Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 27 de marzo de 2018

Episodio trigésimo primero


Una curva en el camino


Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, Rebecca va haciendo grandes progresos en la preparación para el desfile de invierno organizado por LCL.  - ¿Has dejado preparadas las colecciones? - Le pregunta a André que lleva su portafolios en la mano. - ¡Sí! Acabo de dejar las planchas y les dije que bajaran los bastidores a la pasarela. - Le responde. - ¿Qué haría sin ti? – Admite Rebecca. - ¡Ah! Hay un reportero en la planta baja, un tipo nuevo de Fashion Düsseldorf, creo que dijo que se llama Eric y que está buscándote. - Asiente y termina de revisar sus papeles. - Me encontraré con él en un minuto, no quiero que el comienzo vaya con retraso. – Comenta. - No te preocupes que tenemos tiempo. - Él la tranquiliza. Rebecca baja las escaleras y, al llegar a la planta principal, ve a un hombre sorprendentemente apuesto paseando, mientras habla por teléfono. - ¡Hola! - Se acerca y él cuelga rápidamente. – Usted debe ser Rebecca Von Lahnstein. – Le extiende la mano estrechando la de ella. -  Soy Eric, Eric Drake  de la revista Fashion Düsseldorf. - Él tiene un brillo especial en sus ojos azules, lo que hace que ella muestre cierta intriga. Eric es un joven bien formado con pelo negro azabache que juega con su bigote mientras espera una respuesta de Rebecca. - ¡Uh! ¡Sí! Soy Rebecca Von Lahnstein. - Ella responde algo ansiosa atraída por él, Eric sonríe de una manera amable. - ¿Hablamos en mi oficina? - Ella le hace un gesto, él la sigue para realizar la entrevista.

El desfile de moda es un gran éxito, Tristán manda rosas a Rebecca y se realizan varias entrevistas a Rebecca y Elisabeth. - ¡Ollie! – Rebecca le llama gritando. - Quería darte las gracias, una vez más has dado un paso adelante y nos has demostrado lo bien que lo has hecho. Te ves bien en traje de baño. – Le dice en tono de broma. - ¡Gracias Rebecca! - Él la abraza. - Fiesta en “No Límits” todo el mundo. - Él habla en voz alta ganando la atención de los trabajadores. - ¿Vas a asistir? - Ollie también le pregunta a Rebecca. - ¡Sí! Tengo algunas cosas que hacer por aquí antes, luego que termine me incorporo. Guárdame un asiento en el bar. – Ella le ordena. - ¡Bien! Entonces te veré en un poco. - Se marcha y ella regresa a su oficina para terminar el papeleo y cerrar el programa de invierno.  “¡Qué éxito!” Piensa racionalmente. Suena la puerta, Tristán llama y ella le dice que entre. - Un espectáculo magnífico y un éxito brillante. Quiero felicitarte, a tí y a tu personal por un trabajo tan bien hecho. - Ella disfruta del voto de confianza de su hermano. - Tengo un gran equipo y Elisabeth ha sido amable, todos hemos trabajado duro durante los últimos meses para hacer que suceda. – Rebecca continúa hablando. - No es por cambiar el tema, pero la Navidad es en dos semanas. ¿Ann y las chicas estarán en el castillo? -  Él sonríe. - ¡Sí! Estaremos aquí. - Rebecca parece eufórica, apaga el ordenador portátil. - ¿No Limits? - Le guiña un ojo a Tristán que la escolta fuera de LCL.

Los sonidos de lo vasos tintineando y el ruido de la música de fondo sonando reciben a Rebecca y a Tristán en “No Limits.” Ollie trabaja detrás del mostrador preparando cócteles. - ¡Hola!  Has venido. - Sonríe al servir un vodka con una tónica. - ¿Tristán? - Pregunta sacando un vaso de debajo del mostrador. - ¡Scotch, por favor! -  Se sientan en la barra. - ¡Ollie! He visto que todavía estás haciendo de modelo. - Él sonríe. - Estaba a punto de dejarlo, pero Rebecca me convenció que lo retrasara. - Le contesta cogiéndose la mano. - No me costó mucho. – Dice Rebecca todos sonríen. Tristán alza la mirada y ve una cara familiar. - Discúlpame Rebecca, veo un colega del banco. - Se aleja de ella, le da un sorbo a su copa. - ¡Hola! No estaba seguro de que vinieras. - Eric se acerca a la barra al lado de Rebecca. – Una cerveza por favor. – Le pide a Ollie y se sienta junto a ella. - Hola de nuevo. - Saluda con una sonrisa. - ¡Bueno! Tengo que decir que le has dado la vuelta al mundo de la moda en tu desfile de esta tarde. – Él bromea, pero con seriedad. - ¡Gracias! - Ella se siente agradecida. - ¿Estás aquí con alguien? - Le pregunta mirando a su alrededor. - No especialmente. Sólo mi hermano Tristán. - Le responde con suavidad. - ¡Ah! Bien, espero que no te importe que me siente a tu lado, me gustaría conocerte mejor. – Le dice algo inquieto, le da un trago de su cerveza, incierto de lo que ella podría decir. Ella le mira y sonríe.  - Tengo treinta y tres años, soltera y muy ocupada en el diseño de moda. - Ella hace un corto semblante de si misma para iniciar la conversación. - ¿Eh? ¿Estás segura? – Se sorprende por la rápida respuesta. - ¡Lo estoy! Cuéntame algo sobre ti. -  Le responde y ordena otra copa    - También estoy soltero, soy de Londres, tengo treinta y dos años y me he graduado como periodista en Oxford. - Le contesta con firmeza. - ¿Vives en Düsseldorf ahora? – Ella le pregunta intrigada. - ¡Sí! Me hicieron una oferta que no podía rechazar. - Afirma. – ¿Y tú? ¿Has vivido aquí toda tu vida? – Se interesa por ella. - Excepto por el internado y el tiempo en Nueva York. LCL es propiedad de mi familia y he estado volcada trabajando ahí toda mi vida. - Remarca con frialdad en su tono. Eric mira profundamente a la oscuridad de los ojos de Rebecca, se siente atraído físicamente, la encuentra mundana y hermosa. - ¡Yo…! -  En ese instante suena una canción lenta. Rebecca le agarra de la mano. - ¡Bailemos! – Ordena y se levantan del taburete. Eric la toma en sus brazos, ella descansa la barbilla sobre su hombro. Eric puede oler la dulzura del perfume que irradia su piel. Rebecca coloca la mano en su pecho y puede sentir el tic-tac de su corazón. Bailan disfrutando de la danza sin decir nada. - No soy muy buen bailarín. - Murmura mientras regresan al bar. – Tengo dos pies izquierdos. - añade con una risita. - ¡Vente conmigo! – Le dice de improviso. - ¿Qué? - Ella pregunta con voz relajada. - Me encantaría llevarte a cenar. Soy nuevo aquí y no sé mucho sobre Düsseldorf, tengo una tarea en Berlín los próximos dos días y me preguntaba si te gustaría…- Rebecca le interrumpe. - ¿Volver a vernos? – Pregunta con una simple sonrisa. Rebecca escribe su número de teléfono en una servilleta del bar y se lo entrega. Tristán se acerca a ellos. - ¡Es tarde! – Le dice. - Tristan Von Lanhstein, es Eric Drake, periodista. – Rebecca hace una presentación formal. Extiende su mano hacia él y la estrechan. - Tengo que irme, tengo un vuelo temprano a Berlín, te llamaré. – Le dice Eric y abandona el bar. - Parece un buen tipo. – Tristán comienza la conversación mientras conduce a Rebecca de regreso al castillo. - ¡Sí!  Nos conocimos antes, él es reportero de Fashion Düsseldorf. - Ella le responde. – Me he fijado y él no pudo quitarte la vista de encima. - Suelta una risita y le da un puñetazo en el brazo. - ¡Me gusta!  Es nuevo aquí, procede de Londres y no sabe mucho sobre Düsseldorf. -  Tristán sonríe y se para en el camino circular frente a las puertas del castillo. - ¡Buenas noches y gracias! – Rebecca se despide. Él la mira mientras entra en el invernadero.

- Ayúdame con esta guirnalda. ¡Por favor! - Grace le pide en voz alta. Marlene la ayuda a pegarla en el salón del hospital. – Parece mentira, casi es Navidad. - Marlene le comenta. - Hemos trabajando muy duro y casi me olvidé de las decoraciones. - Marlene mira por la ventana mientras Grace habla. La pesada nevada casi había cubierto el cristal y el día se ve oscuro y gris. – Echas de menos tu hogar en esta época del año. ¿No? - Grace se acerca a ella.  - Las cosas estaban bien en New Haven, las Navidades lejos de mi familia han sido difíciles, pero es peor no estar con la persona que realmente amas. -  Ella se vuelve y mira a Grace.  - ¿Has tratado de contactar con ella? - Le pregunta colocando las manos encima de sus hombros. - ¡No puedo! Le dije hace unos meses que no vuelva a ponerse en contacto conmigo. No puedo pasar por el desamor de sus indecisiones. -  Grace baja su frente contra el costado del brazo de Marlene. - Has logrado mantenerte firme, pero me preocupo por ti. – Le dice con pesar. - No hay necesidad de preocuparte, tienes razón, me las he arreglado para mantenerme ocupada y ponerme en mi trabajo. - Suspira Grace. -  Tienes que hacerlo, es necesario, la quieres y ella te quiere. - Bromea con simpatía. - Tal vez un día. - Responde con cautela. - Es tarde y me queda un paciente antes de irme a casa. -  Marlene le dice y la ayuda a terminar el decorado. - Deberías enviarle una tarjeta a Rebecca, descubrir cómo está, no va a doler, y nunca se sabe. - Le aconseja amablemente.
Marlene termina su jornada y se dirige hacia su apartamento. En una tienda compra una tarjeta postal. Llega a su domicilio y arroja el abrigo a la silla al entrar en el apartamento. Deja la tarjeta sobre la mesa y se sienta con una pluma en la mano. - ¡Rebecca, Rebecca! - Susurra en voz baja. - ¡Rebecca! - Comienza a escribir. “Solo te escribo unas líneas para ver cómo estás, a menudo pienso en ti. Espero que estés progresando en la reparación tanto física como mentalmente. Sigo recordando las veces que pasamos juntas y espero que estés disfrutando de un gran éxito.” Lo cierra con: "Siempre, Marlene.”  Lo firma no deseando escribir más. La tristeza que la inunda se vuelve insoportable. Las lágrimas que surgen de sus ojos la hacen sollozar con intensidad. Coloca un sello en el sobre que luego lo tira de nuevo a la mesa. Marlene se hunde en los cálidos confines del colchón de su cama. Siente la necesidad que Rebecca estuviera tendida a su lado, arruga su cara y las lágrimas brotan y corren por su rostro otra vez. - Te echo de menos y te amo. -  Expresa gimiendo de dolor, el tiempo que las separa es un sufrimiento que ella podía haber advertido. Marlene piensa en desgarrar la tarjeta que está a punto de enviar, pero recuerda y piensa en las palabras de Grace, que no conoce los pensamientos de Rebecca o incluso sobre el estado en el que pueda encontrarse. Necesita tender la mano para llegar a ver si podrían reavivar el amor que había perdido, ella decide que enviará la tarjeta y esperar el resultado.

Rebecca busca a tientas el papeleo que está disperso sobre su escritorio, resultado del desfile de moda pasado. Ahora es el momento de empezar a prepararse para los días de la moda. - ¡Disculpe! - La recepcionista llama su atención desde la puerta.    - ¿Sí? - Levanta la mirada. - Hay un caballero aquí que desea verla. - Abre la puerta de par en par, Eric está detrás de ella. - ¡Por favor, entra! – Le sonríe y se levanta en son bienvenida. Se abrazan de manera superficial. - Espero que no te moleste que pase, llegué de Berlín tarde anoche y tenía la idea volver a verte. – Rebecca sonríe encantada, se sienta frente a ella delante del escritorio. - Parece que el papeleo del desfile de moda es un poco abrumador. -  Él señala los amontonados papeles sobre la mesa. - ¡Entonces! ¿Cómo te fue en Berlín? – Ella se muestra curiosa. – ¡Interesante! – Dice con un tono peculiar. - ¿Te alegra estar de vuelta en Düsseldorf? -  Le pregunta ella un poco más relajada. - ¡Sí! - Suelta una risita burlona. - La entrevista se supone que la vas a publicar. -  Expone para conocer sus expectativas. – En la revista de la próxima semana, lo prometo, soy honesto. - Bromea mirándola a los ojos.  - ¡Bueno! Debo esperar, aquí todo fue un éxito y ya me estoy preparando para los días de moda, nuestro próximo evento. - Él niega con la cabeza. - ¡No puedes trabajar todo el tiempo! ¡Necesitas divertirte un poco! – Le expone con seriedad. - He estado demasiado tiempo fuera y estoy volviendo a la normalidad. – Él se muestra inseguro de lo que ella quiere decir. - Tuve un accidente hace un par de años y he tenido varias cirugías y largas sesiones de fisioterapia. - Su mente se posa en Marlene. - ¡Oh! ¡Lo siento! No me di cuenta. ¡Disculpa! – La mirada de Rebecca ahora es triste.  - ¡Está bien! Ya he sobrepasado lo peor. Por desgracia siempre voy a experimentar algo de rigidez en la pierna y lagunas en mi memoria. - Ella coloca su puño bajo la barbilla pensando. - ¿Tal vez podrías compartirlo conmigo durante la cena? - Él pregunta cortés.  - No veo porque no. – Eric muestra una sonrisa que parece feliz. Ella dispone los arreglos para esa noche.

- Te veo muy bien. - Elisabeth le habla. - ¿Es un vestido nuevo? - Rebecca sonríe complacida bajando las escaleras. - ¡Lo es! De hecho, tengo una cita esta noche. - Camina con Elisabeth hacia el comedor. - Me alegro de ver que estés saliendo de nuevo. ¿Es alguien especial? – Pregunta con inocencia. - Eric Drake, de la revista Fashion Düsseldorf. -  Ella responde. - ¡Sí! Lo conocí antes del desfile, muy guapo y parece ser muy agradable. - Ella lo recuerda mientras se sienta en la mesa. - ¿Té, señora? - Le pregunta Justus. - ¡Sí, por favor! - Le responde y continúa hablando con Rebecca. - ¡Me gusta! Es muy encantador y es nuevo aquí, de Londres, y no conoce mucho nuestra gran ciudad. – Le explica cuando suena el timbre de la puerta. - Diviértete y sácale del frío. - Sonríe, cogiendo la mano de Rebecca con seguridad. - ¡Gracias! – Se acerca a la puerta y la abre, Eric está ahí mirándola. - Te veo preciosa. - Apoya su brazo contra la jamba de la puerta. - ¿Por qué no iba a estarlo? - Ella señala hacia el auto con un gesto de la mano y él le abre la puerta para que se siente en el interior. - Tenemos una reserva para las siete y media en Schneider's. - Le dice ella.  - Espero que no te importe que sea uno de mis lugares favoritos y Charlie sea una buena amiga de la familia. – Eric la contempla hasta que termina de hablar. - ¡No! No me importa, para nada, nunca he comido allí, así que me alegro de que seas una especie de mujer guía. - Le guiña un ojo y sonríe mirándolo mientras se alejan del castillo.
- ¡Charlie! - Rebecca la agarra en un abrazo. – Que feliz estoy de verte de nuevo. – Le dice mirando a Eric. - Eric te presento a Charlie Helmke, nuestra anfitriona. - Ella extiende su mano y la estrechan. - ¡Eric! Bienvenido a Schneider. - Les acompaña hasta su mesa. – Disfruta. - Les entrega los menús. - ¿Qué te gusta? - Pregunta mirando por encima de la carta del menú y arqueando su frente. - El salmón con arroz pilaf es excelente aquí. - Contesta mientras ordenan una copa de vino tinto al camarero. – ¿Así que tuviste un accidente, de coche? - Pregunta cerrando la carta del menú y poniéndola a un lado. - De motocicleta, mi novia y yo no estábamos funcionando y quise terminar las cosas, discutimos y salí a toda prisa. Un camión que no vi me arrolló. – Le cuenta de forma simple. - ¡Wow! Es un milagro.- Expresa él con espanto. - ¡Sí! Estoy viva, estuve en coma varios días y mi pierna muy estropeada, he tenido suerte. – Le resalta su realidad. - Podría haber sido peor, pero estoy contento de que estés bien y aquí conmigo cenando. -  Eric le responde con una sonrisa. - ¿Y tú? - Ella le pregunta. - Como te dije, me gradué en Oxford, soy londinense y me encanta el fútbol. – Bebe de su vino. - ¿Alguien con quien estés en serio? - Ella le pregunta. - ¡No! No desde hace tiempo, me fui de Inglaterra debido a una situación, pero nunca me he casado. – Él responde con honestidad y frunce el ceño. – Por lo que parece, la oferta de trabajo fue una manera de alejarse de Inglaterra. -  Ella presupone. - ¡Sí y no! Me ofrecieron el trabajo, me entrevistaron, fue perfecto y aquí estoy. -  Con la yema del dedo acaricia el borde de su copa de vino.

Eric sostiene a Rebecca estrechamente en sus brazos mientras se mueven lentamente al ritmo de la música. - Eres muy hermosa. - Susurra él frente a ella, su mano acaricia la de ella, sonríe mientras bailan hasta que la canción se acaba y la cena es servida. Eric coloca la servilleta sobre la mesa. - Esto ha sido excelente, gracias por elegir un lugar tan agradable y con buena música. - Rebecca suelta una risita. - Pensé que te gustaría, pero se hace tarde y tengo un día muy ocupado mañana. - Ella mira su reloj de pulsera. - ¡Ok, ¿estás segura de que no puedo invitarte a una copa. ¿Tal vez en “No límits”? - Salen al aparcamiento. - Supongo que una bebida no va a doler, si es sólo una. – Ella levanta su dedo índice y se dirigen al encuentro de Ollie.  Rebecca y él se abrazan y le presenta a Eric. Ollie la aparta hacia un lado. - ¿Lizette? – Le pregunta, mirando a Eric que está colgando sus abrigos en el perchero. - ¿Dónde has estado? Nos separamos. Me he acordado de todo y mi memoria me está devolviendo poco a poco mis recuerdos. – Ollie la mira de nuevo. - ¿No era Marlene parte? ¿Cuál es la razón de la ruptura? - Rebecca gruñe.   - ¡Por favor! Hablaremos más tarde, ni una palabra. -  Coloca un dedo en sus labios. - ¡Ok! - Él susurra mientras Eric se une a ella en la barra.- Espero que quieras salir de nuevo. - Él formula en un tono feliz. - ¡Si! Me divertí, pero me tengo que ir. - Terminan sus bebidas. Eric devuelve a Rebecca a su domicilio. Él mira a su alrededor. - ¿Así que vives en un castillo? - Ella sonríe. - ¡Sí! Königsbrun, es de mi familia desde hace cientos de años. – Le explica apoyada en la puerta, extiende la mano y él intenta besarla en los labios, pero ella se aparta ligeramente. - ¡Buenas noches! - Rebecca entra y cierra la puerta dejándolo en el exterior preguntándose cosas sobre ella.

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