Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 30 de junio de 2017

CAPÍTULO 88

                               
                                   
                            CORRIGIENDO ERRORES

- ¿La amas?- La voz de Biggi calma a Marlene en cierto modo. 
- Más que nunca he amado a nadie en toda mi vida.- Comienza a llorar. Biggi la agarra en un abrazo.
- Y ahora suceden cosas.- Le comenta en voz baja estirándose hacia atrás y mirando a su rostro.
- Cuando te casaste con Rebecca, era para bien y para mal.- Biggi coge la mano de Marlene.
- Así que de lo que me has dicho es que compartieron un beso.  ¿Rebecca te ha contado que no pasó nada más? ¿La crees?-  Le pregunta con interés.
- Yo, yo estaba muy enojada anoche y dije algunas cosas duras. Después pensé en ello, realmente no estaba enojada por el beso, fue por el hecho de que ella no me lo dijera.-  Se levanta de la sofá.
- Sabía que  estaba molesta por algo y le pregunté aquella semana que era lo que estaba mal, sin embargo ella me evitaba.- Marlene se acerca a la ventana y mira hacia afuera.        
– Puedo entender el por qué de tu enfadado, pero Marlene no pasó nada más, ella te ama y lo más importante es que está sufriendo por esta situación.-  Biggi la presiona en lo emocional y se acerca a ella para explicarle con rigor. - El matrimonio nunca es fácil y Rebecca ya se ha castigado a sí misma lo suficiente sobre esto.-  Marlene se sonríe fácil. 
– Lo sé Biggi, pero son ese tipo de cosas las que nos separaron antes.-  Ella le corta rápidamente. 
- ¿Son las mismas cosas que harán que vuestro matrimonio sea más fuerte? Tienes que utilizar el buen juicio. Ve a casa y habla con ella, trabajar  sobre esto y ser fuertes. ¡Sí! Puedo entender cómo te sientes, pero ella es la única que ha decidido hacer su vida contigo. No merece la pena tirarlo a la basura por algo tan insignificante como que no te dijo algo sobre un beso.- Mira a Marlene con interrogante. Ella entiende su razonamiento y acepta de buen grado el consejo.

Rebecca está sentada en silencio en su oficina hojeando el informe de gastos que necesitaba para entregar a Abby, la contable.
- ¿Quieres el almuerzo?- Le pregunta Ruth desde la puerta.
- No, gracias, realmente no tengo hambre.-  Le responde sin mirarla.
- ¿Vendrá Marlene para el almuerzo?- Le pregunta. Rebecca se detiene en lo que está haciendo y la mira pensativa.
- ¡No sé!- Ella frunce el ceño, la puerta principal suena al abrirse, Marlene entra y deja las llaves sobre la mesita del recibidor.
- ¡Oh! Marlene estaba preguntando si que vendrías a casa a comer.- Traspasa la puerta de la oficina.
- ¡Ahora no! Necesito hablar con Rebecca.-  Le responde. Marlene presta toda su atención a Rebecca.
- Voy a sacar la basura.- Ruth contesta y las deja solas.
- ¡Marlene!- Rebecca habla con una mueca.
- Voy a subir por las escaleras, tengo que cambiarme antes de acudir  a mi cita con el profesor Schumer, si tienes tiempo podemos hablar.-  Rebecca la sigue de cerca, entran en la habitación y Marlene cierra la puerta.
- Sé por lo que estás enojada...- Rebecca rompe el silencio, Marlene la rodea con sus brazos por la cintura mirándola a los ojos.
- Sí muy enojada.-  Le susurra. - Pero no quiero hablar en este momento, sólo deseo abrazarte y tenerte entre mis brazos.- Rebecca la mira con incredulidad, apoya la barbilla encima del hombro de Marlene y cierra los ojos, con el corazón latiendo  acelerado.
- Lo siento mucho. Te amo y me siento como una idiota.-  Una lágrima rueda por su mejilla. Marlene se estira hacia atrás y con su pulgar seca la lágrima de su rostro.
- Te amo Rebecca, sé que habrá momentos en que sucedan cosas, y que debería sentirme herida y enojada, pero me doy cuenta en mi corazón que tengo que superarlo. Sé que a partir de ahora esto nunca volverá a suceder.- Le habla con severidad. Rebecca baja la cabeza.
- Yo debería habértelo dicho inmediatamente todo es por mi culpa, yo soy la única responsable.- Se confiesa por el remordimiento. Marlene baja la cara y con su dedo índice levanta la barbilla de Rebecca, mira sus labios, acerca lentamente los suyos para  reunirlos en dulce beso de sorpresa.  Se separa y comienza a desvestir a Rebecca.
- ¿Estás segura?- Rebecca pone su mano sobre el brazo de Marlene.
- ¡Sí! Estoy segura.-  Sonríe y se despojan de sus vestimentas para caer en la cama y llenar su cuerpo de felicidad.
- ¿Cuándo se lo vas a decir a Tanja?-  Rebecca pregunta al tiempo que Marlene se levanta de la cama.
- Esta tarde, después del encuentro con el profesor Schumer.-  Rebecca se encuentra bajo el calor de las mantas.
- ¡Ok! Voy a tratar de dormir un poco.-  Le dice y Marlene comienza a vestirse para su cita. 
- Supongo que la otra habitación no era muy cómoda. -  Murmura.  
- ¡No! No lo era, no podía dormir pensando en cómo me he comportado.-  Ese fue el precio por su error. Marlene se endereza la falda que se ha puesto y luego echa hacia atrás su cabello, besa a Rebecca con dulzura en los labios.
- ¿Vas a ir a LCL después?- Rebecca le pregunta.
– Iré, Tanja debería saberlo de inmediato.-  Ella coge su bolso de encima de la cómoda. 
- ¿Supongo que sería inútil pedirte que no te acerques a Sofía?-  Ella la mira con aprensión.
- ¡Sería!- Le responde con sarcasmo. Rebecca se queda mirando el techo sabiendo que no puede detenerla.

-¡Buenas tardes Profesor Schumer!-  Expresa Marlene al entrar por la puerta de su oficina.
- ¡Señora Von Lahnstein! Es un placer verla de nuevo, por favor entra.  ¿Podría ofrecer té o café?-  Se levanta de su escritorio, con un gesto le indica que tome asiento.
- ¡No, Gracias!- Le responde para a continuación recordarle los términos de la oferta que le había hecho días antes.
- Me parece ver que ha tomado una decisión.-  Él habla con franqueza.
- ¡La tengo! He decidido aceptar su oferta.- Le manifiesta con una sonrisa.
- Ésta es una noticia maravillosa.- Él estrecha su mano temblorosa con firmeza.
– He de hablar con Tanja Von Lahnstein esta noche para hacerle saber mis planes, debo avisar con dos semanas.- Le confía al profesor Schumer.
- ¡Bueno, bueno!-  Él resopla.
- Sin embargo tengo que hacerle una petición.- Le expresa con convencimiento.
- Cualquier cosa.  ¿En qué puedo ayudarle?-  Se interesa.
- Me gustaría empezar inmediatamente después de dejar LCL. Y poder tener mi oficina dispuesta, a ser posible.-  Ella le expresa.
- La mayoría de la gente quiere pasar sus vacaciones de verano lejos de aquí.- Él sonríe entre dientes. – Usted quiere todo lo contrario a eso, no veo ningún problema.- Le responde abriendo su agenda.  - Estaré unos días de descanso, volveré a principios del próximo mes. - Él anota algo en la agenda.
- Tengo muchas cosas pasando por mi cabeza, me gustaría tener un plan de clases en orden y disponer de una oficina y  buscar un asistente.-  Ella baja la vista a su vientre.
- Tengo un bebé en camino y mucho que pensar.-  Sonríe con satisfacción.  
- Ya le asigné una oficina al final del pasillo, cuando la ocupe, tendrá a Cassandra Hefner que la ayudará con el plan de clases, le va a mostrar cómo son las pruebas de grado, ella ha sido una gran ayuda para todos nosotros. Ha trabajado con muchos de los instructores de aquí, y le puede ayudar en otras tareas de oficina. Le sugiero que prepare una lista de preguntas.- Sonríe y Marlene le devuelve los documentos.
- ¿Está todo en orden?-  Los coloca en una carpeta marcada con su nombre. Extiende la mano hacia ella y la estrechan.            
- Bienvenida al equipo, creo que le gustará su libertad aquí, y estoy impresionado con sus deseos de hacer un cambio en su vida profesional.-  Le responde caminando hacia la salida.
- Nos vemos el día doce.- Le apunta.
- ¿Me puede tener un par de candidatos para el puesto de asistente?- Ella no quiere dejar ese tema para última hora. 
- Tenemos varios estudiantes que están cerca de la graduación y que se van  a dedicar a la enseñanza.- Le agrega con una sonrisa.
- Gracias de nuevo profesor Schumer, esto significa mucho para mí y espero que lo que la Universidad me ofrece le pueda responder con satisfacción.-  Le responde en un tono feliz.  Se despiden.  Marlene deja el nuevo entorno que estará trabajando con sentido de logro.

- ¡Marlene!-  Tanja llama con voz firme. - ¡Tanja!- Marlene saluda al entrar en su oficina y tomando asiento frente a su escritorio.  
- ¿Asumo que Sophia ha hablado contigo acerca de Riga?- Marlene podía sentir los latidos del corazón acelerándose.
- ¿Riga? ¿Pensé que estábamos centrando en susurros nocturnos y la colección adolescente?-  Le pregunta con asombro.  
– Estamos, pero pensé que no estaría de más poner de relieve su más reciente colección.- Tanja le responde con seriedad. Marlene piensa un momento.
- Tengo que decirte algo.- Le habla en un tono severo haciendo que Tanja le dé su completa atención.
- ¿Estás bien Marlene?-  Ella le pregunta intrigada.
- Me han ofrecido un puesto en la Universidad de Dusseldorf como instructor de diseño gráfico. Me han entrevistado, he revisado cuidadosamente lo que me ofrecen y he decidido aceptar.-  Mira a los ojos de Tanja con los labios tensos, Tanja permanece tranquila estudiando la expresión del rostro de Marlene. - ¡Es cierto!- Le ratifiaca.
- ¿No bromeas, verdad?- Le responde plantando su puño bajo la barbilla y en estado de shock y asombro. - ¿Creo que no te haría ningún bien hacerte otra oferta para quedarte?- Le pregunta de forma deliberada.  
- Me gusta mi trabajo aquí y estoy agradecida por todo lo que has hecho por mí, pero esto es una verdadera oportunidad para brillar, mostrar a los demás  el talento que tengo, quiero hacer algo diferente, Tanja.- Su sinceridad resuena con claridad mientras habla. Tanja frunce sus labios.
– Puedo entender cómo te sientes y te deseo  todo lo mejor, sé lo que perdemos por aquí. -  Una lágrima de gratitud cayó por la mejilla de Marlene. - ¿Qué pasa con tu embarazo?-  Tanja preguntó.
- Ellos asumen el reto y se han comprometido a trabajar durante la baja de maternidad según lo han programado. Voy a tener un pequeño equipo para hacerse cargo mientras estoy fuera de servicio.-  Le dice con confianza.
– ¿Para cuándo?-  Tanja cuestiona moviendo las hojas de su agenda abierta.
- ¡Dos semanas!- Ella responde de forma rápida. 
- Supongo que Rebecca  debería venir aquí inmediatamente para que podamos hacer una búsqueda de un nuevo director de arte.- Coge el teléfono para redactar un texto. Marlene se pone de pie.
- Veré ahora a Sofía para hablar sobre Riga.-  Le cuenta, y se encamina hacia la puerta.
- Y una vez más, gracias Tanja.- Marlene abandona el despacho de Tanja y enfila las escaleras hacia el área de diseño. Sophia se da cuenta de que Marlene la está observando desde corta distancia, trabaja febrilmente en un patrón para sumar a su colección.
- ¡Buenas tardes!-  Marlene le habla para su sorpresa.
- ¡Oh! Marlene. Buenas tardes.-  Ella deja lo que está haciendo, deja el patrón a un lado.
- Tanja me ha pedido que nos reunamos para hablar de Riga.-  Marlene comienza la conversación.
- ¡Sí! Ella y yo lo hemos discutido anteriormente y ha decidido hacer una pequeña presentación.- Responde con una sonrisa haciendo que Marlene se sienta incómoda. 
- ¿Vamos a mi despacho?-  Marlene le pregunta señalando la puerta. Se dirigen a la oficina, Sophia  se sienta frente al escritorio cruzando las piernas y relajada.
- Yo no he planificado un tema.- Comenta Marlene mirando a la hermosa mujer sentada frente a ella.
- ¿Algo con el verano en mente?-  Ella propone.
- ¡Hmmm! Podría, y tendría que aprobarlo tanto Tanja como Rebecca.- Ella aborda el tema.
- No creo que ninguna de ellas tenga un problema con lo que les proponga.- Ella la interrumpe, Marlene recoge su pluma de tinta y comienza a golpear con ella en su escritorio.
- Voy a ver a Rebecca para que me ayude a decidir sobre algo, pero tendrá que ser rápido ya que Riga se acerca rápidamente.-  Responde Sophía con un intento de sonrisa.               
- Rebecca tiene talento, no sólo en el diseño de moda, también para otras cosas.- Marlene hace una mueca al escuchar las palabras amables de Sophia, puede sentir el calor de la ira aumentando a través de su cuerpo antes de hablar.
- Ella tiene mucho talento y es una buena besadora.-  Marlene revela con el ceño fruncido de su frente. Sophia se siente endeble e incómoda mientras observa la mirada agresiva de Marlene, envolviendo su mente de culpa.
- ¡Marlene!- Casi no puede decir su nombre      
- ¿Tienes algo que decir? Pareces un poco ansiosa, preocupada.- Ella le pregunta en un tono molesto.
- Te debo una explicación.- Marlene la interrumpe.  
- No me debes nada.- Ella sonríe con un suspiro.
- ¡Yo! Rebecca debe haberte contado lo de Bruselas.- Le dice en espera de una respuesta, Marlene sonríe tímidamente.
- ¡Sí! lo hizo, pero realmente no la puedo culpar, Rebecca es atractiva, mundana y con talento, algo que crea un atractivo por ella.-  Sophia siente en la boca que se le revuelve el estómago.
- ¡Lo siento! No sabía que estaba casada, nunca quise interferir en ella o en su vida.- Le implora, se agarra y frota su garganta.                
- Rebecca está fuera de tu alcance. Creo que no tendré que decir esto nunca más.- Ella le relata directamente. Sophia asiente.
- Rebecca me lo dejó perfectamente claro, no habrá ninguna interferencia por mi parte.- Ella se estremece de vergüenza.  
- Dejaré que reflexiones sobre el tema.- Sophia se levanta de la silla y regresa a su estación con un aire incómodo,  se siente confundida y avergonzada.
- ¡Hey!- Rebecca se acerca a ella. - ¿Estás bien?- Le pregunta. Sophia mira hacia la puerta de la oficina de Marlene. 
- ¡No aquí!- Ella le habla humilde. Rebecca la sigue hasta el almacén y cierra la puerta. 
- Marlene está enfadada conmigo.-  Se pasa la mano por los ojos que se humedecieron.
- ¡Lo siento Sophia! Le dije la verdad, tenía que hacerlo, no puedo guardar secretos a mi esposa.-  Sophia deja de pasearse y se quita el pelo de la cara.
- ¿Por qué no se lo has dicho cuando sucedió?-  Ella le cuestiona con severidad. Rebecca traga saliva.
- Pensé que no era para tanto.-  Ella baja la cabeza y fija la mirada en su mano.
- ¿Tanto es qué?- Ella la coge la mano y la mira fijamente a los ojos.
- Realmente quería que trabajaras para nosotros y yo no quería arruinar cualquier posibilidad de no poder contratarte.- Se declara con conciencia culpable.
– ¿Pensaste que Marlene estaría en contra si se lo hubieses dicho de inmediato? - Rebecca bajó la cabeza.  - Contéstame Rebecca.- Le ordena con fuerza, su voz resuena en todo el almacén.
- ¡Sí!- Ella suelta el sí con pena.
- Imagínate lo avergonzada que estaba cuando ella me lo espetó a mí.- Sophia la regaña.
- ¡Lo siento! Nunca quise que esto se me fuera de las manos.- Rebecca sacude la cabeza con incredulidad.
- ¿Por qué un beso puede causar un problema así? No lo entiendo.- Ella transmitió con angustia, Rebecca suspira profundamente.
- Mentirle a ella no es una opción, significaría su salida. Además  que ella esté embarazada, significa que es algo que he tratado de evitar a toda costa.- Sophia puede ver la tristeza en su rostro. - Hemos tenido una relación tormentosa, y es un deseo de nunca volver a vivirlo. Mi infidelidad estaría delante más que mi deseo de trabajar. Todo el tiempo pensando en cómo se sentiría, era algo que hubiese arruinado nuestras vidas.- Rebecca se confiesa, Sophia escucha a una Rebecca muy angustiada. - Ninguna de las dos éramos felices y se notaba, aquello nos llenó de cicatrices y ella simplemente no pudo aguantar más, la engañé y mentí acerca de ello durante semanas. Ella me dejó. ¿Cómo podía volver a confiar en la mujer que construyó toda su vida a su alrededor?- Rebecca llora incontrolada.  - Ella se marchó mucho tiempo y cuando volvió estaba con Katherine.-  Rebecca se enjuga las lágrimas de la cara. - ¡Qué lío he hecho de mi vida, a mí misma! - Sofía la abraza.
- No te castigues, todos cometemos errores.-  Rebecca se aparta de ella
- Yo los sigo haciendo, nunca debería haberla mentido, a pesar de que era un error honesto.-  Rebecca implora.
– Entiendo tu proceder. Heinrich y yo, bueno, he intentado ser sincera, pero nunca di un segundo pensamiento a extravío, sabía desde el principio de mis sentimientos y sí, lo amaba pero las cosas se ponen en el camino…-  Sophía trata de explicarse.
– Amo a Marlene, siempre tengo la sensación de que voy, no, no voy a cometer el mismo error de nuevo.- Expresa con honestidad. Sofía levanta un ojo hacia ella.
- Nunca digas nunca, te conozco, hay amor entre las dos y este niño va a ser un ejemplo de vuestro amor, pero no puede haber incertidumbres, que nunca se sabe lo que depara el futuro.- La aconseja caminando hacia la puerta. Rebecca baja la cabeza quiere recomponerse del dolor de antes y se dirige al baño para se lavarse la cara.
- ¡Aquí estás!- Marlene abre la puerta y la  abraza por la cintura girándola para verla frente a ella.
- ¡Hey! ¿Qué pasa? ¿Has estado llorando?-  Rebecca baja la cabeza.
- Todo es acerca de mí. ¡Bien! ¿Hablaste con Tanja?-  Ella cuestionó tratando de cambiar el tema.
- Lo hice, me dijo que iba a verse contigo de inmediato.-  Le dice Marlene. - ¡Hmmm! Ahora está en una reunión con Sebastian y Abby.-  Marlene la atrae hacia si besando sus labios con delicadeza.
- Hablé con Sophia.- Rebecca le transmite mirándola a los ojos.
- ¿Tú  has hablado?-  Marlene le pregunta a gusto.
- ¿Tu lo hiciste antes? ¿Verdad? - Busca en su expresión de la verdad.
- Lo hice y creo que lo he hecho muy claro sin perturbarla a ella.- Pasa el dedo índice por el lado de la mandíbula de Rebecca.        
- ¡Yo!- Marlene la hace callar con rapidez.
- ¡Shh!- Pone sus labios en los de ella de nuevo, esta vez separándolos con la lengua. Se detiene con sus ojos puestos en Rebecca.
- Tú perteneces a mí y sólo a mí, no voy a dejar que nadie se interponga entre nosotras. Todo el tiempo intentaré mantenerte satisfecha en todo lo que significa el matrimonio. Así no tendré nada de qué preocuparme.- Rebecca se derrite en sus brazos con las palabras que le expresa.
- No sabía que podías amarme con esta pasión.-   Expresa con la cabeza apoyada en el pecho de Marlene.
- ¡Pero sí!-  Marlene comienza a acariciar su espalda abrazada firmemente en ella.  
- Marlene, me encantaría poder hacerlo, pero tengo que cumplir con Tanja.- Le gimotea.
- Tanja puede esperar.- Ella la toma de la mano  y la conduce a uno de los puestos del cuarto de baño. Cierra y bloquea la puerta, se besan apasionadas y completamente fuera de control. Rebecca estira la cabeza hacia atrás contra la pared cuando Marlene le besa el cuello con fuerza intensa. Las manos de Rebecca corren violentas por los largos mechones de su pelo rubio.  Besa entrando en su boca con suavidad. La empuja contra la pared  y le abre la camisa y el sujetador besando su pecho ahora al descubierto, besa su pecho. Marlene gimotea y suspira, las rodillas se le debilitan dando paso a los deseos de Rebecca. Ella La mira en profundidad en el azul eterno de sus ojos, desabrocha los pantalones y desliza su mano hacia abajo en su vacío que espera sus caricias. Marlene susurra dulces deseos a Rebecca mordisquea y besa la oreja hasta que llega el frenesí del orgasmo. Marlene abrazada por la pasión que solo en  ella ha encontrado. Rebecca la sostiene manteniendo su presión contra la pared,  con sus labios baila y juega en la piel de Marlene hasta volver a ver sus ojos de nuevo frente a ella. Marlene se endereza dejando que Rebecca se recomponga a sí misma, Marlene se arrastra lentamente por detrás de ella.
- ¿Hay más de eso de donde vienes?-  Le susurra besándole la nuca.
- ¡Hmmm! Me gustaría tener una cita con usted, tengo un dolor y usted es justo lo que me recetó el doctor.- Se ríen y se besan. Luego se toman en serio la una a la otra una vez más.
- Te amo Marlene.- Ella comienza a llorar.
- No llores.-  Le dice acercando sus rostros y sus miradas.
- ¡Yo! Yo, no puedo evitarlo, sigo cometiendo errores que no debería, pero no importa qué, yo sólo te amo.-  Su abrazo se estrecha.
– Lo sé, Rebecca.-  Le expresa con ésta simple respuesta.

martes, 27 de junio de 2017

CAPÍTULO 87

                                               
                           LOS CAMBIOS LLEVAN RIESGOS

Marlene se dio la vuelta en la cama agarrando a Rebecca firme alrededor de la cintura.
- ¿Estás despierta?- La besa en el cuello.
- ¡Hmmm!-  Gimotea pero apenas se mueve. Marlene  comienza a tocar la punta de los cabellos de Rebecca con su dedo índice, la besa en el cuello de nuevo, pero tiene la sensación de que Rebecca seguía enojada por lo de la noche anterior. 
- He tomado una decisión.- Le dice en voz baja al oído. Rebecca duda un segundo antes de rodar sobre su espalda.
- Sorpréndeme. ¿Cuál será?-  Ella se queda mirando al infinito. Marlene apoya la cabeza sobre su pecho.
- He decidido aceptar la oferta de la Universidad.- Percibe acelerado el ritmo cardíaco de Rebecca. Marlene susurra pensando en ella dejando LCL, el espacio que dejaría el no verla en el entorno del trabajo.
- No puedo decir que no me sorprende.- Ella responde pasando los dedos por el cabello de Marlene.
- Sólo  quiero que no te muestres decepcionada.-  Marlene responde con un suspiro. 
- Yo nunca podría estar decepcionada contigo, te amo.-  Le dice con mirada tierna.
- Quiero ser yo quien se lo diga a Tanja. Me reuniré con el profesor Schumer mañana, y quiero dar a Tanja tiempo suficiente para encontrar a alguien y así  poder trabajar con ellos.-  Le explica con una sonrisa.
- ¿Comenzarías el primero de agosto? - Rebecca le pregunta besando su cabeza.
- ¡Sí! Tendré que contratar  un asistente y entrenarle antes de la baja maternal, al menos estaré un mes o así con mis clases.- Rebecca percibe la emoción en su voz,  la abraza con fuerza.    
- Estoy muy orgullosa de ti.-  Añade y la besa suavemente, cada una cierra los ojos con sus pensamientos.
- ¡Te echaré de menos en LCL!-  Rebecca dice entre dientes.
- Te hará volver a casa por la noche con más ilusión.-  Comenta Marlene.
- ¿Cómo vas a funcionar con Mateo, cuando sea un poco mayor?-  Le pregunta levantando la cabeza.
- Habrá días que mi horario será algo mas completo, estará con Ruth, ya te lo he dicho, voy a tener clases la tarde de los miércoles y sé que estarás en casa para él.-  Le responde, Rebecca hace una mueca.
- Nunca he cuidado de un bebé Marlene.-  Ella expresa con severidad.
- Relájate, aprenderás y serás una buena… de las mejores madres,  deja de ser tan nerviosa.-  Ella le exige al tiempo que rueda fuera de la cama y se coloca la bata.
- ¿Dónde vas? Estamos bien disfrutando de este tiempo juntas.- Ella se arquea apoyándose en los codos.
- Voy a hacer café para nosotras.-  Rebecca se acurruca bajo las mantas, la cruda realidad de cuidar un bebé entra de nuevo en su mente y se queda sin aliento.
- ¿Está todo bien?-  Marlene pregunta dejando la bandeja de café sobre la cómoda. - ¡Oh! Sí. ¿Por qué no iba a estarlo?-  Murmura aceptando la taza de manos de Marlene.        
- ¿Crees que te gustará la enseñanza? Quiero decir: Te gusta dibujar y el diseño, éste es un verdadero reto y  diferente a ser director de arte.- Marlene sonríe sorbiendo su café.
- Me las arreglaré, mis conocimientos de informática son buenos, tengo varios programas para trabajar y así podré trabajar con cualquier estudiante. Con lo que ya he aprendido creo que dominaré el reto. ¿No te parece? - La exposición de Marlene parece racional para Rebecca que termina su café.
- Yo debería ducharme.-  Marlene le dice, Rebecca sale de la cama.
- Y yo debería ir a ver a mi hermana.- Ella expresó suavemente.
- ¿Crees que ahora es un buen momento?-  Marlene le pregunta.
- No hay buen momento, pero no estoy dispuesta de ser utilizada como una embaucadora.-  Muestra una mirada de desconcierto, ella abre la ducha, Marlene está a su lado y escucha su tono de enfado.
- Es un hijo de puta y no estoy dispuesta a dejarlo caminar por encima de nosotras. No tiene ni idea de lo sucedido. Tristán incluso se enojó con él porque no sostiene su lengua cuando debe y lo quiero detener, él es un huésped en la casa de nuestra familia.- 
Rebecca casi delira mientras entra en la ducha, Marlene baja la cabeza sabiendo que no puede parar a Rebecca y el asunto debe tratarlo en el seno familiar. Rebecca se viste y baja por las escaleras.
- ¿Quieres desayunar?- Le pregunta Marlene. 
- ¡No! Gracias, no tengo estómago para ello. Sólo quiero dejar este asunto terminado con mi hermana.-  Le responde, Marlene es todo lo que escucha antes de cerrarse la puerta.  
- ¡Buenos días Justus! Sra. Lentz.- Rebecca les saluda al entrar por la puerta de la cocina.
- Condesa, estaba a punto de preparar el café para el desayuno. ¿Le importaría unirse a todos los demás?-  Le pregunta colocando la jarra sobre la bandeja. 
- ¡No! ¡Gracias! Necesito hablar con Helena ¿Está despierta?-  Justus sonríe cómico.
– Afortunadamente ella no es como su novio, que todavía está dormido.- Rebecca fija su mirada.
- ¿Podrías pedirle que venga a la cocina? Es importante.-  Él asiente saliendo de la cocina camino del comedor. A los pocos minutos aparece su hermana.
- ¡Rebecca!- Helena la llama con cierta sorpresa.  Ella reacciona con un ligero movimiento de su cabeza.
-  Señora Lentz, ¿Nos disculpa?- Le pregunta en un tono relajado, la Sra. Lentz sonríe y deja sus cosas a un lado de la mesa y sale de la cocina.
- ¡Lo siento Rebecca! Sé lo enfadada que debes estar.-  Helena le dice en un tono razonable.  
- No me gusta tu novio o lo como lo llames.-  Rebecca arremete contra ella con voz fiera.  
- ¡Cálmate por favor! Rebecca.- Le pide con serenidad. - Él Había bebido más de la cuenta.-  Rebecca encaja su mandíbula.
- Él fue grosero y ha hecho comentarios tanto a Tristán como a mí. Yo no conozco a este hombre de nada, pero se atreve a darme su opinión de que soy totalmente responsable de la ruptura entre Tristán y Marlene.- Ella gruñe muy enfadada y con una mirada muy dura. Helena suspira y suplica.
- Una vez más, sólo puedo pedir disculpas por su mal comportamiento.- Ella sintió un dolor en la boca del estómago al responder a su hermana.
- No me molesta  el hecho de que tenga un problema con parejas del mismo sexo, pero es un huésped en la casa de nuestra familia y debe aprender a mantener la boca cerrada. Lo que sucedió entre Tristán, Marlene y yo está resuelto, ella es mi esposa y estamos a punto de tener un hijo. Tristán ha encontrado a Emily y son felices. Sólo espero por tu bien que este hombre venga con limpieza a por ti. Y espero que nunca tengas que pedir perdón más veces por los problemas o errores de esta otra persona.- Rebecca expone su posición con estoicismo.
- No estoy segura de que esto sea procedente en él.  Clark nunca ha tenido un problema con las personas homosexuales. Llegaré al fondo de ello, no quiero arruinar nuestro verano aquí, quiero y necesito pasar tiempo con todos vosotros.-  Ella responde con dulzura. Rebecca extiende la mano a la mejilla de Helena.
- Eres mi hermana y te quiero y no deseo que te hagan daño tampoco. Me temo que Clark tiene un problema en su cabeza de antes, y además profundo. Al venir aquí se ha abierto esta herida de alguna manera. Mantener secretos nunca es una buena cosa, creo que todos hemos aprendido a partir de nuestro pasado. Marlene y yo no queremos sentirnos incómodas cuando estemos en tu compañía.-  Helena corta rápida.
- Y yo tampoco Rebecca.- Responde con una expresión facial de consternación.
- ¡Por favor! Resuelve este problema.-  Le dice  dejando a Helena reflexionando sobre el comportamiento irracional de Clark.         

- ¡Hmmm! La carne asada estaba muy buena Biggi.-  
Rebecca alaba la comida al dar el último bocado de su plato Disfrutan de la cena en casa de Thomas y Biggi
- ¡Gracias Rebecca! Pero ahorrar algo de espacio para un pedazo de la tarta.- Les dice.
- ¡Entonces! ¿Cómo te encuentras?-  Thomas mira a su hija.  
- Estoy bien papá, cansada, a veces.- Mira hacia su plato mientras ella le responde.  Sonríe y luego vuelve un ojo hacia Rebecca. Marlene deja su vaso en la mesa.
- ¡Papá, Biggi! Tengo que compartir algunas noticias con vosotros.-  Ella comienza  a hablar voz nerviosa por la emoción.
- ¡Bueno! No nos tengas en vilo!- Thomas interrumpe, Biggi le agarra la manga de la camisa tirando de él.
- Me han ofrecido un nuevo trabajo.- Ella responde mirando a ambos.
- ¿Qué?- Él interviene.
- ¡Sí!- Marlene se aclara la garganta.  - La Universidad de Dusseldorf y su departamento de bellas artes ha decidido añadir el diseño gráfico y la moda a su oferta docente de este año. La respuesta a sus encuestas ha sido abrumadora.  Me he entrevistado con el profesor Hans Schumer la semana pasada.- Les cuenta. Thomas parece divertido e iluminado por su decisión.
- Pero ¿Qué pasa con el bebé? - Le pregunta con seriedad.
- Me tomaré mi permiso de maternidad como está previsto, tendré un asistente entrenado para que me sustituya. La Universidad cuenta con un centro de cuidado infantil para que las madres y los padres puedan pasar tiempo con sus hijos durante los descansos.-  Menciona
- ¿Cuándo vas a empezar?-  Pregunta Biggi.
- El primero de agosto, tendré mucho que hacer para elaborar mi plan de trabajo en una nueva oficina.- Su sonrisa irradia felicidad.  
- ¿Estás segura?- Thomas la interroga intrigado.
- ¡Sí! Estoy muy segura.-  Marlene le responde.
- ¿Rebecca?- Thomas la mira con suspense.- ¿Cuáles son tus sentimientos?- Le pregunta con curiosidad.
- No puedo decir que no esté decepcionada con su salida de LCL, pero estoy muy orgullosa de ella. Es dueña de sí misma y una  gran profesional que se merece esta oportunidad.- Les asegura con firmeza. Mientras Marlene ayuda Biggi a recoger la mesa.
- ¿Quieres una copa de vino?-  Thomas le ofrece Rebecca.
- ¡Sí, por favor!-  Ella se sienta en el sofá y él le entrega la copa y se sienta junto a ella.
- Parece entusiasmada con este nuevo reto.- Le comenta.
- ¡Sí! Y la he apoyado, Marlene es muy inteligente por no hablar de brillante, su talento la guiará con sapiencia.-  Ella reflexiona bebiendo su vino.
- Me preocupa el bebé, nuevo estrés.-  Bromea. 
- Yo también me preocupo, pero ella me asegura que todo estará bien y tengo que confiar. Esto es lo que ella quiere.-  Rebecca señala, Marlene se acerca por detrás de ellos, posa su mano sobre el hombro de Rebecca.
- ¿Más vino?-  Ella pregunta, Rebecca le entrega la copa.
- ¡Gracias!- Le expresa.
- No puedo evitar que me preocupa. Recuerdo cuando Vickie estaba embarazada de Tommy, creo que hizo demasiadas cosas, pero no pude convencerla de lo contrario.- Thomas tiene un aire de preocupación.
– Por lo que a mí respecta no debo preocuparla, se pone tensa.-  Rebecca le dice con una risita.
- Yo tampoco debería preocuparla, pero a mí sí me preocupa.- Revela Thomas.  Biggi y Marlene se acercan a ellos.
- Así que maestra o profesora.-  Biggi expresa contenta.
- ¡Sí! Tengo muchas ideas que corren por mi cabeza.-  Le relata.  
- Te prometo que te  ayudaré con lo que pueda.-  Rebecca le dice con adoración.  
- Hagen y Dana estuvieron esta mañana, tenían que regresar. Dana estaba nostálgica.- Le cuenta Thomas. Rebecca habla a continuación.
- Tuve una larga conversación con Hagen, la granja parece ser un éxito y Maxi está realmente creciendo pero quiere un hijo propio.-  Después de un largo rato compartiendo conversación con Thomas y Biggi, Marlene y Rebecca regresan  a  casa.
- Necesito una siesta.- Marlene se declara al abrir la puerta.
- Necesito algo más que una siesta.- Rebecca expresa en broma besando  un lado del cuello de Marlene.
- No estoy realmente en el estado de ánimo Rebecca.- Le expresa a subiendo las escaleras con Rebecca aferrada a ella.
- Podrías cambiar de opinión.-  Le responde con su mano presionando suavemente la trasera de Marlene.
- Eso no vas a hacerlo.- Quejándose y cambiando la mirada hacia atrás, hacia Rebecca.
- ¡Oh!- Responde Rebecca sensualmente agarrando a Marlene besando sus labios con fuerza, la lengua de Rebecca sondea su boca con un gemido.
- ¡Déjame mostrarte!- Rebecca le dice en un ruego. Se besan apasionadas hasta que caen en la cama. Rebecca se mueve a un lado de ella, su mano vaga hacia el montículo, mira hacia los ojos azules sensuales de Marlene.
- Te amo más de lo que jamás podría imaginar, mi corazón late fuera de control cuando te miro, tu tacto me vuelve loca.-  Ella le susurra romántica. La mano de Marlene se desliza hasta el primer botón de los pantalones vaqueros azules de Rebecca como un chasquido, se miran brevemente. La mano de Rebecca guía a Marlene ella le abre la cremallera y le quita los pantalones, seguido por la camisa y la ropa interior. Rebecca, ahora desnuda, lentamente desabrocha la camisa de Marlene y la deja caer al suelo, le desabrocha el sujetador y luego le retira el resto de la ropa.
- Eres tan hermosa Marlene y tengo la gran  suerte de que te hayas decidido hacer tu vida conmigo.-  Ella le habla con dulzura y luego acaricia suavemente su vientre.
- Te amo Rebecca, te he amado durante tanto tiempo como puedo recordar, incluso a través de los tiempos más difíciles y con nuestras debilidades.- Ella le relata solemne. Yacen abrazadas mirándose mutuamente. Rebecca hace una respiración profunda y se sienta al lado de Marlene tragando saliva.
- Marlene, necesito decirte algo.-  Ella comienza a rasgar su garganta haciéndose daño mientras trata de formar las palabras. Marlene la agarra el hombro.
- ¿Por qué estás llorando? - Ella le pregunta levantándose a su lado.
- Es realmente necesario que escuches, esto no es fácil para mí.- Se pone de rodillas baja la barbilla antes de responder.
- ¡Ok! Tienes toda mi atención. ¿Qué es lo que podría ser tan difícil de decirme?-  Su mirada es hace atenta y seria.
- ¡Dios! No sé por dónde empezar.- Ella se arrastra.
– ¿Empezar? Desde el principio.-  Marlene trata de ser un apoyo.      
- Cuando acepté este empleo, supe que tendría que tomar decisiones difíciles de llevar a cabo, que tendría que usar mi inteligencia, el talento y el conocimiento para contratar gente para hacer un buen trabajo en LCL.- Sacude la cabeza secándose una lágrima que había rodado hasta la barbilla. - Cuando viajé a Bruselas fui con la intención de contratar a Sophia que trabajaba para Henri. - Ella mira a los ojos de Marlene. 
– Y la  contrataste,  parece feliz y se lleva bien con todos.- Marlene sonríe con una expresión agradable.
- La verdad del asunto es aquella noche que fui a su habitación… me dio un beso.- Rebecca puede ver elevarse la tensión en la cara de Marlene.
- ¿Te fuiste a dormir con ella?- Le pregunta sin rodeos saliendo de la cama y poniéndose la bata.
- ¡No! Yo no, me sorprendió totalmente, yo, yo…-  Trata de explicar.
- ¿El qué Rebecca?- Marlene empieza a pasear aparta la vista de ella.
- Yo le dije que estaba casada y que estábamos esperando nuestro primer hijo.-  Le contesta honestamente, se levanta de la cama y se mueve hacia Marlene.
– Ponte algo de ropa.- Le ordena Marlene suspirando con dureza.
- ¡Lo siento! No pasó nada Marlene. Juro no pasó nada.- Ella declara en voz alta mientras empieza a vestirse.
-Te pregunté hace semanas que era lo que estaba mal, me lo has ocultado todo este tiempo.- Exclama en voz alta.
– Contrólate baja la voz  Marlene, o quieres que Ruth nos oiga.-  Marlene cierra la puerta.
- ¡Marlene quería decírtelo!-  Rebecca incrementa su llanto.
- ¿Querías decírmelo?- Le suelta en tono brusco y enojado.
- Realmente no ha sido un buen momento, yo no quería darle importancia, fue sólo un incidente aislado y desafortunado. Nunca le mostré ningún interés.-  Ella deja de hablar y baja la cabeza, Marlene empieza a caminar de nuevo.               
- ¿Mostrar su interés? Ella trabaja para nosotros Rebecca.- El rostro de Marlene se convirtió en hosco.
- Le dije que estaba casada, de verdad, por favor, tienes que creer que nunca volvería a engañarte, lo juro.- Extiende su mano en el hombro de Marlene, de repente ella se aparta.
-  ¿Tuviste que atornillarla para conseguir que trabaje para LCL? -  Las lágrimas fluyen ahora por su rostro.
- No le he puesto una mano encima, no estoy interesada en ella de esa manera y no tenía ni idea de cuando la conocí que era bisexual.- Rebecca imploró tratando de acercarse a ella.
– Por qué no me dijiste que ella te dio un beso. ¿Me estás engañando Rebecca? ¿Tuviste contacto con ella? ¿Está ella en tus sueños cuando duermes por la noche? Me refiero a que la contrataste, aceptó y que ¿Hay  alguna razón que no sea LCL por la que se quedó?- Comenta Marlene sentada en la cama.
- ¡No lo sé!-  Enseguida baja la cabeza en admisión de culpabilidad. - Sólo escucha Marlene y si quieres que me vaya, lo haré. Pero en este momento tú y nuestro hijo es lo más importante en mi vida y te quiero, nunca he tenido relaciones sexuales con ella. Después del beso, rápidamente salí de su cuarto y ella se disculpó. No sabía nada acerca de nosotras hasta que se lo dije. La verdad del asunto es que realmente quería que viniera a trabajar para LCL y dudé de mí misma y de mis habilidades, yo sólo podía ver lo que podía hacer para LCL y sabía que si te decía algo sobre el beso, te pondrías en contra de ella y me presionarías para no contratarla. Y no quería que eso ocurriera.-  Rebecca le habla con voz clara y precisa. Marlene se cruza de brazos mirándola  directamente a los ojos.
- Estos son exactamente los motivos por los que nos separamos la primera vez, porque no nos comunicamos, ocultaste durante semanas lo de tu romance con Thore y ahora has mentido sobre Sophia porque querías contratarla, no puedes tomar decisiones de negocio solo para ti. ¿Cómo sabes lo que yo te hubiese dicho?-   Se pregunta con angustia en su corazón.           
- ¡Vamos Marlene! sabes que te habrías enfadado.- Conjetura Rebecca.
- ¡Bueno! Entonces no me conoces en absoluto. Me contaste lo ocurrido con  Angelo de inmediato, pero no has tenido las agallas para decirme lo de Sophia. Me pregunto Rebecca si no te sientes atraída por ella, más que el diseño de moda.-  Sus observaciones son crudas y toman por sorpresa a Rebecca.
- ¡Te amo! Yo sólo quiero estar contigo. ¿Por qué no me escuchas?-  Ella la abraza por la cintura atrayéndola.
- ¿Escuchar? Puedo escuchar todo el tiempo, pero entonces dime la  verdad de cuando te la pida o la suplique. Me has  mentido, no tienes fe en mí o en esta relación. ¿Qué voy a pensar?-  Le pregunta con la expresión facial de tristeza, ella comienza a llorar de nuevo, los labios de Rebecca tiemblan.
- ¡Por favor! ¡No! Te necesito, y sí, me he equivocado por no decírtelo de inmediato, te lo ruego entiéndeme y perdóname, por favor.- Marlene y ella bajan la cabeza al pozo de su estómago que le duele incontrolable. Acaricia  su vientre con delicadeza.
- ¡No sé Rebecca!- Suspira y abre el cajón de la cómoda, rebusca dentro de él y saca un par de pijamas y los entrega a Rebecca. Con cautela los coge y suelta el abrazo que tenía en la cintura. Sin decir nada más decisivo y en silencio sale de la habitación y cierra la puerta.