El corazón de una rosa
Marlene
examina las numerosas fichas que aún quedan sobre su escritorio. Alguien llama
a su puerta. - ¿Puedo entrar? - Tracey
pregunta desde la abertura de la puerta. -
¡Uh! Si, por favor. – Marlene accede a su petición, se produce un momento
de silencio, ambas se miran con dudas. -
Supongo que estaría de más preguntarte cómo te encuentras. - Marlene rompe
el silencio al ver el dolor en los ojos de Tracey. - Me duele estar aquí y verte después de que me rompieras el corazón. -Contesta
con una lágrima en el ojo. - Nunca quise
hacerte daño. – Se levanta de su escritorio y se acerca a ella. – Que me lastimaras no es exactamente lo que
quería oír. Lo que quiero oír es que finalmente has recuperado tu cordura y tus
sentidos. Que has dejado de sentir algo por Rebecca y querías empezar de nuevo
con lo que teníamos. - Aprieta a
Marlene por los brazos. - ¡Tracey! Se
razonable, me encanta y amo a Rebecca. - Marlene se separa de ella. - ¿Cómo pudiste olvidar lo que teníamos? Me
di a ti sabiendo que habías estado con ella, me dijiste que me amabas Marlene.
- Habla intentando recuperar el aliento. – ¡Y lo siento, Tracey! - Exclama en voz alta. - No me rendiré tan fácilmente Marlene, cuando pienses… - Tracey
hace una pausa frunciendo sus labios. - Me
encanta Rebecca, ¿Cuántas veces tengo que decirlo? - Expresa con fuerza. - ¡Bueno! El amor no lo es todo Marlene. Pero
lo que teníamos era mágico y… - Marlene entrecierra los ojos mientras
escucha. – Y no creo que estés en tu sano
juicio. ¡Sí! Sé que Rebecca estaba muy enferma y que sentías que una parte
importante de tu pasado estaba a punto de perderse. - Continúa Tracey divagando. –
Entonces, piensas que debido a que Rebecca estaba cerca de la muerte. ¿Yo le
debía algo? - Marlene cuestiona con acidez cruzando sus brazos. - ¡Algo así, sí! - Responde ella. - Rebecca y yo hemos planeado una vida juntas,
le he pedido que se case conmigo. - Marlene habla con valentía. Tracey percibe
que el aire sale de sus pulmones y su corazón cae sobre sus pies. - ¿No crees que eso es repentino? -
Preguntó apartándose de Marlene. - ¡Nos
amamos! Y queremos formar nuestra propia familia. - Tracey se gira sobre sus talones con una
mirada extraña. - ¿Familia? - Marlene
la mira sin hablar. - ¡Rebecca está embarazada! - Responde sin pensar. - ¿Embarazada? ¿En serio? ¿Y ahora quieres
ser el padre de ese niño? No es tuyo. Lo más probable es que el padre sea ese
individuo con el que estaba follando este verano. ¿Tengo razón? - Marlene gime manteniendo un labio apretado. - ¡Sí es suyo! Rebecca no estaba segura de
querer mantenerlo, existía la posibilidad de que no fuera normal. - Tracey
respira hondo. - Su enfermedad y los medicamentos que estuvo recibiendo. - Ella le
comenta. - Sabiendo perfectamente que el niño podía ser deforme. ¿Es esa tu excusa
para casarte con ella? - Ella pregunta con intención. - No tiene sentido continuar con esta conversación. Te he dado a
conocer nuestros sentimientos. Y estoy feliz. – Le responde con honestidad.
- ¿Qué va a pasar, si el padre quiere ser
parte de la vida del bebé? - Marlene bajó la cabeza. - No va a suceder. - Le comenta mirando hacia atrás a Tracey. - Marlene, no puedes evitar que el padre
trate de estar, en serio. - Le regañe. -
No importa si Rebecca le miente, simplemente no es realista. - Marlene la
detiene. - Eric murió en un accidente de
tráfico el mes pasado en Italia. - Le dice y se aleja de Tracey que se cubre la
boca con la mano jadeando. - ¡Lo siento
mucho! – Expresa sincera. - ¡Sí!
Rebecca se lo tomó con mucha intensidad, él le era cercano y no fue fácil. -
Suspira con profundidad. - Supongo que
debe ser difícil para ella. - Reflexiona caminando hacia la puerta. - Pero no renunciaré a lo que teníamos. - Se
aparta silenciosa del despacho de Marlene sin volverse hacia ella. Marlene se sienta en el escritorio con
la cara entre las manos afligida. Suena su teléfono, lo saca del bolsillo de su
bata y lee un mensaje de Rebeca “¿Almuerzo?”
Marlene pasa el dedo por la pantalla pensando en su conversación con Tracey. “Iré a casa” Le responde. Se está
quitando la bata cuando Grace entra sonriente. - ¿Almuerzo?
- Se acerca a ella con la garganta seca. - Voy a ir a casa para almorzar con Rebecca. - Ella pone una mirada
extraña. - ¡Hey! ¿Hay algo que esté mal? –
La sujeta por la manga. - Tracey
estaba justo aquí hace un momento y me dijo que no se da por vencida de lo que
teníamos. - Le responde estresada. -
¡Oh! Lo siento, no lo sabía. -
Marlene camina hacia la puerta. - ¿Qué
hago? Quiero decir que tengo que trabajar con ella. - Expresa con un
movimiento de su mano. - ¡Marlene! No puedo darte un consejo para eso y no puedo pedirle que deje su
trabajo porque habéis tenido una relación. – Ella le contesta con firmeza. - No
quise decirlo de esa manera Grace, sé que ella es feliz aquí, pero resulta
difícil. – Suspira al terminar de hablar. - ¡Mira! Cuanto antes te cases y comiences tu vida con Rebecca, mejor.
Tracey entenderá lo que realmente sientes. - Marlene baja la cabeza. - Tienes razón habrá que trazar un plan. –
- ¡Hola! - Rebecca se encuentra con Marlene en la
puerta, lleva un rollo de tela en sus brazos. - ¡Hola! – Se acercan y se besan. - ¿Estás bien? Te veo un poco seria, como irritada. - Marlene deja
su bolso y las llaves en el recibidor. –
Tenemos que planificar nuestra boda. – Propone y la abraza. - ¡Ok! Pero ¿Ha sucedido algo? - Marlene
gimotea. - Tracey me visitó antes, no
quiere renunciar a lo que teníamos y… - Marlene respira hondo, Rebecca se sienta
en el rollo material. - Y tu no estás
segura de lo que sientes. - Rebecca termina diciendo. – Te amo Rebecca, pero Tracey y yo tuvimos algo muy especial y este es
un dolor en mi corazón. - Se levanta del sofá, una lágrima se desliza por
su cara. - ¡Hey! - Rebecca se acerca
a ella coge un mechón de su cabello. -
¡Escucha! No espero que la superes rápidamente. – Sonríe y consigue relajarla.
- ¿Almuerzo? - Rebecca propone comer.
– Creo que debería volver al trabajo, no
tengo hambre. – Recoge el bolso y lo cuelga sobre su hombro, a
continuación, sale por la puerta. Marlene se dirige a la sala de emergencias donde
sabe que encontrará a Tracey. – ¿Podemos hablar? - Le pregunta, Tracey
señala el camino hacia una habitación vacía.
- Creo que lo que dije lo has
entendido. ¿Lo recuerdas? - Ella se acerca a la cara de Marlene. - Lo recuerdo y tu estarás de acuerdo en que
lo que teníamos era especial y también es algo que tomará algún tiempo poder
superarlo. Nunca esperé conocer a alguien como tú y vas y rompes mi corazón en
pedazos porque las cosas terminaron como lo hicieron. -Tracey traza la cara
de Marlene con las yemas de sus dedos. -
Aún podrías cambiar de opinión. – Ella acaricia sutil el rostro de Marlene.
- ¡No puedo! Estoy enamorada de Rebecca,
siempre lo he estado y eso no va a cambiar nunca. - Solloza Tracey bajando
la cabeza. - Creo que me amas demasiado,
si no ¿Por qué estás aquí? - Ataca
valiente a sus sentimientos. Marlene se muerde el labio. - Me preocupo por ti. Me sentí mal después de que te lastimara, pero
Rebecca es mi futuro. - Trata de ser amable. - No estoy de humor para discutir contigo Marlene. Creo que te darás
cuenta de que algo bueno salió de lo que tuvimos y ahora con Rebecca embarazada
y bebé, podrías sentirte incómoda con la situación. - Arquea su ceja
mientras habla con firmeza. - ¡No! En
absoluto, yo quiero y estoy de acuerdo en tener este niño. Y quiero casarme con
ella. - Tracey asiente con la cabeza.
- ¡Sí! Dijiste eso antes, pero ¿Estás realmente segura? - Ella le pregunta
aclarándose la garganta. - Nunca he estado
tan segura en mi vida, he esperado este momento más de diez años, estamos
juntas y ahora somos libres para hacerlo. - Tracey recoge el historial que
llevaba. - ¡Haz lo que quieras! - Se
aleja sin hablar más. Marlene mete las manos en los bolsillos de su chaqueta y
respira hondo. Vuelve a pensar en la conversación emocional con Tracey.
Marlene se encamina al
despacho de Grace. - ¡Entra! - Le
indica ella mientras cuelga el teléfono. -
¿Tienes un momento? – Se sienta frente a su escritorio. - ¡Sí! Pero a ti no te veo muy bien. - Reflexiona,
mirando fijamente la expresión de los ojos de Marlene. - Creo que Tracey tiene razón. - Plantea mirando a su amiga. - ¿De qué? Pensé que antes había un problema
y no te sentías cómodo trabajando con ella. - Le habla en un tono pasivo. - Ella piensa que no seré feliz con Rebecca,
el bebé, que no tuvimos oportunidad real de hacer una vida juntos y que yo no
le di esa oportunidad. – Baja la cabeza. - ¡Marlene! Puedo ver dónde puedes tener una duda persistente sobre las
cosas con Tracey después de todo, entró en tu vida cuando las cosas eran
inciertas con Rebecca. - Marlene se pone de pie y camina hacia la ventana. - Pero tengo sentimientos por ella. -
Se gira hacia Grace. - Mucho de lo que
dijo es cierto. Estoy preocupada por tener un hijo, quiero decir que no haría
nada para lastimar a Rebecca. - Le responde honestamente. Grace se levanta
y se acerca a Marlene. - Rebecca es el
amor de tu vida y estoy segura de que, si le hablas de tus temores y
preocupaciones, ella será todo oídos y te escuchará. - Abraza a Marlene tratando de aliviar la
tensión ella estaba sintiendo. - ¿Tienes algún
otro paciente esta tarde? - Le pregunta. - ¡No! Sólo papeleo. – Responde. - Vete
a casa y habla con Rebecca. Dile cuál es tu sentimiento, pon todo esto a
descansar Marlene. - Le manda expresándolo con calma. Marlene se marcha
después de abrazar a Grace. Recoge sus cosas en su oficina y se dirige a la
cabaña. Entra y encuentra a Rebecca trabajando en un diseño en la sala de
arriba. - ¡Hola! - Se acerca por
detrás de ella. - Estás en casa muy pronto. ¿No tenías pacientes ésta tarde? –
Pregunta cerrando una caja de alfileres que tenía en la mano. - ¡No! Estuve pensando y… ¿Podemos hablar? - Ella expresó
suavemente. - ¡Sí! - Rebecca ordena
sus cosas y baja, la encuentra con una expresión como quien ha visto un
fantasma. La toma entre sus brazos. - ¿Me
quieres Rebecca? - Ella se aparta algo. -
¿Por qué lo preguntas? Sabes que te amo, pase lo que pase. - Se cogen de la mano y caminan hasta el sofá para
sentarse. - ¿Se trata de Tracey? -
Ella levanta su barbilla con el dedo índice. - Creo que lo que ella me dijo antes sobre que no hemos terminado, es verdad.
- Rebecca traga saliva mirándose
fijamente en sus ojos. - Lo dije en el almuerzo, debes estar por
encima de ello, pero tú estás aquí conmigo, me has pedido que me case contigo y
vamos a formar nuestra familia. - Rebecca duda un segundo. - A menos que no sepas lo que te pasa por
este bebé. – Comenta. Marlene comienza a llorar. - No sé, ha sido un día emocionante para mí, verla, escuchar sus
súplicas. - Le responde, la cabeza de Rebecca se muere de tristeza. Se
levanta del sofá y entra en el dormitorio. Se sienta en el borde de la cama con
las manos juntas. Marlene corre al dormitorio detrás y se coloca a su lado. - Te quiero mucho y no quiero que te
asustes o te preocupes de que no te quiera, ni a ti ni a este niño. Las inseguridades
a veces nos trastornan. ¡Y sí! Tener un bebé será un reto, uno que tú y yo no
esperábamos, pero yo te quiero y quiero que este hijo sea nuestro. - Ella
la tranquiliza, los labios se unen con suave toque. Marlene se encuentra en un
beso erótico. - ¡Hmmm! - Ella la hace girar un poco. - Haz el amor conmigo, Rebecca. -
Marlene le suplica con una sonrisa. -
¿Estás segura? - Ella susurra dulcemente. - Nunca he estado más segura. - El dedo índice de Rebecca traza el
contorno del cuello de Marlene sintiendo el tic-tac de su pulso a través de la
piel. Despacito desabrocha su camisa acariciando su piel con su dedo índice.
Libera el botón en sus pantalones. - ¡Rebecca!
- Le suplica, las prendas de Marlene caen. - Estás muy sensible. – Rebecca se echa de espalda y se desnuda. Se
coloca encima y contacta sus montículos con intensidad. - ¡Te
quiero Marlene! - Ella le besa el oído y recorre el cuello de Rebecca besando
con fuerza y deseo. Sus gemidos hacen vibrar a Rebecca. - ¿Te besa como yo? - Rebecca suena sexual en ese susurro. - ¿Ella hace el amor y te hace sentir como
lo hago yo? - Apenas puede sacar las palabras. Marlene apenas puede callar
a Rebecca y tapa sus labios con su boca. -
Nadie me ha acariciado, ni me ha abrazado, ni me ha besado como tú lo haces. -
La besa con una pasión retorcida mirándose en la oscuridad de sus ojos castaños
que la hipnotizan como siempre lo han hecho y atormentándola con tanta pasión y
deseo. - ¡Dios te amo! - Rebecca
exclamó incontrolada, se besan con intensidad. Marlene rueda sobre Rebecca besando
su cuerpo en un placer ardiente, los labios de Marlene besan su boca
perforándola con la punta de su lengua Rebecca se arquea, flexionando y
gimiendo hasta que explotan en el culmen del sexo.
Se quedan en silencio, la mano
de Rebecca acariciando el lado del muslo exterior de Marlene. - ¿Qué estás pensando? - Ella pregunta
silenciosa. Marlene permanece con los ojos cerrados. – Que ya hemos llegado a este momento, que nos vamos a casar, mi vida
ha estado destinada a vivir contigo, que nací para amarte sólo a ti, que hagas
latir mi corazón, que mi mundo gira en torno a tí y que todas las razones, por
las que tengo dudas, son porque no puedo creer que es esto lo que realmente
está sucediendo. – Ella vuelca las sensaciones de estar a su lado. - ¡Shh! - Rebecca besa los labios de Marlene. - ¡Es real! Estamos juntas, nos merecemos
y nada o nadie podrá separarnos. Vamos a vivir nuestras vidas de la manera que
siempre pensamos hacer. - No permite que Marlene hable, presiona los labios
contra su boca, su lengua explorando en el interior de Marlene en un beso tierno,
pero travieso. Rebecca se pone de rodillas mirando la belleza del cuerpo
desnudo de Marlene. Se coloca encima acariciando su piel con la punta de sus
dedos, su boca en el pecho, sus manos que cierran sus caderas. - ¿Tú me quieres? - Susurra al oído de
Marlene. - ¡Más que nada en el mundo! –
Rebecca escucha con la respiración entrecortada. Rebecca acerca su boca y lengua para hacer
una fusión y comenzar el trabajo de ese baile rítmico y constante que lleva a
Marlene al clímax. Marlene expele el aire… -
¡Dios Rebeca! ¡Te amo! - Ella hace
una mueca de placer. Rebecca acaricia la piel de la espalda de Marlene sin
decir nada. Permanecen desnudas sobre las sábanas de la cama. - ¿Cuánto tardaremos en obtener una
licencia de matrimonio? - Rebecca se pregunta. Marlene
se ríe. - Mañana, preguntemos primero. –
Lo dice con seriedad.
-
¡Buenos días! Perdón por llegar tarde. – Se disculpa Marlene con una melodía feliz
entrando en la estación de enfermeras y observando a Grace. - Espero que sea por una buena causa. - Le
dice Grace, ella la mira de reojo. Marlene hizo una pausa. -
Rebecca y yo ya hemos obtenido nuestra licencia de matrimonio esta mañana y
ella ha empezado a hacerme un vestido. – Lo dice festiva. Grace la abraza. – No sabes lo que me alegro, estoy feliz por
ti. Parece que tendremos que fijar un sábado, y pronto, antes de que el clima
cambie. - Se ríe con satisfacción y siguen hablando hasta que Tracey entra
en el puesto de enfermeras. - ¿He echado
de menos algo? - Se acerca a ellas. -
¡Uh! No ¿Por qué lo preguntas? - Marlene intenta mantener sus noticias en
secreto. - Porque pareces feliz, en todo
caso tal vez te has dado cuenta de que lo que hemos hablado ha cambiado tu
mente. - Se acerca más a ella, Grace se aclara la garganta. - Si me disculpan, tengo cosas que
supervisar. - Hace mutis y se apresura a abandonar la estación de
enfermeras sin mirar a Marlene. - ¡Sí,
Tracey! Lo que hablamos, lo pensé y tienes razón. - Marlene le dirige una medio sonrisa. - Tengo sentimientos por ti, pero me encanta Rebecca y me voy a casar
con ella, viviremos juntas, porque estoy destinada a ella, vamos a tener un
bebé y estoy feliz. - Tracey gime con rencor. – Realmente no creo que seas feliz Marlene y me parece que no me has
oído en absoluto ¿Verdad? - No
pregunta a la ligera. - ¡Tracey! Lo que compartimos es otro capítulo en mi
vida, uno que recordaré con agrado, pero no cambiará el hecho de que Rebecca es
para quien estoy destinada. Sé que no
quieres oír esto, nunca quise lastimarte de esta manera, pero si debes saber
que Rebecca y yo ya tenemos nuestra licencia de matrimonio desde esta mañana. -
Tracey se siente débil y enferma de dolor. -
¡Bueno! No puedo detenerte. - Comienza a llorar. - Solo puedo esperar que recobres tus sentidos y veas que podemos
pertenecernos, Marlene. - Se da la vuelta rápido y sale de la estancia.
-
No sé si podré seguir trabajando con Tracey, no de esta manera, tan cerca. - Marlene gruñe al entrar en la
oficina de Grace. - Tendrás que… - Le
responde colocando su pluma sobre la mesa. Cierra la carpeta y observa a
Marlene cruzada de brazos colérica. - ¡No
es justo! - Espeta en voz alta. - ¿No es justo? - Grace frunce el ceño
mientras responde. – Empezaste esto y
ahora tendrás que lidiar con ello. ¿Qué esperabas, que Tracey se escondería
debajo de una roca? ¿Creías que Rebecca había venido hasta aquí para ser
despreciada? – Marlene baja la cabeza con el rostro entre las manos. - Fija la fecha para tu boda, David y yo
estamos listos y encantados para prepararla. Es lo que realmente es necesario
para terminar con ella y crecer. No debería haber ninguna duda de lo que realmente
quieres Marlene. - Grace se acerca a ella y la abraza. – Adoro a Rebecca, Grace. – Le asegura.
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