Los vientos del cambio
Rebecca se sienta
en el sillón frente a la chimenea, pasea por el borde de su copa con la punta
de un dedo, las llamas del fuego bailan juguetonas sobre los troncos, ella se
siente hipnotizada al ver como un reflejo de Marlene en su resplandor. -Te he visto muy tranquila en la cena. -
Tristán comenta mientras entra en la gran sala, se sirve un whisky y se acerca a
ella. – Sólo pensaba. – Le responde
tomando un trago y que engulle despacio. -
Lo siento por Lizette, pero no puedo decir que no esté contento de que lo hayas
recordado, tardarás algo más en recuperar totalmente tu memoria. – Le dice
afable. Rebecca lo mira y sonríe. -
Necesitaré un tiempo para superarla, la amé y aún lo hago a pesar de todo el
dolor y la frustración que me causó. - Rebecca responde honesta. - Sé que la amabas, pero ella no era
fiable Rebecca. - Interviene rápidamente. - ¡Tampoco yo lo soy Tristán! Me he acostado con Marlene. – Refunfuña.
Él sigue viéndola pensativamente. -Tienes
sentimientos por ella, me dijiste que querías encontrarla y ver si había otra
oportunidad. – Comenta. - ¡Lo sé! ¡La amo Tristán! Pero con todo lo
que ella debe afrontar ahora, no puedo acercarme demasiado. – Le responde. Él frunce el ceño. - Cada una necesitará tiempo para sanar, no será fácil para ninguna de las
dos y puedo entender, si queréis que vuestra vida progrese, será preciso ese
tiempo alejadas. - Se levanta para servirse otra copa. - Tengo una petición. – Menciona Rebecca. - ¿Y qué necesitas? - Se sienta de nuevo. - Tengo una última cita con el Dr. Blair en el hospital mañana. - Baja
la cabeza. - ¿Me quieres allí? - Él
sonrió. - ¿Lo harías? Él conoce mi relación pasada con Marlene y está enojado
por eso, aunque no sabe que hemos dormido juntas. - Tristán mete la mano en el bolsillo, saca un
cigarro y lo enciende. - Supongo que
Marlene no le ha contado todo a su marido. – Inhala del pitillo y
lentamente exhala el humo. - Ella le dijo
que habíamos terminado y que, más allá de la reparación, ella está pensando en una
separación. - Ella suspira y se levanta. - Mi cita es a las nueve. -
Le recuerda. - Iré contigo,
supongo que el Dr. Blair no te dirá nada, es una cuestión médico paciente,
conflicto de intereses. - Añade Tristán con seriedad. - Creo que él está celoso, quiero decir que se presentó en el
invernadero y nos criticó a Marlene y a mí, fue aterrador ella estaba asustada,
no sé cómo se las arregló para desafiarlo y volver a casa. – Le narra
Rebecca. Tristán frunce el ceño frotando el mentón con una incipiente barba en
su rostro. - Marlene es una mujer fuerte,
querida, y si ella quisiera…estoy seguro de que podría hacerle frente sin
ningún problema. – Él se ríe por lo bajo. - ¡Tristan!
- Tartamudea Rebecca mientras toca su hombro. - Ella está en una situación delicada y yo necesito olvidar a Lizette.
- Tristán la agarra de las manos. - ¡Rebecca! Eres mi hermana y te conozco bien.
Piensa... - Su mirada se hace estoica. - He
estado perdida durante dos años y sé que hay partes de mí que necesitan
resintonizar, algo así como un automóvil que se ha guardado en un garaje mucho
tiempo. – Sonríe y coge sus manos con fuerza. - Siempre supe y estoy convencido de que tú y Marlene están destinadas
a estar juntas, es vuestro destino, no lo tires porque no estás segura de lo
que siente o piensa. - Le habla con
conocimiento. – Deberías darle tiempo,
pero no dejes de hacer lo que puedas, porque puede escaparse la oportunidad.
- Rebecca se aparta discreta. - No te
preocupes no desperdiciaré la ocasión de ser feliz. - Pone la mano a un
lado de su rostro. - ¡Buenas noches! –
Ella se retira al invernadero con una sonrisa fija en su expresión facial.
- ¡Buenos días! ¿Dormiste bien? - Marlene le pregunta a Grace mientras
baja las escaleras. - ¡Bien, bien! -
Murmura ella, apartándose el pelo de la cara, se sentaron a la mesa. - El vuelo se retrasó más de lo esperado. -
Comenta Marlene. - Hubo una larga escala
en Inglaterra, pero ya estoy aquí. - Se abraza a Marlene. - ¿Tienes citas hoy? - Ella pregunta curiosa.
- ¡Sí! Rebecca a las once, pero después
de eso, pasaré el día entero contigo. – Sonríe con sus ojos azules
brillantes. - Pareces aliviada, he estado
preocupada por ti Marlene. – Comenta Marlene relajada. - Mark y yo no podemos hacer que funcione, le dije la verdad sobre
Rebecca. - Le cuenta. - ¿Mencionaste que te has acostado con ella?
- Ella niega con la cabeza. -
Entonces no has sido del todo honesta. – Le advierte Grace. - No quiero hacerle daño más allá de lo que
ya le he hecho. ¿Qué debo hacer? ¡Oh! Mark, me he estado acostando con Rebecca.
– Expresa moviendo con las manos en forma de sarcasmo. - ¡Marlene! Vas a tener que
decírselo de una forma o de otra, no es justo. - Ella frunce los labios. - Proyecto obtener el divorcio. Grace, yo no
puedo y no voy a seguir así, volveré a New Haven para llevar a cabo la
separación. - Ella sirve otras dos tazas de café. - ¡Rebecca! ¿Cuáles son sus sentimientos? - Marlene sonríe ante el
sonido de su nombre. - Ella ha roto con
Lizette, recordó el accidente y la causa por la que estaba allí. - Grace
sonríe contenta por ella. Marlene frunce el ceño. - Lizette lastimó emocionalmente a Rebecca, la ha dejado con
cicatrices emocionales muy severas. - Ella la miró. - Rebecca me ama y quería ir a buscarme, quería encontrar una segunda
oportunidad para nosotras. – Le explica Marlene. - Así que obviamente estaba diciendo a Lizette que la dejaba, cuando tuvo
el accidente. - Supone Grace. - ¡Sí! Discutieron,
Rebecca se enfrentó a ella y las cosas se pusieron feas a partir de ahí. - Narra
Marlene. - Todavía tiene algún vínculo
con Lizette, que puedo entender incluso después de todo el dolor que le ha
hecho padecer. Las mentiras y engaños de Lizette la obligan a echarla de su
lado, pero debe aún aclarar su mente. - Grace deja su taza sobre la mesa. - Me alegro por ella, es triste las cosas
que le han pasado. – Comenta Grace. -
¿Quieres reavivar lo que teníais? - Marlene responde rápida. - Mark me preguntó lo mismo, no sé, nuestras
vidas son tan diferentes, ahora no puedo poner a Mark en una situación incómoda,
no quiero más enfrentamientos con él. Grace, necesitamos una limpieza, romper
primero y ambos necesitamos superar el desastre que se ha creado. - Grace le echa una mirada de descontento. - ¿Cómo llegaron las cosas a este lugar?
Usted estaba tan feliz y Mark, mi querido amigo, él estaba emocionado, cuando
te conoció, como un adolescente. -
Sonríe. - ¡Grace! Las cosas pasan,
las podemos admitir o no, mi amor por Rebecca es fuerte, sabía, incluso después
de todos estos años que todavía la amaba, verla de nuevo sólo lo confirmó. New
Haven era una salida para mí, si yo nunca hubiera regresado aquí, entonces las
cosas serían diferentes. - Ella le habla claramente. - ¿Y qué habrías hecho si Rebecca hubiera venido a buscarte? –
Plantea a Marlene cual es la percepción de Grace sobre el punto. Marlene se queda sin palabras durante un
momento. - El destino siempre tiene una carta
en la mano que desconocemos. – Le responde con una sonrisa.
Rebecca y Tristán
esperan en la sala de exámenes de la consulta del doctor Blair. Ella está
inquieta. - No estés tan nerviosa. - Le dice Tristán
con suavidad, Mark entra. - ¡Buenos días
Rebecca! ¡Tristán! - Estrecha sus
manos. - Veo que te has recuperado muy
bien, una semana más o menos de terapia y debe terminar este proceso. – Le
explica mirando su pierna, Rebecca no puede apenas hablar. Ella finalmente
logra decir algo, él la mira con un ligero descontento. - ¡Bienvenido sea! - Responde con firmeza. – Me marcho de Düsseldorf, si necesitas algo más. El Dr. Kessler atenderá
a mis pacientes. – A Rebecca le parece triste su expresión. - ¡Gracias Dr. Blair! La familia Lahnstein
estará eternamente agradecidos por todo lo que has hecho por Rebecca. - Tristán añade con gesto cortés. – Entonces, si me disculpas. – Se
dirige a la puerta, se detiene un momento y se da la vuelta para mirar a
Tristán ayudando a Rebecca a bajarse de la mesa. - Señor Von Lahnstein. ¿Puedo hablar con usted en privado? -
Rebecca sale dejando a Tristán con él. –
Doctor Blair. ¿Qué puedo hacer por usted? – Él duda un momento. - Mi esposa se quedará en Düsseldorf, al
menos por un tiempo. – Suspira. Tristán le dirige una mirada seria. - Supongo que lo que estoy tratando de
decir es… es que Marlene tiene algo con tu hermana, aunque creo que ya lo
sabes. - Sacude la cabeza recordando su tórrida relación. - ¡Lo siento! - Contesta Tristán. - Rebecca ha pasado por muchas cosas, no
tenía ni idea que sucedería con la situación de Marlene y sí su pasado es lo
que es. Posiblemente no te guste escuchar esto, pero la rubia está enamorada de
la morena y viceversa. – Se despide
y sale. Mark se queda solo y tira la
ficha encima de la mesa. Se lleva las manos al rostro compungido.
- ¡Buenos días, señoras! Me alegro de verla
de nuevo. - Saluda Justus estrechando
la mano de Grace. – A mí también. – Responde
ella con educación. - Creo que Rebecca está
en la sala de ejercicios, Marlene. - Añade
con una sonrisa, ella asiente con la cabeza y caminan por el Hall al encuentro
de Rebecca. - ¡Oh! ¡Buenos días, Grace!
Me alegra verte de nuevo. – Saluda Rebecca, sintiéndose extrañada. -
¡Marlene! – Le sonríe y comienzan con los ejercicios trabajando en su pierna. –
Lo estás haciendo mucho mejor, estoy impresionada. - Comenta Grace cuando
comienza a masajear la musculatura de la pantorrilla de Rebecca. - Gracias a Marlene. - Marlene sonríe
mientras coge una toalla para limpiar el sudor que le cubre la frente. Hacen un descanso por un momento y comentan
cómo había ido la terapia, el teléfono de Marlene resuena. La recepcionista le
envía un mensaje. - El doctor Kessler
necesita una historia y su ayudante no puede localizarla, tengo que ir al
hospital. - Rebecca asiente con la cabeza. - ¿Grace te quedas de visita? Haré que nos sirvan el té en la
terraza. ¿Marlene puedes volver para el té? - Le pregunta. - ¡Sí! Creo que sí. – Sale. Rebecca con
su mano toca en el hombro de su invitada. -
¡Grace! - Le señala la puerta y salen a la terraza. - ¡Que hermoso es todo esto! - Toman asiento bajo la sombrilla para
protegerse del sol de la mañana Justus trae el té. - ¡Sí! Luego nos vamos a caminar por el jardín y el bosque, pero antes
tengo que descansar. - Sonríe mientras les preparan el té. - Debes pensar que soy un monstruo. –
Comenta seria Rebecca para iniciar la conversación con sentimiento de culpa. – Muy al
contrario, Rebecca, Marlene ha sabido siempre que su corazón te pertenece. Sólo
esperaba que tuviese el valor de compartir su pasado conmigo. - Ella le responde.
- Nunca pensé que nuestros caminos se
cruzarían de nuevo, pero… - Mira en el interior de su taza de té. - Marlene me dijo que no recuerdas mucho sobre el día del accidente. -
Rebecca vuelve a mirarla frunciendo los labios. - ¡Es cierto! Todavía hay algo que está nublado y con Lizette fuera de
mi vida tendré tiempo para reflexionar. - Contesta con franqueza. - Ahora sé que no es el momento de preguntar
esto, pero ¿Dónde encaja Marlene en todo esto? - Grace se muestra
preocupada e inquieta. - No estoy segura,
Marlene tiene una gran voluntad, y eso no es un eufemismo. - Ella sonríe con
discreción. Grace comprende la astuta definición de Marlene. - ¡Vamos a caminar! - Propone Rebecca. – ¡La amo Grace! Sé que ha pasado mucho
tiempo, pero siempre está en el centro de mi corazón, nunca pude olvidarla. - Grace agarra el brazo de Rebecca. - Pero ha habido otras y Lizette era alguien
con quien te preocupabas y planeabas hacer tu vida. - Se detienen de pie
bajo las grandes ramas del viejo olmo que bordeaba la propiedad. - Le he dicho a Marlene esto antes, que ahora
no podía hacerla feliz y me preocupa que no lo pueda conseguir. Diez años es
mucho tiempo y las heridas y el desamparo sanan, pero no quiero revivir nada de
eso, fue hiriente como sucedieron las cosas, mi inseguridad, la infidelidad y
la ética del trabajo entraron en juego como una enfermedad. Ella está en un
buen lugar ahora mismo, un lugar donde puede crecer en su carrera, estoy feliz
de ver que ha encontrado esa parte de su vida. - Rebecca describe con
delicadeza. - Eres noble Rebecca, sé que
no necesito decirte que su vida está hecha un desastre. Ahora se centra en su
separación, pero creo que hubo problemas incluso antes de que se casaran, Mark
no estaba viviendo cerca de sus sentimientos. – Le describe. - Sé esto por que el quería algo que perturbó
a Marlene y tenía miedo de que la situación cambiase. Ella nunca ha sido del
tipo servil y sé que no quiere estar colocada en un pedestal. - Rebecca le da la razón y comienzan a
caminar hacia la terraza de nuevo. - Pase
lo que pase, solo quiero que ella sea feliz y si eso significa que estás en su
vida, entonces yo también lo apoyo. - Grace
expresa afable y se sientan. Rebecca sirve otra taza de té. Mientras Grace
observa a Marlene acercarse. - El Dr.
Kessler buscaba una historia que estaba debajo de una pila de papeles encima
del archivador. - Rebecca le pone una taza de té. - ¡Gracias! – Le sonríe. - Rebecca
y yo hemos hecho una agradable caminata. – Le informa Grace. – Y estoy segura de que también es una buena
charla. - Marlene la mira de reojo. - Rebecca es muy inteligente solo quiere lo
mejor para ti, sin importar lo que decidas. - Termina su té. - Tengo mucho en qué pensar, necesito
controlar mi vida. – Se siente insegura.
- Necesito hablar con Mark. - Grace expone con severa actitud. Marlene
sabía que Grace querría hablar con él. -
Te llevaré al hospital, pero no me quedaré, no puedo enfrentarme a él. – Le
aclara. Rebecca se queda quieta y escuchando. - Dejé mi bolso en la sala de ejercicios, voy a buscarlo. - Grace
se excusa de las dos. - ¡Marlene! Tendrás
que hablar con él en algún momento. - Ella le aconseja. - ¡No
puedo Rebecca! No quiero escuchar cómo lo he arruinado. - Implora. - ¡Marlene, no creo que debamos vernos ahora
mismo, las cosas están desatadas y no necesitas ninguna intrusión por mi parte.
- Ella expresa con razón. - ¡Rebecca! Te amo y no voy a ponerte en
una situación que involucre a Mark, por favor confía en mí. - Rebecca la
miró a los ojos. - He tenido mi última consulta
con Mark esta mañana. – Le cuenta. Marlene gruñe. - ¿Y cómo estaba? - Ella pregunta. - Todo ha estado bien, me dijo que yo debería estar en condiciones y
que no tendría que hacer terapia mucho más. Estuve con Tristán allí, así que
fue educado y no me dijo nada de ti. - Se relaja al escucharla. Grace
regresa. - ¿Estás lista? - Grace le
agradece a Rebecca el té. - ¿Regresarás
con Marlene el jueves? - Le pregunta
a Grace cuando ya caminan hacia el exterior. - ¡Lo haré! Me encanta visitar este lugar. – Ella le responde observando las pinturas
que adornan las paredes mientras se dirigen a la puerta principal.
Grace se sienta en silencio en la oficina
de Mark a la espera de su regreso, se siente mal por él y su amiga que sabe que
está necesitada, Mark entra y se abrazan sin decir una palabra. - ¡Me alegro mucho de verte! - Ella
aprecia la mirada angustiada en sus ojos. -
¿Y cómo estás mi querido amigo? - Se
sienta al lado de ella. - Devastado, enfermo y deprimido. –
Logra de él una risa sarcástica. - Marlene
me ha estado mintiendo durante meses, ella tiene un pasado aquí que gira
alrededor de Rebecca Von Lahnstein. – Él narra con enojo. - ¡Lo sé! lo sé todo desde hace algún tiempo.
- Le dice en tono veraz pero suave. -
¡Por supuesto! – Mark espeta. - ¡Por
supuesto que lo sabías! - La tensión se eleva en su expresión. - ¡Mark! Marlene
es mi mejor amiga. ¿Cómo no iba a confiar en mí? - La pregunta va al punto exacto
e inquebrantable. - Es un amor que ella
dice que no puede pasar, me dijo estaba
enamorada de Rebecca desde siempre. –
Le expresa Gracia. - ¿Y yo? - Se
golpea el pecho con el puño como si todavía estuviera incrédulo. - ¡Basta, Mark! Debes calmarte y mantenerte
sereno. - Le espeta de forma áspera.
- Ella no lo ha admitido, pero creo que
están teniendo una aventura. – Se agarra la mandíbula con los dedos, Grace baja
la cabeza. – Estoy segura que todo esto…,
pensé que ustedes dos serían felices a pesar de regresar aquí a las
incertidumbres de ella. – Le explica con franqueza. - Necesito saber la verdad Grace. ¿Está
viéndola?
- Él aprieta su puño con fuerza, enojado. - No es para mí esa pregunta, eso es entre
tú y Marlene. – Él hace una mueca. - He
tratado de hablar con ella, le he advertido acerca de cruzar la línea. –
Grace le observa aturdida. - Rebecca fue una vez su amante Mark, no
puedes arrojar eso en su cara porque no eres feliz. - Grace le advierte con firmeza. - No puedo hablar con ella, está a la
defensiva y es grosera, ella oculta las cosas. - Insiste golpeando con el puño a la mesa.
Grace se sobresalta en su silla. - ¡Mark!
¿De dónde sacas ese comportamiento? Este no eres tú. ¿Cómo puedes actuar así? –
Tiene el rostro enrojecido por la irritación. - ¡La amo! Ella es mi esposa, mi mundo entero, la quiero a mi lado y
pensé que ella sentía lo mismo. – Él está siendo realista consigo mismo,
Grace comprueba ahora por qué Marlene estaba tan asustada, su cólera y cómo
reacciona violento. – Marlene es una
persona con necesidades y deseos como tu, ¿Te molestaste en discutir sus
pensamientos y sentimientos cuando le pediste que se casara o simplemente asumiste
que ella sería complaciente, darse por vencida y renunciar a todo por lo que ha
luchado? - Su pregunta hace que le dirija una mirada severa. Mark respira
hondo. - ¡No lo hice! - Se siente
reacio a reconocerlo. - Pensé que mi
carrera como cirujano sería el centro del escenario que ella estaría feliz como
una esposa cariñosa que querría niños, entretener a las masas, dirigir un hogar.
- Grace levanta la mano y lo interrumpe. - ¿Te estás escuchando a ti mismo? - Esa no es la persona con la que te
has casado. ¡Por dios! ¿Quién hace eso? Sabías perfectamente, cuando te
empeñaste en casarte que estaba dedicada a crecer en su carrera. – Le
recuerda sacudiendo la cabeza. - ¡Tengo
pacientes! – Responde con brusquedad y se levanta de la silla y dejándola pensativa
sobre su extraño comportamiento.
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