Abre mis ojos
-
¡No me has respondido, Marlene! - Rebecca le exige. Marlene se cubre con la sábana su pecho desnudo. - Rebecca, no quiero que sigamos lastimando a más personas. – Le responde. - No he
herido a nadie esta vez. - Expresa con firmeza. - Te
acostaste con otro hombre. - Rebecca se siente perdida. - ¿Qué quieres decir? Te acabo de decir, sé
que fue un error, estaba sola, en necesidad y preocupada. ¿Por qué estás
planteando esto ahora? - Ella pregunta insegura sobre el planteamiento de
Marlene. – Tengo que irme. - Se
levanta de la cama y comienza a vestirse. -
¡Sí, haces eso…! - Rebecca clama con ira. Piensa un segundo. - ¡No! No te detendré, simplemente no puedo
continuar jugando contigo, todas estas
distracciones e incertidumbres son suficientes para volver loco a alguien.
- Ella refunfuña ruidosa. Se pone la bata y Marlene se viste en silencio. Rebecca
la acompaña a la puerta. - ¡Rebecca! -
Finalmente habla. - Solo ve Marlene, no hay
necesidad de decir nada más. - Ella le corta la mirada de desesperación y
se queda en la puerta con el corazón hundido. Marlene se gira y camina hacia el
auto, entra y se sienta. Arranca y se dirige hacia el camino. Las lágrimas
brotaban de sus ojos, su corazón se rompe, pero sabe en su mente que la
decisión que ha tomado, es la correcta.
Marlene se dirige a un
encuentro con Tracey. Llega al umbral y llama golpeando la puerta, ella abre y
la invita a entrar. - Supongo que te las
has arreglado para ponerte en una situación de la que no estás segura. -
Marlene arroja su bolso al sofá y se sienta. - Necesito decirte algo. - Comenta haciendo una profunda respiración
de aliento, Tracey se sienta a su lado. -
¡Ok! ¿Qué sucede? – Pregunta Tracey con claridad. - Fui a ver a Rebecca esta mañana. - Mira a Tracey con tristeza. - Y hablamos. Le dije que quería hacer mi vida
contigo. – Le transmite. Tracey sonríe
y acaricia con un dedo la mandíbula de
Marlene. - Pero hay algo más que debes
saber y no estoy segura de que puedas asimilarlo. - Aprieta los dientes
mientras escucha. - ¡Vamos Marlene! -
Ella la anima con una sonrisa. - Sé que está mal. - Baja la cabeza,
encontrando difícil la confesión. –
Puedes hablar tranquila, sea
lo que sea, estoy segura de que podemos superarlo. -
Se aparta el pelo de la cara y alzó la barbilla. – Me he acostado con ella. - Traga saliva, Tracey cae en una desesperación agonizante. - ¡Ya veo! - Se retira rápida del sofá y
camina hacia la ventana y mirando afuera, llora sin hablar. - ¡Tracey, por favor! Trata de entender.- Marlene se acerca por detrás de ella y pone
las manos sobre sus hombros. - ¿Por qué?
- Ella murmuró. - ¡No lo sé! -
Marlene responde rauda. - ¿No lo sabes? -
Se aparta de ella. - Tenía que decirte
la verdad, ahora sé que estás enfadada e insegura sobre nosotros, pero por
favor no me odies. - Le ruega. - Marlene, nunca podría odiarte, simplemente no lo hago.
Te entiendo a ti, a tu lógica, Rebecca. - Hace una mueca. - Estoy tan sorprendida como tú…, de que
ella incluso haya venido aquí y… ha sido todo tan difícil. - Ella sugiere. - No tenía que haber sucedido. –
Balbucea al seguir. - Difícil es esto. –
Murmura Tracey. - Es mi culpa porque dejé que ocurriese. - Trata de razonar, pero comprueba que ella no.
Marlene recoge su bolso del sofá. - ¡Me iré!
Creo que necesitas algo de tiempo para asimilar lo que te dije. - Tracey se gira hacia ella y se limpia una
lágrima. - ¿Cómo has podido hacernos esto?
¿No significa nada lo que tenemos, para ti? – Empieza a cuestionar. - No sé si alguna vez podré volver a confiar
en ti. Rebecca siempre vivirá en tu corazón y habrá momentos en que estarás
insegura de mí, de nosotros y de ese dolor que tienes por ella. Vendrá de nuevo
y habrá tristeza y deseo por ella. - Dice volcando su desasosiego. - Tengo que tratar de seguir adelante y me
gusta lo que tenemos Tracey. – Le habla en positivo. - No te habrías acostado con ella. – Hace una cuestión de hecho en
su tono. - ¡Sí! No debería haber dormido
con ella, fue un error. - Ella se sincera. - ¿Estabas tan celosa del hombre que estaba con ella que no podías
dejar las cosas como estaban para no sentirte sola? Quiero decir que las
espiaste y escuchaste su conversación privada Marlene, estaba mal por tu parte,
pero eso me dice lo que realmente estás sintiendo, la amas y no hay nada que pueda
hacer para cambiar tu mente. - Tracey es abrasiva en su tono, su voz cruza la
habitación con amargura, Marlene siente como si la estuvieran separando. - Entonces, ¿Supongo que no querrás verme
por el momento? - Pregunta con cautela. - Marlene, creo que realmente no estás segura de tus sentimientos, que te
importo, no lo dudo. Pero mientras Rebecca esté aquí o en la foto, no quiero sentirme
abrumada por tus indecisiones, el
descanso de ella ha de ser limpio y definitivo. –
Rebecca se sienta en la oficina de Grace
revisando las notas del evento de gala. - Quería
agradecerte todo lo que has hecho, Rebecca. – Le dice Grace. - Fue un placer y sabes que puedes pedirme que
te ayude siempre que lo necesites. - Sonríe y lleva la vista de vuelta a su
bloc de notas. - ¡Rebecca! - Grace llama
su atención. - ¿Has hablado con Marlene? - Rebecca levanta
la vista hacia ella. - No me quiere Grace
y no puedo seguir esperando que ella se presente el domingo por la mañana lista
para hablar. Nos acostamos e hicimos el amor y luego ella me dijo que quería
hacer su vida con Tracey. – Sus ojos se humedecen al contar lo que había
pasado entre ellas. - ¡Lo siento Rebecca!
Marlene está confundida, dale algo de tiempo. – Le aconseja. – Yo si necesito algo de tiempo para pensar
si lo que quiero es estar con ella, no puedo obligarla a cambiar su decisión. -
Grace respira hondo. - Tengo que estar de
acuerdo contigo, un tiempo lejos es probablemente una buena idea, puedo decirte
que ella le contó a Tracey sobre lo ocurrido entre ustedes dos y ellas ahora
están separadas. – Explica. - Marlene
sintió que era necesario y se ha tomado estos últimos días libres. Vete a
verla, dile cuáles son tus planes, es un comienzo. - Ella le sonríe. Rebecca recoge el bloc de notas. – Te lo agradezco, Grace. – Le responde,
recoge su bolso y se dirige a visitar a Marlene.
Rebecca hace sonar el timbre
del apartamento de Marlene y ella responde. -
¿Sí? ¿Quién es? - Ella pide que se identifique. - ¡Soy yo! Rebecca. - Abre lentamente
la puerta. - ¡Hola! – Rebecca saluda
y pregunta. - ¿Puedo entrar? - Ella hace
un gesto con la mano para que pase. -
¿Estás bien? - Le pregunta, Marlene se queda indiferente. - No estoy demasiado dispuesta para hablar
Rebecca.- Su voz suena ronca. - Voy a
marcharme mañana a Nueva York. – Le cuenta con voz apagada. -
Solo quería decirte adiós. - Marlene
mira esos ojos entristecidos. - Te deseo lo
mejor Rebecca. - Ella le responde. - Intentaré
encontrarme y tomar algunas decisiones. – Le dice en tono melancólico. - ¿Volverás? - Le pregunta mirando a ese
rostro entristecido de Rebecca. - ¡Lo
haré! Tendré que vender la cabaña y me quedan algunas cosas por resolver con
Grace. – Responde sin ganas. -
¿Cuánto tiempo? –
Se interesa. - Un mes, tal vez. - Le responde. - Lo siento por Tracey, quiero decir, Grace me dijo que le contaste la
verdad sobre nosotros. - Marlene se encoge y entrecierra los ojos. - Tenía que hacerlo. No sé si nos reconciliaremos,
estaba muy enojada y decepcionada, pero yo no quería comenzar nuestra vida en
común con una mentira, como lo hice cuando me casé con Mark. – Manifiesta
con sentimiento por el dolor que le había causado a otros. - No me arrepiento de lo que nosotros, te amo y sé que me amas, solo
desearía poder retroceder las manecillas del tiempo y comenzar de nuevo,
cambiaría muchas cosas, especialmente la forma en que te traté, quiero que
sepas que nada ha sido insignificante para mí o en vano, y te agradezco por lo
que me diste, tu amor. - Llora Rebecca mientras pronuncia esas palabras
tocando el corazón de Marlene. Ella la abraza
fuerte, se estremece y dentro de su cuerpo el estómago se le revuelve. - Creo que deberías irte. - Se aparta de
ella, los labios de Rebecca encuentran el camino hacia el rostro de Marlene,
deposita un beso simple, pero dulce, en sus labios. - ¡Adiós Marlene! - Se da la vuelta antes de cerrar la puerta. Mientras
Marlene cae de rodillas y comienza a sollozar incontrolada. - ¡Rebecca! - Se le encoge el pecho en
un esfuerzo por controlar el dolor que sufre en este momento.
Marlene hojea las listas en la
estación de enfermeras, firmando las tareas que ha realizado ese mismo día. - ¡Hola, buenas tardes! - Grace se
acerca detrás de ella, le habla de forma inesperada. - Pareces molesta. ¿Está todo bien? - Le pregunta.-
Simplemente cansada. - Responde bajando los hombros. - ¿Al menos aprovechaste los días para descansar? - Marlene hace
una mueca mientras deposita las fichas. -
Si los llamas vacaciones de autocompasión y depresión. - Golpea con sus
uñas sobre la encimera e intenta sonreír.
- Rebecca, Tracey. - Aparta la
mirada y se aclara la garganta. - Rebecca
vino a verme hace unos días y se fue a Nueva York. – Le cuenta Marlene. - ¡Sí! Hablamos, supongo que encontrará lo
mejor para ella. – Responde sin convencimiento. Repiquetea con las uñas
sobre el mostrador. - Tracey no quiere tener nada que ver
conmigo en este momento y no puedo decir que la culpo, me siento como una
mierda e indigna, y lo peor de todo es que trabajamos en el mismo sitio. - Se lamenta. - ¿Cómo te sientes ahora que has tenido un tiempo a solas para pensar?
- Marlene respira hondo. - Amo a
Rebecca con toda el alma, no tengo dudas, pero no puedo pasar estrés emocional
con ella. Tracey es maravillosa e inteligente, es muy perspicaz y astuta. Lo
que estará pensando, es casi aterrador y está preocupada. - Grace le tira de la manga. -
¿Preocupada por Rebecca? - La interroga.
- ¡Por supuesto! Ella sabe cómo me
siento Grace, ella sabe que Rebecca es un dolor que simplemente no voy a poder
sacudirme. - Se expresa emotiva. - Tienes mucho en tu plato, pero mi consejo es
que te tomes un tiempo, relájate, no te preocupes por quién está en tu vida, a
quien necesitas ahora es a Marlene. -
Sonríe acariciándole la espalda. - ¡Sí!
Te veré más tarde. – Le dice algo
apagada. Regresa a su oficina, le aguarda una semana de trabajo. Marlene se esconde
zambullida en las sesiones de fisioterapia. La relación con otras personas que
necesitan de ella le ayuda a estabilizarse. El papeleo que se apila sobre la
mesa ocupa los espacios muertos, ella esta entretenida y el tiempo pasa. - No me hace ningún bien descansar. - Piensa en voz alta y logra sonreír
La voz de Tracey llama desde
la abertura en la puerta. - ¿Puedo
entrar? - Marlene le responde. - ¡Sí,
por favor! - Tracey entra caminando despacio hacia el escritorio, y
permanece pasiva. - Quería comprobar cómo
estás. - Comienza Tracey. Marlene deja su bolígrafo y se recuesta en su
silla. - Traté de disfrutar el tiempo que
pasé descansando, estoy atormentada por
las malas decisiones que tomado. - Es tosca pero sincera. - ¿Y por qué estás aquí? - Ella la interroga
con curiosidad. – En realidad, porque estoy preocupada por
ti, debería haberme dado cuenta de que no fue culpa tuya que Rebecca estuviera
aquí, que debe haber un montón de asuntos pendientes entre las dos. –
Explica algo triste mientras mira a Marlene. - ¿Asuntos
pendientes? - Marlene espeta. - Rebecca
es el amor de mi vida Tracey. No puedo inventar historias sobre ella porque es
real y no imaginaria. Tu estabas en lo cierto: Siempre será ese dolor que me
lastima en mi núcleo interno, pero lo que teníamos ha terminado y si quieres
tener una relación conmigo, tendrás que lidiar con eso, no puedo soportar más crujidos
a mi alrededor. Me gustas mucho, pero no te haré sentir mal porque me preocupen
los sentimientos de Rebecca. – Le dice muy enérgica. - Yo no
esperaba…- Marlene rápidamente la
interrumpió. - ¿No esperabas qué? Yo creo
que debes recapacitar en cómo debí sentirme con Rebecca apareciendo aquí y queriendo
que vuelva con ella. Fue ella quien tomó esa decisión, no lo hice yo. - Tracey
se apoya en el escritorio. - No cambia el
hecho de que tú todavía estás enamorada de ella. - Le dice en voz alta. - Puede que sea así, Tracey. Es duro amar a alguien y perderlo porque la vida no es un lecho de rosas
y las personas se enamoran, se desenamoran todo el tiempo y aprenden a
arreglárselas.- Comenta en un tono severo. - No quiero discutir, es obvio que todavía no estás segura de las cosas.
– Tracey se queda en silencio y se da la vuelta hacia la puerta. - ¡Sé lo que quiero! - Marlene añade
firme. Tracey no abre la puerta. - ¿De verdad? - Ella se va dejando a Marlene que presiente no
ha logrado nada con ella.
-
¡Grace! ¿Qué debería traer mañana? - Marlene cuestiona siguiéndola por el
pasillo. - Una botella de vino y podrías
pasar por la panadería y recoger un par de panes franceses. - Sonríe
Marlene. - Parece que te sientes mejor. - Grace la mira satisfecha. - ¡Lo estoy! Tracey vino a verme un día la semana pasada, hablamos y
creo que ella vendrá, solo precisa tiempo. - Grace curiosea. - ¿Has sabido algo de Rebecca? - Marlene
suspira. - ¡No! No espero que ella
contacte conmigo y creo que me ha dejado muy claro que no podríamos vernos más.
- Marlene se expresa con estoicismo.
- Me envió un mensaje de texto hace unos
días para decirme que llegó a Nueva York bien. – Marlene asiente. - No quiero hablar de ella, solo quiero
tener una comida al aire libre relajante mañana, disfrutar un poco de vino y de
mis amigos. - Acaricia el hombro de Grace. - Tracey, no estoy segura de que vaya a venir, pero le pregunté de
todos modos. - Menciona Grace para cerrar la conversación. - Me alegro de que lo hicieras, la situación
no es tan estresante y ella querrá hablar. – Explica Marlene.
- Bueno, tengo pacientes que tratar
esta tarde, Te veré mañana. - Se
separan. Grace observa a Marlene con cautela. -
¡Grace! -
Tracey la llama por sorpresa. – ¡Tracey!
¿Has decidido qué hacer con mi invitación para mañana? - Ella se apoya contra la pared. - ¿Estará Marlene? –Pregunta. - Estará, pero por favor no dejes que eso te
condicione. - Le sugiere con firmeza. -
Estaré allí, esté Marlene o no. - Le habla en voz baja.
David sale al porche y se sienta
en la mesa al aire libre cuando ve que su invitada se está acercando. Marlene
entra y Grace abre la puerta ayudándola con los
panes. David la besa en la
mejilla, salen al porche. - Déjame
prepararte un trago. - Recoje un
vaso de vino y sirve un poco. - ¡Gracias!
- Se lo entrega. Grace y ella salen
hacia la playa. Tracey está sentada sobre una manta en la arena., Grace sonríe
y empuja a Marlene hacia ella. – Ve y
habla con ella. - Susurra dulce. Marlene e acerca a la rubia de ojos verdes. - ¡Hola! - Se planta ante ella y la
mira, el sol brilla en su rostro. - ¿Por
qué no te sientas junto a mí? – Le dice dando unas palmaditas en la manta,
Marlene sonríe y se sienta a su lado. Grace se desliza lejos de ellas. - Es una hermosa tarde. - Dice Tracey en tono romántico. - ¡Lo es! – Coincide Marlene en la idea. - ¿Has estado muy ocupada? – Pregunta Tracey.
- Lo he estado, estar de vacaciones me
deja con toneladas de papeleo a mi regreso. – Le dice riendo. Tracey le da un codazo con simpatía. - Sé que últimamente las cosas no han sido
lo mejor para nosotros, pero si tu lo estás, estoy dispuesta a trabajar en un
compromiso. – Le expone Tracey. Marlene inclina su cabeza hacia ella. - ¿Qué tienes en mente? - Le pregunta
con curiosidad. Tracey pone sus rodillas debajo de la barbilla. - ¿Qué te parece si empezamos de nuevo, como
si nunca hubiéramos salido antes? - Piensa Marlene brevemente. - Será difícil olvidar los tiempos que ya
pasamos juntas Tracey. - Es honesta y sincera. - ¡Es cierto! Yo no he olvidado esas veces, pero si pudiéramos trabajar
en salir por un tiempo.- Marlene la coge de un brazo, se ríen. - Creo que es una buena idea, estoy dispuesta a intentarlo. - Sus
cabezas se apoyan frente con frente y un beso sella su reconciliación. -
Deberíamos volver a la fiesta, no quiero ser grosera. - Tracey se levanta, Marlene
toma su mano y tira de ella hacia la manta. - Esta es nuestra primera cita y creo que si
llegamos un poco tarde, lo entenderán. – Le dice convencida. Marlene mira a Tracey a los ojos, el viento
sopla, los mechones del cabello de Tracey revolotean alrededor de su cara,
Marlene los aparta acariciando suavemente un lado de su rostro. – Eres muy hermosa. - Le susurra. Tracey
la besa y luego mira a sus ojos. -
Es un comienzo. -
Se le acelera el corazón al escucharla hablar. - Me pregunto qué es lo que David estará cocinando. - Cambia
rápidamente de tema, se levantan y regresan a la cabaña sosteniéndose entre
ellas y haciéndose cosquillas. - ¡Te amo
Marlene! -
una excelente historia de amor pero me gustaria saber si Marlene y Rebeca quedan juntos.porque loque leo la historia Marlene ya empieza una nueva relacion amorosa gracia,
ResponderEliminarYo también quiero saber si quedan juntas
ResponderEliminarEse es el misterio de la historia. Tranquilos que el desenlace está cerca.
EliminarOk Francisco espero que queden juntas porque tanta lucha no puede quedar el año y se sabe que ellas se aman pero la incertidumbre es muy fuerte,las relaciones de este tipo son más difíciles que las de los heterosexuales
ResponderEliminarHay más historias de marlene y rebecca
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