REORGANIZÁNDOSE
Tristán golpea con suavidad en la puerta
del despacho de Rebecca.
- ¿Puedo
entrar?- Se asoma por la
puerta parcialmente abierta.
-
¡Sí! Por favor.- Le
contesta dejando la pluma en la mesa y cerrando su agenda. Tristán trae un pequeño ramo de
flores en la mano.
-
¿Para Emily? Creo que ella está arriba.- Rebecca señala el techo.
- En
realidad son para ti. ¡Lo siento!-
Le dice con sincera actitud, Rebecca lo
mira con consternación.
- ¿Por
qué te fuiste?- Se aclara
la garganta y le entrega el ramo.
- Sé
que no debería haberlo hecho, pero conocer que Marlene está embarazada fue
difícil de admitir. Fue un golpe duro y espero que entiendas que no tengo
sentimientos por ella. Recuerdo cuando la violación y luego descubrir que estaba embarazada.- Él suspira y frunce el ceño. – ¡Podía haber sido mío Rebecca!, pero ella ni siquiera
trató de averiguarlo. Ella sencillamente se provocó un aborto.- Rebecca se
levantó y le sujeta por los hombros.
–
¡Relájate! Eso fue hace mucho tiempo. No te hagas daño a ti mismo en lugar de
ser feliz por nosotras. Soy tu hermana. ¿Has
pensado en mí? Marlene y yo vivimos felices y dispuestas a formar una familia.-
Ella se separa discretamente y se apoya en su escritorio.
–
He sido egoísta y fuera de toda razón. Emily me ha hecho ver que…- Él
sonríe con ironía. - Me sentí horrible
por salir de allí, la dejé sola…- Rebecca cruza los brazos y se inclina
hacia atrás.
- ¿Es
eso algo grave para Emily?-
Tristán se apresuró a responder.
-
¡Ah! No, sobre todo después de pasar la noche con ella, está todo bien, puedo
relajarme.- Ella le sonríe.
- ¿Estás
enamorado? Pensé todo ese tiempo atrás que Bella sería la elegida, pero Emily
parece tener tu afecto.- Él se sienta frente a su escritorio.
- Creo
que la quiero, ella tiene mi atención y yo la de ella. Simplemente no quiero sufrir
si algo sale mal.- Él pone
su rostro entre las manos.
- No
se puede vivir la vida de esa manera, debes tomar decisiones, las posibilidades
nunca se hacen realidad si no las buscas, Tristán.- Ella le aconseja.
-
¡Tienes razón! Y creo que vale la pena correr el riesgo de…, debo ir a verla.- Se
levanta y se dirige en dirección a la puerta. Rebecca sonríe.
-
¡Sí! Creo que debes estar enamorado, procura no perderla.- Él
responde desde la puerta.
-
¡Rebecca! De nuevo te pido disculpas, estoy muy feliz por las dos.- Le dice en un tono de honestidad.
-
¡Gracias Tristán! Es gratificante que pienses así.- Él abandona el despacho. Rebecca coge su pluma y golpetea en su escritorio pensando
en Berlín y la forma en que tendrá que programar el viaje a la capital. Sobre
todo cómo debe decírselo a Marlene. Marca su número de teléfono.
-
¡Oye!- Su voz suena en el auricular.- ¿Estás ocupada?- Le pregunta.
- No
por el momento, ¿Por qué?-
La voz de Marlene resuena con enigma.
- ¿Estamos
a punto de ir a casa?- Rebecca le pregunta.
-
¡Pues sí! Estoy casi lista, déjame recoger
mis cosas y te veo en la puerta.- Cuelgan.
Una vez han llegado al invernadero, Rebecca coloca su cartera y las llaves
sobre la mesa, ayuda a Marlene a quitarse el abrigo.
- Creo
que me voy a ducharme antes de la cena.- Dice Marlene, Rebecca la coge del brazo.
–
Primero tenemos que hablar.- Marlene se da la vuelta con una mirada
extraña.
-
¡Ok! ¿Está todo bien? ¿O puede esperar hasta después del baño?-
Ella pregunta colocando las manos en sus caderas.
–
Ya sabes que el desfile de moda de
primavera va a presentar la colección de verano de Emily y la nueva línea de
ropa interior.- Le cuenta
causando cierto misterio en Marlene.
- Sí,
soy consciente, o al menos eso es lo que hemos planificado. ¿Por qué?- Ella
espera su respuesta.
- Tanja
ha decidido añadir al espectáculo una línea adolescente, y voy a tener que ir a
Berlín para reunirme y ayudar a Katherine a tenerlo listo.- Incierta de los sentimientos de Marlene la mira
profundamente a los ojos.
-
¡Ya veo!- Le dice mirando
hacia la pared detrás en ella. – Sabía,
cuando aceptaste este trabajo, que tendrías que hacer frente a lo de Katherine
y que sólo sería cuestión de tiempo que tengas que hacer viajes allí.-
Rebecca respira con un suspiro de alivio.
- Por
desgracia, será a menudo me temo. Sólo quiero que lo sepas.- Marlene acaricia el costado de su cara con
la mano.
- Te
amo y confío en ti.- Su
sonrisa lo dice todo. - Ahora estaba pensando en una ducha antes de la cena. ¿Te importaría acompañarme?- Ella la mira con sensualidad. Rebecca sonríe y
la acompaña.
Marlene repasa las muestras de pintura
dejadas por su padre, hay rosas y azules para el bebé, sonríe frotándolos con
el pulgar.
-
¡Hey!- Rebecca se acerca a
ella por detrás mirando su reloj.
- Vamos
a llegar tarde.- Pone sus manos en la cintura de Marlene.
-
¿Colores para el bebé?- Ella le sonríe. - Piensa en rosa.- Pronuncia Rebeca. Se da la vuelta y la abraza.
-
¡Bésame!- Marlene le exige
y sus labios se encuentran en un tierno beso.
-
¡Hmmm! Podría faltar al trabajo por esto.- Rebecca le expresa con ternura y la besa de nuevo.
- Tenemos
que decidir qué habitación será el cuarto del bebé.- Le dice mientras suelta el abrazo de Rebecca.
- ¿No
debería el bebé estar en una cuna en nuestra habitación al principio?-
Cuestiona con curiosidad.
-
¡Síii! Estoy pensando en cuando él o ella vaya creciendo.- Rebecca la hizo girar y le da la vuelta.
- ¿Quieres
decir chica? Madeline ¿Verdad?-
Le pregunta con mirada seria.
-
¡Rebecca!- Le responde cruzando los brazos y poniendo ojos intrigantes.
- ¿Y
si es un niño? ¿Vas a sentir menos por él, que por una chica? Yo sólo quiero
que tengamos un bebé sano y feliz.-
Su voz tiembla mientras habla con preocupación. Rebecca le pone la mano en su
tripa acariciando suavemente.
- Yo
quiero lo mismo, un bebé sano y no importa realmente si es un niño o una niña.
Además queremos algo más de uno.-
Rebecca le responde con un abrazo.
- Creo
que hay que ir a trabajar antes de que Tanja empiece a buscarnos.- Marlene termina de vestirse y se dirigen a
LCL con un día muy ocupado por delante.
- ¿Tienes
ya la reserva del vuelo de Berlín?-
Tanja le pregunta mientras se acerca a
Rebecca en la barra de café.
-Todavía
no, lo haré tan pronto como entre en mi oficina. Tengo que estudiar la lista de
candidatos para asistente, no he tenido tiempo. -
Hace una mueca y toma un sorbo del café con leche.
-
¿No tener un asistente para Berlín es un problema?- Tanja sondea en su pensamiento.
-
¡No! Katherine y yo estaremos ocupadas en la línea adolescente para conseguir que las cosas estén preparadas en el día del desfile de moda.- Ella pide un café, y se sienta al lado de
Rebecca.
- ¿Cómo
se siente Marlene con que acudas a Berlín? ¿Sabe que estarás con Katherine?- Bebe un sorbo del café con leche antes de
responder.
-
Lo hemos hablado, le dije que tendría que trabajar en la línea de adolescente y
su puesta en marcha. Ella es muy comprensiva y se da cuenta de que no voy a
tener más remedio que trabajar con Katherine también más adelante.-
Rebecca se expresa con seriedad. Tanja asiente.
- ¿Qué
programa tienes para hoy?-
Le pregunta con interés.
- Voy
a reservar un vuelo, ver la lista de los candidatos y revisar los libros de
tendencia con Kim.- Tanja
se pone de pie.
-
Tengo una reunión prevista esta tarde con Elisabeth y Sebastián, me gustaría
que asistieras, tenemos otro problema con la línea de producción de China y que
se debe discutir. Sebastián quiere enviar a Kim allí la próxima semana.- Rebecca le da su conformidad y luego se dirige
a su oficina. A continuación hace la reserva de un vuelo para Berlín el miércoles y regresar el
sábado. Se sienta en su silla y piensa
en Katherine por un instante y lo apasionada que es con el diseño. Rebecca hace una
inspiración profunda exhalando el aliento y pensando en voz alta.
- Estoy
segura de que todavía está enojada y ciertamente no ha pasado tiempo suficiente.- Se frota la cara con las manos cerrando los ojos se esconde
en la oscuridad. Retira las manos y recoge la lista de candidatos a asistentes.
Se queda mirando los nombres. Coge el teléfono y empieza a marcar un número.
-
¡Sí! ¿Aaron Strauss?- Pregunta
– Soy yo y ¿Usted es?- La voz pregunta en el otro extremo.
- Rebecca
Von Lahnstein, LCL, Hablamos en Riga el año pasado.- Se identifica.
-
¡Sí! Me acuerdo, y ¿Cómo estás?-
Él a su vez pregunta.
- Yo estoy bien, y
muy ocupada en estos días.- Le relata.
–
Me he enterado por un amigo mío que la han promocionado a nueva posición, me
dijo que se la encontró en Amsterdam.- Ella sonríe sentada en su silla.
–
Es cierto. En realidad es por eso que estamos hablando, estoy buscando un asistente y tu estás
en mi lista. ¿Estarías interesado?-
Hubo un breve momento de silencio en el
otro extremo.
- Estoy
agradecido por el interés. Ahora estoy en Kolonia por trabajo. Podría acudir
para entrevistarnos, si está pensando en
ello.- Él le comenta.
- Tengo
que acudir a Berlín unos días. Digamos que… ¿El lunes sobre las diez?- Le propone y él lo confirma.
Rebecca saca la maleta del armario y comienza
a preparar el equipaje.
-
¿Ya lo tienes preparado? ¡No has venido al comedor!-
Ella sonríe a Marlene y pasa a su lado con la maleta en la mano que
deposita al lado de la puerta.
-
Tuve que hacer las maletas. ¿Ya has cenado?- Marlene la ve pasar
rápidamente otra vez.
-
¡Sí! ¿No crees que lo necesitas tu también?- Rebecca coge su bolsa
de cosméticos y lo coloca encima de la maleta.
-
¡No! Tomaré un aperitivo en la cocina más tarde.- Se
acerca a la mesa y se sienta a hojear su agenda. Marlene se dirige al
dormitorio y comienza a desnudarse, ella se asoma por la puerta poniéndose el
camisón por la cabeza.
-
¿Vienes a la cama?- No obtiene una respuesta. - ¡Rebecca!-
Le grita de nuevo.
- ¿Qué
Marlene? Estoy ocupada.- Responde mirando hacia la puerta. Suspira
bajando la cabeza, cierra su agenda, se levanta y dirige sus pasos al
dormitorio. Marlene está en el lado opuesto de la habitación. Rebecca se apoya
contra la puerta frente a ella y mira hacia la oscuridad.
-
¡Marlene!- Habla en voz
baja.
- ¿Qué
Rebecca?- Le responde girando para verla. Rebecca comienza a quitarse la
ropa.
-
¡Lo siento!- Se disculpa. - No debería haberte contestado así.- Marlene frunce el ceño.
-
¡Está bien! ¿No tienes hambre?-
Ella le pregunta con preocupación.
-
¡No! No realmente, ha sido un día largo y almorcé tarde, se me alargó el tiempo trabajando con Kim y la reunión
que Tanja había programada.-
Marlene se sienta en la cama.
-
¿Cómo fue la reunión con Tanja?- Rebecca se acerca más a la cama.
- Ella
la propuso para última hora, los problemas en China de nuevo. Sebastián tuvo
que reservar un vuelo para salir hacia allí.- Marlene extiende la
mano hacia ella.
- ¿Estás
preparada para Berlín?- Le pregunta mientras Rebecca le aprieta
la mano tendida a su lado.
- Lo
estoy y no lo estoy.- Habla
con poco entusiasmo.
- Katherine
y yo no dejamos las cosas en buen lugar, toda la angustia que le causé, estoy
segura que me odia.- Expresa
con preocupación. Marlene sonríe.
- No
creo que ella lo haga, creo que ella te ama todavía y el odio es una palabra
muy definitiva. Rebecca, estar lejos de aquí le habrá dado tiempo para
prepararse. Sabe que no habría
encuentros casuales, después de todo sigue trabajando para LCL.- Rebecca hace una
mueca.
-
Prepararse para lo que quiero decirle deja de ser real. Arruiné su vida, una
vida en la que esperaba tantas cosas de mí. Yo destruí eso.- Marlene baja la cabeza sin mirar directamente
a Rebecca.
–
Me siento responsable, de no haber regresado antes las cosas serían muy diferentes a
las de ahora.- Rebecca se
acerca a ella extiende su mano al lado de su brazo y lo acaricia.
- Nunca
te fuiste lejos mi mente. ¡Sí! Dos años de no verte ni siquiera oír de ti, hizo
que me diera cuenta de lo que tuvimos y compartimos aún no se había acabado. Me dolió
tanto que mi corazón se rompió un millón de veces. Katherine me hizo ver que todavía
tenía una vida y por suerte para mí, estaba dispuesta a darme todo. Pero
seguía enamorada de ti y yo sólo podía soñar contigo, dónde estabas, qué
estabas haciendo y con quién estabas saliendo. Siempre he tenido esos pensamientos
desde el momento que nos encontramos de nuevo.- Marlene
escucha seria y reflexiona.
–
Extraña manera de cómo salen las cosas. Nunca te fuiste de mi mente y creo que, aunque me marché, entendías que te amaba, pero que tenía que romper con todo el caos en el que se
encontraba mi vida, lo necesitaba. Nunca volvería cantar de nuevo, y no veía nada en el horizonte, necesitaba
intentarlo. - Ella se expresa
en tono monótono. Rebecca se da la vuelta.
-
Así que dime ¿Era Jakob el único en tu vida?- Marlene tragó saliva.
- No, al principio, me mantuve alejada de toda relación. Estaba muy dañada al igual
que tú, y sí Los Angeles es muy moderno y abierto, pero elegí no revelar mi sexualidad, me mantuve en silencio. Sin
embargo algo hice, hubo un par de chicas, después de un tiempo.- Rebecca se ríe.
- Si
¿Seguro que fue solo por el sexo?-
Marlene la agarra para zarandearla.
-
¡Vale! - Ella protesta. - ¡Bueno! Seré sincera, era por el sexo.- Marlene se ríe recogiéndose
en ella. - ¿Y
tú?- Rebecca se pone seria.
- Yo estaba con el corazón destrozado y, simplemente, no podía. Después de mucho tiempo conecté también con un par de chicas, una después de la otra, hasta que conocí a Katherine.- Rebecca suspira profundamente.
- Yo estaba con el corazón destrozado y, simplemente, no podía. Después de mucho tiempo conecté también con un par de chicas, una después de la otra, hasta que conocí a Katherine.- Rebecca suspira profundamente.
- ¿Cuando
la conociste, te revolucionó la cabeza?- Marlene le reflexiona.
-
Lo hizo, pero no al principio, me cayó muy bien, cuando nos conocimos vi que era algo fresco, nuevo y
le gustan las mismas cosas que a mí. Cosas que la hacían hermosa e inspiradora.
Con ella podía intentar olvidarme de ti. Pero en vano, seguías ahí anclada en mi alma.- Marlene piensa por un breve segundo.
-
Creía que ella no sabía nada de mí.-
Los labios de Rebecca reunieron a los de
Marlene en un beso lento.
- Sabía que había alguien, no dejé que lo pensara mucho y tampoco ella estaba interesada en saberlo, sólo me
quería.- Rebecca mantiene su rostro entre las manos.
- No lamento que las cosas no funcionaron para ella, sé que te ama. – Marlene responde con calma.
–
Tú me encantas y yo sólo te amo a ti, la quise una vez, pero estando enamorada de ti,
hay una diferencia.-
Rebecca responde pero continúa. - Cuando me enteré de que volverías a casa
hizo la situación entre ella y yo más intensa, mi corazón latía con fuerza cuando
pensaba en las dos. Me dolía la cabeza, me hacía estar enojada, enfadada por la
situación, no sabía realmente por qué
decidiste dejar Los Ángeles.- Marlene besa el cuello de Rebecca con suavidad
para decirle algo al oído.
- Tus votos en la boda lo dijeron todo. ¿Recuerdas?-
Le susurra.
-
¿Acerca de nuestra vida siendo un círculo y que cuando se rompe de alguna
manera vuelve a cerrarse?-
Ambas se abrazan riéndose.
- Si
el círculo se rompe debe encontrar su camino de regreso hasta cerrarse, no importa
el tiempo que haga falta.-
Marlene le ratifica con una tierna mirada.
- Yo
debería dormir un poco, tengo un vuelo temprano.- Besa tiernamente a su esposa, le coloca la
mano en el vientre y se inclina a
besarla allí.
- Y
a nuestro bebé, buenas noches, pequeña
Madeline.- Ella vuelve a
mirar a Marlene.
- Te
amo más que nada en el mundo.- Y con un una tierna mirada cierran sus ojos
buscando el sueño que tanto necesitan.
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