Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 7 de junio de 2016

CAPÍTULO 4











                                          -UNA PRIMERA MIRADA-


Rebecca hace girar la llave en la cerradura de la pesada puerta de madera que da acceso al desván. Entra y pulsa el interruptor de luz, luego se acomoda en  espera de la llegada de Katherine desde el aeropuerto. Contempla las numerosas fotos de ellas dos colocadas en todo el apartamento. Rebecca sonríe pensando en lo buena que ha sido la vida al encontrar una colaboradora de su talento, que ha trabajado duro para proporcionar diferencias significativas a LCL.
La mente de Rebecca se tambalea ante la idea de que Katherine dejara de ser su compañera y confidente. El revuelo sobre Marlene regresando turba su estabilidad y hace difíciles esos pensamientos. Rebecca percibe el revoloteo incontrolable de su corazón, Marlene, la boda, sus problemas familiares. Se incorpora más en la cama tirando de las rodillas bajo la barbilla. Cierra los ojos y se relaja sobre las almohadas de la cama. Los pensamientos nebulosos asaltan su mente,  rememora el juego botella, su corazón late con fuerza al recordar el beso que compartieron, un beso que significó para Rebecca percibir cual era el verdadero sentimiento de Marlene. Ella toca sus labios con los dedos a la vez que expresa una sonrisa.
- Siempre puedo volver a esos pensamientos.- De pronto alguien le habla en voz alta.
- ¿Qué pensamientos?-  Una voz curiosa, pero familiar, pregunta por sorpresa sacando a Rebecca de su ensueño. Un escalofrío la recubre de repente.
- Sólo estaba diseñando en mi cabeza.-  Expresa dubitativa, apenas puede conseguir las palabras precisas. Se levanta de la cama y abraza a Katherine con fuerza.
-Te he echado de menos.- Katherine le dice con alegría. Rebecca se aclara la garganta.
- ¡Lo siento!- Responde aflojando el férreo control que tenía sobre ella.
- Estaba ansiosa por verte.- Rebecca coge la maleta de la mano de Katherine y la coloca cerca de los pies de la cama. La mira con profundidad a los ojos. Acerca los labios a los de ella en un beso romántico.
- ¡Hmm! Podías venir a casa a esto todos los días.- Le susurra en un gemido cuando la boca de Rebecca busca un lado de su cuello. Katherine le acaricia los hombros, inclinándose hacia adelante y respirando pesadamente al oído de Rebecca. El juego se vuelve intenso cuando Rebecca en tono juguetón le toma el pelo.
- ¡Te quiero! – Le dice Katherine en un susurro. - Por favor, ven a vivir conmigo Rebecca.- Las palabras  causan una duda al penetrar en el oído de Rebecca. Con cautela se aparta de Katherine, que abre los ojos para ver a una Rebecca solemne.
-¿Qué tiene de malo? ¿Dije algo que te haya molestado? - Pregunta con vacilación. Rebecca se aleja de ella acercándose al ventanal, hace que contempla el horizonte de la noche.
- No estoy preparada Katherine, no estoy lista para un compromiso, lo siento si esto arruina la noche pero...-  Rebecca se queda en silencio, Katherine se mueve con lentitud hacia ella, coge sus manos y las sostiene en las suyas.
- Rebecca ¿Hice algo para que te sientas de esta manera? ¡Por favor! No lo entiendo. Te amo, si supiera lo que te hace sentir incómoda, entonces sabría qué debo hacer.- Mientras habla las lágrimas asoman a sus ojos. Rebecca siente que una oleada de ansiedad la rodea. Nunca le ha dicho que estaba enamorada de ella, lo evita, tiene mas poder la dolorosa realidad.
- No eres tú, soy yo.- Rebecca sonríe, acaricia la cara de Katherine con la punta de los dedos. - Quiero estar contigo. Pero no estoy preparada para ese tipo de compromiso, la convivencia es lo que dos personas hacen cuando saben que es lo correcto.- Katherine baja la cabeza enjugándose las lágrimas que tiene acumuladas en sus ojos.
-Tal vez no debí decir te quiero o pedir que te mudes, tonta de mí. Obviamente, he estado viendo en esta relación todo mal.- Rebecca abraza a Katherine.
- Nada está mal para sentirse de esa manera, yo te quiero. Pero, siento que tenemos que tomar las cosas con calma.- Las palabras de Rebecca parecen calmarla.
-Tengo que admitir que estaba un poco abrumada cuando entré y te encontré en mi cama.- Ambas rieron, Katherine entró en la cocina, Rebecca la sigue de cerca detrás de ella.
– ¡Hey! Estarás cansada de un largo viaje, debo dejarte. ¡Descansa!- Le dice como consejo. Katherine logra esbozar una sonrisa.
- ¿No quieres saber nada sobre Roma?-  Pregunta en un intento de recobrar la compostura.
- Debo irme, descansa un poco, Roma puede esperar hasta mañana.-  Rebecca contesta mientras se pone  su chaqueta de cuero. Katherine la sigue a la puerta, pone su mano sobre el hombro de Rebecca tirando de ella hacia atrás.
- ¡Por favor, quédate!- Le suplica. Rebecca se da la vuelta y la besa.
- Tendremos un poco de tiempo a solas juntas pronto, te lo prometo.-  Katherine asintió sin saber por qué Rebecca estaba actuando de manera extraña.
- ¡Buenas noches entonces! -  Besa suavemente a Rebecca de nuevo.
- Nos vemos mañana.-  Rebecca se sube el cuello de su chaqueta y sale.  Arranca su moto y lentamente circula por el paseo por la ribera del Rin. Se detiene en un parque no muy lejos de LCL .
Encuentra el viejo banco bajo el árbol de arce que ella y Marlene compartieron en sus numerosos paseos por éste jardín. Rebecca se sienta y se quita el casco, se desabrocha la chaqueta en búsqueda de su teléfono móvil en el bolsillo interior. Hojea los contactos hasta que encuentra el número de Marlene. Mira la foto desesperada por llamarla y escuchar el sonido de su voz. Tiembla por dentro, se le pone un nudo en la boca del estómago. - ¿Qué estoy haciendo?-  Cierra y gira rápidamente el teléfono para guardalo en el bolsillo. El regreso al castillo se convierte en inquietud, como el resto de la noche, la pasa con el alma en un hilo y con mucha ansiedad.

Por la mañana ya en LCL, se sirve una taza de café y se sienta a la mesa de diseño, abre su cartera y comienza a clasificar los bocetos de otoño. 
– ¡Rebecca! - La voz de Tanja suena con fuerza. - ¿Esta Katherine por aquí? - Ella levanta la vista y mira a su alrededor.  
- No creo que tarde.- Tanja se acerca a ella con una expresión interrogante.
- ¿No has hablado con ella? - Rebecca levanta su taza de café a los labios y bebe un sorbo antes de responder.
- Sí que hablamos, pero no sobre Roma.- Tanja coge los bocetos y empieza a mirarlos con una leve sonrisa.
- Díle que venga a mi oficina cuando llegue. - Se los devuelve y se marcha a su oficina. Rebecca los recoge para reorganizarlos de nuevo  y comienza a revisar el vestido de novia que está en el maniquí, examina los últimos retoques menores que necesita hacer.
Katherine en silencio se dirige hacia ella. 
- ¡Buenos días! -  Rebecca se vuelve rápidamente con un alfiler del vestido sobresaliendo de su boca.
- ¿Cómo estás?–  Extendiendo los brazos para a traerla hacia sí.
– ¡Descansada!- Le respondió. Rebecca trata de coger la mano de Katherine, pero ella la retira. Rebecca le dirige una mirada de preocupación.
- ¿Está todo bien?-  Le pregunta intrigada. Katherine pone su cartera sobre la mesa y se cruza de brazos con desaliento.
- Me gustaría que me dijeras algo concreto, después de lo sucedido anoche, porque no estoy segura de lo que debo esperar de ti. - Le responde con brusquedad.
- Lo siento,  no pretendía herir tus sentimientos. - Rebecca trata de tranquilizarla. Katherine niega con la cabeza.
-Tal vez no debería haberte presionado,  me disculpo por ello. -  Rebecca también se relaja.
- ¡Uhh! No, realmente debería haber sido más sensible a tus necesidades. -  Tartamudea antes de continuar. - Tanja te buscaba, antes me pidió que fueras a su oficina tan pronto como sea posible. - Katherine con un profundo suspiro recoge su cartera.
- Tengo bastantes cosas para ponerla al día, así que, deberíamos hablar más tarde. - Comenta con franqueza, se da media vuelta encaminándose hacia la escalera.
- ¡Hey! – Grita Rebecca, Katherine se detiene.     
- ¿Qué tal una cena esta noche, sólo nosotras dos y un poco de música? - Katherine encontró difícil resistirse a la mirada sexy que Rebecca le lanza.
- Mi agenda está llena hoy, pero estoy segura de que puedo desactivarla para esta noche.-  Rebecca sonríe.
– ¿A las siete entonces en Schneider?-  Katherine acepta gustosamente la invitación. Rebecca siente cierta indiferencia de su actual novia, algo de  remordimiento la invade por haberle mentido,  en quién y lo que pensaba  la noche anterior. Detesta mentir sobre lo sucedido en el pasado con  Marlene. Buscaba un nuevo comienzo y sin obstáculos con respecto a su relación pasada. Katherine necesita conocer la verdad, algo que ya ha demorado durante demasiado tiempo.
- ¡Rebecca!- Tanja grita de pie al lado del maniquí, Rebecca sale de la nebulosa de sus pensamientos.
- Sólo hay que conseguir que la costurera lo repase y entonces puedes probarlo.-  Tanja levanta una manga.  
- ¿Hay otros cambios previstos?-  Tanja pregunta al examinar aún más el trabajo de Rebecca.    
- ¡No! Ya tiene tu aprobación. ¿Estás queriendo hacer cambios ahora?-  Rebecca se acerca empujando el maniquí hacia adelante. Tanja toma el maniquí para ver la parte trasera del vestido,  se mantiene en silencio por un momento mientras ella espera pacientemente una respuesta.
- ¡Es precioso! Tan hermoso como el que le hiciste a Marlene.-  Rebecca mira alrededor de la habitación para comprobar la no presencia de Katherine. Tanja observa su reacción.
- No te preocupes Rebecca, tengo a Katherine trabajando en un proyecto.- Rebecca retira el vestido del maniquí.
- Voy a llevar esto a la costurera para tenerlo listo esta tarde. - Comenta a Tanja haciendo un gesto de desagrado.
- Házmelo saber y  vengo para  hacer un último ajuste.- Tanja ladra y se marcha. El corazón de Rebecca va golpeando por la frustración. Entrega el vestido a la costurera con instrucciones estrictas. De pronto comienza a dolerle la cabeza. El vestido está terminado, siente rabia, Tanja es insultante. Kim aparece en ese momento en el área de diseño y apoya su mano en el hombro de Rebecca.
- ¿Qué fue eso?- Rebecca arruga la frente encajando la mandíbula.
- ¡Qué puta!- Exclama con actitud salvaje, Kim está de acuerdo.
- ¿No le gusta el vestido?-  Kim pregunta a una Rebecca de mirada hosca.
- Hizo referencia al vestido que diseñé para Marlene.- Kim cierra los ojos.              
- Supongo que no es lo suficientemente bueno para ella. ¿Es lo que ha dicho? - Rebecca se ríe con sarcasmo.
- ¿Realmente, es necesario responder a eso? La costurera se reunirá con ella esta tarde y yo voy a acabar con todo este lío de la boda.-  Recoge su cartera y se marcha de la zona de diseño dejando a Kim pensando sobre los motivos de Tanja.

Schneider está muy lleno para ser un lunes por la noche. Thomas abre la puerta para Biggi, Marlene, Kim y Emilio. Se  sientan junto al piano con unas bebidas. Él había decidido cenar fuera con toda la familia presente, es una buena manera de celebrar que Marlene ha regresado a casa. Ella y Kim comparten historias sobre el pasado y el presente durante la cena. Marlene habló largo y tendido sobre el teatro y Los Ángeles. Después de los postres Thomas, Biggi, Kim y Emilio se levantan a bailar dejando Marlene sola en la mesa. Los ojos de Marlene escanean la sala cuando, de pronto, vislumbra una figura familiar que entra y se sienta frente a ella en una mesa para dos.          – ¡Rebecca! - Exclama en voz baja con el corazón acelerado. Luego se desmoraliza cuando una mujer morena y muy atractiva se acerca a ella, se sienta y agarra su mano. Puede verlas reír y tocándose entre sí libremente y de una manera romántica. A pesar de lo que Marlene esperaba, Rebecca parece feliz. Contempla como se levanta y toma a su acompañante en los brazos van a la pista para un baile lento. Suspira entristecida, la invade la necesidad de huir, la situación  la abruma. Thomas y Biggi regresan a la mesa y la encuentran con la mirada fija. Kim inmediatamente encuentra lo que tiene a su hermana tan intrigada. Con un empujón de su mano interrumpe sus pensamientos.
- ¡Hey! ¿Estás bien?- Marlene se volvió hacia ella y con calma respondió.
- ¡Sí! Estoy bien, me gustaría irme si no os importa.- Rebecca se percata de su presencia en el momento que Marlene sale por la puerta. Kim envia a Emilio a casa con Thomas y Biggi mientras ella y Marlene deciden tomar una copa en No Limits. Encuentran el local tranquilo y no tan concurrido como Schneider. Se sientan en una mesa en la esquina lejos del bar y de oídos indiscretos.
- ¿Así que Ollie aún sigue en marcha con “No límits”?-  Pregunta Marlene en tono jocoso.
- Sí, Cuando no, está viajando, ahora sé  que está en España con su nuevo amor, Jorge.- Kim responde tomando un sorbo de vino.
- Bien por él, es un gran tipo, me alegro de que por fin encuentre la felicidad.- Kim sonríe sabiendo que su hermana muy bien no se encuentra. Trata de evitar hablar de las verdaderas razones por las que ha regresado a casa.
- ¡Fuera con él! - Kim captura la atención de Marlene por sorpresa, ella se encoge de hombros en un vano intento de hacer caso omiso del comentario de su hermana.
- ¡Fuera! ¿De qué?- Marlene juega con sus palabras.
- ¿Por qué has venido a casa? Me refiero de Los Ángeles ¡Claro!- Exclama recibiendo toda la atención de Marlene.
- Ya estaba lista para volver a casa, he echado de menos todo,  tenía mucha nostálgica.- Marlene es evasiva pero Kim puede ver a través de ella.
– Sí, nostalgia de Rebecca.- Añade con firmeza. Marlene se queda sin habla, el primer comentario de su hermana es bastante temerario.
- Háblame de ella, me refiero a la mujer que está con Rebecca.- Le pregunta a manera sondeo.
- No hay mucho que contar, Rebecca mantiene su vida personal en secreto. Sé que es de Berlín. Se conocieron en un desfile de moda el verano pasado, hace unos seis meses. Ella y Tanja la contrataron como diseñadora para la moda adolescente, es lo que sé. Me sorprendió que LCL la contratase. Yo estoy por tiendas y boutiques que se abren a través de Europa y Nueva York, así que poco puedo saber. - Marlene asiente con la cabeza y termina su vino.
- Ahora contesta mi pregunta, ¿Qué estás haciendo aquí?- Marlene se siente obligada.
- Realmente yo estaba muy nostálgica y dispuesta para un nuevo cambio. Pensé que podía utilizar mi formación en diseño gráfico para empezar algo propio.-  Kim no está totalmente segura  de que eso sea cierto, piensa que su hermana tiene otro motivo y continua  empujando a su interior.
– ¡Marlene! Rebecca es ya el pasado, piensa que ella no tiene una actitud abierta, pero sabemos que su relación es un hecho conocido, están juntas.- Siente la dureza de las palabras de Kim, en su pecho algo se altera.
- Es cierto, sé que Rebecca es el pasado, es obvio, lo he visto antes en Schneider.- Marlene logró forzar las palabras.
- Pero ella nunca amará a nadie, más que a mí.-  Kim miró a Marlene con incredulidad en sus ojos.
- ¡Marlene!- Exclama. - ¿Quieres recuperarla? Puedo verlo escrito en tu cara.- Marlene sonríe levemente, una risita entre dientes bajo los efectos del vino.   
- ¡Calmate! Mi amor por ella nunca va a cambiar.- Marlene habla con confianza, Kim escucha en silencio. - He aprendido mucho en Los Ángeles. Algunos grandes amigos y yo trabajamos muy duro, pero también me las arreglé para aislarme. Salí con miembros del reparto en ocasiones, pero siempre he sabido en mi corazón que  pertenezco a Rebecca.- Kim encuentra claridad en la conversación. Significa mucho para ella, que su hermana tenga la valentía de abrirse.
- ¿Qué pasa con Jakob? - Kim pregunta con curiosidad. 
- No es más que un amigo, salimos algunas veces, pero…- Kim interrumpe.
- ¿Sabe lo de Rebecca?- Marlene la mira con descontento.
– ¡No! ¡No podía! No podía decirle la verdad. Al principio  quería desesperadamente olvidar a Rebecca, pero fue imposible.-  Kim se adelanta acariciando su antebrazo.  
- ¿Vio vuestra relación de otra manera? -  Marlene niega con la cabeza.
- ¡Sí! El quería más de lo que yo estaba dispuesta a dar, se lo dejé claro desde la primera insinuación. Nunca le di esa opción, no estoy enamorada de él. -  Kim sonrió y la abrazó hermana.
- Yo no quiero que estés decepcionada por Rebecca, sé que realmente la amas, pero tal vez deberías reconsiderar la situación.- Marlene fija sus ojos en su hermana y le da las gracias por el consejo.
- Kim me fui en busca de algo que faltaba en mi vida y lo encontré, yo sé lo que soy ahora, pero al renunciar a la persona que siempre amaré, no buscaba una oportunidad. Necesitaba saber quien soy después de que mi vida se fuera al traste al perder mi voz. No sé si recuperaré el tiempo perdido, el amor de mi vida y todas las demás cosas que me hicieron feliz. ¡Esperaré!

No hay comentarios:

Publicar un comentario