Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 24 de abril de 2018

Episodio trigésimo séptimo

Me perteneces


Rebecca está vestida en previsión de un largo vuelo a Nueva York, su primera parada a lo largo de su viaje a New Port, Rhode Island. - ¡Rebecca! -  Elisabeth entra, ella puede ver la tristeza en su rostro. - ¡No llores Elisabeth! - Ella la abraza con cariño. - Estoy emocionada por ti, tengo los dedos cruzados. ¿Vendrás a desayunar con nosotros esta mañana? - Ella pregunta esperando que tenga unos momentos de sobra. - ¡Sí! En un ratito. Tengo que volver a revisar todo primero y  estaré abajo en un momento. – Responde, revisa el pasaporte para asegurarse de que todo está en orden. - Te deseo lo mejor, pero sé que no será fácil, Marlene se siente herida y tal vez crea que la has rechazado. - Rebecca recapacita un instante. - He pensado mucho en ello, de nuevo conseguí estropear las cosas. - Elisabeth le da una palmada en el hombro. - Pero tengo que intentarlo Elisabeth la amo demasiado como para intentar una reconciliación, ella lo sabe y lucharé por recuperar lo que es legítimamente mío. -  Elisabeth arquea su ceja. - Eso es una armadura con la que te has vestido. -  Ella se da cuenta que había estimado a la baja la determinación de Rebecca.  Ella le contesta. – Mas bien una declaración de moda. – Le dice en tono de broma. - Te veré en el desayuno. ¿Tristán te llevará al aeropuerto? - Ella le pregunta. - ¡Sí! Sé que tiene una reunión temprano en el banco. Espero que eso no lo demore. - Le menciona. Elisabeth deja silenciosamente a Rebecca para que termine con el último de sus asuntos personales. Se peina el corto cabello y endereza la camisa antes de ir a desayunar. Un ligero golpe en la puerta suena y ella abre. - ¡Eric! - Exclama con sorpresa. – Espero no te importe, vi a Elisabeth y me dijo que estabas aquí. - Le deja entrar, mira alrededor de la habitación viendo las maletas preparadas junto a la puerta y que la mayoría de los efectos de Rebecca están desaparecidos. - Supongo que lo estás haciendo, me refiero a irte. – Le dice con tristeza. - Lo estoy. - Ella le indica que se siente en el sofá. - No quiero pelea Eric, solo quiero que sepas lo que has significado para mí. - Ella le plantea con calma. - Si yo significaba algo para ti, entonces te quedarías y…- Lucha contra las lágrimas. - No puedo, siempre supe que debería intentar reavivar mi vida con Marlene. -  Eric le acaricia la cara con la mano. - ¡Por favor! Considéralo, podría hacerte feliz, cuidarte, te amo Rebecca y sé que si buscas en tu corazón te darás cuenta de que sientes lo mismo que yo. - Ella lo mira con una sensación de incomodidad. - ¡Estoy enamorada de Marlene Eric! – Le dice tajante pero sincera. - Entonces supongo que realmente te vas a marchar. – Le dice en un tono melancólico. - Este es el movimiento correcto para mí. Te conozco, sé que no quieres escucharlo, pero la amo y quiero pasar mi vida con ella. – Se expresa con dureza. - ¿Y qué pasa si ella no acepta? ¿Has pensado siquiera eso? - Él cuestiona su idea. - ¡No me afecta! No voy a renunciar a ella sin que me importe lo que valga la pelea, no tienes idea de nuestra historia y la lucha que tuvimos para estar juntas. -  Vuelve a ser severa.  - Esa es toda la historia. – Argumenta pasándose los dedos por el cabello. – Marlene es mi gran amor, Eric. – Rebecca ya no aguanta más. - ¡Por favor! Vete, vete, no puedo hacerte entender y no voy a discutir más contigo, debes aceptar que se acabó. Yo no estoy enamorada de ti. – Le recuerda otra vez. Camina hacia la puerta, él se levanta del sofá y se dirige hacia ella. - Estaré aquí esperando que vuelvas. - Le señala con el dedo. – Tu nunca estarás lejos porque nunca serás feliz lejos de tu hogar o de tu trabajo, de tu obstinación a lo que te dedicas, a lo que haces. ¿Vas a dar de lado el diseño de alguna idea nueva que tengas? -  Él le suplica y  agarra la puerta para que ella no pueda cerrarla. - ¡Déjalo ya Eric! No quiero discutir más esto, encontrarás a alguien que te hará feliz, te lo prometo.  Eres un tipo simpático pero no estás en lo cierto. No eres para mí. - Proclama, ella baja la cabeza al decir esas palabras que la apuñalan. - ¡Por favor no te vayas! - Le suplica de nuevo. - ¡Adiós Eric! - Ella se queda en el pasillo mientras él sale del castillo. Rebecca se dirige al comedor. - Pensé que habías cambiado de opinión. -  Elisabeth dijo alegremente. - Eric y su miserable Ego. - Le responde. - Le dije que estabas en el invernadero. - Añade en voz baja. - No le hubiera importado  se habría presentado de todos modos, mendigando como un niño y no me ha escuchado, Elisabeth, cree que volveré arrastrándome.  De vuelta a él si las cosas no funcionan con Marlene. – Explota. - Márchate y una vez que tú y Marlene lo hagáis oficial, él lo entenderá. – Le dice Elisabeth agarrándola de la mano. - Ahora ven.  ¿No tienes hambre? – Sonríen y se sientan a desayunar.



Tristán ayuda a Rebecca con su equipaje en la terminal del aeropuerto. – Te voy a echar de menos hermana pequeña. - Sus ojos comenzaron empañarse. - ¿Estás llorando? - Ella se burla. - ¡En realidad no! Sólo estoy emocionado, puedes seguir adelante con tu vida, encontrando tu verdadero amor otra vez, ¡Wow! - Él se ríe., Rebecca extrae del bolso su billete para facturar. - Te echaré de menos. - Ella toca su solapa, él le coge la mano y la besa abrazando a su hermana y cerrando los ojos. - Nunca pensé que vería el día en que saldrías de nuevo, dejando LCL, pero entiendo que amas a Marlene. -  La abraza de nuevo. - Te quiero hermano mayor y siempre estaré agradecida por todo lo que has hecho por mí. - Una lágrima gotea por la mejilla. Se separan y ella entra en la terminal para comenzar lo que espera sea una nueva vida al lado de la mujer que ama. Rebecca atraviesa el control  y busca la puerta de embarque.  Coge el teléfono y escribe un mensaje a Grace.  “Estoy a punto de embarcar, te enviaré un mensaje mañana a primera hora. Te doy las gracias por toda tu ayuda."  Lo envía y coloca el teléfono en el bolsillo. Cierra los ojos soñando con un encuentro casual con Marlene.



– ¿Estás despierta? - Tracey hace girar a Marlene besándola. – Ahora lo estoy. - Ella  sonríe con los brazos alrededor de su cuello. La atrae más cerca. - Esta noche fue maravillosa. - Ella comenta. - ¡Hmmm! - Tracey murmura. - ¡Hmmm! ¿Qué dices?- Empieza a hacerle cosquillas, y se pelean en la cama hasta hacer el amor otra vez. - No me he divertido tanto desde hace tiempo. ¡Gracias Tracey! – Lo dice seria. - No hay necesidad de agradecerlo, he disfrutado simplemente estar contigo, tu compañía ha sido una bendición para mí, de verdad. - Sonríe besándola. Tracey se queda en silencio. Marlene puede oírla respirar. - ¿Qué estás pensando?-Le susurra. - Nada y mucho, trabajo mañana… -  Ella responde. - ¡Tienes razón!  Debo volver a mi apartamento, darme una ducha y prepararme para dormir. Tengo mucho trabajo mañana. – Expone haciendo una mueca. - ¿Seguro que no quieres pasar aquí la noche? – Tracey suplica con ojos pedigüeños. Marlene suspira. - ¡Ojalá! Y podría gustarme, pero tengo un día muy ocupado por delante. - Se inclina sobre la cama. - Pero podemos almorzar mañana. - La besa. Tracey le pone su brazo en el costado. - Te veré mañana. - Se besan en la puerta y Marlene sale afuera.



“¡Habitación veintiséis!” Rebecca le envía un mensaje a Grace. “Te veo en un ratito.”  Ella le responde, Rebecca empieza a deshacer su maleta colgando la ropa en el pequeño armario, coloca las prendas en el cajón superior y arregla sus otras cosas muy ordenadas, saca un bloc de dibujo y se acurruca en la cama, antes de que llegue Grace. Empieza a dibujar el rostro de Marlene y pensando en ella. Casi pierde la compostura cuando un golpecito suena en la puerta. - ¡Grace! – Expresa con alegría y abre la puerta. Grace entra en la habitación y se abrazan. - Es maravilloso verte de nuevo. – Le dice. Se quita la chaqueta y se sienta. - Un viaje largo supongo, apuesto a que estás cansada. – Le comenta sonriente. - ¡Lo estoy! – Le responde ella. - Y tu pierna veo que está completamente recuperada. -  Ella consigue que Rebecca se relaje y esté tranquila. - He hecho lo que me dijeron, los ejercicios rigurosamente a diario, caminar me ayudó mucho. – Relata con brevedad. Respira.  - ¿Cómo está Marlene? - Ella sondea con una mirada amistosa. - ¡Genial! Hemos estado muy ocupadas desde la apertura del nuevo hospital, Marlene es increíble, está muy dotada sabes. - Junta sus manos con fuerza. – La echo de menos, Grace, intenté desesperadamente seguir adelante después de que se fuera, quería esto para ella, he sido tan egoísta en el pasado y ella necesitaba un nuevo objetivo sin ninguna interferencia por mi parte. -  Relata a Grace, ella suspira. - Hemos hablado sobre ti. Ella estaba desgarrada por no tener una carrera o poder trabajar en una profesión en la que estuviera cualificada.  Que tú te volcabas en la tuya y que eso fue el comienzo del final de vuestra relación, lo que os hizo separaros. – Le narra su impresión de forma honesta. Rebecca se levanta y cuenta cual era su situación. - Dejé que mi familia gobernara mis decisiones, estábamos en un aprieto financiero y cuando las cosas comenzaron a ir hacia mal, me alejaba de ella, la traté como si fuera un extraño, mi familia, especialmente mis hermanos no querían que le dijera nada, me dolía y ella se daba cuenta de que algo estaba mal. – Rebecca no puede resistir el lagrimeo recordando aquel pasado. - ¡Bueno! Eso fue hace mucho tiempo y obviamente has logrado tener éxito en el negocio de la moda. -  Grace añade con amabilidad. - He trabajado muchas horas y días, mis dedos me duelen hasta los huesos, el dinero no es un problema, nunca lo fue y especialmente después de mi accidente, nunca más necesitaré trabajar de nuevo y puedo cuidar a Marlene como se merece, si ella me deja. - Ella deja el comentario y la puerta está abierta para que Grace comente una realidad. - ¡Rebecca! - Respira hondo. - Marlene está bien y feliz, también ha conocido a alguien. - Contempla la expresión triste en su rostro. – Yo pensaba que no podía pedirle que me esperara, con todas mis incertidumbres. Mi memoria estaba nublada y perdida en un mundo de dudas, traté de razonar con ella, hacerle entender que las razones por las que ella debía marcharse eran las mismas razones por las que yo quería volver a conectar conmigo misma y tratar de recordar mi pasado. -  Declama paseando por la habitación. - ¿No estabas convencida de que ella te esperara, verdad? - Grace preguntó honestamente. - ¡No! Mentiría si dijera que lo hice, ella no estaba muy feliz conmigo cuando se fue, pero tuve que dejarla ir. - Se sienta en la cama. – Tenía que venir. ¿De qué otra manera sabré cómo se siente realmente si no me acerco a ella? – Rebecca cuestiona seriamente. -  No será una tarea fácil. Desde la primera vez que os vi juntas, siempre he sabido que estabas muy enamorada de ella. – Sonríe y hace un guiño. - Sé que en el fondo ella te ama más de lo que quiere manifestar. -  Rebecca relaja sus hombros. - No puedo esperar que ella abandone su relación, pero tengo que luchar por recuperarla Grace. Me pertenece, nos pertenecemos. - Le asegura. - ¡Wow! Eso es una afirmación y pensaba que Marlene era agresiva. - Se ríe con estrépito. - ¡La amo! - Expresa con voz tranquila. - Tengo un plan preparado. - Grace cambia de tema y se pone en movimiento. Ha planeado que Rebecca y Marlene se reúnan al día siguiente.



- ¡Buenos días, Marlene! – Saluda Grace con una sonrisa un poco nerviosa. - ¡Buenos días! ¿Estás bien? - Ella deposita el gráfico que estaba repasando. - ¡Uh! Sí, sí, estoy bien. ¿Tracey anda por aquí? -  Responde escudriñando la estación de las enfermeras.  - Está en la sala de urgencias esta mañana.  ¿Por qué? - Ella le dirigió una mirada extraña. - Sólo preguntaba por curiosidad. - Mira a su alrededor sabiendo que ha dejado a Rebecca en la sala de examen. -Tengo un nuevo paciente.- Se inclina de nuevo sobre el gráfico. - Jane Smith. ¿Se le ha hecho cirugía a la señora Smith? - Le pregunta a Grace sin saber quién era. Grace traga saliva con fuerza. - ¡No sé! Tal vez sea una transferencia. -  Ella se encoge de hombros. - ¡Ok! Ella es la primera de la lista. - Cierra el gráfico y entra en la habitación sin levantar la vista. - Señora Smith… – Levanta la vista hacia una sorpresa repentina.  - ¡Hola Marlene! - Rebecca está sentada en la mesa de examen. Marlene se queda sin palabras incrédula. - ¡Rebecca! – Exclama y mira a la puerta para darse cuenta de que Grace lo había preparado. - ¿Qué estás haciendo aquí? - Ella necesita recuperar el aliento. - Vine a verte. – Dice con rotundidad en su respuesta. - Yo, no sé qué decir… yo. - Se detiene un instante. - Dime que te alegra verme. – Sonríe.    – En realidad estoy aturdida. - Baja la mirada a su pierna. - ¿Estás bien? - Rebecca flexiona su pierna mostrándole la funcionalidad que ahora tiene. - ¿Estás visitando Nueva York o algo así? - Marlene pregunta claramente. - ¡No! Estoy aquí para ti. - Le responde con claridad. - ¿Para… mi? - Marlene se señala a sí misma. - ¡Sí! Quería verte y pasar un poco de tiempo contigo. – Le confirma. - Tengo trabajo que hacer, quiero decir, no puedo irme ahora. - Tropieza con sus palabras. - Estoy hospedada en la habitación veintiséis del Shoreview Inn. - Le  dice recobrando la atención de Marlene.  - ¡Rebecca! No sé por qué has venido, todo esto no era necesario, he aceptado que has querido una vida diferente para ti y he conocido a otra persona, una mujer maravillosa divertida y amable. - La mira con sinceridad. - Lo puedo entender Marlene, pero en mi corazón y en el tuyo tenemos asuntos pendientes. - Su mirada penetra en los ojos de Marlene. - Rebecca estarás perdiendo el tiempo, deberías volver a Düsseldorf y comenzar tu vida allí donde perteneces. - Es severa en su respuesta. - Sólo dame la oportunidad de demostrarte que he cambiado que estoy dispuesta a sacrificarme por ti. - Le dice con suave tono. - ¡No puedo! Y no quiero volver allí, soy feliz aquí. Me encanta mi trabajo, mi vida, me he instalado y quiero que mi vida siga adelante con Tracey. - Ella le implora. - ¿Tracey? ¿Es una terapeuta, enfermera, o qué? - Ella pregunta con emoción. - ¡Si! Ella es una doctora, es simple y reservada, el tipo de persona que me permite sacar lo mejor de mi. – Marlene se enerva. - ¿Estás diciendo que nunca te he mimado? - Rebecca se pone ruda. – Hazme un favor, vete, tengo una agenda muy ocupada hoy y no quiero discutir contigo y sobre todo te deseo lo mejor. ¡Por favor! Déjame en paz. - Ella cierra el gráfico y rápidamente sale de la sala de examen dirigiéndose a La oficina de Grace. Rebecca se va y toma un taxi de vuelta al hotel. - ¿Lo has preparado tú? - Le habla en un tono grosero, Grace está sorprendida. - ¡Cálmate Marlene! - Se levanta de su escritorio y se acerca a ella. - Rebecca me contactó hace un par de semanas y hablamos. Ella quería verte y poder hablar contigo. Por lo que veo la recepción no ha sido muy cálida. – Marlene trata de calmar su respiración.    Me enfadé mucho, simplemente estaba sorprendida, no me lo esperaba. – Se apoya en la puerta. – No podía decírtelo, se lo prometí. Ella no viene a pelear contigo, está en un punto en el que ha recuperado por completo sus funciones y quería verte, hablar sobre cosas. - Marlene hizo una mueca y baja la cabeza. – Me sentí débil y desorientada. La herí con mis palabras, realmente no le di mucha oportunidad de hablar, me sentí abatida al verla. - Marlene responde en monótono, - Ella necesita tener un cierre Marlene. – Grace dice tajante. - Ha recorrido un largo camino y no me refiero al viaje desde su casa, quiero decir mental y físico. ¿Y  si hay una chispa? -  Marlene interrumpe. – Realmente me importa Tracey, no tiene ninguno de esos rasgos de egocentrismo, rasgos de personalidad egoísta que salen de ella, no quiero estar atascada. - Grace la agarra por los brazos. - Hace unos meses la querías de vuelta a toda costa, no seas injusta Marlene. ¿Cómo puedes estar enamorada de ella y luego hacer comentarios como ese? - Ella le pregunta hinchada de cólera. - Ella no me quiso, ella realmente nunca me dijo que me amaba Grace, las veces que dormimos juntas, yo quería oír esas palabras, le expuse mi corazón, pero ella me dijo que no se comprometería. Le pedí que viniera a New Port, pero ella quería encontrarse a sí misma. Me dejó marchar Grace y nunca realmente se comunicó después, hasta que me animaste a enviar aquella tarjeta, luché contra mis sentimientos y ¿Qué tipo de respuesta tengo? - Sonríe burlona. – Estoy bien y tengo una buena vida. -  Canturrea en voz alta, Grace gruñe. - Detenlo simplemente detenlo, puede que no lo quieras, pero por lo menos necesitas hablar con ella, no la dejes colgada sin nada que decir. - Ella miró a Grace fríamente. - ¿Por qué debería? Sólo tiene que volver a Düsseldorf. - Ella cierra la puerta dejando su oficina.



Marlene se desplaza hasta el salón y se sirve una taza de café caliente. Se sienta.  - ¡Ahí estás! -Tracey aparece en su rato de descanso. Marlene parece haber visto un fantasma. - ¿Marlene estás bien? – Le pregunta al ver su rostro huraño. - Estoy bien sólo que tengo mucho que hacer hoy y no me siento bien. - Tracey le toca la frente con el dorso de su mano. - No tienes ganas o tienes fiebre, ¿Por qué no reprogramas a tus pacientes y te vas a casa a descansar? - Ella se inclina y la besa en los labios. - ¡Si! Tienes razón, voy a hablar con Grace. - Le responde pero no comenta nada de Rebecca. - Nosotras hablamos más tarde. - Tracey agarra su mano. - ¡Claro! - Murmura Marlene saliendo del salón. Se dirige pasillo adelanta hasta que entra al despacho de Grace. - ¡Tienes razón! Debería hablar con Rebecca. ¿Puedes llevar a mis pacientes hoy? - Pregunta con tristeza. - ¡Sí! Ve, te veré mañana y por favor llámame. - Asiente Marlene. - ¡Tracey! Sabe que me voy todo el día, a ella no le he dicho nada sobre Rebecca. -  Expresa rotunda. – No pienso decir una palabra. - Sonríe al verla salir.

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