Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 14 de febrero de 2017

CAPÍTULO 49

                                                 
                                        
                                           REORGANIZÁNDOSE 

Tristán golpea con suavidad en la puerta del despacho de Rebecca.
- ¿Puedo entrar?- Se asoma por la puerta parcialmente abierta.
- ¡Sí! Por favor.- Le contesta dejando la pluma en la mesa y cerrando  su agenda. Tristán trae un pequeño ramo de flores en la mano.
- ¿Para Emily? Creo que ella está arriba.- Rebecca señala el techo.
- En realidad son para ti. ¡Lo siento!-  Le dice con sincera actitud, Rebecca lo mira con consternación.
- ¿Por qué te fuiste?- Se aclara la garganta y le entrega el ramo.
- Sé que no debería haberlo hecho, pero conocer que Marlene está embarazada fue difícil de admitir.  Fue un golpe duro y espero que entiendas que no tengo sentimientos por ella.  Recuerdo cuando la violación y luego descubrir que estaba embarazada.- Él suspira y frunce el ceño. – ¡Podía  haber sido mío Rebecca!, pero ella ni siquiera trató de averiguarlo. Ella sencillamente se provocó un aborto.- Rebecca se levantó y le sujeta por los hombros.    
¡Relájate! Eso fue hace mucho tiempo. No te hagas daño a ti mismo en lugar de ser feliz por nosotras.  Soy tu hermana. ¿Has pensado en mí? Marlene y yo vivimos felices y dispuestas a formar una familia.-  Ella se separa discretamente y se apoya en su escritorio.  
– He sido egoísta y fuera de toda razón. Emily me ha hecho ver que…- Él sonríe con ironía. - Me sentí horrible por salir de allí, la dejé sola…- Rebecca cruza los brazos y se inclina hacia atrás.  
- ¿Es eso algo grave para Emily?-  Tristán se apresuró a responder.  
- ¡Ah! No, sobre todo después de pasar la noche con ella, está todo bien, puedo relajarme.- Ella le sonríe.
- ¿Estás enamorado? Pensé todo ese tiempo atrás que Bella sería la elegida, pero Emily parece tener tu afecto.-  Él se sienta frente a su escritorio.
- Creo que la quiero, ella tiene mi atención y yo la de ella. Simplemente no quiero sufrir si algo sale mal.- Él pone su rostro entre las manos.
- No se puede vivir la vida de esa manera, debes tomar decisiones, las posibilidades nunca se hacen realidad si no las buscas, Tristán.-  Ella le aconseja.
- ¡Tienes razón! Y creo que vale la pena correr el riesgo de…, debo ir a verla.-  Se levanta y se dirige en dirección a la puerta. Rebecca sonríe.
- ¡Sí! Creo que debes estar enamorado, procura no perderla.-  Él responde desde la puerta.
- ¡Rebecca! De nuevo te pido disculpas, estoy muy feliz por las dos.- Le dice en un tono de honestidad.  
- ¡Gracias Tristán! Es gratificante que pienses así.- Él abandona el despacho. Rebecca coge su pluma y golpetea en su escritorio pensando en Berlín y la forma en que tendrá que programar el viaje a la capital. Sobre todo cómo debe decírselo a Marlene. Marca su número de teléfono.
- ¡Oye!- Su voz suena en el auricular.- ¿Estás ocupada?- Le pregunta.
- No por el momento, ¿Por qué?- La voz de Marlene resuena con enigma.
- ¿Estamos a punto de ir a casa?-  Rebecca le pregunta.
- ¡Pues sí! Estoy  casi lista, déjame recoger mis cosas y te veo en la puerta.-  Cuelgan.

Una vez han llegado al invernadero, Rebecca coloca su cartera y las llaves sobre la mesa, ayuda a Marlene a quitarse el abrigo.
- Creo que me voy a ducharme antes de la cena.- Dice Marlene, Rebecca la coge del brazo.
– Primero tenemos que hablar.-  Marlene se da la vuelta con una mirada extraña.
- ¡Ok! ¿Está todo bien? ¿O puede esperar hasta después del baño?-  Ella pregunta colocando las manos en sus caderas.
– Ya  sabes que el desfile de moda de primavera va a presentar la colección de verano de Emily y la nueva línea de ropa interior.- Le cuenta causando cierto misterio en Marlene.
- Sí, soy consciente, o al menos eso es lo que hemos planificado. ¿Por qué?-  Ella espera su respuesta.
- Tanja ha decidido añadir al espectáculo una línea adolescente, y voy a tener que ir a Berlín para reunirme y ayudar a Katherine a tenerlo listo.-  Incierta de los sentimientos de Marlene la mira profundamente a los ojos.   
- ¡Ya veo!- Le dice mirando hacia la pared detrás en ella. – Sabía, cuando aceptaste este trabajo, que tendrías que hacer frente a lo de Katherine y que sólo sería cuestión de tiempo que tengas que hacer viajes allí.- Rebecca respira con un suspiro de alivio.
- Por desgracia, será a menudo me temo. Sólo quiero que lo sepas.- Marlene acaricia el costado de su cara con la mano.
- Te amo y confío en ti.- Su sonrisa lo dice todo. - Ahora estaba pensando en una ducha antes de la cena. ¿Te importaría acompañarme?-  Ella la mira con sensualidad. Rebecca sonríe y la acompaña.

Marlene repasa las muestras de pintura dejadas por su padre, hay rosas y azules para el bebé, sonríe frotándolos con el pulgar.
- ¡Hey!- Rebecca se acerca a ella por detrás mirando su reloj.
- Vamos a llegar tarde.- Pone sus manos en la cintura de Marlene.
- ¿Colores para el bebé?-  Ella le sonríe. - Piensa en rosa.- Pronuncia Rebeca. Se da la vuelta y la abraza.
- ¡Bésame!- Marlene le exige y sus labios se encuentran en un tierno beso. 
- ¡Hmmm! Podría faltar al trabajo por esto.- Rebecca le expresa con ternura  y la besa de nuevo.
- Tenemos que decidir qué habitación será el cuarto del bebé.-  Le dice mientras suelta el abrazo de Rebecca.
- ¿No debería el bebé estar en una cuna en nuestra habitación al principio?-  Cuestiona con curiosidad.
- ¡Síii! Estoy pensando en cuando él o ella vaya creciendo.- Rebecca la hizo girar y le da la vuelta.        
- ¿Quieres decir chica? Madeline ¿Verdad?-  Le pregunta con mirada seria.  
- ¡Rebecca!- Le responde cruzando los brazos y poniendo ojos intrigantes.
- ¿Y si es un niño? ¿Vas a sentir menos por él, que por una chica? Yo sólo quiero que tengamos un bebé sano y feliz.- Su voz tiembla mientras habla con preocupación. Rebecca le pone la mano en su tripa  acariciando suavemente.
- Yo quiero lo mismo, un bebé sano y no importa realmente si es un niño o una niña. Además queremos algo más de uno.- Rebecca le responde con un abrazo.
- Creo que hay que ir a trabajar antes de que Tanja empiece a buscarnos.- Marlene termina de vestirse y se dirigen a LCL con un día muy ocupado por delante.
- ¿Tienes ya la reserva del vuelo de Berlín?-  Tanja le pregunta mientras se acerca a Rebecca en la barra de café.
-Todavía no, lo haré tan pronto como entre en mi oficina. Tengo que estudiar la lista de candidatos para asistente, no he tenido tiempo. -  Hace una mueca y toma un sorbo del café con leche.
- ¿No tener un asistente para Berlín es un problema?-  Tanja sondea en su pensamiento.
- ¡No! Katherine y yo estaremos ocupadas en la línea adolescente para conseguir que las cosas estén preparadas en el día del desfile de moda.- Ella pide un café, y se sienta al lado de Rebecca.
- ¿Cómo se siente Marlene con que acudas a Berlín? ¿Sabe que estarás con Katherine?- Bebe un sorbo del café con leche antes de responder. 
- Lo hemos hablado, le dije que tendría que trabajar en la línea de adolescente y su puesta en marcha. Ella es muy comprensiva y se da cuenta de que no voy a tener más remedio que trabajar con Katherine también más adelante.-  Rebecca se expresa con seriedad. Tanja asiente.
- ¿Qué programa tienes para hoy?-  Le pregunta con interés.
- Voy a reservar un vuelo, ver la lista de los candidatos y revisar los libros de tendencia con Kim.- Tanja se pone de pie.
- Tengo una reunión prevista esta tarde con Elisabeth y Sebastián, me gustaría que asistieras, tenemos otro problema con la línea de producción de China y que se debe discutir. Sebastián quiere enviar a Kim allí la próxima semana.-  Rebecca le da su conformidad y luego se dirige a su oficina. A continuación hace la reserva de un vuelo para Berlín el miércoles y regresar el sábado.  Se sienta en su silla y piensa en Katherine por un instante y lo apasionada que es con el diseño. Rebecca hace una inspiración profunda exhalando el aliento y pensando en voz alta.
- Estoy segura de que todavía está enojada y ciertamente no ha pasado tiempo  suficiente.- Se frota la cara con las manos cerrando los ojos se esconde en la oscuridad. Retira las manos y recoge la lista de candidatos a asistentes. Se queda mirando los nombres. Coge el teléfono y empieza a marcar un número.
- ¡Sí!  ¿Aaron Strauss?-  Pregunta
– Soy  yo y ¿Usted es?- La voz pregunta en el otro extremo.
- Rebecca Von Lahnstein, LCL, Hablamos en Riga el año pasado.- Se identifica.
- ¡Sí! Me acuerdo, y ¿Cómo estás?- Él a su vez pregunta. 
- Yo estoy bien, y muy ocupada en estos días.- Le relata.
– Me he enterado por un amigo mío que la han promocionado a nueva posición,  me  dijo que se la encontró en Amsterdam.- Ella sonríe sentada en su silla.
– Es cierto. En realidad es por eso que estamos  hablando, estoy buscando un asistente y tu estás en mi lista. ¿Estarías interesado?-  Hubo un breve momento de silencio en el otro extremo.
- Estoy agradecido por el interés. Ahora estoy en Kolonia por trabajo. Podría acudir para entrevistarnos,  si está pensando en ello.-  Él le comenta.
- Tengo que acudir a Berlín unos días. Digamos que… ¿El lunes sobre las diez?- Le propone y él lo confirma.

Rebecca saca la maleta del armario y comienza a preparar el equipaje.
- ¿Ya lo tienes preparado? ¡No has venido al comedor!-  Ella sonríe a Marlene y pasa a su lado con la maleta en la mano que deposita al lado de la puerta.
- Tuve que hacer las maletas. ¿Ya has cenado?-  Marlene la ve pasar rápidamente otra vez. 
- ¡Sí! ¿No crees que lo necesitas tu también?-  Rebecca coge su bolsa de cosméticos y lo coloca encima de la maleta.
- ¡No! Tomaré un aperitivo en la cocina más tarde.-  Se acerca a la mesa y se sienta a hojear su agenda. Marlene se dirige al dormitorio y comienza a desnudarse, ella se asoma por la puerta poniéndose el camisón por la cabeza.
- ¿Vienes a la cama?-  No obtiene una respuesta.  - ¡Rebecca!-  Le grita de nuevo.
- ¿Qué Marlene? Estoy ocupada.-  Responde mirando hacia la puerta. Suspira bajando la cabeza, cierra su agenda, se levanta y dirige sus pasos al dormitorio. Marlene está en el lado opuesto de la habitación. Rebecca se apoya contra la puerta frente a ella y mira hacia la oscuridad.
- ¡Marlene!- Habla en voz baja.      
- ¿Qué Rebecca?- Le responde girando  para verla. Rebecca comienza a quitarse la ropa.
- ¡Lo siento!-  Se disculpa. - No debería haberte contestado así.- Marlene frunce el ceño.
- ¡Está bien! ¿No tienes hambre?- Ella le pregunta con preocupación.
- ¡No! No realmente, ha sido un día largo y almorcé tarde, se  me alargó el tiempo trabajando con Kim y la reunión que Tanja había programada.- Marlene se sienta en la cama.
- ¿Cómo fue la reunión con Tanja?-  Rebecca se acerca más a la cama.
- Ella la propuso para última hora, los problemas en China de nuevo. Sebastián tuvo que reservar un vuelo para salir hacia allí.-  Marlene extiende la mano hacia ella.
- ¿Estás preparada para Berlín?-  Le pregunta mientras Rebecca le aprieta la mano tendida a su lado.
- Lo estoy y no lo estoy.- Habla con poco entusiasmo.
- Katherine y yo no dejamos las cosas en buen lugar, toda la angustia que le causé, estoy segura que me odia.- Expresa con preocupación. Marlene sonríe.
- No creo que ella lo haga, creo que ella te ama todavía y el odio es una palabra muy definitiva. Rebecca, estar lejos de aquí le habrá dado tiempo para prepararse.  Sabe que no habría encuentros casuales, después de todo sigue trabajando  para LCL.-  Rebecca hace una mueca.
- Prepararse para lo que quiero decirle deja de ser real. Arruiné su vida, una vida en la que esperaba tantas cosas de mí.  Yo destruí eso.-  Marlene baja la cabeza sin mirar directamente a Rebecca.
– Me siento responsable, de no haber regresado antes las cosas serían muy diferentes a las de ahora.- Rebecca se acerca a ella extiende su mano al lado de su brazo y lo acaricia.
- Nunca te fuiste lejos mi mente. ¡Sí! Dos años de no verte ni siquiera oír de ti, hizo que me diera cuenta de lo que tuvimos y compartimos aún no se había acabado. Me dolió tanto que mi corazón se rompió un millón de veces. Katherine me hizo ver que todavía tenía una vida y por suerte para mí, estaba dispuesta a darme todo. Pero seguía enamorada de ti y yo sólo podía soñar contigo, dónde estabas, qué estabas haciendo y con quién estabas saliendo. Siempre he tenido esos pensamientos desde el momento que nos encontramos de nuevo.-  Marlene escucha seria y reflexiona.
– Extraña manera de cómo salen las cosas. Nunca te fuiste de mi mente y creo que, aunque me marché, entendías que te amaba, pero que tenía que romper con todo el caos en el que se encontraba mi vida, lo necesitaba. Nunca volvería cantar de nuevo, y no veía nada en el horizonte, necesitaba intentarlo. - Ella se expresa en tono monótono. Rebecca se da la vuelta.
- Así que dime ¿Era Jakob el único en tu vida?-  Marlene tragó saliva.
- No, al principio, me mantuve alejada de toda relación. Estaba muy dañada al igual que tú, y sí Los Angeles es muy moderno y abierto, pero elegí no revelar  mi sexualidad, me mantuve en silencio. Sin embargo algo hice, hubo un par de chicas, después de un tiempo.- Rebecca se ríe.
- Si ¿Seguro que fue solo por el sexo?- Marlene la agarra para zarandearla.
- ¡Vale! -  Ella protesta. - ¡Bueno! Seré sincera, era por el sexo.- Marlene se ríe recogiéndose en ella. - ¿Y tú?-  Rebecca se pone seria. 
- Yo estaba con  el corazón destrozado y, simplemente, no podía. Después de mucho tiempo conecté también con un par de chicas, una después de la otra, hasta que conocí a Katherine.-  Rebecca suspira profundamente.
- ¿Cuando la conociste, te revolucionó la cabeza?-  Marlene le reflexiona.
- Lo hizo, pero no al principio, me cayó muy bien, cuando nos conocimos vi que era algo fresco, nuevo y le gustan las mismas cosas que a mí. Cosas que la hacían hermosa e inspiradora. Con ella podía intentar olvidarme de ti. Pero en vano, seguías ahí anclada en mi alma.- Marlene piensa por un breve segundo.
- Creía que ella no sabía nada de mí.-  Los labios de Rebecca reunieron a los de Marlene en un beso lento.  
- Sabía que había alguien, no dejé que lo pensara mucho y tampoco ella estaba interesada en saberlo, sólo me quería.-  Rebecca mantiene su rostro entre las manos.
- No lamento que las cosas no funcionaron para ella, sé que te ama. – Marlene responde con calma.
– Tú me encantas y yo sólo te amo a ti, la quise una vez, pero estando enamorada de ti, hay una diferencia.- Rebecca responde pero continúa.  - Cuando me enteré de que volverías a casa hizo la situación entre ella y yo más intensa, mi corazón latía con fuerza cuando pensaba en las dos. Me dolía la cabeza, me hacía estar enojada, enfadada por la situación, no sabía realmente  por qué decidiste dejar Los Ángeles.-  Marlene besa el cuello de Rebecca con suavidad para decirle algo al oído.  
- Tus votos en la boda lo dijeron todo. ¿Recuerdas?-  Le susurra.
- ¿Acerca de nuestra vida siendo un círculo y que cuando se rompe de alguna manera vuelve a cerrarse?-  Ambas se  abrazan riéndose.
- Si el círculo se rompe debe encontrar su camino de regreso hasta cerrarse, no importa el tiempo que haga falta.- Marlene le ratifica con una tierna mirada.
- Yo debería dormir un poco, tengo un vuelo temprano.- Besa tiernamente a su esposa, le coloca la mano en el  vientre y se inclina a besarla allí.
- Y a  nuestro bebé, buenas noches, pequeña Madeline.- Ella vuelve a mirar a Marlene.
- Te amo más que nada en el mundo.-  Y con un una tierna mirada cierran sus ojos buscando el sueño que tanto necesitan.

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