ANSIEDAD
Rebecca espera a Aaron en el mostrador de
facturación, comprueba sus bolsas y mira
su reloj cuando ella alcanza a verle desde el pasillo.
- Ya
estoy aquí.- Le dice dejando su bolsa sobre el mostrador y sacando su
billete.
-
Un atasco, lo siento, pero he llegado.- Él arquea la frente y
entran para pasar por el arco de seguridad.
- Puerta diez.- Informa mirando
su billete.
-
¿Café?- Pregunta él mientras pasan delante de una expendedora.
-
¡Claro!- Responde ella. Aarón le consigue un café para
llevar y caminan hasta la puerta de
embarque.
-
Me ha dicho mi amigo que va a hacer buen tiempo. - Aaron comienza la conversación.
-
¡Sí! Lo he comprobado antes.-
Ella responde sorbiendo su café.
- ¿Estás
algo nerviosa?- Él la interroga, le parece que está lejana.
-
En realidad no debería estarlo, pero esta es una gran tarea para mí, mi familia
observa y a Tanja no le importaría tirármelo a la cara si fracaso.- Ambos hacen unas risas. Embarcan en el vuelo y se colocan en sus
asientos. Rebecca hojea su agenda y rápidamente la cierra mientras se preparan
para el despegue. Cierra los ojos pensando
en Marlene.
- ¿Café?- La azafata interrumpe la ensoñación de
Rebecca, cuando ya están volando.
-
¡Sí! Por favor.- Ella mira
a Aarón que le sonríe.
- Debo
haberme dormido.- Comenta.
-
Lo hiciste.- Él coloca la
revista que estaba leyendo en la solapa del asiento.
- ¿Cómo
está Marlene?- Le
pregunta con cierta vacilación en su voz.
- Embarazada
y hormonal.- Ella le habla
en voz baja. Aaron piensa un momento
antes de intentar otra pregunta acerca de Marlene.
- Marlene
me dijo que rompísteis una vez, hace un tiempo.- Rebecca mira su café con la mirada fija en la negrura.
-
¡Lo hicimos!- Ella
responde con algo de resistencia.
- No
lo puedo imaginar, parecéis tan enamoradas.- Rebecca sabe a dónde va este cuestionamiento,
busca saber lo que desconoce sobre Marlene. Algo que pesa como losa en su mente.
-
Hice trampa. Pasó y no puedo remediarlo.- Le dice en tono reflexivo.
-
¿Hiciste trampa?- Aarón se queda perplejo y aturdido.
- ¿Se
supone que Katherine…?- Rebecca suspira.
-
Katherine estuvo mucho después de eso.- El corazón de Aarón corre por la noticia.
-
¿Otra mujer?- Ella inclina
la mirada.
- ¿Importa?-
Ella pregunta con el ceño fruncido y encrespado el labio.
–
De lo que más me culpo es que la engañé y luego mentí durante semanas sobre ello.
Otra persona se lo contó. Imagínate cómo
se debió sentir, ella pensaba que le era fiel y honesta. Me dejó, yo le rogué que volviera, le imploré
que se quedara, que trataría de arreglar aquel lío.- Una
lágrima cae de su ojo, pero continúa hablando. - Ella me quería, pero no podía quedarse a mi lado porque me acosté con
alguien diferente, porque yo estaba enojada con ella y fuera de control cuando se
trata de LCL. No se merecía como la estaba tratando, yo no pensaba entonces con claridad, obviamente.- Ella pone los ojos nadando en la última parte
de su café.
- ¡Wow!- Aaron expresa en un tono de asombro.
- ¡Wow!- Aaron expresa en un tono de asombro.
- No
tuve más remedio que ceder y la dejé ir. Yo ya no podía aferrarme a lo único
que amaba y apreciaba más que nada en la vida. Marlene se instaló y ha perseguido mis
pensamientos desde que me enamoré de ella. - Aarón suspira profundamente.
- Ella
regresó.- Él le remarca. Rebecca lo
mira. - Marlene estaba perdida en sí
misma. Perdió algo más que su voz para cantar, su carrera, yo no fui de mucha
ayuda. Nos quedamos atrapados en una absurda rutina, yo no me di cuenta al
principio porque todo mi esfuerzo estaba en hacerme un nombre en LCL y trabajaba mucho y muy duro.- Mira la taza de café pasando su dedo por el borde de
la misma. - Ella me apoyaba, a mí y mi
carrera, pero eso llegó a ser solo de un lado, a ella no la apoye en cómo debía vivir.- Se aclara la garganta con el rostro algo enrojecido
con un poco de vergüenza.
- No
creo que Marlene te echase la culpa de todo y creo que estás siendo muy dura
contigo misma.- Él le consuela.
- Necesitaba
encontrarse, hallar una manera de ser feliz. Me hizo ver que no le faltaba el
amor, pero decrecía nuestra relación, no hablábamos y yo estaba tensa y muy borde.
Vi la realidad sólo después de que fuera
demasiado tarde, no estaba muy contenta con la forma en que las cosas estaban
sucediendo.- Ella le cuenta el proceso de aquella ruptura.
- Te
ha dado otra oportunidad a pesar de todo.- Aarón le replica con afecto. Ella Sonríe.
-
Siempre supe, en el fondo de mi mente, que volvería. Estaba destrozada por
decir lo menos. Ese primer año fue muy
difícil, viviendo sin lo que yo amaba. Había puesto fecha alrededor de lo que
creí que aguantaría. Luego apareció Katherine, fue un punto brillante en mi
vida, pero yo seguía amando a Marlene. Traté de olvidarla, pero no sirvió de nada. Un día apareció Katherine, en aquel momento yo estaba sin
compañía. - Describe con realismo.
- ¿Katherine
no lo vio? Quiero decir que no era obvio, que te preocupabas mucho por ella.- Afirma Aarón con calma.
-
Ella me amaba y su amor era incondicional, traté de…, realmente traté de estar
enamorada de ella, pero una parte de mí no quería pasar por el dolor y la
angustia que estaba sintiendo y tratando de superar.- Rebecca levanta la mano y se limpia la
cara. Aaron termina su café y se queda
en silencio, Rebecca cierra los ojos.
- Marlene
debe estar realmente enamorada de ti.-
Su voz es un poco inestable cuando
finalmente vuelve a hablar.
-
¡Así es! Lo está y haría cualquier cosa para aferrarse a mí y lo que tenemos,
su amor es muy intenso y totalmente incondicional.- Las
palabras de Rebecca son severas.
-
Ella me dijo que estuvo casada con tu hermano mayor y luego comprometida
con otro hermano, que aquello fue más grave.-
Le comenta. - ¡Es verdad! Yo vivía en Nueva York, al
volver a casa encontré que se había
divorciado de Hagen y que vivía con Tristán en el castillo. Marlene pasó por
mucho, el divorcio de Hagen, fue violada
y se enteró de que estaba embarazada, tuvo un aborto. Yo estaba allí para ella,
sufrió mucho a pesar de que el agresor fue condenado y enviado a prisión, para
ella fue muy abrumador.- Aaron mira con tristeza a Rebecca.
- ¡Violada!-
Expresa tartamudeando.
-
¡Sí! Violada por un conocido de Tristán. - Ella sacude la cabeza.
- Pasamos
mucho tiempo juntas, necesitaba el apoyo de una mujer y me dio su confianza. Pero
en toda aquella relación me fui
enamorando de ella. Intenté en un primer momento ocultar lo que estaba sintiendo, pero cuando
estás enamorada no se puede. Le escribí una carta sobre cómo me sentía, ella me
negó. Una noche entonces dormimos juntas. Estuve luchando en todo momento, porque
no había escapatoria. Un día le dije a mi hermano lo que sentía y ella se enojó.
Me trataron terriblemente, traté de alejarme de ella, pero se las arreglaba para
mantenerme cerca hasta que el día de su boda…- Aaron interviene rápidamente.
- ¿Marlene
se iba a casar con Tristán?- Agudiza su atención. - ¡Sí! Le
abandonó en el altar, se acercó a mí y me dijo que no podía hacerlo, que me
amaba. Aquello fue un desastre, mi hermano convirtió nuestra vida en un infierno.
Le arruinó su carrera profesional se aseguró que nunca cantase de nuevo. Fue un
tormento hasta que finalmente se dio cuenta de que Marlene nunca podría amarlo,
que sólo me amaría a mí.- Le relata Rebecca. Aaron asiente, la luz del
cinturón de seguridad se enciende para preparar el aterrizaje. Rebecca miró la
fina arquitectura de los edificios antiguos por la ventana de su cabina admirando
sus altas torres y ventanas de arco, los museos, las tiendas. Bruselas es una
ciudad con muchos lugares hermosos.
El taxista se detuvo en un lugar llamado Prístina,
un hotel de estilo gótico y entró hacia la recepción. La suite con un amplio Salón
con un sofá y mesa, una gran cama de matrimonio divide las dos ventanas que dan
sobre los tejados de la gran ciudad. Puede ver la marea de tráfico que fluye
por las calles.
- Marlene
cómo me gustaría que pudieras estar aquí.- Ella se expresa en voz alta y luego mira a su alrededor toda la
habitación. Rebecca ordena el almuerzo al servicio de habitaciones. Después de
haber comido se ducha, se cambia y prepara para el seminario. Lleva un largo vestido
negro de manga que fluye hasta la rodilla y un pantalón metido en las botas a la
altura del tobillo. Coge su agenda y la cartera en la mano, baja por las
escaleras a la búsqueda de un taxi.
Rebecca entra nerviosamente en la sala de
reuniones del centro de convenciones. Hay mesas de dibujo, rollos de materiales
y un buen número de diseñadores hablando
entre sí.
-
¡Rebecca! ¡Rebecca Von Lahnstein!-
Una voz familiar le grita.
-
¡Marta!- Expresa sonriendo,
la tensión nerviosa comienza a levantar.
- ¿Está
Yuri contigo?- Martha hace una mueca.
-
¡No! Él no ha venido.- Rebecca la mira sorprendida.
- Y
yo estoy aquí sólo por hoy, tengo un vuelo de regreso esta noche.- Ella comenta. - Supongo
que estarás por los dos.- Rebecca responde.
-
Estoy sorprendida de que estés aquí, tengo entendido que estás en una posición
administrativa en LCL.-
Ella sonríe al expresarlo.
–
Lo estoy, pero aún diseño algunos patrones cuando tengo tiempo. Me invitaron y
no podía dejar pasar la oportunidad de aprender y conocer a otros diseñadores.- Toman
asiento en la mesa.
-
¿Cómo está Marlene? No os he visto a las dos desde la boda.- Ella
le pregunta. Rebecca la mira.
- Está
embarazada, vamos a tener un bebé.- Martha sonríe ampliamente. - Estoy muy contenta por ti, me alegré mucho
de ver que os encontrabais de nuevo. Marlene te ama con todo su corazón, lo
sabes.- Su sonrisa le produce a Rebecca un sentimiento de gratitud.
-
¡Gracias Marta! Y yo la amo profundamente.- Le comenta.
Rebecca abre su cuaderno de dibujo y saca
un lápiz de su bolso y comienza a esbozar desde su mente. No hay obstáculos
para que la mano guíe el lápiz. Se concentra y pierde todo el sentido del entorno.
Deja correr su talento natural definiéndolo en el papel en blanco que ella
había desplegado.
-
¡Muy bonito!- La voz de
una mujer suena a su espalda, rápidamente se gira para ver quien estaba de pie
detrás de ella.
-
¡Por favor, no te detengas!- Rebecca mira la mujer de fina figura mostrando
las curvas a través de una falda estrecha hasta la rodilla. Permanece tranquila
mirando a sus piernas bien formadas. Levanta la vista hacia sus ojos gris claro
y nariz respingona, el pelo castaño y
rizado hasta los hombros.
- ¡Sophia
Van Dorn!- Ella le extiende la mano
a Rebecca para estrecharla.
- Es
bueno verte de nuevo.- Ella responde
con un poco de asombro.
-
¡Por favor, continúa!- Ella coloca su elegante mano en el hombro de Rebecca
que la mira a la cara intrigada por su belleza natural. Ella termina el dibujo.
-
¡Eso es todo!- Sophia camina hacia el frente de la sala.
-
¡Por favor! Todo el mundo tiene un asiento sólo tenemos poco tiempo esta tarde.- Todo el mundo se sienta. Rebecca cierra su
cuaderno de dibujo cruzando las manos cuando Sophia comienza la conferencia.
Los rollos de materiales fueron entregados a cada uno, junto con las tijeras y
los patrones de una, las manos trabajan en el taller toda la tarde hasta que el
seminario llega a su fin. Rebecca cierra su cartera y coloca sus patrones y
materiales a un lado.
- Te
veré más tarde, disfruta.- Marta le hace un guiño y un abrazo rápido.
–
Me alegro de verte de nuevo y dale mis mejores saludos a Yuri.- Ella
le responde mientras Marta comienza a alejarse.
-
¡Sra. Von Lahnstein!.-
Sofía llama su atención antes de que saliera por la puerta, Rebecca se gira
para verla de frente.
- Quería
darle las gracias por asistir, hay que decir que su trabajo es como yo
esperaba, perfecto, con talento e impecable.- Rebecca sonríe con calidez.
-
¡Vaya, gracias!- Ella la
agarra del brazo.
-
¿Estás alojada en el Inn de Bruselas?- Le pregunta con firmeza.
-
¡Sí! ¡Lo estoy!- Le responde ella mientras salen a parar un
taxi.
- ¿Te
importa que te acompañe?-
El taxista abre la puerta.
-
¡No! En absoluto.- Rebecca
le responde. Regresan al hotel.
Caminando hacia el ascensor.
-
Tengo una reunión en la cena de las seis, será breve, me encantaría charlar si
tienes tiempo, por ejemplo ¿A las ocho en mi habitación?- Le
pregunta a Rebecca con la esperanza de que diga que sí.
- ¡Me
encantaría!- Puede ver el
brillo en los ojos de Sophia.
-
Habitación tres veinticinco.- Le añade al entrar en el ascensor. Rebecca
cae en la cama dando vueltas y riendo en voz alta.
-
¡Me gusta!- Ella murmura.
Coge el teléfono y llama a Marlene.
-
¡Hola!- Saluda contenta.
- ¡Hola!
¿Llegaste a hablar con Sophía?-
Marlene pregunta inquieta.
-
¡No! Pero me ha invitado a su habitación más tarde para discutir de diseños y
de Nueva York. Espero que dé lugar a invitarla a nuestro espectáculo de moda.- Rebecca le narra.
- ¿Su
habitación? - Marlene
pregunta algo intranquila.
-
¡Marlene! ¿No me digas que te vas a
poner celosa?- Ella
pregunta ante el comentario de Rebecca.
-
¡No! Yo sólo, que me resulta extraño que estando en el seminario, ella tiene todo el tiempo para hablar contigo.- Responde
ella con calma.
-
¡Marlene! ¡Te amo! y estoy trabajando duro para conseguir que todo funcione, no
te preocupes. Hablaremos más tarde.- Le
asegura. Cuelgan. Rebecca se refresca y se cambia poniéndose algo más informal. Ordena la cena y una
botella de vino para llevar a la habitación de Sophia.
Rebecca llama suavemente a la puerta de
Sofía.
-
Sra. Von Lahnstein. Entra por favor.- Le
abre la puerta para que pase. Rebecca le entrega la botella de chardonnay que
lleva en la mano.
- ¡Oh!
Mi favorito, qué amable de tu parte.-
Rebecca sonríe.
-
¡Por favor! Llámame Rebecca.-
Ella se sienta en el sofá, Sophia
recupera dos copas de vino del mueble bar.
-
¡Gracias!- Rebecca toma la
copa de vino de la mano de Sophia. Se quita los zapatos y cruza las piernas delante
de ella.
-
¡Así que! Cuéntame cómo está LCL haciendo con las nuevas boutiques y tiendas.- Rebecca toma un sorbo de vino.
-
Fabuloso y para mi sorpresa con más éxito de lo que esperaba.-
Ella sonríe mirándola a los ojos.
- Veo
también que la línea adolescente ha sido un éxito, eso demuestra que la moda no se limita solo a
los trajes de noche. - Ella
sonríe entre dientes haciendo que Rebecca se mueva.
-
Los tiempos están cambiando y fue mi idea traer a un diseñador nuevo para añadir
un poco de estilo a nuestra casa de moda.- Responde con la
atención puesta en Sophía.
-
Creo que hizo una buena elección.- Añadiendo.
-
¿Quieres otra copa de vino?- Le ofrece levantándose para ir a buscar la
botella. Rebecca le tiende la copa a la mano.
- ¡Gracias! Estamos
preparando nuestro desfile de moda de primavera para dentro de un par de
semanas y me preguntaba si te importaría asistir. Sé que es dentro de poco y puedes estar ocupada.- Sofía alcanza con
la mano el brazo de Rebecca.
- ¡Me
encantaría! Siempre he querido ser invitado a un espectáculo de LCL, pero nunca
he podido conseguir un compromiso por parte de Tanja. - Rebecca frunce el ceño.
-
¡Tanja, hmmm! Nunca supe que estabas interesada.-
Sophia hace una respiración profunda y recoge su agenda y la abre.
-
¿El veinticinco?- Pregunta
de nuevo a Rebecca.
-
Estoy libre y me encantaría asistir.-
Rebecca se pone eufórica.
-
¡Gracias! He hecho arreglos para que te hospedes en el castillo y creo que
podremos hacer negocios en el futuro.-
Expresa con emoción. Sophia sonríe y alcanza con la mano el lado de la cara de
Rebecca.
– Eres
muy hermosa.- Ella le murmura
en voz baja, Rebecca traga saliva al sentir su caricia. Sophia adelanta sus
labios suavemente para besar a Rebecca, ella retira rápidamente su boca.
-
¡No puedo!- Rebecca se da
la vuelta.
- ¿Por
qué no? Me pareces hermosa y deseable.- Sofía le habla en un tono sexual.
- Estoy
felizmente casada y estamos esperando nuestro primer hijo.- Responde seca, sienta la copa de vino en la
mesa de café.
- ¡Debo
irme!- Se levanta con el
corazón acelerado por la ansiedad.
- ¡Lo
siento! Nunca quise ofenderte, pensé…-
Rebecca interviene en un tono suave. - No
estoy ofendida, por el contrario me siento halagada, pero estoy muy enamorada
de mi mujer.- Sonríe pensando en Marlene.
-
Pido disculpas. Espero que esto no cambie las cosas entre nosotras.- Ella le transmite con preocupación.
-
¡No! Creo que… por encima de todo lo que espero es que no hayas cambiado de
opinión sobre el desfile de moda.- Rebecca tiene sus dudas al preguntar.
-
¡No! en absoluto, por favor, de nuevo, lo siento por mi agresión.- Rebecca sale hacia el pasillo.
-Te
veré en la mañana.- Ella le
da las buenas noches caminando a la tranquilidad del ascensor. Inclinado la
cabeza hacia atrás y toca sus labios con la punta de los dedos, cierra los ojos
reviviendo el intento de beso. La puerta del ascensor se abre sorprendiéndola. El
teléfono móvil comienza a sonar y responde.
-
¡Aaron! ¿Cómo te va?- Ella
tropieza con sus propias palabras.
-
¡Bien! Llegando a casa de mi amigo.- Se
hace el silencio, la cabeza de Rebecca está en una niebla.
- ¿Estás
bien, va todo bien con el seminario?
- Él la interroga.
-Todo
está bien.- Ella le
responde mientras entra en su habitación.
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