Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 9 de marzo de 2018

Episodio vigésimo sexto


 Secuelas

Mark se sentó en el sofá una copa en la mano su camisa a medio abrocharse Marlene cruza sus brazos y lo mira seria. - ¿Qué estabas pensando? - Ella se enfrenta a él que da un trago a su bebida. - Yo no soy el que está jugando, dime Marlene ¿Has estado durmiendo con ella otra vez? - Él la mira con una expresión hiriente. - ¡Mark! ¿Por qué hiciste eso? Fuiste muy grosero y eso es inaceptable. - Ella evade la pregunta.  - Yo no soy el que está atornillando, tu aún no has ¿Me has contestado? ¿Has estado durmiendo con ella? – Insiste sobre lo mismo. - Ella y yo tenemos una historia en la que estuvimos enamoradas y no es tan fácil, soy responsable de su cuidado físico y tenemos que estar cerca en espacios cerrados. – Le responde ella. - ¡Dime! ¿Es buena en la cama? - Él presiona para que conteste, Marlene apenas puede respirar. – Estás borracho. - Ella le dice con brusquedad. - Tienes que dormir la mona, estás confundido y enfadado. - Añade allí de pie frente a él que arroja su vaso contra la pared rompiéndolo en trozos pequeños. Marlene se interna en un estado de shock, asustada pone su mano sobre su boca, él se acerca a ella tambaleándose. - Usted es mi maldita esposa. - Las narices se le encienden y la agarra por los brazos empujándola contra él. Sus labios la ahogan en un frenesí de beso forzado. Ella trata de alejarle, pero no sirve de nada. - Te lo dije antes de que me hagas daño, que lo detengas. - Le grita perforando su tímpano. Él deja que ella agarre ese lado de su cabeza con su mano. Marlene grita en voz alta mientras se encierra en el dormitorio, casi no puede respirar. - ¡Marlene, por favor! - Golpea la puerta cayendo por la pared y apoyándose contra ella.  - ¡Te amo! ¡Por favor! Abre, podemos hablar, lo prometo. -  Él solloza con desconsolado y en agitación las lágrimas fluyen hacia su rostro. - Ya no puedo lidiar contigo Mark, necesitas ayuda, tus accesos de rabia me asustan. -  Responde desde el otro lado.   – Solo estoy teniendo un problema con esto que tienes con Rebecca, eres mi esposa, ¿Cómo debo reaccionar? - Ella apoya la espalda contra la puerta. - Estás perdiendo el control Mark ¿Quieres arruinar tu carrera? ¿Destruir nuestras vidas? - Ella se quita el pelo de la cara y se peina con los dedos mientras habla. - Nunca quise hacerte daño. -  Se seca la cara. - ¡Te amo! ¿No puedes ver eso? – Él se expresa sinceramente. - ¡Yo! Estoy cansada. - Marlene le habla alto. - Cansada de las inseguridades por el dolor que me estás haciendo pasar, nunca sé cuál será tu estado de ánimo y tu desconfianza hacia mí. Quiero tener el control de todo lo que hago, soy una mujer independiente que puede tomar sus decisiones, tengo una carrera y estaba feliz. - Le da una conferencia, hablando. - ¿Podríamos trabajar en eso? - Él le ruega. - ¡No sé! Me temo que nunca te haré feliz, no volverás a confiar en mi y sentirás animosidad si entro en contacto con ella. - Le ofrece bajar la voz e intentar mantener la calma. - Marlene, por favor abre la puerta y déjame entrar. - Habla en voz baja y amable. Marlene duda, pero le abre con el corazón latiendo acelerado.  Siente miedo mientras gira la manija para abrirla. Él la mira a los ojos. - ¡Gracias! - Inclina la cabeza dócil. Marlene se sienta en la cama con las manos juntas. Mark resopla mientras se coloca a su lado. Gira la cabeza para mirarlo. - No creo que alguna vez seas feliz, creo que nuestro matrimonio está más allá de eso y ciertamente más allá de la reparación. Puedo entender tu desconfianza y me culpo por no decirte mis razones para no venir aquí. Amé mi vida en New Haven. Me he labrado una carrera que trabajé con esfuerzo. Cuando nos casamos fue el día más feliz de mi vida, fuiste amable y cariñoso, pero tomaste decisiones sobre las cosas que nos involucraban a ambos y nunca me tomaste en cuenta, no soy ese tipo de princesa, soy una mujer con un objetivo y una misión en la vida. - Ella deja de hablar suspirando. - Supongo que querer un hijo era demasiado y nunca pensé que no quisieras tener hijos. - Responde racionalmente. - Mark Estoy seguro de que hay alguien para ti, alguien que será una gran anfitriona y tendrá a tus hijos, simplemente no seré yo. ¡Lo siento! No quiero hacerte daño, pero esta situación no es solo yo. - Ella se pone emotiva. - ¿Así que crees que no tenemos oportunidad? - Sus ojos se iluminan esperando que ella cambie de opinión. - ¡No! Quieres honestidad, yo realmente no soy feliz y a largo plazo verás que… - Él baja la cabeza inspirando profundamente.   - ¿Debería irme? - Se levanta. - Puedes permanecer arriba hasta que decidas lo que deseas hacer. - Ella habla con realismo, él comenzó a quitar ropa del armario. - ¡Lo siento Mark! - Él recoge sus cosas y se dirige arriba, ella comienza a llorar, el dolor que siente en su corazón la domina. 



Marlene coge su teléfono del bolso y marca el número de Grace. - ¡Hola! Mi dulce y encantadora mejor amiga. - Su voz suena verdad en el otro extremo. - ¡Grace! – Exclama en un sonido  ronco.  - ¡Marlene! No suenas bien. ¿Qué pasa? - Responde nerviosa  al otro extremo. - Mark y yo, simplemente no podemos hacerlo, te necesito. – Le solloza en voz baja. – Voy a reservar un vuelo y por favor hagas lo que hagas mantén la calma, te veré pronto. -  Marlene sabe que siempre puede confiar en Grace, es, desde hace mucho, su confidente. Mientras se prepara para ducharse y pasar la noche con dudas y resentimientos de lo sucedido con Mark, su teléfono tintinea, al otro extremo se oye a Rebecca preocupada. - ¿Estás bien? Temo por ti. – Le pregunta y transmite su inquietud.  - Estoy bien, discutimos, no ha sido agradable, pero él… creo que esto se ha acabado. ¿Hablamos mañana? Necesito pensar y dormir un poco. - Rebecca entiende la situación y le da las bunas noches. Marlene coloca su teléfono en la cómoda y se acuesta, bajo las sábanas siente calidez, es algo que la consuela, pero se siente incómoda por el desastre en el que se encuentra su vida. Necesita algo nuevo, algo nuevo que la calme en un intento de dormir, pero en su mente va confirmando que su vida se ha metido en un descontrol.



Mark se para en el pasillo de la sala de recuperación mirando sobre un mapa y se apoya contra la pared, lleva una ficha debajo de su brazo y la cabeza inclinada. - ¡Hola! - Marlene camina hacia él y luego mira a su alrededor asegurándose que nadie más está por allí cerca. - ¡Hola! – Responde rápido. - ¿Podemos hablar? - Él pregunta en bajo tono. - ¿Tu oficina? - Contesta ella y caminan juntos, ambos permanecen en silencio hasta que la puerta se cierra. - He hablado con el doctor Kessler esta mañana y le dije que necesitaba regresar a New Haven. Siento que mi tiempo aquí es suficiente… - Interrumpe Marlene. - El compromiso es por dos años Mark. – Ella le recuerda con sorpresa. - Él entiende que su equipo ha aprendido mucho de mí, pero con todo el respeto, la agitación en mi vida personal, simplemente no me permite concentrarme y yo no… quiero vivir y trabajar aquí si no estás a mi lado. - Él describe con firmeza, Marlene suspira pesadamente. -Te dije anoche que podríamos resolverlo, no voy a poner una fachada para que puedas trabajar aquí o en cualquier lugar, te dije que simplemente no sería yo, deseo hacer sacrificios por tu carrera, pero no a cualquier precio. - Le dice a Mark. - Casados ​​nos prometimos mutuamente amar, honrar respetar y prometimos cuidar el uno del otro. - Le advierte con tacto. - ¡Sí! Es más unilateral que los dos juntos. Más discutido. Sabes que te amo y lo siento por las cosas que continúan sucediendo entre nosotros. - Él se justifica. - Como tus celos, ira y rencor, tu eres rápido para juzgarme, pero nunca a tí mismo. ¿Qué pasó con el hombre con el que estaba casada, el hombre que pensé que amaba? - Ella aparta la mirada. - Sé que no podemos volver a donde estábamos, diablos, supongo que no podremos llegar a un final abierto. - Se apoya contra el escritorio con la mano en la barbilla. – Incluso si nosotros lo intentáramos, siempre habría una duda, dudas sobre mí y mi vida pasada, tu miedo a que puedo ser realmente gay. – Aprieta con fuerza su mandíbula. - ¡Hmmm! Una vez fuiste eso. - Pone sus ojos en ella. - ¡No lo soy! ¿Te gustan las etiquetas? ¿Te enojó tanto que me enamorara de una mujer? ¿A la mujer que ayudaste a salvar la pierna? ¿La persona con la que comparto contacto cercano? ¿Nuestro pasado te molestará hasta el punto de avergonzarte? ¿Estás avergonzado de que alguien lo descubra? - Ella expone, él la escucha en silencio. - ¡Bueno! Odio tener que decirte esto, pero nuestra relación era muy abierta. Aquí cualquiera puede caminar por las puertas de este hospital y reconocerme a mí, a su familia, a mi familia, todos sabían que vivíamos en el castillo juntas como pareja. – Marlene deja que las palabras fluyan libremente sin ninguna duda. - Has hecho tu punto y yo, bueno supongo que puedo decir que es abrumador, no estoy avergonzado, todos tenemos un pasado Marlene. - Él se levanta para ponerse cara a cara. - Lo que alguna vez fue tan perfecto ahora es un desastre. - Le recordó. - Necesito saber la verdad. – Él quiere encontrar algún punto débil. - Mark, no lo entenderás, pero siempre la amaré, nunca supe que podría enamorarme tan profundamente de alguien hasta que la conocí. – Gruñe y continúa. - La realidad: Nunca lo pedí, nunca me había interesado en una mujer, ni siquiera remotamente. Volvió a la vida de su familia después de estar lejos y directamente a la mía, la negué todas las veces que decía que me amaba, nunca renunció a la lucha para estar conmigo, me dolía y yo estaba avergonzada de pensar que alguien supiera lo que verdaderamente sentía. - Mark está intrigado por la confesión. - Marlene puedes compartir conmigo todo sobre tu pasado con ella, pero eso no es lo que estoy pidiendo, estoy preguntando ¿Estás enamorada de ella? - Traga saliva y guarda silencio, él aguarda una respuesta. - ¡Sí, Mark! Estoy enamorada de ella. - Cierra los ojos haciendo una mueca. - ¿Ella lo sabe? Quiero decir que ella tiene una novia y han sido años. ¿Comparte los mismos sentimientos? - Marlene coloca su mano sobre la de él. - Ella los comparte. - Él cierra su mano en la suya y la mira. - Justo como en los viejos tiempos, Recuerdo que… - suavemente desliza su mano de la de Mark. - Rebecca me ama Mark, y eso no cambiará nunca, ella no tiene la culpa, ella no tenía ni idea de que volvería aquí, y mucho menos para cuidar de su salud. - Habla con honestidad. - ¿Quieres intentar reavivar lo que tenías? - De repente un dolor de estómago le hace percibir un nudo cuando le pregunta. - ¡No sé! Tengo que concentrarme en mi vida y mi carrera, Rebecca ha pasado por mucho, ella no recuerda el accidente y la novia… -  Marlene opta por no decirle que había terminado las cosas con Lizette. - Supongo que hay un escoyo. ¿No querrías vol…? - No termina la frase. - En realidad no, Mark estarías constantemente atormentado por mi pasado y tus celos si me acerco a otra mujer te volverían loco, admítelo, sabes que estoy diciendo la verdad. - Piensa por un segundo. - Ojalá me lo hubieras dicho antes de que nos casáramos, podría haber estado preparado. – Él parece triste y derrotado. - ¿Pre qué? ¿Me habrías llevado a Düsseldorf sabiendo que había tenido una relación con una mujer? Hombre o mujer. ¿Cuál es la diferencia? -  Suplica en una pregunta. – ¡Podríamos! Al menos podríamos regresar a New Haven juntos, empezar de nuevo. – Él se ofrece. - ¡No Mark! No podemos, no quiero niños en mi vida, y si volvemos juntos, entonces me presionarás todo lo que puedas, y no quiero eso. No quiero vivir la existencia de la princesa, lo hice cuando era una estrella, mi carrera en la actuación y el canto era joven y lo permití. Tristán me puso en el mismo pedestal, se enfureció y enloqueció cuando se enteró de lo que teníamos Rebecca y yo, él pensó que le pertenecía y me generó mucha miseria, me despojó de mi voz y de mi carrera como artista, pero al final nada afectó a la única persona con la que quería pasar mi vida, eso era todo lo que me importaba. - Mark asiente con un movimiento de la cabeza. - Pero esto es diferente, ha pasado mucho tiempo y no estabas casada con ninguno de los dos, pero lo estamos, hicimos este compromiso Marlene. - Sus palabras son enérgicas y fuertes. - ¡Mark! No pienses en que nosotros podamos ser felices juntos, te amo, pero no de la manera que tú quieres que yo lo haga. - Su honestidad se la toma en serio. El respira y cambia de tema. - David llamó antes. – Marlene le mira expectante. - ¡Sí! Grace estará aquí mañana. – Añade al ver que no dice nada. - ¿Era realmente necesario? - Mark le pregunta. – Lo fue, me asustas y ella es mi mejor amiga. - Él levanta la mano en son de paz. - Tengo una habitación de hotel, esta tarde me llevo mis cosas. - Le informa antes de dar la vuelta y salir de la oficina.



Marlene termina con sus pacientes y le pregunta a Rebecca.  “¿Quieres tomar un café?" Ella envía el mensaje, luego pone el teléfono en el bolsillo de sus vaqueros. "¿Saliendo temprano? - El Dr. Kessler la intercepta mientras sale de su oficina. - ¡Sí! Dr. Kessler. – Le sonríe. - ¿Podría hablar con usted un momento? - Él le pregunta en un tono sencillo. – Seguro. - Ella responde y entran de nuevo en el despacho. - Odio que Mark quiera irse. - Él arquea su frente mientras habla. - ¡Lo siento! Dr. Kessler pero es su decisión. No puedo detenerlo y él siente que necesita regresar a casa, ¡Lo siento! - Responde sinceramente cuando su teléfono suena. - Perdóneme un segundo. – Se disculpa y se acerca a su escritorio revisando el mensaje. “Diez minutos” – Lee. - ¡Genial! - Ella se da la vuelta. - Dr. Kessler… Supongo que querrá que le haga cambiar de opinión. – Él se rasca la cabeza. - Sé que dos años es mucho tiempo, pero tal vez después de haber estado en casa un tiempo…- Caminan hacia la puerta. - Habla con él en privado. Puedes emplear los sentimientos, tal vez podrías convencerlo de que regrese. – Toca con la mano sobre su hombro. - Tengo que irme. – La acompaña hasta afuera. - ¡Gracias Marlene! - Sonríe dejando su compañía.



Camina por la acera hasta la cafetería y se sienta a la espera de la entrada de Rebecca. Tiene mucho que compartir, su charla con Mark, el regreso de Grace. Alza la vista y la ve allí de pie, sonriendo. Rebecca deja el bolso en la mesa y se sienta junto a ella. - Estaba muy preocupada por ti, Marlene. -  Rebecca le dice con cierta inquietud. - ¡Ahora mismo estoy traumatizada! Por decir lo menos, pero la verdad es que hemos sido más amables esta mañana.  Te pido disculpas Rebecca, nunca pensé que apareciera así. -  Le responde. - No tienes que disculparte, estoy contenta de que te encuentres bien y no te haya lastimado. – Está satisfecha al verla sonreír.  - Le expuse que todo ha terminado, que ya no podemos continuar, él ha decidido regresar a New Haven. -  Rebecca la mira a los ojos mientras escucha atentamente. - Tengo una cita con él mañana, probablemente lo quiera cancelar porque estoy segura de que me odia. - Expone Rebecca en lamentación. - Sobre todo, Mark es un profesional, él no arruinaría su reputación acosando a un paciente, es tu última cita con él como cirujano. – Marlene sabe que Rebecca está en el camino a la recuperación total. - ¡Es cierto! Pero será muy incómodo, Tristán estará aquí por la noche él podría ir conmigo. – Sonríe y encuentra paz interior sobre la situación. - Pero Tristán tendrá que saber la verdad, Rebecca. - Le aconseja con cariño.  - ¡Si! Se lo contaré esta noche en la cena. - La mira profundamente a los ojos. - ¿Qué harás ahora? -  Ella se encoge de hombros antes de contestar. -  ¡No lo sé! Tengo una carrera y puedo trabajar en cualquier lugar, pero mi pensamiento está en enderezar mi vida. Solicitaré una anulación, tendré que volver a New Haven para hacerlo. Me encanta ese lugar, es pequeña y pintoresca, pero no puedo quedarme, la ciudad no es lo suficientemente grande para Mark y para mi. – Gruñe en un tono compasivo. -  ¡Ya veo! ¿Crees que volverás aquí? -  Parece ansiosa por Marlene. - Hay muchas incertidumbres para mí en este momento que me han causado  nada más que agonía y desconfianza, necesito ser libre nuevamente y necesito tener la mente clara para tomar una decisión. - Trata de ser honesta y sincera. - No quieres problemas mientras tratas de obtener la anulación, entiendo que llevará tiempo. ¿Cuánto crees que hará falta? - Rebecca preguntó. - Un mes quizás, tal vez menos, nunca he hecho eso, no creo que tengamos que divorciarnos, no ha pasado tiempo suficiente y no quiero pasar el dolor de corazón y el malestar de otro enfrentamiento. - Intenta sonreír mientras responde. - Grace estará aquí más tarde, esta noche. - Dice con júbilo. - ¡Oh! Me gusta ella, es una buena amiga para ti Marlene y sé que debe estar dolida por esta situación. – Rebecca le habla compasiva.

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