Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 17 de febrero de 2017

CAPÍTULO 50


                               
                            "¿Cómo te fue con Katherine?" ...

Rebecca se registra nerviosa en el hotel.
– ¡Señora! ¿Puedo hacer que el servicio de habitaciones le sirva alguna cosa? ¿Una botella de vino para más adelante, tal vez?- Le pregunta el conserje.
- ¡Gracias! Tengo un día muy ocupado por delante y una botella de vino tinto será perfecto.-   Ella le sonríe.   
– Haré que se la suban a su habitación esta tarde. ¿Puedo conseguirle un taxi?-  Le vuelve a preguntar.
- ¡Sí, por favor!-  Llama al portero para que le proporcione un taxi. Rebecca le da una propina antes de entrar en el vehículo. Es un día frío y ventoso, pero el sol se muestra brillante en los edificios altos que se alinean en la avenida por la  que viajan. 
- ¡Aquí!- Ella le dice al conductor mientras para en la puerta de LCL Berlín.
- ¡Gracias!- Le paga y sale del vehículo cerrando la puerta y su agenda aferrada en la mano con fuerza. Respira profundamente y su corazón late con rapidez en previsión de lo desconocido. Entra en la tienda, para su tranquilidad hay numerosas cantidades de abrigos y chaquetas que cuelgan de las paredes, camisas, pantalones y vestidos de diseño adornan los bastidores de los escaparates. Rebecca pasa la mano por el tubo de acero inoxidable del que cuelgan vestidos y camisas juntas.
- ¡Wow!- Expresa admirada y en voz baja.  
- ¡Rebecca Von Lahnstein!-  Una voz familiar la llama, ella rápidamente vuelve la cabeza para ver a Anna, la asistente de Katherine y  se abrazan.
- ¿Dónde está todo el mundo?- Le pregunta después de recorrer la tienda.
- Un almuerzo temprano, sabíamos que iba a venir. Katherine ha ido a ir a ver cómo se encuentra su madre. - Ella le responde en su siguiente vuelta alrededor de la tienda.
- Los decorados y temas parecen maravillosos.-  Expresa con una sonrisa.
- ¡Bueno! Tenemos que dar las gracias a Marlene por eso.-  Anna le expresó con una sonrisa.
- ¿Cómo están las cosas en Düsseldorf? Echo de menos estar allí.- Añade con una risita
- Las cosas están bien. Me falta el diseño a veces, pero todo está discurriendo con normalidad.- Rebecca coge una camisa y la despliega buscando en su diseño la calidad del trabajo y el prestigio que supone en ropa inigualable.
- ¡Hola Rebecca!- La voz de Katherine suena de repente a su espalda. Se gira lenta con la camisa todavía en la mano. Allí está Katherine, su tez oscura ilumina el fuego en sus ojos color esmeralda, lleva el pelo recogido hacia atrás en un moño apretado en la nuca. Katherine se queda mirándola mientras observa  la banda de oro de su dedo brilla la luz.
- ¡Katherine! ¿Cómo estás?-  Ella le pregunta claramente.
- Todo está bien, gracias.- Murmura manteniendo los ojos fijos en Rebecca.
- ¡Ven! Déjame mostrarte  toda a la tienda.- Caminan por las islas de la ropa. Katherine le enseña las numerosas cosas que había estado diseñando.
- Realmente tienes un buen ojo para la moda. ¿Podemos ver lo qué estás trabajando ahora?-   Ella le  pregunta en un tono muy  profesional. Katherine le indica  acudir a la parte trasera de la tienda.
- Te presento a nuestra jefe de ventas Angela.- Rebecca le tiende la mano con un gesto amable.
- Rebecca Von Lahnstein.-  Ella asiente con la cabeza.
- Encantada de conocerla, he oído hablar mucho de usted a Anna y Katherine. - Rebecca la mira de un modo extraño.
- ¡Oh, sí! Estoy segura de que le han dicho  lo mucho que me encanta la moda. - Ella responde volviendo rápidamente los ojos hacia Katherine que baja la cabeza mirando a otro lado.
- Si me disculpan, Katherine y yo tenemos mucho de qué hablar.-  Entran en el área de diseño, hay hebras de hilo esparcidos por las mesas, pilas de diseños puestos a lo largo de ellas, numerosos rollos de tela y paquetes de botones etiquetados y  preparados para las costureras.
- Parece que has conseguido ventaja.- Coge uno de los diseños de papel.
- ¡Sí! Estaba esperando a tener las cosas adelantadas antes de que nos encontráramos hoy. ¿Te gustaría ver lo que hemos hecho hasta ahora?- Rebecca asiente y la conduce a la sala de costura. Al entrar coge una falda plisada.
- ¡Hmmm! ¡Me gusta!- Dice Rebecca con placer.
- He puesto dos pliegues en la parte delantera y se aprieta la línea de la cintura un poco.-  Katherine levanta la falda más arriba y la vuelve  de lado a lado.
- Yo pienso en que se puede cortar otro patrón y luego podemos comparar los dos.-  Katherine sonríe abiertamente. Mira a Rebecca mientras hace un estudio rápido de sus diseños. Observa sus manos tocando los materiales, reuniéndolos y preparándolos  en las perchas. Trabajan durante todo el día hasta que se hace de noche. Agotadas de hacer nuevos patrones, Katherine le ofrece acabar.
- ¿Tienes hambre?-  
- ¡Sí! Si que tengo hambre.- Responde mirando el reloj. 
– Creo que debería volver al hotel Katherine.-  Dejan los patrones encima de la mesa.
- ¿Dónde te alojas? -  Le pregunta.
- En el Regency.- Contesta Rebecca.
- Tienen restaurante y cierran tarde, podría llevarte y  podríamos discutir el desfile de moda durante la cena.-  Rebecca asiente con la cabeza.
- ¡Ok!- Katherine recoge su bolso y las llaves. Cierra la tienda y se dirigen hacia el hotel.  
Sentadas  en una mesa tranquila lejos de la multitud y el ruido.
-Tengo que decir que me emocioné cuando Tanja me dijo lo del desfile de moda, sólo esperaba una sesión de fotos antes de Riga.- Rebecca la mira por encima del menú.
- Debo admitir que yo también me sorprendí, pero es comprensible, la nueva línea de lencería hace su debut. También pensó que debía extender la línea adolescente más allá de Alemania.-  Katherine pone una mirada de sorpresa.
- Supongo que eso sería bueno, bueno para mí de todos modos.- Ella se echó a reír. El camarero se acerca a ellas.  
- Tomaré una ensalada de chef y un vaso de vino tinto.- Rebecca le ordena.
- Creo que voy a tomar lo mismo.- Añade Katherine.
- Tu línea adolescente ha tenido éxito aquí y cualquier oportunidad de subirse al carro de la moda internacional será una ventaja.- Ella la elogia tratando de mantener la calma para continuar. - Ya hemos dicho lo suficiente acerca de la moda. ¿Cómo es tu madre?-  Rebecca pregunta cortésmente.
- Ella está haciendo progresos,  mi padre está agotado y mi hermano Miguel ha sido muy grande. Se fue a vivir con ellos, ha sido una gran ayuda.  Entonces. ¿Cómo es tu nueva posición?  Nunca pensé que dejarías el diseño.-  Rebecca toma un sorbo de vino.
- Marlene y yo decidimos que era la mejor decisión para nosotros.-  La mirada de Katherine hizo huraña, contempla la banda de oro en el dedo anular de Rebecca.
- Veo que te has casado.- Ella tartamudeó aclarándose la garganta.
- ¡Lo estamos!- Le responde con firmeza.
¡Felicidades!- Ella brinda levantando su copa de vino.    
- ¿Estás saliendo?-  Rebecca trató de hacer la conversación más cómoda.
- Sí, me encontré con una chica maravillosa el mes pasado y he estado fuera un par de veces nada serio,  solo saliendo.- Katherine lo expresa con una sonrisa. - Salí del armario con mis padres.- Ella mira a Rebecca buscando su aprobación.
- Bueno para ti y ¿Cómo lo llevan?- Katherine esperaba esa respuesta.
- Mi madre está enferma, al principio mi padre no me habló durante dos meses, mi hermano fue un gran apoyo, ha sido un largo camino, pero lo estamos consiguiendo.- Rebecca cogió la mano desde el otro lado de la mesa.
- ¡Mantente fuerte de lo que sientes y lo que eres!- Katherine mira la mano que la tapa y la quita.
- ¿Cómo está Marlene?- Ella pregunta con cierto temblor en su voz.
- ¡Está bien!- Rebeca hace una respiración profunda. - Vamos a tener un bebé.- El corazón de Katherine da un vuelco mientras trata de mantener la calma.
- ¿Habéis decidido adoptar?- Pregunta.
- Marlene está embarazada.- Katherine se queda fría.
- ¡Oh! Ya veo, esto es una gran noticia.- Ella trata difícilmente ser honesta.  – Se hace tarde, debo irme.- Rebecca firma el recibo. Katherine camina con  Rebecca hacia el vestíbulo, se detienen en las puertas del ascensor. Katherine extiende su mano hacia el rostro de Rebecca. - No hay otra cosa más que me encantaría hacer después de besarte Rebecca.- Una lágrima se formó en la esquina de su ojo. Rebecca suavemente coge su mano de un lado de su cara.
- ¡Lo siento mucho! Pero te hará daño Katherine. Tienes que creerme. Nunca quise arruinar tu vida de esta manera, de verdad.- Katherine seca las lágrimas de su rostro.
- Lo sé, y también sé que teníamos algo muy especial y que me amas. Te conozco Rebecca y si pudiera, me gustaría ir arriba contigo ahora mismo y demostrarte que lo que teníamos todavía está ahí. - Las palabras de Katherine se convierten en súplicas. Rebecca hace una mueca.
- Katherine, estoy muy enamorada de mi esposa, estamos casadas ​​y eso hace que sea el final, elegí estar con la mujer que amo. Yo siempre te querré, tuvimos un vínculo y estoy agradecida por esos sentimientos que vivimos. Nunca tuve la intención de ser desagradecida, el amor que siento por ti es diferente de lo que siento por Marlene y eso no va a cambiar.- Sus palabras son sinceras, sin embargo hirientes para Katherine.
- Te veo mañana.- Katherine la observa  mientras se aleja hacia la puerta del ascensor que se abre  Rebecca entra y la conduce al piso superior. Entra en su habitación y se tumba en la cama, cierra los ojos tratando de no llorar cuando suena el teléfono, ella lo mira y lo descuelga.
- ¡Hola Marlene!- La voz de su esposa surge oculta en el teléfono.    
- ¿Está todo bien? Te quería llamar antes, pero como te conozco, seguro que trabajaste hasta tarde. ¿Cómo te fue?-  Rebecca no responde de inmediato. - ¿Rebecca?- Marlene la llama a su nombre otra vez.
- Todo salió muy bien, la nueva tienda es hermosa, es  un golpe de efecto lo que creaste para el hall de la entrada y la tienda en su conjunto, todo se ve  realmente armonioso.- Rebecca responde prácticamente vomitando un informe técnico más importante para Tanja que de impresión personal para su amada.
- ¿Cómo te fue con Katherine?-  Ella suspira antes de responder.  
– Pues como tú habías imaginado que lo haría, ella fue cordial pero distante al principio, trabajamos juntas esta tarde y parecía  aliviada de sus tensiones.-  Le señala Rebecca antes de decirle a Marlene el resto. - Cenamos aquí en el hotel y ella me volvió a expresar sus sentimientos. Mantuve la compostura y me pareció que ha entendido que sólo tenemos una relación de trabajo y nada más.- Rebecca vaciló brevemente. - Le dije lo del bebé.- Podía oír a Marlene respirar en el teléfono.      
– Me parece bien que lo hayas hecho, sé que aún debe estar terriblemente herida y es posible que no haya tenido tiempo para recuperarse. Me gustaría haber estado allí.- Ella le relata.
- Me hubiera gustado, nada más que por sentirte a mi lado, pero esto es algo que necesitaba hacer frente yo sola por mi cuenta.-  Le responde con remordimiento.       
- Supongo que con ella lo tenías  más fácil, en el manejo de la situación, que como hubo que hacer con  Abby.-  La cara triste de Rebecca se volvió hacia el ceño fruncido.        
- Abby había cruzado la línea demasiadas veces Marlene. Ella no entiende o no está en el reino de la realidad, Katherine simplemente hizo lo correcto al marcharse.-  Le dice como reprimenda.   
- Nada es simple cuando cualquiera de ellas están preocupadas. Ambas hemos sido amadas por mujeres diferentes, las dos han sentido el dolor y la angustia que les infligimos, solo se defendían de diferentes maneras.-   Marlene habla con sensatez.   
– Yo sólo sé una cosa.- Rebecca habla con calma.
- ¿Y qué es?- Marlene pregunta con cierta alegría.
- Que al final del día, yo sólo sé que te quiero.-  Lo expresa feliz.  - Estoy cansada y necesito una ducha y una buena noche de descanso.- Rebecca le comenta.
- ¡Buenas noches y dulces sueños, amor mío.- Ella le desea antes de colgar.

Marlene contempla la relación del material que necesita para el telón de fondo de la ropa interior. Extendió las hojas por todo su escritorio cuando alguien llamó a su puerta.
– Entre.- Dice con energía.
- ¡Buenos días! Siento molestarte, pero me preguntaba si podría disponer un momento de tu tiempo.- Angelo habla desde la puerta abierta de la oficina.
- ¡Sí! Por favor entra. ¡Buenos días!-  Su  respuesta es rápida mientras recoge los  papeles de la mesa.
- No he tenido mucha oportunidad de hablar contigo, Elisabeth me mantiene con los pies quietos.- Sus palabras son suaves y con hablando con calma.
- ¡Sí! Sé que has estado trabajando mucho con ella.- Él asiente con la cabeza.
- Yo quería disculparme por mis indiscreciones, me he enterado  de que eres una mujer casada.-  Marlene se cruza de brazos  y se apoya en su escritorio.
- Está bien, de verdad, aceptado y me siento halagada. Y sí, estoy casada con una mujer maravillosa.- Se aclara la garganta.
– No quise decir nada malo y estoy pidiendo disculpas, te aseguro que no va a suceder de nuevo.- Ella le sonríe.
- Creo que resolviste esto  antes con mi esposa  y no hay nada que perdonar, tenemos que trabajar juntos y lo único que pido es  respeto.- Angelo hace una respiración profunda.
- Gracias Marlene ,y sí, no tienes por qué preocuparte.- Se expresa con tranquilidad.       
- ¿Ha llegado Elisabeth dispuesta a trabajar?- Ella comienza a hablar de temas relacionados con el trabajo.
- ¡Sí!  Me dijo que se reuniría con ustedes hoy.- Marlene se acerca a la puerta.
- ¡Gracias Angelo! Espero tener noticias de Elisabeth más tarde.-  Cierra la puerta y regresa a su escritorio mira su reloj, cuando otro golpe suena en su puerta, se acerca a ella y la abre de nuevo.
- ¡Ollie! ¡Qué sorpresa! He tratado de hablar contigo, pero sin éxito.- Él le sonríe y la  abraza.
- Sesión de fotos con Jorge en Sudáfrica, me temo que el servicio telefónico no era muy bueno. ¿Está todo bien?- Le pregunta con entusiasmo.
– Es… estoy embarazada, me desmayé, el otro día, yo, pensé que era sólo el estrés de trabajar mucho, Rebecca me llevó al hospital y me lo confirmaron.- Su sonrisa irradiaba alegría por la noticia. 
- Estoy muy feliz por ti Marlene, es una gran noticia. 
- ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Necesitas algo?-  Ella le tranquiliza.  
- Estoy bien, en realidad me estaba preparando para ir a una cita con mi médico. ¿Quieres acompañarme?- Él la ayuda a ponerse el abrigo.
- Tengo mi coche en la planta baja, voy, te recojo en la puerta principal.- Ella lo sigue por las escaleras y se detiene junto a la puerta.
- ¡Buenos días Marlene!-  Abby la saluda en voz baja a su espalda,
- ¡Abby!- Expresa mientras se da la vuelta para verla de pie justo detrás de ella.    
-Tengo una reunión de presupuesto programado para el lunes a las dos. ¿Rebecca estará de vuelta en la ciudad?- Le pregunta en un tono agradable.
– ¡Sí! Estará aquí el lunes. ¿Tienes el folleto  listo? Me gustaría revisarlo esta tarde, voy a estar con Elisabeth después del almuerzo. ¿Lo puedo tener para entonces?- Marlene contesta con firmeza. 
- ¡Sí! Puedo, te lo entregaré esta tarde. - Abby  se da la vuelta y se aleja. Marlene y Olli realizan lo previsto. 
Él espera sentado con paciencia en la sala de espera del consultorio hasta que Marlene sale de la sala de examen con una sonrisa.
- El doctor dice que todo está bien, que tome mis vitaminas y a ver lo que como.- Le explica a Ollie mientras viajan de regreso a LCL.
- Creo que significa que no hay que hacer más trabajo duro.- Le dice Ollie con unas risas al dejarla en las puertas de LCL.      
- ¡Gracias! ¿Cenamos? - Ella le pregunta saliendo del coche.
- Jorge estará de regreso desde Melbourne en unos pocos días. ¿Rebecca?-  Le pregunta. Marlene responde.
- Está en Berlín.- Su corazón se hunde un poco al saberlo.
- Estoy seguro de que no tienes nada de qué preocuparte.- Su voz le asegura no estar preocupada. Entra en  LCL caminando,  llega a su oficina y encuentra el folleto del presupuesto que Abby había dejado para ella.

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