Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 26 de julio de 2016

CAPÍTULO 11


                                          -NO TODO ESTÁ TAN CLARO-


Rebecca deja su cartera en la mesa de la cocina, abre la nevera, extrae un plato de sobras y una botella de agua. Coloca el plato en el microondas a calentarlo y se sienta, en espera bebe un poco de agua. Coge la cartera que ha dejado a un lado, extrae unos papeles que mira atenta, cuando el pitido del microondas la sobresalta. Alcanza a ver una sombra por el rabillo del ojo, mira hacia atrás para ver a Elisabeth sosteniendo el plato.
- Creo que esto es tuyo.- Sonríe y le deja el plato en la mesa delante de ella.
- No te oí entrar.-  Comenta recogiendo su tenedor.
- ¿Día difícil?- Elisabeth adivina en voz alta.
- ¡Tanja! Ella nunca es feliz, yo no entiendo lo que le impulsa a hacer las cosas que hace. Todas estas ideas retorcidas suyas.- Elisabeth se adelanta a tocar el antebrazo de Rebecca.
- ¿Esto tiene que ver con Marlene?- Rebecca deja de comer. Con lentitud, coloca el tenedor encima del plato.
- No tengo dudas de que ella puede hacer el trabajo, es ingeniosa e inteligente, pero ¿Por qué en LCL?- Elisabeth separa una silla y se sienta junto a ella.
- ¡Bien! Podría haber muchas razones, Tanja y Marlene son amigas desde hace tiempo y ella sabe cuan dedicada y trabajadora es.- Rebecca niega con la cabeza.
- ¡Es verdad! Pero puede ser que Tanja tenga algún plan que esté cocinando. Vamos a ser realistas Elisabeth, Marlene es sólo un peón en su juego para desacreditarme.-  Elisabeth piensa  un momento antes de responder.  
- Yo creo que es porque te quiere.-  Rebecca se emociona.
- ¡Elisabeth!- Exclama.
- ¡Lo siento Rebecca! Pero es una sensación que tengo. Marlene no habría llegado a casa y aceptar un trabajo en LCL si pensara que las cosas iban a ser realmente difíciles entre vosotras dos.-  Rebecca llora mientras escucha las palabras de Elisabeth. Se limpia la cara y empuja el plato sin terminar lejos de ella.
- No lo creo, ¿Cómo podía sentir nada por mí? Me dolió más de lo que te puedas imaginar, yo la amaba, pero no estaba preparada.-  Habla con voz temblorosa. - Mi relación con Katherine es buena, ella es mi futuro.- Mira a Elisabeth buscando palabras de aliento.
- ¿Preparada? Las personas en el amor no pueden prepararse para contratiempos emocionales, que pueden y deben suceder. Katherine es una mujer maravillosa y ha sido buena para ti, pero tienes que preguntarte con quien deseas pasar el resto de tu vida. ¿Debe ser alguien que te ame incondicionalmente?-
Las palabras de Elisabeth son cortantes. La mira directamente a los ojos.  
- Nunca voy a amar a nadie como amé a Marlene y creo que todo el tiempo. Pero las cosas cambian y la vida sigue. Las dos tenemos que mirar hacia adelante.-  Elisabeth coge una servilleta y se la entrega, ella se limpia las lágrimas que bajan por su cara. Rebecca niega con la cabeza.
- Hice el ridículo hoy por preguntarle si el hombre que estaba con ella en la boda era su novio. ¿Quién hace eso? ¡Yo! Estaba triste y celosa.- Rebecca comenta con ira. Elisabeth se levanta de la mesa.
– No te castigues, estás enamorada y duele. Es el dolor y la ansiedad que sentías por haber perdido su cariño.- Elisabeth extiende su mano y  coge la de Rebecca.
- Venga, necesitas un buen sueño, necesitas descanso, estás agotada.  Hay decisiones que tendrás que tomar en el futuro y tu conciencia debe ser clara.-  Elisabeth sonríe y sube por las escaleras hasta su habitación.  Se sienta tranquilamente en su escritorio. En el correo Email convoca para el día siguiente una reunión a toda la familia a primera hora de la mañana.

Después de desayunar sola Elisabeth espera a que todos aparezcan en el estudio hojeando el libro mayor del banco. Ha preparado copias para cada uno de ellos,  comienzan a llegar poco a poco y se van sentando alrededor de la mesa.
- Sebastián ¿Has traído la decisión final que se ha hecho del nuevo contable?-
Elisabeth inicia la sesión para ganar la atención de todos. La sala queda en silencio Sebastián se acerca a ella con informes de varios candidatos en la mano. 
- Les he entrevistado ya y he reducido la lista a tres.- Organiza las hojas de los currículos antes de entregárselos, los mira. 
- He elegido éste.- Comenta  apuntando a la que está en la parte superior.
- Abby Wilkes. Tiene  treinta años, es ambiciosa y ha trabajado en una pequeña casa de moda en Hamburgo durante los últimos seis años.- Tristán interrumpe. 
- ¿Y qué más hay en ella que lo merezca según tú?- Sebastián frunce el ceño.
- Su educación, ella es de los números uno de su promoción y conoce el negocio de la moda muy bien. Creo que puede encajar perfectamente.- Tristán sonríe sirviendo él mismo un agua tónica. Ansgar mira alrededor de la habitación y cuestiona en voz baja.
- ¿Le has preguntado los o sus motivos  para salir de Hamburgo?-  Elisabeth corta a Ansgar.
- Sebastián voy a seguir tu recomendación. Si la señorita Wilkes es la que sugieres,  entonces ya estás perdiendo el tiempo en hacerle una oferta. Cuanto antes resolvamos  este asunto, mejor será para todos.- Sebastián recoge las hojas.
– Disculparme, he  hacer algunas llamadas.- Hace el gesto de abandonar el estudio. Tanja mira con sequedad a Tristán.
- Es una pena que tuviéramos que renunciar a Martin. Le parece que el banco es más importante que la LCL. Así que tendré a una joven que es entusiasta y amigable en la casa de moda. ¡No es tan mala idea! ¿Verdad?-  Ella comenta con sarcasmo. Tristán aprieta los dientes con rabia.
- Martin está mejor en la contabilidad bancaria. Está ahí sí, solo porque Tanja lo ha cedido.- Responde con vehemencia en un intento de hacer valer sus razones.
- ¡Basta!- Elisabeth grita con fuerza.
- ¿Dónde está Rebecca?-  Pregunta mirando a Tanja. Ella responde con firmeza.
- Tiene un almuerzo con una modelo italiana que estamos cortejando para Riga. Como sabéis Riga es en pocas semanas. La cartera de moda de otoño estará lista pronto.- Elisabeth le pide a Tristán un poco de su agua tónica.  
- ¿Tendrá tiempo suficiente para preparar el desfile de moda line up el lunes?- Elisabeth pregunta retirando sus gafas y las reposa sobre la mesa. Cruza las manos  y espera una respuesta.
- Los empleados tendrán que trabajar horas extras, pero si, el lunes es factible.- Tanja insiste en recoger sus cosas y salir hacia la oficina. Elisabeth se dirige a Ansgar.
- Hay algo que tenemos que discutir. He recibido tu informe trimestral y debo decir que estoy viendo algunas mejoras.- Ansgar sonríe sentado, erguido en su silla endereza su corbata.
-  ¡Gracias!Tengo un vuelo temprano a Vancouver hoy por la mañana. Me reuniré con nuestro Gerente Forestal esta semana. Te enviaré por fax un nuevo informe.-  Responde levantándose de su silla. - Ahora, si me disculpáis, tengo que preparar el equipaje.- Tristán se sirve otro trago.
- Tanja es una arpía tal…- Habla alto y  apura su bebida.
- Domada o no ella es inteligente para el negocio, es posible que LCL no hubiese sobrevivido con ella fuera.-  Elisabeth se retracta de sus comentarios.
– Es una desgracia para nosotros que todavía estemos tratando con sus formas rudas y desagradables.- Él se ríe entre dientes.
- ¡Es cierto!  Por desgracia nos quedamos ahí, con ella.- Comenta Elisabeth, Tristan está de acuerdo. Termina su bebida y deja a Elisabeth para resolver las discusiones familiares.

Marlene se sienta en su escritorio y comienza a trabajar en su ordenador los esquemas de color. Los imprime y los coloca en un portapapeles. El teléfono del escritorio suena sobresaltándola.
- Marlene Von Lahnstein.- Responde de manera profesional.         
- ¡Buenas tardes!- Tanya dice en broma.
- ¿Has tenido la oportunidad de mirar por encima de esos zapatos?- Marlene frunce el ceño.
- Estoy esperando a Rebecca.- Marlene mira por la ventana de su oficina en busca de Rebecca.
- ¡Hmmm! Tuvo un almuerzo con una modelo para Riga, debe retrasarse, te la envío  tan pronto como regrese y me encuentre con ella.- Marlene cuelga y  completa el resto de las impresiones.  Entra en el almacén y comienza a hurgar en los numerosos zapatos que estaban apilados en los contenedores.
Rebecca sube las escaleras y se sienta con su cartera en la mesa de diseño. Está eufórica la modelo que había elegido para Riga accedió a una sesión de fotos. Abre su cuaderno de dibujo y comienza a elegir diseños cuando el teléfono le vibra en el bolsillo.
- ¡Hola!-  Responde.  
- ¿Cómo estás?- La voz de Katherine es hosca, Rebecca puede percibir que está cansada.
- Han programado para mañana la cirugía, sólo quería escuchar tu voz, te echo de menos.- Habla en un tono fatigoso.
- ¿Está todo bien? Suenas distante.- Pregunta.
- Estoy en el hospital, tuve un descanso y quería hablar con el médico que debe aparecer en cualquier momento. Me debo ir, mi familia está a la espera.-  Cuelga. Rebecca se queda mirando su teléfono. Encuentra la conversación algo extraña por sus palabras.
Marlene tiene apiladas varias cajas de zapatos fuera de la puerta del almacén oye  rodar un maniquí que se detiene al lado de los zapatos. Rebecca se despierta por el ruido y el alboroto procedente del almacén. Levanta la vista para ver a Marlene entrar en él. Cierra su cuaderno de dibujo. Con secretismo mira a su alrededor para ver que los empleados están ocupados en lo suyo. Se acerca al lugar y entra. Cierra la puerta detrás suya. Escucha un leve ruido que viene de la parte de atrás mientras camina despacio hasta que la encuentra frente a los contenedores, de espaldas a ella. Marlene está mirando dentro de cada caja en busca de accesorios para añadir al tema que está trabajando. De pronto se siente extraña, como si  no estuviera sola. Se da la vuelta recuperando el aliento.
- ¿Rebecca? ¡Me has asustasdo!- Marlene se lleva la mano al pecho. Rebecca no dice nada, su mirada es como un trance. Se acerca a Marlene y descuelga el portapapeles de su brazo.       
- ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?- Pregunta, no ve la  intención de Rebecca que arroja el portapapeles en la estantería al lado de ellas, se acerca más hasta que Marlene  topa su espalda contra la estantería de zapatos. Coloca las manos en su cintura.
- ¡Rebecca!-  Exclama sorprendida. Rebecca le coloca su dedo índice en los labios.
- ¡Shhhh!-  Susurra. El corazón de Marlene empieza a latir rápido por una insinuación de deseo y ansiedad. Rebecca acerca sus labios y la besa con pasión. Permiten ambas la entrada mutua al abrir sus labios. Sus lenguas se entrelazan en un apasionado beso explorando cada pulgada de sus bocas saboreando la dulzura que tan a menudo anhelaban. Marlene gime y pasa los dedos por el cabello de Rebecca que da un paso atrás y se aleja, dejándola aturdida.
- ¡Rebecca!- Marlene jadea, Rebecca niega con la cabeza, le coloca la mano en la boca. 
- ¡Lo siento Marlene! Yo no sé lo que estaba pensando, por favor perdóname.- Le ruega.
- ¡Está bien de verdad!- Se mueve hacia ella de nuevo todavía algo sorprendida. Rebecca retrocede.
- ¡Por favor! No, no puedo!-  Rebecca corre hacia la puerta para abrirla y escapar. Marlene intenta recomponerse antes de salir del almacén. Rebecca se sienta en su puesto con las manos cubriendo su rostro. Marlene se acerca a ella.
- ¡Rebecca!- Le dice. Rebecca la mira con pesar.     
- ¡Lo siento!- Ella suspira. - No sé qué me pasó.- Marlene mira a sus ojos tristes.     
- Creo que deberíamos hablar.- Rebecca se levanta y rodea la mesa de diseño para acercarse más a ella.
- No puedo en este momento.- Habla tragando saliva. 
- Tenemos que trabajar sobre este tema antes de que Tanja se impaciente y eso es lo que no necesito. Su respiración a mis espaldas.- Marlene coloca sus ojos en ella.
- Entiendo, pero…- Rebecca la interrumpe.
- ¡Por favor, Marlene! ¿Podemos guardarlo para más tarde? Me doy cuenta que lo hecho, fue impulsivo e injusto para ti.-  Marlene tiene una mirada de desconcierto. Rebecca se acerca al maniquí y lo hace rodar bajo las luces.
- ¡Vamos a trabajar!- Marlene regresa al almacén, recupera su portapapeles y comienza a mover las cajas de zapatos de nuevo. Mientras  Rebecca coloca un vestido de noche en el maniquí. Marlene  la observa, está  retocando una bata para un mejor ajuste en el maniquí. – ¿Tengo que pensar en los zapatos?-  Se pregunta tratando de concentrarse en el tema. Marlene abre una caja con un par de tacones de aguja de oro en ellos. Se los entrega a Rebecca.
- Buena elección.- Logró una sonrisa.
- ¿No deberíamos suavizar la iluminación un poco?- Pregunta Marlene.  Rebecca está de acuerdo gira la lámpara hacia abajo.
- Pensé que un telón de fondo con algunos naranjas, tostados y marrones contra un viejo muro de piedra sería un buen complemento.- Rebecca trata de imaginar la idea de Marlene.
- ¡Sí, ya! El vestido es de color verde oscuro, estoy de acuerdo, estamos haciendo una sólida colección de otoño para Riga.- Marlene intenta aliviar sus tensiones. El beso empieza a sopesar una vez más, muy pesado en sus pensamientos.
- ¡Marlene!- Rebecca le rompe la mirada perdida.
- Voy a informar a Tanja de esto.- Marlene replica con rapidez.
- ¡Por favor! Ahora si me disculpas tengo una sesión de fotos que preparar.-  Le dice, dejando a Marlene en un juego de adivinanzas. Poco después
- ¡Ah! ¡Marlene!- Tanja la llama caminando hacia el maniquí y girando la cabeza a uno y otro lado.
- ¿Dónde está Rebecca?- Pregunta. Marlene le dice que no es su mamá.
- ¡Marlene! ¿Dónde está Rebecca?- Vuelve a interrogar de nuevo cara a cara con ella.
– Preparando una sesión de fotos, antes estuvo aquí.- Marlene se gira para mirar hacia su mesa. Tanja escanea toda la sala de diseño.
- ¿Es esto en lo que  trabajas?- Tanja le demanda,  le  parece preocupada. - ¡Hola Marlene!-  La sacude con ligereza.
- ¡Sí Tanja ese es mi trabajo.- Le espeta.
-Tengo que hablar con Rebecca, no contesta al teléfono. Elisabeth está presionando para una revisión el próximo lunes de la colección de otoño y necesito estos temas preparados a mediados de la semana.- Tanja lo suelta con la brusquedad que acostumbra.
- Precisamente por eso, Rebecca está en la sesión de fotos.- Marlene argumenta con calma.
-Tengo una reunión  a las cuatro con nuestro nuevo contable. Quiero que la conozcas lo antes posible. Va a preparar el presupuesto para los diseñadores. Me gustaría que le dieras alguna información. -Tanja le comenta en el mismo tono. Marlene frunce el ceño.
- ¿Yo? Yo tengo que terminar este escenario y todavía tenemos que ver el trabajo de la sesión de fotos.- Tanja ríe mirando a Marlene con astucia.
- Y es por eso que te contraté como Director de Arte, Marlene, hazte cargo, trabajo a pesar de los problemas, será tu responsabilidad preparar un presupuesto multi área.- Ella le responde con una sarcástica sonrisa. - Dile a Rebecca que me llame.- Y se aleja dejando a Marlene cruzada de brazos y suspirando. 
El teléfono celular se agita en su mano, Marlene  camina  hacia su despacho.
- ¿Dónde estás Rebecca?- Pero escucha  al otro lado del móvil a Biggi. 
- Me he puesto en contacto con mi amigo, el agente inmobiliario. Dice que tiene una oferta que está a pocas cuadras de LCL. Le dije que estabas trabajando.  ¿Podrías verlo mañana a la hora del almuerzo, por ejemplo a la una? - Pregunta Biggi.
- ¡Perfecto Biggi! Eres la mejor.- Marlene, por una vez se siente fuera de las presiones del trabajo y Rebecca, como si la levantaran de sus hombros.
- Voy a confirmar la cita con él y con buena suerte, espero que esto funcione.- Le dice con afecto.
- ¡Gracias Biggi!-  Le expresa y cuelga la llamada. Un revuelo fuera de la puerta de su oficina le hace levantar la mirada, allí en la puerta está Rebecca.
- ¡Ahí estás! Tanja te ha llamado y buscado por todas partes para que…- Se levanta de su escritorio hacia ella.
- Me ataron con el fotógrafo. Le tuve que convencer  para conseguir el trabajo de aquí a mañana.- Le cuenta Rebecca mientras caminan de regreso hacia el maniquí. Marlene le repite.
- ¿Tanja?-  Rebecca la mira sin rodeos.
- La acabo de dejar en su oficina. Dice que está satisfecha, al menos por ahora.- Continúa hablando. - Espero que podamos acabar para esta noche. Quiero tener un telón de fondo dispuesto para varios vestidos. Mañana después de la comida, espero que podamos empezar con el tema adolescente de Katherine.-  Marlene se siente fría por dentro al escuchar el nombre  de Katherine.
- ¿Sabes algo? Acerca de su madre quiero decir.-  Rebecca niega con la cabeza.
- Llamó antes, pero sonaba distante. Tiene miedo, su madre pasará mañana por el quirófano.-  Contesta mientras cambia el vestido en la orientación del maniquí sobre el telón. Marlene vuelve a recordar el beso que compartieron. Desea abordar el tema con ella. Rebecca puede sentir su mirada lo ve en sus ojos.
- ¿Todo bien?- Marlene empieza a temblar.           
– Rebecca, deberíamos hablar.-  Rebecca se volvió para responder.
- Pero no aquí ¿Podríamos quedar más adelante? Ahora tenemos que terminar esto.- Rebecca se lo pide atendiendo a lo que las circunstancias serían con Tanja, si no progresan.
Es difícil mantener a  Marlene quieta cuando todo lo que realmente desea hacer es abrazarla y besarla, pero la triste realidad de Katherine ensombrece su mente.
“¿Cómo voy a herirla?” Rebecca percibe el dolor en la misma forma en que ella engañó a Marlene arrancándole lo que tenía y lo que se perdió por el calor del momento. 
– ¡Rebecca!- Llama su atención levantando un gran telón de fondo impreso.       
- ¡Ayudame!- Permanecen en silencio trabajando hasta altas horas de la noche.  - ¡Rebecca, es tarde! – Le dice cuando ya ha expuesto el último telón de fondo. Se vuelve hacia ella.  
- Un poco más a la izquierda.- Señala Rebecca, ella levanta la esquina. Por fin deciden dejarlo hasta mañana.
Rebecca se acerca a su mesa y coge el bolso.  
- ¿Estás lista?- Le pregunta a Marlene que apaga la luz de su oficina y cierra la puerta. Caminan en silencio para salir por la puerta principal.
- Sé que quieres hablar.- Comienza Rebecca.
- ¡Sí! Si deberíamos.- Marlene es breve en su tono.
- Caminemos entonces.- Le hace un gesto y comienzan a caminar por la acera.
- Me disculpo nuevamente Marlene lo que hice estuvo fuera de lo profesional y te prometí  respetar nuestra relación de trabajo.- Marlene se detiene frente pro frente.
- Siempre haces promesas que no puedes mantener.- Rebecca le dirigió una mirada de angustia.
- Es verdad, suelo hacer esas promesas y después las echo a la basura.- Le responde.
- No es porque me dejara besar, no sólo eres tú la responsable.- Se muerde ligeramente el labio inferior. - Yo deseaba que me besases.- Se expresa con calma. Rebecca mira hacia otro lado antes de hablar.
– Me sentí desmantelada, devastada, me dejaste aquí sola para recoger los pedazitos de mi vida que quedó fragmentada. Te amaba y me dolió Marlene, nunca imaginé ni en un millón de años que acabases poniendo esa distancia. Saliste de mí. ¡De nosotras!- Marlene comienza a llorar.
- ¿Devastada? ¿Cómo pudiste hacer trampa y luego mentir? Traté de decirte una y otra vez que estabas fuera de control. No hablábamos, sólo te preocupabas por el trabajo y el diseño de moda. Eres egocéntrica y egoísta cuando quieres llegar a lo que te propones.  Eso te hizo tomar decisiones por tu cuenta. Te rogué que no siguieras pero no me escuchaste.-  Marlene habla en un tono elevado. Rebecca mira a su alrededor.          
- Baja la voz, por favor. No puedo y no voy a hacer esto. Me di cuenta de mis errores, pero sólo después de que fuera demasiado tarde para nosotras y no me importa volver a vivirlos, hasta podríamos ir de nuevo a lo que teníamos, pero no veo por donde podemos avanzar.-  Sus ojos arden por las lágrimas, se le quiebra la voz y la boca se le reseca de las palabras que con dolor está  pronunciando. - Me he pasado los últimos dos años en la reconstrucción de mi vida, quiero una vida con Katherine, ella me necesita en este momento, ahora precisa de mi apoyo y comprensión, no la voy a hacer el mismo daño con el que te lastimé.- Ambas lloran con desesperación.
- Lo siento por ti Rebecca, las mentiras ya han empezado, ya me besaste voluntariamente. ¿Cómo se explica eso? ¿Cómo es de diferente? Dime, quiero saber.- Marlene suplica. Rebecca niega con la cabeza y se queda sin aliento. 
- ¡Por favor! No digas nada a Katherine no creo que pueda manejarlo.- Marlene le dirige una mirada de disgusto.
- No te puedo prometer que, no lo haré, no voy a mentir por ti, tampoco voy a ponerme al día en medio de tus planes de mantener las cosas ocultas. Tenemos que trabajar juntas día tras día y debes de asumir ese riesgo para llegar limpia. Nunca serás feliz viviendo una mentira y tampoco lo hará ella. Tienes que preguntarte si vale la pena y si realmente la amas. ¡Buenas noches!- Marlene entonces aligera el paso y a toda prisa se aleja de ella. Rebecca se siente destrozada se apoya en un poste de luz de la calle tratando de ganar compostura. 

martes, 19 de julio de 2016

CAPITULO 10



                                                  -TODO EN ORDEN-

Jakob y Marlene se alejan del castillo en silencio.
- ¡Estás muy guapa hoy!- Jakob comienza a hablar. Marlene permanece en silencio buscando en su mente todo lo que había oído a Rebecca. Él gira hacia un pequeño parque que bordea el río. Salen del auto y pasean hasta encontrar un banco que está vacío. Jakob habla primero.    
- ¿Sabes? Cuando te conocí hace años, me dije a mí mismo lo afortunado que cualquier hombre sería al tener una mujer como tú a su lado.- Marlene escucha sus confesiones,  admira su honradez- Tuve esa esperanza cuando te mudaste a Los Ángeles, te quería, pero me pareció que tu corazón estaba roto por Tristán.- Marlene toca la manga de su chaqueta.
– Te lo puedo explicar.- Ella le habla con calma.
- ¡No Marlene!- Él suspira. - ¡Por favor! Déjame terminar lo que tengo que decir.- Ella asiente para dejarle continuar. 
- Cuando llegaste a Los Ángeles era evidente que habías estado sufriendo. Necesitabas tiempo para cerrar aquellas heridas. Nunca creí que Tristán fuera capaz de hacerte sufrir…, pero él se enamoró de ti y se rompió mi corazón.- Jakob se detiene aflojando la corbata. - Pensaba que si esperaba un tiempo, sentirías lo mismo por mí. Me cuestioné tus motivos cuando decidiste regresar a Dusseldorf.-  Él la mira  en busca de respuestas. Marlene sonríe entre dientes.
- ¡Es cierto! Tristán y yo éramos felices en esos días, tenía todo lo que una mujer podría desear.- Se detiene haciendo una pausa y continúa con confianza.  - ¡Por lo menos me lo imaginaba! Yo nunca tuve un amor verdadero, no tenía ni idea de que era eso. ¡Mira por dónde! Me enamoré de una mujer, Rebecca la hermana de Tristán. Sucedieron cosas yo me lo negaba y por más que peleaba, más profundamente caía, cuanto más ella se distanciaba de mí, más trataba llamar su atención.-  Jakob agarró un mechón de su pelo en la mano.  
- ¿Por qué no me lo dijiste?- Le pregunta con tristeza en su voz.
- ¡Quería Jakob! Muchas veces te lo podría haber dicho. Pero yo estaba en una actitud negativa por todas  las cosas tontas que nos separaron. Era un dolor horroroso, sólo quería olvidar, realmente necesitaba dejar de lado aquella relación.- Marlene le explica que se sentía entumecida. 
- Busqué cambiar de ambiente. En aquellos momentos necesitaba encontrar un sentido a mi vida, pero debía ser lejos de ella.-  Jakob lleva el pulgar y le enjuga una lágrima que había caído a la mejilla.
- Lo siento por ti Marlene.- Le dice con honestidad. 
- Eres un hombre maravilloso y estoy muy agradecida por todo y si sentías que te rechazaba, no era con intención, nunca pretendí hacerlo.- Jakob hace una respiración profunda.
- No pensé, ni por un minuto…,  por eso me quedé detrás de ti durante tanto tiempo, sabía que estabas sufriendo.- Ella le mira con una sonrisa.
– En realidad, entonces no me daba cuenta de que no sabía quién era. Había estado fingiendo ser otra persona, sin percatarme de ello.-  Marlene se explica relajada apoyando la espalda en el respaldo en el banco. - De alguna manera Rebecca me hizo ver quién era. La Rebecca, de la que me separé,  ya no era la que me había enamorado. Así que decidí vivir mi vida por mi cuenta, pero no pude olvidarla así como así, lo cierto es que nunca lo he podido hacer, la echo mucho de menos.- Jakob reflexiona en lo que está escuchando.
- Nunca he creído en el etiquetado a las personas, y nunca pensé que lo haría.- Tartamudea por un momento. - Creo que lo que estoy tratando de decir es que, en el pasado…- Marlene se pone la mano en el pecho.
- Nunca creerías que me fuera a enamorar de una mujer.- Ella sonríe al responder. Jakob  adopta una actitud más en serio mirándola a los ojos.
- ¿Qué vas a hacer? Dos años es mucho tiempo sin contacto. Es obvio que ella ha conocido a alguien más y sigue hacia adelante. No  puedes esperar a que deje caer lo que ya tiene para correr a tu lado. - Marlene escucha con atención su punto de vista.
- Es cierto, pero la sigo amando y tengo que saber por mí misma si podemos encontrar el camino de vuelta a lo que teníamos. Me han dicho muchas veces en mi vida que debo escuchar a mi corazón y he sido capaz finalmente de perdonar. Mis heridas se han curado, pero supongo que la pregunta es: ¿También ella me habrá perdonado?-  Explica con emoción. Jakob le pone el brazo alrededor de su hombro.
- Tienes mucho que pensar, no sólo en lo que se refiere a Rebecca, puede que termines perdiendo a la mujer que amas, resultarás herida. ¿Estarás preparada para en el otoño salir fuera?- Marlene empieza a racionalizar los pensamientos de Jakob.
- Nadie dijo que sería fácil, pero estoy enamorada. ¿Que me lastime? ¡Sí! Siempre hay esa posibilidad, pero el tiempo no ha borrado esa chispa que queda, tengo que correr ese riesgo.-  Expresa con franqueza. Jakob se levanta del banco y a su manera, amable, la coge de la mano y la lleva de vuelta al coche. Él la mira con cierta aprensión.
- Espero que hagas realidad tu sueño. Que logres ganar la gloria.- Abre la puerta y le da un beso en la mejilla. – Pero quiero que sepas que si cambias de opinión, que estaré allí. Sólo una llamada telefónica a distancia…- Ella sonríe sin decir palabra. Jakob la acompaña de nuevo al coche  y la deja en la puerta de su casa.

Rebecca está dormida en los brazos de Katherine, se da la vuelta al oír un leve gemido suyo, se encuentra acurrucada a su espalda. La cabeza le empieza a doler,  la tensión se le dispara al pensar que Marlene está en compañía de otra persona. Las lágrimas comienzan a caer de sus ojos como gotas de lluvia. Katherine vuelve a gemir y se coloca aún más cerca de ella. Ladea la cabeza hacia un lado y la escucha hablar en sueños. Esconde la cabeza en la almohada, las lágrimas todavía fluyen de sus ojos.  Solloza sin parar y se seca el rostro con la colcha que había agarrado con la mano. Rebecca se siente enferma solo de no poder dormir por culpa de Marlene. Trata de hacerlo, pero la persigue en  cada pensamiento. Las preguntas de Katherine pesan muy fuerte en su conciencia. 
Llega la mañana después de una noche en blanco. Katherine se levanta temprano. Se sienta en la cama y bosteza, se estira tirando de las sábanas y exponiendo el cuerpo desnudo de Rebecca. Se inclina y le besa suavemente la oreja. Coloca su brazo alrededor del hombro y el pecho, la atrae hacia sí rodando sobre su espalda, tiene los ojos hinchados y enrojecidos por la falta de sueño.
- ¿No has dormido bien?- Katherine pregunta espantada. Sale de la cama y  comienza a vestirse. Rebecca se frota los ojos y aclara algo la garganta.    
- ¿Te apetece un café para el desayuno?- Katherine negó con la cabeza.
- ¡No gracias! Tengo que recoger algo de camino a la buhardilla y hay mucho que hacer. Mi vuelo sale temprano esta tarde y ni siquiera he hecho el equipaje.- Rebecca sale de la cama y se pone la bata.  Abraza a Katherine.
- ¡Te echaré de menos!- Katherine sonrió.
- ¿Estás ignorando mi pregunta?- Rebecca frunce el ceño.
- ¿Qué pregunta?-  Ella responde en un susurro.  
- Está claro que no has dormido bien esta noche. Tu confesión sobre Marlene te ha hecho dar muchas vueltas en la cama.- Rebecca hace una mueca y traga saliva.
- ¡Por favor, Katherine! ¡No!- Katherine recoge su bolso.
Espero que me cuentes el resto. Hablaremos cuando vuelva.- La besa en la mejilla y abandona la estancia.

El ajetreo y el bullicio habitual de una mañana normal de Lunes en LCL llega como una consabida rutina. 
Marlene ha colocado algunas fotos de la familia en su escritorio y comienza a organizar su trabajo. Abre su bolso y saca una pequeña fotografía enmarcada de Rebecca, la frota con suavidad antes de colocarla dentro del cajón del escritorio. La puerta de su oficina de repente se abre y se sobresalta.
- ¡Kim!- Exclama con sorpresa. Kim extiende sus brazos con una sonrisa.
- Papá me dijo lo de tu nuevo trabajo. ¡Estoy encantada por ti! Llegué tarde anoche y no pude verte.- Se abrazan.
- ¿Cómo está París?- Pregunta Marlene. Kim se sienta frente al escritorio.  
- Hermoso, por supuesto y hay bastante donde elegir moda por allí. Director de Arte ¿Eh?- Marlene se ríe.
- ¿Puedes creerlo? Es una oportunidad para que yo use mis habilidades.- Kim frunce el ceño, se pone seria.
- ¿Y qué pasa con Rebecca?- Ella pregunta mientras coge una foto de su madre y se la coloca sobre el corazón. Marlene la mira.
- En este momento tengo que centrarme en este trabajo. Rebecca y yo hemos hablado y por lo menos estamos bien.- Marlene se acerca a Kim.             
- Katherine lo sabe.- Añade. Kim silba en voz alta.
- ¡Ok!  ¿Cómo fue?- Marlene no está segura de cómo responder.
- Bueno, ella se lo dijo después de la boda y no hemos hablado de ello. Sin embargo…-  Duda un momento.- Te agradecería que no digas nada a ninguna de las dos. No deben crearse problemas sensibles que no podamos controlar.- Kim deposita la imagen de nuevo sobre la mesa y se levanta de su silla.
- No veo cómo puedes tener enfrente a Katherine. Me refiero a que ella trabaja aquí.- Ya está preocupada por ello, que Kim se lo plantee le irrita.              
– Katherine, Rebecca y yo espero que podamos mantenerlo en lo profesional. No hemos podido hablar, ella está fuera de la oficina en este momento, su madre está  enferma.-  Kim se acerca a la puerta.
- Estoy segura de que ella tendrá preguntas que hacerte.- Le comenta con honestidad.- Debo acudir a la oficina de Tanja. Tengo que informarle de Paris.- Marlene cierra la puerta detrás de Kim, se inclina  contra  ella y resopla.

Rebecca examina algunas muestras de material de muchos colores, los diseños los compara con los bocetos que había reservado para Riga.
- ¡Rebecca!- Tanja es quien la llama. Ella intenta una sonrisa.  
- ¡Sí Tanja!-  Responde con una mirada contundente.  
- He hablado con Kim y he visto por encima su cartera las tendencias de París. ¿Has tenido la oportunidad de mirarlos?- Rebecca deja las muestras de material.   
– ¡No! Kim y yo no hemos tenido la oportunidad de vernos. Como se puede ver estoy ocupada preparando el pase para Riga.-  Señala los paquetes de material que tiene encima de su mesa.
- ¿Tienes una idea de cuánto tiempo va a estar ausente Katherine?- Tanja pregunta de nuevo.
- Asumo que cuando ella habló contigo te dijo que su madre estaba muy enferma y que probablemente no lo sepa.- Le comenta Rebecca encogiéndose de hombros.
- ¡Hmmm!  Debemos reunirnos con Marlene después del almuerzo. Quiero un tema para Riga preparado tan pronto como sea posible.  ¿Supongo que Katherine ha dejado instrucciones con respecto a su creación para Riga? Sugiero que te reúnas con los otros diseñadores y asistentes  hoy mismo, no quisiera decepcionar.-  Ordena actuar sin demora.
- ¡Mierda!- Blasfema Rebecca en voz baja. Coge el paquete de material y luego lo tira al suelo en un ataque de ira. Recoge su bolso y se va para hacer un almuerzo temprano.
Marlene pasa la tarde realizando un inventario de los accesorios de ropa en el almacén acompañada de una amplia gama de zapatos, cinturones, joyas y otros accesorios de moda. Se siente cómoda y positiva. Ella y Rebecca pueden trabajar un buen tema para Riga. Con el portapapeles y el lápiz comienza a tomar notas y a dibujar bocetos con algunas ideas sobre el papel y en la cabeza, sale del almacén. 
Rebecca estudia sus bocetos a lápiz y realiza algunos cambios de menor importancia. Su atención se centra en su trabajo.
- Veo que todavía hay mucha moda en tu mente.- Marlene comenta mientras está de pie delante de Rebecca en su puesto de trabajo.
- ¡Ah! Bueno.-  Mira hacia arriba y luego hacia abajo orientándose en su trabajo.
- Tanja me llamó por teléfono antes para hablarme sobre el tema Riga.- Marlene habla tratando de recuperar su atención.
- ¡Sí que hablamos antes de la comida!  Para ser sincera Marlene, Tanja se preocupa demasiado. Como puedes ver, estoy más que ocupada en este momento. No he hablado con los diseñadores y los asistentes todavía.- Rebecca contesta mientras tira y separa las muestras de tela.
- ¿Tal vez  podrías ver algunas de mis ideas antes de salir? Quiero decir que me podía quedar un rato esta tarde.-  Marlene explora con una voz suave.
- ¡No sé Marlene! Si Tanja te está presionando,  yo realmente no tengo tiempo para sus juegos.- Rebecca la mira con el ceño fruncido grave. Marlene sonríe y asiente levemente con la cabeza.
- ¡Ok! Entonces, voy a empezar a preparar algunas ideas.- Rebecca mira hacia ella.
- ¡Vale! Ahora, si no te importa, tengo mucho que hacer.- Marlene da media vuelta y se dirige a su despacho. Se sienta en su escritorio y enciende el ordenador.  Podía sentir la tensión que Rebecca irradiaba. La inquietud de su pasado lastra sus pensamientos con temores y preocupación hacia ella.
Rebecca echa un vistazo a su muñeca buscando la hora en el reloj de pulsera. Al momento levanta la vista y ve la luz en la oficina de Marlene brillando a través de las rendijas de las persianas. Se sienta apoyando la espalda dolorida y cerrando los ojos. Afloran sus pensamientos sobre la forma abrupta de como la trató. Sonríe y  abre los ojos, decide ir hacia su oficina. Recoge sus renovados bocetos y la cartera. Camina hacia la oficina de Marlene cuando el chico alto y rubio, que la había acompañado a la boda, sube las escaleras con un pequeño ramo de flores en la mano. Ella se detiene de repente y observa como él llama a la puerta y entra en su oficina. Rebecca siente el dolor de los celos en sus huesos.  
- ¡Maldita sea!- Blasfema. Regresa hacia su mesa.               
- ¡Rebecca!- Marlene llama su atención. Recompone el gesto antes de darse la vuelta con una sonrisa acercándose a ellos.
- ¡Hola!- Murmura. - En realidad, estaba  camino a tu oficina para revisar esas ideas, pero veo que tienes visita.- Rebecca percibe un nudo formándose en su garganta. Jakob se adelanta y le tiende la mano.
- Usted debe ser la Rebecca de la que Marlene me ha hablado tan bien.- Expresa de una manera caballerosa. - He oído muchas cosas buenas sobre ti.- Rebecca le estrechó la mano.
- ¡Oh! ¡Qué agradable!-  Sonríe con un poco de vergüenza. Marlene pone la mano en la solapa de su chaqueta.
- ¡Rebecca! Éste es Jakob Bailey.- Ella se introduce en el despacho. Conversan un rato.
- Fue un placer conocerte, pero tengo que coger un vuelo. Rebecca, ¡Encantado!- Comenta con amabilidad. - ¡Cuida de Marlene!-  Marlene lo mira con extrañeza, él le hace un guiño.
- Jakob ¡Espérame!-  Ella lo cogió por el brazo.
- Un placer conocerte.-  Rebecca se despide. Marlene y Jakob bajan las escaleras, Rebecca los observaba desde lo alto de la terraza hasta que se pierden de vista y regresa a su mesa. En realidad Jakob le ha causado angustia y desesperación. 
Marlene vuelve a subir las escaleras, se da cuenta de que la mayoría de los empleados ya han desaparecido. Es de noche las luces las apagaron y los ruidos habituales de las máquinas de coser están en silencio. Ella mira a su alrededor buscando a Rebecca, pero no encuentra ni rastro de ella. Entra en su oficina y comienza a cerrar cosas.  
- ¡Marlene!- La voz de Rebecca la sobresalta levanta la vista.
- No me di cuenta que me había ido tanto tiempo, volví a un edificio vacío.- Rebecca sonrió.
- Es tarde ya y estoy segura que después de las reuniones que hemos tenido vamos a disfrutar de  poco tiempo.- Se cruzó de brazos de pie en la puerta.
- ¡Ya veo! Supongo que querrás esperar hasta mañana para mirar esas ideas que se me han ocurrido.- Rebecca se acerca a su escritorio.  Marlene le dice que con mucho gusto le enseñará los diseños  y que puede realizar cambios. 
– Pero se está haciendo tarde.- Le dice poniéndose la chaqueta, apaga su computadora. – Me tengo que ir, papá y Biggi  estarán preguntándose donde estoy.- Rebecca la acompaña hasta la puerta.
-Te acompaño, acabo de coger mis cosas.-  Se detienen en la parte superior de las escaleras.- Jakob parece agradable. No me di cuenta que ustedes dos eran  pareja.- Insinúa Rebecca. Marlene se ríe entre dientes.  
- ¡Nooo! Somos buenos amigos. Él quería algo más, pero no es mi tipo.-  Ella le expresa con una mirada de sinceridad. Rebecca da un suspiro de alivio todo lo que su pecho abarca.
- Lo siento, supuse.- Marlene la detuvo.
- Está bien Rebecca.- Se dirigen al estacionamiento, se paran en el coche de Marlene. - Mañana va a ser un día muy ocupado, debemos empezar a trabajar en el examen del tema antes de que Tanja  encuentre  el camino de la guerra.-  Le comenta al entrar y cerrar la puerta del coche. Rebecca ríe en voz alta por el gesto y el  comentario, por un breve momento se siente relajada y desinhibida. Marlene pronto se aleja evitando prolongar la conversación. Rebecca se despide agitando la mano y Marlene contempla su figura en el espejo retrovisor hasta el desvanecimiento en la oscuridad.

Entra en el apartamento se quita la chaqueta la coloca con el bolso sobre la mesa.
- ¡Oh! ¡Hola Biggi!- Saluda.  Biggi sale de la cocina hacia la sala de estar.     
- ¿Largo día?- Le pregunta mientras se sienta en el sofá.
- ¡Sí!- Marlene se une a ella.       
- ¿Donde está todo el mundo?- Pregunta mirando a su alrededor.
-Tommy estaba un poco de mal humor esta tarde, así que le dejé temprano en la cama y tu padre no ha llegado a casa desde el trabajo, sin embargo. Si tienes hambre, te podría preparar algo.- Se ofrece  Biggi.
- ¡No!, no, ¡Gracias! Almorcé tarde y no tengo hambre.- Responde ella con una risa. A Biggi le parece distraída.
- ¡Biggi! He estado pensando. He vivido los últimos dos años por mí misma y estoy pensando en buscar un lugar propio, algo pequeño como tenía en Los Ángeles. Quizá un piso o un apartamento.- Biggi sonríe tocando con la mano en la parte superior de la rodilla de Marlene.
- ¡Marlene! Sabes que puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras. Entiendo que vivir sola y luego irse a vivir con una familia entera puede ser incómodo. No hay mucha privacidad.- Marlene sonríe.
- ¡Gracias! Lo sé. Pero cuando Emilio regrese de España en unas semanas, Kim va a querer la habitación del fondo, Tommy se encuentra ahora en una habitación para él.  Creo que es lo mejor.-  Biggi asintió con la cabeza.
-Tengo un amigo que es agente inmobiliario tal vez podría ayudar a localizar algo ¿Lo llamo?-  A Marlene le interesa.
- Eso sería genial  ¿Mañana?-  Biggi sonríe.                        – Mañana.-