Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 31 de mayo de 2016

CAPÍTULO 3




                                      -REGRESO AL CALOR DEL HOGAR-


Marlene está acabando el empaquetado de las cajas de la mudanza e inspecciona si alguna cosa queda pendiente. Suena una llamada en la puerta de su apartamento. Se acerca a abrir pensando que los transportistas estaban allí ya para recoger lo último de sus pertenencias.
- ¡Jakob! - Expresa con una sonrisa agradable.
- ¿Qué te trae por aquí?- Jakob Bailey es un hombre alto delgado, de ojos azules, rubio de pelo y su rostro es algo rugoso pero guapo. Entra en el apartamento sin una palabra acariciándose la barba en el mentón, está reflexionando sobre la simple pregunta que ella le ha realizado. Él le pregunta a su vez.
- ¿Estás segura? - Marlene duda en dar una respuesta. Suspira cerrando la puerta detrás suya.
– Ya hemos hablado de esto Jakob, tengo que ir a casa. Dos años es mucho tiempo lejos de mi familia y además mi visado de trabajo expira pronto. ¿Puedes  tratar de entender  que necesito este cambio? Tengo que ver si  aún existe algo de mí allí. -  Jakob apoya las manos en  los hombros de Marlene.  
- Te necesito aquí, las cosas han sido un éxito y todo el mundo te quiere en el teatro.- Él argumenta con gesto amable. -Además podemos trabajar lo de tu visado. ¡Marlene! Acabas de pasar un año en la Escuela de Diseño Gráfico. Hay muchas..., tantas cosas que te  esperan aquí.- Le suplica con voz ansiosa. Ella sacude su cabeza negando, abre sus ojos azules.
- ¿Cuáles?- Jakob se siente cuestionado. - Realmente Jakob no hay nada.- Contesta con un intento de sonrisa.
- No puedo creer que quieras dejar todo esto, deseo que te quedes, pensé que podríamos  ser algo más que amigos.- Jakob baja la cabeza hacia el rostro de Marlene e intenta besar sus labios acercándola más a su cuerpo. Ella rápidamente le aleja con una mirada de desaprobación en su cara.
- Por favor, Jakob no hagas esto, me caes bien y estoy agradecida por todo lo que has hecho, incluso más allá de lo que necesitaba, pero no estoy buscando ningún compromiso y menos uno a larga distancia.- Le habla con claridad, Jakob se sienta en el sofá apoyando las manos sobre las rodillas y una perturbada mirada en su rostro.
- ¡Lo siento! No debería haber intentado besarte.- Le resulta difícil mantener la mirada directamente a Marlene. - Mantuve mi distancia pensando que podríamos ser algo más.-  Marlene le agarra de la barbilla  con la mano tirando de su rostro hasta que sus miradas se cruzan.
- Jakob siempre serás una persona especial para mí, pero no estoy lista para cualquier implicación. Vine aquí con ganas de un nuevo comienzo, de un nuevo capítulo en mi vida.-  Le dice con su sonrisa.  Él suspira profundamente aflojándose la corbata. La expresión facial de Marlene es algo triste. Ella da valor a su estancia en Los Ángeles, a los amigos que había hecho, el trabajo en el teatro, su amor por el diseño gráfico, pero en su corazón sabe que ese tiempo se ha acabado. Cree en las muchas posibilidades que puede encontrar en Dusseldorf. Sólo tendrá que esperar a que sucedan.
- Disfruté de todos los buenos momentos que hemos compartido Jakob y no voy a olvidarme nunca de ellos.- Le comenta con amabilidad. Jakob se levanta del sofá y la abraza de nuevo.
- Tengo algunos asuntos que atender en Colonia pronto. ¿Podríamos coincidir en una fecha para vernos?- Marlene se aparta de su abrazo.
- ¡Por supuesto! Estaría decepcionada si no lo hicieras.-  Una sonrisa alivia su tensión, roza la manga de su camisa con la mano y la mira a los ojos.
- Podría hacerte feliz.- Marlene se acerca a la puerta y la abre para él. 
- ¡Por favor, Jakob! No puedo. -   Le dice bajando la cabeza. Jakob se ajusta la corbata y toma la chaqueta del sofá. Antes de salir por la puerta le dice que tiene un lugar en su corazón.
-Yo no te olvidaré.- Le expresa ella  suavemente. Comienza a  caminar por el pasillo haciendo una pausa por un segundo antes de escuchar los crujidos del cierre de la puerta detrás de él. Marlene se sienta en el sofá. Jakob acaba de abandonar su vida. Una lágrima cae de sus ojos al pensar en su casa y en Rebecca.

Marlene nunca compartió con Jakob o cualquier otra persona las verdaderas razones por las que salió de Düsseldorf o sobre la mujer, de la que estaba perdidamente enamorada. Sabe en lo más profundo de su corazón que nunca habrá nadie para ella como Rebecca. Apoya su cabeza sobre las almohadas de felpa del sofá  pensando en la boda y cual será la reacción de Rebecca al volver a verla. Extrae el teléfono celular del bolsillo de los vaqueros  y rápidamente encuentra la última foto que le había tomado. Un tiempo mucho más feliz pensó para sí misma. Mueve el pulgar a través de la imagen como si quisiera acariciarla.  - ¡No sabes cuánto te amo!-  Expresa en un susurro. Luego desplaza el directorio al número de Thomas, su padre, y llama.  La conversación es breve, le da la información del vuelo y le recuerda que no diga nada a nadie.

Una vez hecha la mudanza para el transporte, Marlene sale del apartamento, pone su maleta en el pasillo, deja  la llave bajo la alfombra y echa  una mirada más en el interior.  Con una sonrisa cierra la puerta e inicia su viaje. Un vuelo largo con varias escalas, y con todo lo dejado atrás. Llega muy cansada pero feliz de poner el pie en el suelo de Dusseldorf. Thomas espera pacientemente en la salida de equipaje, mientras que Biggi entretiene a un muy animado Tommy. Los ojos de Marlene se inundan de lágrimas al ver a su familia. Thomas  la abraza con fuerza. Biggi con su sonrisa de bienvenida recoge el resto de sus cosas y se dirigen a su casa.
El apartamento le parece el mismo, como ella lo había dejado dos años antes. Thomas deja el equipaje en la habitación que Marlene siempre ocupó, Biggi los obsequia con una copa de vino, se sientan en el sofá mientras Thomas coloca al pequeño Tommy dormido en su cama para la siesta de la tarde.
- ¡Como ha crecido!- Marlene comentó.
-¡Sí! Y en todo.- Biggi rió. Biggi todo sonrisas preguntó Marlene.   
- ¿Estás en casa para la boda?- Marlene sonrie bebiendo su vino antes de responder.
- En realidad estoy en casa para siempre.- Biggi pone una mirada de sorpresa, mira a Thomas.
– ¡No me dijiste nada!- Él se encogió de hombros y Marlene intervino.
- Por favor no te enfades. Le pedí que no lo dijera, no es que yo no quiera que lo supieras. No estaba segura al principio, pero es sé que es en mi hogar donde quiero estar.- Biggi  reconoce en ella sinceridad y asinte. Thomas comienza a frotar los hombros cansados y doloridos de su hija.
- Mi niña está en casa.- Expresa con firmeza. Biggi se inclina hacia delante y le da un abrazo de bienvenida.             
-Tenemos mucho de que hablar. Voy a preparar la cena.- Biggi  se traslada a la cocina y Thomas se sienta al lado de Marlene.
-Te veo muy bien, Los Ángeles ha sido generoso contigo.- Marlene se ríe entre dientes.
- Sí una gran experiencia, he aprendido muchas cosas mientras he estado allí.- Thomas le echa una  mirada de lobo.  
- ¿Está todo bien?- Marlene duda un poco.
- El trabajo allí era duro y las horas largas. Y para ser honesta, nunca he estado más nostálgica que en estos últimos meses.- Él sondea su rostro preocupado y le susurra en voz baja.
- Espero que esto no tenga nada que ver con esta boda del clan Lahnstein.- Marlene se levantó del sofá frente a su padre
- Papá, no he tenido ningún problema en aceptar que Hagen empezase una nueva vida con Dana. Nos hemos seguido tratando, aunque desde la distancia. Mantengo mi apellido Lahnstein, y además Kim es una Lahnstein…- Thomas frunce el ceño al estar frente a la verdad.
-Tienes razón maldita sea. ¿Rebecca?- Al pronunciar su nombre, causa un vuelco al corazón de Marlene.
- Rebecca no está en esta discusión, no estoy aquí para reavivar un viejo amor, ambas hemos cambiado, al menos yo. - Comentó ella con confianza. - ¡Y la verdad! No deseo oír nada acerca de Rebecca, que no esté relacionado con LCL.- No está lista para decir a su padre sus verdaderos sentimientos. Esto se lo guarda. Biggi llama desde la cocina a Thomas para ayudar a poner la mesa. 
- Rebecca aún está lidiando con Tanja y el resto del clan Lahnstien, pero ella ha sido una gran ayuda para Kim. Tu hermana ha conseguido hacerlo bien allí.- Añadió Thomas sentándose a cenar. Marlene contestó rápidamente.
- Rebecca siempre será igual que el resto de los Lahnstein, cuando se trata de asuntos de la familia y LCL.-  Biggi cambia la dirección de la charla.
- Rebecca y yo hemos hecho amistad, me ha mostrado mucho sobre el castillo.- Marlene la mira con cierta aprensión.
- No me acordaba que todavía estás trabajando allí.- Biggi sonríe y confirma.
- ¡Sí! Me gusta ese trabajo.- Marlene se queda perpleja, bebe su agua y se aclara la garganta.          
- ¿Cómo está ella realmente, Biggi?-  Biggi y Thomas aprecian que la palidez, cubre el rostro de Marlene.
- Ella está bien y tiene una hermosa novia.-  Biggi lo menciona como por casualidad.  El corazón de Marlene se hunde hasta sus pies, se siente fría e incómoda.
- ¿Me disculpáis? Estoy cansada, tengo que recuperarme.- Se levanta de la mesa. Thomas y Biggi en silencio la ven entrar en el dormitorio. Thomas miró a Biggi.
– ¡Shh!- Él chista a Biggi. -Te podías haber esperado.- Le dice manteniendo su voz a un susurro.
- Necesita saber la verdad Thomas.-  Biggi respondió recogiendo los platos de la mesa.
- De todas formas tengo la impresión que de alguna manera, mi hija no está siendo honesta del todo.- Comenta Thomas a Biggi.
- Ella ha pasado por mucho Thomas, estaba enamorada y entregada. No se puede culpar totalmente a Rebecca, se necesitan dos para que una relación funcione.-  Le recuerda. Thomas gruñe susurrando obscenidades en voz baja. La mirada de Biggi, se va haciendo muy severa.     
- No se puede echar la culpa al clan Lahnstein, nos guste o no.  Tu hija siempre pertenecerá a Rebecca. Tanto si están juntas o no. Tienen una historia, una conexión y no importa cuánto te esfuerces, porque, eso, nunca se va a romper. - La voz de Biggi suena fuerte al oído de Thomas.
- Sólo quiero que sea feliz, no más dolor o incertidumbre.- Biggi niega con la cabeza ante su terquedad.

Marlene arroja sus zapatos y el suéter al suelo y se acurruca en la cama. Se recoge el pelo de la cara, pasándolo detrás de la oreja. Una lágrima viajó desde el rabillo del ojo a la mejilla. La toma con su dedo índice y cuidadosamente traza un dibujo en la colcha. Su mente regresa al momento en que hicieron el amor allí por última vez y lo doloroso que fue negarle otra oportunidad. Llora hasta que la necesidad de dormir puede con su cuerpo y con sus pensamientos.
Biggi le prepara una taza de té caliente, abre la puerta y ella  se incorpora, se estira frotando la nebulosidad de sus ojos.
- Pensé que  desearías una taza de té.- Se acerca a ella y se sienta en el borde de la cama. Marlene coge la taza. 
– ¡Gracias!- Marlene bebe un poco del té caliente.
- ¡Hmmm!, ¡Que bueno!-  Biggi le dice que deje la taza en la mesita de noche.
- Lo siento si te molesté antes.- Le dice con preocupación. Marlene niega con la cabeza. - Está bien,  debería haber estado mejor preparada.- Biggi suspira.
- Nunca se está preparada cuando se trata de amar a alguien, siempre habrá altibajos en cualquier relación y hay que tener coraje para admitir que se está equivocado,  es lo noble.-  Marlene está intrigada por el consejo maternal de Biggi. 
- ¿Creo que era un poco obvio?- Pregunta.  
- Rebecca es de carácter fuerte y pone buena cara, pero hace tiempo que me he dado cuenta de que realmente te echa de menos.- Marlene la mira con curiosidad. Biggi percibe que se está empezando a relajar. 
- Dos años es mucho para soportar estar lejos de la persona que sabes que hace que tu vida esté completa.-  Interviene Marlene. - Yo no creí, nunca pensé que iba a conocer a alguien que pudiera hacerla tan feliz como yo.- Marlene expresa cierta vanidad en este pensamiento.
- La vida sigue, no significa que ella dejase de amarte. Pero hay que admitir que no todo estaba bien entre las dos cuando te fuiste.- Biggi comenta con amable entonación.
- Sólo vi los errores de Rebecca. Dejamos de lado nuestro mutuo interés y la falta de comunicación dictó lo que iba a suceder, la lucha no estaba en mí.- Marlene habla abiertamente.  
-Tu padre está muy preocupado por tu bienestar. Pero he aliviado su inquietud, él se da cuenta de que debes resolver esto por ti misma y que si necesitas ayuda, él estará ahí.-  Biggi se levantó y le cubre los pies con la colcha.
- Termina tu té y descansa un poco.-  Marlene sube la colcha hasta sus brazos.
- ¡Biggi! ¡Gracias! Significa mucho para mí. ¡Gracias de nuevo! - Ella sonríe y cierra la puerta dejando a Marlene todo el tiempo para que reflexione y descanse.

martes, 24 de mayo de 2016

CAPITULO 2




                                -EL RECUERDO LLENA EL ALMA-

Tanja pasea con impaciencia esperando la llegada de Rebecca con el vestido de novia para una primera prueba. Una llamada en la puerta la extrae de sus pensamientos,  Rebecca aparece por el pasillo.
- ¡Pensé que nunca llegarías! - Exclamó con  mal humor.
- Me retrasé. Me paré a hablar con Benjamín, me ha dicho que se va.  ¿Nos quedamos sin Director de Arte? - Rebecca expresa preocupada mientras abre la bolsa del vestido. El rostro de Tanja se ilumina mientras mira aquel diseño único con secuencias espumosas, pasa el pulgar por el cuello de encaje fino. Tanja arquea la ceja y con un profundo suspiro comenta.
- ¡Cariño! Creo que lo has hecho para ti misma. - Tanja coge la prenda y se viste. Delante del espejo se contempla de cuerpo entero girando ligeramente de lado a lado. Rebecca extrae el alfiletero de la bolsa de vestido.
- Date la vuelta. - Haciendo una seña para tirar de la cintura y  fijar un pliegue en el lado derecho, donde había un pequeño desajuste.
- Eso debería bastar, me alegro de que guste.- Rebecca comenta en voz baja. Tanja levanta los brazos para que Rebecca examine los hombros.
- Entonces, ¿Quién va a ser tu dama de honor en esta ocasión, Ansgar? - Ella comenta  bromeando. Tanja se cruza de brazos y frunce el ceño antes de responder.         
– ¡Marlene!- Se expresa con deliberada intención.  Rebecca recibe la respuesta de Tanja como una descarga que la inquieta.
– ¿Marlene?- Expresa en un tono agrietado de su voz, mientras Tanja le dirige una mirada rígida.
- ¡Sí Marlene! ¿Por qué pones esa mirada de pasmo Rebecca? Quise decírtelo antes, pero está Katherine. -  El rostro de Rebecca expresa en una mirada hosca.   
- Katherine no tiene nada que ver con esto.-  Le tiembla la voz  de rabia  al dirigirse a Tanja, que hace una mueca con los labios.
- ¿Detecto que todavía tienes sentimientos por Marlene?- Le cuestiona con una risita entre dientes. Rebecca se siente atormentada por esos comentarios punzantes de Tanja. No se apresura a contestar. Le cuenta que Marlene nunca había sido tema de conversación entre ella y Katherine.
- ¡Por el amor de cielo Rebecca!- Critica de manera enfática.  - ¿No has dicho a Katherine nada sobre Marlene?-  Se acerca a Rebecca, que se da la vuelta en un intento de evitar su interrogatorio.
- ¡Rebecca contesta!- Exige Tanja en un tono grosero. Rebecca baja la cabeza y luego la levanta ligeramente mirando a Tanja con desconcierto.
- ¡No! Ella no lo sabe y no quiero que ella…- Rebecca se expresa haciendo que  tropiecen  sus palabras. Tanja sonríe, ahora tiene ventaja frente a Rebecca.
- No hay ninguna razón para decirle que Marlene y yo hemos tenido un romance largo tiempo. Katherine no necesita que le recuerde un pasado que para ella no existe.- Rebecca le expresa mientras Tanja se dirige al baño para desvestirse. Le entrega el traje con sus manos y bien doblado sobre su antebrazo.   
- No te puedo prometer nada Rebecca y no hay seguridad de que alguien en LCL no le diga nada. Debes estar preparada para una situación difícil. No decirle a Katherine la verdad sólo me confirma que Marlene sigue siendo el amor de tu vida.-  Las palabras de Tanja destrozan emocionalmente a Rebecca, como el borde dentado de un cuchillo hace con la carne.
- Ya me ocuparé de ella como me parezca.-  Replica Rebecca. Tanja se ríe al entregarle el vestido.
- ¡Dime Rebecca! ¿Es por eso que Katherine está viviendo en el desván y no aquí en el castillo? - Le pregunta sin rodeos.
- Eso no es asunto tuyo, pero voy a contestar. No estoy lista para un compromiso. Conseguir más de lo que tuve con Marlene no es fácil.- Tanja interrumpe de forma tajante.
- Todo el mundo conoce tu idilio con ella y como acabó. Pero estoy segura de que sigues queriendo a Marlene más que a nadie. - Rebecca se siente atrapada por la dureza veraz de Tanja. – Realmente, Rebecca, nunca amarás a nadie como amas a Marlene. - El rostro de Rebecca se encoleriza de ira. Rápidamente se lleva el vestido balbuceando. Desde la puerta  mira a Tanja con una expresión de arrebato, una mirada Lahnstein de desacuerdo. No dice nada más y sale dando un portazo.

Rebecca se retira a su habitación. Las palabras de Tanja  aguijonean en su interior profundamente.  Está tumbada en la cama, se encuentra demasiado enojada para llorar. Rueda sobre su espalda colocando las manos detrás de su cabeza y la vista en el techo. Así permanece un rato, pero que le parecen horas. Finalmente permite que sus emociones se apoderen de ella y comienza a sollozar. Sus pensamientos están con Marlene, no puede apartarla de su pensamiento. Reconoce que Tanja la ha puesto en la realidad. Marlene siempre será el amor de su vida, no importa lo duro que fue tratar de olvidarla sin conseguirlo. Hace una mueca al recordar a Katherine y cómo había construido cuidadosamente una relación con ella que no desea destruir. Esa relación es lo que tiene que encarar. Katherine se preocupa profundamente por ella nunca hubo duda alguna sobre sus sentimientos desde el momento en que se conocieron. Le encanta la moda como a Rebecca y trabajan interminables horas juntas  diseñando. Se despierta de la ensoñación al sonar el móvil que la trae de vuelta a la realidad.
- ¡Hola! – Responde, se incorpora de la cama limpiándose la cara con el dorso de la mano.
- ¿Me echas de menos?- Katherine pregunta en un tono cariñoso.
- ¡Sí! - Rebecca contesta con solemnidad.
- ¿Vas a estar en casa mañana?- La pregunta de Rebecca intensifica el deseo de Katherine de regresar y pasar algún tiempo muy necesario con ella.
- Mi vuelo llega a las cinco ¿Es lo que quieres saber para vernos en el desván?-  Pregunta.
Te esperaré allí.-    Rebecca contesta con una media sonrisa y lanza el teléfono de nuevo a la cama después de colgar. Percibe cierta tensión interna, en su pecho palpita el deseo de escapar. Se frota las sienes doloridas y contempla una visión.  - ¡Marlene! – Se le escapa de sus labios. - ¿Por qué?- Se pregunta en un susurro.

Ella sabe que Katherine merece conocer la verdad sobre su pasado, algo que había logrado evitar hasta hoy. Se arrodilla junto a la cama, mete la mano debajo tirando de la caja de LCL que contiene los recuerdos de su primer amor verdadero, la abre y mira su contenido. La bufanda multicolor de Marlene. Cuando lo necesita, la toma para mantener caliente su corazón. Sonríe llevando a su rostro el dulce aroma del perfume de Marlene que todavía persiste y así llenar el vacío de la soledad que siente. Pone la bufanda suavemente sobre la cama y coge una foto de las dos en los tiempos más felices.  Una almohada, la que Marlene ocupaba, percibe que es tenerla más cerca, poniendo su cabeza cerca. Rebecca descarga toda la emoción llorando. Las lágrimas caen como gotas de lluvia sobre la imagen que sostiene en sus manos.  
- Siempre en mi corazón, estoy cuidando lo que teníamos.- Expresa en voz alta,  devuelve  la imagen a la caja junto con el pañuelo y asegura la tapa superior empujándola debajo de la cama de nuevo.

Debe y quiere ser sincera, entiende que debe contarle a Katherine la historia con Marlene antes de que algún otro lo haga, condicionado por una visión subjetiva y poco realista


martes, 17 de mayo de 2016

CAPíTULO 1


                                               

                                  -LA REALIDAD Y LA NOSTALGIA-

Rebecca toma  asiento en la mesa de diseño, el lápiz en la mano y un bloc de dibujo en blanco delante. Se regodea en su pensamiento por en gran éxito obtenido  con las colecciones de primavera y verano. Antes de la estación estival es hora de crear los diseños para el otoño. Mira fijamente al cuaderno de dibujo en blanco, al tiempo escucha el sonido de un repetitivo clic a su espalda indicando que alguien sube las escaleras, ese ruido la devuelve al presente.
¡Kim! - Rebecca reconoce ese ritmo de caminar.
- ¿Qué tal te ha ido en las vacaciones?-  Le pregunta. Mientras, ella deposita su taza de café sobre un posavasos. Kim se sienta en la banqueta que hay en una esquina de la mesa de diseño. No le  responde de inmediato, la distrae su teléfono celular sonando dentro del bolso.
El teléfono ¡Maldita sea! – Se lamenta intentando pescarlo en el interior.
- ¡Lo siento!-  Responde al tiempo que el teléfono se queda en silencio.
– ¡Maravillosas! España en primavera es majestuosa. -  Se sonroja algo.
- Emilio y yo hicimos un viaje romántico. – Se ríe. Rebecca asiente con una sonrisa. – Bueno, me alegro por los dos, pero hay que ponerse al trabajo. Ya sabes cómo es Tania. También está esperando sus vacaciones en España. ¡Pero de trabajo!-   Le comenta. Kim pone ojos  de sorpresa y suspira profundamente con calma. Le responde con un susurro.           
- Probablemente debería estar en mi oficina antes de que ella llegue.- Kim recoge su café, se cuelga el bolso al hombro, duda por un segundo antes de mirar a Rebecca.
- ¡Por cierto! Hablé con Marlene anoche y me preguntó ti.- Rebecca levanta lentamente la cabeza y esboza una forzada sonrisa.   
- ¡Ah! ¿Cómo le van las cosas en Los Ángeles? - Pregunta con curiosidad, no queriéndole dar importancia.  Kim sonríe levemente, negando con la cabeza.
- ¡Bien! aunque cansada. El teatro y Jakob Bailey han sido un regalo del cielo para ella.- Rebecca siente angustia en su corazón al oír el nombre de Marlene que provoca  se le haga un nudo en la boca del estómago.  
- ¡Ya! – Responde con sequedad. Kim añade sonriendo.
- Le dije que has tenido un gran éxito con las últimas colecciones y que has disfrutado mucho como Jefe de Diseño y los martirios de Tania.-  Le dice con cierta jocosidad.
- ¡Es cierto!- Contesta Rebecca mientras esboza un dibujo en su libreta. Kim se despide y se dirige hacia su oficina. En ese momento Rebecca deja de dibujar y su mente comienza a preguntarse de nuevo por Marlene. Han pasado dos largos años desde que se fue a Los Ángeles. Solo la mención de su nombre  provoca  que se pare en seco, necesita reflexionar.  Dejarla marchar era lo adecuado en aquel momento. Luego regresó para marcharse de nuevo y no volver. En su rostro aparece una sonrisa con un toque de picardía al pensar en ella y los recuerdos de todo lo que una vez compartieron. Con la barbilla apoyada en el puño, que parece escondido debajo de su mentón, Rebecca se queda inmóvil.  Una voz femenina la saca de sus pensamientos.     
- ¡Hola Rebecca! ¿Estás aquí? – Pregunta tocándola  por los hombros por detrás.     - ¡Buenos días!- Rebecca contesta inclinándose hacia ella y la besa.
- Parecías perdida, ¿Estás bien?– Pregunta después de saborear el beso de Rebecca.              
- ¡Lo estoy!-  Katherine Schmidt es una bella mujer de largo cabello negro azabache y ojos verdes encantadores en los que hay fuego, delgada figura y menuda, piel bronceada.  Es de origen portugués y alemán, se trasladó de Berlín a Dusseldorf tras entrevistarse con Rebecca en un desfile de moda el verano anterior. Rebecca se enamoró de Katherine y su talento. Luego le ofreció un trabajo de diseño de moda joven para LCL.  Rebecca la mira a los ojos.
- ¿Almorzamos en Schneider? - Katherine le pregunta antes de dirigirse a su puesto de trabajo.  
- ¡Vale! – Rebecca sigue con la mirada el lento caminar de Katherine. Marlene se desliza de nuevo en su mente y le parece que es ella quien va delante caminando por la sala de diseño. Katherine es diferente de aquella figura de ojos azules y pelo rubio que la enamoraron tan desesperadamente.
- ¡Tanja te está buscando! – Una voz la saca de su ensoñación. Jessica le dice asomando la cabeza por la esquina, Rebecca frunce el ceño y la mira.
- ¿Supongo que quiere que vaya a su oficina? – Le pregunta a Jessica en un tono sarcástico. La sonrisa de Jessica es irónica, mientras pasa al lado de Rebecca con un rollo de tela bajo el brazo.
- Yo sólo soy el mensajero.- Le dice en un tono sibilino. Rebecca se separa lentamente de su mesa y se encamina escaleras abajo a la oficina de Tanja. Entra en el despacho después de un ligero golpeteo en la puerta y se deja caer en la silla frente al escritorio.
- Espero que sepas que los diseños de otoño son ahora mi prioridad más importante.-  Rebecca, dice sin rodeos y con algo de agresividad. Tanja sonríe dejando su taza de café encima de la mesa.
- Los diseños de otoño serán un éxito, es algo que no tengo ninguna duda. Tampoco acerca de tu dedicación al trabajo, Rebecca, y estoy segura de que vamos a tener que hacer horas extras para conseguirlo, pero necesito algo más de ti.- Tanja habla secamente.
- ¿Qué podría ser más importante ahora, que la caída de mi cabeza en unos pocos meses si no se consigue ese triunfo que vaticinas?-  Expone Rebecca  cruzando los brazos y la mirada fija en ella. El gesto de Tanja se hace serio.           
- Sebastián y yo hemos decidido volver a casarnos.-  Expresa con agudeza. Rebecca sacude la cabeza con incredulidad.
– ¡Asombroso! ¿No es ya la sexta vez? - Le preguntó en voz baja. Tanja le corta.
- ¡No importa cual! Sebastián y yo nos casaremos el próximo mes en Konigsbrunn. Quiero que me diseñes un vestido. – Le cuenta sorprendiendo a Rebecca con la guardia baja.
- ¿Un vestido?- Rebecca no puede evitar la pregunta. - ¿Y para qué fecha necesitas ese vestido?- Tanja se ríe entre dientes mientras se levanta de su escritorio y se acerca a la puerta, mira por el ventanal antes de cerrar la persiana.  
- Esto es importante para Emma, Rebecca, quiero que me vea bien.-  Rebecca suspira profundamente.
- ¿Y qué es exactamente lo que deseas? Quiero decir que tengo un viaje a Roma previsto para la próxima semana, he de estar en la apertura de la nueva Boutique.- Le dice al tiempo que se levanta de su silla y se acerca a Tanja.
- Katherine puede manejar el viaje a Roma, te necesito aquí. Me gustaría tenerlo acabado la primera semana del mes próximo.- Tanja se confiesa muy cortés. El corazón de Rebecca se hunde mientras escucha a Tanja hablar sobre la boda. Rebecca no dice nada más. Mira su reloj agobiada por el tiempo y sale de la oficina de Tanja.
Rebecca llega a Schneider un tanto apurada, Katherine la espera con paciencia sentada en una mesa.
- Lo siento, llego un poco tarde.- Le dice con una mueca de disculpa. Katherine sonríe y responde.
- Ya me imagino la charla con ella, sé que tenías una reunión con Tanja.- Rebecca la besa en la mejilla para tranquilizarla.
- ¡Sí! Siempre hay algo que quiere o está tramando.- Añade Rebecca. Katherine pone su mano suavemente sobre el antebrazo de Rebecca y la tranquiliza.
- Por favor, vamos a disfrutar de la comida y no te preocupes por los chismes del  trabajo.-  Rebecca, decide pedir del menú. El camarero les trae una copa de vino frío, Rebecca le da un sorbo para calmar sus nervios. Katherine se percata que Rebecca está intranquila, tiene la mirada recogida en la comida de su plato.
- ¡Ok fuera con él! - Katherine le ordena a Rebecca. Rebecca la mira confusa con esos ojos marrones oscuros  y traga saliva.
-Tanja y Sebastián han decidido volver a casarse el próximo mes y ella me quiere para diseñarle un vestido.-  Le dice Rebecca dejando caer su tenedor en el plato y pidiendo al camarero otra copa de vino.  
- ¡Oh! Ya veo.-  Katherine se muestra curiosa.  
- No voy a  hacer el viaje a Roma como lo habíamos planeado.- Menciona enfadada. Katherine acerca su mano a Rebecca.
- No puedo decir que no estoy decepcionada, pero no tenemos que ir. Podemos intentarlo en otro momento.- La actitud positiva de Katherine gusta a  Rebecca. Ella niega con la cabeza y le responde.
- Yo no voy a ir, pero tú sí. Tanja lo ha decidido así.- Katherine pone la servilleta sobre la mesa y cruza sus manos.         
- ¿En serio?-  Pregunta sorprendida y espera una palabra clara de Rebecca.
- Me temo que sí.- Rebecca frunce el ceño cuando le responde.
- Yo no voy a ir.- Katherine le dice en voz alta.
- Tienes que ir, es la apertura y no te la puedes perder.-  Rebecca le replica.
- Alguien tiene que representar a LCL y Tanja ya ha hecho su elección.- Katherine pregunta incrédula.
- ¿Yo?-  Rebecca asiente de nuevo como si ella no estuviese segura de lo que acababa de oír.
- ¡Si tú! - Rebecca continúa con deliberada intención.
- Piensa en ello Katherine. Tanja te está entregando  algo grande, que es parte de tu futuro en LCL.- Katherine se siente sin aliento.
- No sé Rebecca, soy una diseñadora de moda no soy  mujer de negocios.- Suplica con vehemencia.
– Lo vas a hacer bien, tengo fe en ti. No es negocio es de la moda de lo que tienes que hablar.-  Rebecca la calma con sus palabras y con una  sonrisa. Terminan su almuerzo y el último vino.

-Ahora tengo que diseñar un vestido para Tania y tú tienes un viaje a Roma que planificar.- Rebecca le expresa con cariño. Pagan la cuenta y se dirigen de nuevo al trabajo.