Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 27 de septiembre de 2016

CAPÍTULO 20





                                                      -UN  IMPAS-

Marlene y Rebecca se mantienen separadas el resto de la semana. Los incendios entre ellas necesitan un período de enfriamiento. Rebecca trabaja con diligencia con su personal para el desfile de moda, Katherine prepara su línea de invierno y Marlene prosigue con el diseño del vestíbulo. 
El informe sobre el presupuesto se ha quedado en un segundo plano, Abby necesita aclararse con algunos números de partidas desconocidas para ella.;
- ¡Marlene!- Tanja la llama desde la puerta de su oficina. Ella acude y entra, cierra la puerta detrás de si y toma asiento delante de su escritorio.
- Abby me ha dicho que está trabajando en una nueva serie de cifras para el presupuesto ¿Ha mencionado algo de que esté lista para exponer una propuesta para la próxima semana?- Marlene le reconoce que sí.
- Lo hemos hablado, pero no hemos ido al detalle todavía. ¿Por qué?- Tanja piensa un momento.
- He decidido que no acudas a Riga. En este momento, necesito el informe sobre el presupuesto terminado. Elisabeth ha preguntado si estamos ya listas para el año fiscal.- Suspira antes de continuar. - Tiene en la cabeza que una línea de ropa interior para mujeres de más edad debe ser nuestro nuevo proyecto. Por supuesto va a estar en el presupuesto de la colección de invierno.- Marlene se sorprende un poco no asistir a Riga, pero la pausa es bienvenida, más que nada por  Rebecca, le es muy necesario cierto alejamiento.
- No me molesta si no puedo asistir a Riga. Rebecca sabe los temas y realmente esto es más para ella y Katherine, yo sólo ayudé un poco.-   Sonríe con placidez,  parece satisfecha con quedarse. Tanja tiene cierta sensación de alivio. 
- Es sólo por un par de días y lo aprecio. El Director de Arte es necesario que  asista, pero estoy de acuerdo contigo, Rebecca y Katherine gestionarán y supervisarán bien el evento.- Lo comenta con una sonrisa socarrona. Marlene se levanta de la silla.
- Tengo un vestíbulo que terminar.-  Tanja la detiene.
- ¡Marlene! Buen trabajo y por favor reúnete con Abby tan pronto como sea posible, necesito el presupuesto acabado a mediados de la próxima semana.- Marlene asiente con una sonrisa.
- Veré lo que puedo hacer.- Ella le responde con franqueza antes de volver al vestíbulo.  Al bajar las escaleras oye una voz que la reclama.
- ¡Marlene!-  Sascha la está llamando mientras empuja un carro cargado con varias cajas de cartón por el vestíbulo hacia ella.
- ¿Son los accesorios del balcón?-  Marlene pregunta en voz alta, él arquea la ceja.          
- ¿Dónde los quieres?- Le pregunta parando el carro delante de ella.  
- Aquí está bien.- Ella le mira con algo de extrañeza.
-Tengo un problema de fontanería en la tercera planta.- Le dice mientras se  agacha para recuperar su caja de herramientas al lado de la pantalla.
- ¡Bien! Ya te llamaré si te necesito.- Le asegura.
Marlene comienza a vestir uno de los maniquíes con un abrigo de invierno, mientras abrocha los botones, una voz familiar resuena a su espalda.
- ¡Marlene!- Rebecca la nombra en medio del silencio. Se acerca a ella, que responde sin mirarla directamente, continúa con su tarea.
- ¿Qué ocurre Rebecca?- 
- Tanja me ha dicho que no asistirás al desfile de moda.-  Rebecca parece triste y algo perpleja. Marlene no está muy cerca.
- ¡Sí! Me lo acaba de decir hace un rato.- Le explica mientras  abre la tapa en una de las cajas. Rebecca la coge suavemente por el brazo.  
- ¡Hey! Es muy injusto, tus fondos son una de las partes más importantes de la exposición.- Marlene mira la mano de Rebecca en su codo.
- Ella tiene sus razones y una vez que me lo ha explicado, estoy completamente de acuerdo con ello, además tengo que terminar el vestíbulo.- Rebecca sacude la cabeza incrédula.
- Creo que debes ir ¿No? Quiero decir ¿No es tu ilusión por el diseño una de las razones por las que estás en este lugar? Tu trabajo está en la exhibición para que el mundo lo vea.- Rebecca trata de ser alentador.
- Ella tomó esa decisión, y tengo un presupuesto que terminar antes de la próxima semana.-  Rebecca aparta la mano del brazo de Marlene,  en silencio se enfurece.  
- ¿Así que esto tiene que ver con Abby?- La lengua de Rebecca se vuelve aguda, no se frena al hablar. 
- ¡Rebecca! Debes tratar de controlar tus emociones. Alguien puede oírte, en  especial Katherine. No podemos tener sospechas o rumores que vuelen a nuestro alrededor en el lugar de trabajo. Ella es delicada y está lista para ir a Riga. Se feliz y deja de preocuparte por mí o lo que estoy haciendo.- 
Rebecca se siente desinflada por el tono de voz de Marlene. Se cruza de brazos llena de angustia.
- ¿Vas a verla? ¿Es esto algo continuo para ti? ¿Qué ves en ella?- Marlene se sorprende por las preguntas imprudentes que le está haciendo.
- ¿Detecto algo de celos Rebecca?- La pregunta  la enfurece más.
- Diviértete con tu presupuesto.-  Le espeta para escapar a toda prisa de las frases cortantes entre ella y Marlene, que sigue con la mirada a Rebecca subiendo por las escaleras hasta que se pierde de vista.
Poco rato después hace acto de presencia Abby.
-Te veo muy ocupada.-  La sorprende desde la puerta del ascensor.
- ¡Oh! Bueno, está siendo una semana muy atareada.- Responde mientras se acerca.
- ¿Algún plan para esta noche?-  Le pregunta mientras Marlene sigue colocando cosas alrededor de la pantalla.
- ¡No! Imaginé que Tristán podría haber vuelto ya. Estoy segura de que has estado trabajando en el presupuesto.- Abby la agarra por los hombros y corta la conversación.
- El Domingo regresa, además no deberías preocuparte por Tristán ¡Sólo somos amigos!.-  Marlene mantiene esa preocupación.
– No conoces a Tristán como yo.- Le advierte. Abby mira a las pantallas que Marlene está armando en ese momento.
- ¡Hermoso trabajo! Quería que nos viéramos esta noche, si es posible.- Le musita.
- ¿Alguna cosa en específico?- Marlene se ríe.
- Cena en mi casa y así ¿Quién sabe? Después de eso.- Habla con una insinuación.  
- ¡Hmmm! ¿A qué hora?- Marlene pregunta con claridad. 
– A las Seis.- Abby declara con una sonrisa. – Te haré un menú especial. Te veo a la tarde.- Marlene hace un gesto afirmativo. Abby la deja terminar el trabajo en las pantallas.

Rebecca observa desde el balcón la conversación que ha ocurrido entre Marlene y Abby. Ella se siente frustrada y enojada por la situación y sus miradas.  Observa a Marlene mientras trabaja afanosa en las pantallas.
- ¡Rebecca!- Katherine la coge con la guardia baja. Rápidamente se da la vuelta e intenta una sonrisa, pero el fuego en su alma ya se ha desatado.
- ¡Qué!- Exclama en voz alta.    
- No quise asustarte. Quería que mirases este diseño, sé que has estado ocupada y…-  De repente deja de hablar mirando el ceño de Rebecca.
- ¿Qué pasa?- Ella le comenta.
- ¡Nada! No puedo en este momento, tengo que tratar de un tema de cuentas.- Katherine aprecia una mirada en blanco.
- Pensé que ya había resuelto ese tema.  Rebecca se dirige a su mesa.
– ¡Eh! No, ella no estaba en ese momento y me olvidé del asunto hasta ahora.- Rebecca coge el papel del presupuesto y se dirige al ascensor.  Al llegar a la planta baja se dirige por el pasillo y en silencio hasta la puerta de la oficina de Abby que está abierta.
- ¿Tienes un minuto?- Pregunta sorprendiendo a Abby.
- ¡Oh! Rebecca favor entra ¿Sacaste mi copia del proyecto de presupuesto? Tuve que hacer algunos cambios.- Ella le comenta pensando que Rebecca  está  interesada en la propuesta de presupuesto.
- Lo hice.- Pasa lo deja sobre el escritorio.
- Pero no estoy aquí para hablar de un presupuesto, estoy aquí por Tristán.- Le explica sin rodeos. Abby sonríe.
- ¿Tristán? ¿Qué pasa con él, está todo bien?- Se levanta de su escritorio y se acerca a Rebecca. Ella la mira sin hablar.
- Rebecca ¿Está bien Tristán?- Abby se interesa.
- ¿Te importa?- Ella la cuestiona rudamente. – A mi hermano le gustas y pensé que a ti también te gustaba.- Abby suspira con  profundidad.
- Estoy asumiendo por tus comentarios de que está bien y que... ¿Estás hablando de Marlene?- Ella se apresura a interrogarla.
- ¿Cuál es su interés en ella? Ahora mismo ella es vulnerable y no necesita añadir más confusión a su vida.- Rebecca le habla claro.
- Vulnerable, confundida, no estoy segura de lo que estás hablando Rebecca, Marlene es una  mujer libre que puede tomar sus propias decisiones.- Rebecca se pone nerviosa.   - Todavía no has contestado a mi pregunta Abby. ¿Qué hay de Tristán? Creo que, al menos, debes ser honesta con él ¿No te parece?- Abby sacudió la cabeza.              
-Tristán y yo sólo somos amigos, yo nunca le he dado ninguna razón para pensar de otra manera.- Abby trata de tranquilizar a Rebecca.
- Él es mi hermano y no quiero verlo herido.- Su voz triste.
- Yo no le haré daño. En realidad, no creo que esto se trate de Tristán, pienso que es más sobre Marlene. Dime Rebecca ¿Cuál es tu enamoramiento?- Rebecca cierra los ojos tomando aire con profundidad y exhalarlo lentamente antes de abrirlos de nuevo. Su mirada se ha endurecido.                        
- ¿Enamoramiento? Me temo que te agarras a un clavo ardiendo, sí ella es mi ex, y no quiero verla sufrir. Mi preocupación ahora es mi hermano. Tú no sabes como es Tristán, no realmente. Marlene no es precisamente su mejor amigo.- Abby sonríe.
- Ella me lo dijo, me ha advertido y te agradezco lo que haces, pero eso es entre Tristán y yo, y si te preocupa, Marlene y yo tenemos mucho en común, disfrutamos cada una de nuestra compañía y le gusta.-  Abby habla con brusquedad. A las tripas de Rebecca regresa la ansiedad.
- Sólo quiero que sea feliz, no quiero que ella tenga ningún sufrimiento.- Abby inclina la cabeza.
- No voy a hacerle daño, me preocupo mucho por ella.- Rebecca no puede encontrar las palabras que necesita decir, su mente se ha quedado en blanco y confundida.     - ¡Rebecca!- Abby la llama. Rebecca se explica.
– Quiero mucho a Marlene, y no quiero verla pasar por más incertidumbres.-
Abby responde rápida.
- Y ¿qué pasa con Katherine? ¿Ella sabe cómo te sientes?- Rebecca frunce el ceño.                
- Katherine no es una parte de esta conversación, lo que Marlene y yo tuvimos nunca podrá ser reemplazado, ella siempre será el amor de mi vida y sí, la quiero  proteger. Todo es por mi culpa, este jodido lío para empezar.-  Rebecca se desata a sí misma de tal manera que sorprende a Abby.
- Pero Katherine es una parte de esto, después de todo, es tu interés amoroso, tu novia. No veo donde encaja Marlene en esta ecuación, más, si no tienes pretensiones con ella.  Como he dicho antes, Marlene puede tomar sus propias decisiones, no necesita un caballero de brillante armadura para protegerla.- Abby se enfrenta con ella sin frenarse.  No está dispuesta a dejar que Rebecca la empuje a un rincón.  Rebecca se acerca a la puerta con las entrañas ardiendo de ira.
- Todavía tienes que tratar el tema de  Tristán. Te sugiero que se lo digas antes de que las cosas se pongan fuera de tu control. Él ya ha herido a  Marlene antes y no se detendrá en hacerlo de nuevo. La culpará por todo. Sé quien es mi hermano y ella ya ha sufrido suficiente daño para toda la vida.- Hace amago de salir y de repente deja de hablar, poco a poco se vuelve hacia Abby con una mirada de preocupación.
– ¡Si! Marlene resultara lastimada por sus acciones, te haré responsable y verás que ser víctima de la ira Lahnstein puede ser muy desagradable.- Rebecca cierra la puerta sin hacer ruido ya que no está dispuesta a escuchar de Abby  una palabra más. Abby se sienta colocando el rostro entre sus manos. 
Rebecca regresa a su mesa y se sienta lanzando un profundo suspiro.
- ¡Hey! ¿Sacaste lo del presupuesto, funcionó?- Katherine habla abrazando a Rebecca desde atrás.
- Se podría decir que lo hicimos.- Rebecca puso la vista en no querer enfrentarse a Katherine.
- Me voy temprano esta tarde para hacer el equipaje. Desearía que aparecieras por la buhardilla esta noche.- Ella está al tanto del estado emocional de Rebecca.
- No puedo, tengo que cenar con Elisabeth y ni siquiera he preparado la maleta.- Katherine baja los hombros, un tanto decepcionada.
- Bueno, al menos te tengo para Riga, he oído que Marlene no asistirá.-  Ella parece aliviada pero produce cierta angustia en Rebecca, sus músculos se tensan mientras se aleja de ella.
- ¿Por qué no puedes simplemente dejar todo el asunto Marlene? ¿Por qué crees que es una amenaza? Ya te he pedido que dejes de  acosarme con ello.- Rebecca habla en voz alta, algo que la hace encogerse.
- Lo siento, Rebecca, yo no quise…- Rebecca coge su cartera.
-Tengo una reunión y luego estaré fuera el resto del día, te veré mañana.- Rebecca agarra sus cosas y se marcha, dejando a Katherine en estado de confusión. De regreso a su mesa se deja caer en la silla de su asistente. Ésta se acerca con cautela.
- A menudo os veo a las dos discutiendo.- Le comenta ella con severidad. - Y la mayoría de las veces es desagradable.- Katherine mira con sorpresa, apoya los codos en la mesa colocando la barbilla en las palmas de sus manos.
- ¿Y?- Katherine hace un gesto para que continúe.
- En realidad no soy quién para decir estas cosas, pero demasiado a menudo te veo sufriendo sobre las cosas que no tienen nada que ver con este lugar. Marlene y Rebecca tienen una historia que todos conocemos. He trabajado aquí en el pasado y vi que luchaban como lo hacen ahora, Rebecca es una Lahnstein y que va por los caminos muy orgullosa,  tú no vas a cambiar eso por mucho que trates de hacerlo.- La mente de Katherine se tambaleó ante lo que le están diciendo.
- No creo que lo haya hecho.- La asistente deja el rollo de tela que sostiene y continúa.
– No tienes ni idea, los conflictos que tenéis son insignificantes y que a veces se reflejan en tu estado de ánimo de forma negativa. Rebecca no va a cambiar sus maneras.- Katherine comienza a prestar atención a sus palabras. Mira con valentía a su asistente.
- Y ¿Qué harías dada mi situación?- Su asistente medita por un momento.
- Deja que Marlene y Rebecca resuelvan sus propios problemas. Es obvio que Rebecca se preocupa  por tí o no estarías aquí. Es un tiempo para la reconstrucción de las dos. Se fueron por caminos separados y, a veces se necesita mucho tiempo, piensa en cómo Rebecca se debe haber sentido cuando Marlene regresó de repente.- Katherine le da las gracias y ella le sonríe amablemente.
- ¡Ahora! ¿Es el material que querías?- La asistente pregunta con una sonrisa, lo desenredan para volver a centrarse en el diseño.

Abby revuelve afanosamente en la cacerola en la que cocina. Oye un ruido de alguien golpeando la puerta. Se mueve hacia allí. Abre y aparece  Marlene  con una botella de vino en la mano.
- ¡Marlene, por favor entra!- Ella traspasa el umbral.        
- Huele bien lo que estás cocinando.- Abby le dice.
- Pescado a la parrilla con salsa de mantequilla de ajo y ensalada.- Respondió  orgullosa.
- ¡Hmmm! No puedo esperar a probarlo.- Marlene se ríe dejando la botella de vino encima de la mesa y librándose de su chaqueta. Abby coge dos vasos del armario, Marlene abre el vino.
- Vino tinto y de mis favoritos.- Abby expresa emocionada.  Disfrutan de una cena con velas antes de trasladarse a la sala de estar, se sientan en el sofá.
- Interesante conversación que tuve con Rebecca hoy.- Abby le dice, pasando los dedos por el cabello de Marlene.
- No quiero hablar de Rebecca.- Le pide. Pone la cabeza en el pecho de Abby.
- ¡Ella te ama!- Abby habla en serio.
- Abby ¡Por favor! Nó. Déjalo, arruinarás esta noche hablando de Rebecca o su familia.- Marlene se siente triste e incómoda.
- Yo sé que no quieres hablar de ella, pero vino a mí hoy y al parecer está pensando en que estarás herida. Piensa que estás confusa y está realmente preocupada por Tristán.-  Marlene aprieta su mandíbula con fuerza.
- Yo no estoy confundida y, sí,  tiene razón sobre Tristán, te lo advertí, dijiste que lo manejarías, Tristán no está jugando exactamente con una baraja completa.- Le argumenta mientras Abby se coloca más cerca, sus labios encima de la cabeza y suavemente la besa.
-Tristán y yo, ni siquiera ha sido romántico. Yo le he dicho que no estaba buscando romance alguno, que había pasado por una mala ruptura, sólo que quería ser amable.- Marlene da un suspiro de alivio. Abby la atrae hacia sí para besarla, Marlene la mira.
- Espera un minuto, le dijiste a Tristán que no estabas interesada en cualquier tipo de romance, pero estás aquí conmigo.- Abby sonríe.
- Yo no podía decirle nada acerca de mi sexualidad. Cuando nos conocimos despertaste mi curiosidad, no quiero echar a perder nuestra relación, pero las cosas tienen una forma de trabajarse. Lo que me habéis dicho de él me da la oportunidad de pensar en cómo se lo voy a decir.- Marlene la interrumpe.  
- No va a ser fácil, especialmente cuando estoy yo involucrada, secretamente me odia y yo no puedo decir que la culpa es sólo suya, sin embargo,  está en mi pasado y yo no quiero roces con él o cualquiera de los Lahnstein.- Le pide con una sonrisa. Abby la besa de nuevo ya de pie. Desde el sofá se toman entre sí de la mano y se dirigen a la habitación donde numerosas velas están encendidas y una sola rosa roja posada entre las dos almohadas.
- ¡Uh huh!- Marlene comenta. -Veo que has estado ocupada en distintas formas de cocinar.- Abby se inclina haciendo una reverencia.
- Puedo parecer simple en el exterior pero soy una romántica en el interior.- Ambas ríen mientras se besan, se desvisten y caen en la cama para toda la noche.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Nota del autor


Llegado a este punto del relato me veo en la necesidad de exponer alguna particularidad que estoy observando durante la publicación de los diferentes capítulos.
No tengo la sensación de estar llegando al público con la intensidad esperada, os preguntaréis  ¿Por qué?  Bien, la causa es la casi ausencia de algún comentario crítico sobre el relato o sobre los propios capítulos. En otras narraciones he visto como los que siguen las historias comentan y hacen diálogos con el autor en el apartado de comentarios, expresando opiniones de todo tipo.
No se trata de otra cosa que de conocer el impacto que esta novela está generando en quien la lee, cuales son las cualidades que  ven en la historia y por supuesto la crítica constructiva  sin olvidar los aspectos negativos, si los hay o hubiese, que de ellos es de los que se aprende.
En este momento  la narración cumple sus dos terceras partes de la primera entrega y es muy importante saber cuál es el estado de interés de los lectores para acometer el resto de la historia con ganas e ilusión.
La respuesta del público es importante para el autor, cuando hay pocos comentarios uno no sabe si interesa o no. Lectores hay un número importante, lo sé por las estadísticas del blog, pero resulta curioso lo poco que se comenta.
Bueno el relato entra en el tercer tramo, que es muy interesante y lleno de acontecimientos.
Espero vuestras críticas, comentarios, consejos, preguntas, etc.

Un saludo a mis incondicionales.

martes, 20 de septiembre de 2016

CAPÍTULO 19


-LOS SENTIMIENTOS SIEMPRE PERMANECEN-


Marlene entra en LCL con una extraña sensación paranoica. Mira a su alrededor para ver si alguien se da cuenta de su tardanza al traspasar la puerta como a hurtadillas. 
Se sienta en la barra del café y ordena un expreso.
- ¡Buenos días Marlene!- Kim la saluda con afecto mientras se acerca desde la entrada. 
- ¡Hola! ¿Te vas?- Marlene bebe su café tratando de despertarse. Kim llega tirando de su maleta, la apoya contra la barra y coloca el maletín encima.
– Con leche, por favor.- Pide con cortesía y exhalando aire.
-Te veo un poco pálida ¿Estás bien?- Interroga Kim a su hermana. Marlene responde con la mirada algo apagada.
- Demasiado tequila anoche, pero estaré bien pronto.- Kim sonríe  con ironía.
- ¿Rebecca?- Pregunta mientras Marlene toma un sorbo de su café.
- Abby la contable. Trabajamos ayer hasta tarde, le apetecía una copa, así que fuimos a No Limits.- Le dice. Kim contesta con curiosidad.  
- ¿Abby?- Susurra.
– ¡Si! Ella es una linda chica y…- Kim corta rápida.  
- Y el rumor es que ella está saliendo con Tristán. Sin duda que no…-  Se detiene a media frase, conoce a  su hermana muy bien y su expresión facial le ha regalado un montón de secretos internos. Marlene baja la mirada. Kim la agarra del hombro.
- ¿Qué pasó Marlene?-  Marlene duda, está indecisa.
- ¡Nada! Nos fuimos de copas, eso es todo.- Kim se ríe entre dientes. 
- ¡Marlene! Dime algo mejor que eso. Una noche de trabajo, que te has quedado hasta tarde y bebísteis tequila hasta emborracharte con alguien que apenas conoces.- Marlene se mira las manos.
- Hablamos mucho, sobre Tristán, Rebecca, me sentí cómoda ella es un buen oyente y…- Marlene no está segura de si debía decirle a Kim toda la verdad, pero ella sabe que su hermana no se rendirá hasta que llegue a la verdad.   
- Resulta que ella en realidad sólo piensa en Tristán como un amigo, su verdadero interés soy yo. Nos fuimos a su casa y pasamos allí la noche.- Marlene siente que la cabeza le pesa, se muerde el labio inferior como pidiendo perdón. No puede  mirar a su hermana.  
- ¡Marlene!- Kim exclama asustada.   
-¡Shh! ¿Quieres que alguien te oiga? Baja la voz.- Ella le dice en voz baja.
- ¿Qué pasa con Rebecca y Tristán? ¿Qué vas a hacer? ¿Puedes darte cuenta que esto se  convierta en un lío y fuera de control?- Kim toca la mano de su hermana y la acaricia.
– Nadie debe saber nada, Kim y te agradecería que no digas una palabra a nadie, ni siquiera a Emilio.- Le exige con inquietud. Kim se apea del taburete de la barra y termina el café con leche.
- ¡Ok! tienes mi palabra, pero cuando regrese de Estocolmo,  deberíamos hablar.- Marlene se pone de pie a su lado.
- ¿Estocolmo?-  Le pregunta.     
- Tanja y Sebastián están pensando en abrir allí una boutique. Estaré unos días y luego regreso para la muestra de Riga.- Le cuenta.  
- Parece que lo estás haciendo realmente bien, estoy orgullosa de ti.- Añadió Marlene.
- ¿Yo? Señorita Director de Arte.- La empuja dando a su hermana un codazo. Ambas ríen al pie de las escaleras. Marlene camina hacia el almacén, pasa al lado de la mesa de diseño, contempla las cajas de ropa y accesorios preparados para el viaje a Riga. Mira a su alrededor en busca de Rebecca, pero no ve a nadie, mira hacia delante  y se da cuenta de que los diseñadores y asistentes están reunidos cerca de la sala de costura.
- ¡Marlene!  ¿Podrías unirte a nosotros? - Confundida frunce el ceño.
- ¡Lo siento! Llego tarde pero… ¿Tenemos una reunión programada?- Le pregunta a Rebecca, ella le niega con la cabeza.
- Te dejé una nota en tu escritorio ayer por la tarde ¿No la viste?- La mira con severidad.            
- ¡No! Yo no. Estuve toda la tarde con la contable trabajando en el presupuesto.- Marlene comienza a experimentar un pensamiento culpable de su noche con Abby.
- ¡Ya veo! Pedimos nuevas bolsas de ropa para rellenar  mañana. Tanja quiere diseñar un nuevo logotipo para las bolsas y cajas de envío. Riga es lo prioritario. Los escenarios ya se han enviado.- Marlene se queda en silencio sintiendo el tono cortante enfadado de Rebecca. 
Más tarde regresa a su oficina y se sienta, encuentra una copia del  informe sobre el presupuesto con una nota adjunta a la misma, la abre, lee su contenido y sonríe. Dobla el papel y se levanta, sale de su despacho para acercarse a la oficina de Abby.
- Recibí tu nota.- Le dice al entrar en su oficina. Abby se incorpora y se acerca a ella, suavemente toca su brazo.
- ¡Bien! No estabas y quería saber cómo te fue durante la noche.-  Marlene  le contesta con disimulo.
-Tenía una reunión, se me hizo tarde y Rebecca estaba un poco molesta.- Abby sonríe       
- Estoy segura que lo superará, como has dicho, tiene una novia con problemas y eso es suficiente para mantenerla ocupada.- Le responde con petulancia. Marlene se ríe también.
- No quiero hablar de ella.- Abby toma un mechón de pelo de Marlene en la mano la mira a los ojos.
- ¡Eres tan hermosa!- Marlene eleva la nota doblada en la mano y la levanta hacia ella. Ambas se miran con el anhelo de tocarse.

Rebecca está revisando sus papeles y abre su cuaderno de dibujo, encuentra un documento de trabajo de la oficina de contabilidad que se cae al suelo. Se agacha a recogerlo y lee la nota dirigida a ella. Mira a su alrededor y con el ceño fruncido se pregunta por qué le han dejado ese papel. Mira los números que, no tienen mucho sentido para ella, no los entiende.    
- ¿Qué es eso?- Katherine le pregunta al acercarse a ella.
- Una nota y un informe sobre el presupuesto de la oficina de contabilidad la deben haber dejado aquí mientras estábamos en la reunión.-  Katherine la coge  del brazo. 
- Tal vez sea porque eres el jefe de diseño, y algo debes tener que ver con ello.- Rebecca se encoge de hombros.
- Debo ir y hablar con Abby.- Ella toma la nota en la mano y se dirige hacia el ascensor. Katherine sonríe y la sigue.
- Tengo una reunión con Tanja, te veré más tarde.- Rebecca asiente mientras la puerta del ascensor se cierra. Camina en silencio por el pasillo hasta la oficina de Abby, mirando el informe sin comprender nada. La puerta de la oficina de Abby está entreabierta, escucha por la abertura la voz familiar de Marlene  que le llega a través de la rendija, se detiene y escucha.
- Acerca de la noche anterior.- Marlene habla, Abby se le está acercando y le coge ambas manos.
- ¡Fue maravilloso Marlene! No vamos a estropear el momento.- Rebecca estira  el cuello y las ve a través del resquicio. No puede creer lo que está presenciando. Ellas dos en un abrazo.
- ¡Yo!-  Susurra Marlene.
- ¡Shh!- Abby acerca sus labios a Marlene y la besa. El corazón de Rebecca le salta a la garganta, el color desaparece de su rostro,  se congela, su cuerpo siente frío. Su mano tiembla, agarra el picaporte con fuerza logrando deslizar  la puerta haciendo un ruido chirriante para abrirla más. Marlene se aparta de Abby y ambas se giran hacia el ruido.
- ¡Rebecca!- La voz de Marlene suena agrietada al exclamar su nombre en voz alta. Rebecca no puede hablar,  las mira por un segundo antes de dar la vuelta, desaparece rápido por el pasillo hacia el ascensor. Marlene trata de salir después de ella, Abby la agarra del brazo.
- ¡Déjala ir Marlene!- Ella la aparta casi con violencia.   
- No puedo, no en un momento como éste, Abby.- Marlene corre hacia el ascensor, la puerta ya se ha cerrado, espera a que se vuelva a abrir. Rebecca corre a la mesa de Katherine y habla  a su ayudante.
- Informa a Katherine que no me siento bien y me he ido a casa, la llamaré más tarde.- El asistente toma nota. Rebecca coge su bolso cierra su cuaderno de dibujo y la cartera antes de salir corriendo. Marlene sale apresurada del ascensor, pasa la mesa de Katherine y para en la de Rebecca mira a su alrededor y se da cuenta que su cartera está cerrada. Se vuelve hacia su auxiliar y le pregunta.
- ¿Has visto a Rebecca?- El asistente levanta la cabeza y responde.
- Dijo que no se sentía bien y se fue a su casa.- Marlene hace una mueca y responde.
- ¡Gracias!- Recoge el bolso de su oficina y sale de LCL en dirección al castillo.

Rebecca llega al castillo y rápidamente sube corriendo a su habitación, lanza el bolso al suelo y cae sobre la cama sollozando incontrolada, se siente hundida, no termina de tener tranquilidad en sus sentimientos. Ver a Marlene en brazos de otra persona le ha revuelto sus emociones y le despierta esa sensación de incertidumbre que siente desde que ella ha regresado a su vida. 
Poco después Marlene entra en el castillo por la cocina, haciendo el camino hacia a la habitación que una vez compartió con ella. Se para y espera de pie  en la puerta observando a Rebecca mientras llora.
- ¡Rebecca!- Marlene la llama con toda la dulzura que le es posible. Rebecca se limpia la cara arqueando la cabeza para verla de pie mirando su rostro húmedo por las lágrimas.
- ¿Qué quieres? ¡Vete!  ¡Por favor!- Ella le ordena con vehemencia. Marlene se acerca a la cama.
- No puedo Rebecca.-  Se sienta a su lado. - ¿Por qué lloras?- Marlene pregunta con un tono de tristeza.
- ¿En qué estabas pensando?-  Rebecca de repente arremete en un tono  violento. - ¿Has pensado siquiera en Tristán?-  Marlene parece temblar.
- Tristán no tiene nada que ver con esto, Abby y yo…, hay una atracción entre nosotras desde que nos conocimos, Tristán es sólo un amigo.- El rostro de Rebecca se pone rojo de ira.
- En realidad, nunca piensas en Tristán, ni por un minuto. ¿De verdad crees que él la invita a salir porque quiere ser su amigo?- Encuentra una justificación perfecta en su hermano. Marlene trata de explicarse. 
- Pensé en Tristán… ¿Pensaste tú en Tristán cuando te enamoraste de mí?- Marlene le responde con rudeza.
- Eso no es justo. Tú  también estabas enamorada de mí, yo le hice daño, pero traté de hacer las paces, él es mi hermano. No puedo cambiar el hecho de que estábamos enamoradas, pensé que aprenderíamos de eso.- Rebecca se sienta cerca de ella. - ¿Tienes sentimientos por ella?- Le pregunta bajando la cabeza.
– Percibí una atracción cuando nos conocimos. Tuve la idea que ella se había interesado por mí también. Hemos trabajado estrechamente en el presupuesto y es como te digo, he podido confirmarlo.- Le dice con cierta crudeza. Rebecca traga con fuerza, siente el estómago en la garganta.
- ¿Has dormido con ella?- La expresión facial de Marlene le dice todo a Rebecca. Se echa a llorar de nuevo, el llanto es ahora de desconsuelo, sus lágrimas corren por las mejillas. Marlene le limpia la cara con el pulgar.
- Tú ya has hecho tu elección, no puedo hacerte feliz, ninguna de las dos quiere sufrir como nos pasó antes. Tengo que seguir adelante.- Esta vez le habla con dulce tono, Rebecca asiente con la cabeza diciendo que está de  acuerdo, pero  su interior se estremece, solo con pensarlo.
- ¡Lo sé! Tienes razón, es difícil vernos con otra persona. La realidad de todo esto me está golpeando muy fuerte.- Ella mira fijamente a sus ojos. - ¡Marlene! ¿Qué hicimos mal?- Marlene intenta sonreír y suspira mientras le cae una lágrima del ojo. 
- Nos fuimos distanciando. Eso  sucedió.-  Se pone en pie, ahora es Marlene quien está sufriendo, el dolor en su corazón es insoportable. - ¡Por favor! No llores más. Hemos tenido tanto que debemos  estar contentas.-  Marlene quiere ser positiva.
- Abby tiene que decirle a Tristán la verdad, no creo que mi hermano pueda soportar otro golpe como éste. Te implicará y me temo que tratará de hacerte daño de nuevo.  Abby no tiene ni idea de lo que es su estado mental cuando se ve decepcionado.- Rebecca comenta sabiamente.
- ¡Sí! Es verdad. Hablaré con ella, aunque no sé si me creerá. Piensa que es un chico muy simpático.- Marlene le cuenta mientras acaricia la espalda de Rebecca.
- Debo volver al trabajo.- Se dirige despacio hacia la puerta y se da la vuelta para mirar a una Rebecca muy herida y hosca. 
Marlene, en el fondo, percibe que ha dado los primeros pasos para obtener algo positivo de Rebecca. Sabe que la vida siempre ofrece más posibilidades. Ella hace una respiración profunda dejando la estancia en silencio. Rebecca cierra los ojos y trata de olvidar a Marlene en brazos de Abby. El dolor empapa su conciencia, en su interior la visión del abrazo que vio en aquel despacho le duele en lo más profundo, pero lo ha dirigido a los temores por Tristán y cómo podría manejar la situación al descubrir que Abby es gay y no está interesada en él por nada distinto a  la amistad.
- ¿Cómo reaccionará al descubrir que Marlene está involucrada?-  Se lamenta ante la idea de su aventura sexual. De cómo ella la había empujado fuera de su lado, perdiéndola de este modo. Siente náuseas, se levanta a toda prisa y se lava la cara con agua fría, coge la toalla y se mira en el espejo. 
Regresa a su cama, se sienta y contempla el joyero que Marlene le regaló en su viaje a París. Un recuerdo de su amor por ella. Rebecca  recobra la calma sonriendo al recordar aquella mini luna de miel. Lo abre y escucha la canción que suena, un hermoso minueto clásico. 
Tiene guardadas muchas pequeñas cosas que se regalaron cuando estaban juntas. Recuerdos que rememoran todo por lo que habían luchado tan desesperadamente, por su amor. 
Los sentimientos permanecen aún dentro de su alma, nunca se fueron y nunca se irán. El ver a Marlene en brazos de Abby ha despertado su pasión como si estuviera guardada en esa pequeña caja de nácar esperando a ser abierta de nuevo. Rebusca dentro de ella y sus dedos tocan el collar con una pequeña piedrecita que Marlene le había colocado alrededor del cuello aquel día maravilloso en el lago. Lo aferra en la mano contra su pecho y percibe el tic-tac de su corazón latiendo rápidamente. Rebecca se lo lleva a los labios para besarlo. En ese instante tiene la visión de que las cosas comienzan a estar más claras para ella.
- ¡No puedo dejarte ir! Te amo demasiado como para dejar que  otra llegue a tu corazón como lo hice yo.- Se lo jura a sí misma. 

martes, 13 de septiembre de 2016

CAPÍTULO 18


                                        -UNA AVENTURA NECESARIA-

Marlene va recogiendo su escritorio. La hoja plegada del esbozo del presupuesto que no se había tomado el tiempo para mirar aparece en su mano. Ha estado trabajando en el vestíbulo armando conjuntos de temas para dar a LCL un nuevo aspecto vigorizante y fresco. Tiene programada una reunión en la tarde con Abby para iniciar el estudio sobre dicho presupuesto. Se sirve una taza de té, lo bebe a sorbos. Sin terminarlo recoge su cuaderno y se dirige a la oficina de Abby. Llama con firmeza a su puerta.
- ¡Entra!-  La voz de Abby suena a orden, abre y traspasa la puerta con una sonrisa y su taza de té en la mano.
- Por favor, toma asiento.-  Obedece y abre el papel doblado que había colocado en el cuaderno. Abby le pregunta por su estado de ánimo y ella le responde que  se encuentra relajada. Marlene suspira poniendo cara de  misterio.
- No sé nada de cómo se hace un presupuesto.- Abby sonríe.
- ¡Eso está bien! Te lo enseñaré, no te preocupes.-  Con este comentario Marlene toma un aire tranquilizador. Abby le entrega una hoja de resumen en blanco y un lápiz.
– ¡Gracias!-  Marlene adopta una postura pensativa mientras observa a Abby calculando números y anotándolos en filas y columnas.
- Como puedes ver.-  Ella le comienza a explicar mostrando sobre el papel. – Nombres, de diseñadoras, de sus asistentes, la cantidad de material que pueden usar y así sucesivamente.- Marlene la interpela.
– Parece fácil como lo dices, creo que cojeré la idea.-
Se muestra muy a gusto ahora ha entendido el sentido de las cifras y se motiva. Pasan varias horas repasando, cavilando y recalculando los números. 
Marlene mira su reloj.
- Creo que hemos avanzado mucho ¿Qué tal si lo dejamos ésta noche y terminamos mañana?- Abby frunce el ceño, hace un gesto de simpatía y comenta.
-Tenía la esperanza de que te gustaría tomar una copa. Soy nueva aquí y no conozco a nadie más que a Tristán.- Le expone con sincera actitud. Espera que esté dispuesta a tomar esa copa. Marlene piensa un instante.
- ¡Claro! Conozco un lugar al que podemos ir no lejos de aquí. ¡No Limits!- Le responde con una sonrisa. Abby coge su bolso, apaga la lámpara en su escritorio y salen del despacho.
Caminan hacia No Limits con tranquilidad riendo y bromeando.
- Mi amigo Ollie es el dueño de este lugar.- Le explica Marlene al entrar. Josie trabaja de la barra, se alegra de verla.
- ¿Esta Ollie?-  Le pregunta, Josie sonríe.
-Tardará un poco esta noche. Él y Jorge están en el cine.- Le responde mientras coloca dos botellas de cerveza en una estantería.
- ¿Qué os puedo servir?- Marlene mira a Abby.                
- ¿Tequila?- Pregunta girándose hacia Abby. Le  devuelve una sonrisa de acuerdo se da la vuelta para encontrar una mesa y se sientan.
- ¿Así que eres nueva en Dusseldorf?-  Marlene sondea para iniciar una conversación.  
– En  realidad no. Mi abuela vivía aquí. Pasaba los veranos con ella de niña. Falleció la pasada primavera y me dejó su apartamento en herencia y aquí estoy.  ¿Y tú?-  Ella, a su vez, también le pregunta.  
– He nacido y me he criado, aquí.- Le dan un sorbo al tequila. - ¿Tristán?-  Marlene muestra curiosidad por su relación.   
- ¡Buen tipo! En realidad es sólo un amigo.- Su observación es corta.
- ¡Oh! Pensé que, como estáis saliendo últimamente he creído que…- Abby parece sorprendida.   
- ¡No! Pero tu curiosidad hace que me pregunte si no estás interesado en él.- Abby indaga haciendo un gesto hacia la barra.
- ¡Oh, no! ¿Por qué piensas eso?- Marlene no entiende la intención de la pregunta.
- Le quise sonsacar algo de ti y Rebecca.  Pareció incómodo y no me dijo nada concreto. Me comentó algo acerca de que vosotras dos tenéis una historia.- Marlene no está segura de cómo responder. Podía sentir el tequila quemando su garganta.
- Tristán y yo estuvimos juntos una vez.- Se arma del valor suficiente para decírselo. La mirada de Abby es como si la hubieran cegado.
- ¿Juntos?- Su pregunta es abrupta y sorprendida.
- ¡Sí! Como pareja en realidad.- Le comenta Marlene con un movimiento de cabeza.
- Estoy sorprendida. ¿Qué pasó? ¡Perdón por la intromisión! Si no deseas decirme nada, lo entiendo.-  Le dice aunque está inquieta por una respuesta.- ¿Rebecca?- Expone mirando su expresión facial.
- Yo no he estado… al menos… al principio.- Marlene quiere hablar con sinceridad. - Quiero decir que siempre he estado con un hombre, nunca pensé, ni en un millón de años, que  las cosas cambiarían.- Abby la mira con curiosidad. Pone su mano sobre la de Marlene.
- Me fui de Hamburgo debido a una mala relación. Siempre supe cual era mi inclinación. Lo dejaba muy claro desde el principio cuando empezaba a salir con alguien. Mis sentimientos siempre han sido menos intensos con un hombre que con una mujer.- Abby le confiesa a Marlene, ella suspira.
– Pensaba continuamente en Rebecca. Fue algo que me atormentó desde el principio.  No conseguía entender con claridad que era aquella sensación que percibía a su lado desde que nos conocimos.- Sigue hablando después de otro trago de tequila. - Yo estuve casada con Hagen, su hermano mayor.  Ella diseñó el vestido de novia para mí.-  Abby escucha con propensión, se bebe de un trago el tequila, Marlene continúa.
– Rebecca entonces estaba bajo la tutela de la LCL. Y un buen día se fue a Nueva York .-  Abby sonrió. 
- Supongo que cuando regresó las cosas habían cambiado.- Marlene sonríe con la barbilla apoyada en su puño.
- Me divorcié por entonces. No duró mucho el matrimonio. Mi hermana estuvo involucrada, una larga historia.- Comenta Marlene.
- Cometí el terrible error de encadenarme a Tristán.- Abby mira extrañada.
- ¿Así que estuviste involucrada con los dos hermanos?- Abby escucha con atención. Marlene respira hondo y traga saliva. 
- ¡Sí! Un día me violaron. Tristan estaba allí para acogerme. Fue cuando  Rebecca acababa de regresar de Nueva York. Ella me ayudó a recoger lo que quedaba de mí. La violación me produjo un embarazo.-  Abby pide otro trago de tequila.
- Asumo que te decidiste no mantenerlo.-  Marlene asintió con la cabeza. 
- ¡Lo pasé tan mal! La violación, el embarazo, el juicio, no podía, me esforzaba, Tristan estaba herido por ello. El aborto, yo no podía hacerlo sola.  Rebecca estuvo a mi lado todo aquel tiempo, me acompañaba, fue mi mejor apoyo en esos momentos y estuvo pendiente de mi todo el tiempo de la recuperación también.- Abby toca la manga de su camisa.
- Lo entiendo, no es fácil sostener a una mujer que tiene que tomar una decisión tan delicada.- Marlene se siente más relajada después de otro tequila.
- Me di cuenta de que algo era diferente con Rebecca. Nuestra relación cambió durante los meses siguientes. No nos encontrábamos tan cómodas como al principio. Un día me envió una carta explicando la causa por la que nuestra  amistad iba mal, me confesó su amor por mí. Se había mentido a sí misma, a mí y a Tristán. Rebecca sufrió mucho, quería distanciarse de mí, pero yo no dejaba que lo hiciera. Estuve jugando con ella sin proponérmelo, ¡Era yo la que sufría si ella se alejaba! Era un juego de esos que perjudican a las personas que amas y que más se preocupan por ti…-  Marlene comienza  a llorar.
- ¡Hey, no llores!-  Abby se acerca y la abraza.
– Al final me rendí a la tentación que estaba sintiendo. En el fondo de mi mente sabía que estaba enamorada de ella y no podía, no sabía cómo hacer frente a una angustia tan grande.  Tenía que hacer algo.- Abby se sitúa detrás de ella y se queda escuchando con calma sus reprimidas frustraciones.
- Una noche hicimos el amor, no entendía porque lo provoqué, solo sabía que lo necesitaba, todavía estaba saliendo con Tristán, pero sabía que estaba enamorada de Rebecca. Aquella noche supe lo que es amar a alguien con intensidad.  Una agitación desconocida se movió dentro de mí, no podía aceptar que estuviera enamorada de otra mujer... de Rebecca. Tristán lo llegó a saber por mí, pero entonces negué mis sentimientos hacia ella. Él me perdonó, nos comprometimos y le dejé plantado el día de la boda. Le dejé hundido y frustrado. 
Marlene exclama ya casi sin aliento.
– ¿Entonces fue cuando…?-  Abby ya curiosea. Marlene respira como algo aliviada.
– ¡Sí! Comenzamos nuestra vida en común. Pero él no nos lo perdonó.  Arruinó mi carrera como cantante, convirtió la vida de Rebecca en un infierno. Ella luchaba lo indecible por protegernos. Finalmente, después de meses de pelea y sufrimiento se dio por vencido.  Aunque parezca algo muy lejano, sé que todavía sigue resentido.-  Termina su narración bebiendo otro trago de tequila para calmar sus nervios.
- ¿No duró?- Abby le pregunta mientras ella le comenta.
- Ganamos la batalla pero se perdió la guerra.  Supongo que se podría decir así.  La carrera de Rebecca se convirtió en lo más importante, yo estaba en un segundo plano mientras ella luchaba con Tanja y con su familia. Se fué abriendo una brecha entre nosotras, Rebecca trabajaba largas horas, yo estaba sola, ya no podía cantar y no tenía nada que ofrecerme a mi misma. Nada tenía interés para mi, salvo lo que hiciera feliz a Rebecca. Tampoco ayudé mucho a la situación, las cosas comenzaron a salirse de control. Al final nos separamos y aquí estamos.- Marlene deja de hablar y a procesar todo lo que acaba de decir.
- ¡Hmmm! ¡Menudo drama! Pero has vuelto y a trabajar en un lugar donde hay una gran cantidad de daño y dolor…-  Abby enfatiza.
- ¡Es cierto! Pero era una oportunidad para comenzar a demostrar mis habilidades, para aprender y para poner los pies en el suelo.- Marlene expresa de forma  razonada.
-También te permite  mantener el control sobre Rebecca.- Abby le dice con una ceja arqueada y un ojo en ella. Marlene sonríe y en voz baja.
- Todos sabemos a dónde he regresado.- Abby se ríe dirigiendo algunas palabras de sabiduría a Marlene.
- ¿El hecho de que esa puerta se halla cerrado, no significa que otra no se abrirá para ti?-  Marlene mira a Abby como si estuviera encantada con ella de alguna manera extraña.
- ¡Sí! Bueno, yo podía haberlo hecho estando en Los Ángeles.-  Ella murmuró.
– Los Ángeles ¿Huiste cuando acabó todo con Rebecca?- El tono de Abby profundiza para escuchar sus confesiones.
- ¡Sí! Un amigo del teatro, me ofreció un trabajo y con ello la oportunidad de encontrarme a mí misma, estuve dos años allí. Trabajé en el teatro como entrenadora de voz y me involucré con el conjunto de diseño y vestuario. Más tarde en una escuela de diseño gráfico, a la que asistí durante un año, pude reencontrarme con una actividad que siempre se me dio muy bien desde niña y que me gusta mucho. Dibujar y crear escenarios se me da especialmente bien y me satisface en lo personal.- Abby está cada vez más intrigada por Marlene.
- ¿El amigo?- Ella la sondea en busca de respuestas.
- ¡Jakob Bailey!- Marlene sonríe al recordarle- Significó mucho para mí, pero sólo como un amigo. Él quería más de lo que yo podía dar. No sabía nada de Rebecca, en realidad no sabía nada de mi pasado. Mi sexualidad la he guardado en secreto. Sólo tenía que centrarme en mí, en mi trabajo, quería iniciar una nueva vida, distinta de lo vivido. Pero es difícil olvidar el amor de tu vida, Rebecca está en mi corazón y nunca lo abandonará.- La voz de Marlene suena agrietada. 
Abby percibe la necesidad de relajarse de Marlene. Se miran profundamente a los ojos. Abby siente un extraño deseo de abrazarla y tocarla de una manera que no había podido hacer desde la ruptura de su propia relación. Ella tiene su ojo en Marlene desde su primer encuentro. El apretón de manos fue sólo el comienzo de las vibraciones que pudo sentir de ella. Tristán era una vía de escape, pero Abby tiene otras tendencias distintas. Se bebe el último trago de tequila sentada frente a ella. Extiende su mano a Marlene. 
- Mi apartamento está justo arriba de la calle.-  Marlene se queda sin habla, la mira con misterio, piensa en una via de escape y coge su bolso de la mesa y la sigue.   
Abby abre la puerta de su hogar, un apartamento pequeño pero pintoresco. La expresión de la cara de Marlene es de intriga. De pie en la puerta de esa vivienda con poca luz. Abby le acaricia la mejilla a Marlene con el dorso de su mano, la besa percibiendo Marlene cierta pasión. Cierran la puerta detrás de ellas. Por el estrecho pasillo se dirigen hasta el dormitorio. Marlene se detiene,  sus ojos recorren la habitación, Abby pone sus labios sobre ella y la besa bajo el infortunio y la necesidad de afecto. Comienza a desabrocharle la camisa. Marlene siente de repente  una oleada de culpabilidad inundando su conciencia.
- ¡Abby!- Ella le susurra. - ¡No!- Abby se detiene cuando empezaba a desnudarla.
- No se trata de  amor,  se trata de cuidar una necesidad dentro de ti.- Ella se deja llevar bajo el influjo de la necesidad y terminan de desvestirse. El toque cálido de las manos de Abby le pone la piel de gallina. Busca satisfacer todos sus deseos de orden sexual. Abby gime con aire de estar fuera de control y apasionado. La noche las envuelve en un entorno de sexo desenfrenado.

Una cálida racha de aire entra por la ventana abierta en la habitación de Abby. Marlene se levanta de repente agarrando la colcha contra su pecho. Esa incorporación súbita hace que  se maree a causa de  los gopes en la cabeza del tequila que había bebido la noche anterior. Mira a Abby que está de espaldas y desnuda, va descubriendo su piel  suave y sin embargo radiante. Marlene le da un ligero toque para despertarl, ella se agita.
- ¡Buenos días!- Le dice, Abby habla con una mueca.
- ¡Oh mi cabeza!- Murmura mientras mira a Marlene en posición vertical. 
- ¿Qué hora es?- Pregunta Marlene que lucha para encontrar su reloj. Abby se da la vuelta hacia el despertador en su mesilla.
- Son las siete, no hay prisa.-  Ella se acerca y tira de Marlene de nuevo hacia ella. - Realmente debería irme.-  Le explica Marlene tratando de quitarse del alcance de  Abby.
- ¡Quédate!- Ella dulcemente suplicó.
- El trabajo nos está esperando y por mucho que me encantase, tengo cosas urgentes temprano.- Ella sale de las mantas y comienza a vestirse.      
- ¡Haz lo que quieras! Yo iré un poco más tarde.-  Le dice Abby  enterrándose bajo el calor de las mantas. Marlene termina de vestirse en silencio y se marcha. Camina lentamente por la calle pasando frente a No Limits. Trata de concentrarse en lo que había sucedido allí la noche anterior, la charla, los efectos del alcohol, Rebecca. Marlene se siente diferente, de una manera única pero extraña. Sonríe  pensando en el sexo con Abby. 
Abby la intriga y la hace sentir como la mujer que tenía que ser, está  agradecida. El ser ella misma es lo que hizo, a su entender, que era parte de un deseo de que todo parezca como nuevo. Marlene  va pensando en esas cosas y de repente se detiene en seco. - ¡Tristán!-  Lo suelta en voz alta y rápidamente se cubre la boca pensando en él y su evidente interés en Abby. Si se entera de que ellas han tenido sexo, los temores de sus hechos anteriores  le provocan una tensa ansiedad. Tiene que decirle a Abby la verdad acerca de él.