Te tomo como mi esposa
Rebecca
corta la tela a lo largo del patrón que había diseñado para el vestido de novia
de Marlene. - ¡Hola! - Marlene saluda
desde la entrada al traspasar la puerta. -
¡Aquí arriba! - Rebecca responde enhebrando una aguja y mirando hacia la
escalera. - Vienes a casa temprano. ¿Está
todo bien? - Marlene la abraza y le da un beso. - ¡Ah! Ese color es precioso. – Sonríe ignorando la pregunta de
Rebecca. – Es, Marlene, una tela blanca.
- Le corta y mira de reojo. Marlene suspira y se acerca hacia la pequeña ventana
y ver las olas rompiendo en la orilla. -
¿Tracey, supongo? - Rebecca gruñe poniendo su trabajo a un lado y se une a
Marlene en la ventana. - Creo que he enfadado a Grace. - Se da
una palmada a la pierna. - ¿Grace? -
Rebecca le pregunta con una ceja fruncida.
- Le dije que no podía trabajar
con Tracey, que eso dificulta las cosas y ella, bueno, ella me dijo que debía
lidiar con eso y crecer. - Marlene
la mira un tanto preocupada. Ella se encoge de hombros. - Tracey
tiene en mente que luchará por mi, que estoy cometiendo un error, y que
realmente siento lástima por ti porque estabas enferma y podrías haber muerto.
- Rebecca se siente angustiada. - Ella
no tiene ni idea de nuestra vida y estoy segura de que le has contado algunas
cosas. - Rebecca esperó su respuesta.
- ¡Sí! Sabe cosas, pero no sabe todo,
nunca tuve la oportunidad de darle muchos detalles. - Le cuenta con honestidad. - Tal vez debería tener una charla privada
con ella. -Reconoce Rebecca con suavidad y la abraza por la cintura. - ¿Qué debo decirle? - Empieza a hablar. - ¡Te amo! Me lo ha oído decir suficiente,
creo que conoce algunas de las luchas por las que atravesamos. Le he hablado de
mi necesidad de seguir adelante. - Levanta la ceja a Rebecca. – Aunque creo que fue un error. - Ella
sonríe cálida a Rebecca al decir esas palabras, que la besa en el cuello. – Desearía que otros, además de nuestra familia, supieran
lo que sucedió y lo difícil que fue por estar juntas y las pruebas a las que nos
enfrentamos. Dejemos de hablar de esto, Grace fue muy inflexible en que eligiéramos
una fecha. - Rebecca revuelve entre
las cosas apiladas en su máquina de coser buscando un calendario. Lo examina y
propone. - Octubre, ¡Hmmm! - Ella
sonríe y señala a una fecha. - El sábado
veinticinco. – Expresa con una sonrisa. Marlene levemente vuelve la mirada. - Depende del tiempo. ¡Bueno! Son solo dos
semanas, echemos un vistazo. - Ambas parecen ansiosas. - ¡Bien! El tiempo parece
prometedor. - Rebecca apaga el ordenador. -
Marlene me casaría contigo incluso si el tiempo fuera tormentoso. – Añade,
ella abraza a Rebecca en un cosquilleo y caen al sofá para besarse. - Debería decirle a Grace lo que hemos
decidido. Se pondrá muy contenta y aliviada. - Ella insertó la punta de su
dedo índice a lo largo del labio inferior de Rebecca. Marlene se puso de pie. - ¿Quieres
venir? - Ella mira su reloj pensando que Grace estará ya en su casa. - En realidad, tengo que terminar con ese
vestido, ve a verla y te veo en un rato. - Rebecca tiene a Tracey en su
mente.
Rebecca
camina lentamente hacia la puerta de la cabaña de Tracey. Puede ver la luz en
la cocina a través de la cortina. Se presenta en la puerta que ella golpea nerviosa.
- ¿Quién es? - La voz de Tracey suena
desde el otro lado de la puerta. – Rebecca.
- Ella le responde áspera. Tracey abre la puerta. - ¿Marlene sabe que estás aquí? – Ella hace un gesto para que acceda
al interior, Rebecca acepta y entra. Tracey cierra la puerta detrás de ella. - ¡No! No, no obstante, es hora de que tú
y yo hablemos. – Le dice. Tracey se apoya en la puerta. - ¿Puedo prepararte algo? - Rebecca niega
con la cabeza. - ¡Gracias! Pero realmente tenemos que hablar sobre Marlene. - Tracey se sienta en el sofá y Rebecca frente a
ella. - Marlene parece creer que lucharás
por ella, que esto conmigo es sólo una fase. - Tracey traga saliva mientras
escucha a Rebecca. - Yo la amo y siento que
me quiere, es simple, tuvimos una vida antes de que aparecieras. - Rebecca
sonríe. - ¡Ya veo! ¿Y mi regreso causó
esta ruptura? - Tracey suspira de forma deliberada. - ¡Sí! Supongo que podría decir eso. – Rebecca refunfuña a
continuación. - Estoy segura que te ha contado
nuestra historia. – Ella la interrumpe. –
De alguna manera, pero ¿Qué sentido tiene? Ella comenzaba una nueva vida, estaba
empezando a salir conmigo y si no hubieras enfermado te puedo asegurar que el resultado
sería muy diferente. - Ella se
expresa con confianza. - Marlene nunca
amará a nadie, sino a mí, Tracey puedes estar segura de que puede tener
sentimientos por ti, pero cuando se trata de mí, es todo muy distinto. -
Ella se aferra a su palabra Tracey gruñe de nuevo. - ¿Por qué decidiste venir a jugar con su vida, eh? - Rebecca
frunce el ceño. - Ella me pertenece y yo
a ella. Estoy perfectamente ahora y alejándome de mi enfermedad. - Tracey
no sabe cómo responder no sabe si sentirse despreocupada y enojada. - ¿Sabes qué tipo de pelea pasó para estar
juntas? ¿De verdad la sabes? ¿Sabes que tipo de lucha, el estrés de estar
enamorada de la novia de tu hermano? ¿El sentido de culpa sabiendo que ella
estaba enamorada de ti? Y en un momento no había nada que pudieras hacer al
respecto, porque arruinarías a ambas familias... Marlene dejó a mi hermano en el altar, el día
de su boda, fue una revelación para ella, casi pierde la cabeza. - Rebecca
se levanta del sofá y toca su frente mientras revive todo. Tracey permanece en
silencio. - Mi hermano trató de matarnos,
arruinó la carrera de Marlene como cantante y trató de arruinar mi vida
también. - Ella mira de reojo a Tracey. – Vivimos
nuestras vidas ganando batallas, pero entraron tantas cosas que nos hicieron
daño. Entendí la decisión de Marlene de alejarse de lo que teníamos, ella
estaba sola e insegura de sí misma, necesitaba una salida, volver a
encontrarse. ¿La ayudé? -
Se pregunta a sí misma Tracey tiene una lágrima corriendo por su mejilla. – ¡No! Lo empeoré, trabajé tratando de
adelantarme en el mundo de la moda. La
dejé sola. Me pregunto aún porqué la engañé y mentí. Tiré todo lo que quería en
mi vida por la ventana. Lo veo de manera diferente ahora. La dejé escapar sin
que alguien agitara la bandera blanca, me rendí a la derrota sabiendo que nunca
habría otra como ella, así que no, no voy a renunciar a nosotros, estoy más
allá de todo eso. El futuro con ella es lo que realmente me hace feliz. - Rebecca
se detiene empieza a sentirse mal. - ¡Wow!
- Tracey está asombrada. - ¿Entonces
te culpas por todo? - Rebecca baja la cabeza. - La forma en que lo veo, es que ella me amaba incondicionalmente. -
Tracey se levanta caminando hacia la puerta y la abre. - Es obvio que tienes mucho que compensar, Marlene es una mujer maravillosa
que solo merece lo mejor. ¿Estás segura de que no volverás a caer en tus
antiguas costumbres? Sólo para que lo sepas, estaré esperando a que te
equivoques. - Tracey le dice en un tono convincente. Rebecca se siente
eufórica, pero abatida. Ha conseguido su objetivo con Tracey, se pregunta cómo.
Vagabundea hasta encontrar el camino de regreso a su cabaña y relajarse en el
sofá.
- ¡Rebecca! - Marlene le mueve el hombro
y la despierta. - ¡Hey! Debo haberme quedado dormida. ¿Qué hora es? - Ella mira
alrededor de la sala como viendo en una bruma. - ¡Las siete! ¿Tienes hambre? - Marlene le pregunta. Rebecca pone la
mano en su vientre. - Yo diría que sí. -
Ambas ríen. - ¿Ella dices? - Marlene se sienta a su lado colocando su mano
sobre el pequeño, pero notable bulto del abdomen de Rebecca. - Estoy esperando
una niña. – Rebecca
sueña en voz alta. - Mientras sea saludable. - Marlene
debe matizar antes de seguir hablando. - ¡Está
bien! - Marlene se pone en pie. - ¡Venga!
A disfrutar de la cena esta noche. - Rebecca toma su mano. - ¿Qué tal un paseo primero a lo largo de la playa?
La luna está brillando y me encanta. – Le pide mirando por la ventana.
Marlene da su conformidad con un gesto. Salen al porche trasero y caminan
despacio cogidas de la mano, la luz de la luna les ilumina el camino. – Relájate, esta noche todo está tranquilo. –
Rebecca dice rodeando la cintura de Marlene con sus brazos. - Grace quiere hacerse cargo de la comida,
las flores, hmmm, de todo. - Marlene le cuenta y coloca sus labios en los
de Rebecca. - Yo diría que la dejes
hacer. Yo voy a terminar tu vestido y tú puedes intentar hacer algo. - Marlene
mira fijamente a Rebecca a los ojos. - ¿Me
pellizcas? - Ella se ríe. - ¿Por qué? – Rebecca busca una
explicación con recelo. - Quiero
asegurarme de que esto realmente está sucediendo, que finalmente después de
todos estos años vamos a estar juntas, unidas, viviendo nuestras vidas como
siempre quisimos hacer. - Rebecca sonríe.
- Es cierto y ¿Sabes qué? – Le cuestiona. - Estoy enamorada de ti, Marlene. – Expresa con una mirada tierna
que acaba en un beso romántico. Marlene y Rebecca se dirigen hacia la ciudad caminando
de la mano. En un pequeño café se sientan junto a la ventana que da al puerto. -Tengo que contarte… - Rebecca habla mirando
el menú, pero tiene toda la atención de Marlene. - ¿Qué es? - Ella sonrió. -
¡Uff! Fui a ver a Tracey. - Ella
tartamudea carraspeando. Marlene la mira.
- ¿Hiciste… qué? - Ella habla en voz baja. - Por favor, no te enfades. Necesitaba despejar nuestro camino, siento
que hay disturbios y quiero claridad antes de casarnos, de verdad. – Le
explica en un suave tono. - ¡Por dios
Rebeca! - Marlene aprieta algo su mandíbula. - ¿Qué
le dijiste? - Hay un tono de reproche en su expresión. – Le conté de nuestras dificultades, que teníamos una historia y que
siempre habíamos sentido lo que significaba estar juntas. Le dije que arruiné
las cosas entre nosotros y que me amabas incondicionalmente. – Le narra con
orden en sus palabras, con certeza y seguridad. - ¡Bueno! - Expresa Marlene. Piensa un segundo. - ¡Tú! ¿Tú, no…? – Titubea. Rebecca
interrumpió. - ¡No! No fui mala ni
perversa, solo fui sincera, le dije que nunca amarías a nadie más que a mí. - Busca un pañuelo para secarse los ojos. - Le dije…, me encontré con ella en el hospital
y hablamos un rato, le dije que me dejara en paz. - Marlene también le confiesa. - Ojalá
lo hubieras hecho antes, pero no hay nada que se pueda hacer ahora. Ella está
herida y enojada, sabe que tenemos algo especial y que yo no iba a dejarlo
pasar. Tengo miedo Marlene. - Rebecca le coge la mano. - ¡Marlene! Creo que ella piensa que no seremos felices, pero sea lo
que tengas con ella, no es lo mismo que lo que tú y yo tenemos. - Aprieta
con fuerza su mano y la mira a los ojos.
Marlene
camina por el sendero arenoso hasta la playa cogida del brazo de Thomas,
Rebecca espera bajo de un arco de rosas. Una ligera brisa mueve las cintas de colores
que revisten las sillas de los invitados y adornadas con flores. Tristán está con
Elisabeth escoltando a Rebecca. El día es hermoso y soleado. El sonido de las
olas rompiendo en la orilla, tiene un efecto tranquilizante. Vestida con un
traje de novia blanco de hechura sencilla, Marlene se acerca a Rebecca. Ella
viste de blanco también, un blanco distinto algo menos brillante. La felicidad
está plasmada en el rostro de ambas con una sonrisa espléndida. Thomas
dulcemente besa la mejilla de su hija y desbloquea su brazo para entregarla a Rebecca.
Ella coge su mano con una sonrisa en el rostro. Dana y Kim flanquean a su
hermana Marlene. – Estamos aquí reunidos
para unir en matrimonio a Marlene Wolf y Rebecca von Lahnstein. ¿Quién presenta
a Marlene Wolf para el enlace en matrimonio? - El juez le pregunta con una
sonrisa. Thomas responde feliz. - ¡Yo!
Thomas Wolf, su padre. - Declara y se sienta. - ¿Y quién presenta a Rebecca von Lahnstein para el enlace en
matrimonio? - El juez hace de nuevo
la pregunta. - ¡Yo! Elisabeth von
Lahnstein, su madre. – Dice en voz alta. - Hoy es una ocasión muy especial para Marlene Wolf y Rebecca Von
Lahnstein, que han decidido unir sus vidas bajo la cobertura del don del amor,
y se convertirán en una sola persona para formar una familia. ¡Marlene! –
Se dirige a ella con un ademán. Ella se gira, enlazan sus manos y la mira a los
ojos. – ¡Rebecca! Todo lo que el mundo representa
para mí, está en ti. Mi amor es tan grande que no entiendo mi vida sin tu
presencia. Eres todo lo que he deseado como compañera de vida. Estar a tu lado
anima y mantiene viva mi alma. Vengo libremente para unirme a ti como tu esposa
hasta el fin de mis días. – Sonríe y sus ojos brillan de moción. - ¡Marlene!
Me enamoré de ti sin darme cuenta. Eras maravillosa como amiga, pero nuestra
relación tenía algo más. Las penalidades que pasamos nos han hecho muy fuertes
y seguras de nuestro amor. No entendería mi existencia si no estás conmigo.
Eres mi fuerza, mi voluntad y, como tú, levantas mi alma. Seré tu esposa hasta
el final de nuestros días. Porque como dice el libro de Ruth: Donde quiera que
tu vallas, iré yo. Donde quiera que tu vivas, viviré yo. Donde tu murieras,
moriré yo y allí seré enterrada contigo. – Un momento de silencio acoge las
palabras de las novias. Marlene no puede contener sus lágrimas que discurren
por sus mejillas. Rebecca la contempla con expresión enamorada. El juez pide
los anillos que son entregados por Grace en una cajita de plata. Marlene recoge
el primero. - Este anillo es la señal de
mi amor por ti y yo te entrego con todo mi corazón. - Lo desliza en el dedo
de Rebecca sonriendo. Rebecca, recoge el otro anillo y lo acerca al dedo de
Marlene. – Este anillo te entrego en
señal de mi amor por ti y como tu amada esposa hasta el final de los días. – Lo
desliza en su dedo y sonríe. Enlazan sus manos de nuevo. - ¡Entonces! Por los poderes que me confiere la ley, las declaro
casadas de acuerdo a nuestras leyes civiles. Señoras y Señores les presento al
matrimonio Wolf-von Lahnstein. Pueden besarse.
- Se abrazan y besan dulcemente. Los
invitados aplauden mientras regresan por el camino y hacia la casa.
-
¡Champán para todos! -
Ofrece Grace mientras David ayuda a servir los vasos. - ¡Rebecca!
- Le entrega una copa. Brindan por el amor, la vida y la felicidad. Tristán
con ojo avizor se lleva a Rebecca hacia un lado. - ¡Salgamos! - Hace un gesto con la cabeza hacia el camino. Pasa al
lado de su esposa y besa los labios de Marlene. - ¡Está
bien! - Ella le dice. - De alguna manera yo o Elisabeth…, no sé lo
que está pasando contigo. - Comienza a hablar. Rebecca le confiesa que está embarazada. Él
pone una mirada de sorpresa en su rostro.
- ¿Embarazada? ¡No entiendo! - Ella le da todas las explicaciones de lo
sucedido. Regresan a la recepción. Tristán
la coge la mano y se la aprieta. - Voy a
ser un tío, otra vez. - Rebecca y Elisabeth se apartan
a un lado y ella le revela lo que había pasado con Eric y el embarazo. - ¡Elisabeth! No lo hemos dicho a nadie más
en nuestra familia. - Tristán se acerca a Marlene y deja su copa. - ¿Puedo tener el privilegio de bailar con
mi cuñada? – Propone haciendo un gesto con la cabeza. - ¡Sí! – La coge de la mano. -
¡Bueno! Aquí estamos. – Comenta. - Rebecca
tiene suerte de tenerte. - Le mira a los ojos. - Ella me dijo lo del embarazo. - Él se siente cercano. – Fue difícil al principio. – Le responde Marlene con una mueca
de dolor. - Apuesto a que él habría
tenido algo que decir. - Sonríe levemente. – Pero no está. Me encantas Tristán, siempre hurgando. Esta es la
oportunidad de tener una verdadera familia. ¿Sabes? - Contesta ella y sonríe
con sarcasmo. - Sé lo grande que es tu
amor por ella, nada ni nadie podría interponerse entre las dos. - Rebecca
interrumpe casualmente. - ¿Puedo? -
Tristán se aleja de ellas. Se abrazan y bailan. - ¡Bueno! Mi familia ya lo sabe, es hora de que lo digas a los tuyos. -
Acaricia su nariz contra la de Marlene y se balancean lentamente al ritmo
de la música. - ¡Lo haremos! -
Los invitados se sientan a la
mesa para una fiesta llena de vino, champán y sopa de langosta. A los postres
se oye el tintineo de una copa y todos guardan silencio. - ¿Alguien tiene algo que decir? - Pregunta
David, levantando su copa de champán. Grace se levanta y alza su copa mirando a
sus amigas. - ¿Por dónde empezar…? –
Comienza con una pregunta. - ¡Marlene! Eres
la mejor amiga que alguien puede tener. Me enseñaste algo, algo muy importante,
que el amor es la presencia más fuerte en la tierra y cuando amas a alguien lo
suficiente, nada puede interponerse en tu camino, he visto ese amor entre tú y
Rebecca. Un amor de voluntad y lucha. Os deseo a ambas nada más que felicidad.
- Marlene sonrió. - ¡Gracias amiga mía! - Tristán se alza
al lado de Rebecca y se aclara la garganta.
- ¡Hermanita! - Le dice con un tono socarrón. - Nunca conocí a alguien que pudiera amar a otro tan profundamente
hasta que vosotras dos os enamorasteis. ¡Marlene! Eres el amor más grande de
Rebecca, por no decir el único. Es un desafío que estoy dispuesto a confirmar.
- Habla un poco más alto haciendo que los invitados se rían. - Pero al final, un desafío que has logrado
dominar, Rebecca cuida de ella, enséñale cómo ser una Lahnstein, amor siempre
os podéis otorgar la una a la otra, nunca lo perdáis. -
Tristán se sienta. Thomas y
Elisabeth se levantan el uno al lado del otro. - ¡Hija mía! Cuando dijiste por primera vez que amabas a Rebecca y
querías pasar tu vida con ella… – Se expresa con humildad. - No estaba seguro de lo que pasaba. Pero con
el tiempo en mi corazón, siempre he sabido que nadie más que Rebecca conseguiría
hacerte feliz. Mi deseo es que juntas crezcan como familia. - Elisabeth lo mira y luego a Rebecca. - Mi
querida y dulce Rebecca, finalmente la felicidad se interpone en tu camino, pero,
sobre todo, ten la valentía y la fuerza de admitir que nada más que el amor gobernará
vuestras vidas. – Levanta su copa en un brindis y todos la siguen.
Rebecca toma a Marlene en sus
brazos, bailan una canción de amor, algo especial que suena mientras bailan solas
en el espacio abierto del patio. -
¿Estamos realmente aquí? ¿O estamos en un sueño? - Marlene le pide a
Rebecca que la despierte. - Soy tu
esposa, es real. - Ella comenta muy dulce.
- No puedo esperar a descubrir lo que
será nuestro hijo. Espero tanto que nuestras vidas se completen, Rebecca. - Ella la besa. - ¡Marlene! - Rebecca se separa ligeramente de ella. - Es hora de contarle a tu familia
nuestras noticias. - Ella la coge de la mano y cuando se acercaron a
Thomas, Dana y Kim se miran. - ¡Te amo! - Marlene susurró. - ¡Yo
también te quiero! – Le responde Rebecca con mirada de embeleso.
Tumbadas encima de la cama, la
una frente a la otra con la mirada fija en sus ojos, están en silencio
disfrutando de la sensación de felicidad que el día les ha proporcionado. El
acto de amor ha dejado una sensación agradable en sus almas. Con lenta
parsimonia se fueron besando y acoplando sus cuerpos. Con sincronía de un tempo
de vals bailaron al son de la música que sonaba en el salón. La tenue luz que
penetraba por la ventana le daba un tono romántico al encuentro y sus almas
llegaron al culmen en concordancia a sus deseos. Después relajo y silencio, no
quieren cerrar los ojos por miedo a caer en un sueño, que por muy dulce y
necesario que sea, ellas dejarán de vivir la experiencia de amarse solo con los
besos de sus miradas. – Sigo en un sueño,
Rebecca, aún no concibo que estemos casadas. – Marlene comenta en voz baja.
Sus ojos azules brillan en la casi penumbra de la habitación. – Lo estamos vida mía, esta felicidad no se
nos escapará, no lo permitiré. Nada en el mundo me apartará de ti mientras
viva. Te quiero como nunca creí que amaría a alguien. - Hace una pausa y se moja los labios. - Una vez me dijiste que
creías saber lo que era amar y a continuación razonaste, que en realidad no
tenías ni idea. Eso es lo que me sucede contigo. Amar, amar es lo que siento ante ti. -
Fin
Bueno que gran final buenos que sean muy feliz feliz.habra otra,historia
ResponderEliminarLindo final!!
ResponderEliminarMuy bonita historia de amor excelente final.Felicidades al autor de esta historia.
ResponderEliminarMe alegro que os haya gustado.
ResponderEliminarTengo otra historia pendiente de rematar, es algo mas corta pero también interesante. Seguir atento/as porque la publicaré pronto, no tengo fecha concreta, acabar un cuento es casi tan difícil como empezarlo para que deje buen sabor de boca.
Un saludo a todo/as.
Sisea vas a dar otra historia de Rebeca y marlene
ResponderEliminarosea vas a dar otra. Historia de Rebeca y marlene
ResponderEliminarSi. Dentro de unas semanas. Completamente original y diferente a las dos anteriores.
EliminarHola Francisco estamos esa otra de Rebeca y Marlene que nos prometiste
Eliminarvas ahora Francisco cuando vas a poner la otra versión de marro ene y rebeca
ResponderEliminarWhole Francisco cuando públicas la otra historia de que paso con Marlene y rebeca
ResponderEliminarHola Francisco estamos superando la otra novela que nos prometisteis de Rebeca y Marlene
ResponderEliminarA finales de Agosto o primeros de Septiembre, me está dando mucho trabajo este nuevo relato y además estoy de vacaciones. Ten paciencia.
EliminarOk gracias esperaremos
EliminarCuando subiran los ultimos capitulos en youtube( traducidos en españo)??
ResponderEliminarMire todos hasta el 138 y no hay mas
Porfi....todos los ultimoss...gracias
El 138 es el último capítulo de esa relación entre Marlene y Rebecca. Aunque "Amores prohibidos" (Forbiden Liebe) siguió una temporada más, pero no se trató ese tema de nuevo.
EliminarSi no hay más q coraje están bien enganchada q hasta de madrugada me quedo viendo estos vídeos x ellas
EliminarMira Francisco no has publicado la versión nueva que prometiste que paso
ResponderEliminarQuisiera saber cuando publicas más sobre marlene y Rebecca por favor gracias
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