Promesas
rotas
Rebecca espera una palabra de Lizette
mientras respondía a un mensaje. Ella podía decir por la sonrisa tonta en su
cara que se había abierto un certamen de modelos. - ¿Quién es? - La interrumpe.
- Una oferta. - Contesta ella de un
modo bromista. - ¿Dónde? - Rebecca gruñó. - Unos
cuatro días en Puerto Rico. - Ríe en voz alta. Rebecca se cruza de brazos
decepcionada. - Pensé que íbamos a pasar
algún tiempo juntas a trabajar en nuestra relación. ¡Lo prometiste! Rebecca exclama
en voz alta.- Lizette puede sentir
la tensión desenfrenada que exuda de Rebecca. - ¡Lo siento! Es una oportunidad para hacer un poco de dinero extra. Podemos
hacer un viaje a algún lugar emocionante a final del verano. - Trata de ser razonable, pero siente la culpa
de mentirle, apuñalada con un cuchillo diminuto. - ¿Dinero? Tengo dinero y suficiente para que podamos viajar a
cualquier país que queramos ir, esto es sólo una excusa para robarnos y
evitarnos, a mí y a la propuesta de matrimonio. Cancela el viaje. - Rebecca le ordena. - No puedo hacer eso. Esto… si lo hiciera arruinaría mi reputación y
podría obstaculizar cualquier posibilidad de conseguir trabajo en el futuro. –
Ella trata de justificarse ante Rebecca. -
¡Lizette! Te estoy rogando que lo reconsideres. ¡Por favor! Es para
nosotros, quiero trabajar en esta
relación y debe ser importante para ti también. - Rebecca trata de explicarle levantando la voz.
- Te amo ¿No es suficiente? –
Contesta con agitación. - ¿Por qué no quieres
esto? No lo entiendo. Si te vas, disminuirán nuestras posibilidades. -
Rebecca deja de hablar. - ¿Me estás
amenazando? - Ella cuestiona con dudas.
- No puedo seguir así. - Lizette se sienta en la cama y baja la cara en sus
manos. - ¡Rebecca!
No estoy lista para dejar de ser modelo y quiero trabajar tanto como pueda en
ello, te quiero, pero no quiero vivir de forma fija en un lugar, podrías venir
conmigo, hemos hablado de viajar, ver lugares nuevos, por favor, acompáñame. -
Ella toma a Rebecca por las manos. - No
puedo, no ahora, tengo moda para trabajar y ya he estado lejos de LCL durante
demasiado tiempo ¿Olvidas que he tenido un gran trauma en los últimos dos años?
- Se muestra inflexible. - ¿Se te olvidó
que dijiste que podíamos viajar cuando me pediste que me casara contigo? –
Le da una contestación rápida. Rebecca respira hondo. - Ve y haz lo que te hace feliz. - Le dice a Lizette en un tono
fresco pero distante, respirando con alivio. - Prometo que cuando regrese me tomaré las cosas más en serio y
estaré aquí unos días más y puedo ayudarte en LCL tal como dije. - Argumenta desde su punto de vista. La
mente de Rebecca regresa de vuelta a las promesas que le había hecho a Marlene
pero no pudo cumplir la mayor parte de ellas, baja los hombros. - ¡No lo harás! Sé ya mucho sobre promesas
vacías. - Le dice en voz baja,
Lizette arruga el gesto y entrecierra los ojos. - ¿Estamos hablando de Marlene? -
Ella insiste con firmeza. - ¡Sí! Ese
mismo tipo de promesas le hacía a ella, no me importó, trabajaba tratando de
hacerme con un nombre, mi familia me presionaba para que hiciera progresos para
LCL, estaba dedicada a ello y no cumplí lo prometido, eso la lastimó, discutíamos
constantemente. - Ella la miró tratando de razonar consigo misma. - No quiero hacer esas promesas Rebecca y
luego no cumplirlas, me encanta mi trabajo y me encantas tú. – La agarra de
los brazos acercándola. Lizette suelta
sus manos. - Hazme el amor. – Y se
apoya sobre los hombros de Rebecca, sus labios se encuentran en un beso burlón.
Ella toma su mano y la coloca sobre la cama, le quita la ropa y se entregan al amor.
- ¡Háblame de ella! - Le susurra
Lizette a Rebecca con los ojos cerrados. -
La quería mucho, estaba casada con mi hermano Hagen. Yo me fui a Nueva York y
cuando volví a casa se habían divorciado. Ella se había unido con Tristán,
Marlene pasó por muchas cosas.- Se calla poniendo las manos detrás de la cabeza
y mirando al techo. - ¿Qué pasó? - Le
pregunta con curiosidad. - La violaron y
descubrió que estaba embarazada, no podía mantenerlo porque la violación estaba
en el centro y decidió abortar. – Vuelve a guardar silencio. - Estuve allí para ella como amiga, pero mi
amistad con ella se convirtió en algo mucho más doloroso, tuve que esconder lo
que sentía y no quería lastimarla. El amor era demasiado fuerte y le confesé
mis sentimientos. - Gira la cabeza para mirar a Lizette, que parece
intrigada con su historia. – Continúa. -
Rebecca carraspea. - Se lo tomó muy mal
al conocer mis sentimientos, ella luchó conmigo y cuando me di cuenta de que
nunca sentiría lo mismo que yo, me alejé de ella, no podía manejar aquella
situación. La presión era enorme, yo me alejaba y ella se acercaba hasta que se
dio cuenta de sus sentimientos y cedió a sus propios deseos. Se mantenía cerca
sabiendo que estaba enamorada de mí, pero lo negaba, ella le mintió a Tristán,
a mí y a su familia. Pretendía casarse con él, le supliqué que no lo hiciera,
para darnos una oportunidad de que seríamos buenas juntas, ella hizo lo
impensable y dejó a Tristán en el altar el día de su boda. – Suspira en una
respiración profunda. - ¡Bueno! Me alegro.
-Replica Lizette, Rebecca frunce el ceño y pregunta. - ¿Me alegro de qué? - Ella se pone de costado. - Que no
funcionara, o no serías mía. - Ella
se ríe frunciendo los labios de manera burlona. Rebecca se pone seria. - Realmente te amo. – Le dice, pero su
mente regresa a su apasionada aventura con Marlene, la quietud cubre la habitación. - ¿Que estás pensando? - Lizette rompe el silencio. - Nada en realidad.- Ella responde
pensando en Marlene. Se siente extraña como si necesitara verla. Rebecca se
levanta de la cama y empieza a vestirse. -
¿Qué pasa? Vuelve a la cama.- Lizette le suplica. - Necesito ir a LCL, tengo trabajo que hacer. - Le responde, pero siente un ligero dolor al
oír a su novia. - Me vestiré e iré
contigo. – Manifiesta. - ¡No! Te quedas
aquí, te llamaré, tengo que ocuparme de algunos asuntos de programación. -
Se viste rápidamente dejando a Lizette.
“¿Podemos
vernos?” Lee Marlene en un mensaje. “Estoy
muy ocupada.” Responde. "¡Por favor!” Rebecca le suplica
que se organice para una cita en el parque de LCL, un lugar favorito para
compartir el almuerzo y otros buenos momentos vividos. Rebecca se sienta
frotándose las sienes tratando de relajarse. Marlene se acerca a ella. - ¡Oh! Gracias por venir. - Levanta la
vista hacia ella. - Mark está durmiendo y
luego tiene rondas para hacer para el Dr. Kessler, he podido escapar un tiempo.
¿Estás bien? - La mira con extrañeza. -
No lo estoy. - Menea la cabeza con fuerza. - ¿Qué te pasa? – Marlene apoya la mano en su hombro. - ¡Yo! ¿Caminamos?- Rebecca hace un
gesto señalando hacia el frente de los árboles que bordeaban el costado de LCL.
Marlene obliga a que caminen por el estrecho sendero a la zona de sombra. Rebecca se gira a Marlene tomando su
mano. - ¡No! - Marlene se suelta,
Rebecca la agarra de nuevo, esta vez con fuerza. - Rebecca necesito arreglar las cosas con mi esposo, ya he hecho un
lío con mi vida y con la tuya, no puedo continuar así. – Lo dice con
tristeza en su voz. - Dijiste que me amabas. - Rebecca exterioriza su sentimiento y suelta
su mano. – Te amo, pero no es lo que tú quieres.-
La mira buscando sus ojos. - Estoy
confundida acerca de muchas cosas en este momento. - Comienza a frotar sus
sienes otra vez, siente que su juicio está nublado en éste momento. Se ayuda a
sí misma. - No me ha dado una respuesta
firme, ella no quiere renunciar a su carrera todavía. ¡No sé! - A Marlene le parece preocupada. - No puedo
ser un rebote para ti Rebecca, yo ya tengo una gran cantidad de problemas con
mi matrimonio. Si Mark se entera que estoy aquí… - Se estremece al pensarlo.
Se cubre los ojos con su mano. - Mark te está
controlando Marlene, sé que tenéis discusiones sobre nosotras, tu vida anterior
te ha atrapado y mi terapia solo aumenta la miseria. - Afirma con seguridad.
- ¡No lo amo! – De forma insospechada
deja que las palabras se le escapen. – Le
quiero en cierta forma, pero no estoy enamorada de él. - Marlene no puede evitar acercarse a Rebecca,
la abraza por la cintura y se refleja directamente a la profundidad de sus ojos
marrones, deseando besarla. La curva de sus labios la llama, cierra los ojos
presionando sus labios contra los de Rebecca en un suave, pero indomable beso.
Rebecca permite que Marlene explore sus labios, la atrae con fuerza con su
propia boca. Ella retrocede con una mirada inquisitoria. - Te he preguntado esto antes. ¿Ella te besa
como yo? - Su pregunta causa un revuelo en Rebecca. - ¡No! Nunca me han besado así. - Responde con temblor. - ¿Te abraza con gran ardor como yo? ¿Te obsequia
con las manos así? - Marlene con el dorso de la mano acaricia dulcemente la
piel del rostro de Rebecca, ella baja la cara y rápidamente mira hacia atrás. - ¡Por favor! Ven conmigo. - Le pide
de nuevo a Marlene. Rápidamente se dirigen a LCL. Entran en una oficina
desocupada, de pie frente al sofá centrado en la habitación. Rebecca retira los cojines con su mano, mientras desliza la
camisa de Marlene sobre su cabeza, sus labios se encuentran en un frenesí de besos,
labios y lenguas logran cubrir cuellos y caras desnudas a la tenue luz de la
oficina. Las manos de Marlene guían a Rebecca hacia una posición de reposo en
el sofá, se hunden en el, Marlene la coloca debajo, los mechones de su cabello
rubio rodean la cara de Rebecca mientras se besan apasionadas, las puntas de
los dedos juegan salvajes sobre la piel. Rebecca le roza el cabello a Marlene
mirando a los hermosos ojos azules que la observaban. - Quiero
sentirte dentro de mí, quiero que me muestres lo mucho que me amas. – Se
muestra Rebecca receptiva con sus palabras a su amor verdadero. La punta de la
lengua de Marlene viaja hasta el contorno del pecho de Rebeca, los besa y los presiona con los suyos.
Rebecca gime en voz alta a su juego, la mano que se extiende a lo largo de la espalda
de Marlene. - ¡Te amo! - Marlene le
susurra al oído, Rebecca arquea la
cabeza y de nuevo la tensión que sentía había dejado su mente clara y libre de
cualquier culpa o preocupación. Marlene podía sentir la presión de las manos de
Rebecca en sus nalgas contra sus montículos. Se hace más apasionada besando
cada centímetro del abdomen tenso de Rebecca. Las manos de Rebecca se mueven
juguetonas en los hombros de Marlene empujándola hacia abajo donde un espacio
vacío aguarda ocupación. Marlene la obliga a deslizarle la lengua profundamente
dentro haciendo que Rebecca se escape de control hasta que alcanza el clímax
repetidamente. - ¡Como me haces sentir! -
Rebecca logra sacar unas palabras, Marlene continúa besándola y acariciándola,
ella se aferra a su cintura desnuda bailando ambas unidas. Se desliza de debajo
de ella hacia arriba, mientras Marlene le clava las manos en sus nalgas. - Muéstrame cómo te sientes realmente. - Susurra
Rebecca. - ¡Amo cada parte de ti! -. Marlene suplica sexualmente, se besan salvajes,
Rebecca sostiene el pecho de Marlene con las manos y lo acaricia con gesto
suave y burlón. Adhiere su cuerpo para encontrarse con el de Rebecca por
completo. - Quiero cada parte de ti. - Rebecca susurra. - Tienes cada parte de mí. - Expresa en voz baja mientras Rebecca
entra en ella con constantes movimientos hasta que consigue llevarla al culmen.
Reposan agotadas de un placer sin igual.
Están mirándose cara a cara, pasado el acto
de amor emocional que acaban de disfrutar. -
¿Qué estás pensando? - Marlene pregunta en voz baja, Rebecca se
queda callada un instante. - Estoy
pensando en cómo sigo lastimando a la mujer que amo y cómo pierdo el control
cuando estoy contigo. La tentación es demasiado fuerte para resistirme. - Sonríe Marlene escuchando a Rebecca. - El sexo nunca fue un problema entre
nosotros, Rebecca. - Marlene le recuerda y luego se sonríe.
El teléfono comienza a sonar sorprendiéndolas,
tanto que, Marlene lo busca a tientas. -
¡Dios! Es Mark. – Va a responder, pero Rebecca se la arrebata y la arroja
sobre la mesa de café. - ¿Podemos obviar sobre él y Lizette en este
momento? - Ella sorprende a Marlene con su agresividad. - Lo que sea que digas. - Marlene
responde rodando sobre Rebecca y comienza a besarla.
Marlene entra en el apartamento para
encontrar a Mark sentado en el sofá con un trago en la mano. - ¿Dónde has estado? - Él le pregunta
con calma. – Fuera haciendo recados. ¿Por
qué? - Ella respondió. - Vine a casa
del hospital, tú no estabas aquí, traté
de llamar y no contestabas. - Le
comenta con nostalgia. - No oí el
teléfono. – Él se acerca más. - ¿Por
qué tengo la sensación de que estás mintiendo otra vez? - Habla muy cortante.
- ¿Qué pasa, no confías en mí? Me dijiste
que querías trabajar en nuestra relación y ahora crees que estoy mintiendo.-
Ella se siente exasperada ante sus comentarios. - Entonces no te importará contestarme, ¿Dónde has estado? - Él
pregunta de nuevo. - Tenía recados que
hacer y no voy a discutir contigo. - Ella comienza a alejarse. - Has estado con Rebecca ¿no? - Ella se
detiene en seco al escuchar el comentario.
- ¿Qué te dio esa idea? - Ella cruza sus brazos y le grita. - Yo
he tratado de encontrarte en cualquier otro lugar excepto con ella. - Se
levanta del sofá y se dirige hacia Marlene. - No entiendo tu enamoramiento con ella, realmente. - Marlene se siente débil y sin defensa. - No quiero hablar de ella. ¿Por qué la sustentas?
Deberías superarla, yo lo hice. - Lo deja parado en medio de la sala de
estar. Él rellena su copa de bebida y la sigue hasta el dormitorio. Agarra a Marlene por el brazo y la atrae hacia
él. - ¡Te quiero! -. Intenta besarla,
ella se echa hacia atrás. - ¡Basta, Mark!
- Se suelta de su agarre. - Me estás lastimando. – Le espeta en un
tono serio. - ¡Vamos Marlene! Han pasado
días, seguro que lo quieres. – Dice con voz engreída. - Mark me asustas. ¡Por favor! - La violación de su pasado ahora está
presente en su cabeza. - ¿Soy tu esposo
Marlene o estás olvidando eso? - Él empieza a desabrocharse la camisa. - Mark no. ¿Cómo puedes querer esto en tu
estado de ánimo? - Él arroja la camisa al suelo. - ¡No estoy en ningún estado de ánimo y tú eres mi esposa! -
Exclamó repitiéndose. - No quiero discutir y no quiero tener
relaciones sexuales fuera de control. -
Ella le empuja y huye de la habitación. Él levanta la vista de sus manos. - Estoy totalmente confundido por todo, mi
esposa perfecta, no me gusta la mentira y si te estás acostando con ella, has
cruzado la línea de la profesionalidad, Marlene. - Ella baja ligeramente la
cabeza. - Yo no haría nada para herirla,
ella ha pasado por mucho y no voy a arruinar mi carrera haciendo ostentación. –
Añade con firmeza. Él piensa brevemente. - ¿Cómo pudiste hacernos esto? – Le dice con frialdad. - No espero que lo entiendas Mark, pero la
amo. - Puede sentir el aire escapar de los pulmones la tensión dejándola
mientras expresa aquellas palabras. Él la mira callado al principio. - ¿Qué estás diciendo? ¿Es verdad? ¿La quieres y no a mí? - Marlene
suspira. - Te amo, pero ella y yo tenemos
una historia, no puedo explicar la forma en que me siento al verla. - Mark nota que su corazón se hunde a sus pies, la ira que abrigaba
ahora se convierte en desesperación. -
¿Ella siente lo mismo? - Pregunta
por último. - Ella tiene una novia. -
Marlene baja la cabeza. - Ama a Lizette y
está feliz, ¿Qué quieres que diga? -
Ella implora. - ¿Me vas a dejar? -
Él audazmente preguntó. - ¡No lo sé! Hay
cosas de las que no estoy contenta. Venir aquí, que el apartamento sea
subarrendado sin mi conocimiento. Quiero que me pregunten cómo me siento sobre
aquello que nos atañe. Insistes en tener un bebé en este momento, no es lo yo que
quiero, he trabajado duro para esta carrera y estar ensillada con un niño
significará que nunca voy a salir adelante. Nunca discutimos ninguna de estas
cosas y me duele. Me hace sentir pequeña cuando me entero que has tomado
decisiones sin incluirme. - Su mirada es indiferente. -
Supongo que mi comportamiento últimamente ha sido un reto para ti. - dijo
remarcando sus manos en los bolsillos de sus jeans azules. - Tus acciones y reacciones me asustan Mark. - Marlene llora mientras habla del dolor que
soporta en su corazón, todo lo que puede hacer es mirar al hombre que una vez
pensaba que la enamoró por su actitud, pero endureció su ira de forma implacable. -
Deja de mentir Marlene y no te acuestes con ella, no se ve bien. - Mark gruñe y sale de la habitación.
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