Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 13 de enero de 2017

CAPÍTULO 40

                                                  


                                              UN DÍA MAS

Rebecca se sienta en la cama comiendo y hojeando uno de los folletos de la consulta del médico cuando Marlene entra a toda prisa con una mirada feliz en su cara.        
- ¡Hola!-  Saluda lanzando su bolso hacia el sillón y deshaciéndose del abrigo.           
- ¡Guau! No sabía que una clase de cocina podía hacerte sentir de todo.- Rebecca le dice y hace señas para que se acerque a la cama.
- ¡No! ¡No! La clase de cocina fue genial.  Olli y me ha dicho que los resultados de las pruebas están perfectas, de la cita con el médico salió contento. Solo debemos esperar a la oportunidad de estar fértil.-  Marlene contesta se inclina y besa a Rebecca.
- ¡Fantástico! Si que es una buena noticia. ¿Tienes hambre?-  Marlene empieza a desabrocharse la camisa y se quita sus zapatos. Se sientan en la mesa a cenar.
- El chef que imparte la clase, Pierre…- Ella se ríe. – Ha hecho un soufflé.-  Rebecca deja el tenedor  en el plato.   
- Apuesto a que era mejor que esto.- Ambas se ríen.
- Me voy a la ducha ahora.-  Marlene se dirige al cuarto de baño y penetra en la ducha caliente para relajar los músculos doloridos y cansados.  Rebecca está vestida con el pijama y la manta  cubriendo sus piernas. Marlene emerge con un cepillo en la mano peinando su cabello,  camina hacia la cómoda de la habitación. Rebecca echa la bata de satén sobre la cama y le pregunta.
- ¿Vamos a alguna parte?-  Marlene le pide la bata.      
- ¡Sí! Creo que necesitamos una copa.  ¿No es así?-  Le dice en voz baja. Coge de la mano a Marlene y se desplazan por el pasillo hacia  la gran sala.
La chimenea tiene las brasas tirando un calor acogedor y cálido. Marlene se acerca al piano en el que tocaba a diario, acaricia las teclas con suavidad,  Rebecca le sirve un whisky.
- ¿Echas de menos el escenario?-  Rebecca le pregunta entregándole el vaso de whisky.
- A veces me pasa.-   Hace una mueca con la boca. - Me gustaría tener un piano en nuestra nueva casa para que nuestros niños puedan aprender a tocar.- Le expresa y baja el cierre de la tapa del teclado.
– Entonces lo tendrás.-  Rebecca afirma y acaricia su mejilla.
- ¡Ven!- Ella una vez más la toma de la mano y se acercan a la chimenea y en medio de los dos sillones enfrentados, se sientan en el suelo, hay una gran manta gris delante de la chimenea.
– ¡Rebecca!- Marlene expresa. 
- ¡Shhhh!-  Le pone el dedo en los labios y tira de ella hacia si casi de rodillas mientras se van acercando la una al lado de la otra.
- ¿Qué pasa si viene alguien?-  Le pregunta. Rebecca le responde con entusiasmo.
- Es tarde, no te preocupes, si alguien viene nos cubrimos y ya está.- Rebecca desata el cinturón de la bata y lo tira a la butaca. Se tumban la una frente a la otra.
- ¡Tú y tus ideas!-  Marlene le murmura besándola con suavidad.
- ¿Por qué, señora Von Lahnstein? -  Rebecca bromea. Tiene un lado de la cara apoyada en la palma de una mano. Con la otra empieza a aflojar el cinturón de la bata de Marlene que la detiene agarrando su mano.  
- No esta noche.-  Le pide en voz baja.
- ¡Hmmm! Sí esta noche.-  Retrocede cediendo al férreo control de Marlene que vuelve la cabeza no permitiendo que los labios de Rebeca lleguen a su boca. Rebecca le coge la barbilla volviéndola hacia ella.
- ¡Por favor!-  Le suplica como un niño.
- ¡No!-  El tono de Marlene se hace más severo. Rebecca se acerca de nuevo a ella intenta otro beso, pero encuentra resistencia.
- ¡Te quiero!- Le dice con dulzura. Sus labios acuden a un lado del cuello de Marlene, con la boca se aferra a ella. Marlene apoya las manos en los hombros de Rebecca tratando en vano de apartarla, pero  Rebecca tiene su cuello  apresado.
- ¡Basta, por favor!- Marlene arquea su cabeza hacia atrás, se le pone un nudo en la garganta, puede sentir el calor de la pasión llevándola a más. La lengua de Rebecca se mueve por su cuello sensualmente, conduciendo a Marlene a la locura sensual. Se echa hacia atrás permitiendo a Rebecca quitarle la bata y exponer su carne desnuda. Los dedos de Marlene comienzan a desabrochar la chaqueta del pijama de Rebecca y se la quita. Luego desliza sus pantalones fuera. Rebecca, ahora desnuda, se incorpora  hasta estar de rodillas. Contempla con excitación el hermoso cuerpo que yace ante ella. Marlene con sus manos colocadas detrás de su cabeza.
- ¡Soy tuya!-  Susurra al oído de Rebecca. Rompe su contemplación y comienza a acariciar el pecho de Marlene. Se inclina tomando cada pezón entre sus labios causando pequeños jadeos de aire  liberados entre los labios de la boca de Marlene. - Eres tan hermosa y he anhelado cada momento contigo desde el instante en que me enamoré de ti.- Rebecca le clama poética puesta a caballo sobre su amada. Se acerca a su rostro y la besa, su lengua entra profundamente en su boca en un sabor de deseo abrumador. Los dedos de Marlene se dirigen a la cabeza de Rebecca, coge sus cortos cabellos y tira de ella apretándola con más fuerza hacia sí.
- ¡Hazme el amor!- Le dice en busca de más intensidad. Rebecca se sienta y llena de besos el abdomen de Marlene y traza todo el contorno con el movimiento de su lengua. A Marlene se le pone la piel de gallina, el bello se eleva sobre su piel. Se retuerce ansiosamente mientras llegan las olas de intenso placer del juego sexual de Rebecca. Gime con intensidad cuando percibe que el orgasmo llega descontrolado.
- ¡Ohhhh! ¡Rebecca!- Grita poseída colocando su mano sobre la boca para controlar su arrebato. Rebecca entra en ella aumentando más profundamente su clímax. Marlene la atrae hacia ella y la abraza con fuerza mientras se relaja  de la pasión sexual conseguida.
- ¡Dios mío lo que haces conmigo!-  Apenas puede pronunciar las palabras entre las respiraciones entrecortadas. La mano de Marlene abraza la cadera de Rebecca se mueven lentas mientras empieza a besarla. Se burla de ella primero con su lengua y luego con una tierna mordedura a su labio inferior. Rebecca se queja en voz alta, pero el juego con la lengua y el labio continua. Marlene rueda  sobre Rebecca, su piel unida, con sus manos acaricia a lo largo de su cintura, con la  curva de su cadera esperando. Marlene se une al montículo y comienza un ritmo constante, siente el calor que emana del interior de Rebecca, que deja hacer y arquea su cuerpo cuando los movimientos de Marlene se convierten en más rápidos. Hasta que grita cuando alcanza el éxtasis culminante. Rebecca se queda en trance, en el limbo, sus músculos se relajan con placer, el sudor gotea abundoso desde su frente. - ¡Yo no quiero perder nunca esto!-  Ella le habla en un susurro suave, está agotada, también Marlene.
Se ponen lado a lado, el brazo de Rebecca bloqueado por la cintura de Marlene. Observan el parpadeo de las brasas del fuego y de la tranquilidad que hay en la habitación en ese momento. Se mantienen en silencio, han disfrutado de la felicidad sexual que han buscado. Marlene se agita algo.
- Cuando hacemos el amor…-  Comienza a hablar cuando Rebecca mueve sus labios cerca de su oído.        
- ¿Sí?- Responde antes de que Marlene pudiera continuar. 
- Nunca había experimentado el sexo de esta manera hasta que hicimos el amor, sobre todo después de la primera vez. Me sentí totalmente natural, no había límites y pude expresarme de una manera que jamás pude hacer con un hombre. - Rebecca se ríe entre dientes.
- Estábamos destinadas a estar juntas, Marlene. Incluso desde el principio. Cuando volví de Nueva York surgió algo muy extraño en nuestra relación. Yo no podía controlar el deseo y la pasión que sentía por ti, quería estar cerca para sentir tu amor.  No me importaba el dolor que sentía al verte con Tristán, solo que mi cabeza daba vueltas fuera de control.-  Le responde en un tono cariñoso.             
- Cuanto he luchado contra mis sentimientos por ti, que eran tan profundos y reales. Yo pensaba que estar con una mujer no era normal. Las fantasías y los sueños que tenía contigo  empezaban a convertirse en algo del todo realista y al mismo tiempo de miedo. Me sentía atrapada por aquel sentimiento que me excitaba emocionalmente.-
Rebecca se incorpora apoyándose sobre un codo y mirando a los ojos de Marlene.  
 - Es lo que estoy hablando, de lo que hay entre nosotras, cómo nos sentimos, cómo nos gusta. No quiero que esto sea una estrella moribunda en nuestra relación. Quiero ser capaz de recordar el pasado sobre nuestro pasado y cómo lo hemos salvado juntas, y la importancia de la batalla ganada para estar la una con la otra. Hemos llegado más allá de todos nuestros errores y estoy agradecida que me perdonases.-  Añade con seriedad.
- ¿Te gusta vivir el romance en el límite, a tope?-  Marlene le devuelve el argumento.
- Lo hago porque es lo que alimenta la pasión entre nosotras, yo quiero que siempre exista el deseo entre las dos. En el pasado nos fuimos distanciando por nuestras equivocaciones.  Creo que hemos aprendido de ello.-  Marlene rápidamente la hizo callar.
- Es posible que hayamos evolucionado separadas Rebecca, pero nunca arruinado nuestra vida sentimental, siempre podíamos encontrarnos en la cama.-  Ella comentó con confianza.
- ¡Sí! Siempre ha sido una distracción para mí.- Ella se ríe, y dulce besa un lado de su cara.
- No quiero volver a vivir las cosas malas. Sí que son parte de nuestro pasado pero no es algo que quiero volver a vivir.- Marlene le recordó.
- Debemos volver a la Orangerie, se está haciendo tarde.- Rebecca le recuerda y alcanza su pijama.
- No es una necesidad.- Marlene la abraza y hacen el amor una vez más envueltas en la comodidad de la manta.
                                                                                          
- Se te hace tarde esta mañana.- Emily saluda a Marlene en tono de broma mientras sube las escaleras.
- ¡Sí! Rebeca sale para Roma hoy.- Parece algo triste para ella.
- Voy por un café con leche ¿Te apetece una...?-  Pregunta caminando a su lado.  
- No gracias ¿Están los pedidos aquí, o todavía…?- Emily le corta.
- ¡Sí!  Sascha tiene que bajarlos, ha empezado a abrir las cajas.- Marlene se da la vuelta y se va en busca de Sascha. Lo encuentra haciendo una inspección de lo que había en las cajas.
- ¿Quieres que los montemos hoy? Están en varios pedazos.- Comenta inclinándose contra la plataforma.
- Vamos a sacarlos de las cajas primero, y luego ver qué cantidad de espacio  ocuparán.- Ella le responde.  Sascha abre una navaja y corta las ligaduras a los lados del embalaje exponiendo los contenidos. Hay bancos, postes de lámparas, jarrones y otros accesorios.  Trabajan con diligencia en ensamblar las piezas.
- Vamos a suspender para el almuerzo.- Marlene abre el texto de su móvil: "En el aeropuerto, vuelo retrasado, te llamaré cuando llegue. Besos" Ella sonríe tratando de no llorar pensando en su primera ocasión separadas. Lee un nuevo texto con un simple: "Te amo" Se dirige al exterior para el almuerzo.

Emily y Natasha ayudan a Marlene a organizar y montar los apoyos.
- Mañana voy a empezar a imprimir los telones de fondo. ¿Estamos de acuerdo?-  Les explica con tranquilidad.
- ¡Sí! Mirando por encima de todo lo que hay aquí, creo que los escenarios ya están listos para su colocación.-  Natasha se sienta en uno de los bancos.
- ¡Es tarde! Algunos de nuestros compañeros se reúnen en No Limits para tomar una copa. ¿Por qué no te unes a nosotros? – Le pregunta. Marlene está vacilante.
- No lo sé, es tarde.- Emily la agarra por el brazo.
- ¡Ven! Será divertido. La verdad es que estoy sola esta noche también.-  Ella le declara.
- ¿Tristán está fuera de la ciudad?-  Le interroga. 
– Está en Londres desde ayer por algunas reuniones bancarias. Estará de vuelta mañana, vamos que nos divertiremos.- Marlene se muestra de acuerdo.
- ¿Dónde está Natasha?- Le pregunta mientras se pone el abrigo y agarrando su bolso.
- Creo que fue a preguntar a Abby si quería unirse a nosotros.-  Duda  brevemente. - Creo que está interesada en ella. Me hizo el comentario el otro día. ¿Te importa?- Marlene intenta una sonrisa.
- ¿Por qué hay algún problema con eso?- Emily asiente y se dirigen a la calle.
Marlene se acerca a la barra.
- ¡Hey! Josie ¿Está Olli por aquí por casualidad?- Josie mira a su alrededor.
- Todavía no. Lo espero en cualquier momento.- Ella le sonríe.
- ¿Puedo ponerte algo de beber?-  Jossie le pregunta.
- ¡Si! Vino blanco. Cuando llegue, por favor, dile que necesito verlo.- Josie asiente. Marlene se dirige a la mesa ocupada por Emily y se sienta.
- Estoy muy entusiasmada con el desfile de moda.- Ella comienza la conversación, pero es interrumpida por la presencia de Abby.
- ¡Hola Abby!- Saluda.
- ¡Marlene!- Responde ella quitándose el abrigo.           
- ¿Natasha?- Pregunta Emily.
- Consiguiendo algo de beber.- Vuelve la cabeza y ve a Natasha llegando con dos grandes vasos de cerveza.
- ¡Gracias!- dice Abby aceptando uno de los vasos.
- Un placer.- Natasha respondió tomando el lugar vacío, se sienta a su lado.
- ¿Quién se va a casa para Navidad?-  Emily comienza la conversación de nuevo.
– Yo voy a pasar la Nochebuena y el día en Hamburgo y regresaré al día siguiente.-   Abby se explica y  toma un trago de cerveza. Sus pensamientos se recogen en Marlene.
- Me quedaré en Kölonia todo el día.- Natasha suelta una risita.
- ¿Y tú Emily?- Abby le preguntó tratando de relajarse.  El corazón se le acelera al tocar de forma accidental su pierna contra Marlene.
-Tristán y yo estamos planeando pasar las vacaciones juntos.- Marlene la mira.       
- ¿No vas a casa a Francia?- Ella le golpea el antebrazo con humor, bromea. Emily le dirige una mirada tímida.
- Realmente estamos llegando a algo, tengo sentimientos profundos por él.- Añade consciente de su pasado con Marlene.
- Eso es bueno.- Marlene se aclara la garganta y toma un trago de la copa de vino. Siente una mano en su hombro, se  gira para ver a Ollie. 
- ¡Hola! Te he estado buscando.- Él le sonríe y le agarra por el codo llevándola de la mesa. Se trasladan a la esquina de la barra y lejos de todo el mundo. El saca un sobre de su chaqueta.
- Todas mis pruebas están bien. Estos son los resultados,  es posible que los necesites para el médico.- Parece turbado, Marlene se le salta una lágrima de emoción.
- Voy a ser padre.- Le dice en voz baja.  
- Lo sé, no sabes lo que te lo  agradecemos Ollie, de verdad.- Ella se seca los ojos.
- Rebecca me ha enviado un sms, dice que Sebastián tendrá el documento listo el Viernes. ¿Supongo que todavía lo estamos manteniendo en secreto?- Ollie le pregunta.
- ¡Sí! Solo se lo hemos dicho a Elisabeth, mi padre, Kim, Biggi y Sebastián claro. No estamos dispuestas a decirle nada a nadie más  todavía.-  Él asiente con la cabeza. - ¿No tendrás algún problema con la firma del contrato?-   Le pregunta insegura de sus verdaderos sentimientos.
- ¡No, no, no! En absoluto. Sigo estando de acuerdo. Le di muchas vueltas después de cenar la otra noche. Se lo dije a Jorge.-  Baja la cabeza.
-  ¡Está bien! Entiendo que  necesites compartirlo.-  Ollie se ríe.
- Él es un gran apoyo,  hasta me dijo que podíamos cuidar de él.- Marlene se siente abrumada, se abrazan.
- ¡Gracias de nuevo!-  Le repite con tierna mirada. - Tan pronto vea al Dr. Dressler sabremos  en cuanto y cuándo estaremos listos para seguir adelante.- Ella le responde más relajada y en un tono positivo.
- Entiendo, debo irme, tengo un montón de papeles para revisar. Hablamos  el viernes cuando vuelva Rebecca.- Se dan la mano.
- ¡Buenas noches!- Le responde ella. Marlene se dirige al cuarto de baño para refrescarse. Extrae el cepillo de su bolso y comienza a repasarse el pelo y comprueba sus labios colocando un poco de brillo en ellos. Levanta la vista cuando oye el crujido de la puerta.
- ¡Abby!- Le saluda secamente al darse la vuelta para mirarla.
- ¡Hola! Yo sólo quería hablar contigo a solas, por favor.-  Le suplica con los ojos tristes.
- No hay nada que nosotras podamos hablar, que no sea relacionado con el trabajo.-  Le afirma Marlene con firmeza.
- Te amo no te das cuenta de que…, sé que tu matrimonio…,  Rebecca no es buena para ti,  te engañó antes. ¿Qué te hace pensar que no lo hará de nuevo?- Marlene podía oír la desesperación en su voz. Ella se cruza de brazos con una expresión de descontento.
- No importa, yo la amo. Acabas de decir que estamos casadas ​​y vivimos nuestras vidas de la manera que queremos. ¿Por qué no puedes ver eso?-  Le cuestiona tratando de ser realista. Abby se acerca más. 
- ¿Por qué no te levantas de este estúpido sueño en el que estás y darte cuenta de que podemos estar juntas.- Abby se inclina hacia delante agarrando con ambos brazos a Marlene.
- ¡No lo hagas!- Marlene se enfrenta a ella, sin saber que Natasha tenía ligeramente abierta la puerta y miraba con incertidumbre.
- ¡Suéltame!- Marlene le ordena muy enfadada. Abby se inclina hacia delante en un intento de besarla. - Deja de estas tonterías y déjame en paz.- Le grita con enojo. 
- No puedo, quiero estar contigo. Te amo Marlene.- Natasha está en estado de shock por lo que escucha y presencia.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que todo ha terminado? En realidad nunca fue nada más que una conveniencia.-  Le espeta sin compasión. Abby siente que le perforan el corazón.
- ¿Así que sólo me utilizaste?- Le grita.
– Nos utilizamos la una a la otra. Sabíamos que era todo por el sexo. Me preocupo por ti como una amiga. Compartimos mucho pero amo a Rebecca y eso no va a cambiar nunca.- Abby asintió con la cabeza. Se limpia los ojos, está perdida en la niebla. 
- No quiero que seamos amigas y decir que te importo significa  algo Marlene.- Abby transmite sus pensamientos en tener otra oportunidad con Marlene

1 comentario:

  1. estamos casi a mitad de camino y se me ha ocurrido que sería interesante conocer vuestra opinión sobre los personajes. ¿Quien os gusta más? Por su personalidad, carácter, la sentís cerca de la vuestra. En fin Dazme vuestra opinión.
    Besos

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