Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 30 de diciembre de 2016

CAPITULO 36



                                 UNA DECISION IMPORTANTE 


Marlene, Rebecca y Tanja pasaron gran parte de la mañana entrevistando a los tres, finalistas que Rebeca había elegido de la lista de asistentes. Conversan durante el café de descanso. 
¿Abby  tiene una copia del presupuesto actualizado?- Tanja pregunta ignorando si  Marlene había echado un vistazo en él.  
- Lo tiene, hablé con ella y le indiqué que no había una asignación para los nuevos accesorios y complementos.-  Le dice con una mirada agravante.
- ¡Sí! La mayoría de los fondos fueron a contratación de las modelos y un asistente para Emily.- Marlene abre los ojos con una mirada de sorpresa.
- Tanja necesito recordarlo, hemos contratado a un nuevo diseñador y este es su debut con LCL, en esta circunstancia el espectáculo lo es todo, la colección de primavera y en un futuro el mundo de la ropa interior. No veo claro tus razones.-  Rebecca no dice nada, por una vez escucha a Marlene.
- Vas a tener que pelear con más problemas de presupuesto porque hay necesidad de cosas que se precisan en otros departamentos.- Tanja responde con un gesto de descontento.
- Espero que reconsideres que no tenemos mucho tiempo.- Añade Marlene.
- Entonces te sugiero que te pongas a trabajar y a usar tu imaginación para llegar a algo.- Tanja dice tajante. Rebecca mira severamente a las dos. Marlene se levanta de la mesa con algo de rabieta.
- Tengo que asistir a una cita. Vuelvo después del almuerzo.-  Comenta saliendo. Tanja mira a Rebecca.
- ¿Cuál de los asistentes crees que es el mejor?- Le pregunta sin rodeos.
- Realmente Tanja. ¿Apoyos, Accesorios? ¿Desde cuándo tienes tanta preocupación por un presupuesto? Estamos hablando de unos pocos miles de Euros, no romper el banco.- Rebecca le pregunta con un tono un tanto punzante.
- Hay otras cosas a considerar aquí Rebecca. Esta vez Sebastián y Elisabeth han puesto limitaciones en lo que estamos gastando. Remodelar es caro por no mencionar el aumento dado a Katherine y el hecho de que ella se llevase la asistente con quien ha estado trabajando.- Tanja trata de explicar y disculparse, pero Rebecca no está dispuesta a comprarlo.          
- Habla con Sebastián y Elisabeth, seguramente se podrá encontrar  alguna manera de comprar las cosas que necesitamos. Después de todo, esto es un desfile de moda LCL y Marlene tiene razón, tenemos una nueva diseñadora.-  Rebecca le razona y coloca sobre la mesa las hojas curriculares en orden. Tanja suspira frotándose la mandíbula, el brillo en sus ojos azules parece hosco.
- Voy a ver lo que puedo hacer, pero no puedo prometer nada.- Coge las hojas que Rebecca había colocado en el escritorio. Hojea las páginas rápidamente y luego se sienta de nuevo en su silla. Con la punta de su dedo Tanja transmite a Rebecca.
- El de arriba es tu elección, ¿Verdad?-  Rebecca asiente con la cabeza.
- Llámala y hablemos de un salario con ella, cuanto antes lleguemos a un acuerdo, más rápido podemos empezar en terminar este desfile de moda.- Deja a Rebecca sentada a la mesa, descuelga el teléfono.
– ¡Sí! ¿Señorita Miller? Rebecca Von Lahnstein. ¿Podría venir esta tarde hacia las tres para otra entrevista.- 
 Arreglado el asunto Rebecca percibe un cierto grado de confianza. Se levanta y regresa al área de diseño.

Emily trabaja afanosamente fijando las costuras en una chaqueta que conjunta con una camisa sin mangas y pantalones a juego.
– Creo que deberíamos discutir un nombre para su colección.- Le expone  Rebecca.
-¿No tienes ninguna idea?- Emily escucha sin detener su ritmo.
- Estoy volviendo a las noches de insomnio.-  Emily habla mientras añade la última lentejuela que coloca en su lugar. Rebecca tuerce el labio superior.                
– ¿Proyecto Paris?-  Le propone. Emily baja los hombros pone sus manos encima del maniquí.
- ¡Proyecto Paris!- Repite dirigiéndose a Rebecca con una sonrisa. - ¡Me gusta!-  Exclama. - Es perfecto Rebecca. “Proyecto París” Es un bonito nombre.- Lo repite de nuevo en voz alta.
- Bueno, entonces ya tenemos una solución, voy a decírselo a Tanja. Ahora una vez que termines de ajustar esa chaqueta consigue que lo cosa la costurera.- Rebecca mira el móvil mientras se aleja, envía mensajes de texto a Marlene. Rebecca regresa a su oficina. No ha tenido noticias de Marlene siente mucha curiosidad sobre la visita al médico. Intenta llamarla de nuevo.            
- ¿Dónde estás?-  Pregunta en voz alta, en ese momento alguien llama a su puerta.   – ¡Entre!- Ella responde y cuelga el teléfono.
- ¡Tristán! ¿Qué te trae por aquí?-  Se acerca a él con una sonrisa.
-Tengo una cita para almorzar.- Le responde.
- ¡Ah! Emily. - Ella se cruza de brazos con la mirada Lahnstein.
- Yo no estoy esperando nada.- Responde algo sorprendido, parece un poco borde.
– Miénteme  ahora Tristán, fue ella quien preguntó por ti la primera vez, no a la inversa.-  Su voz suena tranquilizadora, él duda.
- Aún sigo esperando a que una bomba caiga.- Se frota la frente con la palma de su mano. Ella lo abraza. - Ella me adora. - Admite con una risa nerviosa. Rebecca levanta la ceja.
- ¡Vete! Estoy segura de que está preguntando dónde estás. No llegues tarde, no desearás establecer un precedente negativo ¿Verdad?- Cuestiona realista. Sin decir palabra, besa la mejilla de Rebecca y sale. Ella se ríe en voz baja, recupera su teléfono celular del escritorio y escribe nuevos mensajes de texto a Marlene por segunda vez.
Marlene regresa y entra en la LCL. - ¡Ya estás aquí!- Rebecca le habla con  voz preocupada.
- ¡Lo siento! Tuve que hacer algunas paradas después de la consulta con el doctor.-  Rebecca agarra sus hombros.
- Te envié mensajes de texto, y te estuve llamando pero no contestabas. ¿Está todo bien?- Marlene mete la mano en su bolso y saca algunos folletos, Rebecca los va mirando mientras caminan hacia su oficina.  - Mi médico piensa que todo está bien. Me detuve en el banco de esperma.-  Hace un movimiento de la cabeza.
- Un poco abrumador me pareció.-  Le dice. Marlene se sienta.
- ¡Rebecca! He estado pensando y antes de decir nada. ¡Escúchame!-  Ella le presta toda su atención. - ¿Qué pasa si no usamos el banco de esperma, y se lo proponemos a alguien que conozcamos, en quien podamos confiar? Lo he pensado, me asusta no saber de esos hombres del banco de esperma. Hombres que no conocemos personalmente, y no sabemos nada sobre ellos en absoluto.- Rebecca acaricia la mejilla de Marlene, mientras ella la mira con expresión de súplica. – He pensado que sería una idea… me refiero a… conocer el padre en realidad no me importa, pero es una opción que no hemos tomado en consideración para discutirla.-  Le relata. Marlene aprieta los labios  fuerza. - Tengo a alguien en mente.- Le suelta la frase pillando a Rebecca desprevenida.     
- ¿Quién?-  Rebecca se apresura a preguntar. Marlene la mira.
- ¡Ollie! - Rebecca piensa un momento, arquea una ceja.
- ¡Ollie!-  Recapacita un instante. – Bueno, pero, ¿Cómo se te ocurrió que fuese él?-  Le pregunta tomando un asiento en la silla al lado de Marlene. Marlene  respira con profundidad. 
– Porque creo que le conocemos lo suficiente, es un amigo leal y nos ha ayudado mucho en momentos difíciles. Él es amable, inteligente, por no hablar de guapo.- Rebecca asiente.          
- ¿Estás segura? Porque pedírselo es un gran paso, y sabiendo la paternidad,  lo más probable es que él desee estar involucrado en la vida de nuestro hijo de alguna forma. ¿Podremos vivir con esa posibilidad?- Marlene, le coloca su dedo índice sobre los labios  pensando, cierra los ojos y expresa…
- Nunca hemos tenido un problema con él, ¿Verdad?-  Le pregunta con candidez, Rebecca se pone de pie. 
- No sé, sí todas las cosas que sabemos de él son auténticas, al menos tiene una conciencia y unos principios y que definitivamente no es una persona que esté enojada con el mundo. Pero hay que preguntarle si estaría dispuesto o si le importa.-   Rebecca habla con sinceridad y sapiencia.
- ¿Debo concertar una cita con él?- Marlene le pregunta y luego continua. - Te quiero a bordo en esto, hemos que tomar una decisión en conjunto y si crees que no es la persona adecuada…-  Rebecca apaga su comentario.
- No he tenido la ocurrencia de pensarlo.  Escucha, te quiero y quiero que seas feliz. Haremos lo que tú desees.-  Rebecca la mira con admiración.
- Yo debería haberte dicho algo en el momento en que empecé a pensar en ello.-  Marlene replica.
– Tonterías, lo hubiéramos discutido igual. ¿Por qué no lo llamas a ver si está disponible para la cena? Y hablamos de ello entonces.-  Rebecca sonríe acariciando a Marlene en una mano. Se levanta de la silla.
- Te quiero.-  Marlene mira a los ojos marrones de Rebecca hipnotizada que la llaman de una manera inquietante.
- Lamentablemente tengo que terminar un trabajo.-  Rebecca sonríe, con la mano toca la solapa del cuello de Marlene. Marlene se ríe ligeramente.
- Siempre sabes lo que estoy pensando.- Le habla con una insinuación sensual.
- Lo hago cuando se trata de sexo.- Rebecca contesta con un bisbiseo. Marlene sin vacilar la agarra firmemente de su cintura estrechamente.
- No puedo.-  Ella trata de apartarse.
- ¿No?- Marlene afloja las manos colocadas alrededor de la cintura de Rebecca. 
- Siempre quieres a tu manera.- Susurra Rebecca. Marlene nada dice, solo le da un beso en los labios con su lengua penetrando en la boca extrayendo la dulzura que ofrece. Se besan apenas respirando.  
- ¡Marlene!- Rebecca hace su parada. -Tengo que terminar algunas cosas. ¡Para por favor!-  Su tono es algo más cortante, se desliza a un lado de ella, Marlene sonríe cruzando los brazos.
- Iré a llamar a Ollie.-  Le dice dejando el despacho. Rebecca mira su reloj comprueba que está cerca de las tres. Coge un bloc de notas de su escritorio y sale de su oficina, encuentra a la joven futura ayudante esperando en la barra de café. - ¡Miss Miller!- Rebecca le hace señas con la mano. Entran en la oficina de Tanja, donde se le realiza  una segunda entrevista.
- Bienvenida a LCL, Natasha, estoy seguro de que estará ansiosa por conocer a la diseñadora con quien va a trabajar.-  Le comenta Tanja y se  dirige a Rebecca.
- ¡Si! Vamos a ver, sube conmigo.-  Añade Rebecca y  salen  de la oficina de Tanja en dirección a las escaleras. Natasha Miller es de pequeña estatura pero bien constituida, su cabello largo y castaño tiene un rizo de color avellana, destacan sus altos pómulos, los labios curvos, su piel bronceada,  una sonrisa radiante y atractiva completa su expresión facial. Rebecca le presenta a Emily.  
- ¿Supongo que querrá comenzar tan pronto como sea posible?- Le pregunta Rebecca.
- Si no le importa la señora Von Lahnstein, me gustaría empezar ahora. - Natasha recoge algunos patrones que Emily está cortando y comienza a colocarlos en un lado. Ella y Emily conversan señalando qué patrón complementa uno al otro.  Rebecca sonríe.  
- ¡Como quieras!- Emily se siente cómoda al igual que Natasha, parece que se han caído bien. Rebecca contempla como comienzan a manejar el material juntas.
- ¡Emily! Hemos de vernos, me voy temprano esta tarde y me gustaría empezar a preparar los telones de fondo y apoyos con Marlene.- Emily asiente, mientras ella y Natasha siguen trabajando. 
Rebecca abre la puerta del despacho de Marlene en silencio. No se da cuenta de su presencia, está ocupada imprimiendo el papeleo para el desfile de moda.
- Ahora, ¿Dónde estábamos?- Ella la abraza por detrás.
- ¡Hey! Me has asustado.- Marlene se estremece apoyando la cabeza y los hombros sobre el pecho de Rebecca. Los labios de Rebecca rozan el costado de su cuello y el aliento caliente contra el lóbulo de la oreja de Marlene.
- Tenemos planes para la cena, a las  seis.- Marlene dice dando la vuelta hacia Rebecca.
- ¿Qué le dijiste?- Le pide incierta de lo que sabía.    
- Sólo que tenemos algo muy importante que hablar con él.- Le menciona caminando hacia la ventana de su oficina, mira hacia fuera, Rebecca se acerca a su lado.
- Emily tiene un nuevo ayudante.- Las ven a través de las rendijas de las persianas.  – Tanja y yo hemos tomado la misma decisión y rápida, Natasha Miller es la elegida.- Mira a Rebecca besando la punta de su nariz. - Ella encajará perfectamente, seguro.- Señala Rebecca.
- Ahora tal vez podamos empezar a trabajar con el desfile de moda. ¿Hay un tema?- Marlene interroga a Rebecca y ella le responde insinuante.
- ¡Sí! ¡Proyecto París! - Marlene sonríe.
- Encantador ¿Y quien pensó eso?- Rebecca no respondió de inmediato. Con un poco de tacto  Rebecca se lo dice.
- En realidad, lo hice yo.- Marlene suspiró.
- Emily es joven, y se  preocupa tratando de complacerte, al igual que trataste de complacer a Clarissa, Tanja y Elisabeth, sin embargo hay una diferencia.- Mira a Rebecca con agudeza. - Ella no encontrará  atractivo lo que haces.- Caminan de regreso hacia el escritorio de Marlene.  
- Tiene talento con el que crecer, con una cierta dirección lo conseguirá. Sospecho que va a venir a tu oficina  pronto para ver algunas ideas. Le dije que había que cerrar estas cosas porque nos íbamos temprano.- Rebecca le expresa mientras Marlene busca algunas fotos de Paris en su ordenador.
- Voy a estar en mi oficina.-
Emily recogió un bloc de notas y un lápiz, Natasha está ocupada en organizar los patrones. -Tengo una reunión con el director de arte, ¿Podrías comprobar y ver si la costurera ha terminado las lentejuelas en la chaqueta? La necesitaremos para el primer maniquí de la mañana.- Natasha asiente colocando los patrones debajo en la mesa y se dirige al cuarto de costura. Marlene saluda a una Emily ansiosa esperando en la puerta. - ¿Asumo que Rebecca le ha dicho para lo que he venido aquí arriba con Usted?-  Emily pregunta en un tono burbujeante.
- ¡Sí! Y darle un poco de créditoRebecca  tiene fe en la colección diseñada por ti.  Recuerda que tu colección será el punto culminante del desfile de moda y tenemos que dar un impacto positivo como nueva diseñadora de LCL.-  
Marlene hace una mueca y recoge las fotos de París que había impreso. Ellas las vieron.
– Mi idea consiste en los árboles en flor a lo largo de los Campos Elíseos flanqueados por los edificios antiguos y su arquitectura como telón de fondo.-  Emily expone brevemente. - Los apoyos pueden estar compuestos por bancos del parque y postes de luz de época.- Emily toma conciencia de las ideas de Marlene. – Precisamente ahora, sin embargo, hay un problema de apoyo.-  Marlene le relata. Emily la mira con incertidumbre.
- ¿Qué quieres decir?- Marlene frunce el ceño.  
- No hay dinero en el presupuesto para los apoyos,   tuvieron que hacerse algunos cambios porque Katherine aceptó un nuevo puesto y se llevó el asistente con ella a Berlín.- Emily recoge las fotos de su propaganda  que están en la mesa.
– ¿La Katherine que estás comentando es la diseñadora de moda adolescente?- Marlene dudó brevemente.
- ¡Sí! Ella aceptó la proposición de Berlín, su ciudad natal, quería volver allí, se le dio la oportunidad de tener su propia tienda. La moda adolescente realmente despegó allí.- Emily encuentra las palabras de Marlene un poco secas, como si hubiera algo extraño en Katherine, algo que la hace dudar.

martes, 27 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 35



                                       

                 NO HAY DIA SIN PROBLEMAS

Rebecca se da la vuelta entre las sábanas, frotándose los ojos somnolientos  y la  visión borrosa.
- ¡Hey! Es temprano.- Habla con una voz de grava. 
- Hay mucho que hacer hoy. ¿Vas a estar ahí toda la mañana?- Marlene termina de hacer en su pelo  una coleta apretada y luego se coloca un par de pendientes colgantes en los lóbulos de las orejas. Rebecca se echa fuera de la cama en retirada hacia la ducha.
- Sé que estás vestida, ¿No vas a unirte a mí?- Le pregunta bromeando. Marlene suspira con una sonrisa.  
- No esta mañana.- Rebecca pone sus ojos en ella. Cierra la puerta,  Marlene termina de abotonarse la camisa y se pone su abrigo. - Te veré en la oficina, tengo que pasar por las obras y hablar con papá, no voy a tener tiempo para el desayuno. ¡Como que ya se está haciendo tarde!- Rápidamente sale del invernadero sin una respuesta de Rebecca.
Rebecca toalla en mano se  seca el pelo mojado se sienta en la cama, coge el folleto de la mesilla de noche y lo hojea, lee algo y fantaseaba con una niña que tiene volantes y rizos, que ama la moda tanto como ella. - ¡Nombres!- Ella habla en voz alta. - Ni siquiera hemos hablado de nombres.- Deja el folleto de nuevo en el mismo sitio y termina de vestirse.
Marlene entra por el  piso de hormigón liso que es la planta principal de la casa en silencio se apoya contra un poste desnudo mirando los gestos y los ladridos de su padre a los trabajadores.
- ¡Buenos días! Estás en ello pronto.- Ella le despierta con una sonrisa. Thomas mira a su alrededor.
- Contratistas, son todos iguales.- Exclama en alta voz, hace un gesto para que fijen cierta madera hacia abajo. - Sólo espero que el clima coopere, hoy se han parado las cosas y no estamos avanzando como me gustaría.- Continua  quejándose. - ¡Buenos días!- La voz de Rebecca suena desde detrás de ellos, Thomas la mira con severidad y luego con una sonrisa,  él la abraza con fuerza.
- No he visto mucho de mi nuera.- Dice espontáneo. - ¡O a mi hija!-  Él las mira con alegría.
- Debo disculparme Thomas, hemos estado muy ocupadas en el trabajo.- Él le acaricia con su dedo índice en la barbilla.
- No te preocupes, yo también he estado muy ocupado aquí como se puede ver.-  Comienzan a caminar alrededor del perímetro de la obra de la casa, que será su pequeño pero pintoresco castillo. Thomas las guía por las paredes tachonadas señalando donde se colocarían varias cosas, parece emocionado y feliz por la oportunidad de construir algo de esa proporción.
- ¡Por cierto! A Biggi le gustaría que nos reunamos para la cena la noche del domingo.- Rebecca lo mira y responde rápidamente.
- Estaremos allí Marlene y yo. Tenemos algo muy importante que hablar con los dos.- Thomas se inquieta, le parece algo extraño.
- Espero que todo esté bien.- La preocupación aumenta la curiosidad, cruza su mirada con Marlene.
- ¡Todo está bien!- Le asegura con un toque de su mano en el hombro.
- Sé que esto es probablemente una pregunta sin sentido, pero ¿Tiene una fecha de finalización prevista?- Rebecca pregunta cambiando de tema. Thomas se rió entre dientes.
– Conforme va el ritmo de las cosas…- De repente levanta las manos en el aire. - No sé.  A principios de la primavera.-  Continúa divagando en voz baja. Marlene y Rebecca se miran incapaces de mantener la cara seria y se ríen ruidosamente.
-Tenemos que ir a trabajar ahora papá.- Le dice Marlene que coge de la mano a Rebecca. Thomas asiente mientras vigila como está trabajando su equipo.

Marlene se quita el abrigo y lo pone sobre la silla frente a su escritorio. Mira la carpeta que alguien dejó apoyada cerca de su ordenador. La recoge y  la abre con un suspiro y lo explora. 
- ¡Hey! - Kim saluda abriendo la puerta. - ¿Tienes un minuto?- Le pregunta, Marlene mueve su abrigo ofreciéndole el asiento con el movimiento de su mano.
- ¿Qué pasa?- Le pregunta, cierra la carpeta y la coloca a un lado.
- La cena en casa de papá el Domingo, Emilio y yo asistiremos. ¿Tú y Rebeca?- Su sonrisa irradia tranquilidad a Marlene.
- ¡Sí! Vamos a estar allí.- Le responde.          
– Bueno. Llegaremos un poco tarde, me voy mañana para Dublín unos días y Emilio está pensando en una corta visita a España para ver a su madre.- Marlene asiente.  
- Tengo muchas cosas en mi mente, la casa, el final de la pasarela.-  Kim la interrumpe.
- Sólo necesitas un tiempo para relajarte. Es difícil estar fuera un mes y luego volver a la carga de trabajo, que no se detiene mientras te has ido.- Marlene pone sus codos sobre la mesa.
- Rebecca y yo tenemos algunas noticias para compartir con todos vosotros en la cena.- Los ojos de Kim se iluminan.              
- ¡Hmmm!  ¿Supongo que no las vas a compartir ahora?- Ella sabe que su pregunta es discutible.
- ¡No!-  Respuesta corta y seca.
- Tengo que empaparme un montón de información antes de irme mañana, me pondré al día el domingo entonces.- Ella abraza a su hermana. 
-Te veré esa tarde y viaja segura.- Le dice a Kim y ella cierra la puerta.
Marlene recoge la carpeta de la copia del presupuesto y lee el contenido.
- Una vez más, Abby.- Ella hace una mueca en un tono aburrido. Marlene sale de su despacho y se dirige al ascensor, baja al piso de la oficina de Abby. Marlene golpea fuerte en la puerta. - ¡Sí! Entre.- Abby habla con tono brusco. Marlene entra en el momento que Abby cuelga el teléfono. - ¡Buenos días! Siempre es agradable verte.-Abby reacciona al ver la carpeta que Marlene tiene cogida con fuerza en la mano. 
- Veo que tienes la actualización del presupuesto, tuve que cambiar algunas figuras y como estoy seguro de que eres consciente, está reflejado en el papeleo.- Marlene aprieta los dientes.
- Necesito algo más que esta pequeña cantidad de nuevos apoyos y hay otros artículos diversos a tener en cuenta. Este desfile de moda es una gran empresa, hemos contratado un nuevo diseñador.- Marlene gruñe lanzando la carpeta al escritorio de Abby. - ¿No has comenzado los proyectos de arte?- Abby preguntó dócilmente.
- ¡No! Porque no tenemos un tema, y Tanja va empezar a empujar para uno y otro lado, todavía tenemos modelos que contratar. ¿Tanja sabe esto?- Cuestiona echándole una mirada de enojo.
- ¡Sí! Lo discutimos el otro día y ella lo aprobó cuando le expliqué que teníamos que tener algún tipo de financiación para las modelos, pero los nuevos apoyos no fueron discutidos en el presupuesto original.- La expresión de Abby se convierte en hosquedad. – Que Katherine nos dejara no ayuda, el presupuesto fue construido para  ella y en torno a su asistente.- Le confirma dejando a Marlene con la boca abierta.
- Ya veo, bueno siempre existía la posibilidad de que ella aceptara el otro trabajo y lo hizo.- Marlene la corrige. Abby cruza las manos y las coloca sobre su escritorio. 
- Tu queja debes dirigirla a Tanja y no a mí. Marlene trabajamos en el presupuesto juntas, nunca se mencionó nada acerca de los apoyos, modelos sí, los apoyos no.- Ella insiste. Marlene se muerde el labio, recoge la carpeta y se vuelve hacia la puerta. Abby se levanta rápidamente de detrás del escritorio para agarrar el codo a Marlene y volviéndola hacia ella. - ¡Por favor! No te enojes conmigo, tuve que dejar el informe sobre tu escritorio, no pude hacer nada más, así  son las cosas.-  Ella la mira por un momento. -Te echo de menos, nosotras. ¿No  piensas en mí en absoluto?-  Su tono se hace una súplica. Los labios de Marlene tiemblan.
- Nunca quise hacerte daño, realmente me tienes que creer.- Sacó su codo lejos de su mano.
- Pero lo hiciste, me lastimas desde que te diste cuenta… te  dejaste atrapar por la sombra de Rebecca.- Marlene se desestabiliza, pero mantiene su voz uniforme y en control.
- Estoy enamorada de ella, me casé con ella porque ella es a quien he querido dedicar mi vida siempre. Tienes que superar esto Abby, nunca te amé y tú has conocido siempre mis sentimientos por ella.- Marlene abre la puerta sin mirar atrás. Inclina la cabeza después de cerrarla detrás de ella. Abby llora con las manos en la cara.
- ¿Crees que Rebecca ha ganado Marlene? Estás tristemente equivocada.- Murmura mientras se sienta de nuevo. Sus pensamientos de resentimiento por Rebecca están bien definidos.

Rebecca está en su escritorio estudiando las muchas hojas de currículos de los asistentes que habían venido pidiendo un puesto de trabajo. - ¡Genial!- Expresa en voz alta frotando sus sienes, la sacude algo de estrés para tomar una decisión. Elige tres candidatos y comienza a llamarles para concertar entrevistas. Marlene entra en silencio y se sienta a escuchar los arreglos de Rebecca para las entrevistas.           
- Bueno, ya he elegido tres y he concertar entrevistas a partir de las diez de la mañana.- Le enseña mientras cuelga el teléfono.
- ¿Hacer cualquier cosa a las diez de mañana?- Ella regaña con una risa. 
- Cuanto más pronto consigas a alguien mejor. Estoy prevenida por que Tanja comenzará a  pincharnos con el desfile de moda de invierno, la Navidad estará aquí pronto y tenemos mucho que pensar y que hacer.-  Marlene empieza a rebuscar a través de las hojas curriculares que Rebecca había dejado de lado.
- ¡Es cierto! Tengo a Emily trabajando con algunos equipos, diseñó varios vestidos y la costurera me los ha traído.- Ella suspira mirando a Marlene. - Tenemos que tomar una decisión sobre el bebé. ¿Queremos seguir adelante ahora o esperamos? Quiero decir que vamos a trabajar largas horas tratando de conseguir poner en órbita este desfile de moda.-  Marlene sonríe.
- Yo no quiero esperar, tengo una cita  primero con el Dr. Hess,  el viernes por la mañana para un examen físico y luego el martes siguiente con el ginecólogo.-  Le responde directamente. Rebecca niega con la cabeza.
- Me sorprendes, sabes lo que quieres y no lo dejas reposar en el camino.- Marlene se siente gratificada al empezar a construir una familia, es la prioridad sobre cualquier otra cosa.
- ¿Cuándo vas a empezar a viajar?- Rápidamente cambia de tema. Rebeca hace una respiración profunda.
- La próxima semana, haré un viaje a Roma.-  Marlene sonríe.
- ¿Qué día?- Rebecca saca su agenda.
– El Miércoles tarde y volveré viernes por la noche. Nombres, debemos discutir nombres.- Ella se expresa con emoción Marlene toma sus manos y le acaricia los lados de sus brazos.
- Lo haremos esta noche, compro un poco de sushi y nos vemos en casa. Una cena temprano en la cama y discutimos nombres.- Ella le hace la oferta tentadora a Rebecca besando sus labios.
- ¡Hmmm! Señora Von Lahnstein, me gusta su forma de pensar.-   La empuja contra la pared de la oficina  bloqueando su cuello con las manos con suavidad. 
- ¡Te amo, te amo tanto! –  A Rebecca se le escapa una lágrima, Marlene se la limpia de la mejilla con su pulgar.
- ¿Qué sucede amor mío?- Rebecca se muestra sentimental.
-Tú estás aquí y conmigo, a veces me tengo que pellizcarme a mí misma para darme cuenta de que toda mi vida he estado esperando por ti. Te perdí una vez, vida mía. Estuve en un agujero negro que ahora se llena con lo que si de…- Rebecca retira sus manos del cuello de Marlene y las pone en sus hombros.
- ¡Estoy aquí cariño! Estamos casadas ​​y enamoradas. La vida es nueva y joven. No llores mi amor, cuando expuse mis votos, te dije que nunca debes tener ninguna duda, yo no la tengo. Te lo dije con libertad, te doy todo lo que soy y lo que siento. Quiero un hijo, quiero niños contigo.- Esta expresión de amor se lo dice mirando con ternura a los ojos de Marlene.
- ¡Te amo Rebecca!- Le responde mientras se besan y se abrazan. 
- Supongo que el estrés del nuevo trabajo. Tener que viajar y la idea de tener un bebé me acaba abrumando.- Le comenta y apoya su cabeza en el hombro de Marlene, ella le acaricia el pelo.
- ¿Shhhh! Ahora, no hemos de preocuparnos. Tengo trabajo que hacer y tú también, recuerda que tenemos entrevistas por la mañana.- Marlene le pellizca la mejilla suavemente con la esperanza de cambiar su pensamiento.
- ¡Tienes razón!- Rebecca recoge las hojas de los currículos y comienza a estudiarlos de nuevo.

Rebecca sale de los primeros del trabajo para regresar a casa. Se conforma con una ducha caliente. Luego se  seca con la toalla y después el pelo.  Se mete en la cama en espera de su esposa. Marlene entra con la comida comprada que ella y Rebecca van a compartir. Se desviste y se mete en el pijama. Se ponen a comer  sushi dándoselo mutuamente hasta que lo acaban por completo.
– Creo que deberías aprender a cocinar.- Rebecca le dice haciéndole cosquillas en el costado a Marlene.
- ¿Queee?-  Ella exclama riendo.  - ¡Supongo! Me sería útil ya que ni siquiera sabes  hervir el agua.-  Rebecca frunció el ceño y exterioriza el labio inferior hacia fuera en una mueca. Se vuelca por encima de ella.
- ¡Nombres!- Rebecca ordena.  Ruedan juntas de un lado al otro de la cama.
- Espero tener una chica.- Continua Rebecca. - Podría enseñarle moda.- Marlene sonríe.
- Yo espero que sean diez dedos en las manos y diez dedos saludables.- Y añade rápidamente. - Pero, ¿Y si es un niño? – Le dice  con honestidad.
- Pienso en una chica.- Rebecca acaricia un lado de su cara. - Me gustaría llamarla Madeleine, como mi madre.-  Ella espera la respuesta de Marlene.
- Lo entiendo. Nunca llegaste a conocer a tu madre como yo. La vida puede ser lamentable cuando se muestra de esa manera. Resulta áspero tener hermanos que toman tu mano, no siempre es lo mismo que la de una madre, pero tienes la suerte de tenerlos. - Marlene habla con sabiduría.
- ¿Soy egoísta por querer honrarla, y honrarla de una manera que de alguna forma lo sabrá?-  Rebecca pregunta en un tono serio pero dulce.
- Creo que debemos honrar a nuestras dos madres. ¿Qué tal, si es una niña, Madeline Viktoria?-  Rápido se pusieron de acuerdo, con dulzura se besan.
- El nombre de mi abuelo era Mateo, recuerdo que pasaba los veranos con él. Mi abuela murió cuando yo era apenas un bebé y nunca se volvió a casar, era valiente y fuerte, yo le quería mucho.-  A Marlene le asoman dos lágrimas en los ojos recordando a su abuelo. - Creo que si es un niño me gustaría llamarlo Mateo Ludwig.-  Rebecca sonríe ampliamente sus mejillas muestran en rojo su deleite.
- ¡Te quiero!- Ella le susurra al oído. - Mi padre estaría en la luna sabiendo que su nieto lleva su nombre después de él.- Se abrazan con fuerza.
- Así que lo hemos decidido con acierto.-   Marlene se arrulla a Rebecca.
- Ahora a conseguir un poco de sueño que tenemos un ajetreado día de mañana.- Rebecca se da la vuelta y apaga la lámpara. Marlene la acerca más a sus brazos descansando su cabeza en el hombro de Rebecca.

viernes, 23 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 34

   


UN PROYECTO CERCANO

Marlene gira la manija de la puerta grande de color nogal que da a la sala de espera del Dr. Eric Dressler, especialista en fertilidad. Mira a su alrededor y se centra en lo que la rodea en la sala de espera. Está llena de personas. Camina hacia el mostrador.
- ¡Marlene Von Lahnstein! – Le dice a la recepcionista que le entrega un formulario. - Por favor, anote todos los datos en el impreso y me lo devuelve.-  Le dice ésta a su vez. Marlene toma el portapapeles, busca un asiento y comienza a rellenar el papel. Vuelve a mirar hacia la puerta y se pregunta por qué Rebecca llega tarde. Le devuelve el portapapeles a la recepcionista y se sienta. Apoya la cabeza y la espalda contra la pared, cierra los ojos y comienza a sonreír, ríe suavemente en voz baja. Una mujer joven se sentó a su lado y cortésmente le preguntó.
- ¿Primeros nervios por la  maternidad?-  Marlene la mira directamente a los ojos. 
- ¡No! No hay nerviosismo ni tal emoción.- La mujer asiente con la cabeza.  
- Mi esposo y yo lo hemos intentado dos veces antes y sin éxito.- Ella suspira con timidez. – Es mi tercera vez aquí.- Marlene percibe inquietud al pensar en un embarazo y ser inseminada y los problemas que podrían surgir. No responde de inmediato, mira el reloj de nuevo. - ¿Usted y su esposo han tenido éxito?- Marlene sonríe.
- ¡Uh!  No realmente.-  Deja de hablar cuando ve a Rebecca entrando por la puerta. Sonríe ampliamente.     
- Lo siento. Llego tarde. Una reunión de último minuto.- Ella se disculpa besando su mejilla. Marlene mira hacia atrás a la mujer.
- Mi esposa y yo estamos pensando en tener nuestro primer hijo.- Rebecca recoge una revista y comenzó a pasar páginas.  
- ¡Ya veo! – Responde. Hace una pausa para tomar aire.- Debo admitir que admiro la  valentía de usted y la señora.  No todo el mundo acepta que dos mujeres tengan hijos y los crien.-  Ella habla en voz baja. Marlene asiente con la cabeza con una forzada sonrisa.
La puerta de la sala de espera se abre. - ¿La señora Von Lahnstein?- Marlene se incorpora  tomando a Rebecca de la mano. Entran en un pequeño cubículo donde le hacen un examen básico y le hacen algunas preguntas. A continuación se trasladan a una sala de examen. Se sientan pacientemente. No esperan mucho. Marlene se da cuenta de las muchas cartas de fertilidad que colgaban en la pared. Ella y Rebecca prestan atención a las fotos de bebés. La puerta se abre silenciosamente y aparece un joven y apuesto Dr. Dressler. Pelo negro con bigote y perilla, musculoso, mandíbula cuadrada y ojos castaños.
- Buenas tardes, señoras.- Él saluda en un tono uniforme. El Dr. Dressler mira por encima lo escrito en el portapapeles, toma  su pluma del bolsillo de la chaqueta y marca algo en el papel.  
- ¿Y quién de las dos es Marlene?-  Ella eleva ligeramente su mano con una tímida sonrisa. - ¡Por favor! ¿Puedes sentarte en la mesa de examen?- Se fija ahora en Rebecca. - ¿Y usted debe ser Rebecca?- Pregunta con voz relajada.
-¡Sí! - Ella asiente con la cabeza. - ¿Puedo llamarte Marlene?- Pregunta mirándola a los ojos.  
- ¡Sí! Por favor.- Ella responde incierta por el próximo movimiento. 
- ¿Te has decidido por un donante?-  Rebecca se acercó a la mesa de examen.
- ¡No! No lo tenemos. Esto es todo nuevo para nosotras,  necesitamos conocer que directrices deberíamos seguir.- El médico se vuelve hacia Rebecca.  
- ¡Ya veo! No es mala idea  pensar en un donante concertado, aunque está el banco de esperma. Deben pensarlo con sensatez.-  Marlene intervino.
- Lo que hemos  pensando es que al visitarle, usted nos informara de alguna idea para orientarnos en la dirección correcta.- Él se acerca a la mesa y se sienta para apuntar algunas notas sobre el papel de trabajo.
- Sugiero una visita a su médico de familia primero para realizar unos análisis de laboratorio y un examen físico, luego a su ginecólogo para una valoración. Una vez que todas estas cosas estén realizadas podemos sentarnos de nuevo y revisar todas las opciones.-  Marlene y Rebecca ahora están más relajadas.
- Gracias Dr. Dressler.-   Él asiente con la cabeza. 
- Si no te importa me gustaría auscultar tu corazón.- Él saca su estetoscopio y lo aplica sobre el pecho de Marlene para escuchar los latidos de su corazón, primero por  delante y luego desde atrás, ella hace varias respiraciones profundas según le instruye. Con las manos explora el cuello en busca de sus ganglios linfáticos. - Todo parece correcto.-  Les dice con su sonrisa encantadora. Marlene se aclara la garganta mientras él llama a la enfermera. 
- ¡Por favor! Dales algunos folletos, su ginecólogo puede remitirme los resultados cuando estén acabadas las pruebas que les indico. Entonces conciertan una nueva cita aquí.- Marlene y Rebecca salen de la habitación con  sensación de confianza.
Caminan  de la mano por la calle. El aire fresco, mas bien frío del invierno fue un duro golpe contra las recientes aventuras en Hawai.
- ¿Vas a trabajar?-  Pregunta Marlene.
- ¡Sí! Pero poco tiempo, tengo una cita con Tanja, debemos  contratar  un asistente para Emily y al mismo tiempo, otro para mí.- Le sonríe dando un beso en  la cara a Marlene.  
- ¡Ok! Me voy a casa de cabeza, una ducha caliente y voy a buscar más de esos folletos.-  Rebecca se ríe.
- Estaré en casa para la cena y luego podemos leer los folletos juntas.-  Se separan en las puertas de LCL, Rebecca entra y ve la débil luz de la lámpara de la oficina de Tanja. Atraviesa el hall y entra sin llamar. Tanja levanta la vista y sin mediar saludo le cuenta. – He visto la colección de primavera que propone Emily y tengo que decir que ha realizado un montón de trabajo en la última semana, verás que no se desvía en seguir en la buena dirección.- Rebecca piensa un momento antes de responder.
- ¡Si! Tiene talento y con ganas, me ha dado buena impresión, debo admitir que está deseosa de aprender y no se pierde ni un detalle, asistió a una de los mejores escuelas de diseño de moda en el mundo. - Añade. Tanja responde que se da por enterada con una sonrisa.  
- Creo que estamos más allá de una alumna aventajada ahora.-  Le dice con sequedad.        
-Tenemos que contratarle un ayudante cuanto antes.- Tanja está de acuerdo. Recoge sus cosas y salen juntas.

Marlene deja caer el flujo de vapor del agua caliente de la ducha sobre su cuerpo. Está pensando en la cita con el doctor y la emoción de tener su primer hijo.            - ¿Marlene?- Rebecca la llama mientras entra por la puerta del invernadero.
 - ¡En la ducha!-  Le responde en voz alta.
- ¿Quieres acompañarme?- Rebecca hojea el correo en la mesa, deja su bolso y su abrigo sobre la silla. - ¿Rebecca?- Marlene le grita  desde el chapoteo de la ducha. 
- ¡Sí! Ya voy.- Se desnuda completamente y entra en la cabina para unirse a ella.
- ¡Hmmm!- Marlene besa a Rebecca en la cara pasando su dedo índice por su brazo. Rebecca no pierde tiempo en abrazarla con firmeza, besando sus labios y separándolos con la fuerza de su lengua. Ella se echa hacia atrás y la coge de ambos brazos. - Por mucho que me encantaría hacer el amor en este momento, estoy hambrienta, hambrienta de verdad y tenemos un montón de tiempo para esto.- Ella le susurra y toca con sus labios otra vez. Marlene suspira profundamente con cierta decepción. Salen de la ducha y se secan para vestirse y dirigirse camino al comedor.               
 - Me alegra ver que las niñas han podido llegar a tiempo.- Tanja se burla al tiempo que da un trago a su vino.
– Pago por cada pensamiento de ella.- Dice Sebastián bromeando.
- ¿Estáis cómodas en el invernadero?-  Pregunta Elisabeth. Ambas se miran abrumadas por tanta amabilidad.
- Todo está bien y gracias de nuevo por permitirnos estar en el invernadero hasta que se termine la casa.- Rebecca le responde.  - La línea de ropa interior, Tania, Elisabeth he visto algunos borradores.- Tanja deja su tenedor en el plato y se limpia la boca con la servilleta.
- ¡Sí! Elisabeth tiene algunas ideas muy buenas. Hemos visto las antiguas sesiones de fotos de algunos diseños que estaban en la línea de producción, sólo necesitarían un poco de renovación.-  Rebecca interviene.
- Elisabeth ¿Alguna idea de por dónde te gustaría empezar?-  Ella sonríe con emoción.
- ¡París y Roma! Dos ciudades muy románticas, creo que una vez que nos establezcamos allí, entonces Nueva York y Londres. – Se expresa con entusiasmo.
- Tenemos que contratar a un diseñador para la ropa interior, que sea capaz de tomar la orientación de Elisabeth, se trata de una gran inversión de LCL como nunca hemos desplegado antes y  no necesitamos recordar las consecuencias si falla.- Tanja afirma con firmeza.        
- ¡Entiendo!- Responde Elisabeth con amable actitud  aceptando su respuesta.         
- Hemos tenido mucho éxito con la línea adolescente, algo que nunca pensé que sucedería así que no estoy tan preocupada por la ropa interior como lo estoy con la colocación de la moda en su ubicación correcta y la contratación de diseñadores para que encajen en el programa.- Sebastián mira a su hermana con una sonrisa.
- Veo que estás lista para dividir y conquistar.- Se ríe causando un gran revuelo en Rebecca. Terminan de cenar, Justus le sirve otro vaso de vino. Marlene toca la mano a Rebecca y en voz baja. 
- Basta de hablar de trabajo. ¿Cómo está Emma?- Le pregunta a Tanja. 
- ¡Bueno! Disfrutando de la escuela y tengo que decir que con excelentes calificaciones. Hannes ha crecido otras tres pulgadas y se ha unido al equipo de fútbol de la escuela.- Tanja divaga mostrando orgullo por sus hijos.
- ¿Dónde está Tristán esta noche? ¿Reunión del banco tarde?-  Pregunta Sebastián, Elisabeth se aclaró la garganta.
- En realidad, él está cenando con Emily.- La sala quedó en silencio, todo el mundo mira hacia ella con sorpresa.
- ¿Emily nuestra nueva diseñadora?- Marlene le pregunta.
- ¡Sí! En la cena de la otra noche, ella tenía su ojo en él y los presenté.- Elisabeth responde con una sonrisa.
- ¡Bueno! Bueno para ellos.- agregó Sebastián.
- ¡Sí! Vino ayer a buscarla a LCL y se la llevó a almorzar.  Ella parece estar encantada con él.- Rebecca añade tema con su comentario. Terminada la cena se disponen para la noche.
Marlene se sienta a peinar su cabello y  preparándose para ir a la cama. Rebecca yace bajo las sábanas leyendo los folletos de los médicos de la clínica de fertilidad. - Parece que deberías estar estimulada sexualmente antes de ser inseminada.- Rebecca se ríe mirando a Marlene. Termina cepillarse el último mechón de cabello antes de deslizarse fuera de su bata y meterse en la cama.
- Creo que podremos manejar eso.- Le explica mientras Rebecca le entrega el folleto.
- ¡Oh! Lugares donde se tienen relaciones sexuales. ¡El coche!- Ella bromea en voz alta, Marlene le toma la mano y tapa la boca de Rebecca.
- Esto no es una gran aventura de la escuela.-  Rebecca se pone repentinamente seria.
- ¿Estás bien?- Pregunta Marlene, Rebecca acaricia el costado de su brazo con la mano.
- ¡Lo estoy! Pero tenemos que estar seguras de que esto es lo que realmente queremos. Es un gran paso en nuestra vida, yo todo lo que quiero es que seamos felices.-  Marlene cierra el folleto y lo arroja a la mesilla de noche.
- ¡Te quiero! Y quiero tener una familia contigo, Rebecca hemos perdido demasiado tiempo con el “qué pasaría si en nuestras vidas” Estamos casadas ​​y el siguiente paso es un hogar en familia.- Rebecca suspira profundamente.
- No quiero perder nunca la chispa que enciende el fuego entre nosotras, la otra noche cuando hicimos el amor en el estudio fue emocionante y estimulante.- Marlene sonríe. - Por no hablar de trasiegos aventureros y los nervios.- Están abrazadas.
Rebecca besa en los labios a Marlene su lengua los separa. - ¿Te acuerdas de la primera vez que hicimos el amor?- Marlene le pregunta con seriedad.
- ¿Cómo podría olvidarlo? Creí haberte perdido. Toda aquella situación se convirtió luego en tan odiosa con Tristán de por medio.- Rebecca le recuerda.
- Hubo tantas sensaciones esa noche. Nunca lo compartimos en una conversación.-  Le comenta Marlene. -Yo sabía que estaba enamorada de ti, te quería, pero no era capaz de entenderlo. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas alrededor de aquel sentimiento.- Rebecca interrumpe el pensamiento de su esposa.
- No hay necesidad de volver a vivir eso, fue nuestro comienzo y estamos juntas ahora.-  Le responde  rodeándola con sus brazos.
- ¡Sí! Es importante para mí, nunca había experimentado nada como aquello. Tuve una necesidad, la necesidad de estar contigo, me entregué a ti plenamente esa noche y, al recordarlo, algo se estremecía dentro de mí, me duró mucho tiempo. Tristán quería tocarme y yo casi no podía soportarlo, cada vez que nos besábamos, soñaba que eras tú.- Rebecca le acaricia el pelo.
- Marlene, yo sabía que estaba enamorada,  no podía dejar de hacer lo que sentía. Si no te hubiera dicho “Te amo”, no sé dónde estaríamos hoy en día.- Marlene sonríe, alarga la mano y apaga la lámpara.
- Nunca supe que estar en la cama con otra mujer podría ser tan gratificante.- Rebecca rodó encima de ella.
- ¿Gratificante?- Le susurra une sus labios a los de ella. Rebecca levanta sus piernas y se sube encima de Marlene, su montículo descansa en lo alto del de ella. Traza una línea por su cuello con la lengua, ella respira con pesadez y le susurra  al oído. - ¡Te quiero!- Marlene estira el cuello hacia atrás.  Levanta el pijama de Rebecca, exponiendo su carne desnuda.  Rebecca cierra los ojos y la besa en los labios, envueltas en pura pasión. Marlene puede sentir la penetración de los dedos de Rebecca dentro de ella, gime en voz alta y fuera de control hasta la liberación del deseo sexual que la llevó fuera de sus sentidos. Acaricia la  nuca de Rebecca sintiendo las pequeñas gotas de sudor que se habían formado allí. Ella vuelve a  besarle los pechos a la espera de que Rebecca friccionara sus caderas de nuevo y le provoque a retorcerse otra vez. Marlene se desliza debajo de las sábanas y hace uso rápido de su habilidad. Rebecca se siente como si estuviera a punto de explotar. - ¡Marlene, te amo!- Y se queda sin aliento. Marlene acuna a Rebecca en sus brazos. - Yo también te amo.- susurra besando la frente de Rebecca. Cierran sus ojos, el sueño les invade.