Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 14 de julio de 2017

CAPÍTULO 92

                              


                                  UNA NUEVA VIDA
Cassandra deja su mochila y se desplaza en silencio a la oficina de Marlene donde  encuentra la puerta ligeramente abierta.
- ¡Hola!-  Ve la lámpara encendida del escritorio de Marlene,  está, pero no presente.
- ¿Tess?- Llama también, pero no hay respuesta. Una vez dentro contempla mirando los motivos decorativos que Marlene ha colocado en su oficina. Cassandra se acerca al cajón de la mesa abierto y observa una foto enmarcada que Marlene había colocado allí.  Coge la foto de la boda y se da cuenta de algo muy extraño para ella, Marlene está casada con una mujer.
- ¡Oh! ¡Buenos días!- Tess saluda sobresaltándola,  deposita rápidamente la imagen y se aclara la garganta y volviéndose hacia ella.  Tess  deja su bolsa de libros y la observa con la expresión perdida.  
- ¿Hay algo malo?-  Le pregunta intrigada. Cassandra tira de la parte inferior de la chaqueta de su vestido y lo endereza antes de hablar.  
- No sabía que Marlene era lesbiana.-  Expresa en un susurro ronco. Tess pone mirada de sorpresa.  
- ¿Importa?- Ella pregunta con brusquedad.
- No soy muy partidaria de las personas homosexuales.-  Dice tartamudeando, como sintiendo resentimiento hacia Marlene.
- ¿Qué quiere decir Cassandra? ¿Qué preferencias sexuales de Marlene tienen que ver con este trabajo?-  Le pregunta sin rodeos. 
- Ella es muy atractiva y embarazada.- Se queda sin aliento en la explicación. Tess sacude la cabeza.
- ¿Tan ignorante eres?- Casandra la interrumpió con una mirada de desconcierto.
- Ignorante, ciertamente no soy ignorante.-  Ella se sonroja enfadada.
- ¿Usted cree que debido a que Marlene sea atractiva y esté embarazada posiblemente no podría ser gay?-  Le plantea a la espera de una respuesta, Cassandra está pérdida no encuentra las palabras. Marlene entra en la oficina frente a una situación muy incómoda.
- ¡Hola! ¡Buenos días!- Mira a los dos y capta algo.
 ¿Está todo bien?-  Pregunta al sentir cierta tensión en el aire.
- ¡Todo está bien!- Tess se hace cargo de dar a Cassandra una mirada de advertencia.  
- ¡Sí! Buenos días a ti también Marlene, pensé que podríamos trabajar en el entorno del plan de la primera clase.-  Ella parece estar controlada pero nerviosa ante Marlene. Cassandra se sienta y con el rabillo del ojo mira a Marlene poniendo sus cosas en orden.
- ¿Por dónde empezamos?- Ella abre su cuaderno.
- ¿Eh? ¡Oh! Lo siento, espero que me perdones estoy un poco preocupada esta mañana el inicio del plan de clase.-  Le dice de nuevo. Trabajan con tranquilidad durante toda la mañana. Suena un mensaje de texto. Marlene propone.
– Traerán  bocadillos para el almuerzo ¿Por cual tienen preferencia?-  Ella sonríe. Tess responde.
- Me gustaría uno de Rossbeef.- Cassandra mira con una media sonrisa.
- ¡Sí! Rossbeef estará bien, gracias.-  Marlene envía la propuesta a  Rebecca.
- Estará aquí alrededor del mediodía.- Puntualiza. Con paciencia terminan de trabajar en el esbozo del plan de las lecciones. Tess estudia el cuaderno de diseño gráfico.
- ¡Vamos a parar! - Marlene propone mirando su reloj de pulsera.    
– ¡Claro!- Tess responde.  Cassandra se excusa por un momento.
- El almuerzo estará aquí en breve, Rebecca lo está trayendo para todos.-  Tess hace una mirada extraña.
- Tess ¿Está bien todo? Cassandra parece un poco nerviosa.-  La interroga un tanto preocupada. ATess se le aceleran los latidos del corazón.
- Creo que está algo ansiosa, eso es todo.- Le responde pero da la impresión como si estuviera encubriéndola.
- ¡Ok!- Marlene comenta  encogiéndose de hombros. Cassandra regresa. 
- El almuerzo ya debe estar aquí.- Dice Marlene cuando alguien llama a su puerta, se pone de pie y con una sonrisa se dirige a la puerta, la abre y encuentra a Rebecca de pie en el otro lado.  
- Rebecca, por favor entra.-  Le entrega a Marlene la bolsa de bocadillos.
- ¡Gracias!- Coge la bolsa de su mano y se dirige a las presentes.
- Cassandra, Tess, os presento a Rebecca, mi esposa.-  Tess se levanta de su silla para estrechar su mano, Cassandra percibe cubierta de sudor la palma de su mano, rápidamente la limpia en su falda y estrecha la mano de Rebecca, una sacudida rápida pero simple.
- Rebecca es diseñadora de moda y trabaja en la administración de la empresa de su familia LCL.-  Cassandra se queda mirando a Rebecca con calma, bien vestida y muy atractiva.
- Estoy encantada de conoceros, Marlene me dice que ha conocido a algunas personas realmente maravillosas aquí y se siente cómoda en su nuevo trabajo, me gustaría daros las gracias a ambas por su bienvenida.-  Expresa  mirándolas con sus grandes ojos castaños, Cassandra se siente pequeña por dentro, se muerde el labio en un intento de relajarse. La revelación de la sexualidad de Marlene la mantiene en condiciones de prevención. Disfrutan de los bocadillos mientras conversan.  
- Entonces, ¿Cómo se conocieron?- Pregunta Tess.  
- Yo estaba casada con el hermano mayor de Rebecca, no duró mucho tiempo, nos divorciamos. - Rebecca cortó rápidamente.
- Yo me fui a Nueva York estuve allí algún tiempo.  - Marlene cogió su mano.
- Me las arreglé para salir con otro hermano, Tristán. Planeamos casarnos pero Rebecca llegó a casa y las cosas cambiaron nos enamoramos y decidimos que no podíamos vivir la una sin la otra.-  Les expone con confianza. Cassandra se mantiene a la escucha, se siente muy lejos y no forma parte de la conversación.
- Cassandra estás muy distante hoy.-  Comenta Marlene.
- ¡Lo siento! Sólo que tengo muchas cosas en mi mente. ¿Podríamos terminar mañana?-  Le ruega.
- ¡Claro! Voy a estudiar lo que hemos hecho.-   Marlene la mira con extrañeza.
- Rebecca ha sido un placer conocerte y gracias por el almuerzo.- Rebecca responde con una inclinación de cabeza.
– Lo mismo digo, un placer.-  Finalizado el almuerzo Rebecca deja a Marlene y a Tess  terminando su trabajo.
- ¡Tess!-  Marlene trata de conseguir su atención.
- ¡Sí!- Sonríe cerrando el cuaderno en el que estaba trabajando.
- Cassandra parece estar fuera hoy. ¿Sucedió algo he dicho algo que podría haberla enojado? - Tess hace una mueca sintiendo un poco de culpa.
- Creo que Cassandra está abrumada hoy por su revelación de Rebecca.-  Murmura mirando lejos de ella.
- ¡Lo siento! No entiendo lo que quieres decir.-  Marlene parece no comprender.
- Cuando entré antes no estabas aquí, aunque si Cassandra, la vi con tu foto de la boda en la mano y parecía molesta porque seas lesbiana.- Su rostro se enrojece mientras responde. Marlene se la queda mirando tranquila.- Marlene, lo siento.-  Se queja Tess.
- No es necesario, no todo el mundo acepta mi estilo de vida, puedo entender su aprensión.- Marlene trata de razonar, Tess suspira. 
- La ignorancia de estos temas de la vida o las preferencias personales conducen al absurdo. Cassandra no es una excepción, ella debería saber mejor estas cosas.-  Se explica.
- Hablaré con ella.-  Marlene le transmite con calma.
- ¡Sí! Deberías hacerlo, pero no te decepciones si ella no responde.- Tess le advierte. La mente de Marlene ahora se concentra en Cassandra.
- Creo que deberíamos terminar mañana.- Tess recoge su mochila.
- ¡Sí! Tendré preparada la lección para primera hora.- Ella toca a Marlene en el hombro  
- Por favor, trata de no estar enojada con Cassandra. Ella vendrá antes que yo, es realmente una persona maravillosa y ha sido una verdadera amiga para mí.-  Le pide amablemente, dejando a Marlene reflexionando sobre lo hablado.

Cassandra está sentada en su escritorio terminando el papeleo cuando alguien llama a su puerta.
- ¡Adelante!- Levanta la vista al entrar Marlene, que puede sentir la frialdad que Cassandra irradia.
- ¿Tienes un momento?-  Marlene le pregunta.
- ¡Uh! ¡Sí! Por favor toma asiento.-  Cassandra extiende su mano señalando la silla.
- ¡Lo siento! Tuve que dejaros un poco bruscamente.- Marlene decide sentarse en la silla.
- ¿Nos has dejado porque te sientes incómoda sobre mi situación?-  Las palabras de Marlene son firmes, mientras la mira directamente a los ojos.
- Tengo que admitir que me sorprendió que seas lesbiana.-  Ella responde con severidad. - ¿Crees que la gente debe estar etiquetada?-  Marlene cuestiona con una mirada hiriente. 
- No estoy segura de entenderte.-  Cassandra expresa con duda.
- ¿Yo parezco una lesbiana para tí?-  Le vuelve a preguntar.  
– Ésta pregunta no le encuentro sentido Marlene, yo no lo sé. ¿Qué quieres que diga?-  Su tono es fuerte.  
- Siento que no lo entiendas, tengo que respetar tus sentimientos, lo siento por tu inseguridad acerca de mí, supongo que debería haberme dado cuenta de que no todo es aceptable.- Se pone de pie y camina hacia la puerta inclinando la cabeza y dejándola en silencio.

- Parece que has tenido un día muy largo.-  Rebecca expresa al entrar Marlene  por la puerta, le ayuda con su mochila y el bolso.  
- ¿Qué pasa?-  Rebecca pregunta poniendo el brazo alrededor de su hombro, entran en el salón, diría, por la mirada en blanco en el rostro de Marlene, que algo estaba pasando.
- ¿Ocurrió algo después de marcharme?-  Aparta el pelo de la cara hosca de Marlene.
- Te quiero.- Haciendo una mueca le dice, Rebecca frunce el ceño.
- Y yo también te quiero.- Eleva su mano a la frente. - Cassandra  actuaba de manera extraña esta tarde, Tess  me dijo que tiene un problema con las personas homosexuales, he tratado de enfrentarme a ella sobre el tema y me apagué totalmente, creo que ella me ha encontrado repulsiva.- Una lágrima se le forma en el rabillo del ojo.
- No llores y no te preocupes,  sabes muy bien que tenemos que tratar con gente sin pretensiones, insensibles e ignorantes de todo.  No te preocupes por ella ocurra lo que ocurra.- La voz de Rebecca la ayuda, la abraza estrechamente.
- ¿Qué tal si te preparo un baño caliente? Puedes relajarte antes de la cena.- Ella le sonríe tomando su mano.  
- Creo que no tengo mucha hambre.- Le expresa con tristeza.
– Ven,  puedo prometer que ahora todo estará bien. -  Marlene piensa brevemente. – ¡Me lo prometes!-  Arquea la ceja, Rebecca se ríe.
- Voy a preparar el baño.-  Rebecca deja a Marlene que la ve subir las escaleras.

Las primeras semanas de clases pasan rápido para Marlene.
- Tess, tengo una cita con el médico esta tarde y necesitaré que te ocupes de la última clase del día. ¿Crees que estás lista?-  Le pregunta Marlene. Tess puede ver que está incómoda.  
- ¡Sí! Por supuesto. ¿Estás bien?.- Ella se acercó y la agarra por el brazo.
- Sólo un poco de indigestión.-  Su mano viaja al bajo vientre, se frota para calmar la agitación que siente.  
- Voy a preparar la clase de la tarde.- Propone Tess. Marlene se sienta en la silla del escritorio, Tess coge los planes de lección y los papeles y se desplaza hasta el aula, coloca portátiles en cada una de las mesas de los estudiantes.
- ¡Maldita sea!- Profiere buscando en la bolsa de libros la unidad de disco USB para la computadora portátil, suspira profundamente.
– He debido  dejarlo sobre la mesa.- Expresa en voz alta, rápidamente se desplaza a la oficina de nuevo.
- ¡Marlene!-  Abre la puerta.  - La unidad de disco USB.-  Le dice mirando hacia ella, Marlene está temblando y estremeciéndose, trata enviarle un mensaje  de texto a Rebecca.
- ¡Marlene!-  Tess le chilla y corre a su lado.  
- Creo que estoy de parto.-  Murmura. Tess coge el teléfono. 
- ¡Rebecca! Soy Tess ven pronto, Marlene piensa que está de parto.- Hay un momento de silencio.
- Tess dile que a respirar despacio y profundo, ya estoy en camino.-  Tess coge la mano de Marlene. – Respira despacio.- Le ordena y le quita el pelo de la cara.
- Sabía que algo pasaba, no me sentía bien esta mañana. -   Marlene logra pronunciar las palabras.
- ¡Shh! Simplemente respira y relájate, todo va a salir muy bien. - Tess empieza a temblar un poco.
- ¡Marlene!- Rebecca irrumpe por la puerta. Hay lágrimas en los ojos de Marlene.  
- Respira profundamente, relájate y cierra los ojos. - Rebecca le coge la mano.
- ¿Crees que puedes llegar hasta el coche? He aparcado junto a la puerta.-  Marlene afirma con la cabeza, se tambalea un poco mientras se levanta.
- Voy a avisar al profesor Schumer.-   Tess las deja un momento mientras se abren camino por el pasillo. Regresa de nuevo rápida.
- Marlene, déjame ayudar.-  La agarra por debajo del brazo, la acompañan y la aseguran en el coche.
- Te llamo con cualquier noticia.- Le dice Rebecca. Con la  respiración contenida observan como Rebecca  sale a toda velocidad al Hospital de San Vicente.  
- Respira, cariño, respira, sé que es difícil pero debes relajarte. - Marlene hace una mueca mordiéndose el labio inferior.
- ¡Rebecca es pronto, demasiado pronto!-  Exclama al exhalar.
- Marlene los bebés llegan temprano también, es una semana no te preocupes. – con su mano toca la rodilla de Marlene que la agarra con fuerza.  
- ¡Rebecca!- Marlene mira atónita.
- ¿Qué ocurre cielo?-   La mira con el rabillo del ojo.
- Creo que he roto aguas.- Rebecca baja la mirada y puede ver la humedad en sus pantalones.              
– ¡Tranquila! Ya casi estamos. - Continúa sosteniendo su mano, Rebecca acelera todo lo que puede hasta las puertas de la clínica.  
- Voy a avisar.- Le dice. Marlene traga saliva con fuerza, los dolores de parto son cada vez intensos.
- Señora Von Lahnstein.-  Una enfermera la llama por su nombre al abrir la puerta del coche, le desabrocha el cinturón de seguridad y dos asistentes la ayudan a ponerse en la silla de ruedas
- Ahora vuelvo, voy a aparcar el coche.- Rebecca le dice, algo nerviosa, mientras, la llevan al servicio de urgencias. Rebecca llega rápidamente a la sala de examen donde Marlene está en la cama, le habían retirado su ropa y su lugar lleva puesta una bata de hospital. 
- ¡Hey!- Le dice a Rebecca con muecas.
- ¿Has llamado a papá y Olli?-  Rebecca le acaricia la frente con la punta de sus dedos.
- Lo hice y están informados.-  La besa en la frente.
- El Dr. Kurtz estará aquí en un momento.-  La enfermera les dice mientras comprueba el pulso y coloca cortinas a su alrededor.
- ¡Oooh!-  Se queja Marlene
– Respira despacio.-  Rebecca le pide con una sonrisa.
- ¡Te amo!-  añade.
El Dr. Kurtz entra colocándose un par de guantes, él explora a Marlene por encima, le sonríe y la relaja un poco. 
- Está definitivamente de parto, así que cuando diga que empuje…-  Empieza a ensayarlo, las enfermeras le apoyan con las contracciones que siente, cada vez le resulta más difícil.
- Respira Marlene.-  Rebecca la sigue acariciando el rostro, la enfermera le seca el sudor de la frente. El agarre de Marlene en la mano de Rebecca se hace más fuerte, se queja haciendo una mueca.
- ¡Marlene!-  el Dr. Kurtz le habla con firmeza.  - Tome una respiración profunda y empuje.- Ella lo realiza y exhala con fuerza, su estómago se revuelve por el dolor cada vez más intenso.
- ¡Oh Dios!-   Grita desesperada.
- ¡Tranquila Marlene! Debes relajarte y respira, el bebé avanza a cada respiración.- Los labios de Rebecca se posan en la mejilla de Marlene, los mantiene allí saboreando la sal de las lágrimas de Marlene, ella gime y gime con más frecuencia cuando se arquea agitada. - ¡Empuje Marlene, empuje!-  El Dr. Kurtz ordena de nuevo, ella dobla su cuerpo hacia adelante. - Puedo ver la cabeza. - Marlene se agarra a la barandilla de la cama con la otra mano. - ¡Empuja Marlene!- Rebecca le sugiere de nuevo. - Respiración profunda, cierra los ojos, shhh.-  Rebecca susurra a Marlene que mueve la cabeza hacia atrás y adelante. - Empuje ahora Marlene.- El Dr. Kurtz ordena mientras se acerca bajo la sábana. - ¡Eso es! Empuje de nuevo.- Rebecca se pone de pie un instante inmóvil, hay un segundo de silencio, Marlene levanta la cabeza, el pelo empapado de sudor y lágrimas. - ¡Dr. Kurtz!-  Marlene logra pronunciar, cuando oye el grito de su bebé que se lo enseña de debajo del paño, las enfermeras comienzan a limpiarlo, le colocan en una manta azul acunando su pequeño cuerpo y un gorrito que cubre su pequeña cabecita. Rebecca comienza a llorar cuando lo toma en sus brazos. - ¡Oh mi dios! ¡Que hermosura! - Lo entrega en los brazos de Marlene, con su dedo índice le toca los labios mientras bosteza y se sonríen ambas.
- Señora Von Lahnstein. -  La enfermera se acerca a ellas. - Hay que pesarlo y medirle.-  Marlene es reacia a dejarlo ir. – Tres kilos cuatrocientos gramos y cincuenta y dos centímetros. Piel y mucosas normales.-  El Dr. Kurtz sonríe al explorar a Marlene otra vez.  
- La van trasladar a una habitación en un rato, por ahora estarán en observación, usted y el bebé, para asegurarnos de que todo está bien.-   Marlene sonríe, pero está muy cansada, agotada por el parto. 
- ¡Rebecca!-  levanta  su mano hacia ella.
- ¡Estoy aquí, cariño!-  La abraza como puede para sentir su calor.          
– Somos una familia. -  Rebecca sonríe bajando los hombros, la besa con ternura.     - Voy a decírselo a los demás.-  La enfermera mira hacia ella.
– Le  termino de limpiar y lo bajaré al nido. Está a la derecha de la habitación al final del pasillo. ¿Mateo Ludwig Von Lahnstein?-  Le pregunta la enfermera para rellenar el papeleo.
- ¡Sí!- Responden las dos al mismo tiempo.  
– Vuelvo pronto, trata de cerrar los ojos y descansar.-  La besa en los labios con dulzura. Rebecca se dirige hacia la sala de espera, para su sorpresa está allí toda su familia, así como la de Marlene, esperando cualquier palabra. Thomas se acerca a ella mirando hacia arriba con la frente arrugada. Abraza a Rebecca, todos los demás se reúnen alrededor de ella.      
– El niño y la madre están muy bien, Mateo Ludwig Von Lahnstein pesa tres kilos cuatrocientos y mide cincuenta y dos centímetros de largo-. Rebecca está feliz, le brillan los ojos de alegría. Tristán le toca el hombro, Biggi pregunta.
- ¿Qué pasó?-  Rebecca aspiró.  
- Recibí una llamada de la asistente de Marlene en la Universidad diciendo que le parecía que estaba de parto, me precipité a por ella, se le rompió la bolsa en el camino…-  Tristán se preocupa.  
- ¿Está Marlene bien?-  Helena se acerca por detrás de Rebecca pone la cabeza sobre su hombro.
- Agotada como se puede imaginar, pero afortunadamente no fue largo. Ha sufrido una gran cantidad de dolor y ansiedad, pero que manejamos bien, ella está ahora muy cansada.- Les comenta.  
- ¿Cuándo podremos  verlos?-  Olli pregunta, los hoyuelos en sus mejillas se profundizan mientras sonríe.
- Pronto, el bebé va a la guardería lo quieren controlar  un tiempo, el nido está justo al final del pasillo.-   Ella les señala el camino. - Si todos ustedes me disculpáis, voy a ir a ver,  cuando esté en el nido vendré a decirlo. - Ella se dirige de nuevo a la sala donde se encuentra Marlene. Está con los ojos cerrados y parece estar descansando.
- ¿Le gustaría sostener a su bebé?-  La enfermera le pregunta con él envuelto con seguridad en la manta azul.  Rebecca asiente con una sonrisa y extiende sus brazos para cogerlo, lo acuna, con la punta de su dedo toca un lado de la cara, le  dobla los diminutos brazos hacia ella que besa su frente suavemente percibe un olor dulce y nuevo, esboza una gran sonrisa.
- ¡Hey!- Ella lo acerca sobre Marlene que susurra.           
- ¡Ohhh!- Le entrega el bebé y sonríe teniendo a su hijo en los brazos.
- Marlene él es perfecto.-  Lo saca de la manta a sus brazos mirando su cara.  De pronto comienza a llorar.
- Creo que tiene hambre.-  La enfermera les indica acercándose.  
- ¿Estás lista para darle de comer?-  Marlene lo levanta contra su pecho Rebecca le ayuda a una buena posición, él se agarra al pezón y comienza a succionar.
- ¡Te amo! - Rebecca llora emocionada, Marlene extiende el brazo alrededor de ella y la acerca,  ahora están los tres unidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario