Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 4 de octubre de 2016

CAPÍTULO 21



-HAY QUE DECIDIR-

Marlene y Abby pasan el fin de semana juntas para llegar a conocerse algo más. Marlene comparte muchos de sus viejos refugios con ella, pero tiene mucho cuidado en evitar cualquier cosa que recuerde su vida en torno a Rebecca. El fin de semana resulta muy relajado y refrescante, no hay lugar para pensar en la mayoría del personal que está en Riga en la muestra de moda. 
De vez en cuando algún mensaje de Tanja para preguntar cómo van las cosas, sus respuestas las realizan con ilustraciones positivas. 
La tarde del domingo  se refugian cada una en su casa. Marlene pasa su tiempo leyendo tranquilamente los correos electrónicos para  ponerse al día, también realiza algunos retoques a sus ideas para la decoración del atrio de LCL.  Una buena noche de sueño es lo que necesita, pero no sin antes pensar cómo y dónde colocar esos retoques finales en el vestíbulo. 
Por fin llega el lunes, aún y así, ocupa la mayor parte del tiempo sólo en ello, desde muy temprano que entra en LCL. Coloca, cambia y modela esas últimas mejoras en la entrada de LCL, antes de que todos regresen de Riga.

Amanece el martes, Marlene medio se despierta y se dispone a  salir de la cama. Sonríe  pensando en Abby y cómo disfruta de su compañía. Pero aún necesita dormitar algo y se deja llevar por el pensamiento con ella. Pero la ensoñación la lleva por derroteros no esperados, en realidad hace que sea un  sueño  menguante. Cree ver una espesa niebla que cubre el aire alrededor de la cama,  hace una mueca mientras está adormecida, le parece que sueña con Abby, pero es Rebecca quien se le presenta. El eco de su voz la estremece y comienza a dar vueltas: "Pase lo que pase yo sólo te amo." La frase pasa una y otra vez por su mente; "Yo sólo te amo." Desfila por su imaginación en un tono agudo de forma constante y repetitiva. 
- ¡Rebecca!- Llama a una oscura figura lejana que se está acercando a su lado, pero es incapaz de alcanzar a esa... 
- ¡Rebecca!- Grita con desesperación una vez más. 
Esa silueta oscura que ronda su sueño ahora se aleja, al tiempo que ella se despierta jadeando. El escozor de las lágrimas queman su rostro. Se sienta y mira alrededor suya buscando a su amor verdadero con gesto de espanto y tratando de controlar el rápido latido de su corazón. Se queda inmóvil tratando de recordar la mayor cantidad de sueño que le es posible. Niega con miedo con un movimiento de su cabeza y su alma en ese instante entra en nostalgia por Rebecca. Abraza la almohada contra su pecho mientras las lágrimas caen por su bello rostro. La noche se ha hecho larga, inquietante y dura para los sentimientos. En su pecho percibe la sensación de que Rebecca atrae su conciencia con toda la fuerza, no poder tocarla es muy cruel y, pese a lo que tiene con Abby, ella es la que permanece en el fondo de su corazón. "Solo amo a Rebecca" "Solo a ella pertenezco". Expresa en su pensamiento lleno de emoción.

Abby entra en LCL bebiendo un café. Va leyendo tranquilamente el periódico, 
- ¡Buenos días!-  Se acerca a Marlene con una sonrisa.
- ¡Buenos días!- Le contesta ajustando un vestido en el maniquí. No la quiere mirar directamente, Rebecca permanece constante en su pensamiento. Abby dobla el periódico y lo coloca bajo el brazo.
-Te eché de menos anoche.- Ella le susurra. Marlene sonríe ligeramente. Sigue mirando el maniquí.
- ¿Tristán?- Le pregunta de manera cortante.
- Hablé con él ayer por la noche, le dije que teníamos que hablar.- Abby se expresa con calma. Marlene coge un envase apartando algunos accesorios.
- Él no me ve con buenos ojos, recuerda.-  Le dice mirando de reojo y baja la vista hacia el suelo.
- ¡Marlene! Te voy a dejar fuera de la conversación.-  Le dice para tranquilizarla. Ella se ríe entre dientes.
- Él sabrá en algún momento que estamos saliendo. Si no es por el destino, lo sabrá por Rebecca.- Le advierte una vez más. Abby se acerca a ella.
- Seguramente Rebecca no te pondría en esa situación.- 
La mirada de Marlene se torna sombría para matizar su idea.
- No puedo decir lo que va a hacer, ella está enojada y muy al límite.- Le recuerda. Cierra la caja de accesorios y la coloca a  un lado.
Abby es perceptiva y encuentra a Marlene con aspecto de estar preocupada, insegura y algo alterado su estado de ánimo.
-Tengo trabajo que hacer.- Le dice terminando su café y abandona el lugar, dejando a Marlene con sus pantallas. Marlene trabaja con entrega para completar el encargo que le habían encomendado.  Está más que decidida a terminar cuanto antes, reorganiza las pantallas llevándolas de un lado para otro hasta que decide finalmente que el conjunto está de su gusto. A su juicio el diseño decorativo está terminado, ya piensa en regresar a su oficina. Se siente satisfecha y orgullosa de su trabajo. Se acerca a la barra del café y pide un expreso. Bebe saboreando la bebida mientras revisa su  obra con la mirada. 
Abby se asoma por el balcón hacia abajo, le parece que su amiga tiene una mirada sombría. Trata de conseguir su atención. Marlene mira hacia arriba y ve  la  mano de Abby. Lee en sus labios y el ademán que le reclama que suba. Termina el último trago de su café y acude a la llamada de la contable. 
- Pareces molesta esta mañana... de mal humor.- Abby habla mientras caminan hacia su oficina.
- No pude dormir bien.-  Marlene está inquieta, pero no quiere ofrecer mucho más en la conversación. El sueño con la imagen de Rebecca aún la perturba. Abby se acerca a la puerta y la cierra, apoya las manos en la cintura de Marlene.      
- ¿He dicho algo que te haga sentir de esta manera? -Marlene se gira hacia ella.  
- Tenía que terminar mi trabajo y lo he acabado. De modo que podemos centrarnos en el presupuesto. Todavía estoy inquieta por Tristán. Simplemente no puedo aguantar su lado oscuro.- Le  contesta con tristeza. Abby la abraza.
- Deja de preocuparte por Tristán. No me he acostado con él, no tengo con él ningún compromiso. Es sólo un amigo.- Marlene se encoge de hombros.
- ¡Abby! No sabes lo que es capaz de… y yo no me siento cómoda viéndote con él todo el tiempo. Amigo o no, Tristán guarda un odio grande hacia mí.- Abby frunce el ceño.
- ¿No estás siendo un poco paranoica?- Ella le pregunta sin rodeos.
- No cuando él está involucrado, dile lo que sientes pero me dejas fuera. Yo me encargo de Rebecca.- Ella se apresura a contestar.
- ¡Ok! Lo haré, ahora ven hacia aquí.- Tira de ella más cerca para besarla con una sonrisa. Pasan la tarde repasando y recalculando el presupuesto.
– ¡Es tarde.- Marlene interviene al ver la hora en le reloj de la pared. Abby pone su lápiz en la mesa.
- ¿Planes para la cena?- Pregunta, levantando la mano  para tocar su cara.  
- Tengo la noche programada con mi familia desde hace días y no quiero faltar.- Marlene explica con prudencia.
– Una noche familiar es siempre bueno.- Ella parece iluminada por las formas familiares de Marlene.  
- Deberías unirte a nosotros, conocer a mi familia.-  La invita. Abby se niega.
- Me encantaría, pero  necesito terminar este presupuesto a tiempo.- Marlene sonríe.
- ¿Tal vez en otra ocasión entonces?- Le responde recogiendo sus papeles y poniéndolos en orden. Abby le da un rápido beso antes salir.

Rebecca se sienta a la mesa del desayuno mordisqueando su tostada mientras dibuja algo en su cuaderno. 
- ¡Oh, Rebecca!- Elisabeth saluda sin saber que no había ido a trabajar todavía. 
- ¡Buenos días!- Ella responde mientras continúa comiendo. Deja el lápiz y cierra el cuaderno de dibujo. Elisabeth se sirve una taza de café y se sienta a su lado. 
- ¿Has decidido permanecer en el castillo?- Elisabeth se interesa por la presencia de Rebecca. Ella cruza las manos y hace una pausa. 
- No lo sé. Pensaba en que un día o dos en casa me ayudaría a centrarme un poco mejor en un nombre para mi línea de invierno.- Elisabeth le da un sorbo a su café.    
- Riga fue un éxito y creo que te mereces un poco de tiempo para ti misma.- Rebecca se muestra de acuerdo.
- ¿Te importa si te pregunto algo?- Elisabeth la percibe alicaída.  
- ¡No! Pregunta.- Contesta Rebecca que cree conocer los motivos de Elisabeth.  
– Te encuentro triste y no pareces tu misma.- Le  dice con preocupación. Rebecca suspira.
- Estoy cansada, Riga es siempre estresante y más con el éxito que hemos tenido.-  Da una explicación que resulta poco convincente para Elisabeth, ella reflexiona en voz alta.
- Lo puedo entender. Pero me pareció que estabas distante, en lugar de disfrutar el éxito de LCL y sus líneas. Permaneciste en la sombra.- Rebecca se sirve otra taza de café.
- Tengo mucho en mi cabeza Elisabeth. Tú sabes que estoy luchando... quiero decir... Katherine, Marlene... no está siendo fácil.- Elisabeth levanta una ceja.
- En nuestras conversaciones me has expresado tus sentimientos por Marlene y Katherine también ¿No has tomado una decisión?- Rebecca sólo puede mover la cabeza.
– Amo a Marlene pero no es sencillo. A Katherine, no quiero arruinar su vida, está bajo mucho estrés por la enfermedad de su madre. Si la dejo ahora la hundiría en la miseria.- Rebecca vacía su alma. Elisabeth deja su taza de café en el platillo.       
- No puedes basar tu vida en torno a ser caritativa Rebecca, ni se puede comprometer una vida a alguien por lástima. Sé que, a tu manera, te gusta Katherine pero hay que preguntarse  si vale la pena sacrificar tu amor por Marlene.-  Le expone con crudeza pero con amable dulzura. Rebecca se queja en voz baja.
– Créeme, no  he hecho nada durante semanas, pienso en ello constantemente y en lo que debo hacer.- Expresa con cierta emoción y se levanta de la silla.   Elisabeth se acerca a la ventana que da al patio, reflexionando sobre lo que se ha dicho.
- ¿Estás enamorada de Katherine?- Le expone pura y simple. Rebecca piensa unos instantes.
– La quiero, pero no me encanta en la forma que lo hace Marlene. Yo sé que no voy a ser feliz con Katherine, si me quedo con ella, pero Marlene ha conocido a alguien.- Ella baja la cabeza cubriéndose la boca con la mano. Elisabeth está algo sorprendida.
- ¡Lo siento! ¿Hace mucho que lo sabes?- Rebecca la mira. 
- Poco pero he preferido no decir nada, me enteré de ello por accidente.- Elisabeth la abraza.    – La dejé escapar y estoy asustada, creo que no hay vuelta atrás para ella.- Elisabeth puede ver su mirada triste. Se enfrenta al desaliento.
- ¿Seguro que vas a renunciar tan fácilmente?- Rebecca parece derrotada.
- ¿Qué sentido tiene seguir? La empujé lejos tantas veces, la he tratado con rudeza, no he sido un gran apoyo. Ella ha hecho su declaración, está con otra persona y Katherine, no puedo lastimarla más de lo que ya he hecho.-  Rebecca comienza a pasearse, Elisabeth trata de conseguir su atención.
- No se puede mantener a ambas colgando. Tienes que tomar una decisión, Marlene es el amor de tu vida. Si ella realmente te ama, entonces nada se interpondrá en vuestro camino. No importa lo mucho que trates de olvidarte para no hacerlo. No borres de la memoria todas las veces que ella estaba ahí para ti, su amor es y siempre ha sido incondicional.- Elisabeth le suelta este discurso para aconsejarle, y la deja perpleja.
- Elisabeth siempre has sabido cómo me siento, aun cuando las tormentas de la vida están en el horizonte. Te siento como la madre que no tuve, percibo mucho amor en ti.- Le dice mirando con candor a sus ojos. Ella sonríe. 
- Todos cometemos errores, pero encontrar nuestro camino por la vida no está libre de esos errores. Imagínate si nunca hubiera intentado volver a conectar ¿Entonces qué? No lo tires a la basura por una idea tonta o por orgullo. Katherine va a resultar lastimada seguro, pero el daño será peor cuanto más tiempo esperes.-   Las palabras de Elisabeth parecen seguras, sin embargo Rebecca tiene sus dudas.
- He pensado últimamente, una parte de mí dice que debería pegarse por Katherine. La otra, me dice, que debo ser feliz con la mujer que amo, sin importarme  las dificultades que encuentre y a pesar de lo que piensen u opinen los demás.- Elisabeth le pone  su mano en el hombro.
- Creo que tomaste esa decisión hace mucho tiempo. Aunque no seas consciente de ello. ¿Qué vas a hacer?- 
Su sonrisa hace que la tensión de Rebecca se  alivie. Sus pensamientos  están de forma permanente en Marlene.
- No va a ser fácil tratar de ganar su afecto, ella ha seguido adelante o al menos eso parece. Sé  que soy terca y me han dicho que vivo absorta en mí misma. Sin embargo, debajo de todas mis capas hay una mujer que es amable y cariñosa. Ella la encontró  y también esas buenas cualidades en mí una vez. Sé que ella me ama... le pediré que se case conmigo. Cuando la situación mejore. - Elisabeth se siente aliviada ante sus palabras de compromiso. 
– Tu padre  estaría orgulloso.- Una lágrima le nubla la vista.
- ¡Gracias Elisabeth! Pero por favor, mantengamos esto entre nosotras.- Elisabeth asintió con la cabeza.
- ¡Ahora ve! Tienes mucho que pensar. Es un hermoso día para caminar por los jardines, relajarse, hacer un boceto o trazar un plan.- Ella acaricia la nuca de Rebecca, como si se tratase de su propia hija.

Tanja contempla el trabajo de Marlene desde la ventana de su oficina. La llama pidiéndole que baje para una reunión. Marlene respira profundamente antes de entrar en su oficina.
- ¿Cómo fue Riga?- Pregunta según entra, Tanja sonríe.
- Un éxito. Te he llamado para compartir algo de importancia contigo.- Le comenta. Marlene esperaba la noticia. - Conocí a un hombre, un empresario de París, Jean Dupree, él está interesado en LCL como pratrocinador de una casa de moda grande en la ciudad de las luces.- Tanja habla con entusiasmo.
- ¿Y esto significa?- Marlene hace un gesto de incertidumbre.
- Sería ir más allá del alcance de las tiendas y boutiques. Significaría abrirse al resto de Europa. Sería el escaparate de moda más grande encabezado por LCL París Inc.- Ella sonríe con total entusiasmo.
- Pero ¿No estamos ya al mando de una gran empresa? Quiero decir, LCL está siempre en el ámbito de las grandes líneas de ropa con nombre. ¿No estás preocupada por abarcar demasiado?- Marlene no tarda en responder.
- ¡Hmmm! Me gustaría ser la casa de moda más grande del mundo. Me doy cuenta de que eso no sucede de la noche a la mañana. Sé consciente, antes de que te fueras, LCL estaba en su lecho de muerte, pero con un poco de suerte y un gran diseño de Rebecca y la suma de Katherine, por no hablar de algunos otros, empezamos a tener éxito de nuevo.- Marlene se ríe en voz alta.
- No te olvides de ti misma y el resto de la Lahnstein en pleno y cómo está  el negocio.- Tanja frunce el ceño con una sonrisa traviesa.
- ¿El presupuesto?-  Ella pregunta, no se dispersa de la obligación.
- Abby ha de hacer una última revisión esta tarde-. Marlene espera algún comentario sobre el vestíbulo. Tanja se sienta en su silla hojeando su agenda.
- El vestíbulo está precioso. No tenía dudas acerca de tu creatividad y talento. Mantente al día y el buen trabajo.- Marlene sonríe con amplitud y satisfecha del cumplido de su jefa y amiga.
- ¡Berlín!-  Continúa.  – Rebecca y Katherine van a hacer un viaje allí pronto. Tengo programada una entrevistaba con ellas.  Quiero que diseñes un frente único para el vestíbulo y el área de diseño. Es un edificio pequeño, pero con un poco de trabajo y un ojo creativo se podría armar algo que se ajuste con el lema de LCL.- Le  explica con honestidad.
- ¿Si eso es todo? Tengo un presupuesto que completar.- Le recuerda. 
- ¡Marlene! ¿No va a ser un problema? ¡Berlín está ahí!- Tanja la interroga.  Marlene mira hacia atrás.
- No ¿Por qué piensas eso?-  Ella se levanta de su escritorio, Marlene hace lo mismo y salen del despacho.
- Porque sé que las cosas no están bien entre tu, Rebecca y Katherine.- Marlene sonríe mientras enfilan hacia las escaleras.
- Me las arreglaré, después de todo es mi trabajo.- Tanja quiere ver de cerca el vestíbulo. Abby las ve bajando y se acerca a ellas.
- ¡Abby!- Tanja la saluda.
- ¡Buenos días señoras! Estaba  camino a su oficina.- Se detiene frente a ellas, entrega a ambas una carpeta con documentos en la misma.
- ¿El borrador del presupuesto?- Tanja pregunta abriéndolo.
- Preliminar por supuesto, tengo planeado trabajar algunos detalles con Marlene esta tarde.- Tanja mira de forma extraña a las dos, Marlene se aclara la garganta para recuperar su atención.
- ¡Bien! Con el vestíbulo completado, tu tiempo se libera por ahora, pero lo quiero al final de la mañana, estoy programando una reunión. Quiero estar por delante de la fecha límite de Elisabeth.- Expone con cierta alegría, guiñando un ojo a Marlene.

Rebecca está en postura de relax en la cama. Sus rodillas  apoyadas contra  un bloc de dibujo. Su teléfono celular suena con un mensaje de Katherine, le  pregunta si quiere acudir a la buhardilla. Ella suspira y no tarda en contestar que no es un buen momento y que necesita descanso. 
Yace en la cama con el bloc de dibujo a su lado.  Saca de un cajón del armario la caja de las joyas y extrae el collar que Marlene le había regalado en el lago. Rebecca se lo acerca al pecho bien sujeto y acariciando la piedra con el pulgar. 
- ¡El collar! será la clave que haga venir a Marlene.-  Se sienta en el suelo y saca de debajo de la cama la caja de LCL llena de recuerdos del pasado de su amor verdadero.  Encuentra el anillo de boda que compraron para Hagen y Dana. Recuerda que se lo puso en su dedo en la misma ceremonia y las sugerentes imágenes que llenaron su mente durante la ceremonia. Un viaje imaginativo de un enlace entre ellas dos para siempre. El recuerdo está fresco en su memoria y le hace esbozar una leve pero alegre sonrisa. Piensa que debe comprar un anillo de compromiso antes de nada, así que con la muestra en la mano irá a la joyería, es el primer paso para avanzar hacia ella. Se viste con presteza y sale. El plan se ha puesto en marcha.               

Mientras Marlene y Abby trabajan en el presupuesto hasta que consiguen resolver algunos de los problemas con el dinero que debe estar previsto para accesorios, equipos de oficina y viajes de negocios futuros.
- Parece que estamos listas para presentarlo  a misis T. - Abby bromea. Marlene se ríe agarrándose la barbilla y luego estira su pelo hacia atrás. Gira el cuello de su camisa cuando siente que su collar cede cayendo al escritorio.
- ¡Oh!-  Exclama en voz alta. Abby se adelanta a recogerlo. Marlene levanta la mano, Abby se lo da.
– Mirando la expresión en tu cara este debe haber sido un regalo muy apreciado... ¿Rebecca?-  Le pregunta.  
- ¡No! Es una joya  de la familia, que significa mucho.- Ella responde, nota que el cierre se ha roto.
- Abby si me disculpas voy a llevar esto a la joyería para que me lo  reparen.-  Lo dobla en la mano.
- ¡Está bien! Te veré más tarde.- Se levanta de la silla, al salir le pregunta.
- ¿Cenamos en mi casa esta noche? - Marlene le ofrece la invitación, Abby sonríe.
- ¡Sí!-" Marlene sale.
-Te llamaré con  tiempo.- Le comenta para escapar de LCL.

Rebecca camina alegre hacia la  joyería de Klaus, un joyero que ha servido a la familia durante mucho tiempo y al que  también  recurren a veces para cuestiones de LCL. Entra y saluda con cortesía.
- ¡Buenos dias señor Klaus!-
- ¡Ah! Señorita Von Lahnstein.- La voz del anciano la reconoce desde detrás del mostrador. Ella sonríe.
- ¡Señor. Klaus! ¿Cómo se encuentra en este día tan caluroso?- Ella pregunta mientras mira una bandeja de anillos bajo el cristal.
– Para mi edad y para usted, estoy fenomenal.- Él se ríe entre dientes. - ¿Y qué le trae por aquí? ¿Un collar para un desfile de moda, pendientes…? - Ella le sonríe.  
- ¡No! En realidad busco un anillo de compromiso.- Él empuja sus gafas de montura de cable desde la punta de la nariz, en un esfuerzo por centrar su interés en la bandeja de anillos. Abre el armario y la extrae.
- ¿Y quién es el afortunado?- Le pregunta levantando dicha bandeja repleta de anillos encastrados en sus respectivas ranuras. Rebecca le toca la mano.
- No es chico. Es mi novia, voy a pedirle que se case conmigo.- Ella habla con valentía. Le guiña un ojo. 
- Tal vez ¿Un diamante solitario sería adecuado?- Ella los mira y apunta a un cierto anillo que le llama la atención.
- ¡Buena elección! Marqués, son únicos en su género.-  Comenta,  le permite cogerlo y mirarlo en su mano.
- ¡Sí! Una buena piedra.- Ratifica ella. 
- ¿Oro?-  Le  pregunta rompiendo su mirada.
- ¡Sí!- Mete la mano en el bolsillo y saca el pequeño anillo que Marlene había colocado en su dedo durante la boda de Hagen y Dana.
- Asumo que este es el tamaño deseado. - Rebecca asiente recordando las numerosas veces que se lo colocó en el dedo después de que ella perdiera el que le había dado. 
- Lo tendré listo en un día o dos.- Le dice mientras sigue con él en la mano.

3 comentarios:

  1. Me gusta como va esto, rebecca por fin esta abriendo los ojos y se da cuenta q un romance por compasión no es bueno.
    Sólo espero q Marlene no se entere del anillo y crea q es para katherine.

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  2. Esta historia se pone interesante, ahora Rebeca debe empezar a hacer las cosas bien, para que poder conquistar a Marlene otravez.

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  3. Me da susto q no terminen juntas, a veces hasta desearía q estuviera con Abby... Pero no puede ser, aun esas dos se aman... Márlene tiene q darse cuenta q Rebecca la ama.

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