Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 1 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 25


                                       
                                              -LAS COSAS CLARAS-

Rebecca se dirige a la cocina para prepararse un refrigerio nocturno.
- ¡Condesa!- Justus camina detrás de ella.
- Justus, me has asustado.- Le responde dando un paso hacia un lado. - ¿Se ha ido todo el mundo?- Le menciona mientras abre el frigorífico.
-Todos se han marchado y el resto se ha retirado a sus habitaciones. ¿Puedo conseguirle algo más? ¡Condesa!-
Él pregunta colocando algunas botellas de champán en el armario.
- ¿Has visto a Tristán?- Le pregunta, interesándose, por si estaba solo o con Abby. 
- La última vez que le vi fue en el estudio hace una hora.-  Le responde con una sonrisa.  - ¡Buenas noches condesa!- 
Se ausenta por el pasillo de servicio y la deja bebiendo un zumo. Rebecca se dirige  hacia las escaleras, al pasar por delante del estudio, percibe algo de movimiento, entra en la sala poco iluminada.
- ¿Rebecca?- Pronuncia Tristán en un tono mordaz, por la forma de expresarse puede decirse que ha estado bebiendo y mucho. Se acerca a ella.
– Pregunté a Justus por  tu paradero.- Ella se detiene para mirarlo, el tropieza cayendo hacia ella, obviamente muy ebrio.
- ¿Por mí, porqué?- Él se ríe entre dientes.
- ¡Sí! Pensé que podrías estar con Abby!- Ella lo mira buscando una pista en su expresión facial.
- Ella se fue antes, creo que con Marlene.- Apoya la espalda contra la pared cerrando los ojos. Rebecca baja los hombros. 
- ¿Dijo algo?-  Excava en busca de una respuesta.
- No, ella no tenía por qué. Me preguntó acerca de Marlene de un modo extraño... - Detiene su charla.- ¡Mierda!.- Exclama dando un puñetazo a la pared. Rebecca baja la cabeza y abre los ojos dándole una mirada en blanco.
- ¡Mi hermana pequeña! ¿Haciendo malabarismos con dos mujeres al mismo tiempo?-  Su voz arrastra las palabras.
- ¿Cómo te las arreglas? ¿Eh? ¡Pobre Katherine! Ella nunca va a entender  lo que haces.- Rebecca aprieta los dientes.
- Deja de ser un idiota, por una vez, Abby debería haberte dicho la verdad sobre Marlene.- Le cuenta confirmando sus sospechas sobre ella. Se para y razona por sí mismo. 
- ¿Sabes? Cuando me dijo que sólo estaba interesada en que fuéramos amigos y  me dio la espalda después que le hice una insinuación. Debería haber visto las señales de advertencia.- Rebecca abraza a su hermano.
- Por lo menos ella no dejó que las cosas se salgan de control, estaba tratando de ser franca contigo desde el principio. ¡Lo siento!- Ella lo consuela. Él se encoge de hombros.
- ¡No! ¡Me gustaba! Pero nada sexual o romántico ha pasado entre nosotros.- Se ríe convirtiendo la situación en algo divertido. - ¿Qué vas hacer Rebecca?- Pregunta de forma aleccionadora.
- ¡No lo sé! Lo que me preocupa es que Abby tiene interés en Marlene. Debes permanecer fuera de eso. Ya sabemos lo que sentías por ella, al menos haz como si nada hubiera pasado.- Ella se detuvo en seco.
- ¿Al igual que lo hicisteis tu y Marlene?-  Comenta él con frialdad.
- Marlene y yo tenemos un pasado, no puedo negar que…, sólo puedo pedir disculpas por nuestros recelos  Tristán, creo que estamos más allá de eso ahora. Conozco su interés, se lo pregunté a Abby y le dije que debía aclararlo contigo.-   Tristán hace una mueca.
- ¿Tenías miedo que mi reacción fuera poco amable?-  Rebecca distingue el fuego en sus ojos,  duda en responder.  
- ¡Sí! Sólo porque sé cómo eres, no quiero que te hagan daño otra vez, eres mi hermano y te quiero. Pero también tengo que ser cautelosa cuando se trata de Marlene. ¡Tienes que entenderlo Tristán! Tengo cerca a Marlene después un tiempo muy largo. Su regreso  ha abierto un montón de viejas heridas y la caja de mis sentimientos.-  Él la mira con desconcierto.
- Siento lástima por Katherine, ella no se merece esto. Tienes la oportunidad de tu vida con una mujer que te dará todo incondicionalmente. No lo tires a la basura por alguien que no puede darte lo que quieres.- Tristán se muestra inflexible. Rebecca suspira mirándole  alejándose de él.  
- Me encantas Tristán,  realmente las quiero a las dos.-  Ella responde arqueando la cabeza contra la pared, jadeando y frotándose la cara con las manos.
- Katherine te ama y sé que la quieres, por lo que he visto este tiempo atrás. ¡No lo arruines!- Se levanta y emprende camino por el pasillo  lejos de su hermana. Ni una palabra más se habla entre ellos. Rebecca le ve abrir la puerta de su habitación y entrar. Ella se retira a su habitación dejándose caer en la cama. Coge su cuaderno de dibujo y lo abre a una hoja en blanco. Comienza una furibunda ola de dibujo a lápiz, trazando un boceto de un vestido de novia para Marlene, trabaja en él hasta altas horas de la noche.

Marlene y Abby yacen abrazadas en silencio. Marlene gime y se mueve, Abby abre los ojos.
- ¡Hey! ¿Estás despierta?-  Pregunta Abby.
- ¡Sí! Lo estoy.-  Responde ella acurrucándose más cerca.
- La partida de billar.  ¿Sucedió algo entre tú y Tristan?- Abby suspira. 
-Tristán se puso un poco nervioso, se molestó porque le pregunté dónde estabas y le dije que teníamos que hablar.- Le comenta en voz baja.
- ¿Le dijiste algo acerca de nosotros?- Marlene indaga elevando aún más la cabeza para ver  la cara de Abby.
- Lo intenté. Creo que debe saberlo. Me asustó un poco cuando estábamos en el estudio. Se enfureció y me fui. Al salir me encontré contigo.- Abraza a Marlene con fuerza en los brazos.
- Así que él no lo sabe realmente. Deberías haber sido más sincera con él Abby. Tristán se ha convertido en un ser muy perceptivo desde nuestra ruptura.- Abby se aparta de ella sentada en la cama.
- Estoy seguro de que él encontró a su hermana y si conozco a Rebecca le dijo todo.- Su tono lo acusa Marlene con disgusto por Rebecca, Abby no cuida sus palabras y ella trata de explicarle como es Rebecca en realidad.
- Rebecca no haría eso,  tratará de atajar su ira y calmarle, te advirtió varias veces Abby, y no creo que ella le diga nada de forma intencionada.- Abby la mira incrédula.
- No apostaría por ello, cuando se trata de mí,  estoy segura que ella hará cualquier cosa para minar nuestra relación.- Marlene  ve la tensión en el rostro de Abby.
- Por cierto cuando desapareciste antes, ¿dónde estabas?- Marlene sonríe levemente reviviendo los besos agresivos que Rebecca le había entregado. 
- En la terraza tomando el aire de la noche, el verano está punto de terminar y quería disfrutarlo.- Ella mira con profundidad a los ojos de Abby. - ¿Por qué?- Le pregunta, Abby se encoge de hombros.
- ¿Fue Rebecca allí?- El corazón de Marlene empieza a revolotear.
- ¡Sí! Sí estuvo.- Abby se quejó.
- ¿Ella te habló sobre Tristán? ¿De mí? Tal vez quería echar algo de mierda sobre mí. No quiero que la veas.- Abby le exige causando un shock para Marlene.
- Lo que… ¡Lo siento! Pero yo trabajo con ella y habrá momentos en que Rebecca y yo estemos a solas.  ¡Abby! ¿A qué viene esto?- Marlene muestra su descontento. 
- ¡Discúlpame! No debería haber dicho eso. No sé lo que estaba pensando, me doy cuenta de que tenéis una historia y estoy segura que Katherine se sentirá de la misma manera que yo.-  A Marlene la invade la rabia y se siente terriblemente incómoda.
- No necesitamos discutir sobre Katherine, esa es la preocupación de Rebecca no la mía o la tuya, no la impliques a ella, por favor.- Marlene trata de sosegar a Abby. Se incorpora y comienza a coger su ropa
– Me tengo que ir, mañana es un día en familia, y quiero levantarme temprano.- Abby le coge la mano.
- Es tarde Marlene, pasa aquí la noche, te prometo que nos  levantaremos temprano.- Marlene sale de la cama.
- ¡No! Ésta noche no Abby.- Ella comienza a vestirse.
- ¡Vamos Marlene!- Ella le suplica. Se levanta y se acerca hasta ella.
- ¡Nos vemos mañana!- Marlene enfatiza y se envuelve en el chal dando la vuelta alrededor de sus hombros, besa la mejilla de Abby.
- Nos veremos mañana.-  Insiste y se marcha fuera. Abby se relaja en su cama pensando. Coge su teléfono y desplaza la agenda al número de Tristan. Después de pensar un instante, rápidamente lo apaga. Suspira, sabe que tendrá que llamarlo y arreglar las cosas.

A la mañana siguiente se despierta con la idea de la noche anterior, acercarse a Tristán. Le envía un mensaje y espera con ansiedad su respuesta. Se va vistiendo mientras aguarda a que él responda y puedan hablar durante la mañana. Se cepilla los mechones de su pelo largo mirándose en el espejo, se aplica algo de brillo en los labios cuando el sonido de su teléfono la sobresalta. Tristán la convoca a una cita para tomar un café. Abby se pone su chaqueta y se dirige a No límits para cumplir lo prometido a Marlene.  Cuando llega al bar se sienta en una mesa en la parte de atrás.  Poco después aparece Tristán, entra con un aparente cuelgue.
- ¡Buenos días!-  Saluda y se pide un expresso.
- ¡Buenos días!- Responde Abby, él se sienta frente a ella.
- Quiero pedirte disculpas por lo de anoche, yo debería haber hablado contigo.- Ella baja la cabeza. Él permanece en silencio. – Tenía que haberte explicado algo sobre mí.- Ella hace una mueca.
- No sé qué quieres decir Abby.- Él le responde con severidad.
- Me interesa  Marlene como estoy segura de que te habrás dado cuenta.- Él se queda sin aliento.
- ¡Sí! Soy consciente, pero no lo entiendo.- Ella lo mira con extrañeza.
- ¿Por qué dices eso? Ella y yo tenemos una buena relación.- Abby se expresa como tratando de hacer una declaración firme ante él. Tristán se convierte en rudo e insensible.
- ¡Así que deseas mantener una relación con ella.- Le espeta en un tono áspero pero contundente. Abby  casi se atraganta con el café, ahora le resulta difícil de tragar.
- Tristán, eres grosero y ridículo.- Ella suelta en voz alta.
- No tienes ni idea, no sabes muy bien como es Rebecca ¿Verdad?- El interrogante de Tristán se convierte en abrasivo.
- Rebecca no participa en nuestra relación, Marlene ha perdido interés en ella. ¿Estás olvidando a Katherine?- Ella hace una mueca. Tristán muestra su risa cruel. 
- Ella puede amar a Katherine de una determinada manera, pero ella nunca amará a nadie como ama a Marlene, sé que es un hecho, ya que lo sufrí de primera mano. Yo amaba a Marlene, ¡La quería! Ella era mi mundo, mi vida no le importó, por mucho que intente aferrarme a ella. No pude, su amor por Rebecca era demasiado fuerte.- Abby comienza a temblar,  sus palabras son prepotentes y arrogantes.
- Ella está conmigo ahora y voy a hacer lo necesario para mantenerla, Rebecca no me conoce en absoluto Tristán, así que no haría tales afirmaciones triviales.- Su tono es controlado pero severo. Tristán termina su expreso.
- Debemos mantener las cosas de forma profesional. A partir de ahora mi oficina se mantendrá en contacto contigo cuando se trate de asuntos de trabajo. A Marlene nunca le vas a encantar en la forma en que lo hace Rebecca. Debes recordar esto al tratar con ellas. Después no me digas que no te lo advertí.- Saca algo de dinero de su bolsillo y lo arroja sobre la mesa dejando a Abby pensando en cómo tendría que manejar las cosas a partir de este momento.

Rebecca agita el visillo de la ventana, la luz del sol radiante entra a través de los cristales y levanta el rostro mirando a su alrededor. El cuaderno de dibujo en el que había estado dibujando todavía está sobre su regazo, contempla el vestido de novia que había trazado la noche anterior.
- Se verá hermoso en ti.-  Piensa  en voz alta y luego mira a su alrededor para ver si alguien más estaba presente. Rebecca se siente algo triste por fracasar en sus intentos de conseguir que Marlene  pasara la noche a su lado. Pero mantiene una actitud positiva y no deja que eso se convierta en un revés. Deja el cuaderno de dibujo, se acerca a la caja de joyas y levanta el collar con la piedrecita engarzada. Un pensamiento viene a su mente, que  regresaría a ella cuando tenga la oportunidad de ver aquella joya diminuta que un día le regaló declarando todo el amor que sentía al estar a su lado. Rebecca sale de su cama y saca algunas hojas y sobres, escribe algo en una nota que Marlene deberá leer. Ha puesto en marcha un plan y esta noche hará el siguiente movimiento.

Pasa el día de forma muy rápida, Marlene con su familia  y Rebecca enfrascada con el diseño para Marlene. Cerca de la hora de la cena Abby llega al apartamento de Marlene, con una botella de vino en la mano, también trae comida.
- ¡Hmmm! Comida china, ¡Que bien!- Marlene la recibe con una sonrisa. Después de cenar se sientan en el sofá a disfrutar de una película. Abby se relaja, en brazos de Marlene, bebiendo vino.
– He hablado con Tristán esta mañana.- Ella comenta como por casualidad. Marlene toma el mando y apaga la televisión.
- ¿Cuando ibas a decírmelo?- Cuestiona con ansiedad.
- Te lo digo ahora.- Ella se ríe y la besa.
- No pareció muy feliz, en realidad estuvo muy grosero.-   Ella la informa con una ceja levantada.
- Te lo dije, estoy segura de que fue muy arrogante e insensible. Tienes que darte cuenta de que lo he lastimado en su orgullo.- Ella habla pasando los dedos por el pelo de Abby.
- No creo que nos vaya a dar ningún problema. Me dijo que deberíamos tratarnos sólo en el negocio como profesionales y que debería estar al tanto de Rebecca.- Abby mira a Marlene.
- Rebecca no será un problema, creo que ella entenderá  que estamos saliendo.- Marlene habla con seguridad.
- ¡No sé! Tristán  parece pensar que hay algo entre vosotras que no puede ser roto, un lazo que os une.-  Ella le comenta. El corazón de Marlene se acelera recordando que hizo el amor con Rebecca recientemente. 
- ¡Abby! No debes preocuparte, hablamos de algo ocurrido hace ya tiempo.- Abby contiene la fuerza de su abrazo por detrás, apoya la cabeza en la parte posterior de su hombro.
- No estoy preocupada ¿Por qué debería estarlo? Estoy aquí contigo.- Le recuerda. Se levanta y  toma su mano y la conduce al dormitorio. Alli se entregan físicamente. Marlene coge de la mano  a Abby sosteniéndola.
- Esto estuvo bien.- Le dice a Abby en tono romántico besando el lóbulo de la oreja. 
- Tengo sed.- Abby se levanta de la cama y se envuelve en la túnica de Marlene.
- ¿Quieres un vaso de vino?- Ella le susurra.
- ¡Sí!-  Marlene yace sobre las almohadas, su pensamiento no se aparta lo más mínimo de Rebecca. Mantiene esa sensación de que el lazo que las une es irrompible. A veces piensa solo que está con ella mientras está entregada en los brazos de Abby. 
La contable recupera el vino de la nevera y lo va decantando en  una copa. De pronto escucha un golpeteo en la puerta. Estira el cuello hacia el dormitorio para ver si Marlene se había movido. Abby apoya las copas de vino en la encimera, se acerca a la puerta y la abre. Su cara es un poema al contemplar la figura de Rebecca en el descansillo.
- ¡Oh! Rebecca es que…- Saluda  con un tono suave y tranquilo. Rebecca se queda sin habla, todo lo que había temido se confirma al verla casi desnuda, solo cubierta con ropa de Marlene.
- ¿Está Marlene aquí?-  Le pregunta sin poder tragar,  su labio inferior comienza a temblar, se lo muerde para no manifestar su nerviosismo. Abby mira hacia el dormitorio.
- Realmente Rebecca ella está ocupada en estos momentos.- Rebecca asiente casi avergonzada de su presencia sin haber sido invitado.
- ¿Podrías darle esto por favor?- Le pregunta de una manera amable sin querer causar perturbación o  ira. Abby toma el sobre  y rápidamente cierra la puerta dejando a Rebecca de pie allí sola. Tira el sobre en el mostrador y regresa al dormitorio con las copas llenas, entrega a Marlene su vino.
- ¿Ha llamado alguien a la puerta? Creí escuchar que llamaban.- Le pregunta con curiosidad. Abby se aclara la garganta.     
- ¡Sí! Era Rebecca, ella quería verte, le dije que estabas ocupada, y te dejó un sobre, lo puse en la cocina.- Abby le responde con una media sonrisa. Marlene pone una mirada extraña.
- Lo siento, no sabía que ella se presentaría aquí.-  Abby se siente aliviada por que podría estar molesta al no permitir el acceso a Rebecca. Deja su copa de vino en el suelo y abraza a Marlene besándola apasionadamente. Ella se traslada a Rebecca, los latidos de su corazón se aceleran. Mientras Abby  la besa, de nuevo la recuerda, sueña con ella, su tacto la forma en que la hacía sentir, esa sensación provocadora que nadie ha logrado alcanzar.   
- Por mucho que estemos disfrutando de esto, debo irme, tengo dos reuniones a primera hora de la mañana.-  Abby se quita la túnica de Marlene y empieza a vestirse. Marlene está temblando impaciente por  recuperar el sobre dejado por Rebecca.      
– Ya conoces el camino yo me voy a la ducha. ¡Buenas noches! - Se despiden y Marlene espera a que Abby salga por la puerta. Suena el chasquido de la cerradura y salta de la cama, a la carrera se dirige a la cocina.  Con un nudo en el estómago poco a poco abre el sobre, el collar cae sobre su mano. Marlene gime apretando fuerte y lee la nota.

“ Querida Marlene: Te amo más allá de esta tierra,  has poseído mi corazón desde el día que sostuve tu mano en el hospital, y fui tu apoyo moral, eras mi mejor amiga. Espero que un día podamos ser amigas de nuevo a pesar de que nuestras vidas se han ido por caminos separados. Éste collar era el lazo que nos unió una vez, mantenlo a salvo y en memoria  mía. Todo mi amor.  Rebecca.”  Marlene comienza a llorar, dobla la nota con celo y la vuelve a poner en el sobre. Lleva el collar todavía aferrado en la mano. Se dirige a  la habitación y lo pone en la cama pensando en  la hora que estaba embarazada,  se sentía sola, pero Rebecca estaba allí, Rebecca estaba siempre allí. Con cariño recuerda el toque de su mano la sonrisa en su cara diciéndole que todo iba a estar bien. Marlene continúa llorando hasta que el sueño  se hace cargo.

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