Una separación necesaria

Una separación necesaria

miércoles, 14 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 31




                                              DE VUELTA A CASA
Oh!  ¡Rebecca!- Elisabeth saluda con sorpresa en la puerta del castillo.                  
- ¡Elisabeth!- Le responde con una sonrisa relajada.
– ¿Marlene?- Le pregunta al tiempo que entra en el recibidor.
– Dejando equipaje. Gracias  por permitirnos utilizar el invernadero hasta que se construya la casa.- Comenta Rebecca tomando asiento en el sofá en la sala grande. Elisabeth se sirve un agua tónica.
- ¿Cómo os ha ido en la luna de miel?-  Rebecca comienza a sonreír.
- Hawai es precioso, playas románticas, paisajes de ensueño, ir de compras.- Comenta mirando al techo. – En Nueva York también fue agradable. Visitamos la nueva tienda y hablé con todo el mundo, les expliqué mi nueva posición en la empresa.- Elisabeth se sienta a su lado.
- Bueno estoy segura que estarás lista para hacer frente al reto.-  Rebecca suspira.  
- ¡Sí! He pensado bastante en cómo manejar mi nuevo trabajo.- Elisabeth frunce el ceño.
- No te preocupes, te irá bien, tengo confianza en ti. Sé que  Tanja no estaba dispuesta a  perderte, pero…-  Rebecca la mira para detener su charla.
– Ahora recuerdo que tengo que ir a LCL esta tarde. ¿Cómo están las cosas? -  Le  pregunta.           
– Estamos pensando en crear una línea de ropa interior. ¡Ya lo sabes!-  Elisabeth parece entusiasmada y optimista.
– ¡Hola!- La voz familiar de Marlene suena desde la puerta sorprendiendo a Elisabeth.
- Bienvenida de nuevo. He oído que habéis disfrutado de un gran viaje.- Le menciona Elisabeth.
- Sí Hawai es impresionante y Nueva York es uno de mis lugares favoritos. ¿Rebecca le has dicho a Elisabeth que hemos redecorado el piso? – Le pregunta al sentarse al lado de Rebecca.
- ¡Uh!  No. Estábamos hablando de la nueva línea de ropa interior.- Marlene sonrió, Elisabeth interviene en voz baja.
- Supongo que las dos  pasaréis tiempo en Nueva York ¿Has decidido contratar  un asistente?- Elisabeth le pregunta con una mirada curiosa. Rebecca mira a Marlene. 
- ¡No! No he pensado todavía en un ayudante.- Rebecca contesta con sequedad. Elisabeth sonríe entre dientes.
- Pensé que tal vez Marlene podría ser tu ayudante, pensar en los viajes y el tiempo que ambas podríais pasar juntas.- Marlene hace una mueca.
-Tengo un trabajo que me gusta y estoy contenta con él, además…- De repente deja de hablar,  Elisabeth la mira extrañada. Rebecca reacciona rápido.
- Con la nueva casa en construcción, pensamos que no es una buena idea que las dos estemos fuera al mismo tiempo. Es una gran empresa y una de nosotras tiene que permanecer cerca, al menos por ahora.- Elisabeth asiente con satisfacción.
- ¡Oh! Ya veo. ¿Permanecerás como director de arte? - Pregunta cándidamente.       
- De momento es lo que haré, sí, seguiré como director de arte.- Le dice sonriendo echando una mirada rápida a Rebecca.             
-Thomas tiene levantada la tierra de la parcela, las cosas parecen estar en  movimiento. El tiempo ha sido un poco duro, pero me las he arreglado para mantener un ojo en el  progreso de las obras.-  Elisabeth le relata a la pareja.    
- ¡Gracias!- Le expresa Marlene.
- Lo he visto en mi camino hacia aquí, las cosas pintan bien.-   Rebecca se levanta  del sofá con tranquilidad, y se dirige a Elisabeth. - Marlene y yo tenemos algunas noticias para compartir contigo.-  Le habla dando paso a Marlene, Elisabeth las mira con extrañeza. 
-¿Está todo bien?- Ambas se ríen aliviando su tensión.  
- ¡Sí!  Rebecca y yo hemos decidido que es hora de crear una familia.- Elisabeth se sorprende al principio.
- ¿Queréis  adoptar?- Pregunta si esas son sus intenciones. Marlene y Rebecca titubean un momento.       
- ¡Uh, no! Queremos tener nuestros propios hijos. Será por inseminación, engendraré  a nuestro primer hijo.- Le responde con firmeza. Elisabeth apenas puede hablar. Sonríe ampliamente abrazando a Marlene con afecto.
- ¡Por favor! Ni una palabra a nadie.- Rebecca le dice con contundencia y con una ceja levantada. - Queríamos compartir la noticia contigo primero. Todavía tenemos que decidir algunas cosas antes de seguir adelante.- Elisabeth respira profundamente.  
- Estoy encantada por las dos. Ahora me doy cuenta de por qué querías construir esa casa, todo el mundo se ha sorprendido al no saber por qué querías una gran casa, cuando podrías haberte quedado en el castillo.-  Rebecca sonríe
- Cuando Marlene me dijo que quería tener hijos, me aturdió al principio, pero rápidamente estuve de acuerdo, las dos sabemos en nuestros corazones que una familia es lo más importante, una nueva casa, un nuevo comienzo. - Elisabeth se pone de pie y abraza  esta vez a Rebecca y de nuevo a Marlene.
- No hay necesidad de explicar nada, es una felicidad, estoy entusiasmada y por decirlo, os veo radiantes.- Una voz perturba el momento.
- ¡Disculpe condesa!- Justus habla desde la puerta. - El equipaje está aquí. ¿Hay que colocarlo en el invernadero?-  Él  pregunta con una sonrisa y tono severo. 
- Sí, por favor.- Rebecca asiente. Le guiña un ojo hablando con formalidad debida.
– Entonces, voy a colocar las maletas al invernadero. - Marlene  sonríe.
-Sí Justus está bien.-
 El desaparece por la puerta acompañado por las camareras y el equipaje.
- Ustedes niñas deben descansar un poco, estoy segura de que el viaje fue largo y agotador, os veo en la cena.-  Elisabeth les transmite dejándolas solas en la gran sala.            
- Debería reunirme con Tanja esta tarde.-  Rebecca agarra la mano de Marlene. - Pero primero.- Ella  mira profundamente a los ojos azules de su esposa invitándola a besarse tiernamente. 
- ¡Hmmm!- Marlene susurra. - Ven conmigo.- Ella la saca de la gran sala, corren por el pasillo hasta la cocina y se dirigen al invernadero.
- ¿Qué tienes en mente?-  Rebecca pregunta con sensualidad, permitiendo a Marlene levantarle la camiseta sobre su cabeza. Marlene con tranquilidad baja sus labios a un lado del cuello de Rebecca. Los besos causan una tensión sexual que le eriza la piel. Lentamente se desnudan la una a la otra. El amor apasionado las decide a introducirse entre las sábanas de la cama. - ¡Te quiero!- Marlene susurra al oído de Rebecca, pasando los dedos por el cabello.
Después de un largo rato de amarse y ya en calma, Rebecca mira a  Marlene con cariño.
- Debo ir a la oficina. Creo que debemos levantarnos de la cama y vestirnos.- Le dice y comienza a salir del lecho, recoge la ropa interior. 
- ¿Te quedas en el invernadero?-  Le pregunta a Marlene. 
- ¡No se! Debería vestirme e ir contigo. Estoy segura de que hay muchas cosas que tendré pendientes  y por qué retrasarlo.-  Sale de debajo de las sábanas en un suspiro.
- ¡Marlene!  Si no quieres  trabajar no tienes que hacerlo.- Rebecca puede apreciar el cansancio en sus ojos.    
- Me gusta lo que hago, en realidad, yo no quiero tener la sensación de estar atrapado en la misma rutina que estuve.-  Rebecca pone las manos en sus caderas.    
- ¡No! No vas a tener tiempo para estar atrapada en ninguna rutina cuando te tengas que mover a la nueva casa y estés embarazada.-  Ella bromea y  besa rápidamente su mejilla. Marlene sonríe
- Debemos empezar a hacer planes Rebecca.- Se expresa en tono serio. Salen del invernadero juntas.
- ¿Por dónde empezamos?-  Rebecca pregunta sosteniendo su mano con seguridad.  - La elección de alguien, que no va a ser fácil. Voy a tratar de encontrar en el hospital alguna información.- Le comenta Marlene.

En LCL todo el mundo estaba ocupado con el bullicio de los trabajadores que se preparan para el desfile de moda de invierno.- ¡Marlene, Rebecca!- Tanja las llama desde la puerta de su oficina. Entran tomando asiento frente a su escritorio.        
- Confío en que la luna de miel fue descanso y diversión. ¿Estáis  listas para trabajar?-  Sonríe sarcásticamente antes de continuar.
- Rebecca, tu colección se preparó para tu aprobación final. Marlene necesito esos proyectos para la fachada de Berlín.- Marlene mira a Rebecca pensando en Katherine.      - Debería empezar a trabajar en la finalización de esos proyectos.- Se aclara la garganta, se pone de pie y toca el antebrazo de Rebecca.
-Te veré esta noche.- Rebecca sonríe con un gesto cariñoso. Tanja permanece en silencio siguiendo los pasos de Marlene hacia la puerta.
- He contratado a una diseñadora que comenzó la semana pasada.-  Le habla con franqueza. Rebecca siente la inquietud de no tener el control del equipo de diseño. - ¡Hmmm!  ¿Se puede saber a quién has elegido?- Tanja se levanta de su escritorio, camina hacia la ventana y mira a través de las persianas.
- Emily Dupree.- Murmura. Rebecca vuelve la cabeza y expone sorprendida.
- ¿Supongo que el señor Dupree no tendrá nada que ver con eso?- Rebecca cuestiona seria. Tanja se dirige de nuevo hacia ella.  
- Hay algunas presiones en relación con París, pero esta no pasa por ser una de ellas. Ella es joven y tiene mucho talento. Le he dado la oportunidad, con un poco de moldeo y formación creo que va a llevar el trabajo muy bien.- Rebecca se pone de pie cruzando los brazos.
- Ella no es tan nueva para el diseño y sí he visto su trabajo, algún traje de baño, el glamour de playa de diseño.-  Rebecca habla con  conocimiento. Tanja suspira profundamente.
- Haz lo que debas para que funcione ella está ansiosa, necesita que la conduzcan.-  Rebecca se gira y la mira.
- Haré lo que se necesite, después de todo es lo que decidí hacer.- Ella se dirige a la puerta y sale  fuera.
Rebecca sube por las escaleras hasta la mesa en la que solía trabajar. Mira a su alrededor, no nota mucho cambio.
- ¡Hola! Disculpe ¿Puedo ayudarle?- Una voz tranquila suena a sus espaldas. Rebecca se da la vuelta para ver a una mujer joven, que la mira con fijeza. - ¿Puedo ayudarle.-  Vuelve  a preguntar.
- Rebecca, Soy Rebecca Von Lahnstein.-  Extiende la mano para estrechar la de la joven.  Emily se queda en silencio mirando con asombro a Rebecca.
- La señora Von Lahnstein. Estoy encantada de conocerla. Soy Emily Dupree.-  Le estrecha afable la mano. Emily es de pequeña estatura, su cabello rojo ligeramente coloreado peinado en capas finamente cortadas y apretadas abajo. Sus ojos son de color azul claro y bien definido, la  nariz parece pequeña. Ella sonríe ampliamente con sus mejillas moteadas de pequeñas pecas.
– Me alegro de conocerte.-  Rebecca contesta con una sonrisa en un intento de relajar a la diseñadora que parece muy nerviosa. Ahora fija la mirada en los patrones y los recortes que hay encima de la mesa. Los recorre  con la vista de lado a lado, había mini faldas y vestidos sin mangas de cuello esbozado en numerosas piezas de papel. Rebecca toma dos bocetos de encima de la mesa y la mira a los ojos con una idea.
– Demuestra que puedes hacer con este patrón y con este recorte.- Le dice con calma y le entrega los papeles.   - Déjame ver lo que puedes llegar a hacer antes de salir  ésta noche.-  Emily toma el patrón y el recorte y fija en ellos la mirada. Rebecca sonríe caminando por el otro lado de la mesa, coge el cuaderno de dibujo, un lápiz y comienza a esbozar rápidamente un diseño. De pronto oye un ruido detrás suya, levanta la vista sonriendo.
- ¿La señora Von Lahnstein? –  Comenta con orgullo.  Marlene ilumina su rostro. Está en la puerta del almacén con montones de cajas. Emily guarda los borradores sobrantes de su mano, sonríe dejando los dos elegidos que estudia para elaborar un diseño. - Conocí a Marlene antes, ella es muy agradable.- Emily expresa mientras observa a Rebecca dibujando con intensidad. - ¡Uh huh!- Rebecca comenta sin levantar la vista. Emily se sienta en silencio recreando sus sueños de ser un diseñador de categoría superior,  se le arremolinan en su cabeza mientras su mirada se queda fija en las pestañas agudas de Rebecca y el lápiz que tenía en su mano.      
- De esta manera.-  Rebecca le dice arrancando el papel de la libretilla y se lo  entrega. Emily lo coge y lo contemplan.
- He estudiado un número importante de sus colecciones, sigo siendo algo tosca, pero me siento con la orientación correcta. Espero hacerme en LCL una buena diseñadora.- Se expresa con profesionalismo.  
- La persistencia y la perseverancia, recuérdalo…-  Rebecca sonríe y le entrega el lápiz. - Ahora, si me disculpas.-  Diciendo esto se aleja. Emily pone el boceto encima de la mesa  moviendo la cabeza, se sentía como si hubiese logrado algo importante.

Tanja y Marlene revisan los borradores para el escaparate.
- ¿Más café?- Tanja le ofreció sirviéndose otra taza.
- ¡No, gracias!-  Marlene rechaza. A Tanja le  parece que está cansada.
- ¿Por qué no te tomas el día y que podamos empezar de nuevo mañana? Estoy contenta con lo que veo hasta ahora.-  Marlene duda un momento.  - ¿Cómo fue el viaje?-  Tanja se sienta en su escritorio, mientras que Marlene baraja los papeles.
- Fue bonito, Hawaii es muy hermoso y Nueva York, casi que me olvido de Nueva York.-  Sonríe mientras toma asiento frente al escritorio de Tanja.
– He comprobado que tu padre está haciendo grandes progresos en la casa.-  Cambia de conversación tratando de conseguir una palabra de Marlene. 
- Sí me paré antes a verle. Él tiene sus quejas.-  Sonríe pensando en él.  
- Parece que tú y Rebecca habéis ido a por todas, quiero decir que podíais vivir en el castillo.- Marlene la mira con atención.
– Quiero compartir algo contigo, eres mi mejor amiga y me parece absurdo ocultarlo.- De pronto deja de hablar, mirando como si estuviera en trance.
- Hola, Marlene.-  Tanja la estremeció para conseguir su atención. 
- Rebecca no quiere vivir en el castillo, esto es parte de la razón por la que nos decidimos por un movimiento y…-  Tanja la  interrumpe, con curiosa actitud
– Pero, tú tienes un piso.-   Esboza una sonrisa.      
–Tanja. Rebecca y yo hemos decidido formar una familia.- Tanja la mira en estado de shock leve.
- ¿Un bebé? ¿Tenéis  la intención de adoptar?-   Marlene sonríe.     
- ¡No! Tengo la intención de engendrar a nuestro primer hijo.- Le responde con severidad, Tanja se queda sin habla. - Es una sorpresa para ti, lo sé,  pero queremos tener los niños en nuestra propia casa y formar una familia en ella.- Tanja negando con la cabeza se puso de pie y abrazó Marlene.
- Estoy muy feliz por ti, lo he dicho antes, te mereces la felicidad, puedo ver que la has merecido tanto y creo que será bueno para vuestra relación.-  Marlene se estremeció ante el afecto de su amiga
- Gracias Tanja,  por ahora no lo estamos diciendo a nadie, sé discreta.-  Le advierte.
- Tu secreto está a salvo conmigo, ahora vuelve a casa y descansa, te veré mañana.- Marlene sonríe levemente. Sale del despacho de Tanja y regresa a  su oficina. Sentada en su escritorio hojea la guía telefónica hasta que encuentra el listado de clínicas de fertilidad.

Emily se encuentra rebuscando rollos de tela en la parte posterior del  almacén. Rebecca entra sin hacer ruido para examinar unas cajas de zapatos, al momento Marlene abre la puerta y la cierra detrás de ella.
- ¡Aquí estás!- Dice sonriendo. Rebecca deja la caja de zapatos que tenía en la mano.
- ¡Hmmm! Señora Von Lahnstein.-  Rebecca la agarra por la cintura, no son conscientes de que Emily está detrás de ellas, que se queda en silencio mirando desde detrás de un contenedor de material. Rebecca acerca a Marlene hasta besarla apasionadamente.
- Tenemos que dejar de vernos así, alguien podría vernos.-  Bromea en un tono sexual, Marlene sonríe
- ¡Te quiero!-  Ella le dice al oído, la besa con firmeza. Lleva las manos con destino hacia el trasero de Rebecca. Emily se sentía como si estuviera atrapada en medio de una aventura. Marlene se aparta de Rebecca le toca con su dedo índice  la nariz.  - Me voy a casa.-  Le dice Marlene. Rebecca la mira profundamente a los ojos.
- ¡Eres tan hermosa!-  Tiró de Marlene hacia ella.
- Ya sabes donde vivo.-  Marlene se aparta dejando a Rebecca allí de pie con una sonrisa.  Emily está boquiabierta,  puede sentir el latido de su corazón en la garganta mientras espera a la salida de Rebecca. Con cautela y a escondidas se dirige de nuevo a su mesa. 
-¿Sabrías elegir algunos materiales?- Rebecca pregunta caminando detrás de Emily y sorprendiéndola. - ¡Uh! Sí, sí lo hice.-  Responde sintiéndose incómoda, las mejillas rojas muestran signos de vergüenza.
- ¿Tienes el pensamiento de que sea tu  mentor?-  Trata de responder con valor.
-Sí, por ahora y que necesitaré un asistente en el futuro si, por supuesto, espero que todo salga bien.-  Rebecca le responde.  
- Ya veo.-  Coge el rollo de tela y lo desenrolla en la mesa
- Vamos a ver lo que se puede hacer con él.- Rebecca ordena. Trabajan hasta la noche cortando patrones y telas.

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