Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 29 de noviembre de 2016

CAPITULO 29


                                                    -JAQUE MATE-

Marlene deja en “No Limits” a Abby herida y sin palabras. Camina sin mirar atrás y sale del local. Abby se dirige al baño se encierra en una cabina para llorar desesperada. Se siente muy herida. - ¡Rebecca, maldita sea!-  Cierra el puño y golpea contra la puerta de la cabina. - ¡No vas a llegar lejos con esto!- Grita llena de ira. Sale por fin del aseo y regresa a la barra pidiendo otro tiro de tequila.
- ¿Dónde anda Marlene?- El sarcástico tono de voz de Tristán suena detrás de ella. Abby gira su cabeza hacia atrás.
- Me ha dejado. ¿Quieres saber algo más?- Percibe que está tan molesta como indignada. Se sienta a su lado y pide un escocés. - ¿Qué quieres Tristán?-
- Solo estoy aquí por una copa. ¿Te importa?- Ella hace una mueca.
- ¡Déjame en paz!- Espeta con tosquedad y se traga el tequila de un solo golpe.
- ¡Así que! Dime. ¿Tiene esto algo que ver con mi hermana pequeña de alguna manera?- La pregunta es cruel, Abby coge su bolso y paga la consumición.
- ¡No sé! ¿Porqué no se lo preguntas a ellas?- Le despacha con una grosera sonrisa.

A media tarde el Sol entra por la cristalera de la ventana. Rebecca está sentada en el borde de la cama de su habitación. Dibuja febril su proyecto final para un vestido de novia, vestido que espera luzca Marlene. 
Ella aparece en la puerta sin que Rebecca se percate de su presencia, y se detiene, apoya el hombro en el marco de la entrada en silencio. Estudia durante un momento la mímica del rostro de su amada con gesto embelesado y embargada por la felicidad. Observa el cabello bien adornado que muestra un elegante peinado. El color de su piel y esos labios deseosos que la atraen cual imán cada vez que la mira.  
De pronto Rebecca percibe una sensación agradablemente extraña. Levanta el rostro y mira hacia la puerta para contemplar la radiante figura de Marlene allí apoyada con una sonrisa feliz y la mirada embriagada.
- ¡Marlene! Me has asustado. ¿Qué estás haciendo aquí?- Le pregunta con expresión de gozo ante la sorpresa de su aparición. Marlene se acerca despacio hacia ella pero se detiene a medio camino.
- ¡Hay condiciones!-  Le dice sin rodeos.
- ¡Ohh!- En ese momento se despliega en el rostro de Rebecca, y en su expresión, una revelación de felicidad, adivina cual es la intención de Marlene, pero mantiene una actitud expectante. - ¡Y…! ¿Qué podrían ser esas condiciones?-  Se apresura a responder con una sonrisa en sus labios. Cierra el cuaderno y lo deposita sobre la cama.
- No tomar decisiones de cualquier tipo sin consultarme.- Marlene expone, Rebecca asiente.
- ¡Sí!- Le responde. Marlene vuelve a atacar.
- No quiero más promesas.- Le dice al tiempo que se va acercando.
- ¡Ok!- Rebecca sigue sonriendo.
- Tiempo en familia es solo lo que es, tiempo en familia.- Dice con autoridad. – La familia es lo primero de mi lista, es importante para mí, sin discusión. ¿Estás de acuerdo?- Le pregunta con severidad.
- ¡Sí! Yo…yo. Entiendo lo importantes que son.- Responde ya un tanto nerviosa. Marlene empieza a sonreír de nuevo. Se acerca despacito mirando sus ojos con gesto de placidez.
- ¡Te quiero!- Le extiende la mano.
- ¡Lo sé! Amor mío. Ahora ven…- Se expresa en un tono de voz sexy. Toma la mano de Marlene y tira de ella hacia abajo hasta que se sienta en la cama. Rebecca mira sus hermosos ojos azules.
- Te amo más de lo que jamás he amado a nadie. Siempre estoy pensando en ti. Estés donde estés, allí me encuentro yo. Ésta lucha ha sido desgarradora, mis emociones entraron en conflicto  cuando regresaste, pero sabía que te necesitaba, no puedo vivir sin tí.- Una lágrima de felicidad cae por su mejilla, Marlene la seca y pone los labios en su boca para besarla dulcemente. Rebecca se retuerce alargando su brazo a la mesilla de noche. Alcanza la caja de joyas y recupera el anillo, tira la caja y con él en la mano coloca una rodilla en el suelo, Marlene continúa sentada con una sonrisa plena estrechando la otra mano de Rebecca.
- ¡Marlene Wolf! ¿Quieres casarte conmigo?- Pregunta con solemnidad y ternura. Marlene aprieta su mano.
- ¡Sí! Quiero casarme contigo.- Rebecca desliza el anillo en su dedo. Se abrazan y se besan llenas de felicidad. Entre el lagrimeo y la risa de satisfacción, Marlene desea volcar su corazón.
- Cuando regresé y ví que tenías novia, se me partió el alma, lloré sin consuelo durante días. No podía soportarlo. Volví porque no dejaba de pensar en ti y en lo mucho que te amo.- Toma aire para continuar. – Esperaba empezar una nueva vida, un nuevo comienzo, una perspectiva diferente y todo se me derrumbó al verte con Katherine.- Marlene llora mientras habla a una Rebecca que sonríe y llora al mismo tiempo.- Ahora que ya eres mía no puedo dejar de llorar de lo feliz que soy. ¡Te quiero amor mío!- Rebecca no puede contener las lágrimas. 
Me tienes para toda la vida. También he sufrido mucho tu ausencia. Hubo un tiempo en que estuve sola con mi nostalgia y nadie me ayudó. Cuando apareciste mis sentimientos brotaron de mi alma como la explosión de un volcán. Me sentí atrapada entre la felicidad de verte y el dolor  de no poder tocarte. Ahora todo será diferente en nuestras vidas. Aquel día que te besé en el almacén supe que nada me impediría regresar a tu lado.- Se abrazan lagrimeando de felicidad.
- Creo que tenemos una boda que preparar.-  Le dice Marlene, ambas siguen con el rostro reflejando el gozoso momento. – Pero primero quiero ..., y esta vez con limpieza…- Acerca su cuerpo con ansia por besarla de nuevo, coge por la solapa la camisa de Rebecca.
- ¡Hmmm! ¿Qué tienes en mente?- La mira con sensualidad y termina por desabrochar su camisa. Desliza sus manos entre la piel y la tela exponiendo el pecho y comienza a besar su hombro desnudo llevando sus besos a lo largo de cuello hacia el lóbulo de la oreja, Rebecca gime de placer.
- ¡Oh dios, Marlene!- Con la respiración agitada, acaricia su cuello con el dorso de la mano. Llega a la espalda y le desabrocha el sujetador exponiendo sus senos que los besa con suave toque de la punta de sus labios. Rebecca busca con sus manos lo encerrado dentro de la camisa de Marlene que ella no es capaz de liberar. Ella se pone de espaldas sobre la cama y se desabrocha los pantalones, se quita la camisa liberando su pecho a los brazos de Rebecca que la abraza con arte para sentir ambos cuerpos en uno solo. Se besan con pasión, sus lenguas entrelazadas en un deseo incontenible. Marlene se levanta  y extiende una mano a Rebecca para ponerse en pié frente a ella. Los ojos encierran la una en la otra y ya no hay mas mundo que ellas mismas. Rebecca termina de desnudarse ante la mirada sexy de Marlene. Sus cuerpos desnudos se funden en un abrazo y un beso largo y profundo. Se cogen de la mano y sin despegar sus labios se incorporan a la ducha. Allí el agua caliente se convierte en un lecho de amor fluyendo a lo largo la piel, se besan casi con violencia provocada por esa pasión largamente contenida. Se enlazan la una a la otra acoplando las piernas para hacer que el abrazo sea completo. Mientras sus labios aún permanecen en un contacto permanente.
- ¡Esto es una locura!- Dice Rebecca en un susurro y cierra los ojos permitiendo a su amante explorar cada centímetro de su feminidad hasta que llega al éxtasis. Todo su cuerpo experimenta un movimiento de placer total, sus piernas tiemblan haciendo que se tambalee de gozo, se estremece conforme las olas de gratificación sexual aumentan. Marlene la está abrazando y besa su boca con pasión y ternura al mismo tiempo.   
-¡Marlene! ¡Vida mía!- Se le escapa con la respiración. La boca de Marlene retoma sus labios tiernamente. De repente Rebecca la empuja contra la pared de la ducha. 
- ¿Es un poco duro, no?-  Le responde, pero ella no la escucha, acaricia su pecho, lleva sus labios hasta sus senos y los besa con suavidad. El agua corre llenando de vapor el entorno. La mano de Rebecca encuentra el camino hacia el montículo. Le desliza los dedos en el interior. -¡Te quiero!- Le susurra acariciando con su lengua el lóbulo de su oreja. Marlene gime atrayendo el cuerpo de Rebecca al suyo, apretando con fuerza. - ¡Oh dios, Rebecca!-  Clama llorando en la cumbre del extasis.
Desde el cuarto de baño encaminan sus cuerpos desnudos a ocultarse en el interior de la caliente cama de Rebecca, donde continúan en ese baile de sexo enamorado e inagotable.

- ¿Estás despierta?- Marlene le susurra al oído. Ha pasado un rato, desde que, agotadas han dado paso a un merecido reposo. -¡Rebecca!- No duerme, su cabeza es ahora un revoltijo.
- ¿Cómo podría dormir? No quiero dormir sabiendo que estás aquí, en mis brazos.- Habla con la voz agrietada y comienza a llorar.
- ¡Rebecca! ¿Qué pasa? ¿Qué está mal?- Marlene le pregunta levantando su barbilla con el dedo índice y lleva su mirada hasta encontrarse con la suya.
- Yo simplemente no quiero despertar y ver que todo esto fue un mal sueño.- Le comenta con una mirada de tristeza.
- Ni sueño, ni nada malo. Yo estoy aquí y no voy a irme de tu lado nunca.- Le responde con voz segura y trasmitiendo seguridad.
- Tenemos que hablar, hay algo nuevo.- Rebecca suena grave.
- ¿No puede esperar hasta mañana?- Pregunta al tiempo que vuelve a abrazarla y sentir su cercanía real.
- ¡No, amor mío! Mi familia va a presionarme y no necesito ninguna imposición de ellos.-  Marlene suspira, se sienta en la cama, alarga la mano a la lámpara y la enciende.
-Tu familia es notoria por presionarte acerca de lo que sea. ¿Qué es ahora?-
Rebecca se incorpora pegadita a ella y la mira con cierto nerviosismo.
- Ellos quieren hacerme diseñadora jefe ejecutivo, director de la moda sobre todas las explotaciones de LCL, incluyendo París.- Le dice con mirada inquieta.
- ¡Wow!- Expresa Marlene casi en estado de schok. – Eso es una gran empresa, pero no me puedo imaginar que lo dudes, creo que es saltar sobre todo, los diseñadores, las tiendas…- Rebecca sonríe prudente.
- Éste es el primer paso de nuestras vidas unidas y quiero que reflexionemos juntas sobre nosotras y lo que nos espera. Tendré que viajar mucho, va implícito en el trabajo, sobre todo al principio. Mi oficina principal estará aquí en LCL, así que no tendré que dejar Düsseldorf.- Explica las características del trabajo en si. Marlene le contesta con realismo.
- Creo que es la oportunidad de una vida, sé lo mucho que amas diseñar. Las cosas cambian, has madurado. Esto te permitirá ser aún más de lo que eres. No importan todas las ansiedades inoportunas del pasado. Por tratarse de algo positivo, al menos no vas a estar bajo el pulgar de Tanja veinticuatro horas al día.- Con esta parrafada le aconseja que acepte, ella está de acuerdo y la anima a dar una respuesta positiva a su familia.
- ¿Así que no tengo un problema contigo aceptando este trabajo?- Le pregunta.
- Creo que es el momento de demostrar al mundo lo que Rebecca von Lahnstein es en realidad.- Rebecca la abraza y comienza a besarla con entusiasmo.
- Podríamos ir a tantos lugares juntas, tú y yo, podrías ser mi asistente; Roma, Paris, Londres, Madrid, New York…- Marlene permanece en silencio con el gesto serio, ella la mira algo extrañada.
- ¿He dicho algo raro o malo?- Su corazón salta al preguntarle con una voz inestable.
- Tengo un trabajo aquí y estoy feliz con él, además hay algo que quiero plantearte y que debemos discutir.- Le dice mirando a sus ojos con seriedad.
- ¡Ok! Te escucho.-  Marlene respira hondo.
- Mi reloj biológico suena materno y no creo que viajar fuera algo conveniente para mí. – Rebecca la mira a los ojos con desconcierto.
- ¿Quieres tener un bebé?- Marlene asiente sonriendo.
- Estoy lista para empezar a tener una familia. ¿Lo comprendes?- Le está pidiendo que mire en el interior de sus sentimientos. Se hace un momentáneo silencio entre ellas. Rebecca se pone seria.
- ¡Cuantos!- Responde provocando que Marlene sonría aliviada.
- ¡Más de uno!- La abraza feliz.
- Asi que creo que deberíamos casarnos primero.- Rebecca bromea y le hace cosquillas.
- ¡Te quiero Rebecca!-
- No tanto como yo.- Rebecca le dice rodando sobre ella y apoyando sus cuerpos uno encima del otro. – Vamos a ver cómo me quieres.- Marlene la besa con dulzura.
- ¡Mi familia! Vamos a tener que hacérselo saber a primera hora de la mañana.- Le dice sobresaltada a Rebecca provocando que sonría. Marlene la mira con extrañeza.
- Tu padre ya lo sabe.- Le responde con cariño.
- ¿Qué? ¿Qué quieres decir?- Marlene reacciona sorprendida paro curiosa.
- Le pedí tu mano ayer por la mañana.- Le dice con una sonrisa. – Le dije que lo ocultase hasta saber tu respuesta.- Marlene mantiene silencio, la mira, su amor es tan profundo que no puede hablar. - ¿Estás enfadada?- Pregunta. Mientras ella responde, Rebecca le acaricia la mejilla con el dorso de sus dedos.
-  Tu consideración, es una de las cosas que más amo de ti.- Marlene le coge la mano y la besa. Apaga la lámpara y acoje a su amada en sus brazos. Se duermen sosteniéndose aferradas en un fuerte abrazo la una a la otra.

Marlene despierta temprano y bosteza. Su brazo está alrededor de la cintura de Rebecca que susurra. - ¡Hmmm!-
- No dejes que me vaya.-  Sonríe besando a Rebecca en la oreja. – Es lamentable pero tengo mucho trabajo hoy y voy a tener que encontrar la manera de lidiar con Abby.- Rebecca abre sus ojos de ancho.
- Por una vez que me he olvidado de ella.- Marlene retira el edredón que cubre sus cuerpos desnudos y comienza a vestirse.
- Voy a verte más tarde. ¿Sí?- Rebecca pregunta aclarándose la garganta.
- ¡Sí! Tenemos que anunciarlo y demás cosas que tratar con mi familia.- Marlene termina de vestirse y besa, un largo beso romántico, a Rebecca antes de salir. - ¡Te quiero!-  Expresan ambas al unísono.

Rebecca salta de la cama, se pone la bata y se dirige al armario. Comienza a manosear su ropa en busca de algo bonito que ponerse.
- ¡Hola Rebecca, buenos días!- La voz de Elisabeth suena agradable esta mañana. Rebecca se asoma desde el armario.
- ¡Oh! ¡Buenos días!- Se sorprende al verla. Le trae una bandeja de desayuno con café y bollos de canela que deposita en la mesa y se sienta.
- ¡Puede que te guste el desayuno!- Le dice con una sonrisa.
- Como reflexivo, pero… ¿Cómo sabías que estaba aquí?- Rebecca pregunta mirando hacia la puerta por si Marlene pudiera regresar a la habitación.
- ¿Estás buscando a alguien?- Le pregunta volviendo la vista hacia la puerta. Rebecca se encoje de hombros.
- No, realmente.- Se sienta y se sirve un poco de café.
- Pensé que podíamos hablar. Te tengo que decir que me preocupé ayer cuando dijiste que habías roto con Katherine, hasta que he visto a Marlene saliendo por atrás.- Le cuenta sonriente. Rebecca levanta la frente con un poco de vergüenza.
- No sé qué decir, digo… yo solo terminé con Katherine y dormí con Marlene.- De pronto percibe un cierto sentimiento de culpa. -¿Porqué me siento culpable?- Se levanta de la silla y sigue hablando. - ¡Amo a Marlene y ella me ama! ¡Ha aceptado en casarnos!- Le dice saltando de alegría y corre a abrazarse con Elisabeth.
- ¡No sabes lo que me alegro! Es lo que deseabas. Tu padre estaría orgulloso.- Le comenta feliz.
- Me gustaría preguntarte algo Elisabeth.- Musita Rebecca.
- ¿El qué? Dime.-
- Quería saber si me acompañarás como mi madrina de honor.- Ella se sorprende muy contenta., casi eúforica.
- ¿Estás segura? ¿Tal vez prefieras a uno de tus hermanos?- Rebecca apoya las manos en su cintura.
- Van a ser parte de nuestra boda, de alguna manera, pero tú has sido mi luz de guía en los momentos más difíciles de mi vida, has apoyado mis decisiones y a mi misma. Sabes que me importas y no puedo imaginarme pedírselo a nadie mas que a ti.- Elisabeth sonríe y la abraza.
- ¡Acepto!- Rebecca aprovecha ya la visita, hay que decir algo más.
- Tengo algo mas que decirte.- Elisabeth escucha con atención. – He decidido aceptar el puesto ejecutivo como director de moda, diseñador jefe o como se llame.- Expresa nerviosa.  - Marlene y yo lo hemos hablado y estamos de acuerdo en que será en nuestro mejor interés.- Elisabeth le guiña un ojo y sonríe ampliamente.
- ¡Gracias Rebecca! Verás que no te decepcionará. Te aseguro que es la decisión correcta. Tu autoconfianza será la que te impulse y te gratifique. Que tengas un día muy ocupado por delante. ¿Asumo que tendré que llamar a la familia para una reunión esta tarde?- Rebecca asiente con mirada de gozo. – Te dejo entonces.-
Abandona el dormitorio con paso alegre. Rebecca termina de vestirse y se prepara para acudir al trabajo en LCL.

Marlene abre la puerta de su despacho, al entrar piensa en el trabajo que le espera, tardará unos días en completar el actual proyecto. Dudando coge el teléfono y llama a la oficina de Abby.
- No hay respuesta, ¡Hmmm!- Decide pues acudir en persona a su oficina para ver si ya había llegado. Poco después coge el ascensor, luego el pasillo y empuja la puerta sin llamar.
- ¡Abby!- Ella gira su silla frente a Marlene. - ¿Estás bien?- Abby se queda callada. - ¡Lo siento! Si te lastimé anoche, realmente estoy…- Los ojos de Abby están rojos y con signos de estar irritados.
- ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste salir así? Te dije que me estaba enamorando de ti y me dejas sin decir una palabra. ¿Cómo debería sentirme?- Se expresa muy agresiva.
- ¡Lo siento! Nunca pretendí que te enamoraras de mí.- Abby entorna los ojos.
- ¿Pensaste que solo era por el sexo? ¿Qué estuviéramos saliendo solo era amigable?- Marlene la mira sin saber qué decir. – Simplemente no entiendo tu enamoramiento con Rebecca.- Le espeta golpeando con su mano en el escritorio. Marlene da un respingo.
- Yo amo a Rebecca, Abby, siempre he sido honesta contigo y yo siempre he deseado estar con ella.- Marlene se explica. La cara de Abby esta roja de ira.
- Pensé que realmente te preocupabas por mí. ¿Todo fue una mentira?- Marlene se siente empujada.
- Nunca he tenido la intención de lastimarte, pero hablamos de mis sentimientos por Rebecca antes de eso y yo no te he hecho ninguna promesa.- Le responde con honestidad.
- ¡Por favor! ¡Márchate! Déjame en paz, tengo una reunión a la que asistir.- Marlene sale y cierra la puerta y se marcha a su oficina con cierto sentimiento de pena. 
Después de ordenar algunos papeles  se dispone a diseñar un telón cuando...
- ¡Hey! ¿Eres la rubia de ojos azules que me tiene encantada?- Rebecca ha entrado a hurtadillas hasta detrás de ella.
- ¡Hola!- Marlene responde en un tono triste. Rebecca la rodea con sus brazos.
- Supongo que ya has hablado con Abby.- Marlene tuerce el gesto.
- ¡Sí, lo hice! ¡Dios! Ha sido terrible. Ayer tarde me dijo que se estaba enamorando de mí.- Habla esperando la reacción de Rebecca.
- ¿Porqué no me dices…?- Ella trata de investigar.
- No quiero arruinar nuestra noche romántica. Le dije que yo no la amaba de esa manera. Ella está enfadada y molesta. No puedo sentirme culpable, le dije muy claro desde el principio que te quiero a ti.- Rebecca coge la mano de Marlene y la levanta de la silla, la besa con dulzura.
- ¡Ven!- Se la lleva lejos del trabajo.
- ¿Dónde vamos?- Pregunta misteriosa.
- Tenemos una boda que preparar.- Le recuerda.

Caminan tranquilas de la mano por un rincón apacible del parque.
- ¿Qué te parece si pensamos en poner fecha para la boda?- Pregunta Rebecca jugando con un mechón de pelo de Marlene. – ¡Por ejemplo el mes próximo!-
- ¿Octubre? ¡Hmmm! ¡Está bien! No hay problema con eso. ¿Dónde te parece que nos casemos?- Marlene extiende la pregunta. Rebecca la mira a los ojos.
- En el castillo, en el patio, será un otoño de colores y una tarde fresquita. ¿Qué opinas?- Ella sonríe gentil.
- ¡Me gusta!- La abraza alrededor del cuello y la besa con ternura.
- Elisabeth ha preparado una reunión esta noche en el castillo, ella ya sabe nuestros planes y le he preguntado si quería ser mi madrina, espero que no te importe.- Marlene le hace una mirada severa pero atisba Rebecca cierta ironía en ello.
- ¡No! Ésta vez no, tú debes elegir a quien creas que es digna de serlo, yo llevaré a mi padre, creo que se lo merece, siempre nos ha apoyado. Pero recuerda lo que hablamos anoche. ¡Ah!  Aún no estoy preparada para decirle a nadie lo de tener un bebé.- Rebecca está de acuerdo.
-Será cuando tú  lo desees. ¿Te he dicho que te quiero?- 
- Yo también, soy muy feliz Rebecca.-
El final del día está llegando  y como estaba previsto hay reunión del linaje en el seno de los  Langsthein. Marlene y Rebecca se encuentran en la sala grande del castillo esperando la llegada de la familia. Beben champán, mientras hacen risas con Justus. Marlene se ve radiante, sus ojos destellan igual que su sonrisa, Rebecca no le quita la vista de encima, su cara es el reflejo de la sonrisa de su amada. Elisabeth entra en la sala, poco después aparecen Sebastián, Tanja y Kim sonrientes precediendo a Tristán. Dana y Hagen se presentan  a los pocos minutos con gesto de sorpresa y alegría para Marlene, vienen acompañando a Thomas y Biggi. Después de los saludos y abrazos de casi todos, Justus les ofrece champan. En un momento dado Marlene golpetea su copa reiteradamente.
-¡Perdón! ¡Por favor! Necesitamos vuestra atención.- Dice en voz alta. Rebecca se coloca a su lado muy sonriente. La habitación se queda en silencio. Todos las miran con curiosidad.
- Rebecca y yo tenemos un anuncio que hacer.- Sonríe y cede el turno a su prometida, que a su vez le devuelve la palabra, con un gesto muy cortés, que sea ella quien lo anuncie. Se cogen de la mano y...
- Hace dos días Rebecca me preguntó que si le concedía el honor de ser su esposa y he aceptado, ayer le di el sí.- Ante los gritos de vítores y alegría, ambas se cogen las dos manos, toda la familia las felicita con efusivos abrazos de hermanos y cuñadas. Tristán se mantiene apartado mirando con recelo a su hermana y a la que otrora fuese su prometida. A continuación es Elisabeth quien toma la palabra empleando el mismo método de la copa que Marlene.
- Hemos tenido un anuncio emocionante pero aún nos queda por hacer otro más. ¡Rebecca!- Le cede la palabra y ella comienza a hablar.
- ¡Sí! Estoy muy contenta por poder casarme con el amor de mi vida  y quiero deciros que también he decidido aceptar el cargo de jefe de diseño ejecutivo de LCL inc. Después de una cuidadosa consideración y palabras de aliento de mi futura esposa.- Lo expresa mirándose en los ojos de su prometida. – Creemos que es lo mejor para las dos.- Afirma con orgullo. Las felicitaciones son agradables y comienza una noche de celebración.


martes, 22 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 28

                           

                                   
                                   -LAS PIEZAS EMPIEZAN A ENCAJAR-

Katherine corre desesperada, coge desprevenidos a casi todos al entrar en LCL. Casi atropella a Marlene por casualidad al pasar a su lado a toda prisa, por poco le tira el café de la mano.
- ¡Wow!- Le sale espontáneo, pero le da tiempo a ver la cara de ira en la expresión de Katherine, que, sin decir nada, enfila escaleras arriba. Marlene se vuelve al oír el sonido de las puertas delanteras, Rebecca entra corriendo.
- ¡Hey!- La agarra por el brazo. Rebecca se deja sujetar, está sin aliento y tiene una mirada irracional en su cara.
- ¡Ve más despacio!- Le ordena. Rebecca no dice nada. Marlene se percata de lo enrojecido de su cara.
- ¿Qué ha sucedido?- Rebecca parada delante de ella espera a calmar su respiración antes de darle una explicación.
- Le dije la verdad… Sentí un gran alivio.- Expresa entrecortada.
- Supongo que le has dicho todo.- Marlene busca algo más concreto.
- ¡Casi todo!- Rebecca sigue conmocionada.
- ¿Casi? Y ¿Qué hay de Berlín?-  Marlene quiere saber.
- Aceptó la oferta de LCL, triunfará como diseñadora jefe allí, estoy segura se irá tan pronto como avancen con la remodelación. ¡No lo sé!- Marlene tuerce el gesto.
- Tanja me ha encargado algunos bocetos para Berlín. Me ha designado para entrevistar personal con ella y tendré que viajar allí.-  Rebecca siente como un crujido en su cabeza.
- No creo que sea una buena idea para ninguna de las dos. Hablaré con Tanja mas tarde, se que ha habido retrasos con las obras del edificio. No me busques, Katherine aún está aquí y ahora me odia.- Marlene sonríe.
- Creo que ella te ama demasiado. Siempre te odiará.- Rebecca se toca el lado dolorido de la cara que le causa un leve dolor.
- Necesito verla, sé que no puedo hacer las paces, pero al menos quiero intentar suavizar el desastre que he creado.- Marlene piensa en lo dicho por Rebecca y cómo les pasó en numerosas ocasiones tratando de sobrevivir en su propia relación. Rebecca camina lenta hacia las escaleras. Desde allí puede ver a su ya ex novia aturdida que está recogiendo sus efectos personales.
- ¡Hey!- Dice al llegar a su lado. Katherine no la mira, permanece en silencio tirando sus cosas en una caja de cartón.
- Sé que no quieres hablar conmigo nunca más, pero no quiero que te vayas con dudas o incertidumbre. ¡Por favor! ¡Katherine!- Rebecca le ruega, pero esas súplicas caen en oídos sordos. - ¡Por favor! Vamos a hablar. ¿Podemos ir a algún lugar?- Trata de encontrar alguna respuesta de Katherine.
- ¿De verdad? No hay nada que hablar de lo que quieras decirme. ¿Tú crees que iba a cambiar lo que ha sucedido entre nosotras?- Rebecca traga saliva.
- Sé que no es lo que querías escuchar. Realmente estoy feliz por ti. Podrás tomar tus propias decisiones, no me necesitas para tener éxito.- Katherine siente la penetración de sus palabras y gruñe en desacuerdo delante de Rebecca que le pregunta.
- ¿Te vas?- Katherine sonríe mal, Rebecca entiende el mensaje y se retira a su propia mesa. Al cabo de unos minutos aparece Abby que la mira con curiosisdad.
-¡Hey Katherine! ¿Qué pasa?- Le pregunta ya cerca de la mesa. - ¿Porqué estás empaquetando esas cajas?- Le pregunta agarrándola de un brazo.
- ¡Déjame por favor! No estoy de humor hoy.- Le dice cerrando la tapa de la caja.
- ¿Qué está pasando?- Muestra preocupación por ella.
- He decidido aceptar la propuesta de Berlín como diseñadora jefe.- Abby abre los ojos sorprendida. –Y sin Rebecca.- Añade mientras va rompiendo algunos papeles.
-  ¡Lo siento! Supongo que lo decidiste antes de conseguir una confirmación de Rebecca.- Ella asiente limpiándose los ojos.  - ¿Hay algo que pueda hacer? ¿Hablar con Rebecca, tal vez?- Abby investiga con astucia.
- No puedes hacer nada. La situación es que ella no está enamorada de mí. Lo está de Marlene y va a interponerse en tu camino.- Abby puede sentir que se le eriza el bello.
- ¿Qué? ¿Ella te dijo eso?- Pregunta sintiendo un frio que recorre su piel. No sabe dónde se encuentra Marlene en este momento y siente algo de inquietud.

A mediodía Rebecca entra en la oficina de Tanja, se sorprende al comprobar que está en compañía de Sebastián y Elisabeth.
- ¿Me habéis llamado?- Pregunta al aire, todos asienten. Tanja pone una mueca por sonrisa.
- ¡Sí, por favor toma asiento!- Le dice su hermano que abre el maletín mientras Elisabeth revisa unos papeles, es ella quien toma la palabra.
- ¡Buenos días Rebecca!- Habla mirando por encima de sus lentes, le devuelve los papeles a Tanja. – Te hemos llamado porque tenemos una propuesta para ti, que creemos te interesa.- Habla mientras llena una taza de café. Rebecca mira sorprendida.
- ¿Una propuesta?- Pregunta atragantada. Elisabeth retoma la palabra.
- Nuestra empresa ha crecido mucho y precisa de una cabeza pensante que esté comprometida, que coordine el estilo, las ideas y los diseños. Hemos pensado que esa persona seas tú. Necesitamos una dirección de la moda, esa cabeza pensante.- Rebecca se queda sin palabras.
- ¿Director de la moda, cabeza pensante?- Coloca su mano en el pecho como si estuviera tratando de atrapar el aliento. - ¡Yo!-   Exclama en un intento de comprender la situación.
- ¡Sí, tú!- Sebastián sonríe cerrando su maletín. Pone el contrato encima de la mesa y mira a su hermana con cierta admiración. – Piensa en las posibilidades. Tendrás que viajar, las manos libres en relación con los diseñadores y el personal. Podrás contratar un asistente para trabajar contigo. Yo estaré aquí para enseñarte aspectos de la gestión, tendremos mucho trabajo si finalmente LCL se encamina en la dirección correcta. Las expansiones serán muy lucrativas.- Le sonríe, acerca su mano y le acaricia el hombro.
- ¿Tendría que renunciar al diseño si me tengo que mover?- Lo pregunta insegura de lo que implica el trabajo.
- Días de gloria Rebecca, necesitamos crecer con tus habilidades.- Añade Elisabeth facilitando que Rebecca rebaje algo la tensión que ahora se le está acumulando. Tanja se levanta de su escritorio.
- Katherine ha aceptado la oferta de Berlín.- Rebecca hace una mueca.
- ¡Sí! Soy consciente.- Tanja se aproxima.
- Podrías tener tu oficina principal en Berlín, si lo deseas.- Ella sacude negativa su cabeza. Piensa antes de responder.
- No será necesario.- La oficina se queda en silencio.
- No he preparado la selección de los asistentes y personal todavía. ¿Quieres permanecer en el equipo de entrevista?- Le pregunta  Tanja. Rebecca se apresura a contestar.
- No creo que sea una buena idea. ¡Katherine y yo hemos roto!- Elisabeth y Sebastián la miran con estupor.
- ¡Lo siento!- Le dice Elisabeth con sinceridad. – Tu oficina podría estar pues, justo aquí dentro de LCL.- Le propone apurando su café.
- ¡Gracias! Me siento muy honrada por ofrecerme esta oportunidad.- Rebecca sigue con la mirada un tanto perdida. Sebastián le entrega la propuesta recogiendo el contrato de encima del maletín. Ella lo toma con su mano.
- Por favor disculparme. Está siendo un día complicado. Me gustaría aprovechar el resto para estar sola y leer esto.- Tanja la mira con gesto serio. Necesita tiempo y cambiar de ambiente para serenarse. Nota que la tensión se va acumulando, le tiemblan las manos y a veces tiene la sensación de balbucear en lugar de pronunciar correctamente las palabras.
- ¡Rebecca! Si hay alguna pregunta o tienes alguna duda, voy a estar en el castillo, hoy tengo poco trabajo.- Le dice Sebastián, ofreciéndole su apoyo.
Rebecca sale del despacho y regresa a su mesa. Desde las escaleras observa el lugar vacío que Katherine ocupaba. Baja la mirada al suelo con cierta sensación de dolor por el sufrimiento que ha causado.
- ¡Rebecca! ¿Tienes un momento?- Abby se acerca a ella.
- Katherine parece realmente dañada, pero antes, qué suerte para ella. Se le ofreció un puesto de prestigio y que merece la pena. ¡Te las has arreglado para arruinarlo todo!- Rebecca le echa una mirada desconcertante.
- Yo no aprieto arriba para cosas personales. Para tu información, ella aceptó y como estoy segura que te lo ha contado, me ha dejado.- Le responde recogiendo sus cosas.
- ¿Dejado?- Abby se ve empujada a la escalera detrás de Rebecca.
- ¡Déjame sola!- Le exige vehemente. – Lo que suceda entre Katherine y yo no tiene nada que ver con usted.- Le dice con cierto desprecio bajando las escaleras.
- ¿No te referirás a Marlene?- Le espeta airada lo que congela el paso de Rebecca que despacio ladea su cabeza hacia atrás.
- ¿Marlene? ¿Por qué metes a Marlene en esto? Ella no tiene nada que ver en esta conversación.- Abby discrepa.
- Ella lo tiene todo que ver en esta conversación, no me gusta fingir que no lo sé.-  Rebecca comienza a descender despacio haciendo caso omiso de los comentarios de la contable.
- ¡Aléjate de Marlene!- Abby grita enfadada. Rebecca sale rápida por la puerta y regresa a su casa. Abby se para en la parte superior de las escaleras con los brazos cruzados en un ataque de ira. Está tentada de volver a por Rebecca.
- ¡Abby!- Marlene llega hasta ella y se da cuenta de la cara  de angustia que esta expresando.
- ¿Qué ocurre?- Pregunta. Abby no responde inmediatamente.
- ¡Nada!- Dice colocándose ante ella.
- Pareces molesta. ¿Qué está pasando?- Marlene la interroga con calma.
- Rebecca y Katherine se han separado. Katherine está hundida.- Marlene la mira extrañada. La noticia no le causa impacto, le sorprende que proceda de labios de Abby, aunque ya lo pensó después de la escena de la entrada, esperaba que fuera Rebecca la encargada de decírselo.
- Creo que eso es asunto de ellas.-  Le explica tranquila.
- Katherine me dijo que Rebecca todavía está enamorada de ti y que ella no podía competir con eso.- Abby comenta con frialdad. Marlene sonríe.
- ¡Rebecca! Siempre la amaré, ya te he dicho esto antes, no es un secreto.- Marlene se lo dice en tono conciliador.
- Lo sé, pero tenemos una buena cosa y simplemente no quiero ninguna distracción.- Declara emocionalmente.
- ¡Por favor! Deja de hacer esto más de lo que es.-  Marlene implora.  – Tengo trabajo que hacer. Hablamos mas tarde. ¿Ok?-  La deja en las escaleras y regresa a su oficina. Cierra la puerta y la bloquea para evitar que cualquier visita no deseada la interrumpa. La propuesta de matrimonio sigue pesando sobre su mente.
- ¡Rebecca!- La llama en voz alta pensando en ella. Ya tiene claro lo que debe hacer para que su vida se recomponga de nuevo y recuperar lo que es mas importante para ella. Esa fue la razón de que volviera a casa, la necesitaba en su vida y ahora la tiene al alcance de su mano. Antes de ver de nuevo a su amada debe solventar su relación con Abby. En su fuero interno estima que eso no le pueda generar ningún problema, después de todo solo son amigas con sexo incluido. Coge el teléfono y le envía un mensaje citándola para tomar una copa después del trabajo. 
– Tendré que pensar y ensayar lo que debo decirle.-  

En el castillo todo es tranquilidad. Rebecca trata de evadirse de toda presión, en veinticuatro horas su mundo ha dado un giro radical y espera que se complete. Está sentada en la cama dibujando ese vestido de novia que diseña en secreto para Marlene. Sumida en sus pensamientos escucha unos golpecitos en la puerta. Se da la vuelta para encontrar a Katherine allí parada con la expresión de derrota en su rostro.
- ¿Puedo entrar?- Le pregunta y espera una respuesta.
- ¡Sí! ¡Por favor!-  Rebecca cierra el cuaderno de dibujo y se pone en pié.
- Vengo a dejarte la llave de la buhardilla para Elisabeth.- Habla dudando y trata de contener las lágrimas.
- ¡Tú ganas Rebecca! ¿No vas a reconsiderar tu postura? ¡Te amo! ¡Oh dios! No puedo creer lo que estoy pidiendo.- Llora incontrolada. Rebecca le retira el pelo de la cara.
- ¡Por favor! No llores. Lamento mucho hacerte daño. Pero… debo preguntarte si ¿Estarías feliz a mi lado, sabiendo que estoy enamorada de otra persona? ¿Podrías superar el hecho de que hice el amor con ella? Estos últimos meses han sido muy difíciles para mí. Desde que regresó he estado ausente de todo lo demás, siempre la he amado y será así toda la vida.- Rebecca siente el peso de la culpa pero comienza a percibir que está levantando su conciencia.
- ¿Qué vas a hacer? Ella ha construido una relación con Abby.-  Le pregunta en voz baja mientras las lágrimas siguen fluyendo por su rostro. 
- No iba a decirte eso... le he pedido a Marlene que se case conmigo.- Le aclara todo en un tono suave, pero que no evita el dolor y la ansiedad de su ex novia, que se lleva las manos a la boca para sollozar  más. - Nunca tuve la intención de hacerte daño. No debes preocuparte de lo que pase entre Marlene y yo. Ella nunca va a amar a nadie porque estamos destinadas a estar juntas. Necesito de su compañía y ella la mía.- Katherine tiene ahora la certeza de que su mundo con Rebecca se ha hundido definitivamente. Sin embargo no se sustrae a hacer una observación.
- Algo que no funcionó antes, es dudoso que alguna vez lo hayas perdido. Recuperarlo y empezar de nuevo es a lo que tú no estabas dispuesta. Ahora la has reconquistado. Piensa en ti misma por una vez.- Rebecca muestra una cierta ironía en su sonrisa escuchando lo que ella está diciendo.
- Nunca he pensado que las cosas sean perfectas en una relación amorosa. Mi corazón me dice que debo tenerla cerca, que es mi relación perfecta. Ella es mi gran amor y siempre lo será. La propuesta de matrimonio debe haberte llegado como una gran sorpresa, pero no me voy a contener por ti. No quiero mentir porque aumentaría la desconfianza que ya tenemos entre nosotras. Pero créeme te he querido y te quiero, pero su amor es muy intenso hacia mí y yo le correspondo porque es ni alma complementaria.- Respira profundamente. Aunque está siendo sincera, le duele el daño emocional que está causando a Katherine. -Eres digna de que te hagan grande en LCL, no me necesitas para probarte a ti misma como la gran diseñadora que eres.- Katherine le corta con brusquedad.
- No necesito tu patrocinio, no creo que te des cuenta de lo que tú y yo perdemos. Voy a estar siempre en tu vida te guste o no. He firmado con la Lahnstein para toda mi existencia.- Le arroja con todo el fuego en sus ojos. Rebecca suspira.
- Creo Katherine, que una vez en Berlín, debes enfrentarte a tu familia y hacer las paces, deja de ocultar quien eres.- Rebecca lo  dice con dulzura.
- Adiós.- Le dice con brusquedad y sale de la habitación muy enojada.

Abby pregunta a Marlene mientras caminan. - ¿No Limits?- Le propone. Intenta coger su mano pero Marlene lo evita.
- ¡Sí!- Está bien.- Abby se para frente a ella.
- ¿Qué ocurre? Estás muy rara esta tarde.- Marlene mantiene la calma.
- Estoy cansada, solo es eso.- Miente con convencimiento. Entran en el bar y se sientan en una mesa de atrás, algo distante de la demás gente. Marlene se pide un vino.
- Bueno, ya sabes lo de Katherine y Rebecca. Katherine ha aceptado la proposición de Berlín. Lamentablemente sin Rebecca.- Comenta Abby. No le dice toda la verdad, omite su conversación con Katherine y la bronca con Rebecca.
- ¡Sí! Vi antes a Rebecca y me dijo que las cosas con Katherine habían cambiado.- Marlene responde con el corazón latiendo aprisa dentro de su pecho.
- ¿Te comentó Rebecca algo acerca de cómo fué la ruptura?- La pregunta sorprende a Marlene pues no había comentado con ella la conversación que mantuvo con Rebecca.
- ¡No! Me topé con Rebecca poco después de que sucediera.-  Marlene mide sus palabras con cuidado.
- Es una pena que no se mueva a Berlín, lo siento por Katherine, ella está realmente enamorada.- Con esta afirmación de Abby la situación pasa a ser algo incómoda para Marlene.
- Abby, necesito decirte algo importante.- Marlene comienza a hablar, Abby trata de cogerla por la cintura.
- ¡Espera! – La aparta con su mano y la mira. – Sabía que Rebecca iba a romper con Katherine.- Abby traga saliva.
- ¿Qué quieres decir? No entiendo por qué ella te diga que…- Dice alterada y tensa.
- Porque lo hemos compartido y sé cuáles son sus sentimientos, ella me ama.- Le dice con clarida. Abby interviene muy nerviosa.
- Eso fue hace mucho tiempo, ella te dice que te ama porque está celosa y enojada, porque podrías estar interesada en otra persona. Katherine sólo es un ser  atrapado en medio.- Le dice con voz de estrés y a continuación traga de golpe un tiro del tequila.
- Ella no es como crees, no es mala persona. Te dije cuando nos conocimos que yo la amaba, no te olvides que…- Marlene se detiene, Abby está muy enojada.
- ¡Así que! ¿Qué es tan importante que querías decirme? Yo no quiero discutir contigo sobre tu ex novia, ella está fuera de control y es una irresponsable.-  Le espeta con irritación. Marlene decide no morderse la lengua.
- Rebecca y yo nos hemos acostado e hicimos el amor.- Después de esta afirmación Abby la mira con espantada.
- ¿Quee? ¿Cuándo?-  Marlene le devuelve la mirada.
- ¿Importa? ¿Qué tienes en contra de ella? Su familia es propietaria de la empresa donde trabajamos, pero hablas de ella como si fuera basura. Has sido crítica desde el principio. ¿Es porque intentó advertirte acerca de Tristán?- Marlene espera una respuesta.
- No puedo creer que te acostases con ella. ¿Qué es lo que piensas de mí en todo esto?- Empieza a llorar. – ¡Me estoy enamorando de ti!- Le dice, colocando a Marlene en una situación bastante incómoda.



martes, 15 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 27


                                          -HORA DE DECLARACIONES-

Katherine se encuentra en el baño, su estómago es un nudo como consecuencia de la conversación con Abby. Se lava la cara con agua fría tratando de conseguir el control de la situación, que ahora inunda su desesperada conciencia.
- ¿Estás aquí? Te he estado buscando.- Rebecca entra en su busca, le habla con cortesía y se acerca a su lado. - ¿Está todo bien? Pareces molesta. ¿Ha ocurrido algo?- Katherine se aparta con brusquedad.
- ¡Déjame sola! ¡Vete! No quiero hablar contigo ahora.- Le murmura entre dientes.
- ¿Es porque no te he contestado antes? ¡Lo siento! Solo puedo pedir disculpas por mi insensibilidad. He dicho que no te puedo dar una contestación como esa.- Rebecca no necesita ser veraz en este momento.
- Abby vino a verme. Ella piensa que estás presionando a Marlene, que pasas demasiado tiempo tratando de hablar con ella sobre cosas que no tienen nada que ver con LCL.- Katherine lo narra con claridad.
-¡Disculpa! Pero eso no es de tu interés, sean negocios o nó, lo que discuta con ella. Abby no es racional Katherine y diciendo esas cosas demuestra que…- Rebecca se detiene, aprieta la mandíbula pensando en Abby y sus juegos.
- ¿Fuíste a ver a Marlene en su casa sin previo aviso y dejaste una carta?- Rebecca abre la boca. - ¡Responde! ¿Fuiste a su apartamento?- Katherine la coge por los hombros.
-¡Sí! ¡Lo hice!- Le contesta con enfado. Katherine comienza a pasear desplegando un largo monólogo.
- Desde su regreso ella ha sido el foco de toda tu vida. Lo que perdiste y lo que esperas reencontrar. Yo pensaba que era el centro de tu vida y esperaba por ti. Mientras, tú has estado escondida todo este tiempo. ¡Estúpida de mí! Tu preocupación no soy yo.-
- ¡Para!- Rebecca se aleja de ella. - Eso no es cierto, yo te quiero.- Katherine deja de hablar y la mira con dolor. Las lágrimas fluyen incontroladas a lo largo de su rostro. Rebecca aclara su garganta.   
- Estás dolida ahora mismo, lo entiendo, me doy cuenta de lo que he hecho y lo injusta que he sido.- Katherine agarra la toalla que hay en el perchero del lavabo y comienza a limpiar su cara.
- ¡Tengo una reunión con Tanja!- No dice nada más  y sale del cuarto de baño dejando a Rebecca sola y pensando. Se apoya en el poyete tratando de atrapar su aliento, sacude su cabeza con incredulidad y contempla en el espejo la cara de ira contenida que tiene en ese instante.
- ¡Mierda!- Exclama con violencia. Está enfadada consigo misma, tiene la sensación de no tener controlada la situación con Katherine.  Reúne fuerzas para salir del cuarto de baño cuando Abby aparece de repente. Cierra la puerta y bloquea el paso a Rebecca. Con mirada irónica se dirige a ella.
- Acabo de ver a Katherine, me ha parecido muy enfadada. ¿Está todo bien?- Rebecca se le acerca a la cara.
- ¿Cómo te atreves a…?- Abby levanta la cabeza echándola hacia atrás.
- Eso es un poco duro. ¿No crees Rebecca?- Le cuestiona con rudeza.- ¿Por qué lo hiciste?- Espeta mirando seca y de frente.
- ¿Hacer el qué?- Abby juega con sus palabras.
- Sabes muy bien de lo que estoy hablando, deja de mentir.- Explota con ferocidad. Abby vuelve a enfrentarse, puede ver el fuego que arde en los ojos de Rebecca. - ¿Qué tipo de persona trata a su novia de la manera que tú lo haces? Estás jugando con Katherine contra Marlene. ¿Eres tan insegura de tu propia vida amorosa que tienes que implicar a Marlene?-  Trata de acorralarla.
- Nadie en esta empresa se atreve a decirme nada de Marlene y la forma en la que pueda tratarme con ella. ¿Quién eres tú para decirme a quien puedo y no puedo ver?- Rebecca se recupera de forma inmediata y se viene arriba.
- No me importan tus pensamientos, yo no la quiero ver herida por ti o tus acciones.-  Le asegura la contable con gran firmeza.
- ¿Ha dicho ella que te ama? ¿Quiere pasar su vida contigo?- Le pide una respuesta, contestación que sabe perfectamente que nunca va a dar.
- ¡Aléjate de Marlene!- Abby le grita con rabia y rápidamente abandona el baño. Rebecca necesita hacerse con el control de sí misma de nuevo. Se sienta en la bancada y extrae un pañuelo del bolsillo, seca sus ojos y se mira en el espejo. Le parece que todo es un caos. Abby se dirige a la oficina de Marlene con paso presuroso y algo nerviosa. Mira hacia atrás para ver si Rebecca aparece antes de entrar.
- ¡Hola! Te veo preciosa hoy. ¿El almuerzo?- Pregunta sin revelarle lo que ha pasado entre ella y Rebecca.
- ¡Si, seguro!- Le responde con una sonrisa. – Hoy tengo una noche con mis hermanas. Kim me ha llamado.- Le informa y se levanta de su escritorio.
- ¡Ahh!- Abby se sorprende. – Tenía la esperanza de que pudiéramos vernos por la tarde.- Le dice insinuante queriendo llevar sus labios a los de Marlene.
- Kim está viajando mucho, no hemos tenido tiempo para hablar como en otras ocasiones, vamos a cenar y tal vez después podamos tomar una copa.- Le cuenta en un tono feliz. Abby sonríe.
- Entiendo, bueno tal vez. Te llamo a la tarde.-  Le comenta y cierra la puerta. Mira hacia la mesa de Rebecca y puede sentir una mirada cortante que la atraviesa.

Esa tarde Rebecca llega a Schneider pronto. Quiere que todo sea perfecto, no duda del buen trabajo de Charlie pero quiere comprobar que no se escape ningún detalle. Le indica al camarero donde colocar la velas, la mesa está decorada con un mantel de satén rojo y un arreglo de flores de verano. Se retira al baño para refrescarse. Se peina y pone un poco de reflejo de brillo en sus labios. Endereza el vestido negro que lleva puesto, uno de los que mas le gustan a Marlene, lo lució en la boda de Tanja. Regresa al comedor, extrae el estuche de terciopelo negro de su bolso y lo deja descansando contra el arreglo floral. Escapa de la escena mirando el reloj en su muñeca, casi son las siete y ya la está viendo venir a través de la cristalera acercándose a la entrada, le hace un gesto al camarero para que abra la puerta. Rebecca se camufla entre las sombras de atrás de la sala, muy poco iluminada, espera que su amor verdadero esté en el interior para hacerse notar. Marlene llega puntual, al entrar se percata que la quietud del interior del recinto es extraña, encuentra muy vacías las mesas del restaurante. Obviamente  se pregunta dónde estará su hermana.
-¡Hola! ¿Kim?- Mira a su alrededor, el camarero se acerca y le muestra una mesa y se excusa. Marlene se sienta algo confundida. De pronto percibe la presencia de una sombra que le resulta familiar, es la figura  de Rebecca parada entre los adornos florales del comedor.
- ¡Rebecca!- La mira atónita, con una gran sorpresa. - ¿Qué estás haciendo aquí?- Rebecca mantiene la mirada sobria sobre ella.
- He sido yo quien ha preparado esta velada.- Responde mientras se acerca.
- ¿Qué? ¿Dónde está Kim?- Pregunta Marlene algo confusa.
- ¡No sé! Ella me ha ayudado a organizarlo. ¿Podríamos hablar y disfrutar de la cena?- Sonríe, no hay tensión en su mirada y habla con una dulzura propia de los tiempos felices. Marlene se levanta y se dirige de vuelta a la puerta.
-  ¡Por favor! Marlene, no salgas por esa puerta. ¡Por favor! No me hagas esto. Nosotras…- Le ruega casi llorando. Marlene se da media vuelta con los brazos cruzados y la mirada tensa. Duda unos instantes, se pregunta que será lo que Rebecca trae entre manos. Despacio regresa hacia ella.
- No entiendo Rebecca. ¿Sabe Katherine que estás aquí? ¿No deberías estar con ella?- Rebecca sacude la cabeza.
- Estoy donde quiero estar. ¡Por favor! Siéntate y cena conmigo.- Le ruega con voz tenue, Marlene no puede rechazar su petición. Es una sensación como la de no permitirse el enfado con ella, el amor que siente tiene ese poder tranquilizador. Se sientan sin quitarse la vista de encima, se miran como si se estuvieran besando.
El camarero sirve la cena a una indicación de Rebecca. La comida es lo menos interesante aunque Marlene se deleita con un buen entrecot.
- Dime Rebecca. ¿Qué es lo que quieres que hablemos?- Pregunta  mirando esos bellos ojos marrones. – No necesitabas todo éste montaje.- Rebecca frunce el ceño.
- Lo que estamos a punto de hablar aquí, no creo que se pueda hacer en otro sitio, éste es el lugar adecuado.- Marlene deja su tenedor y empuja el plato a un lado.
- ¿Qué significa eso?- Pregunta asertiva pero con curiosidad.
- Abby se acercó a Katherine y le dijo que debía mantenerme lejos de ti.- Marlene la mira con cierta incredulidad. – Ella tiene cierta acritud contra mí. Me acorraló en el baño hoy y se me enfrentó hablando de Katherine y de ti.- Le cuenta Rebecca sin rodeos.
- ¿Se enfrentó a ti?- Pregunta con cierta sorpresa.
- Lo suficiente para decir algo preocupante.- Rebecca le cuenta. Hace una seña al pianista que comienza a tocar una canción lenta.
- ¿Bailas conmigo?- Se levanta y extiende su mano para tomar la de ella. Marlene duda pero acepta. Se abrazan, con el rostro casi en contacto, se miran sin decir una palabra. Marlene nota que su ritmo cardíaco aumenta deprisa.  Como siempre le entran esas terribles ganas de besar a Rebecca, la atracción es tan fuerte como la necesidad de controlarse, la prudencia hace que se contenga.
- ¡Estoy enamorada de ti!- Rebecca le susurra con una sonrisa siguiendo a la música. Marlene se detiene en la pista de baile.
- ¡Por favor Rebecca! No arruinemos esta noche con algo que no se pueda sostener.-  Le responde cogiendo su barbilla con dos de sus dedos. Se separa para alejarse.
- ¡No Marlene! ¡Espera!- Retira los brazos de su espalda.
- Estoy enamorada de ti, y siempre lo estaré, nada nunca va a cambiar eso.- Le habla con sinceridad.
- ¡Por favor, Rebecca!- Marlene se desprende de ella y regresa a la mesa. Se sienta azarosa, algo intranquila, percibe que no tiene controlada ni la situación ni sus sentimientos, que comienza a notar desbocados. Bebe un trago largo de vino. Rebecca se acerca cautelosa y se detiene frente a ella mirando sus ojos azules, alcanza el estuche de terciopelo negro y sonríe, se agacha poniendo una rodilla en el suelo, Marlene la mira sin entender lo que pasa. Con la mirada serena Rebecca abre la caja con lentitud y expone el hermoso diamante “el Marqués” que brilla en la tenue luz de la sala.
- ¡Marlene! ¿Me harás el honor de ser mi esposa?- Marlene se queda con la boca abierta ante ésta inesperada propuesta,  mira el anillo y a Rebecca, que la contempla con una sonrisa de satisfacción, una y otra vez, tarda unos instantes en reaccionar.
- ¿Qué… quieres casarte conmigo?- Responde aunque se siente sin capacidad para expresarlo, como si no pudiera respirar. Los ojos se le empañan con incipientes lágrimas, un sentimiento desconocido recorre su espíritu, nota que la turba y la inquieta, aunque su mente no se nubla tanto.
- ¡Por favor, di que sí!- Rebecca reclama una respuesta a su declaración mirándola con asombro.
- ¡Rebecca! Estoy halagada, eufórica y encantada de que quieras casarte conmigo, lo estoy de verdad, me hace muy feliz que lo hagas. Pero hay otras personas involucradas, hay gente que puede salir lastimada y sus vidas en ruinas. Tu has dicho que nunca lastimarías a Katherine y veo que vas hacer precisamente eso.- Hace una pausa y una idea viene a su mente. “¿Porqué me importa?” Se pregunta a sí misma de forma realista. 
- ¿Has terminado las cosas con ella?- Rebecca inclina la cabeza.
- ¡No! Pero está planteado.- Marlene entorna los ojos.
- ¿Estabas esperando por un compromiso conmigo? ¿Quieres estar con ella fuera de arrepentimientos y porque te sientes obligada con ella?- Le pide la mano a Rebecca para levantarla de su rodilla.
- ¡No! No me siento obligada a estar con ella, quiero estar contigo.- Hace una pausa para tomar aire con moderación. - ¿Te acuerdas cuando te dije que yo solo te amo?- Marlene asiente. – ¿Te acuerdas del día de la boda de Tristán y tu vestido de novia?-   Le pregunta fijando su mirada en los ojos de Marlene. - ¡Te lo dije! Te amo y que siempre va a ser así.- Marlene interpela a Rebecca.
- ¿Lo recuerdo! ¿Cómo podría? Nunca olvidaré esas palabras de cariño que dieron profundidad a mi amor por ti.- Rebecca toma su mano y le acaricia el rostro con delicadeza.
- ¿Me amas?- Le pregunta mirándose en el azul de sus ojos.
- ¡Sí! ¡Te amo con todo mi corazón!- Le responde con candor.
- ¡Entonces! Quiero que confíes en mí, cree en mí, no te alejes de mí otra vez. Quiero pasar mi vida contigo. No importa lo difícil que sea para todos los demás. Pedirte que te cases conmigo es el paso correcto, pero es que no puedo imaginar mi vida sin ti. Si nos casamos será la única manera de cumplirlo.- Marlene escucha sus palabras y responde con tierna mirada.
- Ha sido muy duro para mí intentar no pensar en ti…, no hemos tenido precisamente buenas vibraciones desde la primavera. Esto es repentino e inesperado.- Reflexiona en un intento para llegar a entender. – Constantemente pienso que el amor nos hizo libres y desinhibidas, pero ¿Estás segura?- Sonríe frente a Rebecca. Cierra la caja del anillo y se la entrega.
- ¡Si! Muy segura, todo lo segura que mi voluntad es capaz de estarlo... Si necesitas tiempo para pensar… Me gustaría conocer que opción tengo.-
Le pregunta en un tono de voz tranquilo. Marlene suspira.
- Dame algo de tiempo, espero que lo entiendas y  que estés de acuerdo. Todavía tengo que tener en consideración a Abby.- Muestra una parte de la realidad.
-Supongo que tendrás dudas acerca de mí…, de nosotras, si tu mente está en ella.- Rebecca habla con los pies en la tierra.
- Lo que has dicho acerca de Katherine, como serán las cosas, es delicado y le harás daño. Abby y yo tenemos una relación y tengo algún afecto por ella, nada que ver con al amor que siento por ti.- Le observa con toda honestidad.
- ¿Le dijiste que hemos hecho el amor?- Pregunta.
- ¡No! Ella no tiene ni idea.- Marlene agrega mirando lejos, hacia ninguna parte. Las circunstancias de aquel encuentro sexual aún retumban en su conciencia, no se sintió honesta consigo misma.
- Estoy preparada para dedicarme solamente a ti toda mi vida.- Rebecca le expresa con dulzura estas palabras de aliento.
- Debería irme. Gracias por la cena.  Voy a tomar todo en consideración, realmente yo…- La emoción la ha dejado sin palabras. Se levanta de la silla, se inclina hacia Rebecca y la besa en la mejilla, a continuación abandona el restaurante. Rebecca se queda sentada con la alegría plasmada en su rostro y en su ánimo. Una sensación de tranquilidad largamente deseada la invade toda el alma. Más tarde piensa que ya está preparada y decidida para acabar su relación con Katherine.

Marlene camina pausadamente por la calle arriba hacia su domicilio, se siente como descolocada , con la sensibilidad a flor de piel. Rebecca ha levantado su corazón pero se siente extraña. Toda una sorpresa inesperada, casarse con ella, al tiempo que la llena de felicidad ha roto completamente su dinámica hasta ese momento, ni se lo podía imaginar. Mucho tiempo ha estado esperando algo así, deseaba volver a Rebecca y ahora, que parece ser una realidad, piensa que está soñando. Con taciturna actitud se dirige a su apartamento. Una vez en la puerta coloca la llave en la cerradura y la abre. Se sorprende por la presencia de Abby en el interior.
- ¡Oh! Me has asustado. ¿Qué estás haciendo aquí? – Le pregunta con cierta agresividad.
- Pensé que podías estar en casa. Realmente quería verte. ¿Cómo fue tu noche con Kim?- Marlene baja la cabeza, se siente ligeramente avergonzada.
- Fue bonito, si, eh… ella ha tenido una tarde agradable, Ya está en la puerta para otro viaje.- Se estruja la mente para encontrar una justificación.
-¡Ya veo! Te mandé un mensaje.- Le dice en actitud de regañina.
- Tenía el teléfono en off.- Le responde dejando el bolso en el sofá. Abby la abraza y comienza a besarla en el cuello. Marlene entorna sus ojos, no quiere pensar en Rebecca. Abby comienza a desvestirse y tira de ella hacia la habitación para caer en la cama. Marlene mantiene los ojos cerrados, Abby está encima queriendo hacer el amor pero Marlene es un mueble.
- Te noto rara, perpleja, pareces fuera de situación. ¿Estás bien?- Le pregunta mientras sigue besándola en el cuello. Marlene gira su cabeza y su cuerpo lejos. Su mente está experimentando los efectos secundarios de la conversación y la propuesta de Rebecca, no puede hacer nada por apartarla de su cabeza.
- No puedo esta noche, Abby. Estoy muy cansada y que estés aquí, es realmente inesperado, deberías irte.- Le expone con calma y sin prestarle atención. Abby se levanta y comienza a abrocharse la camisa.
- Hay algo distinto, algo te hace estar abstraída.- La mira como si estuviera regalando un secreto. Marlene se sienta en la cama con la barbilla apoyada en sus rodillas. Abby se sienta a su lado, le acaricia el pelo detrás de la oreja.
- ¿Cuál es el problema? Pensé que estarías contenta de verme, pero supongo que apareciendo sin previo aviso ha sido algo precipitado, te pido disculpas.- Habla con un punto de vergüenza. Marlene frunce el ceño.
- Estoy cansada Abby, necesito dormir.- Le dice en tono pausado.
- ¿Está Kim bien? Esto me hace suponer que, para ser una noche de chicas y diversión… ¿Ha ocurrido algo que no me dices?- Trata de sacarle lo que le puede haber sucedido.
- Nada fuera de lo ordinario. Te veo mañana.- Abby se levanta y se marcha. Marlene pone su cabeza en la almohada y comienza a llorar.

A la mañana siguiente Rebecca llega a LCL temprano esperando ver a Katherine. No sabe cual es su agenda ni si tiene alguna reunión con Tanja o las costureras. La tarde anterior, su discusión solo calentó la situación del porque han interrumpido sus vidas. Debe pensar cual es el camino para decirle a Katherine la verdad de lo que está pasando. El por qué de lo sucedido estos tiempos atrás y lo más difícil, contarle que ya no volverán a ser pareja. Rebecca tiene una dificultad a la hora de explicar cosas conflictivas que pueden afectar o hacer daño a otra persona, sobre todo a alguien que quiere, y, a su manera, ama a Katherine. Siente un gran dolor solo pensar en ello, en romper sus vidas.
Se sienta a su mesa hojeando los dibujos y tomando alguna nota, al poco rato escucha el clic de los zapatos de Katherine subiendo las escaleras. Con cierto nerviosismo observa su semblante tranquilo, se acerca con la mirada serena y la sensación de marcada confianza.  Se aproxima a Rebecca.
– He tomado una decisión.- Le expone. - ¿Hablamos?- Katherine se muestra firme.
 - ¡Sí! Pero no aquí.- Le responde Rebecca mostrándose de  acuerdo. Salen de LCL y caminan hasta un parque cercano, pasean hasta encontrar un banco desocupado.
- ¿Qué has decidido?- Le pregunta preparándose para lo peor.
- He decidido aceptar la oferta de LCL. La oportunidad es demasiado buena para dejarla pasar. Mi familia me necesita. Mi madre no parece estar totalmente recuperada. Berlín es mi casa, lo he pensado bien. Esto es lo que yo quería ser y allí sé que estaré a gusto.- Rebecca la mira con la cara algo iluminada.
- Es un gran paso Katherine, me enorgulleces, no creo que vayas a tener ningún problema para manejarte.- Katherine la mira con fijeza y gesto serio.
- Me gustaría que reconsiderases el mudarte a Berlín. Creo que podría enfrentarme a mi familia, y tal vez casarnos en un futuro.- Le hace el ofrecimiento que bulle por su cabeza.
- No puedo. Espero que entiendas que no estoy lista para salir de Düsseldorf, yo tengo aquí a mi propia familia.- Ella la interrumpe muy cortante.
- ¿Tu me amas?- Rebecca se siente inquieta.
- Yo te quiero pero… Katherine se pone en pié.
- ¿Pero qué? ¿Qué podría hacer que te quieras quedar? ¿Marlene?- Ladra en voz alta. Rebecca sabe que necesita limpiar su conciencia. Siente la presión de las palabras sobre Marlene y la necesidad de ser honesta.
- Te quiero, pero tenías razón y lo has sabido todo el tiempo. Estoy enamorada de Marlene desde hace mucho tiempo, está muy cerca y no quiero que me abandone otra vez.- Katherine jadea y empieza a llorar. La ira la invade de forma abrumadora.- Sé que esto no es justo para ti. Me duele tener que dejarte ir, yo te quiero pero ella es el amor de mi vida. Las cosas son así.-
- ¿Te has acostado con ella?- Rebecca percibe gran agitación en su voz. Pero no desea mentirle.
- ¡Sí! Lo hice ¡Lo siento!- Katherine pierde los estribos y golpea a Rebecca en el rostro, sin pensar la agarra de la boca con sus manos apretando con violencia lo que provoca que Rebecca se lleve las manos a la cara.
- ¡Ok! ¡Me lo merezco! – Haciendo una mueca de dolor. Katherine se levanta y sale corriendo para alejarse de ella. El schok la ha superado. Rebecca se queda sola tratando de aliviar la inflamación superficial que cubre su rostro.