Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 4 de agosto de 2017

CAPÍTULO 98

     
  
                               UNA DECISIÓN CONFLICTIVA

Los meses van pasando, a Marlene y Rebecca se ilusionan viendo crecer a Mateo.
- ¿Estás listo?- Dice Rebecca a Mateo, que gatea  por el parque infantil. 
- ¡Ale! ¿Vamos a probar?-  Le pregunta con una sonrisa, le coge la mano con sus dedos y él mismo se levanta con una risita y empieza a caminar.
- Hay que ir despacio. ¡Qué fácil lo haces.-  Rebecca lo deja ir, hace unos pequeños pasos colgado de sus manos hasta que llega a la mesita de café y comienza a balbucear. 
- Ven con mamá.- Rebecca le acerca las manos, sonríe liberándose de la mesa y se dirige hacia ella, que lo levanta hasta su rostro tocando con su nariz la de él.
- Ese es mi chico.-  El niño suelta una carcajada estimulado por las cosquillas que le hace Rebecca.
- ¡Rebecca!- Ruth llama su atención desde la puerta.
- El almuerzo está casi listo.-  Rebecca le pasa los dedos por el pelo rubio y lo sienta de nuevo en el parque.
- Estaré ahí en un minuto.-  Ella coge  el teléfono móvil de su bolsillo. 
- Te haré una foto para mamá. -  Expresa y él se pone de pie.
- ¡Mama!-  Él suelta con una risita. Rebecca le hace la foto de pie y rápidamente envía un mensaje a Marlene.
- Ha sido muy bueno para él que hayas podido estar en casa mientras  aprende a caminar.-  Ruth comenta al colocarlo en su lugar en la trona. Rebecca hizo una pausa.
- Las cosas están tranquilas en LCL y a pesar de la carga de trabajo, he estado muy ocupada pero he conseguido mantenerlo bajo control.-  Responde con satisfacción. 
– Marlene y tú habéis logrado limar vuestros desacuerdos y estoy orgullosa.- Comenta Ruth mientras da de comer a Mateo. Rebecca sonríe mirando a su móvil la respuesta de Marlene.
- ¿Marlene dijo algo acerca de una cita con el médico?-  Le pregunta Ruth.
- ¡Sí! Esta tarde, casi se me olvida.-  Responde para continuar.  - Si tiene que ir a la consulta. -  Sigue hablando mientras se levanta de la silla.
- ¿Le ocurre algo? Me refiero a que ella no me ha comentado ninguna particularidad.-  Rebecca mira a Ruth.  
- Creo que para un chequeo, no me ha dado detalles.-  Le dice mientras empieza a recoger la cocina.     
- Tengo una llamada telefónica pendiente para las tres. Voy a ducharme y estaré lista en un momento.-  Rebecca entrega el niño a Ruth. Sube las escaleras y envía un mensaje a Marlene. Rebecca parece molesta por no saber nada acerca de la cita con el doctor. “Todo está bien, no te preocupes, es sólo un chequeo anual.” Ella le responde aliviando las preocupaciones de Rebecca.

Marlene se encuentra en la sala de examen esperando al Dr. Kurtz.  Ella coge un folleto sobre embarazo y comienza a leerlo. Alguien golpea la puerta, el Dr. Kurtz entra y saluda afable.
- ¡Marlene von Lahnstein!-  Él extiende su mano a la de ella para estrecharla.
- ¿Qué le trae por acá?-  Le pregunta hojeando su expediente. Marlene vacila un momento
– En busca de respuestas. Quería saber cuando podría quedar embarazada de nuevo. -  Él levanta la vista de los papeles.
- Veo, que han sido doce meses desde que usted ha tenido a Mateo.-  Le comenta y pasa la página siguiente.
- Veo el informe del Dr. Hess que Mateo es saludable y todos sus chequeos han sido satisfactorios.-  Ella lo mira con una sonrisa.  
- He estado mirando este folleto.- Se lo enseña.  - Fertilización in vitro.-  Toma la hoja de su mano.
- La mayoría de las parejas esperan hasta que sus hijos tengan dos años o más, usted parece estar en buen estado de salud. Es joven todavía y creo que su cuerpo se ha recuperado bien.-  Deposita la carpeta en la mesa y pasa a hacer una exploración,  escucha su corazón.
- ¿Ha hablado con su esposa acerca de tener otro hijo?-  Le pregunta a volver a sentarse frente a ella. 
- ¡No! He estado haciendo algunas investigaciones acerca de nuestras opciones primero. -  Ella le responde con honestidad.
- ¡Ya veo!- Él se cruza de brazos.
- ¿No le satisfizo el procedimiento que hizo el Dr. Dressler?- Marlene sonríe moviendo la cabeza.
- ¡No! En absoluto, el Dr. Dressler ha sido maravilloso, pero me gustaría que Rebecca se involucre más y por eso miraba el método in vitro.-  Ella responde alegre. El Dr. Kurtz se levanta y la ayuda a bajar de la camilla. Le hace un gesto para que se siente al lado de su escritorio.
- La fertilización in vitro lleva mucho tiempo por no mencionar que es cara y no hay garantías reales de que alguna de las dos quedasen embarazadas. Puede generar frustración fácilmente entre ustedes.-  Él la habla en un tono firme.  
- Estamos acostumbradas a los sonidos del miedo en cierto modo.- Le responde.
- Las cosas van a su favor, usted está sana, joven y ha gestado un niño sano.- Él sonríe, sus palabras la alivian.
- ¿Va a gestar de nuevo?-  Le pregunta.
- No puedo verlo de otra manera, Rebecca y yo, realmente no hemos discutido esto, y con el estrés en su trabajo.- La detiene tocándola su hombro.
- No debe haber ninguna tensión.-  Le indica de manera racional.
- ¡Entonces!  ¿Qué se supone debo hacer? Quiero decir, he leído un poco sobre el tema, pero algunas partes son demasiado extrañas para mí.- Comenta con curiosidad.  
- Si va a llevar este embarazo como me ha dicho, Rebecca tendrá que pasar por una serie de pruebas que incluye un examen completo, análisis de sangre y si todo va bien, entonces mediante un sencillo procedimiento se le extraen los óvulos.-  Marlene escucha atenta mientras el Dr. Kurtz sigue su explicación.
- Los huevos serán fertilizados con el esperma del donante y se implantan en el momento que más dispuesta estás para concebir.-  Su frente frunce el ceño. - Pero es un hecho que puede haber numerosos fallos, los cálculos no son siempre correctos por no hablar de los grandes gastos en que se puede incurrir.-  Sus palabras son realistas y útiles, Marlene le mira con seriedad.
- Quiero tener un hijo con mi esposa, Mateo es maravilloso y lo está haciendo muy bien en ser madre, pero ambos queremos que nuestra familia crezca sé que soy joven pero no me gustaría tener hijos muy separados.-  Le expone amable.  
- Puedo entenderlo. Llévese el folleto y siéntese con Rebecca. Dígale cuáles son sus sentimientos y estudien sobre el tema. Una vez que lo hayan decidido, pónganse en contacto conmigo y concertaré una cita con el Dr. Dressler.-  Marlene toma el folleto que él le devuelve.  Le da las gracias y ella se queda con la sensación de que ha avanzado algo para tener otro hijo.
         
-¡Ruth!-  Marlene entra en casa.
– ¡En la cocina!-  Vocifera.
- ¡Hola pequeño!- Dice inclinándose para besar en la cabeza a Mateo que balbucea y da un grito agudo.       
- ¡Tranquilo!-  Marlene le mira con fijeza y él da una palmadita en la bandeja de trona. - ¿Quisquilloso hoy?- Le toca la mejilla con su dedo índice.
- ¿Cómo fue tu cita?- Ruth pregunta mientras da a Mateo otro bocado.
- ¡Bien! Me gusta el Dr. Kurtz.- Marlene se sentó al lado de la silla.
- Fácil para hablar y sabe escuchar.-  Sonríe, Ruth la mira con un ligero descrédito. - ¿Se te olvidó decírselo a Rebecca?- Ella pregunta con una mirada.
- Realmente no quería que supiera por qué iba allí. Luego pensé que si no llegaba a casa hasta tarde preguntaría curiosa que dónde había estado.-  Marlene responde y bebe un poco de agua.
- ¿Así que le has dicho nada de tus intenciones?-  Ruth le pregunta con las manos colocadas en sus caderas.  
- ¡No!-  Marlene mira hacia otro lado, Ruth suspira.
- Tienes que ser honesta Marlene ¿Y si esto lo hace Rebecca? No estarías muy feliz de que ella  saliera a su manera e hiciera algo como esto. - Marlene la mira un instante.             
- ¡Tienes razón! He pensado tener esta conversación con ella esta noche.-  Le indica sus intenciones en un tono tranquilizador. Ruth hace una respiración profunda.
- No cometas el error de no decirlo de inmediato, no se merece eso de ti. En el pasado te enojó por algo que no te contase. Ella te ha  ido contando todo, ha mejorado mucho en estos últimos meses y ha logrado equilibrar su tiempo entre la familia y la carrera profesional. No conviene causar problemas que ninguna de las dos puedan manejar. Tener otro hijo es un paso muy grande para las dos.  Os transformará completamente vuestras vidas. ¿Qué vas a hacer si Rebecca no está dispuesta a dar este paso?-  Ruth cuestionó cuidadosamente dejando Marlene con una sensación de inseguridad.
- ¡No sé!- Le dice mirándola.
- Creo que nunca he pensado en cómo va a reaccionar, ya hemos hablado de aumentar nuestra familia y asumo que estará de acuerdo.-  Ruth la miró de cerca.
- Así que Rebecca no tiene ni idea porque no se ha sacado el tema en mucho tiempo.- Conjetura, Marlene hace una respiración profunda.
- ¡No! Creo que esta noche será el momento de  decirlo, me va a preguntar sobre mi cita de todos modos, así que debo ser franca.-  Ruth asiente.
- ¿Por qué no haces algo especial, una cena en un restaurante tal vez?-  Ella la anima.
– Yo cuidaré de Mateo.-  Le añade.  
- Es una buena idea Ruth.- Marlene llama al café favorito cerca del Rin y hace una reserva para las siete.       
- ¡Gracias!- Mira a Ruth con un brillo en sus ojos.
- ¡Vamos! A vestirse, y desea que esta noche sea especial, voy a bañar Mateo y a ponerle a caminar.-  Ella sonríe y lo coge en brazos, Marlene lo abraza con fuerza.
- Te quiero.-  Le dice al oído.

-¡Bueno Marlene! Debo decir que estoy sorprendida, te has superado esta noche.- Rebecca le comenta al poner la servilleta en su regazo.
- ¡Uh! Sí, pensé que un rato a solas podía ser especial.- Le responde moviéndose en su silla.
- ¿Estás bien?- Se muestra inquieta, mientras, el camarero les sirve un vaso de vino tinto.
– ¡Si, si! Estoy bien. ¿Cómo te ha ido el día?- Marlene pregunta.
– Muy ocupada, Tanja y Sebastián se van a París mañana, Jean Dupree está listo para presentar la nueva colección de Angelo de accesorios. Y después irán a China para visitar la fábrica.-  Ella la mira con intriga.
- Han ido mucho últimamente. -  Marlene apunta al abrir su menú. 
- Voy a estar fuera de casa durante la próxima semana,  todavía tengo  problemas en Madrid con Bella. - Rebecca frunce el ceño.
- Supongo que no está muy contenta todavía.-  Rebecca toma un sorbo de vino. 
- ¡No! Yo tenía que haberlo supuesto, la culpa de esto es de Tanja y sus ideas retorcidas sobre las líneas de ropa de playa y trajes de baño. Bella es un diseñador de talento.-  Marlene sonríe cortando su plática.
- Al igual que tú.- Rebecca le echa una mirada de desaprobación.
- ¡Sí! Tanto como yo, el esplendor de la colección de playa es global y Bella quiere más.- Afirma. El maitre le toma nota de la cena. - Creo que vamos a tener que volver a escribir su contrato para callarla. Ella es agresiva y arrogante cada vez que la visito allí.-  Rebecca añade y prueba su ensalada.
- Envía a Tanja.-  Marlene interrumpe.
- ¡No puedo! Crearía el efecto contrario al propósito, lo inverso a cómo quiere el trabajo. ¿La cita con el médico?-  Le pregunta con voz más calmada.
- ¡Bien! Quería hablar contigo de algo que nos interesa.-  Rebecca deposita su tenedor sobre la mesa.
- Suena grave.-  Declara  causando una media sonrisa en Marlene.
- Vi al Dr. Kurtz hoy porque quiero que tengamos otro hijo.-  Ella le cuenta con cautela a Rebecca que se sorprende y sacude la cabeza.
- ¿Qué?- Exclama en voz alta. - ¿Un bebé, ahora?- Lo cuestiona en una erupción. 
- Suenas incierta, como decepcionada.-  Expone Marlene. Rebecca baja los hombros.
- Sólo pensaba que te gustaría esperar hasta que Mateo fuera un poco más mayor. Tener otro bebé tan rápidamente, no sé Marlene es mucho pedir. Nuestras ocupaciones son grandes y apenas estamos aprendiendo cómo manejar el tener un hijo.-  Ella trata de razonar con Marlene.
- De alguna manera sabía que ibas a ser aprensiva, pero es lo que deseo y estoy lista para probar y asumir la responsabilidad. Ya hemos discutido esta situación antes.-  Su tono se torna conciliador.
- ¡Bueno! Supongo que has tomado una decisión sin mí y que no importa lo que pienso o quiero.-  Rebecca suspira. - ¡No tengo hambre!-  Tira la servilleta sobre la mesa, se levanta dejando a Marlene con mucha ansiedad.           
- ¡Rebecca!- Marlene paga la cuenta y sale por la puerta  para encontrar a su esposa en el estacionamiento. - No creo que pueda hablar contigo ahora mismo.- Le dice  con voz furiosa.
- ¿Porque quiero tener un bebé?-  Le pregunta, la detiene agarrándola de los brazos.
- No puedo razonar contigo, eres terca y cabezota cuando quieres conseguir algo y en tu cabeza simplemente no hay comunicación posible.- Marlene siente que las lágrimas comienzan a brotar en sus ojos.
- ¿Me puedes llevar a casa?-  Le pide con un temblor en la voz, Rebecca le da una mirada  descontenta y señala el coche, le abrió la puerta para ella. El viaje a casa fue en silencio, Rebecca detiene el vehículo en el camino de entrada delante de la casa.   
- Necesito aclarar mi cabeza.- Afirma, Marlene le echa un rápido vistazo y sale sin decir una palabra. Rebecca se aleja lo más lejos posible.
- Está todo muy tranquilo aquí  esta noche.-  Rebecca comenta al entrar en No Limits y tomar asiento en el bar.
- ¿Dónde está Marlene esta noche?-  Miriam pregunta limpiando la superficie de la barra.
- ¡En casa!- El tono de Rebecca ese breve y cortante, Olli la mira extrañado.
- ¿Quieres hablar?-  Él ofreció. Rebecca asiente con la cabeza y lo sigue a su oficina.
- Pareces molesta. ¿Qué pasa?- Ollie sonríe, pero con preocupación.
- Marlene quiere tener otro bebé, ahora.- Ella lo suelta, dejándose caer en la silla frente a su escritorio.
- ¡Ya veo!- Él responde.
- ¿Y tú no quieres tener un bebé?-  Rebecca  levanta la vista hacia él. 
- No es que no quiera más niños simplemente no ahora, Mateo tiene doce meses, apenas estamos aprendiendo todos los altibajos de criar a un niño, nuestras carreras están ocupadas y las cosas están  bien ahora mismo.-  Afirma tartamudeando.
– Así que ahora estáis enfadadas. - Él responde con honestidad, Rebecca lo mira con ansiedad. 
- No fue mi intención hacerlo de esta manera.-  Contesta y pone la cara entre las palmas de sus manos.     
- Rebecca no permitas que te sucedan las mismas cosas como en el pasado, sé que es difícil para ti oírlo, pero ¿Estás hablando de tu corazón? O de tu familia. ¿LCL acaso?-  La presiona en sus sentimientos.
- Marlene y Mateo son mi familia.-  Responde con claridad.
- Pero no estás siendo razonable con poner tu interés primero. Eres una persona dotada, con talento, trabajas duro, estás impulsada a ser la mejor. Tu responsabilidad por la familia y el trabajo son notables, pero debes ser realista, Marlene es tu esposa y debe ser lo primero, que quiere tener un hijo en común y eso debe ser suficiente.-  Le aconseja amablemente.
- Sólo me preocupa, me preocupa que Marlene no podrá manejar del todo la situación, su miedo me pone nerviosa.-   Ollie sonríe, ella lo mira con una expresión extraña.
- ¿Te ha pedido que quiere tener al niño?-  Ella se queda sin aliento ante su pregunta.     
- ¡No!- responde  con firmeza. Ollie miró perpleja.
- Entonces no entiendo, si ella solo está planteando lo del bebé, ¿Por qué es eso un problema?-  Su interrogante le da luz.
– Yo ¡No sé!-  Rebecca se siente aturdida. - Supongo que no estaba preparada para la bomba que cayó sobre mí esta noche. Es algo que no hemos hablado recientemente y me sentí acorralada y presionada para tomar una decisión esta noche.- Ollie la toma de la mano. 
- Marlene no lo haría,  ella sólo  estaba planteando la situación. Estoy seguro de que ella tiene las mismas aprehensiones que tú. Éste es un gran paso y puedo ver por donde pasa todo esto, no debes ponerte nerviosa y sí tomar en cuenta sus sentimientos.-  Rebecca se queja.  
-  ¡No! Yo no, yo sólo me enfadé de forma defensiva.- Ella se arrastra en  honestidad. Olli suspira.
- Vuelve a casa y habla con ella, pero claro tu cabeza en primer lugar, no permitas que tu obstinación o ser la fuerte se interponga en el camino.-  La levanta de la mano de la silla y la abraza.  
- Sé que ella y Mateo son el amor por encima de cualquier otra cosa, pero a veces hay que hacer sacrificios en la vida para salir adelante.-  Se ríe antes de continuar. - Y si alguien lo sabe ese debería ser yo.- Él se queda en silencio.
- ¿Cristhian?  Ella le pregunta mirando a los ojos.
- Nunca quedamos a cenar esa noche, cambié de opinión y le dije que mi vida era buena, pensé que era mejor no vernos.-  Lo dice con tristeza, ella lo percibe, pero entiende lo que había pasado.
- No quiero pensar que haya alguna vez, un momento en que le diga a Marlene que no podemos hacer esto porque no podíamos hacer que funcione. Sé lo difícil que fue con Cristhian.-  Le acaricia un lado de su cara con la mano.
- Lo amabas con todo tu corazón.- Un cierto sollozo causan sus palabras.
- Siempre lo amaré no importa… él siempre será especial y  defenderé ante cualquier persona que me dio amor verdadero.-  Rebecca lo abraza de nuevo.
- Ahora sé lo que tengo que hacer.-  Sonrió dándole las gracias por la charla.
Rebecca entra silenciosa por la puerta y encuentra tranquila la casa. Se encamina escaleras arriba, comprueba en el vivero donde  Mateo está durmiendo profundamente.  
- ¡Hola!- Entra en su dormitorio y saluda con timidez. Marlene está sentada en la cama hojeando el folleto del médico.
- ¡Hola!- Ella responde en un voz baja, los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Rebecca sube en la cama junto a ella y coloca la punta de sus dedos en el folleto.
- ¿Qué estás leyendo?-  Le pregunta con dulzura.
– Algo acerca de la fertilización in vitro.- Le responde como en un murmullo.
- ¿Puedo ver?-  Le interroga buscando una sonrisa de Marlene.        
- ¡Claro! Es decir, si te interesa.-  Rebecca se lo quita y se pone a leerlo. Marlene señala ciertas cosas para ella.
- ¡Te amo Marlene!-  Le dice con suave tono.  - Y si  tener otro bebé te hace feliz, entonces debo estar de acuerdo pero ¿Estás absolutamente segura?-  Mira la curva de los labios y espera una respuesta.  
- Lo estoy.-  Le da un beso de una manera burlona, Rebecca coloca el brazo alrededor de su hombro y la atrae hacia sí a medida que continúan leyendo.

2 comentarios:

  1. Excelente narración de cada capítulo, los detalles descritos de cada uno hacen que el lector incremente el interes por leer cada capítulo,además permite imaginar como va avanzando la historia y deja en suspenso en espera del avance de cada capitulo.
    Gracias por dedicar parte de su tiempo en compartirnos cada capítulo de esta gran historia de amor.

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