Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 31 de marzo de 2017

CAPÍTULO 62

                                                     
   
                                           ARENAS MOVEDIZAS
- ¡Rebecca!- Angelo le hace señas.
- ¿Quieres un café?- Ella le pregunta.
- Uno negro, sin azúcar.- Él indica.
– Para mí con leche, por favor.- Ella pide a su vez y le pregunta.
- ¿Qué puedo hacer por ti?- Él respira un momento.
- Tengo algunos diseños listos para su aprobación, es decir, si tienes tiempo.-  Le menciona.  
- Creo que tengo una reunión de presupuesto esta mañana, en cuanto me reúna con mi asistente organizaré algo de tiempo para estar contigo y Elisabeth.-  La sonrisa y la tranquilidad de su voz le intrigan, la contempla mientras se aleja de él hacia su oficina. Aarón está ocupado encendiendo su computadora portátil y mirando su agenda abierta sobre el escritorio.
- ¡Buenos días!- Él saluda al verla entrar.    
– ¡Buena mañana!-  Aarón aposenta sus cosas.
- Estoy buscando el manual del presupuesto. – Cometa mientras mira por encima de la mesa. -Tengo una reunión con la contable Abby Wilkes a las diez.- Él se sienta al lado de su ordenador portátil para abrir el cajón de la mesa, saca un bloc de notas. 
- ¿Es esto lo que buscas?- Se lo entrega.  Ella suspira.
- La última cosa que querría hacer esta mañana es reunirme con la contable.- El tono agudo de su voz llama la atención de asistente.
- ¿Hay algún problema?-  Él le pregunta y la mira con una ligera sospecha.  
- No somos exactamente amigos, es un hecho que no nos gustamos la una a la otra nada en absoluto.-  Le cuenta mirando folleto.
– Ya veo ¿Hay alguna razón en particular para que no seáis amigas?- Le pregunta curioso por su aversión inflexible. Ella duda un segundo.
- ¡Marlene!- Le dice. Él se sorprende.
– ¿Marlene?- Murmura él mientras se frota la barba, sus ojos azules brillan ante la mención de su nombre. 
- Supongo que algo entre Marlene y Abby ha sucedido.-  Su corazón late con fuerza en previsión de una respuesta directa de ella.
- ¡Sí! Sí lo hubo, realmente no puedo discutir sobre ellas en este momento, tengo que atender a Angelo y Elisabeth antes de la reunión de presupuesto. Quiero que llames a Katherine para encontrar un lugar donde hacer un reportaje al aire libre para la colección adolescente. Marlene está trabajando en los telones de fondo para el desfile de moda de la colección de Katherine. Pero creo que necesitamos también hacer algo un poco diferente.-  Rebecca le da, además de ésta, un conjunto de otras instrucciones.  
- ¿Contactar con Katherine?-  Rebecca está a punto de salir por la puerta se vuelve hacia él.
– Ella y yo lo hemos discutido, pero sabe que tengo algunas ideas en mente, de modo que sí. Llámala y dile lo de mis planes, que cualquier comentario que aporte sería útil.-  Se apresura hacia la puerta y se dirige hacia las escaleras. Aarón cierra su agenda y comienza a pensar en Marlene, en su encuentro casual y el agradable encuentro que tuvieron. 
- ¡Aarón!- La voz de Marlene le sorprende.
- ¡Buenos días!- Él sonríe con amplitud.
- Es que. ¿Has visto a Rebecca?- Su sonrisa se irradia hablando de ella.    
- Arriba, en una reunión con Angelo y Elisabet. ¿Cómo estás?-  Le pregunta algo nervioso.
- Estoy un poco cansada, este fin de semana fue largo y agotador.- Rápidamente se pone de pie y endereza su corbata.
- ¿Tienes un momento?- Siente curiosidad y quiere  ahondar en el comentario anterior de Rebecca. La  sondea viendo su expresión facial.
- ¡Bueno! Tengo una reunión de presupuesto.-  Ella suspira con gesto serio. Él la mira pensando en Abby.
- Rebecca mencionó algo acerca de una reunión de presupuesto con Abby.- Marlene baja la cabeza aclarándose la garganta.
- ¡Sí!- Él se acercó a ella.  
– Creo que no le gusta Abby gracias a ti. No hemos hablado de ella. No me refiero a que quiera intervenir, pero si voy a estar trabajando entre toda esta gente, no quiero ser sorprendido o avergonzado por acusaciones o cuestiones personales.-  Marlene se cruza de brazos y mueve la cabeza en acuerdo.
- Cuando regresé de Los Ángeles, Rebecca estaba con Katherine, yo creí que no tendríamos una oportunidad y me sentí sola. Empecé a salir con Abby.- Traga saliva. 
- ¿Hay algo más que no sea sólo salir?- Marlene le mira y le responde con firmeza.  
- Ella está enamorada de mí. Nunca fue mi intención que eso sucediera. Amo a Rebecca y el salir con Abby hizo que  Rebecca  aceptara el hecho de que me seguía amando y decidiera hacer una vida nueva conmigo.-  Aarón hace una mueca.
- ¡Wow! ¡Caótico!- Ilustra rascándose la cabeza.
- A veces, sí lo ha sido.  Nunca tuve la intención de hacerle daño ni que jamás se enamorara de mí.  Ha sido muy difícil para mí y ha causado problemas serios a Rebecca, ella la detesta, le echa la culpa de todo a Rebecca y no tiene absolutamente ningún respeto por ella. - Explica con algo de emoción. Aarón la coge por los hombros.
- ¡Está bien! Estoy seguro de que vas a superarlo.- Marlene se aleja de él.
- Ella lo está poniendo difícil.- Le responde en un tono animado. -Tengo una reunión de presupuesto, más tarde hablaré contigo.-  Cierra la puerta. Aarón  se queda allí inmóvil,  piensa en ella y la delicada situación. Se pregunta de nuevo por su primer encuentro en la adolescencia y cómo ella le desconcertó. Su corazón da un vuelco al pensar en la oportunidad de que el nuevo encuentro se pudiera convertir en algo después de todo.

Rebecca y Angelo observan los patrones sobre la mesa, él bromea ligeramente con ella.
– Creo que debes aflojar un poco.- Comenta mirándola a los ojos. 
- ¿Qué, soy demasiado negocio para ti?-  Ella pregunta con una sonrisa.  
– Creo que deberías tratar de relajarte para ese encuentro económico con Abby. Sería interesante.- Efectivamente los pensamientos de Rebecca están relegados a tratar con Abby.     
- Siempre puedes volver aquí y trabajar estas selecciones de patrones conmigo.-  Su expresión  se hace muy seria. Rebecca percibe que hay algo diferente en él.
- ¡Pues claro que puedo!  Pero la única razón por la que estoy aquí hoy, es la reunión de presupuesto, tengo la intención de trabajar desde casa de forma continuada, he configurado mi oficina allí. Aarón estará en la mía aquí. -  Dijo dejándolo un poco decepcionado.
- ¡Oh! No sabía que ibas a pasar mucho tiempo alejada de aquí.- Rebecca se ríe. 
- No es tan lejos,  tendrás la oportunidad de visitarme, y podremos trabajar a partir de ahí en alguna ocasión. Viajaré bastante este verano.- Ella responde recogiendo su folleto de presupuesto de la mesa. - Tengo una reunión de presupuesto…- Ella mira su reloj de pulsera. - En un minuto.- Añade con una sonrisa socarrona. Él sonríe también mirándola mientras camina hacia el ascensor, la observa en secreto viendo el ajuste perfecto de sus pantalones de cuero. Con el codo descansando sobre la mesa, su mente fantasea con ella.
Abby aparece en la parte superior de las escaleras mientras observa a Ángelo, la expresión de su rostro delata su enamoramiento con Rebecca. Ella se queda allí para verlo más en detalle. Se vuelve para ver a Rebecca entrando en el ascensor, una sonrisa cruzó su rostro.
- ¡Buenos días!- Ella se acerca.
- ¡Oh! Abby  no te había visto. ¡Buenos días!- Responde sorprendido, su mente se pregunta que es lo que estaba haciendo. Apoya el pie sobre la pata de la mesa y adopta una postura como si estuviera inspeccionando algo.
- Puedes relajarte Ángelo, parece que tienes ojos errantes.- Ella le comenta,  capta en él un cierto gesto de vergüenza. Se pasa la mano por el pelo tratando de relajarse, se siente nervioso. 
- ¿Qué quieres decir?- Ella sonríe.
- Sabes exactamente lo que quiero decir, te he visto en más de una ocasión.- Ella se acerca a él. – Parece que sientes una cosa por Rebecca ¿Eh?-  Él la mira con cara de extrañeza.  
- ¡No! No sé por qué se podría pensar en ella, está casada.- Abby se cruza de brazos descontenta.
- Ella puede estar casada, pero no está muerta.- Su tono es chapucero.
- Eso es una suposición grosera ¿no te parece?- Él responde rápidamente.
- ¡Es cierto! Quiero decir que ella engañó a Marlene antes, dudo mucho que vaya a permanecer fiel sólo porque ella tiene un anillo en su dedo.- Habla con rudeza.
- ¿No te estás agarrando a un clavo ardiendo o es acerca de Marlene?- Le cuestiona con furor.  
- Marlene es tonta cuando se trata de Rebecca.- Ella responde con una voz marrullera.
- Obviamente ella ama a Rebecca, estás celosa porque te dejó y se casó con ella.- Abby baja la cabeza.
- Tienes razón, fue muy duro y tengo muchos pesares tristes, yo la amo.-  Ángelo suspira con profundidad.  
- Y ¿Qué pasa con Natasha? ¿Cómo crees que se sentiría sabiendo que te pasas la mayor parte de tu tiempo languideciendo por otra persona? ¿Sabes si ella es consciente de tu relación pasada con Marlene?-  Pregunta con firmeza y sin reservas.  
- Ella lo sabe y me gusta mucho. Nos hemos divertido las pocas veces que hemos salido. No estoy renunciando a ella sólo porque me sienta decepcionada con Marlene. Me dejó perfectamente claro que no quiere tener nada más que ver conmigo y que nunca se había enamorado de mí.- Respira un momento y piensa- Creo que lo que dice, no siempre es cierto y sé que en el fondo ella siente algo por mí.-  Verbaliza una suposición mirando al suelo con cierto abatimiento.
- No creo que vaya a engañar a Rebecca.- Angelo afirma con seguridad.  
- No importa, no tendré ninguna posibilidad con ella, y por alguna razón tampoco veo que  Rebecca la engañe de nuevo.- Ella comenta con franqueza.
- No creo que ella hiciese trampa con un hombre, después de todo es lesbiana.- Él responde preguntándose acerca de esa aventura fuera de su relación con Marlene. 
– Se acostó con un hombre, el ex Director de Arte Thore Helstrom.- Ella le sonríe. A él, lo sorprendió.
- ¿Acaso Marlene nunca habla de ello? Me refiero a que alguna vez hizo alguna referencia a que estuviera con un hombre.- Abby hace una mueca.
- Yo sé que ha sido la comidilla, desde que estoy aquí algunos de los empleados de más edad me han hablado de ello, y ella en alguna ocasión.-  Le cuenta con cierto soniquete.
- Tengo una reunión de presupuesto que asistir. ¿Tomamos una copa después?-  Añade preguntando. Trata de sacudirse el estado de ánimo de decepción que está compartiendo.
- Estoy libre casi cualquier noche, así que sí, házmelo saber. Tal vez podamos conseguir algunos compañeros se unan a nosotros en No Limits.-  Añade para crear  estímulo.
- Si estás pensando en Rebecca vendrás a No Limits.-  Le dice ella con dudas. 
- No le das suficiente crédito.-  Responde él. Ella coge su cuaderno.
- Te veré más tarde.-  Abby se aleja de él. 
Nuevas cosas que pensar  sobre Rebecca acuden al frente y al centro en sus pensamientos. Abre su cuaderno de dibujo y comienza el contorno de un rostro que dibuja rápidamente. Algo que parece tener una semejanza con Rebecca. Se frota los dedos por el dibujo y en secreto fantasea con ella con el toque de sus dedos sobre los labios de la imagen,  una escena de pasión alcanza todo su pensamiento, siente un calor que levanta su columna  y comienza a temblar por dentro. Sale corriendo al baño buscando una corriente de agua fría, se moja intensa la cara hasta que respira de nuevo, rápidamente se seca mirándose en el espejo antes de regresar a su puesto.

Marlene y Rebecca se están burlando entre sí con un juego de las manos por debajo de la mesa mientra Abby expone los términos del presupuesto.
- Si se vuelven a la página tres notarán que he creado un sistema como una especie de escalera de mano para cubrir cada departamento por etapas.- Abby enseña un diagrama del folleto.
- ¿Cada departamento tiene diferentes fechas de puesta en escena?-  Pregunta Sebastián.
- ¡Sí! Cada departamento es diferente, un ejemplo: Las costureras son diferentes de los diseñadores y sus ayudantes, los administrativos y el director de arte estarán en una parte diferente de la planificación.- Señala la página con el dedo índice.
- Mi preocupación es con la moda, con todas las nuevas y futuras aperturas de tiendas no tendremos más remedio que hacer sesiones de fotos adicionales y estoy pensando un desfile de moda en París, así como nuestro viaje anual a Riga.- Tanja señala.
- La financiación de los desfiles de moda y sesiones de fotos tendrán que provenir de fondos independientes de las de los empleados, sus necesidades deben ser lo primero.- Abby añadió.  
- Eso es lo primero con sentido común que he escuchado decir.- Rebecca susurra en voz baja mientras Marlene le da un codazo.
- Los ingresos de las tiendas actuales y boutiques ayudarán a financiar nuevas empresas, y por lo que he visto, honestamente puedo decir se prevé un año muy exitoso. ¿Sebastián el problema en China está resuelto?-  Ella le pregunta directamente.     
- ¡Sí! Mi última visita no fue un éxito, pero he contratado a un nuevo individuo para  dirigir la línea de producción, hasta el momento no hemos tenido los problemas del pasado. De todas formas es algo que vamos a tener que seguir con una estrecha vigilancia.-  Él se muestra confiado con sus respuestas.
- Voy a hacer varios viajes este verano.- Kim interviene rápidamente antes de que alguien más lo haga. 
- ¡Sí! he cubierto esa partida.- Abby responde aliviando las tensiones de Kim.
- ¡Rebecca! He presupuestado sus gastos también para el próximo año, los puede acreditar en la página diez, ahí encontrará un análisis detallado completo. Pido, para aquellos de ustedes que van a viajar a cualquier destino, que rellene y complete el nuevo registro de gastos que he redactado. Utilizaré los informes de gastos como un medidor para presupuestar los viajes de los años siguientes.-  Abby habla con confianza, la sala queda en silencio. Cada persona hojea sus folletos y estudia las directrices. - ¿Alguna otra pregunta?-  Rápidamente añade.  – Quien lo desee puede convocar una entrevista conmigo para repasar el análisis. Eso es todo lo que tengo por ahora. Tendremos un taller en torno a finales de abril, les pido que cada uno de ustedes me escriban cualquier pregunta o preocupación para que lo podamos aclarar durante el taller.-  Abby cierra su libro y todos se levantan de sus sillas.    
- Marlene ¿Puedo hablar con usted? - Abby le pregunta en tono monótono, ella suspira para responder.
- ¡Muy bien!- Ella mira a Rebecca. - Déjame hablar con ella,  estaré abajo en unos pocos minutos.-  Rebecca mira con descrédito a Abby, su expresión permanece impasible.
- ¿Qué ocurre Abby?-  Le pregunta con calma. Abby espera a que todos salgan de la sala de conferencias.
- Sólo quería disculparme por mi arrebato del otro día, me he dado cuenta de la delicada situación en la que te encuentras.- Empezó mirando profundamente a los ojos.
– En realidad no es necesario, tampoco espero que lo entiendas.- Ella responde  muy seca.
- Marlene no estás siendo justa, no lo entiendo ni voy a entenderlo nunca, pero sé que tengo que seguir con mi vida y lo que tú decidas con la tuya.- Ella comenta con angustia.
- Estoy feliz por ti y sólo te deseo lo mejor. Espero que en nuestras reuniones futuras lo recuerdes.- Marlene responde agarrando su cuaderno y saliendo de la sala de conferencias. Abby se queda sola el silencio se ve rodeada por un aura insoportable. Hace una mueca y coloca la mano en la frente por el acaloramiento que había sentido antes. Recoge sus efectos personales y sale de la habitación. Entra en el ascensor sin levantar la mirada del suelo, percibe la presencia de alguien que le coloca la mano sobre su hombro.
- ¿Estás bien?- Angelo la sobresalta.  
- Lo estoy.- Ella suspira profundamente.  
- ¡Bueno! No te ves bien, Marlene, supongo.- Ella le mira con extrañeza.
- ¡Es difícil!- Comienza a derramar una lágrima, él la abraza. 
- ¿Por qué te castigas a ti misma de esta manera?- Le pregunta con sinceridad.  
- Obviamente, no sabes lo que es querer compartir la vida con alguien que te importa tan profundamente.  - Su voz tiembla.
- Tienes a Natasha ahora. ¿Por qué ella no?-  Pregunta con una sonrisa en un intento de aliviar su estrés.
- No es lo mismo, nos divertimos, pero…-  Él interrumpió rápidamente.
- Tienes que dejar de golpearte a ti misma. Hay una hermosa mujer que espera para compartir tus muchos atributos y tus encantos, no lo tires a la basura.- Se frota los ojos cubriendo brevemente su boca con la mano.
- No quiero hacer daño a Natasha de ninguna manera, pero si yo pensara que todavía tenía una oportunidad con Marlene…- Ella se silencia mirándolo a los ojos. 

martes, 28 de marzo de 2017

CAPITULO 61

                                         
                                         
                                                HOGAR DULCE HOGAR

Rebecca trabaja hasta altas horas de la noche para completar las tareas que había comenzado en su oficina. El sol había caído con los últimos rayos del día asomando a través de la persiana abierta de la ventana. 
Marlene coloca el último de los platos en el armario y se encamina al sofá de la sala. Se quita los zapatos frotando sus pies cansados,  se sienta hundiendo la cabeza entre los cojines alineados en el sofá. 
Rebecca pone la última de las cajas fuera y cierra las puertas. Enciende las luces del porche y mira de nuevo al orden que había puesto en su oficina. Todo está tranquilo, demasiado tranquilo, piensa mientras camina hacia la cocina. Al pasar por la puerta de la sala ve a su esposa completamente dormida en el sofá. Coge una fina manta de paño del respaldo del sofá y la arropa. Con su mano le acaricia la frente con suavidad y provoca que ella abra con levedad un ojo.
- ¡Oye! ¿Por qué no te vas a la cama?- Le dice en un susurro entre pregunta y mandato.
- ¡Hmmm! Sólo si vienes conmigo.- Marlene se ríe abriendo los ojos ya completamente.
- Estoy bastante cansada.-  Levanta la mano para colocarla entre las de Rebecca. 
Necesito una ducha.- Le dice y se dirige hacia las escaleras con Marlene detrás de ella. Entra en la habitación y contempla la decoración que Marlene ha realizado. 
- Has hecho un trabajo precioso. Como siempre tienes mi aprobación.- 
Comienza a desvestirse hasta quedar desnuda delante de ella. Sin perder un segundo Marlene rápidamente se quita la ropa. Se incorporan abrazadas a una larga ducha de agua caliente. Al terminar se secan de forma mutua, se visten sendos pijamas antes de incorporarse a la cama. Las buenas noches y caen en un profundo  sueño abrazadas.

Los sonidos inusuales de la nueva casa despiertan a Rebecca temprano, la nueva cama es cómoda. Se queda allí hasta que siente que Marlene se mueve.
- ¡Buenos días!- Le besa en la mejilla antes de que se levante y se ponga la bata. 
- ¡Oye! ¿A dónde vas?- Rebecca bracea tratando de agarrar su mano. 
- Sólo quédate en la cama, tenemos un poco de tiempo antes de que comiencen a traer nuestras cosas de la Orangerie.  Mi familia estará aquí esta tarde para ayudar.- Marlene huye de la habitación. Rebecca se recuesta debajo de las sábanas, cierra los ojos. Comienza a quedarse dormida cuando oye el tintineo de una bandeja y abre un ojo. Marlene trae preparado el desayuno.
- Torta de avena y pan tostado con mermelada, café caliente y zumo de manzana.- Rebecca la mira con ojos de admiración.
- ¡Hmmm! Desayuno en la cama.-  Le sonríe mordiendo un bocado de su torta de avena, Marlene mordisquea una tostada y toma un sorbo de su café.
- Yo podría acostumbrarme a esto todos los días.- Rebecca le cuenta tomando un trago del zumo de manzana. Marlene sienta la bandeja a un lado y vuelve la vista hacia los ojos de Rebecca. Sus miradas se vuelven intensas, la mano de Rebeca se acerca a la mejilla y se besan. Marlene lentamente aparta su mirada.
- ¡Lo siento! Ayer hice que te enojaras. Me pusiste a mí y a Aarón en una situación que no debería haber ocurrido.-  Rebecca juega con un mechón de su cabello.
- Creo que va a estar pidiendo disculpas siempre.-  Le dice con una sonrisa.
- ¡Te quiero!- Marlene no habla solo mira.
- ¡Y yo a ti!- Rebecca alivia su expresión de la pequeña chispa de culpa que sentía que por fin se evade.
- A veces sucede que encontramos a personas, después de años de no verlas, y que fueron una parte muy importante de nuestro pasado. Estoy segura de que habrá otras personas que nos encontraremos en el camino.- Marlene rápidamente pone sus labios en los de ella.    
- No olvidemos quienes somos Rebecca y a quien pertenecemos.-  Terminan el desayuno y se visten para comenzar la tarea de hacer su casa habitable. Justus y algunas doncellas del castillo comienzan a traer cajas de libros que dejan en el estudio. Los estantes pronto se ven llenos de las cosas que habían coleccionado en los últimos años. Rebecca entra en la gran sala y  mira el espacio por encima de la chimenea, visualiza el retrato de Marlene con el marco de oro que había encargado. Hay otras muchas fotos apiladas contra la pared. 
- ¿Por dónde empezar?-  Se pregunta mirando las otras paredes desnudas. - ¡Marlene!- Rebecca la llama para no obtener una respuesta. - ¡Marlene!- La  llama de nuevo, finalmente se va por el pasillo hasta la cocina. Marlene está ocupada organizando la batería de cocina, fue un regalo de boda de Thomas y Biggi . - Podría jurar que estás en tu elemento, estoy segura que podrías cocinar con alguna celebridad en una cadena de televisión local.-  Se ríe con soltura dando pausa a Marlene. Rebecca corre alrededor del mostrador para besarla casi salvaje en el cuello, juegan  persiguiéndose  alrededor de la cocina. De pronto suena  el timbre de la puerta y se asustan. Rebecca corre hacia la puerta y encuentra a Elizabeth de pie con un gran paquete envuelto.
– Esto vino para ti.-  Ella mira por encima y lo levanta.
- ¡Ahh! Es el retrato de Marlene con su vestido de novia.- Elisabeth se quita los guantes y se desabrocha el abrigo, Rebecca le indica que  entre.
- ¡Es hermosa Rebeca!- Sus ojos  miran hacia el techo.
- ¡Sí! No es el castillo, pero…-  Elisabeth sonríe.
- Es todo lo que necesito, te lo aseguro.-  Entran en la gran sala.
– Pintoresco. – Expresa Elisabeth. Rebecca apoya el cuadro enmarcado contra la chimenea y comienza con Elisabeth un recorrido por el resto de la casa.  Marlene está en la cocina.
- Veo que tienes tu cocina en orden.-  Comenta alegre.
– Todavía tengo mucho que hacer, y la intención de preparar algunas de mis recetas.-  Elisabeth se ríe entre dientes.     
- Rebecca eres una afortunada.-  Ella le pellizca la mejilla. Rebecca y Elisabeth se s¡entan en la sala de visita. Marlene les prepara una taza de té caliente que sirve en una bandeja con crema y azúcar.
- ¡Gracias!-  Mientras mueve el té con azúcar comenta. - Estoy entusiasmada con lo que hemos logrado en la colección de lencería. Se centra en la mujer madura que creo es lo mejor de la línea.  Ángelo  está haciendo un buen trabajo.- conjetura Rebecca.
- ¡Marlene! ¿Qué piensas de nuestra colección?-  Le pregunta Elisabeth.
- Siempre he dicho que se trataba de una puerta abierta para LCL y creo que crecerá.  Que tenga un nombre permanente es acertado. No tengo dudas de que usted y Ángelo no tendrán ningún problema.- El comentario hace relajarse a Elisabeth. Su sonrisa da salida a sus preocupaciones.    
- Debería dejar que las niñas vuelvan al trabajo. Voy a encontrarme con Charlie para el almuerzo.- Elisabeth se pone el abrigo y los guantes. Rebecca la acompaña a la puerta.
-¿Qué hay para el almuerzo?-  Pregunta Rebecca, acercándose a la cocina después de despedirse de Elizabeth.
- Pizza, habrá que pedirla yá, papá y Biggi estarán aquí en un poco.-  Marlene contesta.
- Pizza será. Pues voy a llamar para que nos la traigan.- Rebecca extrae el teléfono del bolsillo del pantalón y comienza a marcar. Al minuto preparan la mesa en el comedor poniendo la vajilla china de Viktoria sobre el mantel. 
- Creo que mamá agradecería que estemos usando sus buenos platos.-  Marlene hace la observación con una lágrima en su ojo. Rebecca le acaricia la espalda con su mano.
- Estoy segura de que lo haría, de hecho hay un poco de su toque aquí y allí.- Ella comenta enternecedora al corazón de Marlene. Terminan en el comedor y traen  el último paquete completando el paso de la Orangerie a la nueva casa. - Necesitas un descanso.- Le dice Rebecca jugueteando con sus muecas. 
- ¡Si! Estoy cansada, creo que voy a relajarme en el estudio con un libro hasta que llegue el almuerzo.-  Marlene toma la mantita de encima del sofá y se cubre  con ella al sentarse. Rebecca se retira a la gran sala y comienza a quitar el papel de embalaje marrón que cubre el retrato. Ella mira con asombro el buen trabajo del marco que complementa la hermosa fotografía de la novia.  Se sienta a contemplarla cuando suena el timbre de la puerta. El almuerzo llega justo a tiempo. Rebecca prepara para Marlene una rebanada de pizza y una botella de agua.
- Me encanta cuando estás pendiente de mí.- Rebecca sonríe poniendo ojitos.  
- Estoy segura de que voy a tener que hacerlo muy a menudo.-  Se sienta junto a ella en el sofá, comparten algunas risas ambas muy cansadas del duro trabajo que ha supuesto su nuevo hogar. Rebecca mira a su alrededor.
- ¡Es nuestra! Marlene, todo es nuestro.-  Pone el brazo alrededor de su hombro, Marlene apoya la cabeza en su pecho.
- Lo sé, por fin me siento como una verdadera familia.-  Rebecca baja la cabeza, Marlene se ríe.
- ¡Rebeca! Estaba contenta viviendo en el castillo, tu familia ha sido maravillosa conmigo y estoy agradecida…- suspira antes de continuar.
- Pero necesitábamos esto, un lugar propio, quiero formar nuestra familia sin distracciones, un nuevo comienzo,  lo que hemos hablado antes de casarnos.- Ella la atrae más cerca.
– Lo sé, esto es exactamente lo que nos exigimos y no hay vuelta atrás, ya estamos aquí.- Marlene dulcemente besa la mejilla de Rebecca, se abrazan con fuerza. Suena el timbre con insistencia. Rebecca rápidamente se pone de pie.
- ¡Yo iré!-  Thomas y Biggi esperan en la puerta. - ¡Bienvenidos! - Ella les pide que entren y caminan hacia el comedor para dar cuenta de la pizza. Después hacen un recorrido por la casa.
- ¿Thomas me puede ayudar?-  Pregunta Rebecca. Él asiente y la sigue a la gran sala. Rebecca pone el retrato frente a él que se queda sin habla. 
- ¡Mi hija! ¡Es tan bonita!- Expresa emocionado pero tranquilo.
- Ella es eso y mucho más, todos los días bendigo mi suerte, Thomas.- Rebecca refleja sus sentimientos.         
– Hice que ampliaran este retrato y lo enmarcaran para ponerlo encima de la chimenea.- Le dice señalando la altura. Thomas abre la escalera sube en ella y coloca el cuadro por encima de la repisa de la chimenea.  
- ¿Cómo se ve?- Rebecca da un paso atrás y  lo estudia durante un breve momento. 
- ¡Fantástico! ¡Marlene! ¡Biggi!-  Las llama gritando. Marlene, en realidad desconoce la existencia del cuadro en cuestión. Entra en la gran sala y de repente se detiene ante el retrato con los ojos como platos y brillando intensamente como la hermosa hoja de oro del marco.           
- ¡Rebecca! Es precioso. - Biggi elogia al tiempo que empuja el brazo de Marlene. 
- ¡Es…, me encanta! - Ella se acerca hacia Rebecca y la abraza.
- ¡Te quiero! – Le dice en un susurro mientras mantiene el abrazo. 
- Pensé que estabas bromeando cuando dijiste que querías colgar mi foto sobre la chimenea.- Este comentario causa un  revuelo entre ellos.  Thomas mira el reloj.
– Nos tenemos que ir, Kim y Emilio están cuidando de Tommy y no quiero llegar demasiado tarde. - Él indica con suavidad.
Después que Thomas y Biggi se fueran  Rebecca se dirige a Marlene.
- Tengo mucho trabajo que hacer esta tarde, no voy a volver demasiado tarde.-  Besa a Marlene en la frente
– Y yo voy a terminar en la cocina, después un baño caliente está en mi agenda.-  Le responde.  

Rebecca termina de escribir notas en su agenda y el revisado de los nuevos bocetos que Katherine le había dejado en su cartera. Siente un escalofrío al acercarse a la ventana, una corriente de ráfagas de nieve  sacude contra los cristales mientras mira el césped. Cierra las persianas y se dirige hacia las escaleras con la necesidad de dormir. Rebecca entra en el dormitorio encontrando numerosas velas encendidas, la lámpara de la mesilla de noche tiene un brillo sutil.
- ¡Marlene!-  Llama pero solo escucha el goteo de agua del baño, entra en él para encontrar a Marlene recostada en la bañera desnuda y el cuerpo cubierto con la espuma de baño fragante. - ¡Hmmm!-  Rebecca gime, Marlene abre un ojo y le entrega una copa de champán helado.
- ¡Quítate la ropa!-  Le ordena, Rebecca sonríe se desviste y entra en la  bañera. La calidez rápida del agua pone la piel de gallina a su delicada piel. Brindan y beben entre risitas.
- ¿Sabes lo que quiero hacer?- Le hace a Rebeca un guiño.  
- ¿Qué?- Ella pregunta dejando su copa de champán al lado y acercándose a Marlene.
- Dormir hasta tarde, no hay mudanza, ni la empresa y no hay relojes de alarma.- Ambas ríen con ganas.
- Creo  que podemos arreglar eso.- Le asegura juntando sus labios en un tierno beso.
- ¿Y sabes lo que quiero?- ­Pregunta Rebecca mientras con el dedo índice cubierto con espuma de jabón se la deposita en la punta de la nariz de Marlene.
- ¡Hmmm! Déjame que lo piense …-  Rebecca coge a Marlene por los hombros acercándose y  estrechándola entre sus brazos, los ojos fijos en la bruma de una mirada lujuriosa. 
- Yo sólo quiero hacer el amor contigo.- Le dice en un tono sincero. Rebecca gira a Marlene para poner su espalda apoyada en el pecho. Coge el paño y suavemente frota su espalda y luego su pecho bajando hacia el montículo. Marlene se queja excitada en voz alta por los efectos relajantes del juego sexual. Tiembla arqueando la espalda en respuesta a la carrera de la mano de Rebecca.
- ¡Oh! por favor, Rebecca.-  Musita en voz baja. La punta de la lengua de Rebecca traza una línea en la nuca desnuda de Marlene, la fresca fragancia de la espuma envía oleadas de placer al cuerpo dolorido de Rebecca, mínimas mordeduras  dejan pequeñas huellas en su piel. Marlene se pone de pie tomando de la mano a Rebecca para salir de la bañera, envuelven sus cuerpos mojados en una toalla grande y se dirigen a la cama. Se quitan y arrojan la toalla al suelo, se besan  con pasión, sus lenguas encerradas en puro éxtasis, sus manos frotando entre sí con fuerza. Rebecca levanta la cara mirando el rostro de Marlene, sin decir nada su lengua recorre toda la longitud del cuerpo de Marlene causando sensaciones incontrolables, prolonga sus labios sobre ella hasta los suyos, su lengua entrando y saliendo a un ritmo apasionado hasta que llega al clímax de su cuerpo con una erupción de placer. Marlene arquea la espalda flexionando sus músculos al mismo tiempo que el aire escapa de su interior. Hace una mueca recuperando el aliento con la última gota de energía que le queda.
- ¡Rebecca!- Marlene pronuncia en un intento de reducir el ritmo de su respiración. - ¡Shhh! - Le besa el lado de la mejilla y se queda a su lado. La mano de Marlene se apoya sobre su abdomen, con el dedo índice hace el camino hasta el ombligo se gira hacia ella y comienza a besar su hombro, la frescura de su piel la excita. Marlene traza círculos sobre el cuerpo de Rebecca con sus dedos ingeniosamente, acaricia los finos mechones de pelo de Rebecca la besa en la boca, el cuello y luego en el pecho. Se asienta entre sus piernas empujando con fuerza su montículo contra el de ella. Con movimiento pausado se miran de nuevo sin palabras y la expresión seria. Marlene se mueve lentamente, ironiza con la mirada mientras aumenta el movimiento, sus manos van a la  cabeza atrayendo la boca de Marlene dentro de la suya hasta que ella gime en voz alta y abrupta cuando llega a su clímax, una y otra vez su corazón golpea salvaje en el culmen, generando ondas de placer como un rayo de electricidad.
- Lo que consigues hacer conmigo.- Rebecca habla en un susurro. Marlene ya descansa junto a ella, le acaricia la cara mientras Rebecca trata de controlar su respiración entrecortada. Poco después se quedan dormidas la una en brazos de la otra.

Marlene y Rebecca yacen descansando sin que los rayos del sol radiante que penetran a través de la gran ventana de su dormitorio lleguen a molestar. Marlene se estremece al sentir el calor del aliento de Rebecca en su cuello. Sonríe y la  acaricia poniéndose más cerca de ella.
- ¿Pensé que querías dormir hasta tarde?- Rebecca expresa elevándose sobre su codo.
- Podemos quedarnos aquí en nuestra propia cama y disfrutar de la novedad de nuestra casa.-  Murmura.
- ¡Claro!- Responde ella acurrucándose más cerca de Marlene.
- Sólo quiero que me abraces Rebecca.- Marlene la agarra por la muñeca y tira de su brazo alrededor suyo.         
- ¿Has oído eso?-  Marlene le pregunta, Rebecca pone atención tratando de escuchar.
- ¡No oigo nada!-  Responde finalmente.
– ¡Precisamente! No hay ningún ruido, este sitio es tranquilo y sólo quiero que disfrutemos de ello.- Rebecca sonríe.
- ¡Sí! Mientras que podamos, porque en poco tiempo un bebé va a estar aquí.- Ella exclama haciéndole cosquillas. Marlene rápidamente rueda encima de ella, le aparecen lágrimas en los ojos.
- ¿Qué pasa?- Rebecca pregunta con preocupación quitándose el pelo de la cara.
- ¿Marlene?-  Vuelve a preguntar.
- Creo que estoy hormonal, malhumorada.- Responde con seguridad. Ambas ríen, se besan, se acarician...

viernes, 24 de marzo de 2017

CAPÍTULO 60

                                       

                                                    NUEVAS DUDAS

Marlene se levanta temprano y descubre el otro lado de la cama vacío, ella pasa la  mano acariciando la almohada de Rebecca. Se va a la sala de estar encontrando a Rebecca profundamente dormida en el sofá. Se sienta a su vera frotando su hombro, luego se acerca colocando los labios en su oído.
- ¡Por favor! No te enfades, te amo y me siento feliz a tu lado.-  Ella le susurra haciendo que Rebecca despierte. Los ojos de Marlene se centran en un lado de su cara, allí la besa y Rebecca se pone acostada de espaldas.
- No has respondido a mi pregunta.- Rebecca le recuerda.
- ¡No! Yo tenía dieciséis años y ni siquiera había pensado en nada  más allá de un beso.- Le  responde.
- Debería haber sido más comprensiva.- Ella frunce el ceño suspirando.
- Y yo no debería haber sido tan inconsciente con ello. Fue una sorpresa total verlo. Hablamos mucho acerca de ese verano, de las personas con las que compartimos, las cosas que hicimos.- Empieza a recordar de nuevo. - ¡Por favor! No te enojes con él.- Marlene implora. - Imagínate cómo se sentía volver a conectar después de todos esos años.- Rebecca se inclina hacia delante poniendo su cara al lado de Marlene.
- ¿Le dijiste que nos casamos? - Ella cuestiona en voz monótona, Marlene no se apresura a contestar. - ¿Marlene?- Rebecca se levanta mirándola.
- Yo le dije que estoy casada.- Dice con cierto  tartamudeo. - Pero no le hable de nosotras.- Rebecca se siente molesta.
- ¿Por qué no? ¿Estás ahora de repente tentada por él de nuevo?- Esas palabras enojan a Marlene
- No tuve la oportunidad, estábamos tan ocupados hablando de nuestras vidas como acabo de decir, eso es todo, teníamos que volver a LCL y nos separamos al volver al trabajo.- Le  explica, pero oculta el hecho de que él intentó  besarla. Rebecca se está vistiendo.
- Te sugiero que se lo digas lo antes posible.- Le dice, saca un par de botas, se deja caer en la cama para calzarse. Marlene hace una mueca, siente algo de náuseas.
- ¿Estás bien?-  Rebecca pregunta recogiendo su abrigo.
- Sólo un poco de náuseas matutinas, estaré bien.- Rebecca comienza a cerrar la cremallera de la capa de cuero que se acaba de poner.
- ¿A dónde vas tan temprano?-  Marlene pregunta.
- A la oficina, me olvidé de mi agenda y tengo que atar algunos cabos sueltos con Aarón esta mañana.- Le responde mirando el reloj.
- Empezarán la entrega de los muebles alrededor de las nueve. ¿Vas a estar en la casa para entonces?-  Pregunta con paciencia.
- ¡Lo haré!- Responde con su sonrisa cortante mientras mira la hora en su reloj de pulsera.
- ¿No vas a decir nada a Aarón que eres tú?- Ella la sigue hasta la puerta.
- ¡No! ¿Por qué? Esto no es un poco de amor de la escuela secundaria. No puedo creer que no te molestaras en decirle nada de nosotras o que estás casada con una mujer, un poco embarazoso ahora.  Te puedo asegurar que no tiene problemas con dos mujeres. En Riga quiso hacerse amigo de Katherine y de mi.-  Suelta toda su ira y cierra la puerta detrás de ella. Rebecca siente frustración e ira. Busca en su mente mientras camina hacia LCL. - ¿Qué es lo que piensa?- Rebecca se cuestiona.

- ¡Buenos días Rebecca!- Aaron la alcanza y camina a su lado.
- ¡Buenos días!- Entran juntos para tomar el primer café. - Tengo que disculparme por lo de la oficina de ayer por la tarde. ¡Lo siento! Fue descuidado por mi parte dejarte así, espero que me disculpes.- Él transmite sus excusas al entrar en la oficina juntos.
- Te dejé hablar con Marlene. ¿Dónde fuiste?-  Ella le pregunta como por casualidad, mientras recoge su agenda. - Caminamos por el parque.-  Él mira hacia el techo y una sonrisa aparece en su rostro.
- ¡Ya veo!-  Rebecca no tarda en responder tirando de la cuerda.
- Marlene me llevó a un lugar llamado “No Limits”. Nos sentamos y hablamos, me había olvidado de lo divertido que fue aquel verano, fue tan agradable. Bueno,  sólo un refrito de viejos tiempos. - Él mira a Rebecca. - No puedo creer aún que me la encuentre de nuevo. Le pregunté por qué dejó de escribir. - Rebecca está curiosa.  
- ¿Y su respuesta?-  Le mira fisgona. 
- Éramos unos niños y la vida sigue, ella me dijo que no creía que una relación de larga distancia seria funcionaría, así que era mejor dejar que continuar. Yo nunca dejé de pensar en ella, incluso después de todos estos años ella cruzaba mi mente de forma ocasional. Luego  encontrarla en su trabajo aquí…-  Esta perdido en sus pensamientos y deja de hablar.
- Ella está casada.- Rebecca le espeta. - Me lo dijo.- Su sonrisa se vuelve de repente a un gesto de desagrado. 
- ¡Eso es un tipo con suerte!-  Responde haciendo una respiración profunda.  - Creo que tengo que cerrar ese tema, no quiero causarle ningún problema.-  Habla con resignación.
- ¿Qué quieres decir?-  Rebecca sondea. - Traté de darle un beso, sé que fui un poco lanzado, simplemente por volver a conectar de nuevo y todo.- Rebecca se encrespa.
- ¿Darle un beso? ¿En qué estabas pensando?- Ella trata de mantener la calma. 
- Yo no estaba muy seguro, quería ver si todavía quedaba alguna chispa, pero recordé que éramos jóvenes y que las cosas en la vida cambian y la gente sigue su camino.- Él coge su cámara y comienza a ajustar el obturador.
- Necesito que vengas a mi casa esta tarde. ¿Sobre la una?-  Rebecca le oferta.
- ¡Ok! Allí estaré.- Le dice con una sonrisa. Rebecca le mira seria. 
-Termina de  organizar la oficina. He dejado un par de cuadernos en tu escritorio, me gustaría  que revisaras las fotos y mira lugares. Reúnete con Emily antes del almuerzo y programar una sesión de fotos para su colección. - Ella le ordena y mete su agenda bajo el brazo. - Te veré esta tarde.- Ella sonríe, pero su ira está a punto de estallar en el interior. Rebecca se dirige a la casa esperando que Marlene esté allí. - ¡Hola!- Ella la recibe en la puerta con un beso y un abrazo.   
- Los muebles están en camino.- Ella expresa con emoción.  Rebecca se tranquiliza. Las puertas de arcos abiertas al hall de entrada, hay una pequeña araña colgando por encima de ella. A la derecha está la oficina de Rebecca, tiene una gran ventana que da a la calzada circular y acceso a un pasillo exterior corrido. Las paredes son de un color gris claro que hace juego con la alfombra un poco más oscura. La gran sala está a la izquierda y tiene puertas francesas que se abren a la chimenea, la zona de estar también tiene una gran ventana hasta el suelo a juego con la que está en la oficina de Rebecca el piso es de terrazo que se llena de grandes alfombras. Caminan de la mano por el pasillo adelante y hacia la derecha. Más allá de la oficina de Rebecca se encuentra la escalera hacia las habitaciones de arriba, junto a la escalera un vestidor. La cocina es un concepto abierto,  se sientan a la derecha más allá de la escalera. Los mostradores son de granito gris y negro, los muebles de negro para que coincida con los aparatos que son de acero inoxidable. Las luces están empotradas en toda la cocina dando buena luz al bar que está situado frente a la cocina.
- Esto se ve maravilloso.- Rebecca finalmente dice algo.
- ¿Qué te parece la barra del bar? Los taburetes negros coinciden con los gabinetes y encimeras perfectamente.-  Ella se siente cautivada.
- ¡Sí! Y tú tienes un montón de espacio para cocinar.- Añade. Coge a Marlene de la mano y caminan alrededor de la cocina y en la sala contigua.
– El comedor detrás de la cocina. ¿Crees que nuestras familias puedan encajar aquí?- Le pregunta a Rebecca, ella la mira con sorna.
- Lo creo, me gusta la iluminación empotrada, así no hay lámpara polvorienta que limpiar.-  Las dos ríen con ganas. Las paredes de la cocina con rayas gris empotradas en las baldosas, el piso es blanco. Hay una puerta fuera en la pared posterior de la sala comedor.
- ¿Este va a ser el cuarto de la niñera?- Rebecca pregunta con  humildad.
- ¡No! Me gustaría que ella estuviera arriba al principio.- Le responde Marlene.
- ¡Ok! ¿Pero tienes que entrevistar alguna?- Rebecca quiere saber.
- Ya he hablado con la agencia, entrevistaré algunas a la próxima semana.-  Ella le asegura. Regresan a la cocina y ver el cuarto frente a la cocina pintado con colores cálidos, un lugar para la televisión y para relajarse hay una gran estantería con armarios debajo de ella, unas puertas francesas llevan al patio. La vista desde  allí es hermosa,  mira hacia abajo sobre el arroyo.
- Puedo oír el murmullo del agua.- comenta Rebecca cerrando los ojos para escuchar los sonidos de la naturaleza. Marlene puso su brazo alrededor de su cintura.
– Los muebles deben estar aquí dentro de poco, creo que debemos tener un poco de pan tostado.- Caminan hacia el interior y hacia la cocina. Marlene abre la nevera y saca una botella de champan, así como dos copas.  
- Por ti y por nosotros.- Marlene y Rebecca brindan chocando las copas.
- ¡Hmmm!- Pero la realidad de Aarón vuelve a entrar en su mente.  
- Tengo que preguntarte algo.- Rebecca comienza a hablar cuando suena la campanilla del timbre de la puerta. 
- Eso debe ser la mudanza de los muebles.-  Marlene deja su copa en la encimera y corre a la puerta. Abre y encuentra una furgoneta grande parada delante de la casa.
- ¿Por dónde quiere que empecemos  señora?-  Un hombre fornido grande pregunta entregándole la documentación en su mano. Se vuelve hacia Rebecca. - Arriba las camas, deben ser lo primero.-  Señala  la escalera. Comienzan a moverse colocando todos los muebles durante la mañana.             
- Tengo que recoger algunas cosas del invernadero.-  Expresa Marlene a Rebecca.     
- No tengas prisa, la señora Lentz acaba de enviarnos el almuerzo.- Ella contestó.   
- Vuelvo rápido para comer, me muero de hambre.- Ella le responde colocándose el abrigo y saliendo por la puerta principal. Rebecca coge la canasta de alimentos y se sienta en la barra, saca dos botellas de agua del refrigerador y extiende los manteles que la señora Lentz había preparado. Se sienta a la barra y abre la servilleta de papel que envuelve un sándwich.
- ¡Oh!- Exclama Marlene entrando. - Veo que la señora Lentz hizo algunos de esos buenos sándwiches de ensalada de atún.-  Ella se sienta al lado de Rebecca y abre la botella de agua.
Envió uvas y fresas para acompañar al sandwich.-  Comen en silencio un tanto muertas de hambre a causa del trabajo duro de mover tantas cosas a un nuevo hogar. - Estoy lista para poner las sábanas en la cama.- Marlene comenta al dirigirse hacia las escaleras. Rebecca vuelve a su oficina. Les indica a los de la mudanza dónde poner su escritorio.
- Un lugar cerca de la pared y frente a la ventana con una buena vista.- Piensa mientras juguetea con las sillas que están delante de la mesa.            
- ¡Rebecca!- Una voz llama desde la puerta abierta.
- ¡Aquí!- Le dice a Aarón.           
- ¡Wow!- Mirando a su alrededor.
– Salgamos, te mostraré los alrededores.- Él comenzó a caminar de vuelta al vestíbulo y luego hasta la cocina, el comedor y por fin el estudio.
- Me encantan los colores, se ve cómodo.- Menciona mientras  pasan por delante de las escaleras que conducen al dormitorio principal.
- ¡Rebecca!- Marlene la llama. Caminan por el pasillo casi choca con ellos.
- ¡Aarón!- Ella sonríe con cautela.
- ¡Marlene! ¿Qué estás haciendo aquí?- Le pregunta contento de verla de nuevo. Ella se queda sin habla durante un breve segundo, Rebecca la mira cruzada de brazos sin decir palabra.
- ¡Marlene! ¿Estás bien?-  Se interesa agarrándola por el brazo.
- Yo vivo aquí Aarón.- Ella respondió con una sonrisa, sabe que está en problemas con Rebecca. Se hizo el silencio entre los tres. Rebecca se aclara la garganta.
- Creo que Marlene tiene algo que decirte, si me disculpáis vuelvo a mi oficina y si no te importa ven a verme antes de salir.- Ella esboza una sonrisa y regresa por las escaleras.
– Marlene. ¿Vives aquí?- Él pregunta con brusquedad.
- ¡Sí! Tenemos que hablar.-  Se sientan en el banco del pasillo. -  Fue  una emoción verte de nuevo, ver a alguien de mi pasado fue enternecedor. Mi apellido es Lahnstein, he estado casada con dos de ellos. - Ella cruza las piernas y apoya el brazo en la rodilla. - Me casé con el hermano mayor de Rebecca, Hagen pero no funcionó, nos divorciamos y empecé a salir con Tristán otro hermano. Pero Rebecca regresó de Nueva York y nos hicimos amigas, las cosas cambiaron, nos enamoramos. Fue difícil al principio, tuvimos que luchar mucho para estar juntas. Luego sucedieron cosas entre nosotras que provocaron que nos separásemos. Me mudé a Los Ángeles y regresé el pasado verano porque nunca podría amar a nadie más que a Rebecca. Nos casamos y aquí estamos.- Ella le narra su historia. Él permanece tranquilo.
- Así que estás casada con Rebecca, lo siento mucho, he hecho el tonto contigo, me siento muy mal.- Ella le palmea el hombro.      
- ¡Está bien! Yo debería haber sido mas honesta contigo, mi matrimonio y mi sexualidad.- Ella lo tranquiliza.
- ¡Gracias Marlene! Gracias por no estar enfadada, estuve algo agresivo.- Él junta las manos. 
- ¿Sabe Rebecca lo afortunada que es?- Él pregunta sacudiendo la cabeza.
- Lo sabe muy bien, me lo dice cada día.- Aaron se pone de pie tomando su mano.
- ¡Felicidades! Ahora debo ir a hablar con Rebecca.- La deja sentada en el banco. Rebecca está descargando una caja de cartón de material de oficina y cosas personales en su escritorio.
- ¿Necesitas una mano?- Aaron pregunta apoyado en la puerta.
- Está bien.- Ella se siente aliviada de que Marlene le haya dado explicaciones.
- Debo pedirte disculpas, me da vergüenza lo que te comenté Rebecca.- Ella lo mira colocando una foto de la boda de ella y Marlene en el escritorio.
- Está bien, Marlene te lo explicó todo estoy segura.- Ella termina de poner orden. 
- ¿Por qué no me lo dijiste?- Se acerca y se sienta frotándose la cara.
– Es Marlene quien debía decirlo, ella es una mujer madura y puede tomar esa decisión. ¿Por qué ella no te lo dijo de inmediato? A mí me sorprendió al principio, pero puedo entenderlo en cierto modo, ella estaba abrumada, no verte durante años, la alegría de recordar el pasado y las cosas que ustedes dos dejaron de hacer. –Aarón suspira profundamente.
- Prometo que si lo hubiera conocido…- Ella le detiene.       
- Aaron no lo sabías, hubo mucha emoción y las cosas se salieron de control.- Ella baja el tono de su voz. – Quiero que sepas que estamos muy enamoradas, solo recuerda que, ésto, es algo sagrado.-  Rebecca le habla con inteligencia. Aarón se siente un tanto abrumado, lo que le obliga a cambiar de tema.
- Estudié por encima los libros de Kim, la sesión de fotos se ha fijado para el martes, hablaré con Katherine, cenaré con ella esta noche, se irá  por la mañana.- Él transmite mientras abre su agenda. - ¿Estás bien con ella?- Pregunta
- ¡Bueno! Ella ha estado en el castillo durante los últimos días y debo decir que ha sido tenso.-  Él sonríe y añade. 
- Estoy seguro de que voy a escuchar todo sobre ello.- Ambos ríen. - ¿Has traído el resto de mis cosas de la oficina?-  Ella le interroga.
- Los transportistas llegaron y recogieron esas cajas que están apiladas en la esquina.-  Baja la mirada a las cajas señalándolas.  
- Sí las tengo.-  Él se pone de pie.
– ¡Me voy!  Te mantendré informada y te veré más tarde, por favor saluda a Marlene de mi parte.-  Cierra su agenda y deja a Rebecca  terminar el resto de su desembalaje.  Marlene en silencio observa a Rebecca trabajar en su oficina desde la puerta.        
- Debes estar enojada, no te he visto en toda la tarde.- Rebecca continúa poniendo los libros en el estante.
- He estado ocupada, además de que estaba colocando la mudanza.-  Su expresión facial es seca.
- ¡Lo siento!- Ella vuelve a hablar para recuperar la atención de Rebecca.
- ¿Y eso porqué?-  Le dice en un tono cortante.    
- Yo debería haber sido sincera con él, no sé por qué.- Rebecca le interrumpe.         
- ¿Ahora tienes un problema de estar con una mujer? ¿Sigue siendo tan difícil cuando te encuentras con un hombre, decir la verdad? - Ella sacude la cabeza para respirar profundamente. Marlene se siente acorralada y con dolor. 
- ¡Te quiero Rebecca!-  Marlene se declara, la cabeza de Rebecca explota.
- ¡Exactamente!- Ella llega a su punto de firmeza.
- Actúas como si yo estuviera avergonzada de ti, de nuestra relación.- Marlene contesta en una rabieta.
- ¿Lo estás?- Ella pregunta con frialdad volviéndose hacia la estantería y haciendo una reverencia con la cabeza.    
- No quiero discutir contigo, yo desde luego no me avergüenzo de ti. Te amo.- Ella gruñe en voz alta.
- ¿Estás segura? Pues tienes una extraña manera de demostrarlo.-  Rebecca le hace darse cuenta del dolor que le causa.