendré que llamar a la familia para una reunión
esta tarde?- Rebecca asiente con mirada de gozo. – Te dejo entonces.-
Abandona el dormitorio con paso alegre.
Rebecca termina de vestirse y se prepara para acudir al trabajo en LCL.
Marlene abre la puerta de su despacho, al
entrar piensa en el trabajo que le espera, tardará unos días en completar el
actual proyecto. Dudando coge el teléfono y llama a la oficina de Abby.
- No
hay respuesta, ¡Hmmm!- Decide pues acudir en persona a su oficina para ver
si ya había llegado. Poco después coge el ascensor, luego el pasillo y empuja la puerta sin
llamar.
- ¡Abby!-
Ella gira su silla frente a Marlene. -
¿Estás bien?- Abby se queda callada. - ¡Lo
siento! Si te lastimé anoche, realmente estoy…- Los ojos de Abby están
rojos y con signos de estar irritados.
- ¿Cómo
pudiste? ¿Cómo pudiste salir así? Te dije que me estaba enamorando de ti y me
dejas sin decir una palabra. ¿Cómo debería sentirme?- Se expresa muy
agresiva.
- ¡Lo
siento! Nunca pretendí que te enamoraras de mí.- Abby entorna los ojos.
- ¿Pensaste
que solo era por el sexo? ¿Qué estuviéramos saliendo solo era amigable?- Marlene
la mira sin saber qué decir. – Simplemente
no entiendo tu enamoramiento con Rebecca.- Le espeta golpeando con su mano
en el escritorio. Marlene da un respingo.
- Yo
amo a Rebecca, Abby, siempre he sido honesta contigo y yo siempre he deseado estar con ella.- Marlene se explica. La cara de Abby esta roja de ira.
- Pensé
que realmente te preocupabas por mí. ¿Todo fue una mentira?- Marlene se
siente empujada.
- Nunca
he tenido la intención de lastimarte, pero hablamos de mis sentimientos por
Rebecca antes de eso y yo no te he hecho ninguna promesa.- Le responde con
honestidad.
- ¡Por
favor! ¡Márchate! Déjame en paz, tengo una reunión a la que asistir.- Marlene
sale y cierra la puerta y se marcha a su oficina con cierto sentimiento de pena.
Después de ordenar algunos papeles se dispone a diseñar un telón cuando...
Después de ordenar algunos papeles se dispone a diseñar un telón cuando...
- ¡Hey!
¿Eres la rubia de ojos azules que me tiene encantada?- Rebecca ha entrado a
hurtadillas hasta detrás de ella.
- ¡Hola!-
Marlene responde en un tono triste. Rebecca la rodea con sus brazos.
- Supongo
que ya has hablado con Abby.- Marlene tuerce el gesto.
- ¡Sí,
lo hice! ¡Dios! Ha sido terrible. Ayer tarde me dijo que se estaba enamorando de
mí.- Habla esperando la reacción de Rebecca.
- ¿Porqué
no me dices…?- Ella trata de investigar.
- No
quiero arruinar nuestra noche romántica. Le dije que yo no la amaba de esa
manera. Ella está enfadada y molesta. No puedo sentirme culpable, le dije
muy claro desde el principio que te quiero a ti.- Rebecca coge la mano de
Marlene y la levanta de la silla, la besa con dulzura.
- ¡Ven!-
Se la lleva lejos del trabajo.
- ¿Dónde
vamos?- Pregunta misteriosa.
- Tenemos
una boda que preparar.- Le recuerda.
Caminan tranquilas de la mano por un rincón apacible del parque.
Caminan tranquilas de la mano por un rincón apacible del parque.
- ¿Qué
te parece si pensamos en poner fecha para la boda?- Pregunta Rebecca
jugando con un mechón de pelo de Marlene. –
¡Por ejemplo el mes próximo!-
-
¿Octubre? ¡Hmmm! ¡Está bien! No hay problema con eso. ¿Dónde te parece que
nos casemos?- Marlene
extiende la pregunta. Rebecca la mira a los ojos.
-
En el castillo, en el patio, será un otoño de colores y una tarde fresquita.
¿Qué opinas?- Ella
sonríe gentil.
- ¡Me
gusta!- La abraza alrededor del cuello y la besa con ternura.
-
Elisabeth ha preparado una reunión esta noche en el castillo, ella ya sabe
nuestros planes y le he preguntado si quería ser mi madrina, espero que no te
importe.- Marlene le hace una mirada severa pero atisba Rebecca cierta ironía en ello.
- ¡No!
Ésta vez no, tú debes elegir a quien creas que es digna de serlo, yo llevaré a
mi padre, creo que se lo merece, siempre nos ha apoyado. Pero recuerda lo que
hablamos anoche. ¡Ah! Aún no estoy
preparada para decirle a nadie lo de tener un bebé.- Rebecca está de
acuerdo.
-Será cuando tú lo desees. ¿Te he dicho que te quiero?-
- Yo también, soy muy feliz Rebecca.-
-Será cuando tú lo desees. ¿Te he dicho que te quiero?-
- Yo también, soy muy feliz Rebecca.-
El final del día está llegando y como estaba previsto hay reunión del linaje en el seno de los Langsthein. Marlene y Rebecca se encuentran en la sala
grande del castillo esperando la llegada de la familia. Beben champán, mientras
hacen risas con Justus. Marlene se ve radiante, sus ojos destellan igual que su sonrisa, Rebecca no le quita la vista de encima, su cara es el reflejo de la sonrisa de su amada. Elisabeth entra en la sala, poco después aparecen
Sebastián, Tanja y Kim sonrientes precediendo a Tristán. Dana y Hagen se
presentan a los pocos minutos con gesto
de sorpresa y alegría para Marlene, vienen acompañando a Thomas y Biggi. Después de los saludos y abrazos de casi
todos, Justus les ofrece champan. En un momento dado Marlene golpetea su copa
reiteradamente.
-¡Perdón!
¡Por favor! Necesitamos vuestra atención.- Dice en voz alta. Rebecca se
coloca a su lado muy sonriente. La habitación se queda en silencio. Todos las
miran con curiosidad.
- Rebecca
y yo tenemos un anuncio que hacer.- Sonríe y cede el turno a su prometida, que
a su vez le devuelve la palabra, con un gesto muy cortés, que sea ella quien lo anuncie. Se cogen de la mano y...
- Hace
dos días Rebecca me preguntó que si le concedía el honor de ser su
esposa y he aceptado, ayer le di el sí.- Ante los gritos de vítores y alegría, ambas se cogen las dos manos, toda la familia las
felicita con efusivos abrazos de hermanos y cuñadas. Tristán se mantiene apartado
mirando con recelo a su hermana y a la que otrora fuese su prometida. A
continuación es Elisabeth quien toma la palabra empleando el mismo método de la copa que
Marlene.
- Hemos
tenido un anuncio emocionante pero aún nos queda por hacer otro más. ¡Rebecca!-
Le cede la palabra y ella comienza a hablar.
- ¡Sí!
Estoy muy contenta por poder casarme con el amor de mi vida y quiero deciros que también he
decidido aceptar el cargo de jefe de diseño ejecutivo de LCL inc. Después de
una cuidadosa consideración y palabras de aliento de mi futura
esposa.- Lo expresa mirándose en los ojos de su prometida. – Creemos que es lo mejor para las dos.- Afirma
con orgullo. Las felicitaciones son agradables y comienza una noche de
celebración.