UN POCO DE AVENTURA
Rebecca se ducha y espera el
regreso de Marlene mientras se viste para la cena. Marlene abre la puerta, entra,
coloca el bolso sobre la mesa y cuelga el abrigo.
-
¡Hey, hmmm! Te ves bien, ¿Vamos a un lugar especial?- Le pregunta en tono de broma.
-
Pensé que podríamos salir a cenar. ¿Un Italiano, un Chino?- Ella sonríe abrazando a
Marlene con firmeza.
-
No estoy segura de tener hambre.- Ella frunce el ceño. Rebecca tiene
curiosidad. - ¿Cómo te fue?- Le pregunta con impaciencia.
-
Creo que se puede decir que entiende que si no nos deja tranquilas habrá
consecuencias.-
Marlene se sienta en el sofá, Rebecca a su lado. - Fue difícil, en el mejor concepto, ella está muy herida, pero no
confundida acerca de lo que quiere o sus sentimientos acerca de mí.- Rebeca
hace una respiración profunda y la sostiene.
-
¡Está bien!-
Marlene le asegura tocando la rodilla de Rebecca con la mano que lentamente
exhaló.
-
Siento que las cosas hayan salido de esta manera.- Rebecca duda un instante.
-
Si te hubieras casado con Tristán, no sé, me había dado cuenta de que no había
nada para nosotras y que tu decisión era estar con el hombre que amabas. Que yo
no era nada más que una curiosidad para ti.- Ella comenta con tristeza. Marlene la mira con una sonrisa.
-
Pero yo nunca me hubiera casado con él, yo estaba enamorada de ti, lo usé como
un escape, y sí, nos duele Tristán profundamente y, a veces creo que todavía lo
sentimos por él. Al igual que lo que Abby siente, de alguna manera es un daño
sembrado profundo o ira, pero me casé contigo y no lo usamos como un ardid para
escapar de ella, ella conocía desde el principio mis sentimientos por ti.- Rebecca acaricia suavemente su cara sus
labios encuentran los de ella en un beso lento dulce.
-
Creo que ella lo entiende ahora. Sólo
tiene que lidiar con ese sentimiento por su cuenta, como una sanación, se
enfadará al principio, pero según pase el tiempo...- Rebecca la interrumpe con un movimiento de
su mano.
-
Podemos asumir todo tipo de cosas acerca de sus sentimientos Marlene, pero no
cambia el hecho de que ella ha sido grosera y una perra completa hacia mí y nuestra
relación. Ser amable este tiempo para que cure sus heridas es ridículo, no me
importa cómo se siente y, francamente, no estoy mal por ella de ninguna manera.
Sé que no se puede cambiar el cómo se siente acerca de ti, pero tienes que
parar la hemorragia, creo que diciéndole que se presentarán cargos es como
tiene que ser.-
Rebecca responde en forma de rabieta
mientras divaga.
-
Basta de hablar de ella, si no se coloca el suelo, entonces ella nunca estará
fuera de nuestras vidas.-
Marlene mira a Rebecca con severidad.
-
Siento que necesitas aliviarte pero no
quiero agitarlo más. ¡Ya! Tenemos que trabajar con ella, habrá reuniones de
presupuesto y más de una vez con ella,
no hay nada que pueda hacer para cambiar eso, le pedí que dejara LCL, ir
a otro lugar, pero ella no se quiere mover.- Insiste, Rebecca se levanta del sofá y camina
por la habitación.
- Tú puedes ser agradable, pero no tienes que ser más amable, ella es una serpiente y me importa un bledo cómo mierda se sienta Marlene.- Las palabras de Rebecca se hacen aún más calientes.
- Tú puedes ser agradable, pero no tienes que ser más amable, ella es una serpiente y me importa un bledo cómo mierda se sienta Marlene.- Las palabras de Rebecca se hacen aún más calientes.
-
¡Cálmate Rebecca! Vamos a echar todo esto fuera, no quiero hablar de ella nunca
más.- Se
levanta del sofá y camina hacia ella, le frota
los hombros con las manos masajeando suave.
-
No tengo hambre para la cena, pero estoy hambrienta de un poco de aventura.- Ella se ríe un poco. Rebecca
sonríe. - ¿Y qué tienes en mente?- Ella le susurra colocándole sus manos sobre los
glúteos.
- ¡La cocina! Creo que la señora Lentz hizo un poco de pudín.- Coge a Rebecca de la mano y a escondidas entran
en la cocina donde hay quietud, abren el frigrífico para buscar el pudín. Se ríen y ríen mientras se
dan cucharadas mutuamente. Marlene coloca las tazas vacías en el fregadero, se da
la vuelta y encuentra a Rebecca cerca de ella. Se adelanta a besarla con las manos en ambos lados del cuello de Rebecca acariciando su garganta con los
pulgares. Ambas gimotean besándose fuera
de control. - ¡Marlene!- Rebecca le
susurra. - ¡Shhhh!- Ella la sigue
besando. Lentamente comienza a desabrocharse la camisa y luego afloja el
sujetador y los deja caer al suelo, abraza a Rebecca con pasión acalorada.
-
¡Ohh!-
Rebecca suspira, Marlene aleja su rostro un poco y la mira a los ojos, esos
ojos en los que piensa, cómo ella se enamoró de ellos y cómo despertó sexualmente
con ellos. - ¡Te quiero!- Marlene le musita al oído, con la lengua traza
el contorno de los labios curvados de Rebecca. Le baja la cremallera de los
pantalones vaqueros corriendo la mano hacia
dentro buscando la calidez que le espera. Rebecca estira la cabeza hacia
atrás descansando las palmas de las
manos contra el borde de la pileta que agarra con fuerza al sentir la presión
de las manos de Marlene en una pasión erótica. El cuerpo de Rebecca se
retuerce con total satisfacción. Abraza a Marlene y le desviste de su camisa empujándola
hacia la mesa. La sienta encima y tira de sus pantalones y bragas, Rebecca
termina con su ropa esparcida por el suelo de la cocina. De pie ante ella con una mirada. - No puedo resistir tu belleza.- Con sus manos le acaricia los muslos exteriores. Marlene atrapa sus manos y la atrae
encima de ella y cierra sus piernas alrededor de la cintura de Rebecca tirando con fuerza
contra ella. Rebecca chasquea la lengua contra la piel humeante de Marlene,
primero la hendidura entre sus pechos y luego el ombligo hasta que llega al montículo. Es imposible para Marlene controlarse, arquea su cuerpo entero
hacia arriba, Rebecca se mueve con fuerza, el clímax llega en oleadas de
éxtasis. El pulso de Marlene se acelera en la cúspide del culmen. La dureza de
la mesa es un rápido recordatorio de que la comodidad de la cama eran más
deseable, pero la tentación del juego del sexo era demasiado buena para dejar
sin respuesta. Rápidamente se visten entre risitas y se arrastran de nuevo a la
orangerie. Se acuestan en la cama cayendo en los brazos la una de al otra.
- Voy a estar dolorida.- Comenta Marlene en un susurro.
- La mesa.- Rebecca añadió.
- Voy a estar dolorida.- Comenta Marlene en un susurro.
- La mesa.- Rebecca añadió.
-
¡Ahora! Ha sido un poco atrevido, pero
hizo el sexo mucho mejor. - Ella besa la punta de la oreja de Marlene. - ¿Es esto un fetiche Rebecca?- Toca con sus labios la mejilla.
-
Se podría decir que, hemos hablado de esto antes, de nuestra necesidad de
mantenernos en sintonía.- Marlene suspira. Ella toma la barbilla de
Marlene entre el pulgar y el dedo índice, cierra los ojos mientras sus labios se
unen en un tierno beso. - ¡Buenas noches
mi amor!- Rebecca le musita en voz baja. Caen en un sueño profundo, abrazadas y unidas por ese lazo de amor.
Rebecca hojea el pasaporte y
el papeleo preparando su viaje a París.
- ¿Está todo
en orden?- Marlene le pregunta mientras se abrocha los botones de la blusa.
-
¡Sí! ¿Estás lista para salir?- Curiosea
Rebecca.
-
¡Sí!- Marlene
agarra su abrigo se dirigen a la consulta del doctor Dressler.
Marlene se sienta encima de la
mesa de examen mientras Rebecca comprueba sus mensajes de texto.
-
¡Buenos días, señoras!-
Dr. Dressler se dirige a ellas con una sonrisa,
Abre la carpeta para estudiar el contenido antes de cerrarla. Se acerca
a Marlene.
-
Veo que tanto usted como los resultados de las pruebas del donante están en
buenas condiciones.- Mira en la carpeta de nuevo.
- ¿El Sr. Oliver Sabel?- Pregunta.
-
¡Sí! Él va a ser el donante.- Marlene bromeó con una
sonrisa.
-
¿Has estado contando tus días?- Le pregunta a alcanzar
su estetoscopio.
-
Mi ciclo se inició hace diez días como podrá ver en la ficha que he estado rellenando.- El médico escucha su ritmo cardíaco de nuevo.
-
Creo que el viernes será el mejor momento. Comience a tomarse la temperatura temprano cada mañana y ¿Puede hacer que el Sr.
. Sabel esté aquí ese día?- Rebecca guarda su teléfono celular y se acerca a la mesa de
examen.
-
Podemos, hablaremos con él hoy.- Confirma. Salen de la cita sintiendo emoción.
-
¡Esto funciona! Estaré en casa la noche del jueves y aquí el viernes para la
inseminación. -
Rebecca le dice a Marlene, suena el móvil un mensaje de texto.
-
¡Olli!- Exclama. - El
viernes por la mañana estará aquí. -Se cogen de la mano.
-
¿Un paseo por el río?- pregunta Marlene. Rebecca sonríe.
-
Hace frío pero nos podíamos parar a tomar un café en el camino.- Ella le argumenta.
-
No puedo pensar en una mejor manera de mantener el calor y luego el café.- Marlene dice mientras ríen y
tratan de mantener calma.
Rebecca contempla las vistas
de la ciudad y recuerda la última vez que estuvo en París con Marlene, el
romance y los malos momentos que siguieron. El conductor del taxi se detuvo en
la puerta del hotel. Entra, se registra y sube a su habitación. Mañana será un día
largo. Después de cenar en el restaurante del hotel regresa arriba. Pone sus
cosas en el armario mientras piensa en la cita con los médicos el viernes. Se
ducha y se pone el pijama para la cama. “¿Usted
pasa?" Un mensaje de texto la saca de su pensamiento. "Yo no" responde ella con una
sonrisa y en ese instante suena el teléfono.
-
¡Hola!- Ella
respondió. - ¡Te extraño ya!- Marlene se
queja en broma.
-
¡Yo también!-
Rebecca le transmite rápidamente.
-
Ha sido un día largo. Bueno, nos dieron todos los apoyos numerados y colocados
en los contenedores. Las chicas han comenzado a preparar los dibujos sobre el ambiente de la ropa de verano y…- Rebecca la corta con una risita.
-
Eso es lo que me gusta de ti y ¿Que más has
debido hacer hoy?-
La pregunta deja un poco de silencio al otro extremo.
-
Yo, me fui temprano.- Se
rió como si estuviera guardando secretos.
-
¡Oh! Señora Von Lahnstein, no lo hiciste.- Ella juega con sus palabras.
-
¡Lo hice! Me ví con papá, están a punto
de poner la baldosa.- Ella
expresa con vehemencia.
-
Eso es maravilloso, sé que eres feliz y te echo de menos. Estaré en casa antes
de lo piensas.- Le asegura. - ¡Besos! Marlene.
-
Sra. Von Lahnstein bienvenida a LCL París.- Dupree comenta al reconocerla en la
entrada de la nueva empresa de producción.
-
Gracias, señor Dupree y ¿Cómo están las cosas?- Ella pregunta mirando los bastidores de
ropa que están colocados en el vestíbulo,
preparando la creación de un tema para la primavera. Abre la puerta de
su oficina y entran en ella.
-
Como se puede ver los días de fiesta acumulan los retrasos del equipo.- Sonríe mientras sirve una
taza de café.
-
Siéntese por favor.-
Hace un gesto con una sonrisa. Rebecca se sienta apoyando la agenda sobre su
escritorio bebe un poco de café y cierra los ojos un instante para disfrutar de
su sabor.
- ¿Confío en que haya dormido bien?- Le pregunta. - Lo hice.- Ella deposita la taza para abrir su agenda.
–
¿Ha tenido una conversación Elisabeth
con usted sobre la línea de ropa interior?- Le interroga poniéndose manos
a la obra.
-
Lo hicimos, hablamos en profundidad sobre hacer una sesión de fotos aquí, pero
la introducción sería en LCL Dusseldorf si no me equivoco.- Él conjetura.
–
¡Será! Elisabeth y Tanja han decidido que París, Roma y Nueva York eran los
mejores lugares para introducir la línea.- Ella duda un segundo.
-
Pero tienen que darle un nombre y en eso y más cosas tenemos que avanzar antes
de que hacer el desfile de moda de primavera.- Le responde anotando una cita en su agenda.
-
Ya veo. Entiendo que el desfile de moda de invierno de Emily fue estelar.- Irradia sonrisas hablando de su nieta.
-
De hecho, es muy buena y he disfrutado trabajando con ella. Es una estudiante
rápida y con talento.-
Él suspira sentándose en su silla.
-
Ella solo piensa en el mundo de ustedes, me dice que está en un entorno natural
y que es usted una gran maestra. Estoy bastante sorprendido que usted renunciara
al diseño.-
Él la mira, Rebecca esboza una leve sonrisa.
-
El matrimonio y un montón de cosas me hicieron cambiar a esta posición, fue la
decisión correcta, Marlene y yo tenemos un futuro planeado que espero
brillante. De todos modos esto le abrió la puerta a Emily.- Él sonríe.
-
Sí lo hizo y creo que fue la decisión adecuada para ella y por la noticia. ¡Ah!
Y enhorabuena por su boda, les deseo muchos años de felicidad.- Comenta y hace una respiración profunda. -Tengo una pregunta para usted, si no le
importa. Es de carácter personal.- Rebecca le mira cerrando su agenda para darle toda su
atención.
-
Emily parece estar un poco quedada con su hermano Tristán.- Comienza a hablar.
– ¡Sí! Llevan saliendo un tiempo.- Ella interviene.
– ¡Sí! Llevan saliendo un tiempo.- Ella interviene.
-
Estoy un poco preocupado.- Murmura, Rebecca le mira con extrañeza.
-
Le puedo asegurar Dupree, Tristán es un buen hombre y que realmente le gusta
Emily.-
Elogia a su hermano.
-
Emily es joven y nunca ha… realmente hasta la fecha ella siempre ha estado
interesada solo en la moda y el diseño y no en los chicos.- Habla en un intento de
aliviar su mente preocupada.
- Se está adaptando bien y tranquila. Sé que Tristán ha sido más que un caballero
con ella. Elisabeth la ha mantenido hasta ahora fuera del castillo. Ella vive
muy bien en el desván.-
Él gruñe en voz baja.
-
Es joven y curiosa. Me preocupo por su bienestar.- Rebecca añade.
-
Puedo entender su aprensión pero mantendré
un ojo en ella, sé lo que Elisabeth le prometió.- Rebecca le argumenta. Él piensa un momento
antes de hablar.
–
Perdone por ser prepotente, lo sé, pero a la pérdida de su padre, mi hijo, he
hecho de mi meta personal, asegurarme de
que tiene todo lo que necesita, una educación y un buen trabajo. Su madre se
volvió a casar y vive en Sudáfrica y Emily realmente no ha tenido mucho que ver
con ella desde la muerte de su padre.- Rebecca se inclina hacia delante y le tocó la
mano golpeándole suave.
-Trate
de no preocuparse. Emily no es una niña, sino una mujer adulta tratando de encontrar
su camino en la vida. Hay muchos altibajos a medida que avanzamos por este camino,
ella es una gran trabajadora y dedicada al diseño, y tiene un montón de autoestima.- Rebecca hace que se sienta
más relajado.
-
¡Gracias Rebecca! Alivia mis preocupaciones. ¿Vamos a hacer un recorrido?- Se levanta de su escritorio y le muestra a
Rebecca toda la instalación de la última asociación a LCL Inc.
-
Me gustaría reunirme con el personal de mañana y hablar para una sesión de
fotos y de la próxima línea de lencería.- Ella le comenta con franqueza mientras
completan el recorrido.
-
Organizaré una reunión de desayuno.- Él le ofrece. - ¿Vale a las nueve?- Ella sonríe y recoge su agenda del escritorio.
-
Está bien.-
Terminada la vista Rebecca camina
a lo largo de los Campos Elíseos pensando en Marlene y el tiempo que habían
pasado allí, la maternidad y todas sus virtudes la nueva casa y estar lejos en
los momentos más críticos de su vida. Se detiene brevemente mirando por encima
de lo que la gran ciudad de París tiene que ofrecer, su encanto y esplendor lo
romántico que era todo y deseando que Marlene estuviera allí para compartirlo
con ella. Saca su teléfono celular y hace una foto que remite a Marlene
diciendo simplemente. “Te echo de menos y
te amo, recuerdos para ti desde
París.” El día había sido largo, lleno de visitas a la nueva instalación,
le espera una buena noche de sueño.
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