REGRESO FELIZ
Rebecca ocupa su asiento y abre su cartera,
extrae el diseño que había comenzado el día anterior, con presteza corta un
patrón y empieza a acumular un poco de material. Comprueba el trazado por los errores.
-
¡Bien hecho!- Dice Sofía acercándose.
- ¿Vas
a marcharte esta tarde después del seminario?- Le
pregunta en voz baja y mirando alrededor de la sala.
-
¡No! Lo haré mañana por la mañana.- Rebecca contesta mientras sus manos trabajan
la tela.
-
¿Cenarías conmigo esta noche?- Ella levanta la mirada. – En “The
Brussels Inn” preparan un maravilloso estofado de ternera, podríamos hablar de
la moda.- Sophía lo expresa con la
esperanza de una respuesta afirmativa. Rebecca reposa la tela sobre el tablero.
-
¡No veo por qué no!- Le responde.
-
¡Bien! ¿A las siete?- Le dice con una mirada inquisitoria. Rebecca
asiente con la cabeza y luego con una sonrisa. Baja la vista para coger la tela
donde la había dejado. Sofía camina por la sala examinando el patrón de cada
diseñador, de vez en cuando mira hacia atrás a Rebecca. La mente de Sophía se
pregunta sobre Rebecca, su vida y obra en LCL. Sabe que ella es brillante y
tenaz, su pensamiento retorna al beso
que había querido dar la noche anterior.
Rebecca descuelga su teléfono móvil
mientras recoge sus cosas. El seminario ha llegado a su fin.
-
¡Hola!- Habla con voz cansada, sus dedos están doloridos
por el trabajo manual con los materiales de costura.
- He
realizado algunas buenas fotos y he visitado muchos lugares, creo que tanto tú
como Kim estaréis satisfechas. ¿Cómo ha ido el seminario?-
Aarón pregunta.
-
¡Bien, bien!- Rebecca
contesta.
- Voy
a cenar con Sophía esta noche. Espero
que nuestra conversación me diga cuáles son sus planes para el futuro. - Responde ella con confianza.
-
Tendré las fotos preparadas para cuando volvamos, deberíamos quedar con Kim. Buena
suerte esta noche y nos vemos en el aeropuerto por la mañana. – Rebecca regresa a su habitación y ya relajada,
llama a Marlene.
- ¡Hola!- Ella responde.
-
Te echo de menos y te quiero.- Marlene
sonríe.
-
Y yo te quiero y te echo de menos. ¿Cómo te va? ¿Te gustó el seminario? - Ella la interroga contenta de que
regrese a casa al día siguiente.
-
¡Sí! Ha estado bién. Sofía y yo vamos a cenar esta noche, estoy esperando para ofrecerle
a LCL, a ver como respira.- Marlene guarda silencio.
-
¿Cena, no hablasteis anoche?- Le
pregunta.
- Lo
hicimos, pero solo sobre el desfile de moda. Ella tenía un interés especial en la
colección adolescente, me pareció algo extraño.-
Rebecca habla pensando en volver a su conversación.
-
¡Ah! He terminado los proyectos para la
muestra adolescente hoy y creo que estamos listas, sólo un par de detalles por
hacer. Tanja está de mal humor, por supuesto.-
Ella se echa a reír.
- No
echo de menos eso.-
Rebecca contesta.
- Por
cierto Ruth se incorpora mañana, ha decidido vivir en las dependencias para el
servicio. Acudirá arriba sólo si la
necesitamos, por supuesto, después de que llegue el bebé. ¡Ah! El Lunes es
nuestra cita, a las diez me harán la ecografía así que no hagas ningún plan.- Marlene
le ordena.
-
¡Ok! Claro que debo ir. Tengo que ducharme y vestirme, he quedado en la planta
baja a las siete. ¡Te amo!-
Rebecca está sentada a una mesa para dos. El
camarero enciende la vela y le sirve un vaso de vino tinto. Se relaja pensando
cómo iba a acercarse a Sofía con el tema de LCL.
-
¡Buenas noches! ¡Lo siento! Vengo corriendo y un poco tarde.- Ella se sienta y pide una copa de vino.
Esboza una sonrisa. - Quizás deseaba
descansar, he trabajado hoy cada uno de los huesos de mis dedos.- Rebecca levanta la frente con una sonrisa.
-
¡Sí! Lo hiciste, mis manos están doloridas.- Sophía toma un sorbo
de su vino.
-
¡Así que dime! ¿Cómo está todo en la LCL?- Rebecca reposa la copa y se aclarara la garganta.
-
¡Bueno! Creo que lo estamos haciendo
bastante bien. Admitámoslo, la industria de la moda no es como lo que solía ser.
Las cosas cambian, las ideas y las formas de las personas cambian y un diseñador
debe mantenerse al día con ésta corriente o se queda fuera.- Sofía toma nota mental de su planteamiento
del mundo de la moda.
- He
pasado los últimos diez años de mi vida tratando de expresar esto mismo a Henri,
sin embargo él no está muy dispuesto a escuchar y en los últimos años se ha hecho
muy controlador.- Ella
comenta abriendo la carta del menú.
- LCL
tuvo que bajar de ese barco o se hubiera ahogado.- Rebecca
le añade con una sonrisa.
-
¡Sí! Abriendo brecha con otros territorios fue un paso valiente y añadiendo
otra forma de hacer fue clave en el renacer de una casa abocada a morir.- Ella le relata con lo ocurrido en el pasado.
Rebecca siente un escalofrío.
-
¡Tienes razón! La industria de la moda no siempre se comporta de esa forma.
¡Pero sí! LCL estuvo cerca de desaparecer.- Sophia intervino rápidamente.
-
Tanja es astuta, cuando se trata de negocios.- Rebecca vuelve a sonreír.
-
Puedo estar de acuerdo con eso, ese tipo de cosas sí que sabe llevarlas. Su
forma de hacer sigue siendo burda, grosera y cómo hacer la vista gorda para salirse con
la suya.- Le expresa directamente.
- ¿No
he oído hablar mucho de Clarissa desde hace tiempo?- Sophia le pregunta separando el pelo de su cara, se
relaja en su silla.
- Ella
pasa la mayor parte de su tiempo en Inglaterra
o Copenhague. Ha estado viajando mucho, creo que ahora está de vuelta en Düsseldorf.- Rebecca
conjetura con el ceño fruncido.
- Supongo
que se dio por vencida en el mundo de la moda.- Sophia añade con la mirada perdida en su
copa de vino.
- Creo
que Clarissa simplemente se cansó de todas las indecisiones de la familia y los
planteamientos que eran una batalla, constantes peleas sobre quién estaba a
cargo y quién gobernaría las empresas de la familia.- Añade mientras piden la cena. - ¡Háblame de ti misma!- Rebecca le pide
ordenando el estofado de ternera.
- Estoy
en el último mes de mi contrato con Henri.- Rebecca deja la copa de vino mientras escucha con atención.
- ¿Tienes
planes?- Le pregunta para sondear las posibles salidas.
-Tengo
treinta y cinco años y he pensado en la jubilación. Imagino poder viajar en el
futuro.- Ella hizo una mueca antes de continuar.
-
Mi marido Heinrich y yo, nos divorciamos el año pasado.- Le menciona.
-
¡Oh! ¡Lo siento!- Añade Rebecca.
-
¡Basta de hablar de mí! ¿Y tú, sigues siendo el diseñador jefe de LCL?- Ella le pregunta. Rebecca aparta su plato permitiendo que el
camarero sirva otra copa de vino.
- En
realidad, estoy en una posición administrativa, soy responsable de todos los
diseñadores. Así que viajo mucho, encuentro personal y decido donde quiero que
trabajen, entre otras cosas.- Sophia
la mira sorprendida.
-
Nunca pensé que oiría eso, nunca nos hemos visto antes, pero me he mantenido informada
de tu trabajo y debo decir que me acabas de sorprender.-
Rebecca le responde.
- Diseñar
es una gran parte de mi vida, la llevo en la sangre, sin duda, pero tuve que
hacer cambios, cambios que espero sean beneficiosos para mi y mi familia.- Su
tono serio.
- Dijiste
que estabas esperando un niño.-
Rebecca se ríe sacudiendo la cabeza.
-
¡No soy yo!- y carraspea.
- Pero
pensé que… durante nuestra conversación dijiste que estabas felizmente casada y
esperando un hijo.- Sofía parece perpleja.
– Es
mi esposa Marlene la que está embarazada.- Ella sonríe y termina su vino de
un trago. Sophia se queda sin habla al principio.
- Acerca
de la noche anterior…-
Rebecca interrumpe rápidamente.
- Creo
que hemos dejado que…- Ella la mira a los ojos.
–
Entonces. ¿Quién es el diseñador jefe de LCL ahora?- Ella
aparta la mirada de Rebecca cambiando de tema.
-
¡Bueno! Estoy segura de que sabes que hemos contratado a Emily Dupree.- Rebecca comienza a hablar.
-
La nieta de Jean Dupree, sí, ella fue una estudiante estrella. Marie tenía muy
buena opinión de ella. - Rebecca
hace una mueca.
-
Creo que tuvo mucho que ver con Tanja y Sebastian cuando cortejaron a Jean acerca LCL París.-
Afirma Rebecca. Sophia suspira.
- Parece
ser un éxito.- El corazón
de Rebecca corre al escuchar esas palabras de alguien de la talla de Sophía.
-
¡Sí! Después del desfile de moda vamos a llevar la línea de lencería a París,
creo susurros nocturnos triunfará en
lugares como París, Roma y Nueva York.- Expone con seguridad.
-
Estoy de acuerdo, pero todavía no has respondido mi pregunta. ¿Quién es tu
diseñador jefe?- Rebecca baja la mirada a la copa.
–
Aún no tenemos una, Emily es algo inmadura para preocuparse por la moda, debe
crecer, tiene mucho que trabajar.-
Mira de nuevo hacia ella. -
Emily es buena, tiene talento pero…- Sophia sonríe extendiendo su brazo para tocar
su mano.
- ¿Fue
esta la razón por la invitación para el desfile de moda?- Rebecca la mira tragando saliva.
- Entre
otras cosas, sí, quiero que veas nuestras colecciones, nuestro negocio como un
todo, la forma en que operamos…-
Sophia hace una respiración profunda.
- Yo
no estoy segura de querer continuar con el diseño. Lo he estado toda mi vida y
he tenido mucha suerte, no todo el mundo
nace dotado para ello, hay muy pocos que puedan mover montañas de moda como
nosotros.- Rebecca no sonríe asiente sus comentarios de
forma gratificante.
-
¡Está bien! Recorreré sus instalaciones
y criticaré sus colecciones. -
Ella se ríe y se dan la mano.
- Se
está haciendo tarde.-
Rebecca expresa.
- ¿Podríamos
tomar una copa? Tengo un whisky envejecido en mi habitación.- Sophía
propone, Rebecca piensa antes de hablar.
–
Te agradezco la oferta, pero es tarde y tengo un vuelo muy temprano, espero que lo entiendas.- Sophia sonríe.
- ¡Ya!-
La puerta del ascensor se abre y entran.
- ¿Puedo
hacerte una pregunta personal?-
Rebecca indaga al tiempo que la puerta del ascensor se cierra.
- ¡Claro!-
Responde ella con una
sonrisa.
–
¿Por qué te has divorciado de tu marido?- Sophia se cruza de brazos. -
Tal vez estoy siendo demasiado atrevida o que debo ocuparme de mis propios
asuntos.- Sophía rápidamente corta.
-
¡No! Yo no lo amaba, al principio él era cálido y aventurero, una especie
hombre de corazón, pero yo no estaba feliz, disfruto de la compañía tanto de
una mujer como de un hombre y él simplemente no podía hacer frente a esa parte
de mí. Me decía que estaba perdiendo el control de mi vida y aquello comenzó a influir en mi trabajo.- Las
puertas del ascensor se abren. - ¡Ya hablaremos!- Ella le comenta cuando Rebecca sale del
ascensor, en su pensamiento se define la respuesta a la pregunta por la razón
del beso de la noche anterior.
Marlene está ayudando a Ruth a colocar
fotos en la pared de su habitación.
- ¿Está segura?- Le pregunta.
-
Lo estoy, me voy a encontrar muy bien aquí, luego pasaré mis cosas.- Responde
ella con confianza. Ruth es una mujer delgada con el pelo largo de color
castaño rojizo, que lleva recogido en un
moño apretado. Tiene los ojos de color verde oscuro como el terciopelo, su
sonrisa tipo definiendo sus pómulos altos y la piel suave.
- ¿El
señor Von Lahnstein regresará a casa
hoy?- Ella pregunta mientras equilibra el marco de
una imagen reciente de su hijo.
-
¡Uh!- Marlene empieza a
hablar cuando suena el timbre de la puerta.
- Voy
yo a abrir, señora.- Ella la deja con algunas dudas y cierta
sensación de falsa. Un hombre trae unas
cuantas cajas que son para ella.
-
¡Por favor! ¿Puede traerlas por aquí?- Ruth lo guía por el comedor hacia sus
aposentos, dejando allí las cajas. Ella
empieza a abrirlas.
-
La dejaré con su tarea, debo revisar mi cena, está en el fogón, espero que le
guste el guiso.- Murmura saliendo hacia el comedor. - Tengo
una lista de cosas para revisar. Tómese
su tiempo ahora y lo haremos más tarde.-
Marlene comenta a Ruth, ella asiente y cierra
la puerta que da a su privacidad. Marlene agita el guiso y apaga el quemador. Mira el reloj en la pared y se pregunta cuando
llegará Rebecca.
-
¡Señora!- Ruth la sorprende.
-
¡Sí! ¿Están sus pertenencias en orden?- Ella le pregunta.
-
¡Lo están!- Ella sonríe con amplitud. - Me
gustaría mostrarle algunas fotos de mis nietos.- Su estado de ánimo es alegre, sus cosas
personales habían llegado sin demora. Marlene la sigue de nuevo.
- Me gustaría colocar unas fotografías aquí.- Ruth señala un punto en una pared
esperando la aceptación de Marlene.
-
¡Claro!- Ella la anima
viendo su sonrisa, el corazón de Ruth la hace sentir como en casa.
-
¡Marlene!- Rebecca grita abriendo la puerta, pone su bolso y la chaqueta en la silla de su
oficina y coloca su agenda en el escritorio. Contenta de estar en casa.
-
¡Marlene!- Grita de nuevo, el olor de la cena desde la
cocina atrae su atención, levanta la tapa de la olla mirando el contenido. Coge la cuchara de madera la moja en la olla y
lo prueba.
-
¡Hmmm!- Ella ladea un ojo. - ¡Que bueno!- Expresa con
una sonrisa.
- ¡Señora!
Creo que escuché algo, iré a ver.- Deja a Marlene y se dirige hacia la cocina.
Ruth se detiene en la puerta mirando a la espalda de una mujer que tiene la
tapa de la olla en su mano.
-
¡Disculpe señora!- Sorprende a Rebecca y le quita la tapa de la
mano.
-
¿Usted debe ser Ruth? ¿Dónde está Marlene?- Le pregunta para saber
dónde está. Ruth coloca la tapa en la olla.
- ¿Y
Usted quien es, señora?- Ruth en un tono serio.
-
Rebecca, Rebecca Von Lahnstein.-
Ruth se aparta de ella.
–
La anunciaré a la señora.-
Le responde incierta de quien es Rebecca.
- ¡Señora!- Marlene está alineando
un cuadro en la pared.
-
¡Por favor! Llámame Marlene, Ruth.- Ella le sonríe.
-
Como quiera, Marlene hay una extraña mujer en la cocina, Rebecca.- Marlene sonríe los hoyuelos en sus
mejillas se profundizaron.
- ¡Rebecca!- Ella se apresura a salir de la
sala y en la cocina se abrazan y besan con placer.
-
¿Esa es Ruth? - Cuestiona con
una mirada distante y las manos envueltas firmemente alrededor de la cintura de
Marlene.
- ¿Si,
por qué?- Marlene contesta sonriendo.
-
¡Porque ella no sabía quién era yo Marlene!- Ella exclama con seriedad. Marlene suspira con prisa.
- No
le dije nada porque quería que estuvieses aquí cuando lo haga, yo quiero que
ambas hagamos una introducción apropiada.- Le declara con calma.
-
¡Ruth!- La llama. Mientras camina hacia la cocina muestra
una mirada de incertidumbre en su cara, Ruth sonríe.
-
¡Sí Marlene!- Responde ella en espera de su respuesta.
-
¡Es Rebecca, mi esposa!- Le dice sin soltar el abrazo entre ellas.
Rebecca sonríe y extiende su mano hacia Ruth.
-
Bienvenida a nuestra familia.- Le
dice haciendo que Ruth se encuentre un poco más a gusto.
- Lo
siento mucho señora Von Lahnstein, no me di cuenta de quién era.- Ella
mira a Marlene.
-
¡Por favor! Llámame Rebecca, ahora usted se debe sentir un poco sorprendida y no puedo ir por la vida sin entender por qué
Marlene, mi amada esposa, no le haya dicho nada acerca de mí.- Responde
cruzando los brazos, ambas miran a Marlene.
- ¡Lo siento! Por favor perdóname
Ruth, pero encontrar una buena ayuda y sobre todo a alguien que te guste, con
quien sentirse cómoda no siempre es
fácil, pensé…- Ruth interviene con
firmeza.
-
¿Usted pensó que podría tener un problema con una pareja del mismo sexo ?- Ruth
le pregunta con una sonrisa. - ¡Pues no! No
lo hago, sé que soy más vieja. Pero yo no tengo prejuicios con eso, mi hermano
mayor era gay y fue muy difícil para él y su socio. - Ella comienza a abrirse sobre su vida familiar.
- Murió hace unos años.- Ella baja la
cabeza para limpiar una lágrima de su mejilla. Marlene y Rebecca la consuelan. - ¡Gracias!- Marlene le da un abrazo.
-
Si me disculpáis, necesito una ducha y un cambio de ropa.- Rebecca coge su maleta y se dirige hacia el
piso de arriba. Ruth le hace a Marlene una mirada hosca.
- Me
hubiese gustado saberlo en la entrevista.
- Ella le explica con
brevedad.
-
¡Sí! Debería haberlo hecho.- Marlene contesta con una punzada de
culpabilidad.
- Ella
es hermosa y saludable, ustedes dos tendrán hermosos hijos.- Le comenta
haciendo que Marlene se sienta más cómoda.
-
Ve arriba a ver a tu esposa, voy terminando la cena. Te llamaré cuando esté
lista.- Marlene huye
rápidamente por las escaleras y entra en la habitación, cierra la puerta detrás
de ella. Pone su teléfono encima de la cómoda y se precipita al cuarto de baño. El vapor de la ducha ha empañado
la puerta de cristal, Marlene se desnuda y mete sus manos tocando la cintura de
Rebecca que reposa su cabeza contra el pecho de Marlene.
- ¿Debemos?- Ella se pronuncia sintiendo las manos de
Marlene acariciando suavemente su pecho. Marlene la besa la nuca, con la punta
de la lengua viaja hacia su hombro, el agua de la ducha golpetea su rostro con
gotas suaves.
-
¡Debemos!- Le confirma en voz baja girando alrededor de ella
la abraza y tirando de su pierna hasta
cubrir el lado de la suya. - ¡Marlene!-
Rebecca ladea la cabeza hacia atrás mientras la boca de Marlene remonta por delante de su cuello y la garganta, con
las manos recorre su espalda apretándola
contra ella aún más. Ella abre los ojos y los fija en Rebecca. Sienta su boca sobre la de Rebecca, entra con
su lengua penetrando con dulce ardor. Las
manos de Rebecca acarician la cabeza con los dedos trabajando los mechones de
pelo empapados. - ¡Oh! ¡Dios! ¡Marlene!-
Se le doblan las rodillas, estimula con ímpetu sobre el montículo, jadea en busca
de aire, Marlene la abraza cogiéndola en brazos y culminan con sus labios entrelazadas
sus lenguas con placer de felicidad sexual. -
¿Me has echado de menos?- Marlene le susurra al oído mordisqueando el
lóbulo de la oreja haciéndola gemir con voz suave.