Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 28 de julio de 2017

CAPÍTULO 96

   
                                         
                              


                            PASADO Y PRESENTE

-¡Wow! Rebecca casada y con un hijo.- Comenta Miriam mirando a Ollie. Él sonríe moviendo la cabeza. - Yo nunca habría pensado que se iba a arreglar. Me refiero a lo que pasó entre nosotras. Fue difícil, ella era muy temperamental e insegura.-  Comenta, él le responde con firmeza. 
- Las personas crecen y cambian, se fue a Nueva York y aprendió mucho, maduró y supongo que se podría decir que floreció en esta hermosa y talentosa mujer.-  Miriam se siente cortada.
- Sé que ella tiene muy buen ojo para la moda, y sí, tiene mucho talento pero siempre estaba preocupada de alguna manera por el miedo acerca de su verdadera sexualidad.-  Ollie se ríe.    
- Yo creo que no sólo necesitaba crecer en ella. Es feliz ahora, pero no ha sido fácil.- Su respuesta atrapa con la guardia baja a Miriam.
- ¿Qué quieres decir?- Su curiosidad ahora se dispara al escucharle.  
- Cuando Rebecca regresó de Nueva York tenía en su cabeza el juego de ser una diseñadora de alta costura en LCL, pero solitaria para el amor, no tenía a nadie que pudiera llenar el espacio vacío que sentía.-  Miriam pone toda su atención para escuchar más. - Marlene estaba saliendo con Tristán, su relación era seria. Marlene estuvo casada con Hagen, pero  duró poco. Tristán estaba allí para recoger los pedazos. Marlene pasó por momentos muy difíciles.- Baja la cabeza. – La violaron y Rebecca fue su luz de guía. Le ayudó a sobrevivir durante ese tiempo, se convirtieron en grandes amigas y muy cercanas. - Miriam suspira.
- ¡Josie! Un vino tinto por favor.- Pone de nuevo  su atención a Ollie.
- Rebecca se enamoró de Marlene, fue doloroso y difícil. Marlene no sabía nada hasta que las cosas empezaron a suceder entre ellas, luchaba contra  los sentimientos por Rebecca hasta que su amistad comenzó a resquebrajarse.-  Ollie hace una breve pausa para tomar aire.  
- Marlene estaba enojada y llena de odio hacia Rebecca,  la trató muy mal y la dejó herida. Hasta pensé que no sobreviviría aquella relación.-  Sigue narrando con calma.
- Rebecca es testaruda y peculiar en cierto modo.- Miriam habla con una media sonrisa. - Ella trató de distanciarse de Marlene, pero Marlene hizo todo lo posible para mantenerla cerca. Se peleaban y no se hablaban durante días. Tristán estaba ajeno a lo que ocurría, hasta que Rebecca confesó su amor por su novia. Tristán se enojó con la revelación de su hermana, las cosas entre los tres eran un manojo de nervios hasta que algo se definió, Marlene hizo su elección, se decidió por Tristán.-  Miriam frunce el ceño.
– ¿Así que se casó conTristán?-  Olli la contempla un momento.       
- Marlene estaba muy intranquila con todo esto, buscó asesoramiento conmigo y Christian. Él trató de hacerle ver que estaba haciendo daño a los dos hermanos y a ella misma por sus acciones. Lo que quiero decir con esto es que de quien estaba enamorada realmente era de Rebecca y no de Tristán.- Miriam gesticula una mueca y le pregunta de nuevo.
- ¿Qué pasó para cambiar el curso de su relación?-  Ollie pensó por un momento. 
– Pasaron juntas una noche en la cama de Rebecca. Se las veía felices. Tristán no supo nada hasta mucho más tarde, pero eso no lo detuvo de querer casarse con ella o para demostrar a su hermana que ella no era parte de la ecuación. Marlene le dejó en el altar el día de la boda, le dejó en la ruina.- Miriam bebió rápidamente el vino de la copa. - Tristán culpó a Rebecca de todo, llegó a despreciar a su propia hermana, así como a Marlene, pero se las arreglaron para seguir adelante. Tristán las maltrataba, se volvió loco, hizo cosas increíbles para dañarlas.- Miriam se le queda mirando con incredulidad.
- Vaya que fue traumática.- Contesta ella con aprensión.  
- ¡Bueno! Al final ellas vivieron juntas pero las cosas comenzaron a desmoronarse, tenían una buena relación en un primer momento, se aman eso es una certeza pero al igual que Christian y yo, las cosas se vuelven complacientes. La carrera de Marlene había terminado, Tristán logró arruinarla del todo. Rebecca trabajaba duro y dando grandes pasos en LCL pero de alguna manera esto les pasó factura, a ellas y a su relación.-  Se aclara la garganta dando un trago de agua y pensando en volver a recordar.
- Rebecca puede estar muy centrada en sí misma, pero estoy segura de que tienes razón, que la quería.- Supone Miriam.         
- Rebecca puso su trabajo por delante y sacó LCL fuera del agujero en el que se encontraba, Marlene esperaba sentada en el castillo día tras día sin nada que hacer. Se fue a trabajar a LCL y cobró mucha importancia en la empresa. Rebecca hizo la única cosa que nunca debió hacer.- Observa a Miriam con detenimiento antes de continuar. - Ella la engañó y luego le mintió al respecto, Marlene quedó devastada. Fue poco después de que ambas se dieron cuenta de que no estaban siendo felices. Marlene la dejó, no quiso reconciliarse y rompió el corazón de Rebecca que acabó destrozado cuando Marlene decidió trasladarse a Los Ángeles.- Miriam frunce el ceño.
- Rebecca debe haber cambiado mucho.- Ollie continúa.  
- ¡Katherine! Ella entró en la vida de Rebecca, cada vez mas necesitada de afecto, creo que Rebecca había renunciado al hecho de que Marlene volviera a Düsseldorf. Katherine era una diseñadora, ella y Rebecca se llevaban bien, desarrollaron una relación que se hizo seria, pero… después de dos años de estar en LA Marlene decidió volver a casa.- Miriam interviene rápidamente.
- ¿Quería volver con Rebecca?-  Ollie baja la cabeza y luego le responde.
- ¡Sí! Marlene tenía un plan, ella puede ser muy calculadora. Rebecca parecía contenta con Katherine y parecía que su vida estaba de nuevo en marcha. Tanja contrata a Marlene como director de arte. Lo que hizo fué tirar una llave inglesa en la vida de Rebecca. El dolor y el tormento que permanecía oculto resurgió,  luchaba con sus sentimientos por Marlene pero al final el peso de su amor es demasiado grande. Marlene estaba a punto de perder la esperanza,  Rebecca supuso que  la única manera de que pudieran seguir adelante y que fuesen de verdad la una de la otra, era casarse y así se lo propuso. - Miriam terminó su vino. Sus pensamientos vagan de nuevo a una época en que con Rebecca tuvo un trato muy difícil convencida de hubiesen estado bien juntas.
- Ollie, a menudo pensaba en mi tiempo con Rebecca, fue tan efímero como lo fue el sentimiento, pero de algún modo me abrió los ojos. Quién sabe, tal vez si estuviera sola hubiéramos podido reavivar lo que tuvimos o tratado de tener.-  Ollie la mira extrañado.
- ¿Seguro que no estarías pensando en ella, que todavía vivía aquí y sola?-  Ella suspira profundamente.
- No realmente, pero me faltaba este lugar, y todos nuestros amigos, Andi, Christian. ¿Alguna vez sabes algo de Christian?- Ella le pregunta.        
- Hace poco quería visitar Dusseldorf, sigue viviendo en Inglaterra. Él me escribió para que nos viéramos. Estuve atormentado por ello, tengo una maravillosa relación con Jorge y no hay manera de que alguna vez reconsidere tener una relación otra vez con Christian. Tuve miedo de que si nos viéramos y las chispas volaran. No habría funcionado de todas formas, no puedo revivir mi pasado con él, lo amaré siempre, lo sé suena extraño, pero Jorge me ha dado mucho y sé que me ama, aunque hay distancia entre nosotros, estamos el uno por el otro.- Sonríe con tranquilidad.
- Creo que es maravilloso que hallas sido capaz de mirar hacia adelante y decidir sobre el futuro por tí mismo, te lo mereces Ollie. Y ahora eres un padre y que puedes ver a Mateo crecer y convertirse en un buen hombre como tú.-  Le habla con franqueza.
- Tengo suerte, me eligieron y sé que confían en mí por completo. Él es su hijo y tengo el máximo respeto por ellas y ellas quieren que yo sea una parte de su vida.-  Expresa en un tono feliz. - Pero no renuncies a ti misma Miriam, hay alguien por ahí para ti y cuando menos te lo esperas aparecerá.- Ella pone la mano en su hombro.
- No estoy buscando.-  Sonríe mientras Josie les sirve otra copa.

Rebecca entra por la puerta delantera de la casa cuando Mateo comienza a despertar.   - ¿Tienes hambre otra vez?- Ella le pregunta mientras balbucea.
- ¡Hey! ¿Dónde has estado?-  Marlene habla mientras se acerca desde la cocina.
– Visitando a Ollie en No Limits.- Rebecca da sus explicaciones.
- ¡Oh! Apuesto que se ha puesto contento de verlo.-  Se cruza de brazos.  - ¿Ha estado Miriam allí?-  Pregunta cogiendo con la guardia baja a Rebecca. - ¡Uh! ¡Sí! Ella entró estando yo allí…-  Tartamudea bajando los hombros,  le entrega el cochecito a Marlene.
- ¿Ha sido una visita agradable?-  Rebecca le dirige una mirada extraña.
- ¡Fue breve! Olli me dijo que había estado sustituyendo a Josie algunos turnos y creo que apareció allí para trabajar en el turno de noche ¿Por qué?- Marlene sonríe.
- Ella parece muy agradable, hemos hablado un poco hoy.-  Hubo una pausa momentánea entre ellas.   
- ¿Y qué te dijo?-  Rebecca es la primera en volver a abordar el tema.
- Ella me preguntó si yo sabía lo de vuestro pasado, le dije que sí, quedamos en hablar hoy pero las cosas estaban muy agitadas, nuestra conversación fue corta.-  Marlene le comenta.
– Ya veo, espero que no te moleste, pero estoy cansada y necesito una ducha. ¿Ha cocinado Ruth?-  Le pregunta mientras empieza a subir las escaleras.     
- ¡No! Lo he hecho yo, una ensalada de chef a menos que quieras algo más.-  Le dice mirando como sube lentamente por las escaleras.
- ¡No! Está bien, tengo algunas cosas que terminar después comemos.-  Expresa en suave tono al volver a mirarla.    
- ¡Ok! Voy a terminar la cena mientras te duchas, ya veo que no quieres acostarte demasiado tarde.-  Le dice volviendo a la cocina. Rebecca la observa alejarse desde lo alto de la escalera.
-Te quiero Marlene.- Musita en voz baja.

- Buenos días Aaron.- Rebecca saluda al entrar en su oficina.
- Tengo esta documentación para ti.- Expresa levantándose de su escritorio y recuperarlo del archivador.
- ¡Gracias!- Ella lo abre. - Tanja va a querer esto, pero primero tengo que asegurarme de que todo está en orden. ¿Sabes algo de Bella Fernández?-  Le interroga mirándolo.
- Tienes un e-mail esta mañana.- Él lo imprime y se lo entrega.
- ¡Hmmm! Ella quiere que yo vaya a Madrid. ¿Me reservas un vuelo? No tengo la paciencia oportuna para esto. Tanja y sus ideas retorcidas sobre el traje de baño.- Ella mira de forma extraña mientras le responde.
- ¿Voy yo también?-  Rebecca piensa un segundo.
- ¡Sí! Es posible que necesitemos fotografías, y me gustaría inspeccionar la apertura de la tienda de Madrid, déjame que hable con Tanja.-  Sale de la oficina y se dirige al despacho de Tanja, entra y pone el correo electrónico encima del escritorio. Tanja lo recoge sorbiendo su café y luego levanta una ceja hacia ella.
- ¿Vas a Madrid, después de todo?- Rebecca suspira.    
- ¡Sí! Pero no puedo prometer nada con esta persona, Bella, tuve Aaron haciendo una investigación sobre ella. Parece ser una solitaria, por eso cuando fui a Madrid para el desfile de moda, no estaba dispuesta a hablar. ¿Crees que estará dispuesta a diseñar?-  A la pregunta Tanja llena de aire su pecho con cierto entusiasmo.           
- Absolutamente, pero tengo mis dudas que quiera salir de España.- Tanja expone.  
- Ella podría trabajar en la tienda de Madrid como su estudio de diseño.- Rebecca frunce el ceño con una sonrisa. 
- Es exactamente mi pensamiento, tengo la esperanza de convencerla para visitar la tienda y luego decidir si quiere hacer carrera con LCL.- Tanja se levanta de su escritorio y se acerca a la ventana que mira hacia la calle.
– ¡A ver qué puedes hacer! Me gustaría pensar que podría utilizar sus talentos en el diseño de la línea de fantasía húmeda como plataforma.- Rebecca se retuerce en su silla rodando los ojos. Tanja regresa a su escritorio y se sienta de nuevo recogiendo el correo electrónico y releerlo.
- ¡Hmmm! Podría incluso tener su propia línea con su nombre en él.- Mira a Rebecca
- Creo que si realmente quiere hacer esto de trajes de baño, debemos pensar en el traje de baño a juego con los sombreros, sandalias, batines para el traje de baño y otros accesorios para el verano.-  Ella habla con firmeza.
- ¿Y qué te hace pensar eso?- Tanja saca una respuesta.
- Si diseñamos trajes de baño y nada más. ¿Cuál es el punto? Me refiero a crear algo a juego como el batín y las sandalias, tal vez algo que una mujer esté buscando para ir con estilo, sería difícil de igualar, hay que darle  algo a nuestra colección de trajes de baño sin que tenga que ir fuera de nuestra línea. ¿No te parece?-  Ella le transmite dando una mirada de cierta dureza. Ella duda antes de hablar de nuevo.  
- Haz lo que puedas.-  Rebecca suspira.
- Te lo he dicho antes que no puedo prometer nada, pero está en mi mejor interés intentar todo por esta empresa.- Le recuerda al levantarse de la silla.
- ¡Gracias Rebecca!- Tanja logra sacar las palabras de agradecimiento, es algo que Tanja simplemente no sabe hacer. Rebecca arquea su frente.
- ¡De nada! Ahora hablemos acerca de la apertura de la tienda.-  Rebecca cruza los brazos esperando de pié.     
- Que al respecto, estamos listos, Sebastian ha contratado a un equipo para administrar la tienda, pero como te cuento carecemos de un diseñador. Nos damos cuenta de que con el bebé y otras cosas, lo de la Sra. Fernández se ha obstaculizado, pese a tus esfuerzos.-  Rebecca hizo una mueca.
- ¿Asumo que en la tienda, la colección adolescente, torbellino y la recogida de Sophia serán el pilar?-  Tanja sonríe con sarcasmo.
- ¡Sí! Se están enviando esas colecciones en estos momentos, Ian ha diseñado el frente de la tienda y se irá para Madrid mañana.- Le indica con severidad.
- ¿Hay algo que te hallas olvidado?-  Ella da media sonrisa y sale precipitada de la oficina.
- Aaron envía un correo electrónico a la Sra. Fernández y concierta una cita para vernos, se cordial y agradable, luego reserva un vuelo y habitaciones, házmelo saber cuando todo esté listo, me voy a casa.-  Le ordena al entrar en su oficina.
- ¡Claro! Déjame arreglar todo eso primero y luego te llamo.-  Responde mientras empieza a escribir el correo electrónico.

Rebecca entra por la puerta de casa después de un largo día.
- ¡Hey!- Marlene la recibe con un animado Mateo en el brazo.
- ¡Hola!- Responde  mirando su reloj de pulsera.
- Estás en casa temprano.- Le dice besando la mejilla de Mateo. - Está exigente  esta tarde, esta tocándose mucho el oído. - Le responde.
- ¡Oh! ¿Necesita ver a un médico?-  Rebecca interroga con preocupación.
- ¡Sí! Puede ser un dolor de oído, no sé, no tiene fiebre y está comiendo bien, pero llora un poco y pone su mano cerca de la oreja. Lo verá el doctor Hess mañana por la mañana a primera hora.-  Rebecca entra y deja sus cosas en la oficina de casa. Llega pensando que Marlene tiene que trabajar, no ha de faltar a sus clases. Se besan muy cariñosas.
- Voy a tener que ir a Madrid durante un par de días.-  Le expresa mientras van a la sala grande.
- ¿La apertura de la tienda?- Pregunta Marlene, se sientan en el sofá.
- Eso y tengo que tratar de convencer a Bella Fernández para que venga a trabajar para nosotros, le he solicitado una reunión. Aaron recibió una respuesta a su correo electrónico y ella quiere conocer el asunto, pero debe ser en Madrid.-  Rebecca pone los ojos expectantes.
– Ya lo veo y puedo entenderlo, es parte de tu trabajo Rebecca.-  Ella se relaja al escuchar esas palabras de la mujer que ama tan profundamente.  
- ¡Ven! Ruth ha cocinado algo especial. Debes tener hambre.-  Le dice tomando a Mateo de la cuna.
- Esto está muy bueno.-  Rebecca comenta terminando el último bocado de su plato. - ¡Stroganoff!-  Marlene se ríe.  
- Ruth me va a enseñar cómo se prepara.-  Pone sus brazos alrededor del cuello de Rebecca atrayéndola cerca buscando un beso, sus lenguas atadas en ese beso profundo de fascinación.
- ¡Hmmm!- Rebecca y ella miran hacia el parque infantil, y se dan cuenta que Mateo no está dormido.
- ¡Eh, tú!- Ella se agacha y acaricia, hace una mueca tirando de la oreja otra vez.
- Su oído le está molestando otra vez. - Rebecca gesticula  mirando a Marlene.
- Vamos a subir las escaleras, puede ser una larga noche.-  Expresa preocupada. Rebecca hace una respiración profunda.
- Si necesitamos a Ruth.- Ella comenzó a decir.       
- Ella está dispuesta a ayudar si preciso.- Marlene responde con seguridad. 

- ¡Buenos días!- Rebecca abre los ojos nebulosos de las profundidades del sueño.
- ¡Mateo!- Ella salta de la cama en un grito, Marlene se ríe entre dientes.
- Él está bien, ya he le dado de comer.- Se lo trae a la cama y se lo entrega
- ¡Uhh! Pequeño hombrecito de la mañana.-  Le susurra Rebecca, le coloca la nariz en la del niño que se ríe en voz alta.
- ¿Se ha quejado de la oreja otra vez?- Le  pregunta.
- Un poco después de que le diera de comer. Puse algunas botellas en el refrigerador, tendrá que tomar uno contigo, no sé cuánto tiempo va a estar en el médico. ¿Vas luego por LCL?-  Se interesa mientras terminaba de vestirse.
- ¡Sí!- Su respuesta es corta.
-  Abrígale bien y asegúrate de que no tira y se quita la capucha.- Le ordena y le hace un guiño, se inclina y la besa, a ella en los labios y a él en la frente.
– Llámame en cuanto sepas algo. - Continúa mientras se termina de arreglar. Rebecca coloca a Mateo al otro lado de la cama y lo viste para un día frío.     
– Ruth.- La llama como arrastrando los pies por las escaleras con Mateo en los brazos.  
- ¿Tiene hambre?- Pregunta.
- ¡No! Sólo está molesto.-  Empieza a llorar.   
– ¡Shh! ¡Shh! - Rebecca trata de calmarlo.
- Su cita es pronto. ¿Necesitas ayuda?- Le cuestiona, solo pretende dejarle a Mateo. Rebecca se sirve un café, bebiendo a toda prisa.
- Creo que lo podemos manejar, le traeré a casa después del doctor si no le importa, tengo algunos negocios pendientes en LCL esta tarde.- Le comenta.
- Yo estaré aquí, Marlene dijo que estará pronto a casa.-  Le aclara.
- Bueno pues  está arreglado, le voy a traer después de la cita con el doctor.-  Rebecca le asegura y a la carrera se marcha a la consulta del médico.
- ¡Hola!-  Marlene contesta su teléfono. -  ¡Rebecca! ¿Cómo está nuestro chico?-  Le pregunta caminando de regreso a su oficina.
- ¡Bien! El doctor dice que tiene el oído  enrojecido, que tiene una infección leve, sin fiebre. Le ha recetado unas gotas de antibiótico para ponerle en la mañana. Aparte de eso su chequeo es perfecto y que ha ganado casi dos kilos.-  Marlene se siente  aliviada.
- Lo estoy llevando a casa y que Ruth lo vigile mientras estoy en LCL.-  Le comenta. Marlene entra en ese momento por la puerta de su oficina, Miriam se acerca a ella. 
- Rebecca hablo contigo más tarde.- Se detiene en la misma puerta.
- Miriam ¿Está todo bien?- Le pregunta.
- ¡Sí! Está bien, no pude evitar escuchar. ¿Está Mateo bien?-  Su pregunta pilla a Marlene por sorpresa.
- ¡Sí! Gracias por preguntar.- Entra con Marlene en su oficina.
- Me encontré con él ayer. Espero que no te importe, es que Olli compartió conmigo la noticia de Mateo.- ella aborda el tema directamente. Marlene se sonríe.
- ¡No! No me importa en absoluto, no hemos mantenido esto en secreto y Olli tiene todo el derecho de compartir con quien él quiera.- Le relata.    
- Fue un agradable encuentro con Rebecca y a ella le va bien con el bebé. - Marlene levanta los ojos ligeramente.
- Ella es su madre, no fue fácil al principio, era un manojo de nervios, pero ha encajado la maternidad bien y tranquila. - Miriam sonríe.
- Sólo estaba comprobando, si me disculpas tengo papeles para grado.-  Ella se fue dejando a Marlene con una extraña sensación.

martes, 25 de julio de 2017

CAPÍTULO 95



                                 VIEJAS AMISTADES

Por un momento, Rebecca permanece inmóvil, Miriam se queda mirando.
- ¿Rebecca?- La mira a los ojos. - Rebecca Von Lahnstein.- Ella se mueve hacia delante agarrando los antebrazos y abrazándola.
- ¡Dios mío! ¿Que ha sido de ti, cómo estás?-  Sonríe mirando hacia el bebé en el cochecito.  
- ¿Qué haces aquí?- Le pregunta aún en estado de shock.
– Me ha  contratado el profesor Schumer como profesora de arquitectura.- Ella sacude la cabeza liberando su abrazo de Rebecca.
- ¿Dónde has estado?-  Rebecca pregunta con vacilación
- Quiero decir. ¿Cómo es qué has regresado  aquí?-  Parece sorprendida, pero en una neblina. Miriam se encoge de hombros. 
- Fue una oportunidad de empleo que no podía dejar pasar y poder volver a Düsseldorf.-  Responde directamente.
- ¿Y tú? Veo que tienes un niño.-  Rebecca mira como duerme Mateo.  
- ¡Sí!-  Responde al oír la apertura de la puerta de Marlene, que se sorprende.  
- ¡Rebecca!- Se acerca a ellas. - Veo que has conocido a la Srta Pesch.-  Su sonrisa consuela a Rebecca.
- Sí pero ya nos conocíamos.-  Le responde con honestidad, Marlene las mira con incertidumbre.
- ¡Oh! No sabía nada.-  Marlene expresa con gesto sorprendido.
- ¡Bueno! Ha sido agradable verte de nuevo, pero tengo una reunión con el profesor Schumer y  no quiero llegar tarde.-  Ella sonríe sintiéndose algo tensa.
- No sabía que os conocíais. ¿Hay algo que deba saber?-  Marlene deja su mochila y se cruza de brazos.
- ¿No tienes clase? No querrás  llegar tarde y yo debería llevar a Mateo a casa.-  Marlene suspira mirando a los ojos de Rebecca.
- Tienes razón y yo no debo llegar tarde. Hablaremos cuando llegue a casa.- Mira alrededor de la sala y besa en los labios a Rebecca antes de caminar hacia el aula.

Rebecca coloca a Mateo en el corralito echando su siesta de la tarde. Se acomoda en la gran sala con un refresco, Marlene entra y se sienta junto a ella.
- ¿Mateo dormido?- Toma un sorbo de su bebida.  
- ¡Sí! Hace un rato.- A Marlene le parece que está algo hosca.
- Miriam Pesch, Rebecca, ¿Sois viejas amigas?-  Ella va directa al grano, Rebecca mueve su cabeza hacia ella.  
- No realmente.- Ella tragó saliva bajando la cabeza.
- ¿Una rivalidad? ¿Amiga de la escuela?-  Marlene sondea.          
- ¡No!- Rebecca comenzó.  - Ella fue la primera mujer que he amado.-  Le responde  aclarándose la garganta, Marlene siente curiosidad por lo que acaba de decir.
- ¿Qué pasó?- Le pregunta.
- Al principio fuimos muy buenas migas, luego mostró otro interés. Yo tenía dudas sobre mi sexualidad, me encontraba incierta, nunca había estado con una mujer. Ella me animó y las cosas se salieron de control, pensé que estaba enamorada pero ella decidió tomarlo con calma. Pensaba que ninguna de las dos estaba lista para cualquier cosa seria.- Rebecca hace una pausa, toma un sorbo de su bebida pero la apura.- Me encontré devastada, yo no sabía qué hacer cuando Elisabeth y su padre se enteraron, no podía  dejarme llevar, no supe manejarlo y se enfureció conmigo y nos separamos.- Su voz se quiebra mientras se sirve otra copa.
- Suena como si ella no estuviera segura de que realmente podría manejarlo.-   Rebecca se sentó de nuevo. 
- Ella se alejó y yo me fuí a Nueva York, era joven y estúpida.-  Marlene piensa brevemente.
- Recuerdo mencionar algo a Andi sobre una tal Miri, que trabajó en No Limits.-  Mira a Rebecca en busca de respuesta.
- Era ella, lo hizo mientras iba a la universidad y trabajaba con Olli, Arno era su mentor y le ayudó mucho.-  Confirma Rebecca.
- ¿Al verla, se te hace pensar de nuevo lo que alguna vez tuviste?- Marlene pregunta con sinceridad.  
- ¿Cómo no podría? Volver a verla después de todos estos años, preguntándome lo que podría haber sido si no hubiera sido tan tonta e inmadura.- Ella deja de hablar y mira a Marlene. - Pero iba a conocerte, y todo aquello perdió importancia.-  Marlene sonríe y se inclina hacia delante para besarla.
- Rebecca, gracias, gracias por tu honestidad.-  Ella extiende su brazo por el hombro de Rebecca.  
- Te amo Marlene y ella ya no significa nada para mí, absolutamente nada.- Marlene sonríe.
- Ella es una parte importante de tu pasado y ella te enseñó que está bien amar a una mujer y puedo entender que verla de nuevo debe que ser duro.-  Le asegura a una tranquila Rebecca.
- Tengo hambre.  ¿Cocinó Ruth?-  Pregunta y se levanta del sofá.  
- No sé, voy a ver.-  Marlene sale hacia la cocina. Rebecca recuerda su tiempo con  Miriam, lentamente sacude la cabeza con una ligera risa.
– La cena ya está.-  Marlene le grita mirando por la rendija de la puerta.
- Estaré ahí en un momento.-  Deja el vaso de nuevo y apaga la lámpara dejando cualquier pensamiento sobre Miriam Pesch atrás. Ambas se sientan a comer mientras Mateo se mantiene en su corralito.  
- ¿Todavía está dormido?- Marlene asiente.
- Debe estar cansado del día.- Rebecca le transmite.
- Estoy cansada, creo que voy a ir arriba a la ducha, ¿Puedes ver al bebé?-  Pregunta Marlene mientras Ruth comienza a recoger los platos de la barra. Rebecca se levanta y se acerca al corralito, Mateo está empezando a despertar.
- ¡Hola pequeño!- Le dice con dulzura.
- Disculpa Rebecca voy a estar un rato aún, ¿Necesitas alguna cosa?- Le sonríe amable.
- ¡No! Gracias, Ruth.- Hace un  guiño. – Adelante. Creo que vamos a subir también.- ella responde recogiendo a Mateo y acunarlo en sus brazos.          
– ¡Marlene!-  Rebecca llama al entrar por la puerta de la habitación.
- ¡Aquí!- Responde ella, Rebecca la encuentra ya vestida y con la toalla se secándose el pelo.
- Voy a bañar a Mateo.- Rebecca le dice sacándole una sonrisa.
- ¡Oh!- Contempla Marlene. - Entonces te ayudo.-  Se va al baño y comienza a llenar su bañera. Rebecca le quita su ropa y lo mete en el agua caliente, el niño comienza a trastear sobre el agua lleno de entusiasmo.
- ¿Te gusta lo que haces?- Le dice al niño. Rebecca está encantada,  enjabona el paño de lavado, Marlene se ríe. - ¡Bebé tonto!- Balbucea en broma.  Guía la mano de Rebecca.
- Nunca he tenido la oportunidad de bañarlo.- Siempre estaba ocupada con otras cosas y eso es por lo que Ruth está aquí.
- Por lo general nos lo bañará por la mañana temprano.-  Le asegura. Lo secan y lo visten con su pijama y comienza a hacer pucheros.  
- ¡Hambre!-  Marlene sonríe aflojando la bata y reduce la correa de su camisón.
– Aquí está.- Ella lo acerca a su pecho.
- Te amo.- Le dice dulce Rebecca. - Nunca pensé en los bebés, pero ahora que lo tenemos, él es la alegría de nuestra vida.-  Expresa con candidez. - Quiero recogerlo de nuevo mañana después del almuerzo.- Expresa alegre Rebecca.
- ¿Por qué no te lo llevas por LCL? Solo que abrígalo, va a hacer más frío mañana.- Le ordena.
- ¡Sí! Ni siquiera lo había pensado.- Responde ella con ternura y la besa en los labios.
- Es el momento, a medida que esté mas tiempo contigo, ahora es el momento de empezar, podrás aprender sus hábitos.- Marlene la ilustra. Lo llevan a la cama y termina de mamar pero se mantiene despierto, Marlene lo pone entre ellas.
- Creo que su siesta ha sido un poco larga.-  Se ríe moviendo su rostro hacia el suyo. Con su mano él agarra un mechón de su cabello y tira con fuerza, Rebecca se ríe y saca un juguete de peluche de la cuna.
- Un caballito azul de tu tía Dana.- Rebecca le dice en un tono suave. Él sonríe apretándolo.
- ¡Sí! Tu tía Dana parece que le gustan los caballos.-  Marlene le hace cosquillas en la panza con su dedo índice.
- Creo que le gustará el fútbol o el béisbol.-  Rebecca añade y besa su frente.
- Empieza a estar somnoliento ahora.- Marlene le  habla en tono suave, nota que parece semidormido, le pone el chupete en la boca y lo arrulla con la mano hasta que sus ojos se cierran. Rebecca lo coge y lo coloca en su cuna, lo cubre con una manta se vuelve con Marlene, coloca un dedo en sus labios.
- ¡Shh!- Ella le sonríe y se acerca de nuevo en la cama.
- Voy a la ducha.- Le dice a Marlene.  
- Voy a estar aquí.-  Le susurra en un tono sensual.
- ¡Hmmm! Vuelvo enseguida.- Rebecca levanta la ceja.
Rebecca reentra en la habitación con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo. Marlene está relajada con las manos detrás de la cabeza a la espera del regreso de Rebecca.
- ¡Hey!- Le  susurra al entrar en el cuarto haciendo que Marlene gire la cabeza hacia ella.
- ¿Sigue dormido?-  Rebecca mira en la cuna y asiente con la cabeza en afirmación. Marlene hace un gesto con su dedo índice para que ella se acerque, Rebecca se coloca delante de ella y deja caer lentamente la toalla que la envuelve al suelo dejando al descubierto su cuerpo desnudo ante su esposa.
- ¡Mi, mi!- Ella agarra con su mano a Rebecca y la coloca encima suyo besándola con profundo deseo.
- ¡Te quiero!- Susurra con sus labios aún tocándose. Marlene aprieta el abrazo causando que el calor crezca entre ellas.
- ¡Te amo!- No hay respiración pesada ni gemidos que salgan de sus bocas abiertas. Rebecca empezó a desvestir a Marlene.
- ¿Cómo te sientes?- Rebecca cuestiona cuando sus labios rozan su oreja.
- Estoy caliente.- Su tono es intenso pero tranquilo, Rebecca se levanta sobre sus rodillas y se deshace de la ropa interior de Marlene.
- He echado de menos esto.-  Ella se acopla en el montículo, su boca y lengua trabajan sobre cada pulgada de su piel hasta que comienza a tomar aire por el placer del orgasmo que  experimenta, hace que sus músculos se contraigan ante los empujes de Rebecca.     
- ¡Oh! Rebecca.-  Ella gime con suavidad relajante y se acurruca en posición fetal, Rebecca se extiende a lo largo de su costado acariciando la curva de su cuerpo con el dorso de la mano. Rebecca mueve la cara hacia el lado de Marlene.
- Me encanta la forma que hago el amor contigo, la pasión que expresas cuando te toco.- Ella susurra muy dulce, sus dientes juguetean con el  lóbulo de la oreja de Marlene, ella levanta la cabeza de la almohada y mira a Rebecca directamente a los ojos.
- La primera vez, me había quedado contigo, tú no lo sabías, yo no tenía el mando de mí con aquellos besos tan apasionados y dando todo.  Lo que quería era sentir el tacto de tus labios sobre los míos, te quería y te quería en la cama.- Le dice con dulzura  mientras se besan de nuevo.
- Sé que fue duro y que te condujeron a volverte loca por mí.-  Rebecca contesta tomando su dedo índice y colocándolo bajo la barbilla de Marlene.
- Fue una batalla bien luchada que has ganado.-  Marlene dice con convicción. 
- Las dos ganamos.- Rebecca es rápida para responder.
- Te amo Marlene, nunca  te olvides.-  Marlene le da la vuelta y la monta, fuerza su montículo, Rebecca la besa en el cuello y luego  sus manos, Rebecca acaricia acelerada con su boca la dulzura que ofrecer. Rebecca le pasa los dedos por el cabello de Marlene mientras culmina violenta y apasionadamente. Descansan  abrazadas, Rebecca acaricia suavemente la cabeza de Marlene en silencio, en la reflexión de su toma de amor, Rebecca sale de debajo de las mantas para comprobar que Mateo está profundamente dormido.
- Él es bueno.- Marlene murmura.
- Esperemos hasta mañana.- Rebecca contesta en voz baja tirando de la manta para cubrirle mejor, se inclina y le besa en la frente, él se arrulla y ella sonríe.
- Él es tan perfecto.- Rebecca dice humilde mientras se mete de nuevo en la cama. - ¡Lo es!- Marlene está de acuerdo.
- Se parece mucho a ti, cabello rubio, ojos azules.-   Sonríe acurrucándose junto a ella.
- Nuestra familia.- Marlene expresa a Rebecca, tirando de ella aún más cerca.
- ¡Sí! Nuestra familia y estoy feliz.-  Rebecca añade con entusiasmo.
- Espero que estés bien con él, recogerlo por las tardes. Tiene que acostumbrarse a estar lejos de mí. He estado leyendo acerca de cómo presentarlo a diferentes situaciones.-  Se da la vuelta hacia Rebecca.
- ¡Hmmm!  Habrá días en los que voy a estar fuera y que tendrá que pasar el día, si lo permiten, tu padre o tu hermana para recogerlo y pasar algún tiempo con él. ¿Qué te parece?-  Rebecca le pregunta.
- He pensado en ello también, y lo hablé con mi padre y él está de acuerdo.- Le transmite tocando la cara de Rebecca con la mano.
- ¡Bueno! Suena como que ya has tomado algunas decisiones.-  Bromea Rebecca.
– En realidad no tomaré ninguna decisión hasta que lo hablemos las dos y ambas estamos de acuerdo.-  Declara Marlene, se besan con suave tacto.
- Tengo pruebas por la mañana y realmente necesito dormir un poco.-  Suspira y de da la vuelta.
- ¿Buenas noches!-  Añade.
- ¡Buenas noches! Amor mío.- Rebecca la besa en la nuca, cierra los ojos cayendo en un profundo sueño.

Miriam se sirve una taza de café y se sienta a la mesa de salón y muerde  un panecillo.
- ¡Buenos días!-  Cassandra saluda mientras coloca su almuerzo en el refrigerador.
- ¿Te importa si me uno a vosotros?-  Pregunta. Miriam mira hacia ella.
- ¡Claro!- Cassandra sonríe dejando su taza de café sobre la mesa y abriendo el periódico.
- ¿Cómo van sus clases?-  Ella inicia la conversación con la vista sobre el periódico. 
- Están bien, en la búsqueda de mi sitio, supongo que se podría decir así.- Ella sonríe, mientras se abre la puerta y Marlene entra. Cassandra le da una leve sonrisa y vuelve a mirar al papel.
- ¡Buenos días, Cassandra! Miriam.- Marlene saluda.
- ¿Marlene y cómo está usted?- Le pregunta.
- ¡Bien! ¿La prueba es hoy?- Miriam se aclara la garganta.
- ¡Sí! Creo que estoy preparada.- Marlene sonríe.
- Si me disculpan tengo muchas cosas que hacer antes de la clase.-  Ella sale de la habitación, Miriam mira a Cassandra.
- Ella me hace sentir muy incómoda.- Expresa doblando el periódico.
- ¿Por qué?-  Mirian pregunta con curiosidad.
- Porque es lesbiana y tiene un bebé con una mujer.-  Miriam se queda sin aliento mientras las palabras salían de su boca, traga saliva.
- ¿Es usted una intolerante?-  Su pregunta la coge con la guardia baja.
- ¿Yo?- Ella se lleva la mano al pecho mirando a Mirian.
- ¡Si usted!- Miriam declara con calma.
- ¿Qué ha hecho? ¿Ella le ha hecho un pase a usted, la ha tocado de manera inapropiada?-  Le dice con dureza, Cassandra acusa el golpe.
- ¡No! No ¿Por qué piensas eso?-  Ella tiene una lágrima en sus ojos mientras habla. 
- Porque lo haces sonar igual que si fuese personal. Cuando alguien se introduce en tu vida, a quién le importa si es gay es una persona igual que tú y yo. Es alguien que está tratando de hacer su camino en sociedad siendo ella misma. - Miriam se lo expresa como una rabieta.
- Excúsame pero tengo cosas que hacer.-  Añade, recoge su maletín y sale rápidamente del salón. Miriam camina lentamente por el pasillo, Marlene abre la puerta llevando un paquete de libros de texto en la mano.    
- ¿Necesitas ayuda?- Ella le  pregunta.
- Por supuesto, si tienes tiempo.- Miriam mira su reloj.
- ¡Sí! - Ayuda a Marlene y caminan hacia su aula.
- ¿Tienes un momento para hablar?- Miriam pregunta mientras deja los libros de texto sobre el escritorio.- ¿Asumo que Rebecca te dijo?-  Le pregunta.  
- Lo hizo, era difícil para ella hablar,  en un primer momento, pero esa es Rebecca.- Miriam sonríe.
- ¡Lo sé!- Suspira mirando hacia el suelo.
- Espero que esto no te haga sentirte incómoda.-  Marlene mueve la cabeza.
- No sé mucho acerca de ti para juzgar, me gusta pensar que sólo porque Rebecca sea parte de tu pasado no creará un mal clima entre nosotras.-  Marlene habla con sinceridad.
- Rebecca es una maravillosa mujer.- Ella sonrió ligeramente.
- Pero no es necesario decirlo.-  Marlene está de acuerdo.         
- Bueno, yo debería irme, tengo pruebas hoy.-   Dice como una queja.
- Gracias por tu ayuda.- Marlene le menciona y se dirige a su puerta.
- Hablamos más tarde.- Marlene la mira mientras camina por el pasillo. Ya fuera de su vista no puede evitar preguntarse cómo se debe sentir realmente al ver a Rebecca de nuevo.

- ¡Ollie!- Rebecca le reclama, él se pone eufórico al ver al bebé.  
- ¡Rebecca! - Se sale desde detrás de la barra.  – Mateo.- Él va y lo levanta del cochecito. - Gracias por traerlo.- Rebecca sonríe tomando asiento.
- Agua tónica, por favor, Josie.-  Le pide.  Mira a Mateo.- Ollie parece estar enamorado de ti.-  Ollie sólo pone cara de sonrisa haciéndole cosquillas en la panza al niño, se sienta junto a Rebecca.  
- Quería preguntarte algo.- Le dice mirándole.
- ¿Qué pasa?- Le interroga.
- Miriam Pesch. ¿Sabías que estaba de vuelta en Dusseldorf?-  Suspira.
- ¡Sí! En realidad ella ha estado reemplazando a Josie y estará aquí después de clase.-  Rebecca piensa brevemente.
– Me lo podías haber dicho.-  Él se queda perplejo.
- ¿Hay algún problema? Quiero decir…- Rebecca rápidamente interviene.
- No hay ningún problema sólo es que ha sido extraño verla después de tanto tiempo, pensé que cuando se fue y yo a Nueva York, que nunca volvería aquí.- Ella se encoge de hombros y toma un sorbo de su bebida, Mateo comienza a quejarse.
- Creo que tiene hambre.-  Ella se gira a buscar una botella de su bolso y se lo entrega a él.      
- Josie ¿Podrías calentar esto?- Coge la botella del biberón y la pone a calentar.
- Eso es, correcto.- Olli habla en voz baja a Mateo.
- ¡Miriam! - Josie la llama, Rebecca se da la vuelta para verla de pie en la puerta.
- ¡Rebecca!-  Se acerca a ellos. - Es hermoso.- Miriam le dirige la vista al niño.
- ¡Gracias! Lo siento, no tuve mucho tiempo para hablar ayer.- Comenta Rebecca.  
- Sé que fue una sorpresa para ti.- Olli interviene.  – Debí decírtelo.- Rebecca sonríe.
- Está bien.- Se ríen y vuelven su atención a Mateo.
- Rebecca eres madre. - Miriam habla si mirar directamente a Rebecca, su mirada está fija en el niño.
- ¿Así que has adoptado?-  Pregunta. - ¡No! Marlene quiso tener un hijo natural primero, por lo que después de casarnos, ella fue inseminada, Olli es el padre. - Miriam pone una mirada de gran sorpresa, mira a Olli que sostiene al bebé.
- Parece lo apropiado ya que así haces hijos amados. - Él asiente con la cabeza.
- Creo que ha terminado, se ha tomado el biberón entero.-   Incorpora al bebé y  eructa sobre él.
- Me voy a pasearlo si ustedes señoras me disculpan.-  Se levanta del taburete y se aplica detrás de la barra. Miriam se sienta junto a Rebecca.
- ¿Cómo has estado, realmente?-  Pregunta Rebecca.
- He estado enseñando en la Universidad de Munich durante los últimos años. Quería ir a la práctica, pero descubrí que mi verdadero talento era enseñar, me he promocionado en la educación. Me ofrecieron un trabajo en este lugar y aquí estoy.- Le sonríe.    
- ¿Sigues en el diseño de moda?- Mirian se interesa.
- ¡No! Quiero decir que lo hice hasta el año pasado cuando acepté un puesto administrativo con el negocio familiar.-  Toma un sorbo de su bebida.
- ¿Has renunciado a diseñar?-  Ambas hacen unas risas.
- Soy el jefe de todos los diseñadores en realidad y viajo mucho ya que mi familia ha abierto LCL y su moda a un mundo completamente nuevo.-  Ollie regresa con ellas. - Está durmiendo ahora.-  Le coloca nuevamente dentro del cochecito.
- Gracias Rebecca.-  Sonríe con euforia.
- Voy a tener que traerlo más a menudo, Marlene quiere que le presente a diferentes situaciones y personas, debería irme, ella estará pronto en casa y se preguntará dónde estoy.- Rebecca toca el hombro de Miriam, Olli la abraza.
- Te veré más tarde.- Ella recoge a Mateo y sale por la puerta.