Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 26 de julio de 2016

CAPÍTULO 11


                                          -NO TODO ESTÁ TAN CLARO-


Rebecca deja su cartera en la mesa de la cocina, abre la nevera, extrae un plato de sobras y una botella de agua. Coloca el plato en el microondas a calentarlo y se sienta, en espera bebe un poco de agua. Coge la cartera que ha dejado a un lado, extrae unos papeles que mira atenta, cuando el pitido del microondas la sobresalta. Alcanza a ver una sombra por el rabillo del ojo, mira hacia atrás para ver a Elisabeth sosteniendo el plato.
- Creo que esto es tuyo.- Sonríe y le deja el plato en la mesa delante de ella.
- No te oí entrar.-  Comenta recogiendo su tenedor.
- ¿Día difícil?- Elisabeth adivina en voz alta.
- ¡Tanja! Ella nunca es feliz, yo no entiendo lo que le impulsa a hacer las cosas que hace. Todas estas ideas retorcidas suyas.- Elisabeth se adelanta a tocar el antebrazo de Rebecca.
- ¿Esto tiene que ver con Marlene?- Rebecca deja de comer. Con lentitud, coloca el tenedor encima del plato.
- No tengo dudas de que ella puede hacer el trabajo, es ingeniosa e inteligente, pero ¿Por qué en LCL?- Elisabeth separa una silla y se sienta junto a ella.
- ¡Bien! Podría haber muchas razones, Tanja y Marlene son amigas desde hace tiempo y ella sabe cuan dedicada y trabajadora es.- Rebecca niega con la cabeza.
- ¡Es verdad! Pero puede ser que Tanja tenga algún plan que esté cocinando. Vamos a ser realistas Elisabeth, Marlene es sólo un peón en su juego para desacreditarme.-  Elisabeth piensa  un momento antes de responder.  
- Yo creo que es porque te quiere.-  Rebecca se emociona.
- ¡Elisabeth!- Exclama.
- ¡Lo siento Rebecca! Pero es una sensación que tengo. Marlene no habría llegado a casa y aceptar un trabajo en LCL si pensara que las cosas iban a ser realmente difíciles entre vosotras dos.-  Rebecca llora mientras escucha las palabras de Elisabeth. Se limpia la cara y empuja el plato sin terminar lejos de ella.
- No lo creo, ¿Cómo podía sentir nada por mí? Me dolió más de lo que te puedas imaginar, yo la amaba, pero no estaba preparada.-  Habla con voz temblorosa. - Mi relación con Katherine es buena, ella es mi futuro.- Mira a Elisabeth buscando palabras de aliento.
- ¿Preparada? Las personas en el amor no pueden prepararse para contratiempos emocionales, que pueden y deben suceder. Katherine es una mujer maravillosa y ha sido buena para ti, pero tienes que preguntarte con quien deseas pasar el resto de tu vida. ¿Debe ser alguien que te ame incondicionalmente?-
Las palabras de Elisabeth son cortantes. La mira directamente a los ojos.  
- Nunca voy a amar a nadie como amé a Marlene y creo que todo el tiempo. Pero las cosas cambian y la vida sigue. Las dos tenemos que mirar hacia adelante.-  Elisabeth coge una servilleta y se la entrega, ella se limpia las lágrimas que bajan por su cara. Rebecca niega con la cabeza.
- Hice el ridículo hoy por preguntarle si el hombre que estaba con ella en la boda era su novio. ¿Quién hace eso? ¡Yo! Estaba triste y celosa.- Rebecca comenta con ira. Elisabeth se levanta de la mesa.
– No te castigues, estás enamorada y duele. Es el dolor y la ansiedad que sentías por haber perdido su cariño.- Elisabeth extiende su mano y  coge la de Rebecca.
- Venga, necesitas un buen sueño, necesitas descanso, estás agotada.  Hay decisiones que tendrás que tomar en el futuro y tu conciencia debe ser clara.-  Elisabeth sonríe y sube por las escaleras hasta su habitación.  Se sienta tranquilamente en su escritorio. En el correo Email convoca para el día siguiente una reunión a toda la familia a primera hora de la mañana.

Después de desayunar sola Elisabeth espera a que todos aparezcan en el estudio hojeando el libro mayor del banco. Ha preparado copias para cada uno de ellos,  comienzan a llegar poco a poco y se van sentando alrededor de la mesa.
- Sebastián ¿Has traído la decisión final que se ha hecho del nuevo contable?-
Elisabeth inicia la sesión para ganar la atención de todos. La sala queda en silencio Sebastián se acerca a ella con informes de varios candidatos en la mano. 
- Les he entrevistado ya y he reducido la lista a tres.- Organiza las hojas de los currículos antes de entregárselos, los mira. 
- He elegido éste.- Comenta  apuntando a la que está en la parte superior.
- Abby Wilkes. Tiene  treinta años, es ambiciosa y ha trabajado en una pequeña casa de moda en Hamburgo durante los últimos seis años.- Tristán interrumpe. 
- ¿Y qué más hay en ella que lo merezca según tú?- Sebastián frunce el ceño.
- Su educación, ella es de los números uno de su promoción y conoce el negocio de la moda muy bien. Creo que puede encajar perfectamente.- Tristán sonríe sirviendo él mismo un agua tónica. Ansgar mira alrededor de la habitación y cuestiona en voz baja.
- ¿Le has preguntado los o sus motivos  para salir de Hamburgo?-  Elisabeth corta a Ansgar.
- Sebastián voy a seguir tu recomendación. Si la señorita Wilkes es la que sugieres,  entonces ya estás perdiendo el tiempo en hacerle una oferta. Cuanto antes resolvamos  este asunto, mejor será para todos.- Sebastián recoge las hojas.
– Disculparme, he  hacer algunas llamadas.- Hace el gesto de abandonar el estudio. Tanja mira con sequedad a Tristán.
- Es una pena que tuviéramos que renunciar a Martin. Le parece que el banco es más importante que la LCL. Así que tendré a una joven que es entusiasta y amigable en la casa de moda. ¡No es tan mala idea! ¿Verdad?-  Ella comenta con sarcasmo. Tristán aprieta los dientes con rabia.
- Martin está mejor en la contabilidad bancaria. Está ahí sí, solo porque Tanja lo ha cedido.- Responde con vehemencia en un intento de hacer valer sus razones.
- ¡Basta!- Elisabeth grita con fuerza.
- ¿Dónde está Rebecca?-  Pregunta mirando a Tanja. Ella responde con firmeza.
- Tiene un almuerzo con una modelo italiana que estamos cortejando para Riga. Como sabéis Riga es en pocas semanas. La cartera de moda de otoño estará lista pronto.- Elisabeth le pide a Tristán un poco de su agua tónica.  
- ¿Tendrá tiempo suficiente para preparar el desfile de moda line up el lunes?- Elisabeth pregunta retirando sus gafas y las reposa sobre la mesa. Cruza las manos  y espera una respuesta.
- Los empleados tendrán que trabajar horas extras, pero si, el lunes es factible.- Tanja insiste en recoger sus cosas y salir hacia la oficina. Elisabeth se dirige a Ansgar.
- Hay algo que tenemos que discutir. He recibido tu informe trimestral y debo decir que estoy viendo algunas mejoras.- Ansgar sonríe sentado, erguido en su silla endereza su corbata.
-  ¡Gracias!Tengo un vuelo temprano a Vancouver hoy por la mañana. Me reuniré con nuestro Gerente Forestal esta semana. Te enviaré por fax un nuevo informe.-  Responde levantándose de su silla. - Ahora, si me disculpáis, tengo que preparar el equipaje.- Tristán se sirve otro trago.
- Tanja es una arpía tal…- Habla alto y  apura su bebida.
- Domada o no ella es inteligente para el negocio, es posible que LCL no hubiese sobrevivido con ella fuera.-  Elisabeth se retracta de sus comentarios.
– Es una desgracia para nosotros que todavía estemos tratando con sus formas rudas y desagradables.- Él se ríe entre dientes.
- ¡Es cierto!  Por desgracia nos quedamos ahí, con ella.- Comenta Elisabeth, Tristan está de acuerdo. Termina su bebida y deja a Elisabeth para resolver las discusiones familiares.

Marlene se sienta en su escritorio y comienza a trabajar en su ordenador los esquemas de color. Los imprime y los coloca en un portapapeles. El teléfono del escritorio suena sobresaltándola.
- Marlene Von Lahnstein.- Responde de manera profesional.         
- ¡Buenas tardes!- Tanya dice en broma.
- ¿Has tenido la oportunidad de mirar por encima de esos zapatos?- Marlene frunce el ceño.
- Estoy esperando a Rebecca.- Marlene mira por la ventana de su oficina en busca de Rebecca.
- ¡Hmmm! Tuvo un almuerzo con una modelo para Riga, debe retrasarse, te la envío  tan pronto como regrese y me encuentre con ella.- Marlene cuelga y  completa el resto de las impresiones.  Entra en el almacén y comienza a hurgar en los numerosos zapatos que estaban apilados en los contenedores.
Rebecca sube las escaleras y se sienta con su cartera en la mesa de diseño. Está eufórica la modelo que había elegido para Riga accedió a una sesión de fotos. Abre su cuaderno de dibujo y comienza a elegir diseños cuando el teléfono le vibra en el bolsillo.
- ¡Hola!-  Responde.  
- ¿Cómo estás?- La voz de Katherine es hosca, Rebecca puede percibir que está cansada.
- Han programado para mañana la cirugía, sólo quería escuchar tu voz, te echo de menos.- Habla en un tono fatigoso.
- ¿Está todo bien? Suenas distante.- Pregunta.
- Estoy en el hospital, tuve un descanso y quería hablar con el médico que debe aparecer en cualquier momento. Me debo ir, mi familia está a la espera.-  Cuelga. Rebecca se queda mirando su teléfono. Encuentra la conversación algo extraña por sus palabras.
Marlene tiene apiladas varias cajas de zapatos fuera de la puerta del almacén oye  rodar un maniquí que se detiene al lado de los zapatos. Rebecca se despierta por el ruido y el alboroto procedente del almacén. Levanta la vista para ver a Marlene entrar en él. Cierra su cuaderno de dibujo. Con secretismo mira a su alrededor para ver que los empleados están ocupados en lo suyo. Se acerca al lugar y entra. Cierra la puerta detrás suya. Escucha un leve ruido que viene de la parte de atrás mientras camina despacio hasta que la encuentra frente a los contenedores, de espaldas a ella. Marlene está mirando dentro de cada caja en busca de accesorios para añadir al tema que está trabajando. De pronto se siente extraña, como si  no estuviera sola. Se da la vuelta recuperando el aliento.
- ¿Rebecca? ¡Me has asustasdo!- Marlene se lleva la mano al pecho. Rebecca no dice nada, su mirada es como un trance. Se acerca a Marlene y descuelga el portapapeles de su brazo.       
- ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?- Pregunta, no ve la  intención de Rebecca que arroja el portapapeles en la estantería al lado de ellas, se acerca más hasta que Marlene  topa su espalda contra la estantería de zapatos. Coloca las manos en su cintura.
- ¡Rebecca!-  Exclama sorprendida. Rebecca le coloca su dedo índice en los labios.
- ¡Shhhh!-  Susurra. El corazón de Marlene empieza a latir rápido por una insinuación de deseo y ansiedad. Rebecca acerca sus labios y la besa con pasión. Permiten ambas la entrada mutua al abrir sus labios. Sus lenguas se entrelazan en un apasionado beso explorando cada pulgada de sus bocas saboreando la dulzura que tan a menudo anhelaban. Marlene gime y pasa los dedos por el cabello de Rebecca que da un paso atrás y se aleja, dejándola aturdida.
- ¡Rebecca!- Marlene jadea, Rebecca niega con la cabeza, le coloca la mano en la boca. 
- ¡Lo siento Marlene! Yo no sé lo que estaba pensando, por favor perdóname.- Le ruega.
- ¡Está bien de verdad!- Se mueve hacia ella de nuevo todavía algo sorprendida. Rebecca retrocede.
- ¡Por favor! No, no puedo!-  Rebecca corre hacia la puerta para abrirla y escapar. Marlene intenta recomponerse antes de salir del almacén. Rebecca se sienta en su puesto con las manos cubriendo su rostro. Marlene se acerca a ella.
- ¡Rebecca!- Le dice. Rebecca la mira con pesar.     
- ¡Lo siento!- Ella suspira. - No sé qué me pasó.- Marlene mira a sus ojos tristes.     
- Creo que deberíamos hablar.- Rebecca se levanta y rodea la mesa de diseño para acercarse más a ella.
- No puedo en este momento.- Habla tragando saliva. 
- Tenemos que trabajar sobre este tema antes de que Tanja se impaciente y eso es lo que no necesito. Su respiración a mis espaldas.- Marlene coloca sus ojos en ella.
- Entiendo, pero…- Rebecca la interrumpe.
- ¡Por favor, Marlene! ¿Podemos guardarlo para más tarde? Me doy cuenta que lo hecho, fue impulsivo e injusto para ti.-  Marlene tiene una mirada de desconcierto. Rebecca se acerca al maniquí y lo hace rodar bajo las luces.
- ¡Vamos a trabajar!- Marlene regresa al almacén, recupera su portapapeles y comienza a mover las cajas de zapatos de nuevo. Mientras  Rebecca coloca un vestido de noche en el maniquí. Marlene  la observa, está  retocando una bata para un mejor ajuste en el maniquí. – ¿Tengo que pensar en los zapatos?-  Se pregunta tratando de concentrarse en el tema. Marlene abre una caja con un par de tacones de aguja de oro en ellos. Se los entrega a Rebecca.
- Buena elección.- Logró una sonrisa.
- ¿No deberíamos suavizar la iluminación un poco?- Pregunta Marlene.  Rebecca está de acuerdo gira la lámpara hacia abajo.
- Pensé que un telón de fondo con algunos naranjas, tostados y marrones contra un viejo muro de piedra sería un buen complemento.- Rebecca trata de imaginar la idea de Marlene.
- ¡Sí, ya! El vestido es de color verde oscuro, estoy de acuerdo, estamos haciendo una sólida colección de otoño para Riga.- Marlene intenta aliviar sus tensiones. El beso empieza a sopesar una vez más, muy pesado en sus pensamientos.
- ¡Marlene!- Rebecca le rompe la mirada perdida.
- Voy a informar a Tanja de esto.- Marlene replica con rapidez.
- ¡Por favor! Ahora si me disculpas tengo una sesión de fotos que preparar.-  Le dice, dejando a Marlene en un juego de adivinanzas. Poco después
- ¡Ah! ¡Marlene!- Tanja la llama caminando hacia el maniquí y girando la cabeza a uno y otro lado.
- ¿Dónde está Rebecca?- Pregunta. Marlene le dice que no es su mamá.
- ¡Marlene! ¿Dónde está Rebecca?- Vuelve a interrogar de nuevo cara a cara con ella.
– Preparando una sesión de fotos, antes estuvo aquí.- Marlene se gira para mirar hacia su mesa. Tanja escanea toda la sala de diseño.
- ¿Es esto en lo que  trabajas?- Tanja le demanda,  le  parece preocupada. - ¡Hola Marlene!-  La sacude con ligereza.
- ¡Sí Tanja ese es mi trabajo.- Le espeta.
-Tengo que hablar con Rebecca, no contesta al teléfono. Elisabeth está presionando para una revisión el próximo lunes de la colección de otoño y necesito estos temas preparados a mediados de la semana.- Tanja lo suelta con la brusquedad que acostumbra.
- Precisamente por eso, Rebecca está en la sesión de fotos.- Marlene argumenta con calma.
-Tengo una reunión  a las cuatro con nuestro nuevo contable. Quiero que la conozcas lo antes posible. Va a preparar el presupuesto para los diseñadores. Me gustaría que le dieras alguna información. -Tanja le comenta en el mismo tono. Marlene frunce el ceño.
- ¿Yo? Yo tengo que terminar este escenario y todavía tenemos que ver el trabajo de la sesión de fotos.- Tanja ríe mirando a Marlene con astucia.
- Y es por eso que te contraté como Director de Arte, Marlene, hazte cargo, trabajo a pesar de los problemas, será tu responsabilidad preparar un presupuesto multi área.- Ella le responde con una sarcástica sonrisa. - Dile a Rebecca que me llame.- Y se aleja dejando a Marlene cruzada de brazos y suspirando. 
El teléfono celular se agita en su mano, Marlene  camina  hacia su despacho.
- ¿Dónde estás Rebecca?- Pero escucha  al otro lado del móvil a Biggi. 
- Me he puesto en contacto con mi amigo, el agente inmobiliario. Dice que tiene una oferta que está a pocas cuadras de LCL. Le dije que estabas trabajando.  ¿Podrías verlo mañana a la hora del almuerzo, por ejemplo a la una? - Pregunta Biggi.
- ¡Perfecto Biggi! Eres la mejor.- Marlene, por una vez se siente fuera de las presiones del trabajo y Rebecca, como si la levantaran de sus hombros.
- Voy a confirmar la cita con él y con buena suerte, espero que esto funcione.- Le dice con afecto.
- ¡Gracias Biggi!-  Le expresa y cuelga la llamada. Un revuelo fuera de la puerta de su oficina le hace levantar la mirada, allí en la puerta está Rebecca.
- ¡Ahí estás! Tanja te ha llamado y buscado por todas partes para que…- Se levanta de su escritorio hacia ella.
- Me ataron con el fotógrafo. Le tuve que convencer  para conseguir el trabajo de aquí a mañana.- Le cuenta Rebecca mientras caminan de regreso hacia el maniquí. Marlene le repite.
- ¿Tanja?-  Rebecca la mira sin rodeos.
- La acabo de dejar en su oficina. Dice que está satisfecha, al menos por ahora.- Continúa hablando. - Espero que podamos acabar para esta noche. Quiero tener un telón de fondo dispuesto para varios vestidos. Mañana después de la comida, espero que podamos empezar con el tema adolescente de Katherine.-  Marlene se siente fría por dentro al escuchar el nombre  de Katherine.
- ¿Sabes algo? Acerca de su madre quiero decir.-  Rebecca niega con la cabeza.
- Llamó antes, pero sonaba distante. Tiene miedo, su madre pasará mañana por el quirófano.-  Contesta mientras cambia el vestido en la orientación del maniquí sobre el telón. Marlene vuelve a recordar el beso que compartieron. Desea abordar el tema con ella. Rebecca puede sentir su mirada lo ve en sus ojos.
- ¿Todo bien?- Marlene empieza a temblar.           
– Rebecca, deberíamos hablar.-  Rebecca se volvió para responder.
- Pero no aquí ¿Podríamos quedar más adelante? Ahora tenemos que terminar esto.- Rebecca se lo pide atendiendo a lo que las circunstancias serían con Tanja, si no progresan.
Es difícil mantener a  Marlene quieta cuando todo lo que realmente desea hacer es abrazarla y besarla, pero la triste realidad de Katherine ensombrece su mente.
“¿Cómo voy a herirla?” Rebecca percibe el dolor en la misma forma en que ella engañó a Marlene arrancándole lo que tenía y lo que se perdió por el calor del momento. 
– ¡Rebecca!- Llama su atención levantando un gran telón de fondo impreso.       
- ¡Ayudame!- Permanecen en silencio trabajando hasta altas horas de la noche.  - ¡Rebecca, es tarde! – Le dice cuando ya ha expuesto el último telón de fondo. Se vuelve hacia ella.  
- Un poco más a la izquierda.- Señala Rebecca, ella levanta la esquina. Por fin deciden dejarlo hasta mañana.
Rebecca se acerca a su mesa y coge el bolso.  
- ¿Estás lista?- Le pregunta a Marlene que apaga la luz de su oficina y cierra la puerta. Caminan en silencio para salir por la puerta principal.
- Sé que quieres hablar.- Comienza Rebecca.
- ¡Sí! Si deberíamos.- Marlene es breve en su tono.
- Caminemos entonces.- Le hace un gesto y comienzan a caminar por la acera.
- Me disculpo nuevamente Marlene lo que hice estuvo fuera de lo profesional y te prometí  respetar nuestra relación de trabajo.- Marlene se detiene frente pro frente.
- Siempre haces promesas que no puedes mantener.- Rebecca le dirigió una mirada de angustia.
- Es verdad, suelo hacer esas promesas y después las echo a la basura.- Le responde.
- No es porque me dejara besar, no sólo eres tú la responsable.- Se muerde ligeramente el labio inferior. - Yo deseaba que me besases.- Se expresa con calma. Rebecca mira hacia otro lado antes de hablar.
– Me sentí desmantelada, devastada, me dejaste aquí sola para recoger los pedazitos de mi vida que quedó fragmentada. Te amaba y me dolió Marlene, nunca imaginé ni en un millón de años que acabases poniendo esa distancia. Saliste de mí. ¡De nosotras!- Marlene comienza a llorar.
- ¿Devastada? ¿Cómo pudiste hacer trampa y luego mentir? Traté de decirte una y otra vez que estabas fuera de control. No hablábamos, sólo te preocupabas por el trabajo y el diseño de moda. Eres egocéntrica y egoísta cuando quieres llegar a lo que te propones.  Eso te hizo tomar decisiones por tu cuenta. Te rogué que no siguieras pero no me escuchaste.-  Marlene habla en un tono elevado. Rebecca mira a su alrededor.          
- Baja la voz, por favor. No puedo y no voy a hacer esto. Me di cuenta de mis errores, pero sólo después de que fuera demasiado tarde para nosotras y no me importa volver a vivirlos, hasta podríamos ir de nuevo a lo que teníamos, pero no veo por donde podemos avanzar.-  Sus ojos arden por las lágrimas, se le quiebra la voz y la boca se le reseca de las palabras que con dolor está  pronunciando. - Me he pasado los últimos dos años en la reconstrucción de mi vida, quiero una vida con Katherine, ella me necesita en este momento, ahora precisa de mi apoyo y comprensión, no la voy a hacer el mismo daño con el que te lastimé.- Ambas lloran con desesperación.
- Lo siento por ti Rebecca, las mentiras ya han empezado, ya me besaste voluntariamente. ¿Cómo se explica eso? ¿Cómo es de diferente? Dime, quiero saber.- Marlene suplica. Rebecca niega con la cabeza y se queda sin aliento. 
- ¡Por favor! No digas nada a Katherine no creo que pueda manejarlo.- Marlene le dirige una mirada de disgusto.
- No te puedo prometer que, no lo haré, no voy a mentir por ti, tampoco voy a ponerme al día en medio de tus planes de mantener las cosas ocultas. Tenemos que trabajar juntas día tras día y debes de asumir ese riesgo para llegar limpia. Nunca serás feliz viviendo una mentira y tampoco lo hará ella. Tienes que preguntarte si vale la pena y si realmente la amas. ¡Buenas noches!- Marlene entonces aligera el paso y a toda prisa se aleja de ella. Rebecca se siente destrozada se apoya en un poste de luz de la calle tratando de ganar compostura. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario