Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 13 de septiembre de 2016

CAPÍTULO 18


                                        -UNA AVENTURA NECESARIA-

Marlene va recogiendo su escritorio. La hoja plegada del esbozo del presupuesto que no se había tomado el tiempo para mirar aparece en su mano. Ha estado trabajando en el vestíbulo armando conjuntos de temas para dar a LCL un nuevo aspecto vigorizante y fresco. Tiene programada una reunión en la tarde con Abby para iniciar el estudio sobre dicho presupuesto. Se sirve una taza de té, lo bebe a sorbos. Sin terminarlo recoge su cuaderno y se dirige a la oficina de Abby. Llama con firmeza a su puerta.
- ¡Entra!-  La voz de Abby suena a orden, abre y traspasa la puerta con una sonrisa y su taza de té en la mano.
- Por favor, toma asiento.-  Obedece y abre el papel doblado que había colocado en el cuaderno. Abby le pregunta por su estado de ánimo y ella le responde que  se encuentra relajada. Marlene suspira poniendo cara de  misterio.
- No sé nada de cómo se hace un presupuesto.- Abby sonríe.
- ¡Eso está bien! Te lo enseñaré, no te preocupes.-  Con este comentario Marlene toma un aire tranquilizador. Abby le entrega una hoja de resumen en blanco y un lápiz.
– ¡Gracias!-  Marlene adopta una postura pensativa mientras observa a Abby calculando números y anotándolos en filas y columnas.
- Como puedes ver.-  Ella le comienza a explicar mostrando sobre el papel. – Nombres, de diseñadoras, de sus asistentes, la cantidad de material que pueden usar y así sucesivamente.- Marlene la interpela.
– Parece fácil como lo dices, creo que cojeré la idea.-
Se muestra muy a gusto ahora ha entendido el sentido de las cifras y se motiva. Pasan varias horas repasando, cavilando y recalculando los números. 
Marlene mira su reloj.
- Creo que hemos avanzado mucho ¿Qué tal si lo dejamos ésta noche y terminamos mañana?- Abby frunce el ceño, hace un gesto de simpatía y comenta.
-Tenía la esperanza de que te gustaría tomar una copa. Soy nueva aquí y no conozco a nadie más que a Tristán.- Le expone con sincera actitud. Espera que esté dispuesta a tomar esa copa. Marlene piensa un instante.
- ¡Claro! Conozco un lugar al que podemos ir no lejos de aquí. ¡No Limits!- Le responde con una sonrisa. Abby coge su bolso, apaga la lámpara en su escritorio y salen del despacho.
Caminan hacia No Limits con tranquilidad riendo y bromeando.
- Mi amigo Ollie es el dueño de este lugar.- Le explica Marlene al entrar. Josie trabaja de la barra, se alegra de verla.
- ¿Esta Ollie?-  Le pregunta, Josie sonríe.
-Tardará un poco esta noche. Él y Jorge están en el cine.- Le responde mientras coloca dos botellas de cerveza en una estantería.
- ¿Qué os puedo servir?- Marlene mira a Abby.                
- ¿Tequila?- Pregunta girándose hacia Abby. Le  devuelve una sonrisa de acuerdo se da la vuelta para encontrar una mesa y se sientan.
- ¿Así que eres nueva en Dusseldorf?-  Marlene sondea para iniciar una conversación.  
– En  realidad no. Mi abuela vivía aquí. Pasaba los veranos con ella de niña. Falleció la pasada primavera y me dejó su apartamento en herencia y aquí estoy.  ¿Y tú?-  Ella, a su vez, también le pregunta.  
– He nacido y me he criado, aquí.- Le dan un sorbo al tequila. - ¿Tristán?-  Marlene muestra curiosidad por su relación.   
- ¡Buen tipo! En realidad es sólo un amigo.- Su observación es corta.
- ¡Oh! Pensé que, como estáis saliendo últimamente he creído que…- Abby parece sorprendida.   
- ¡No! Pero tu curiosidad hace que me pregunte si no estás interesado en él.- Abby indaga haciendo un gesto hacia la barra.
- ¡Oh, no! ¿Por qué piensas eso?- Marlene no entiende la intención de la pregunta.
- Le quise sonsacar algo de ti y Rebecca.  Pareció incómodo y no me dijo nada concreto. Me comentó algo acerca de que vosotras dos tenéis una historia.- Marlene no está segura de cómo responder. Podía sentir el tequila quemando su garganta.
- Tristán y yo estuvimos juntos una vez.- Se arma del valor suficiente para decírselo. La mirada de Abby es como si la hubieran cegado.
- ¿Juntos?- Su pregunta es abrupta y sorprendida.
- ¡Sí! Como pareja en realidad.- Le comenta Marlene con un movimiento de cabeza.
- Estoy sorprendida. ¿Qué pasó? ¡Perdón por la intromisión! Si no deseas decirme nada, lo entiendo.-  Le dice aunque está inquieta por una respuesta.- ¿Rebecca?- Expone mirando su expresión facial.
- Yo no he estado… al menos… al principio.- Marlene quiere hablar con sinceridad. - Quiero decir que siempre he estado con un hombre, nunca pensé, ni en un millón de años, que  las cosas cambiarían.- Abby la mira con curiosidad. Pone su mano sobre la de Marlene.
- Me fui de Hamburgo debido a una mala relación. Siempre supe cual era mi inclinación. Lo dejaba muy claro desde el principio cuando empezaba a salir con alguien. Mis sentimientos siempre han sido menos intensos con un hombre que con una mujer.- Abby le confiesa a Marlene, ella suspira.
– Pensaba continuamente en Rebecca. Fue algo que me atormentó desde el principio.  No conseguía entender con claridad que era aquella sensación que percibía a su lado desde que nos conocimos.- Sigue hablando después de otro trago de tequila. - Yo estuve casada con Hagen, su hermano mayor.  Ella diseñó el vestido de novia para mí.-  Abby escucha con propensión, se bebe de un trago el tequila, Marlene continúa.
– Rebecca entonces estaba bajo la tutela de la LCL. Y un buen día se fue a Nueva York .-  Abby sonrió. 
- Supongo que cuando regresó las cosas habían cambiado.- Marlene sonríe con la barbilla apoyada en su puño.
- Me divorcié por entonces. No duró mucho el matrimonio. Mi hermana estuvo involucrada, una larga historia.- Comenta Marlene.
- Cometí el terrible error de encadenarme a Tristán.- Abby mira extrañada.
- ¿Así que estuviste involucrada con los dos hermanos?- Abby escucha con atención. Marlene respira hondo y traga saliva. 
- ¡Sí! Un día me violaron. Tristan estaba allí para acogerme. Fue cuando  Rebecca acababa de regresar de Nueva York. Ella me ayudó a recoger lo que quedaba de mí. La violación me produjo un embarazo.-  Abby pide otro trago de tequila.
- Asumo que te decidiste no mantenerlo.-  Marlene asintió con la cabeza. 
- ¡Lo pasé tan mal! La violación, el embarazo, el juicio, no podía, me esforzaba, Tristan estaba herido por ello. El aborto, yo no podía hacerlo sola.  Rebecca estuvo a mi lado todo aquel tiempo, me acompañaba, fue mi mejor apoyo en esos momentos y estuvo pendiente de mi todo el tiempo de la recuperación también.- Abby toca la manga de su camisa.
- Lo entiendo, no es fácil sostener a una mujer que tiene que tomar una decisión tan delicada.- Marlene se siente más relajada después de otro tequila.
- Me di cuenta de que algo era diferente con Rebecca. Nuestra relación cambió durante los meses siguientes. No nos encontrábamos tan cómodas como al principio. Un día me envió una carta explicando la causa por la que nuestra  amistad iba mal, me confesó su amor por mí. Se había mentido a sí misma, a mí y a Tristán. Rebecca sufrió mucho, quería distanciarse de mí, pero yo no dejaba que lo hiciera. Estuve jugando con ella sin proponérmelo, ¡Era yo la que sufría si ella se alejaba! Era un juego de esos que perjudican a las personas que amas y que más se preocupan por ti…-  Marlene comienza  a llorar.
- ¡Hey, no llores!-  Abby se acerca y la abraza.
– Al final me rendí a la tentación que estaba sintiendo. En el fondo de mi mente sabía que estaba enamorada de ella y no podía, no sabía cómo hacer frente a una angustia tan grande.  Tenía que hacer algo.- Abby se sitúa detrás de ella y se queda escuchando con calma sus reprimidas frustraciones.
- Una noche hicimos el amor, no entendía porque lo provoqué, solo sabía que lo necesitaba, todavía estaba saliendo con Tristán, pero sabía que estaba enamorada de Rebecca. Aquella noche supe lo que es amar a alguien con intensidad.  Una agitación desconocida se movió dentro de mí, no podía aceptar que estuviera enamorada de otra mujer... de Rebecca. Tristán lo llegó a saber por mí, pero entonces negué mis sentimientos hacia ella. Él me perdonó, nos comprometimos y le dejé plantado el día de la boda. Le dejé hundido y frustrado. 
Marlene exclama ya casi sin aliento.
– ¿Entonces fue cuando…?-  Abby ya curiosea. Marlene respira como algo aliviada.
– ¡Sí! Comenzamos nuestra vida en común. Pero él no nos lo perdonó.  Arruinó mi carrera como cantante, convirtió la vida de Rebecca en un infierno. Ella luchaba lo indecible por protegernos. Finalmente, después de meses de pelea y sufrimiento se dio por vencido.  Aunque parezca algo muy lejano, sé que todavía sigue resentido.-  Termina su narración bebiendo otro trago de tequila para calmar sus nervios.
- ¿No duró?- Abby le pregunta mientras ella le comenta.
- Ganamos la batalla pero se perdió la guerra.  Supongo que se podría decir así.  La carrera de Rebecca se convirtió en lo más importante, yo estaba en un segundo plano mientras ella luchaba con Tanja y con su familia. Se fué abriendo una brecha entre nosotras, Rebecca trabajaba largas horas, yo estaba sola, ya no podía cantar y no tenía nada que ofrecerme a mi misma. Nada tenía interés para mi, salvo lo que hiciera feliz a Rebecca. Tampoco ayudé mucho a la situación, las cosas comenzaron a salirse de control. Al final nos separamos y aquí estamos.- Marlene deja de hablar y a procesar todo lo que acaba de decir.
- ¡Hmmm! ¡Menudo drama! Pero has vuelto y a trabajar en un lugar donde hay una gran cantidad de daño y dolor…-  Abby enfatiza.
- ¡Es cierto! Pero era una oportunidad para comenzar a demostrar mis habilidades, para aprender y para poner los pies en el suelo.- Marlene expresa de forma  razonada.
-También te permite  mantener el control sobre Rebecca.- Abby le dice con una ceja arqueada y un ojo en ella. Marlene sonríe y en voz baja.
- Todos sabemos a dónde he regresado.- Abby se ríe dirigiendo algunas palabras de sabiduría a Marlene.
- ¿El hecho de que esa puerta se halla cerrado, no significa que otra no se abrirá para ti?-  Marlene mira a Abby como si estuviera encantada con ella de alguna manera extraña.
- ¡Sí! Bueno, yo podía haberlo hecho estando en Los Ángeles.-  Ella murmuró.
– Los Ángeles ¿Huiste cuando acabó todo con Rebecca?- El tono de Abby profundiza para escuchar sus confesiones.
- ¡Sí! Un amigo del teatro, me ofreció un trabajo y con ello la oportunidad de encontrarme a mí misma, estuve dos años allí. Trabajé en el teatro como entrenadora de voz y me involucré con el conjunto de diseño y vestuario. Más tarde en una escuela de diseño gráfico, a la que asistí durante un año, pude reencontrarme con una actividad que siempre se me dio muy bien desde niña y que me gusta mucho. Dibujar y crear escenarios se me da especialmente bien y me satisface en lo personal.- Abby está cada vez más intrigada por Marlene.
- ¿El amigo?- Ella la sondea en busca de respuestas.
- ¡Jakob Bailey!- Marlene sonríe al recordarle- Significó mucho para mí, pero sólo como un amigo. Él quería más de lo que yo podía dar. No sabía nada de Rebecca, en realidad no sabía nada de mi pasado. Mi sexualidad la he guardado en secreto. Sólo tenía que centrarme en mí, en mi trabajo, quería iniciar una nueva vida, distinta de lo vivido. Pero es difícil olvidar el amor de tu vida, Rebecca está en mi corazón y nunca lo abandonará.- La voz de Marlene suena agrietada. 
Abby percibe la necesidad de relajarse de Marlene. Se miran profundamente a los ojos. Abby siente un extraño deseo de abrazarla y tocarla de una manera que no había podido hacer desde la ruptura de su propia relación. Ella tiene su ojo en Marlene desde su primer encuentro. El apretón de manos fue sólo el comienzo de las vibraciones que pudo sentir de ella. Tristán era una vía de escape, pero Abby tiene otras tendencias distintas. Se bebe el último trago de tequila sentada frente a ella. Extiende su mano a Marlene. 
- Mi apartamento está justo arriba de la calle.-  Marlene se queda sin habla, la mira con misterio, piensa en una via de escape y coge su bolso de la mesa y la sigue.   
Abby abre la puerta de su hogar, un apartamento pequeño pero pintoresco. La expresión de la cara de Marlene es de intriga. De pie en la puerta de esa vivienda con poca luz. Abby le acaricia la mejilla a Marlene con el dorso de su mano, la besa percibiendo Marlene cierta pasión. Cierran la puerta detrás de ellas. Por el estrecho pasillo se dirigen hasta el dormitorio. Marlene se detiene,  sus ojos recorren la habitación, Abby pone sus labios sobre ella y la besa bajo el infortunio y la necesidad de afecto. Comienza a desabrocharle la camisa. Marlene siente de repente  una oleada de culpabilidad inundando su conciencia.
- ¡Abby!- Ella le susurra. - ¡No!- Abby se detiene cuando empezaba a desnudarla.
- No se trata de  amor,  se trata de cuidar una necesidad dentro de ti.- Ella se deja llevar bajo el influjo de la necesidad y terminan de desvestirse. El toque cálido de las manos de Abby le pone la piel de gallina. Busca satisfacer todos sus deseos de orden sexual. Abby gime con aire de estar fuera de control y apasionado. La noche las envuelve en un entorno de sexo desenfrenado.

Una cálida racha de aire entra por la ventana abierta en la habitación de Abby. Marlene se levanta de repente agarrando la colcha contra su pecho. Esa incorporación súbita hace que  se maree a causa de  los gopes en la cabeza del tequila que había bebido la noche anterior. Mira a Abby que está de espaldas y desnuda, va descubriendo su piel  suave y sin embargo radiante. Marlene le da un ligero toque para despertarl, ella se agita.
- ¡Buenos días!- Le dice, Abby habla con una mueca.
- ¡Oh mi cabeza!- Murmura mientras mira a Marlene en posición vertical. 
- ¿Qué hora es?- Pregunta Marlene que lucha para encontrar su reloj. Abby se da la vuelta hacia el despertador en su mesilla.
- Son las siete, no hay prisa.-  Ella se acerca y tira de Marlene de nuevo hacia ella. - Realmente debería irme.-  Le explica Marlene tratando de quitarse del alcance de  Abby.
- ¡Quédate!- Ella dulcemente suplicó.
- El trabajo nos está esperando y por mucho que me encantase, tengo cosas urgentes temprano.- Ella sale de las mantas y comienza a vestirse.      
- ¡Haz lo que quieras! Yo iré un poco más tarde.-  Le dice Abby  enterrándose bajo el calor de las mantas. Marlene termina de vestirse en silencio y se marcha. Camina lentamente por la calle pasando frente a No Limits. Trata de concentrarse en lo que había sucedido allí la noche anterior, la charla, los efectos del alcohol, Rebecca. Marlene se siente diferente, de una manera única pero extraña. Sonríe  pensando en el sexo con Abby. 
Abby la intriga y la hace sentir como la mujer que tenía que ser, está  agradecida. El ser ella misma es lo que hizo, a su entender, que era parte de un deseo de que todo parezca como nuevo. Marlene  va pensando en esas cosas y de repente se detiene en seco. - ¡Tristán!-  Lo suelta en voz alta y rápidamente se cubre la boca pensando en él y su evidente interés en Abby. Si se entera de que ellas han tenido sexo, los temores de sus hechos anteriores  le provocan una tensa ansiedad. Tiene que decirle a Abby la verdad acerca de él.

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