DIAS DE NERVIOS
Rebecca llega corriendo por la puerta
principal.
-
¡Marlene!- Grita lanzando
su agenda, el bolso y la chaqueta en la silla en su oficina. Marlene entra y se
cruza de brazos.
- Es
un poco tarde esta noche, estaba en la cocina. ¿Tienes hambre?- Le pregunta. Ella le responde acercándose y poniendo las manos encima de sus
hombros.
- ¿Te
he dicho lo mucho que te quiero?-
Rebecca añade tocando la punta de la nariz a Marlene con la suya.
-
¡Déjame pensar! ¡Hmmm!- Bromea.
- Ollie vino esta tarde.- Rebecca
sonríe siguiéndola a la cocina.
- ¿Está
emocionado por la noticia?-
Le pregunta. Marlene saca comida de la nevera y empieza a calentarla.
-
¿Agua o vino?- Pregunta
antes de cerrar el refrigerador. - Y
sí, está muy emocionado por nosotras,
sólo quiere que el bebé sea saludable.- Rebecca se sienta en el taburete de la barra.
–
Agua por favor, estoy cansada y necesito una ducha caliente.- Marlene recupera una botella de agua de la
nevera.
- ¿Subirás para unirte a mí cuando hayas recogido los platos?- De forma cortés, Marlene le pregunta.
-
¿Que tienes en mente?-
Ella pregunta viendo como sube las escaleras.
- Sólo
acércate.- Ella se ríe
mirándola.
-
¡Marlene!- Rebecca no obtiene
respuesta. Termina la cena y limpia los platos. A escondidas sube por las
escaleras para darle una sorpresa.
-
¡Hola! ¿Marlene?- La llama
en voz baja mirando alrededor de la habitación y luego el baño. - ¡Marlene vamos! Estoy cansada.- Se
queja, pero no oye una respuesta. Se da la vuelta y sale al pasillo. Al fondo
ve una luz que sale de la guardería. Rebecca baja los hombros y con un suspiro
de placer piensa que los muebles del bebé deben haber llegado. Poco a poco se
acerca a la puerta y mira Marlene sentada junto a un oso de peluche en el
estante encima de la cuna.
-
¡Hey!- Ella sonríe.
- Los
muebles vinieron hoy y papá armó la cuna
y los estantes.- Le dice
señalándolos. Hay cajas de artículos infantiles que no han sido abiertas.
Marlene las mira como un niño en Navidad.
-
¡Muy bien! Ya veo que ya has puesto las miras hacia adelante.- Rebecca se acerca y la ayuda a abrir una
caja.
-
¡Sí! Ruth los lavó y me ayudó a hacer la cama, pero todavía tenemos mucho que
hacer.- Ella le responde agarrando a Rebecca y
abrazándola.
-
Sé que estás cansada y tenemos todo el fin de semana para colocar el resto de
las cosas. ¿Por qué no te vas a la ducha? Yo estaré contigo en breve.- Le comenta cerrando la caja y empujándola a
la esquina.
Rebecca se ducha rápida, se seca el pelo y
se pone el pijama.
- ¿Por
qué has llegado tan tarde?-
Marlene le pregunta al entrar y
desnudarse para entrar en la ducha.
-
¡Angelo!- Murmura y se dirige a la cama, se acuesta y
busca una posición cómoda. Cierra los ojos y piensa que el día la moda pesa
mucho en su mente. Marlene regresa en silencio y de puntillas se mete en la
cama.
- ¿Estás
durmiendo?- Le acaricia el antebrazo.
-
¡No! Sólo estoy tratando de relajarme.-
Ella se da la vuelta para mirarla.
-
No sé lo que vamos a hacer con Angelo, me temo que no está feliz, no con el
diseño de la ropa interior. Está preocupado por el trabajo, aquí o en París, no
veo claro que debo hacer.-
Rebecca suspira. Besa suavemente en los labios a Marlene.
- ¡Bueno!
Donde termine triunfará, él tiene talento.- Conjetura Marlene.
- Si
él tiene talento, me mostró algunos de los nuevos diseños que está trabajando,
pero sigue estando muy verde, tiene
mucho que aprender aún.-
Rebecca contesta con el ceño fruncido. Marlene rueda a su lado empujándose
contra ella.
-
¡Abrázame!- Le susurra.
Rebecca envuelve su brazo alrededor de ella.
-
¡Buenas noches!.- La besa en el cuello. Se hunden en un sueño
profundo. Por el cansancio la mente de Rebecca comienza a dar vueltas y comienza
a soñar.
“¡Rebecca!” Resuena en su cabeza, en la niebla Sophia pone una sonrisa
astuta que cruza su rostro. Marlene la agarra. “No lo hagas.” Su voz dice un insulto a cámara lenta, Sophia ríe. “Marlene
nunca la tendrás Rebecca, ella es mía toda mía.” Las lágrimas de Marlene son
demasiado reales, Rebecca hace una mueca, sus músculos se tensan mientras trata
de hablar, pero las palabras no salen, una gota de sudor cruza la frente, que
da vueltas agarrando a Marlene, sus dedos apenas tocan los suyos, gime con
profundidad. El movimiento y los ruidos despiertan a Marlene, que se da la
vuelta y ve un débil rastro en la cara de Rebecca que parece atormentada. - ¡Rebecca!- Ella consigue despertarla.
Rebecca se sienta jadeando mirando a su alrededor.
-
¡Marlene!- Le grita.
-
¡Estoy aquí cariño!- La abraza
de nuevo.
–
Tenía una pesadilla.- Se
limpia el sudor de la frente.
- ¡Está
bien! ¿Que estabas soñando?- Ella le
pregunta frotando su espalda. Rebecca piensa
antes de hablar.
-
Casi días de moda.- Ella
responde en un trago duro. Sale de la cama.
-
Necesito un trago de agua.-
Se pone las zapatillas y se dirige escaleras abajo. El agua fría apaga su
garganta reseca. Rebecca se sienta pasándose los dedos por el pelo. Fué el beso
que había compartido con Sophia lo que desencadenó la pesadilla que había
experimentando. - ¡Dios!- Ella habló en voz baja en voz baja.
-Tengo
que decirle a Marlene la verdad.-
Termina su agua y se dirige de nuevo a la cama.
- ¡Buenos
días!- Expresa Marlene
entrando en la cocina. Ruth ha comenzado a preparar el desayuno.
-
¿Revueltos o fritos?- Rebecca deja el periódico que está leyendo.
–
Revueltos.- Marlene asiente mientras coge la mantequilla.
- He
impreso esos telones de fondo, le daré trabajo a Sascha hoy. ¿Cómo te encuentras
esta mañana?- Rebecca la mira con resignación.
-
¡Bien! Una vez que volví a dormir.-
Ella mira su reloj. - Tengo que ir al
castillo esta mañana, Elisabeth y yo nos reunimos con la familia. Sofía y
Katherine se alojaran en el castillo y seguro que tendremos una cena la noche
del lunes.- Rebecca empieza a comer sus huevos.
-
¡Ok! Bueno, entonces supongo que te veré en algún momento de la mañana.- Le sonríe con dulzura dando pausa a
Rebecca. Ella termina su desayuno, la besa con suavidad en los labios y le coloca
la mano en su abdomen, que acaricia con una sonrisa.
- Te
veré más tarde.- La mano de Marlene coge la de Rebecca y la mira a los ojos.
-
¡Te quiero!- Le susurra.
– Y
yo, también te quiero.- Le
responde y se marcha.
- Pareces
muy feliz y satisfecha.- Ruth comienza la conversación. - Debe ser difícil a veces, trabajando juntas.-
Continúa mientras lava la sartén.
-
¡Sí! Puede ser difícil vivir y trabajar juntos, pero de alguna manera lo conseguimos.- Ruth se vuelve hacia ella.
–
Se puede apreciar lo mucho que se preocupa por ti.- Marlene sonríe. - Creo que nos merecemos, hemos pasado muchas cosas juntas, ella es mi
alma gemela.- Le responde dando el
último bocado a su panecillo.
-
¡Off! ¿A trabajar ahora?- Pregunta Ruth.
-
¡Si! Me voy.- Coge su
bolso del taburete. - Te veré esta noche.-
Le dice al salir de la cocina y de la
casa.
Rebecca se sirve una taza de café y se sienta
junto a Elisabeth.
-
¿Quieres desayunar?- Ella le pregunta.
-
¡No, no! Gracias ya he desayunado.-
Tanja llega en compañía de Sebastián y Tristán.
-
¡Buenos días!- Se sientan.
–
El día la moda está sobre nosotros y creo que estamos listos.- Tanja expone abriendo la conversación mientras
se coloca la servilleta sobre su regazo. Justus sirve el café.
- Katherine
llegará la noche del domingo, así como la Sra Van Dorn y Jean Dupree. El castillo se llena de invitados y propongo
una cena la noche del lunes antes de que todo se agite. - Elisabeth propone.
-
Puedo preparar hoy una lista de personas a invitar.- Tanja comenta.
-
Me parece bien. Tengo que trabajar, hoy terminaré en LCL.- Dice Rebecca poniéndose de pie y entrega a
Elisabeth el borrador del presupuesto con un gesto inclinando su cabeza. Sale a
respirar el aire fresco del césped en primavera. Recuerda la pesadilla de la noche
anterior. Pone sus dedos en los labios con fuerza, cierra los ojos y frunce el
ceño. El relato del sueño es demasiado real y sabe que tiene que decirle a
Marlene la verdad sobre su encuentro con Sophía.
- ¿Cuándo
es un buen momento para decir la verdad?- Se
pregunta en voz alta. Quiere contratar a Sophía ante todo, pero en el fondo sabe
que por decirle la verdad a su esposa, va a perder cualquier posibilidad de
contratarla.
-
¡Hey!- Marlene llama a
Rebecca al entrar por las puertas de LCL.
-
¡Hola!- Le contesta, se
cogen de las manos y se besan en las mejillas.
- Tengo
los escenarios en la pista. ¿Quieres echarle una mirada?- Le
pregunta al pie de la escalera. - Más tarde,
tengo que hablar con Angelo y luego con Emily para ver si los problemas más urgentes se han resuelto.- Le responde. Aarón llega detrás de ella.
- ¿Podrías
ayudar a Marlene con los telones de fondo y hacer algunas fotografías por favor?- Le dice mirándole a los ojos.
-
Como quieras, voy a buscar mi cámara.-
Señalando a su oficina.
–
¡Angelo!- Rebecca se
acerca por detrás de él.
- ¡Oh!
Buenos días.- Dice
gratamente sorprendido.
- ¿Dónde
están los diseños del desfile de moda? Quiero tenerlos listos cuando Elisabeth
llegue.- Él señala a una pila de fotos apiladas con
esmero.
-
Aquí están las fotos que Aaron tomó ayer sobre los maniquíes, la colección está
colgada en el estante de allí.-
Ella mira por la puerta de la sala de prensado.
- Gracias
por la tarde de ayer.- Le
habla moviéndose un poco más cerca de ella.-
¡Sí! Su acogida.- Ella se
da cuenta de su cercanía.
-
¡Bueno! Si me disculpas, tengo que hablar con Emily.- Ella le abandona dejándole con la palabra
en la boca.
-
¡Emily!- Rebecca la llama,
Natasha saca la ropa acumulada por ellas.
-Todos los problemas están resueltos.- Emily saca uno de los vestidos preparado para
la inspección.
-
Se ve bien, quiero reunirme con todas vosotras a primera hora de la mañana.- Les comenta consiguiendo que Emily y
Natasha la miren con extrañeza. Emily se cruza de brazos con un suspiro.
- Espero
que esté de buen humor por la mañana.- Natasha sonríe pensando
en su entrevista.
- Creo
que ella sólo quiere asegurarse de que todo está funcionando sin problemas, eso
será todo.- Emily la mira.
–
Hará el diseño de mi vestido de novia y espero que podamos empezar en él
después del desfile de moda.-
Expresa con preocupación.
- ¡Oh! ¿Cuándo ibas a decírmelo?-
Pregunta sorprendida.
-
Me abrumó que me dijera que sí y no estaba dispuesta a decirlo a nadie todavía.- Natasha protesta.
-
Soy tu amiga Emily.- La
conversación se puso seria. - Yo quería
preguntarte algo.- Emily habla rompiendo el silencio.
-
¡Sí!- Responde Natasha
esperando inquieta.
- Sería
un gran placer para mi si quisieras ser mi dama de honor.-
Natasha hace una mueca y luego grita.
-
¡Sí! ¡Sí lo haré! – La abraza
con efusión mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie las había
escuchado.
-
Te he oído hablar de tu madre, me refiero a…
¿Ella asistirá a tu boda?-
Natasha percibe cierta ansiedad en su
rostro.
-
¡Sí! Cuando Tristán y yo visitamos en París a mi abuelo, la llamé y aunque
nuestra relación ha sido difícil desde la muerte de mi padre, yo, yo…- Emily deja de hablar. - Creo que lo puedo entender, no es necesario decir nada más. Recuerda que pase lo que pase entre vosotras dos, que ella
es tu madre y sólo tienes una.- Las
palabras de Natasha resuenan profundamente en sus oídos.
Mientras Elisabeth y Angelo examinan con
interés la ropa interior, Rebecca se acerca a ellos.
- Quiero
reunir a todo el mundo mañana, a primera hora.- Su estado de ánimo parece grave, hojea los
diseños de diferentes piezas de ropa interior del bastidor. -¿Con qué diseño tienes planes de abrir el
desfile?- Rebecca le pregunta autoritaria.
Elisabeth saca un camisón con bata a
juego que Angelo había reestructurado. -
¡Perfecto!- Ella sonríe aliviando su conciencia. - ¡Ahora a la pista!- Les dice mirándolos con una sonrisa. Se dirige
escaleras abajo para ver a Aaron haciendo fotos a los complementos en el escenario
con los telones de fondo.
- ¡Wow!- Exclama colocando su brazo alrededor de la cintura de Marlene.
- ¡Wow!- Exclama colocando su brazo alrededor de la cintura de Marlene.
-
¡Así! Con talento.- La
felicita. Marlene apoya la cabeza en el hombro de Rebeca.
- Creo
que estamos listas.- Marlene
la mira.
- Y
yo estoy cansada.- Rebecca se fija en sus ojos.
-
No quiero que hagas más de lo que puedas, ni que te sientas estresada de alguna
manera, en ese momento tienes que descansar.- Rebecca le ordena con
cariño.
- ¡Lo haré- Ellas siguen por la pista.
- ¿Cuánto
tiempo se necesita entre las colecciones para cambiar los fondos?- Rebecca pregunta mirando al techo, Aaron le
informa.
- Cinco
minutos, tal vez. A menos que se quiera hacer un descanso entre colecciones.- Rebecca contempla lo expuesto en actitud
pensativa, tocándose con el dedo índice los labios.
- Yo
creo que sí, tal vez quince minutos, déjame consultarlo con Tanja antes de
tomar una decisión. Mañana quiero reunirme con todos ustedes.-
Afirma y se dirige a la oficina de Tanja.
- Está
un poco tensa hoy.- Aaron comenta
volviéndose hacia Marlene.
-
Día de moda.- Le responde. – Le ocurre siempre y no quiere que yo esté sobrecargada.- Ella sonríe con ironía. Aaron la mira a los
ojos y luego hacia su abdomen.
- Puedo
entender que no quiera que estés estresada.- Responde y levanta las
manos. Se acerca más a ella y extiende su mano hacia el abdomen tocando la vida
que crece dentro de ella.
-
¡Sí! Tienes razón y hasta ahora he podido manejarlo.- Marlene
duda un instante.
-
Nos enteramos ayer, estamos esperando un niño.- Él
sonríe ya separándose.
- Un
niño. ¿Habéis elegido un nombre?-
Él pregunta por curiosidad.
-
¡Sí! Mateo, Mateo Ludwig.-
Le contesta sonriente.
Marlene se sienta en su escritorio después
de terminar su almuerzo. Hojea las fotos de los telones de fondo que Aaron
había tomado. Kim abre la puerta y entra.
- Papá me dio la noticia. ¿Cuándo ibas a decírmelo?- Ella expresa y corre a su lado.
- Lo siento, quería llamarte ayer por la noche, el tiempo pasó volando y se hizo tarde.- Le responde.
- Papá me dio la noticia. ¿Cuándo ibas a decírmelo?- Ella expresa y corre a su lado.
- Lo siento, quería llamarte ayer por la noche, el tiempo pasó volando y se hizo tarde.- Le responde.
- Un
niño. ¿Le llamaréis Mateo, será ese su nombre?- Marlene sonríe con gozo.
-
¡Sí! Mateo.- Le confirma.
- ¿Se
lo has dicho a Dana?- Kim la
interroga.
–
Lo haré más tarde, esta noche, tengo clase de cocina, que realmente debería
posponer, esta tarde estaré muy ocupada y la próxima semana será agitada.- Afirma
al tiempo que coloca las fotos en el sobre.
- Tengo
mucho que hacer hoy, estoy atrapada en todos los frentes aunque todo está en
orden. Rebecca quiere hacer algunas presentaciones sobre marca, tendencias de
futuro y aperturas de boutique, después del desfile de moda.- Ella
se ríe con entusiasmo.
- Me
alegraré cuando se consiga.-
Marlene le responde.
-
Justo a tiempo para Riga.-
Kim continúa hablando.
- Tal
vez deberías tomarlo con calma, es un momento crítico de tu embarazo y yo no
quiero que mi sobrino…-
Marlene le interpela.
- Voy
a estar bien, en realidad es el problema de Katherine y no de este trabajo.-
Ella responde mirando firmemente a su hermana.
-
¡Ah! Me había olvidado de ella. Éste es un gran acontecimiento para la colección de adolescente, supongo que por
eso Tanja fue tan insistente en que visitara esos lugares donde los
adolescentes buscan novedades. Debía conseguir fotos e ideas acerca de cuáles son
sus gustos.- Ella le relata. Marlene le contesta.
- ¡Hmmm!
Déjame terminar aquí, hasta creo que me llamo un día. Tengo que descansar mis
pies antes de que Biggi me recoja.-
Kim se dirige hacia la salida y se
marcha. Marlene se recuesta en su silla cerrando los ojos. Rebecca en silencio
se desliza por la puerta viendo a Marlene con los ojos cerrados, apaga la luz y
cierra la puerta.
- ¿Te
quedas esta tarde, supongo?-
Marlene capta la presencia de Rebecca.
- ¿Cómo
sabes que soy yo?- Le pregunta acercándose a la mesa hasta ponerse
de pie detrás de ella.
–
Pues por que cerraste la puerta y apagaste la luz sin preguntarme si me importa.- Ella
se echa a reír como una diva.
-
¡Bueno! Eso es que me conoces demasiado bien. Yo he pensado sólo quedarme un
poco mientras que... Pero si tienes planes para nosotros, entonces…- Marlene le corta rápida.
-
Me voy a casa temprano a descansar mis pies cansados. Biggi pasará a recogerme
para clase de cocina.- Le recuerda.
-
¡Oh! Eso está bien. Entonces no llegaré tarde.- Se inclina y la besa.
-
¡Hmmm! Yo podría ir a casa contigo, después de todo.- Su
estado de ánimo empieza a cambiar.
-
¡Quédate! Haré que Ruth te tenga preparada la cena, solo ha de ponerlo en el
horno.- Ella le sonríe.
- Te
quiero. Nos vemos esta noche, ¡ah!, tendremos una cena en el castillo la noche
del lunes.- Le dice caminando
hacia la puerta, Marlene pone ojitos.
- No
sé si tengo algo que ponerme.- Rebecca sonríe.
–
Eso lo puedo remediar.- Marlene le coge la mano, le da un beso y se encamina hacia las escaleras y la puerta
principal.
-
¡Hasta luego!- Le dice
contemplando su paso hasta el coche.
- Así
que decidió quedarse.- Angelo
expresa de pie detrás de ella. Se queda mirándole la nuca, levanta la mano como
si fuera a tocarla, pero rápidamente la retira cuando de repente Rebecca se gira
hacia él.
-
¡Sí! Poco tiempo. ¿Tienes esos nuevos dibujos disponibles?- Ella le pregunta.
-
¡Yo…!- Se afloja la
corbata y hace una respiración profunda.
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