Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 20 de enero de 2017

CAPÍTULO 42

                                         
                         UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Marlene entra en el comedor para hallarlo más tranquilo de lo normal.
- ¡Tanja! ¿Dónde está todo el mundo?-  Tanja deja su taza de café.
- Elisabeth y Charlie fueron de compras, Sebastián se encuentra en la sala de entrenamiento y no estoy segura donde anda Tristán ¿Dónde está Rebecca?-  Marlene no responde de inmediato.- Marlene, ¿Dónde está Rebecca?- Marlene traga saliva.
- No sé, tal vez en LCL.- Le dice en voz baja. Tanja mueve un ojo hacia ella.
- ¿Primera pelea?- Marlene entra en nerviosismo. 
- ¡Sí y no!  No quiero hablar de ello, perdón, me voy a ver a papá,  tengo que encontrarme  con él en la casa esta mañana. - Empuja su silla alejándose de forma un tanto brusca.

Marlene mete la llave en la cerradura de la puerta de su apartamento. Entra y se da cuenta del jarrón lleno de flores de corte apoyado en la barra, Mira a su alrededor sin ver a nadie. Abre la carta que estaba al lado de las flores y la lee.     
- Eres tan bella como un día de sol y te amo con todo mi corazón.- Sonríe con una mirada de misterio y se acerca al dormitorio. Se apoya en la puerta contemplando las velas aromáticas encendidas por toda la habitación, una botella de champán con dos largas copas puestas encima de la cómoda. Su mirada se dirige a la cama donde Rebecca  posa desnuda, su piel brilla con el parpadeo de la luz de las velas. Marlene permanece quieta. Lentamente se retira el abrigo dejándolo caer al suelo. Mira a los ojos de Rebecca con profundidad. Son oscuros como si una tormenta aún se estuviera gestando en ellos. Rebecca le tiende la mano, Marlene se acerca a la cama, se levanta la blusa sobre la cabeza y luego se desabrocha los pantalones vaqueros para exponer sus bragas de encaje, las retira para quedarse desnuda. Toma la mano de Rebecca y se mete en la cama frente a ella. Rebecca le acaricia la mejilla con el dorso de los dedos con suave gesto. Marlene la besa con delicadeza. Permanecen en silencio. Rebecca se echa hacia atrás y la mira seriamente a los ojos.
- Yo nunca podré estar enojada contigo.- Dice con voz relajada. Los labios de Marlene se posan en su cuello besando juguetona, Rebecca gimotea.
- No quiero hablar, sólo quiero hacer el amor.- Comenta como una declaración de culpabilidad. Marlene se coloca encima de Rebecca mordisquea y besa cada pulgada de su cuello. La pasión rueda en Rebecca como un tren de carga gimoteando salvaje y sin control. Marlene abraza las caderas de Rebecca hasta sentirse en sintonía con ella. 
- ¡Rebecca!-  Rebecca rueda sobre Marlene calienta sus labios besando su pecho. Ella bromea con el movimiento de su lengua. - Por favor, Rebecca, por favor.- Marlene empuja con fuerza sus hombros hasta que la boca de Rebecca le llena de placer. Su respiración se vuelve superficial y culmina con el cuerpo rígido pero satisfecho. Marlene la toma por la cabeza sellando con fuerza sus ojos. Rebecca se encuentra a su lado relajada, en una ensoñación romántica. La mano de Marlene le acaricia la parte inferior del abdomen. Ella se abre y pasa sus dedos con delicadeza dispuestos a causar en Rebecca placeres desordenados. 

Yacen, la una al lado de la otra, en la quietud y en el pensamiento satisfechas de placer.
- He programado una cita con los médicos para el lunes después del desfile de moda.- Marlene le explica además. - Mi ciclo debe ser esta semana y este podría ser el momento adecuado para tratar de quedar embarazada.- Rebecca no escucha hablar, su cuerpo inerte y en un estado de felicidad sexual.
- ¡Hmmm! ¡Cómo me hace sentir cuando hacemos el amor!-  Se pronuncia agarrando la sábana con fuerza entre sus dedos. Marlene se incorpora apoyándose en el codo. 
- Y espero que siempre te hagan sentir de esta manera. Esto ha sido muy romántico. ¿Me engaña en el pensamiento? ¿Alguien quería ver el piso?-  Ella la empuja con el dedo índice. Se hacen cosquillas una a otra por un breve momento.
- ¿Qué pasó?-  Pregunta Rebecca como te las arreglaste para mantener la calma. Marlene sabe que debe decir la verdad.
- Comenzó en No Limits, Emily y Natasha me invitaron a tomar una copa después del trabajo. Sabían que estaba sola y podría estar triste.-  Se ríe por un segundo. - Abby apareció con Natasha, supongo que son amables en su vida y ahí es donde todo sucedió. Estuve hablando con Ollie. Luego fui al baño y de repente apareció a la mendicidad para hablar. Le dije que me dejase en paz y las cosas se pusieron un poco calientes. Salí de allí y volví a casa.- Marlene toma aire.
- Ya veo ¿Pero lo que ayer?- Rebecca le pregunta.
- Supongo que ella finalmente se calmó y trató de disculparse. Yo no quiero hablar dentro de LCL porque así es como empiezan los rumores. Ella me siguió y yo traté de escapar, de verdad, no tenía idea que me besaría.- La voz de Marlene intensifica mientras hablaba.
- He tratado de hablar con Tanja pero no quiere escuchar, ella dice que debemos de resolver cualquier problema personal que tenga con ella fuera de la empresa y estoy de acuerdo, debemos hacerlo así.- Rebecca le responde.
- Voy a hablar con ella, esto tiene que parar, todo este hostigamiento tiene que terminar.- Marlene hace una respiración profunda. - Quiero hacer que me tome en serio.-  Piensa por un momento.
- Pero  entiendo que de alguna manera, ella está enamorada de mí o al menos lo tiene en su mente y verme contigo es un insulto a sus sentimientos y su orgullo.- Rebecca sonríe con ironía.
- Tú nunca vas a encantar a nadie más que a mí.- Rebecca se expresa  con vanidad. Marlene no lo duda.  
- Yo nunca podría amar a nadie más que a ti. He vivido mi vida por ti, a tu alrededor, incluso cuando estábamos separadas, soñaba  nada más que contigo.- Una lágrima cae de su ojo. - Me tienes, todo de mí para ti.- Se besan con pasión y hacen de nuevo el amor.
- No quiero que este día se termine.-  Rebecca habla volcando el deslumbramiento en que se encuentra. Marlene la besa tiernamente.
- No tenemos que dejarlo, ya sabes.- Rebecca sonríe extendiendo sus labios  para degustación de Marlene.
Rebecca mira alrededor de la sala, las llamas de las velas parpadearon extrañas sombras en la pared. El viento frío del exterior golpea de manera constante contra la ventana. Marlene se encuentra en un profundo sueño. Rebecca contempla como respira, pone  la cabeza contra su pecho y siente el revoloteo de su corazón. Le da un beso en la mejilla y se abraza a ella. Marlene despierta, con su brazo rodea con fuerza a Rebecca. Ella se aparta para llegar a las dos copas de tallo largo y las llena de  champán.
- Por nosotras.- Rebecca brinda feliz, beben el champán ya caliente.    
- Y por nuestro bebé.- Añade Marlene. De pronto recuerda. - Mi padre me hizo esta cama, es demasiado pequeña para nosotras, pero cuando nuestro hijo sea mayor podría tenerla como propia.- Rebecca puede ver el brillo en los ojos de Marlene.
- Es por eso por lo que compramos una cama más grande. Creo que va a ir a la perfección en una de las habitaciones. Y… ¿Qué pasa con los otros muebles de aquí?- Le pregunta incierta de los planes de Marlene para ello.
- Sólo llevo un par de cosas, el resto de los muebles es necesario mantenerlos. Realquilaremos este piso en algún momento.- Le comenta. Se visten y apagan las incontables velas que Rebecca había repartido por el salón y el dormitorio. Cierran y salen para regresar al castillo.  
- Sebastián me ha enviado un mensaje. El contrato está listo para la revisión y aprobación.- Rebecca sonríe mientras disfruta compartiendo la noticia.
- Voy a enviar a Ollie un SMS.- Concreta mientras caminan hacia el  estudio donde trabaja Sebastián. Marlene mira su teléfono al encontrarse con él.
- Ollie estará aquí en unos pocos minutos.- El hermano de Rebecca les entrega el contrato a ella y a Marlene. Lo revisan con detalle durante un rato.  Alguien llama a la puerta, Justus da entrada a  Ollie. Sebastián se pone de pie con una sonrisa, estrecha la mano de Ollie con afecto en reconocimiento.
- Supongo que entendéis todo lo que he redactado.- Sebastián le pregunta al matrimonio. Se miran entre sí.
- ¡Sí!  Parece ser que es correcto.- Ambas muestran su conformidad.
- ¡Ollie! Antes de firmarlo, necesito tu aprobación. - Sebastián le indica y le entrega el contrato. Lo lee pausado y luego mira a Marlene y Rebecca.
- ¿Estás conforme y listo para firmar?- Sonríe mientras que contienen la respiración con avidez. Sebastián les entrega una pluma y lo firman los tres con una sonrisa.
- Voy a tener que presentar esto en el registro el lunes. Hemos que tenerlo legalizado. ¿Entendido?- Mira a los tres y asienten.
- Bueno entonces, tendréis cada uno una copia, una vez que todo esté conforme.-  Les expone con tranquilidad.
- Ollie ¿Puedo hablar contigo en privado?- Ollie mira  a las chicas y se aleja con Sebastián.                                       
- ¿Scotch?-  Pregunta Sebastián mientras se dirige a la barra y sirve una copa.      
- No, gracias.- Ollie le responde tomando asiento frente al escritorio de Sebastián, que guarda el contrato de nuevo en el maletín.
- ¿Hay algo más?- Ollie pregunta intrigado, espera su respuesta.
- ¡Sí! He hablado con Rebecca sobre el tema de dos mujeres criando un niño. Un niño concebido por medio de un hombre al que conocen.   Le he hablado de lo difícil que las cosas podrían llegar a ser.- Ollie frunce el ceño mientras Sebastián regresa y se sienta a la mesa.
- Sé lo importante que este niño es para ellas.- Él le habla con franqueza. Sebastián hace una respiración profunda.
- Me alegro de lo que haces por ellas y no tengo dudas de que va a ser un niño hermoso, pero…-  Sebastián duda un segundo. - No quiero que ninguna de las dos resulte herida por fallos imprevistos o que esto sea una lucha para ellas. Si algo cambia, de alguna manera, tu pensamiento.-  Sebastián le comenta con todo respeto. 
– Lo he pensado una y otra vez. He buscado asesoramiento y puedes estar tranquilo, no habría firmado el contrato si tuviera alguna duda al respecto. - Ollie responde con firmeza.
– Sabes que las leyes en este país pueden, digamos, ser muy insolidarias con dos mujeres que crían a un niño.-  Sebastián le recuerda con brusquedad.
- Sí, estoy al tanto y lo tomé en cuenta. Yo no haría nada para hacerles daño o al niño. Eso  te lo puedo prometer.- Ollie enfatiza la última frase. Respondiendo con amabilidad.
- Entonces hemos resuelto el caso. No he querido molestarte, pero siento que necesitaba limpiar el aire de dudas.- Ollie está de acuerdo y con un apretón de manos dejó a Sebastián con la consideración y la confianza de que no habrá problemas.

Un árbol de Navidad pequeño adorna la mesa en la Orangerie. Marlene puso la última de las decoraciones en él antes de encender la pequeña cadena de luces rojas y verdes. Rebecca vuelve la cabeza mientras prepara un batido de cacao.        
- ¡Precioso!- Dice  con una sonrisa. Rebecca lleva las tazas de humeante chocolate caliente al sofá.  
– Nochebuena. Es nuestra primera Navidad de casadas.- Marlene comenta feliz. Rebecca alcanza su bolso y saca un pequeño paquete que está envuelto cuidadosamente en papel blanco, atado con un lazo rojo. Se lo entrega a Marlene con mucho amor y admiración.
- ¿Para mí?-  Bromea. Rebecca se inclina hacia delante besando sus labios dulcemente. Ella abre su regalo, es una pulsera de oro y diamantes.
- ¡Oh Rebecca!- Marlene se emociona.  - ¡Que hermosura!-  Rebecca le ayudó a ponerlo en su muñeca.
- Te quiero tanto Marlene.- Ella sonríe con gozo. Marlene se acerca al final de la mesa, recoge un paquete y lo entrega a Rebecca que lo abre con entusiasmo. Un par de pendientes de diamantes y un collar con un corazón al final. Rebecca abre el medallón y encuentra una foto de ella y Marlene.
- Donde quiera que vayas siempre voy a estar al lado de tu corazón. – Le expresa con alegría.  Coloca el collar alrededor de su cuello.
- Es precioso y los pendientes, encantadores.-  Rebecca  le toma las manos colocándolas a los lados de la cara de Marlene. Dirige su boca a la de ella con romántico deseo y dulzura en él.
Terminan el cacao que Rebecca había preparado y  hablan de la cena de Navidad en el apartamento de Thomas y Biggi,  del desfile de moda y la casa.
- ¿Tienes una cita con el médico prevista para principios de la próxima semana?-  Pregunta Rebecca.   
- ¡Sí! Con el doctor Dressler.  Llamó desde su consulta para comentar sobre las pruebas de Ollie. En apariencia estamos listos para seguir adelante.-  Responde a su interés. - El momento no podía ser mejor, Ollie está ahora en España con Jorge y su familia en estas fechas.  Me dijo que volverá la semana que viene, tal vez para entonces estemos listas.-  Rebecca la mira incierta.  
- El momento no es perfecto, debería ir a París la próxima semana, pero puedo faltar a la cita.-  Marlene puede ver la mirada de preocupación en su rostro
- No te preocupes, es sólo una cita para revisar las pruebas y para programar la inseminación. A Ollie tendrán que citarle para hacer su parte.- Ella le transmite tranquilidad a Rebecca.
- Aún así, creo que debo estar a tu lado, puedo y necesito posponer París por un día o dos.- Ella le declara con franqueza.
- La cita es el seis de enero, si eso ayuda y es a las nueve.- Responde Marlene. 
- Entonces voy a reorganizar mi viaje.- Le relata.

Rebecca entra en LCL con una sonrisa exuberante, se pasó la Navidad. Ahora delante  de ellos está el desfile programado para el día siguiente. Se siente el cansancio, sin embargo todo está preparado.
– Mañana es el gran día.- Dice Emily acercándose por detrás de ella con su personalidad burbujeante.
- Sí, Marlene, Natasha, tú y yo tenemos que ver un par de cosas antes de mañana.- Emily le expone con las manos en sus caderas.
- ¿No te vas a París después del show?- Rebecca se vuelve hacia ella.  
- ¡No! He retrasado el viaje hasta el martes, Marlene y yo tenemos un asunto pendiente para el lunes, así que estaremos fuera todo el día.-  Rebecca continua hablando. – A partir del lunes espero que trabajes en una colección para el verano, dale algunas ideas a Tanja. Natasha debería ayudarte a crear algunos patrones.-  Emily sonríe.
– Solo espero que la colección de primavera sea un éxito.- Le contesta jugando con un mechón de su cabello. Rebecca sonríe.
- Estoy segura de que lo será.-  le dice  alejándose.

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