Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 28 de abril de 2017

CAPÍTULO 69

                                             
                                
                                   REGRESO FELIZ

Rebecca ocupa su asiento y abre su cartera, extrae el diseño que había comenzado el día anterior, con presteza corta un patrón y empieza a acumular un poco de material.  Comprueba el trazado por los errores.  
- ¡Bien hecho!-  Dice Sofía acercándose.
- ¿Vas a marcharte esta tarde después del seminario?-  Le pregunta en voz baja y mirando alrededor de la sala.
- ¡No! Lo haré mañana por la mañana.-  Rebecca contesta mientras sus manos trabajan la tela. 
- ¿Cenarías conmigo esta noche?-  Ella levanta la mirada.  – En “The Brussels Inn” preparan un maravilloso estofado de ternera, podríamos hablar de la moda.- Sophía  lo expresa con la esperanza de una respuesta afirmativa.  Rebecca reposa la tela sobre el tablero.
- ¡No veo por qué no!-  Le responde.  
- ¡Bien! ¿A las siete?-  Le dice con una mirada inquisitoria. Rebecca asiente con la cabeza y luego con una sonrisa. Baja la vista para coger la tela donde la había dejado. Sofía camina por la sala examinando el patrón de cada diseñador, de vez en cuando mira hacia atrás a Rebecca. La mente de Sophía se pregunta sobre Rebecca, su vida y obra en LCL. Sabe que ella es brillante y tenaz, su pensamiento retorna  al beso que había querido dar la noche anterior.

Rebecca descuelga su teléfono móvil mientras recoge sus cosas. El seminario ha llegado a su fin.
- ¡Hola!-  Habla con voz cansada, sus dedos están doloridos por el trabajo manual con los materiales de costura.
- He realizado algunas buenas fotos y he visitado muchos lugares, creo que tanto tú como Kim estaréis satisfechas. ¿Cómo ha ido el seminario?-  Aarón pregunta.
- ¡Bien, bien!- Rebecca contesta.
- Voy a cenar con Sophía  esta noche. Espero que nuestra conversación me diga cuáles son sus planes para el futuro. - Responde ella con confianza. 
- Tendré las fotos preparadas para cuando volvamos, deberíamos quedar con Kim. Buena suerte esta noche y nos vemos en el aeropuerto por la mañana. –  Rebecca regresa a su habitación y ya relajada, llama a Marlene.
- ¡Hola!-   Ella responde.  
- Te echo de menos  y te quiero.-  Marlene sonríe.
- Y yo te quiero y te echo de menos. ¿Cómo te va? ¿Te gustó el seminario? -  Ella la interroga contenta de que regrese  a casa al día siguiente.  
- ¡Sí! Ha estado bién. Sofía y yo vamos a cenar esta noche, estoy esperando para ofrecerle a LCL, a ver como respira.-  Marlene guarda silencio.       
- ¿Cena, no hablasteis  anoche?-  Le pregunta.
- Lo hicimos, pero solo sobre el desfile de moda. Ella tenía un interés especial en la colección adolescente, me pareció algo extraño.-  Rebecca habla pensando en volver a su conversación.
- ¡Ah! He terminado los proyectos  para la muestra adolescente hoy y creo que estamos listas, sólo un par de detalles por hacer. Tanja está de mal humor, por supuesto.-  Ella se echa a reír.
- No echo de menos eso.- Rebecca contesta.  
- Por cierto Ruth se incorpora mañana, ha decidido vivir en las dependencias para el servicio.  Acudirá arriba sólo si la necesitamos, por supuesto, después de que llegue el bebé. ¡Ah! El Lunes es nuestra cita, a las diez me harán la ecografía así que no hagas ningún plan.- Marlene  le  ordena.
- ¡Ok! Claro que debo ir. Tengo que ducharme y vestirme, he quedado en la planta baja a las siete. ¡Te amo!-

Rebecca está sentada a una mesa para dos. El camarero enciende la vela y le sirve un vaso de vino tinto. Se relaja pensando cómo iba a acercarse a Sofía con el tema de LCL.
- ¡Buenas noches! ¡Lo siento! Vengo corriendo y un poco tarde.- Ella se sienta y pide una copa de vino. Esboza una sonrisa. - Quizás deseaba descansar, he  trabajado  hoy cada uno de los huesos de mis dedos.-  Rebecca levanta la frente con una sonrisa.
- ¡Sí! Lo hiciste, mis manos están doloridas.-  Sophía toma un sorbo de su vino.
- ¡Así que dime! ¿Cómo está todo en la LCL?- Rebecca reposa la copa y se aclarara la garganta.
- ¡Bueno!  Creo que lo estamos haciendo bastante bien. Admitámoslo, la industria de la moda no es como lo que solía ser. Las cosas cambian, las ideas y las formas de las personas cambian y un diseñador debe mantenerse al día con ésta corriente o se queda fuera.- Sofía toma nota mental de su planteamiento del mundo de la moda.
- He pasado los últimos diez años de mi vida tratando de expresar esto mismo a Henri, sin embargo él no está muy dispuesto a escuchar y en los últimos años se ha hecho muy controlador.- Ella comenta  abriendo la carta del menú.  
- LCL tuvo que bajar de ese barco o se hubiera ahogado.-  Rebecca le añade con una sonrisa.
- ¡Sí! Abriendo brecha con otros territorios fue un paso valiente y añadiendo otra forma de hacer fue clave en el renacer de una casa abocada a morir.-  Ella le relata con lo ocurrido en el pasado. Rebecca siente un escalofrío.  
- ¡Tienes razón! La industria de la moda no siempre se comporta de esa forma. ¡Pero sí! LCL estuvo cerca de desaparecer.- Sophia intervino rápidamente.  
- Tanja es astuta, cuando se trata de negocios.- Rebecca vuelve a sonreír.  
- Puedo estar de acuerdo con eso, ese tipo de cosas sí que sabe llevarlas. Su forma de hacer sigue siendo burda, grosera  y cómo hacer la vista gorda para salirse con la suya.-  Le expresa directamente.
- ¿No he oído hablar mucho de Clarissa desde hace tiempo?- Sophia  le pregunta separando el pelo de su cara, se relaja en su silla. 
- Ella pasa la mayor parte de su tiempo en  Inglaterra  o Copenhague. Ha estado viajando mucho, creo que ahora está de vuelta en Düsseldorf.-  Rebecca conjetura con el ceño fruncido.
- Supongo que se dio por vencida en el mundo de la moda.- Sophia añade con la mirada perdida en su copa de vino.
- Creo que Clarissa simplemente se cansó de todas las indecisiones de la familia y los planteamientos que eran una batalla, constantes peleas sobre quién estaba a cargo y quién gobernaría las empresas de la familia.- Añade mientras piden la cena. - ¡Háblame de ti misma!- Rebecca le pide ordenando el estofado de ternera.
- Estoy en el último mes de mi contrato con Henri.- Rebecca deja la copa de vino mientras escucha con atención.
- ¿Tienes planes?-  Le pregunta para sondear las posibles salidas.  
-Tengo treinta y cinco años y he pensado en la jubilación. Imagino poder viajar en el futuro.-  Ella hizo una mueca antes de continuar.
- Mi marido Heinrich y yo, nos divorciamos el año pasado.- Le menciona.  
- ¡Oh! ¡Lo siento!-  Añade Rebecca.
- ¡Basta de hablar de mí! ¿Y tú, sigues siendo el diseñador jefe de LCL?- Ella le pregunta.  Rebecca aparta su plato permitiendo que el camarero sirva otra copa de vino.
- En realidad, estoy en una posición administrativa, soy responsable de todos los diseñadores. Así que viajo mucho, encuentro personal y decido donde quiero que trabajen, entre otras cosas.- Sophia la mira sorprendida.
- Nunca pensé que oiría eso, nunca nos hemos visto antes, pero me he mantenido informada de tu trabajo y debo decir que me acabas de sorprender.-  Rebecca le responde.
- Diseñar es una gran parte de mi vida, la llevo en la sangre, sin duda, pero tuve que hacer cambios, cambios que espero sean beneficiosos para mi  y mi familia.-  Su tono serio.
- Dijiste que estabas esperando un niño.- Rebecca se ríe sacudiendo la cabeza.
- ¡No soy yo!-  y carraspea.  
- Pero pensé que… durante nuestra conversación dijiste que estabas felizmente casada y esperando un hijo.-  Sofía parece perpleja.
Es mi esposa Marlene la que está embarazada.- Ella sonríe y termina su vino de un trago. Sophia se queda sin habla al principio.      
- Acerca de la noche anterior…- Rebecca interrumpe rápidamente.
- Creo que hemos  dejado que…- Ella la mira a los ojos.
– Entonces. ¿Quién es el diseñador jefe de LCL ahora?-  Ella aparta la mirada de Rebecca cambiando de tema.
- ¡Bueno! Estoy segura de que sabes que hemos contratado a Emily Dupree.-  Rebecca comienza  a hablar.
- La nieta de Jean Dupree, sí, ella fue una estudiante estrella. Marie tenía muy buena opinión de ella. - Rebecca hace una mueca.
- Creo que tuvo mucho que ver con Tanja y Sebastian cuando cortejaron a  Jean acerca LCL París.-  Afirma Rebecca. Sophia suspira. 
- Parece ser un éxito.- El corazón de Rebecca corre al escuchar esas palabras de alguien de la talla de Sophía.
- ¡Sí! Después del desfile de moda vamos a llevar la línea de lencería a París, creo susurros nocturnos triunfará  en lugares como París, Roma y Nueva York.-  Expone con seguridad.        
- Estoy de acuerdo, pero todavía no has respondido mi pregunta. ¿Quién es tu diseñador jefe?-  Rebecca baja la mirada a la copa.
– Aún no tenemos una, Emily es algo inmadura para preocuparse por la moda, debe crecer,  tiene mucho que trabajar.-  Mira de nuevo hacia ella. - Emily es buena, tiene talento pero… Sophia sonríe extendiendo su brazo para tocar su mano.  
- ¿Fue esta la razón por la invitación para el desfile de moda?-  Rebecca la mira tragando saliva.
- Entre otras cosas, sí, quiero que veas nuestras colecciones, nuestro negocio como un todo, la forma en que operamos…- Sophia hace una respiración profunda.
- Yo no estoy segura de querer continuar con el diseño. Lo he estado toda mi vida y he tenido mucha  suerte, no todo el mundo nace dotado para ello, hay muy pocos que puedan mover montañas de moda como nosotros.-  Rebecca no sonríe asiente sus comentarios de forma gratificante.
- ¡Está bien!  Recorreré sus instalaciones y criticaré sus colecciones. - Ella se ríe y se dan la mano.
- Se está haciendo tarde.- Rebecca expresa.
- ¿Podríamos tomar una copa? Tengo un whisky envejecido en mi habitación.-  Sophía propone, Rebecca piensa antes de hablar.
– Te agradezco la oferta, pero es tarde y tengo un vuelo  muy temprano, espero que lo entiendas.- Sophia sonríe.
- ¡Ya!- La puerta del ascensor se abre y entran.
- ¿Puedo hacerte una pregunta personal?-  Rebecca indaga al tiempo que  la puerta del ascensor se cierra. 
- ¡Claro!- Responde ella con una sonrisa.
– ¿Por qué te has divorciado de tu marido?- Sophia se cruza de brazos. - Tal vez estoy siendo demasiado atrevida o que debo ocuparme de mis propios asuntos.-  Sophía rápidamente corta.
- ¡No! Yo no lo amaba, al principio él era cálido y aventurero, una especie hombre de corazón, pero yo no estaba feliz, disfruto de la compañía tanto de una mujer como de un hombre y él simplemente no podía hacer frente a esa parte de mí. Me decía que estaba perdiendo el control de mi vida y  aquello comenzó a influir en mi trabajo.-  Las puertas del ascensor se abren.  - ¡Ya hablaremos!-  Ella le comenta cuando Rebecca sale del ascensor, en su pensamiento se define la respuesta a la pregunta por la razón del beso de la noche anterior.

Marlene está ayudando a Ruth a colocar fotos en la pared de su habitación.            
- ¿Está segura?- Le pregunta.
- Lo estoy, me voy a encontrar muy bien aquí, luego  pasaré mis cosas.-  Responde ella con confianza. Ruth es una mujer delgada con el pelo largo de color castaño rojizo,  que lleva recogido en un moño apretado. Tiene los ojos de color verde oscuro como el terciopelo, su sonrisa tipo definiendo sus pómulos altos y la piel suave.
- ¿El señor Von Lahnstein  regresará a casa hoy?-  Ella pregunta mientras equilibra el marco de una imagen reciente de su hijo.
- ¡Uh!- Marlene empieza a hablar cuando suena el timbre de la puerta.
- Voy yo a abrir, señora.-  Ella la deja con algunas dudas y cierta sensación de falsa. Un hombre  trae unas cuantas cajas que son para ella.
- ¡Por favor! ¿Puede traerlas por aquí?-  Ruth lo guía por el comedor hacia sus aposentos,  dejando allí las cajas. Ella empieza a abrirlas.
- La dejaré con su tarea, debo revisar mi cena, está en el fogón, espero que le guste el guiso.- Murmura  saliendo hacia el comedor. - Tengo una lista de cosas para revisar.  Tómese su tiempo ahora y lo haremos  más tarde.-  Marlene comenta a Ruth, ella asiente y cierra la puerta que da a su privacidad. Marlene agita el guiso y apaga el quemador.  Mira el reloj en la pared y se pregunta cuando llegará Rebecca.
- ¡Señora!-  Ruth la sorprende.
- ¡Sí! ¿Están sus pertenencias en orden?-  Ella le pregunta.
- ¡Lo están!-  Ella sonríe con amplitud.  - Me gustaría mostrarle algunas fotos de mis nietos.-  Su estado de ánimo es alegre, sus cosas personales habían llegado sin demora. Marlene la sigue de nuevo.  
-  Me gustaría colocar unas fotografías aquí.- Ruth señala un punto en una pared esperando la aceptación de Marlene.
- ¡Claro!- Ella la anima viendo su sonrisa, el corazón de Ruth la hace sentir como en casa.
- ¡Marlene!-  Rebecca grita abriendo la puerta,  pone su bolso y la chaqueta en la silla de su oficina y coloca su agenda en el escritorio. Contenta de estar en casa.
- ¡Marlene!-  Grita de nuevo, el olor de la cena desde la cocina atrae su atención, levanta la tapa de la olla mirando el contenido.  Coge la cuchara de madera la moja en la olla y lo prueba.
- ¡Hmmm!-  Ella ladea un ojo. - ¡Que bueno!-  Expresa con una sonrisa.
- ¡Señora! Creo que escuché algo, iré a ver.-  Deja a Marlene y se dirige hacia la cocina. Ruth se detiene en la puerta mirando a la espalda de una mujer que tiene la tapa de la olla en su mano.
- ¡Disculpe señora!-  Sorprende a Rebecca y le quita la tapa de la mano.
- ¿Usted debe ser Ruth? ¿Dónde está Marlene?-  Le pregunta para saber dónde está. Ruth coloca la tapa en la olla.
- ¿Y Usted quien es, señora?-  Ruth en un tono serio.
- Rebecca, Rebecca Von Lahnstein.- Ruth se aparta de ella.
– La anunciaré a la señora.- Le responde incierta de quien es Rebecca.
-  ¡Señora!-  Marlene está alineando un cuadro en la pared.
- ¡Por favor! Llámame Marlene, Ruth.-  Ella le sonríe. 
- Como quiera, Marlene hay una extraña mujer en la cocina, Rebecca.- Marlene sonríe los hoyuelos en sus mejillas se profundizaron.
- ¡Rebecca!- Ella se apresura a salir de la sala y en la cocina se abrazan y besan con placer. 
- ¿Esa es Ruth? - Cuestiona con una mirada distante y las manos envueltas firmemente alrededor de la cintura de Marlene.
- ¿Si, por qué?-  Marlene contesta sonriendo.  
- ¡Porque ella no sabía quién era yo Marlene!- Ella exclama con seriedad. Marlene suspira con prisa.
- No le dije nada porque quería que estuvieses aquí cuando lo haga, yo quiero que ambas hagamos una introducción apropiada.-  Le declara con calma.
- ¡Ruth!-  La llama. Mientras camina hacia la cocina muestra una mirada de incertidumbre en su cara, Ruth sonríe.
- ¡Sí Marlene!-  Responde ella en espera de su respuesta.
- ¡Es Rebecca, mi esposa!-  Le dice sin soltar el abrazo entre ellas. Rebecca sonríe y extiende su mano hacia Ruth.
- Bienvenida a nuestra familia.- Le dice haciendo que Ruth se encuentre un poco más a gusto.
- Lo siento mucho señora Von Lahnstein, no me di cuenta de quién era.-  Ella mira a Marlene.    
- ¡Por favor! Llámame Rebecca, ahora usted se debe sentir un poco sorprendida  y no puedo ir por la vida sin entender por qué Marlene, mi amada esposa, no le haya dicho nada acerca de mí.-  Responde cruzando los brazos, ambas miran a Marlene.  
- ¡Lo siento! Por favor perdóname Ruth, pero encontrar una buena ayuda y sobre todo a alguien que te guste, con quien sentirse cómoda  no siempre es fácil, pensé…-  Ruth interviene con firmeza.  
- ¿Usted pensó que podría tener un problema con una pareja del mismo sexo ?-  Ruth le pregunta con una sonrisa. - ¡Pues no! No lo hago, sé que soy más vieja. Pero yo no tengo prejuicios con eso, mi hermano mayor era gay y fue muy difícil para él y su socio. -  Ella comienza a abrirse sobre su vida familiar. - Murió hace unos años.- Ella baja la cabeza para limpiar una lágrima de su mejilla. Marlene y Rebecca la consuelan. - ¡Gracias!- Marlene le da un abrazo.
- Si me disculpáis, necesito una ducha y un cambio de ropa.- Rebecca coge su maleta y se dirige hacia el piso de arriba. Ruth le hace a Marlene  una mirada hosca.  
- Me hubiese gustado saberlo  en la entrevista. - Ella le explica con brevedad.
- ¡Sí! Debería haberlo hecho.-  Marlene contesta con una punzada de culpabilidad.
- Ella es hermosa y saludable, ustedes dos tendrán hermosos hijos.-  Le comenta haciendo que Marlene se sienta más cómoda.
- Ve arriba a ver a tu esposa, voy terminando la cena. Te llamaré cuando esté lista.- Marlene huye rápidamente por las escaleras y entra en la habitación, cierra la puerta detrás de ella. Pone su teléfono encima de la cómoda y se precipita  al cuarto de baño. El vapor de la ducha ha empañado la puerta de cristal, Marlene se desnuda y mete sus manos tocando la cintura de Rebecca que reposa su cabeza contra el pecho de Marlene.
- ¿Debemos?-  Ella se pronuncia sintiendo las manos de Marlene acariciando suavemente su pecho. Marlene la besa la nuca, con la punta de la lengua viaja hacia su hombro, el agua de la ducha golpetea su rostro con gotas suaves.
- ¡Debemos!-  Le confirma en voz baja girando alrededor de ella la  abraza y tirando de su pierna hasta cubrir el lado de la suya. - ¡Marlene!- Rebecca ladea la cabeza hacia atrás mientras la boca de Marlene remonta  por delante de su cuello y la garganta, con las manos  recorre su espalda apretándola contra ella aún más. Ella abre los ojos y los fija en Rebecca.  Sienta su boca sobre la de Rebecca, entra con su lengua penetrando con dulce ardor.  Las manos de Rebecca acarician la cabeza con los dedos trabajando los mechones de pelo empapados. - ¡Oh! ¡Dios! ¡Marlene!- Se le doblan las rodillas, estimula con ímpetu sobre el montículo, jadea en busca de aire, Marlene la abraza cogiéndola en brazos y culminan con sus labios entrelazadas sus lenguas con placer de felicidad sexual. - ¿Me has echado de menos?- Marlene le susurra al oído mordisqueando el lóbulo de la oreja haciéndola gemir con voz suave.

martes, 25 de abril de 2017

CAPÍTULO 68

                                            
                                                        ANSIEDAD

Rebecca espera a Aaron en el mostrador de facturación, comprueba  sus bolsas y mira su reloj cuando ella alcanza a verle desde el pasillo.
- Ya estoy aquí.- Le dice dejando su bolsa sobre el mostrador y sacando su billete.
- Un atasco, lo siento, pero he llegado.-  Él arquea la frente y entran para pasar por el arco de seguridad.
- Puerta diez.- Informa mirando su billete.
- ¿Café?-  Pregunta  él mientras pasan delante de una expendedora.
- ¡Claro!-  Responde ella. Aarón le consigue un café para llevar y caminan hasta la  puerta de embarque.  
- Me ha dicho mi amigo que va a hacer buen tiempo. - Aaron comienza la conversación.
- ¡Sí! Lo he comprobado antes.- Ella responde sorbiendo su café.
- ¿Estás algo nerviosa?-  Él la interroga, le parece que está lejana.
- En realidad no debería estarlo, pero esta es una gran tarea para mí, mi familia observa y a Tanja no le importaría tirármelo a la cara si fracaso.- Ambos hacen unas risas.  Embarcan en el vuelo y se colocan en sus asientos. Rebecca hojea su agenda y rápidamente la cierra mientras se preparan para el despegue.  Cierra los ojos pensando en Marlene.
- ¿Café?-  La azafata interrumpe la ensoñación de Rebecca, cuando ya están volando. 
- ¡Sí! Por favor.- Ella mira a Aarón que le sonríe.  
- Debo haberme dormido.-  Comenta.
- Lo hiciste.- Él coloca la revista que estaba leyendo en la solapa del asiento.
- ¿Cómo está  Marlene?-  Le pregunta con cierta vacilación en su voz.
- Embarazada y hormonal.- Ella le habla en voz baja. Aaron piensa  un momento antes de intentar otra pregunta acerca de Marlene.  
- Marlene me dijo que rompísteis una vez, hace un tiempo.- Rebecca mira su café con la mirada fija en la negrura.
- ¡Lo hicimos!- Ella responde con algo de resistencia.  
- No lo puedo imaginar,  parecéis tan enamoradas.- Rebecca sabe a dónde va este cuestionamiento, busca saber lo que desconoce sobre Marlene. Algo que  pesa como losa en su mente.
- Hice trampa. Pasó y no puedo remediarlo.- Le dice en tono reflexivo.
- ¿Hiciste trampa?-  Aarón se queda perplejo y aturdido.
- ¿Se supone que Katherine…?-  Rebecca suspira.
- Katherine estuvo mucho después de eso.-  El corazón de Aarón corre por la noticia.
- ¿Otra mujer?- Ella inclina la mirada. 
- ¿Importa?-  Ella pregunta con el ceño fruncido y encrespado el labio.
– De lo que más me culpo es que la engañé y luego mentí durante semanas sobre ello.  Otra persona se lo contó. Imagínate cómo se debió sentir, ella pensaba que le era fiel y honesta.  Me dejó, yo le rogué que volviera, le imploré que se quedara, que trataría de arreglar aquel lío.-  Una lágrima cae de su ojo, pero continúa hablando. - Ella me quería, pero no podía quedarse a mi lado porque me acosté con alguien diferente, porque yo estaba enojada con ella y fuera de control cuando se trata de LCL. No se merecía como la estaba tratando,  yo no  pensaba entonces con claridad, obviamente.-  Ella pone los ojos nadando en la última parte de su café. 
- ¡Wow!- Aaron expresa  en un tono de asombro.
- No tuve más remedio que ceder y la dejé ir. Yo ya no podía aferrarme a lo único que amaba y apreciaba más que nada en la vida. Marlene se instaló y ha perseguido mis pensamientos desde que me enamoré de ella. - Aarón suspira profundamente.
- Ella regresó.-  Él le remarca. Rebecca lo mira. - Marlene estaba perdida en sí misma. Perdió algo más que su voz para cantar, su carrera, yo no fui de mucha ayuda. Nos quedamos atrapados en una absurda rutina, yo no me di cuenta al principio porque todo mi esfuerzo estaba en hacerme un nombre en LCL y trabajaba mucho y muy duro.- Mira la taza de café pasando su dedo por el borde de la misma. - Ella me apoyaba, a mí y mi carrera, pero eso llegó a ser solo de un lado, a ella no la apoye en cómo debía vivir.-  Se aclara la garganta con el rostro algo enrojecido con un poco de vergüenza. 
- No creo que Marlene te echase la culpa de todo y creo que estás siendo muy dura contigo misma.-  Él le consuela
- Necesitaba encontrarse, hallar una manera de ser feliz. Me hizo ver que no le faltaba el amor, pero decrecía nuestra relación, no hablábamos y yo estaba tensa y muy borde. Vi  la realidad sólo después de que fuera demasiado tarde, no estaba muy contenta con la forma en que las cosas estaban sucediendo.-  Ella le cuenta el proceso de aquella ruptura.      
- Te ha dado otra oportunidad a pesar de todo.- Aarón le replica con afecto. Ella Sonríe.
- Siempre supe, en el fondo de mi mente, que volvería. Estaba destrozada por decir lo menos.  Ese primer año fue muy difícil, viviendo sin lo que yo amaba. Había puesto fecha alrededor de lo que creí que aguantaría. Luego apareció Katherine, fue un punto brillante en mi vida, pero yo seguía amando a Marlene. Traté de olvidarla, pero no sirvió de nada. Un día apareció Katherine, en aquel momento yo estaba sin compañía. - Describe con realismo.
- ¿Katherine no lo vio? Quiero decir que no era obvio, que te preocupabas mucho por ella.-  Afirma Aarón con calma.
- Ella me amaba y su amor era incondicional, traté de…, realmente traté de estar enamorada de ella, pero una parte de mí no quería pasar por el dolor y la angustia que estaba sintiendo y tratando de superar.- Rebecca levanta la mano y se limpia la cara.  Aaron termina su café y se queda en silencio, Rebecca cierra los ojos. 
- Marlene debe estar realmente enamorada de ti.-  Su voz es un poco inestable cuando finalmente vuelve a hablar.
- ¡Así es! Lo está y haría cualquier cosa para aferrarse a mí y lo que tenemos, su amor es muy intenso y totalmente incondicional.-  Las palabras de Rebecca son severas.
- Ella me dijo que estuvo casada con tu hermano mayor y luego comprometida con otro hermano, que aquello fue más  grave.-  Le comenta. - ¡Es verdad! Yo vivía en Nueva York, al volver a casa  encontré que se había divorciado de Hagen y que vivía con Tristán en el castillo. Marlene pasó por mucho, el divorcio de Hagen,  fue violada y se enteró de que estaba embarazada, tuvo un aborto. Yo estaba allí para ella, sufrió mucho a pesar de que el agresor fue condenado y enviado a prisión, para ella fue muy abrumador.- Aaron mira con tristeza a Rebecca.
- ¡Violada!-   Expresa tartamudeando.
- ¡Sí! Violada por un conocido de Tristán. - Ella sacude la cabeza.
- Pasamos mucho tiempo juntas, necesitaba el apoyo de una mujer y me dio su confianza. Pero en toda aquella  relación me fui enamorando de ella. Intenté en un primer momento  ocultar lo que estaba sintiendo, pero cuando estás enamorada no se puede. Le escribí una carta sobre cómo me sentía, ella me negó. Una noche entonces dormimos juntas. Estuve luchando en todo momento, porque no había escapatoria. Un día le dije a mi hermano lo que sentía y ella se enojó. Me trataron terriblemente, traté de alejarme de ella, pero se las arreglaba para mantenerme cerca hasta que el día de su boda…- Aaron interviene rápidamente.
- ¿Marlene se iba a casar con Tristán?-  Agudiza su atención.  - ¡Sí! Le abandonó en el altar, se acercó a mí y me dijo que no podía hacerlo, que me amaba. Aquello fue un desastre, mi hermano convirtió nuestra vida en un infierno. Le arruinó su carrera profesional se aseguró que nunca cantase de nuevo. Fue un tormento hasta que finalmente se dio cuenta de que Marlene nunca podría amarlo, que sólo me amaría a mí.- Le relata Rebecca. Aaron asiente, la luz del cinturón de seguridad se enciende para preparar el aterrizaje. Rebecca miró la fina arquitectura de los edificios antiguos por la ventana de su cabina admirando sus altas torres y ventanas de arco, los museos, las tiendas. Bruselas es una ciudad con muchos lugares hermosos.
El taxista se detuvo en un lugar llamado Prístina, un hotel de estilo gótico y entró hacia la recepción. La suite con un amplio Salón con un sofá y mesa, una gran cama de matrimonio divide las dos ventanas que dan sobre los tejados de la gran ciudad. Puede ver la marea de tráfico que fluye por las calles.
- Marlene cómo me gustaría que pudieras estar aquí.- Ella se expresa en voz alta y luego mira a su alrededor toda la habitación. Rebecca ordena el almuerzo al servicio de habitaciones. Después de haber comido se ducha, se cambia y prepara para el seminario. Lleva un largo vestido negro de manga que fluye hasta la rodilla y un pantalón metido en las botas a la altura del tobillo. Coge su agenda y la cartera en la mano, baja por las escaleras a la búsqueda de un taxi.
Rebecca entra nerviosamente en la sala de reuniones del centro de convenciones. Hay mesas de dibujo, rollos de materiales y un buen número de diseñadores  hablando entre sí.
- ¡Rebecca! ¡Rebecca Von Lahnstein!- Una voz familiar le grita.    
- ¡Marta!- Expresa sonriendo, la tensión nerviosa comienza a levantar.
- ¿Está Yuri contigo?-  Martha hace una mueca.
- ¡No! Él no ha venido.-  Rebecca la mira sorprendida.
- Y yo estoy aquí sólo por hoy, tengo un vuelo de regreso esta noche.- Ella comenta.  - Supongo que estarás por los dos.- Rebecca responde
- Estoy sorprendida de que estés aquí, tengo entendido que estás en una posición administrativa en LCL.- Ella sonríe al expresarlo.  
– Lo estoy, pero aún diseño algunos patrones cuando tengo tiempo. Me invitaron y no podía dejar pasar la oportunidad de aprender y conocer a otros diseñadores.- Toman  asiento en la mesa.
- ¿Cómo está Marlene? No os he visto a las dos desde la boda.-  Ella le pregunta. Rebecca la mira.
- Está embarazada, vamos a tener un bebé.- Martha sonríe ampliamente. - Estoy muy contenta por ti, me alegré mucho de ver que os encontrabais de nuevo. Marlene te ama con todo su corazón, lo sabes.- Su sonrisa le produce a Rebecca un sentimiento de gratitud. 
- ¡Gracias Marta! Y yo la amo profundamente.-  Le comenta.
Rebecca abre su cuaderno de dibujo y saca un lápiz de su bolso y comienza a esbozar desde su mente. No hay obstáculos para que la mano guíe el lápiz. Se concentra y pierde todo el sentido del entorno. Deja correr su talento natural definiéndolo en el papel en blanco que ella había desplegado.
- ¡Muy bonito!- La voz de una mujer suena a su espalda, rápidamente se gira para ver quien estaba de pie detrás de ella.
- ¡Por favor, no te detengas!-  Rebecca mira la mujer de fina figura mostrando las curvas a través de una falda estrecha hasta la rodilla. Permanece tranquila mirando a sus piernas bien formadas. Levanta la vista hacia sus ojos gris claro y nariz respingona,  el pelo castaño y rizado hasta los hombros.
- ¡Sophia Van Dorn!-  Ella le extiende la mano a Rebecca para estrecharla.
- Es bueno verte de nuevo.-  Ella responde con un poco de asombro.
- ¡Por favor, continúa!-  Ella coloca su elegante mano en el hombro de Rebecca que la mira a la cara intrigada por su belleza natural. Ella termina el dibujo.
- ¡Eso es todo!-  Sophia camina hacia el frente de la sala.  
- ¡Por favor! Todo el mundo tiene un asiento sólo tenemos poco tiempo esta tarde.- Todo el mundo se sienta. Rebecca cierra su cuaderno de dibujo cruzando las manos cuando Sophia comienza la conferencia. Los rollos de materiales fueron entregados a cada uno, junto con las tijeras y los patrones de una, las manos trabajan en el taller toda la tarde hasta que el seminario llega a su fin. Rebecca cierra su cartera y coloca sus patrones y materiales a un lado.
- Te veré más tarde, disfruta.-  Marta le hace un guiño y un abrazo rápido. 
– Me alegro de verte de nuevo y dale mis mejores saludos a Yuri.-  Ella le responde mientras Marta comienza a alejarse.
- ¡Sra. Von Lahnstein!.- Sofía llama su atención antes de que saliera por la puerta, Rebecca se gira para verla de frente.
- Quería darle las gracias por asistir, hay que decir que su trabajo es como yo esperaba, perfecto, con talento e impecable.- Rebecca sonríe con calidez.
- ¡Vaya, gracias!- Ella la agarra del brazo.  
- ¿Estás alojada en el Inn de Bruselas?-  Le pregunta con firmeza.  
- ¡Sí! ¡Lo estoy!-  Le responde ella mientras salen a parar un taxi.
- ¿Te importa que te acompañe?- El taxista abre la puerta.
- ¡No! En absoluto.- Rebecca le responde.  Regresan al hotel.  
Caminando hacia el ascensor.
- Tengo una reunión en la cena de las seis, será breve, me encantaría charlar si tienes tiempo, por ejemplo ¿A las ocho en mi habitación?-  Le pregunta a Rebecca con la esperanza de que diga que sí.
- ¡Me encantaría!- Puede ver el brillo en los ojos de Sophia.
- Habitación tres veinticinco.-  Le añade al entrar en el ascensor. Rebecca cae en la cama dando vueltas y riendo en voz alta.   
- ¡Me gusta!- Ella murmura. Coge el teléfono y llama a Marlene.
- ¡Hola!- Saluda contenta.
- ¡Hola! ¿Llegaste a hablar con Sophía?- Marlene pregunta inquieta.        
- ¡No! Pero me ha invitado a su habitación más tarde para discutir de diseños y de Nueva York. Espero que dé lugar a invitarla a nuestro espectáculo de moda.- Rebecca le narra.
- ¿Su habitación? - Marlene pregunta algo intranquila.
- ¡Marlene!  ¿No me digas que te vas a poner celosa?- Ella pregunta ante el comentario de Rebecca.
- ¡No! Yo sólo, que me resulta extraño que estando en el seminario,  ella tiene todo el tiempo para hablar contigo.-  Responde ella con calma.
- ¡Marlene! ¡Te amo! y estoy trabajando duro para conseguir que todo funcione, no te preocupes.  Hablaremos más tarde.-  Le asegura. Cuelgan. Rebecca se refresca y se cambia poniéndose  algo más informal. Ordena la cena y una botella de vino para llevar a la habitación de Sophia.
Rebecca llama suavemente a la puerta de Sofía.
- Sra. Von Lahnstein. Entra por favor.- Le abre la puerta para que pase. Rebecca le entrega la botella de chardonnay que lleva en la mano.
- ¡Oh! Mi favorito, qué amable de tu parte.- Rebecca sonríe.
- ¡Por favor! Llámame Rebecca.-  Ella se sienta en el sofá, Sophia recupera dos copas de vino del mueble bar.
- ¡Gracias!- Rebecca toma la copa de vino de la mano de Sophia. Se quita los zapatos y cruza las piernas delante de ella.
- ¡Así que! Cuéntame cómo está LCL haciendo con las nuevas boutiques y tiendas.- Rebecca toma un sorbo de vino.
- Fabuloso y para mi sorpresa con más éxito de lo que esperaba.-  Ella sonríe mirándola a los ojos.
- Veo también que la línea adolescente ha sido un éxito,  eso demuestra que la moda no se limita solo a los trajes de noche. - Ella sonríe entre dientes haciendo que Rebecca se mueva.
- Los tiempos están cambiando y fue mi idea traer a un diseñador nuevo para añadir un poco de estilo a nuestra casa de moda.-  Responde con la atención puesta en Sophía.
- Creo que hizo una buena elección.-  Añadiendo.
- ¿Quieres otra copa de vino?-  Le ofrece levantándose para ir a buscar la botella. Rebecca le tiende la copa a la mano. 
- ¡Gracias! Estamos preparando nuestro desfile de moda de primavera para dentro de un par de semanas y me preguntaba si te importaría asistir. Sé que es dentro de poco y puedes estar ocupada.- Sofía alcanza con la mano el brazo de Rebecca.
- ¡Me encantaría! Siempre he querido ser invitado a un espectáculo de LCL, pero nunca he podido conseguir un compromiso por parte de Tanja. - Rebecca frunce el ceño.
- ¡Tanja, hmmm! Nunca supe que estabas interesada.-  Sophia hace una respiración profunda y recoge su agenda y la abre.
- ¿El veinticinco?- Pregunta de nuevo a Rebecca.
- Estoy libre y me encantaría asistir.- Rebecca se pone eufórica.
- ¡Gracias! He hecho arreglos para que te hospedes en el castillo y creo que podremos hacer negocios en el futuro.- Expresa con emoción. Sophia sonríe y alcanza con la mano el lado de la cara de Rebecca.
– Eres muy hermosa.- Ella le murmura en voz baja, Rebecca traga saliva al sentir su caricia. Sophia adelanta sus labios suavemente para besar a Rebecca, ella retira  rápidamente su boca.
- ¡No puedo!- Rebecca se da la vuelta.
- ¿Por qué no? Me pareces hermosa y deseable.- Sofía le habla en un tono sexual.
- Estoy felizmente casada y estamos esperando nuestro primer hijo.-  Responde seca, sienta la copa de vino en la mesa de café.
- ¡Debo irme!- Se levanta con el corazón acelerado por la ansiedad.
- ¡Lo siento! Nunca quise ofenderte, pensé…-  Rebecca interviene en un tono suave.  - No estoy ofendida, por el contrario me siento halagada, pero estoy muy enamorada de mi mujer.- Sonríe pensando en Marlene.
- Pido disculpas. Espero que esto no cambie las cosas entre nosotras.- Ella le transmite con preocupación.   
- ¡No! Creo que… por encima de todo lo que espero es que no hayas cambiado de opinión sobre el desfile de moda.-  Rebecca tiene sus dudas al preguntar.  
- ¡No! en absoluto, por favor, de nuevo, lo siento por mi agresión.- Rebecca sale hacia el pasillo.
-Te veré en la mañana.- Ella le da las buenas noches caminando a la tranquilidad del ascensor. Inclinado la cabeza hacia atrás y toca sus labios con la punta de los dedos, cierra los ojos reviviendo el intento de beso. La puerta del ascensor se abre sorprendiéndola. El teléfono móvil comienza a sonar y responde.    
- ¡Aaron! ¿Cómo te va?- Ella tropieza con sus propias palabras.
- ¡Bien! Llegando a casa de mi amigo.- Se hace el silencio, la cabeza de Rebecca está en una niebla.      
- ¿Estás bien, va todo bien con el seminario? - Él la interroga.  
-Todo está bien.- Ella le responde mientras entra en su habitación.

viernes, 21 de abril de 2017

CAPÍTULO 67


                       

                           TRABAJO Y CARIÑO

El mes transcurre a gran velocidad, la etapa final de la preparación para el desfile de moda se desarrolla según lo previsto.
- ¡Buenos días!-  Rebeca saluda a Marlene mientras ella pone dos rebanadas de pan en la tostadora.
- ¡Hey! ¿Cómo estás esta mañana?- Le pregunta viendo cierta intensidad en el rostro de Marlene.
– Siento mi cuerpo dolorido.-  Ella responde con una mueca. Rebecca se acerca y toca la frente de Marlene.
- ¿Estás segura? Te siento con un poco de calor, tal vez  deberías permanecer en casa.-   Le expresa.
- Voy a estar bien, esto forma  parte del embarazo.-   Le asegura. Rebecca coloca su mano en el pequeño montículo redondeado que sobresale en el abdomen de Marlene. 
- ¿Has hecho el equipaje para viajar?- Ella pregunta poniendo la tetera a hervir.  
- ¡No!  Aarón y yo tenemos el vuelo temprano mañana. ¿Sabes algo de la niñera?-  Rebecca pregunta poniendo mantequilla en la tostada.
- ¿Te refieres a Ruth?- Ella bromea.
– Como se llame. ¿Cuándo empieza?-  Rebecca la interroga. 
- Su hijo ha estado enfermo y ha tenido que ir a Stuttgart. La espero el viernes.- Le responde.
- ¿Podrá trasladarse  entonces?-  Marlene se encoge de hombros.  
– Supongo, me dijo solamente que  estaría aquí a primera hora y lista para comenzar sus tareas.-  Le contesta. Rebecca se sirve una taza de café y mueve el contenido con una cucharilla.
- Igual que un sirviente debe hacer.-  Lo dice en voz baja. - Bueno se me está haciendo tarde.- Rebecca, declara bebiendo el último sorbo de su café. Besa a Marlene en la mejilla. - Te veré más tarde. - Recoge su agenda de la barra. -Tengo una reunión con Tanja esta mañana y debo estar en casa poco después de almuerzo.- Le dice.    
- Tengo un par de cosas que preparar para Ruth antes de que llegue.- Marlene le añade caminando hacia la puerta, se besan de nuevo.
- Nos vemos en un rato.- Ella la ve alejarse en el coche. Marlene se sienta en la gran sala y comienza a llorar.  Siente una punzada de inquietud, sus hormonas están empezando a hacerla reaccionar de manera extraña.  Pone su cabeza hacia atrás tocando su frente. De pronto siente un ataque de náusea. Sube por las escaleras, se desabrocha y quita la ropa,  se pone el pijama. Coge el teléfono celular y manda un mensaje de texto a Tanja explicando que no se siente bien y no acudirá a LCL. Se mete en la cama. Es cálida y acogedora,  puede oler el aroma de Rebecca en la almohada donde ella apoyó la cabeza, la acaricia brevemente y luego se abraza a ella cayendo en un sueño profundo.
Rebecca y Aaron están trabajando en su despacho.
- ¿Dónde están las fotos de la filmación en Kolonia con Katherine?-  Aarón busca por encima de su escritorio y escoge un sobre de papel manila de debajo de una pila de papeles.
- ¿Encuentro con Tanja?- Él pregunta.
- ¡Sí! Ya sé que ella las ha visto varias veces,  no me  imagino lo que necesita ahora.-  Ella parece desconcertada.
- ¡Bueno! Yo he descubierto una cosa.-  Él expone mirando al techo.
- ¿Y qué es?- Sus palabras  llaman su atención.
- Ella tiene que tener la última palabra.- Rebecca gimió.
- ¡Sí! Y no hacer  diferencias entre quién se le ocurre una idea o quien le de forma.-  Ella deja de hablar sacudiendo la cabeza.
- ¡Lo entiendo!-  Él le contesta.
- ¡Me voy!-  Señalando a la puerta para salir. - ¿Has hecho el equipaje?-  Ella pregunta mientras él la acompañaba hasta la oficina de Tanja.
- ¡Sí!  He contactado con unos amigos, espero que no te importe, me alojaré con ellos en su piso.-  Rebecca parece sorprendida.  
- Claro, lo entiendo.- Se detienen frente a la puerta del despacho de Tanja. 
- Rebecca, te veré en algún momento durante el día, supongo que estarás ocupada con el desfile.-  Él sonríe en tono de broma. - He hablado con Kim y hemos repasado algunas de las fotos, le dije que voy a tomar algunas más en Bruselas y a la vuelta pondremos nuestras cabezas a pensar.-  Complementa su exposición.
- Suena bien.-  Ella le responde. 
- Déjame averiguar de qué trata esta reunión.- Ella se excusa. Rebecca entra en la oficina de Tanja.
- ¿Café?-  Ella le ofrece colgando el teléfono, Rebecca declina la oferta, se  sienta frente a su escritorio y abre su agenda.
- ¿Es tu intención contratar a Sophia Van Dorn de Henri de París?-  El planteamiento al frente y al punto. Rebecca piensa antes de hablar.
- ¡Sí! Esa es mi intención.  El seminario al que me ha invitado a asistir, es probable sea precursora de su interés por LCL.- Rebecca le advierte.
- ¡Ya veo!- Tanja ríe tomando un sorbo de café.
- ¿Y ella tiene la más mínima idea de que no estás diseñando? - Sus palabras van con intención hiriente a Rebecca.
- ¡No lo sé!  Tampoco estoy  preocupada por ello.-  Comenta con el ceño fruncido, se cubre el rostro.
- Bueno, ella no creo que permanezca en París, puede preferir Holanda, después todo su marido, Heinrich está allí.-  Tanja responde groseramente.
- ¿Y cuál es el problema? - Rebecca.
- Ese es un gran pez para tratar de pescar con carrete. ¿No te parece?- Rebecca se muerde el labio mirando a Tanja directamente a los ojos.   
- Si has hecho alguna investigación sobre ella, sabrás que su contrato expira en breve, la he invitado al desfile de moda y he hecho arreglos para que se quede en el castillo.-  Tanja interviene rápidamente.
- Eso es, si ella acepta.- Ella comenta con una contracción en su voz.
- ¡Ya lo veremos  en su momento!-  Rebecca se ríe y le tira el sobre encima de su escritorio.
-  Se me contrató para hacer un trabajo y ¿Por qué no ir a por lo mejor? -  Tanja recoge el sobre.
- Elisabeth y Sebastián querían esto para ti, no tuve más remedio que estar de acuerdo con su petición.-  Expresa con actitud grosera.
– Las fotos de la línea adolescente están ahí. Pensé que ya las habías visto.-  Menciona cambiando la conversación. Tanja lo abre. Tanja las mira de nuevo antes de dar una respuesta a Rebecca.
- La línea adolescente se extenderá a todo el mundo.-  Ella se echa hacia atrás en su silla tirando las imágenes encima de su escritorio.  
– ¿Y estás deseando encontrar un nombre permanente?-  Rebecca pregunta. Tanja hace una respiración profunda.
- Susurros nocturnos es perfecto para la colección de lencería, torbellino, Matices de París, son buenos nombres, pero la decisión para hacerlos permanentes no se ha tomado. Hay muchos temas legales que están involucrados. Yo imagino un nombre pegadizo para nuestra línea adolescente. Debe ser el punto culminante de Riga este año para LCL y luego hará su debut en Nueva York, Londres y Roma.-  Tanja comenta, Rebecca escribe una nota en su agenda.  
- ¿Y quién ha tomado estas decisiones?- Le pregunta de repente.  
- Se ha hablado alrededor de la mesa de la cena, nos reuniremos, por supuesto, y estarás en la toma de decisiones, espero que no vayamos a tener un problema con esto, es una gran decisión para LCL. Sebastián y yo  creemos que será rentable.-  Ella le responde con franqueza.
- ¿Y supongo que China va a estar haciendo la mayor parte del trabajo?- Tanja se ríe con picardía.   
- ¿Cuál es tu problema con China? Sebastián ha conseguido finalmente que esa situación funcione, nuestra línea de producción es ahora una de las mejores y no ha habido ninguna queja recientemente.-  Expone orgullosa. 
- ¡Katherine! ¿Cuál es su opinión sobre esto?-  Rebecca pregunta jugando con su lápiz.
- Nos reunimos después de la sesión de fotos en Colonia el mes pasado, le comuniqué nuestra decisión, ella dudó al principio, pero está de acuerdo que es una manera de conseguir que su moda esté en todo el mundo. -  Tanja responde dando a Rebecca una sensación de inquietud. Tanja se sirve otro café.
- Tendré que trabajar con ella en el nombre de la colección.-  Suspira antes de continuar. - Y no va a ser fácil, estamos totalmente en desacuerdo, está enfadada y resentida y puedo ver que se está convirtiendo en un problema.- Ella le transmite con un cierto picor en los ojos.
- ¡Rebecca! Lo que alguna vez fueron sus diferencias no deben ser un problema,  tenéis que trabajar apartando esas dificultades, es simple.- Tanja expresa en forma asertiva.
- Nada es simple con ella,  ha sido ridiculizada por la mujer que ama y parece que no lo puede superar. Ha hecho comentarios groseros sobre mí a Marlene.- Tanja se levanta de su escritorio.
- Y ella sabe manejarlos bien.- Ella responde en defensa de su amiga.
- Voy a decirlo una vez más. ¡No será fácil!-  Cierra su agenda.  - En este momento me estoy centrando en este viaje y el taller de costura. LCL necesita liderazgo diseñador, que debe ser mi preocupación, no Katherine y su colección adolescente, puso pegas  en volver aquí para la sesión de fotos de su línea, quería hacer una sesión donde a ella le apetecía como niña mimada y egoísta.- Rebecca divaga.
- Me pregunto cómo ella se echó a perder.-  Comenta Tanja acercándose a ella.
- ¿Por qué me miras así?- Rebecca  frunce el ceño.
– Tú lo has hecho todo, le das la luna Rebecca, se enamoró de ti, por no hablar que te acostabas con ella.-  Tanja responde con  crueldad.  
- Yo la quería entonces y quería hacerla feliz y sí ella era mi novia.-  Argumenta lanzando sus manos al aire.   - ¿Quién no duerme con su novia?-  Ella deja escapar en un ataque de ira, una expresión de irritación cruza su rostro. La sonrisa de Tanja se fija en sus ojos. 
- Tendrás que cortejar a la señora Van Dorn si vas a contratarla.-  Ella sonríe provocando  curiosidad en Rebecca.
- Tengo que ir a casa y hacer el equipaje.-  Ella corta la conversación. Tanja comprueba su teléfono celular.
- ¡Sí! Marlene envió un mensaje diciendo que no se encuentra bien. Debes ir a casa y ver cómo está.  Me encargaré de todo hasta que vuelvas. - Rebecca cierra la puerta y mira su teléfono camino de la oficina de Aarón, no hay mensaje de Marlene, sonríe y entra en su oficina.
- Te veré mañana, estaré en casa, Marlene no se siente bien hoy.-  Le dice a Aarón que levanta la vista de su teléfono.
- Espero que se mejore.-  Replica.  - Estar embarazada tiene sus momentos delicados.-  Le asegura.
-Tengo los billetes ¿Necesitas el itinerario?-  Le pregunta tirando de un papel de su agenda.
- ¡No! Nos vemos en la recepción alrededor de las siete y por favor, no llegues tarde, voy a estar ajustada de tiempo.- Ella le recordó.
- ¿A qué hora es el taller?- Él pregunta mientras coloca su equipo de fotografía en la bolsa.  
- Debo tener un poco de tiempo para ir al hotel, comer y estar preparada.-  Ella parece un poco nerviosa.      
- ¡Está bien!- Él le confirma. - ¿Creo que el jueves es todo el día?- Ella sonríe
- ¡Si! De las ocho hasta las cinco, ocho horas gloriosas de nada más que hablar de la moda y la moda.- Ella sonríe dándole un guiño.
- Nos vemos mañana.- Rápidamente sale de su oficina y se dirige a casa.
- ¡Marlene!- Rebecca la llama nada más entrar por la puerta. No oye respuesta, deja sus cosas y se dirige hacia las escaleras y el dormitorio. - ¡Hey!- Rebecca saluda dulce, Marlene se levanta de debajo de las sábanas, Rebecca se apresura a sentarse a su lado en la cama. Marlene separa el pelo de su cara con la mano.          
- ¡Hola!- Mira a su alrededor con un poco de confusión.
- ¿Qué hora es?- Rebecca la coge por el brazo.
- Después del almuerzo. ¿Has comido?- Rebecca pregunta y Marlene gimotea.  
- Yo no tenía hambre.-  Admite mirándola.  
- Te voy a preparar algo, sólo descansa y vuelvo en un minuto.-  La besa con ternura en los labios. Rebecca calienta las sobras de la noche anterior y prepara una taza de té verde caliente para llevarlo a la habitación. 
– ¡A comer!-  Le ordena.
- Si no quieres que te deje sola, podría cancelar el viaje y quedarme en casa.- Rebecca se ofrece. Marlene  da un bocado de su comida.
- ¡No! Estoy bien. Creo que son mis hormonas  reaccionando y que sólo están con algún tipo de ajuste, además Kim va a estar a mi lado.- Rebecca sonríe con tranquilidad.
- ¡Oh! Una noche de chicas. - Se frota la nariz contra la de Marlene.
- ¡Rebecca! Tienes un trabajo que hacer y no puedes quedarte en casa cada vez que me sienta mal, es parte del embarazo y si pensara que algo andaba muy mal, entonces serías la primera en saberlo.- Marlene le remarca. Rebecca le toca la cara con el dorso de la mano y suavemente acaricia su mejilla.    
-Te quiero.- Le dice mirándola con ternura. 
- Y yo a ti.- La mano de Marlene toca suavemente su garganta con el pulgar frotando.
– Deberías hacer el equipaje.- Marlene habla y la  besa.
- ¡Debería!-  Rebecca responde y abre la puerta del armario para sacar su maleta.
- ¿A qué hora vendrá Kim?- Le  pregunta. - Después del trabajo, todavía tiene mucho que ver en esos cuadernos y puede tener  trabajo de más. Emilio se marcha a España mañana unos días y ella quiere estar con él, el poco tiempo que tenga disponible antes de que parta.- Le cuenta y termina su almuerzo.  Rebecca expresa con el ceño fruncido.
- ¿No quieren formar una familia?- Marlene la mira sorprendida. 
- ¿Sabes? Kim después de que mamá murió, pasó por una etapa muy depresiva. Al parecer pensaron que tener un bebé lo solucionaría todo, y que dejaría de pensar en la muerte de mamá.- Marlene limpia  una lágrima que cae por su mejilla. Rebecca la abraza.
- No llores, sé que tu madre era una persona encantadora y sé que ella está sonriendo entre nosotros. Fue una mujer de buen corazón, y que sólo quería lo mejor para sus hijas. - Marlene aspira aire por la nariz.
- ¡Es cierto! Si que lo hizo.-  Ella sacude la cabeza.
- Recuerdo que cuando yo  luchaba con mis sentimientos por ti y el dolor que pasé al romper el corazón de Tristán fue muy comprensiva y amorosa. Su apoyo fue realmente determinante en mi decisión de estar contigo. - Marlene enfatiza acariciando con su mano el cabello de Rebecca.
- Desearía que las cosas hubiesen resultado diferentes, sé de la cercanía que las dos compartisteis.-  Rebecca le responde con todo el cariño que le es posible.
- Lo sé. Estoy triste de que no estuviera aquí para nuestra boda o para conocer a su primer nieto.-  Marlene le transmite acariciando el pequeño montículo en su abdomen.
 Pero está tu padre, tus hermanas y Biggi. Todos ellos serán de apoyo para este niño y eso es algo que espero realmente con interés.- Rebecca le habla en un tono convincente.
- Dana, hablé con ella antes.-  A Marlene le cambia la expresión de su rostro. Rebecca sonríe.
- Y ¿Cómo está Hagen y el pequeño Maxi?- Ella pregunta abriendo la cómoda y hojeando algunas prendas interiores.
- Todo está bien, Maxi ha crecido y Dana dice que Hagen le ha comprado un nuevo caballo y que están planeando un viaje al derby de Kentucky.-  Rebecca sonríe. 
- ¿Sigue pensando en venir para el nacimiento?- Rebecca pregunta mientras termina de hacer su maleta. – Me encantaría abrazar de nuevo a mi hermano, no le veo hace tiempo, pero tengo entendido que está muy ocupado. ¿Dónde está mi bolsa de cosméticos?-  Rápidamente cambia la conversación.
- En el cuarto de baño donde lo dejaste esta mañana.- Marlene empuja la bandeja lejos de ella y se echa fuera de la cama, entra en el baño y comenzó a llenar de agua la bañera.
- ¿Te vas a bañar ahora?- ­Pregunta Rebecca. 
- ¡No!- Se acerca a ella. - Vamos a bañarnos juntas.- Y comienza a desabrochar la camisa de Rebecca.
- ¡No! Estoy preparando el equipaje todavía.- Su boca cubre rápidamente la de Rebecca, su lengua entrelazada con la suya.
- ¡Marlene! Yo, yo pensaba que no te sentías bien.-  Ella se declara quitando la mano de su camisa. Marlene rápidamente agarra su mano empujándola hacia abajo, mientras empieza a desabrocharle la camisa de nuevo.  
- Estoy bien, solo son las hormonas las que causan la fatiga, es decir, hasta que llegaste a casa.- Le echa los brazos alrededor de sus hombros besándola suavemente se desvisten hasta quedar desnudas y caen en el calor tórrido de la bañera.
– Te quiero con todo mi corazón Marlene.- Le dice mirando sus ojos azules chispeantes. 
- No hables.- Susurra moviendo los labios más cerca. - Sólo dame un beso.- Le suplica.