Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 25 de abril de 2017

CAPÍTULO 68

                                            
                                                        ANSIEDAD

Rebecca espera a Aaron en el mostrador de facturación, comprueba  sus bolsas y mira su reloj cuando ella alcanza a verle desde el pasillo.
- Ya estoy aquí.- Le dice dejando su bolsa sobre el mostrador y sacando su billete.
- Un atasco, lo siento, pero he llegado.-  Él arquea la frente y entran para pasar por el arco de seguridad.
- Puerta diez.- Informa mirando su billete.
- ¿Café?-  Pregunta  él mientras pasan delante de una expendedora.
- ¡Claro!-  Responde ella. Aarón le consigue un café para llevar y caminan hasta la  puerta de embarque.  
- Me ha dicho mi amigo que va a hacer buen tiempo. - Aaron comienza la conversación.
- ¡Sí! Lo he comprobado antes.- Ella responde sorbiendo su café.
- ¿Estás algo nerviosa?-  Él la interroga, le parece que está lejana.
- En realidad no debería estarlo, pero esta es una gran tarea para mí, mi familia observa y a Tanja no le importaría tirármelo a la cara si fracaso.- Ambos hacen unas risas.  Embarcan en el vuelo y se colocan en sus asientos. Rebecca hojea su agenda y rápidamente la cierra mientras se preparan para el despegue.  Cierra los ojos pensando en Marlene.
- ¿Café?-  La azafata interrumpe la ensoñación de Rebecca, cuando ya están volando. 
- ¡Sí! Por favor.- Ella mira a Aarón que le sonríe.  
- Debo haberme dormido.-  Comenta.
- Lo hiciste.- Él coloca la revista que estaba leyendo en la solapa del asiento.
- ¿Cómo está  Marlene?-  Le pregunta con cierta vacilación en su voz.
- Embarazada y hormonal.- Ella le habla en voz baja. Aaron piensa  un momento antes de intentar otra pregunta acerca de Marlene.  
- Marlene me dijo que rompísteis una vez, hace un tiempo.- Rebecca mira su café con la mirada fija en la negrura.
- ¡Lo hicimos!- Ella responde con algo de resistencia.  
- No lo puedo imaginar,  parecéis tan enamoradas.- Rebecca sabe a dónde va este cuestionamiento, busca saber lo que desconoce sobre Marlene. Algo que  pesa como losa en su mente.
- Hice trampa. Pasó y no puedo remediarlo.- Le dice en tono reflexivo.
- ¿Hiciste trampa?-  Aarón se queda perplejo y aturdido.
- ¿Se supone que Katherine…?-  Rebecca suspira.
- Katherine estuvo mucho después de eso.-  El corazón de Aarón corre por la noticia.
- ¿Otra mujer?- Ella inclina la mirada. 
- ¿Importa?-  Ella pregunta con el ceño fruncido y encrespado el labio.
– De lo que más me culpo es que la engañé y luego mentí durante semanas sobre ello.  Otra persona se lo contó. Imagínate cómo se debió sentir, ella pensaba que le era fiel y honesta.  Me dejó, yo le rogué que volviera, le imploré que se quedara, que trataría de arreglar aquel lío.-  Una lágrima cae de su ojo, pero continúa hablando. - Ella me quería, pero no podía quedarse a mi lado porque me acosté con alguien diferente, porque yo estaba enojada con ella y fuera de control cuando se trata de LCL. No se merecía como la estaba tratando,  yo no  pensaba entonces con claridad, obviamente.-  Ella pone los ojos nadando en la última parte de su café. 
- ¡Wow!- Aaron expresa  en un tono de asombro.
- No tuve más remedio que ceder y la dejé ir. Yo ya no podía aferrarme a lo único que amaba y apreciaba más que nada en la vida. Marlene se instaló y ha perseguido mis pensamientos desde que me enamoré de ella. - Aarón suspira profundamente.
- Ella regresó.-  Él le remarca. Rebecca lo mira. - Marlene estaba perdida en sí misma. Perdió algo más que su voz para cantar, su carrera, yo no fui de mucha ayuda. Nos quedamos atrapados en una absurda rutina, yo no me di cuenta al principio porque todo mi esfuerzo estaba en hacerme un nombre en LCL y trabajaba mucho y muy duro.- Mira la taza de café pasando su dedo por el borde de la misma. - Ella me apoyaba, a mí y mi carrera, pero eso llegó a ser solo de un lado, a ella no la apoye en cómo debía vivir.-  Se aclara la garganta con el rostro algo enrojecido con un poco de vergüenza. 
- No creo que Marlene te echase la culpa de todo y creo que estás siendo muy dura contigo misma.-  Él le consuela
- Necesitaba encontrarse, hallar una manera de ser feliz. Me hizo ver que no le faltaba el amor, pero decrecía nuestra relación, no hablábamos y yo estaba tensa y muy borde. Vi  la realidad sólo después de que fuera demasiado tarde, no estaba muy contenta con la forma en que las cosas estaban sucediendo.-  Ella le cuenta el proceso de aquella ruptura.      
- Te ha dado otra oportunidad a pesar de todo.- Aarón le replica con afecto. Ella Sonríe.
- Siempre supe, en el fondo de mi mente, que volvería. Estaba destrozada por decir lo menos.  Ese primer año fue muy difícil, viviendo sin lo que yo amaba. Había puesto fecha alrededor de lo que creí que aguantaría. Luego apareció Katherine, fue un punto brillante en mi vida, pero yo seguía amando a Marlene. Traté de olvidarla, pero no sirvió de nada. Un día apareció Katherine, en aquel momento yo estaba sin compañía. - Describe con realismo.
- ¿Katherine no lo vio? Quiero decir que no era obvio, que te preocupabas mucho por ella.-  Afirma Aarón con calma.
- Ella me amaba y su amor era incondicional, traté de…, realmente traté de estar enamorada de ella, pero una parte de mí no quería pasar por el dolor y la angustia que estaba sintiendo y tratando de superar.- Rebecca levanta la mano y se limpia la cara.  Aaron termina su café y se queda en silencio, Rebecca cierra los ojos. 
- Marlene debe estar realmente enamorada de ti.-  Su voz es un poco inestable cuando finalmente vuelve a hablar.
- ¡Así es! Lo está y haría cualquier cosa para aferrarse a mí y lo que tenemos, su amor es muy intenso y totalmente incondicional.-  Las palabras de Rebecca son severas.
- Ella me dijo que estuvo casada con tu hermano mayor y luego comprometida con otro hermano, que aquello fue más  grave.-  Le comenta. - ¡Es verdad! Yo vivía en Nueva York, al volver a casa  encontré que se había divorciado de Hagen y que vivía con Tristán en el castillo. Marlene pasó por mucho, el divorcio de Hagen,  fue violada y se enteró de que estaba embarazada, tuvo un aborto. Yo estaba allí para ella, sufrió mucho a pesar de que el agresor fue condenado y enviado a prisión, para ella fue muy abrumador.- Aaron mira con tristeza a Rebecca.
- ¡Violada!-   Expresa tartamudeando.
- ¡Sí! Violada por un conocido de Tristán. - Ella sacude la cabeza.
- Pasamos mucho tiempo juntas, necesitaba el apoyo de una mujer y me dio su confianza. Pero en toda aquella  relación me fui enamorando de ella. Intenté en un primer momento  ocultar lo que estaba sintiendo, pero cuando estás enamorada no se puede. Le escribí una carta sobre cómo me sentía, ella me negó. Una noche entonces dormimos juntas. Estuve luchando en todo momento, porque no había escapatoria. Un día le dije a mi hermano lo que sentía y ella se enojó. Me trataron terriblemente, traté de alejarme de ella, pero se las arreglaba para mantenerme cerca hasta que el día de su boda…- Aaron interviene rápidamente.
- ¿Marlene se iba a casar con Tristán?-  Agudiza su atención.  - ¡Sí! Le abandonó en el altar, se acercó a mí y me dijo que no podía hacerlo, que me amaba. Aquello fue un desastre, mi hermano convirtió nuestra vida en un infierno. Le arruinó su carrera profesional se aseguró que nunca cantase de nuevo. Fue un tormento hasta que finalmente se dio cuenta de que Marlene nunca podría amarlo, que sólo me amaría a mí.- Le relata Rebecca. Aaron asiente, la luz del cinturón de seguridad se enciende para preparar el aterrizaje. Rebecca miró la fina arquitectura de los edificios antiguos por la ventana de su cabina admirando sus altas torres y ventanas de arco, los museos, las tiendas. Bruselas es una ciudad con muchos lugares hermosos.
El taxista se detuvo en un lugar llamado Prístina, un hotel de estilo gótico y entró hacia la recepción. La suite con un amplio Salón con un sofá y mesa, una gran cama de matrimonio divide las dos ventanas que dan sobre los tejados de la gran ciudad. Puede ver la marea de tráfico que fluye por las calles.
- Marlene cómo me gustaría que pudieras estar aquí.- Ella se expresa en voz alta y luego mira a su alrededor toda la habitación. Rebecca ordena el almuerzo al servicio de habitaciones. Después de haber comido se ducha, se cambia y prepara para el seminario. Lleva un largo vestido negro de manga que fluye hasta la rodilla y un pantalón metido en las botas a la altura del tobillo. Coge su agenda y la cartera en la mano, baja por las escaleras a la búsqueda de un taxi.
Rebecca entra nerviosamente en la sala de reuniones del centro de convenciones. Hay mesas de dibujo, rollos de materiales y un buen número de diseñadores  hablando entre sí.
- ¡Rebecca! ¡Rebecca Von Lahnstein!- Una voz familiar le grita.    
- ¡Marta!- Expresa sonriendo, la tensión nerviosa comienza a levantar.
- ¿Está Yuri contigo?-  Martha hace una mueca.
- ¡No! Él no ha venido.-  Rebecca la mira sorprendida.
- Y yo estoy aquí sólo por hoy, tengo un vuelo de regreso esta noche.- Ella comenta.  - Supongo que estarás por los dos.- Rebecca responde
- Estoy sorprendida de que estés aquí, tengo entendido que estás en una posición administrativa en LCL.- Ella sonríe al expresarlo.  
– Lo estoy, pero aún diseño algunos patrones cuando tengo tiempo. Me invitaron y no podía dejar pasar la oportunidad de aprender y conocer a otros diseñadores.- Toman  asiento en la mesa.
- ¿Cómo está Marlene? No os he visto a las dos desde la boda.-  Ella le pregunta. Rebecca la mira.
- Está embarazada, vamos a tener un bebé.- Martha sonríe ampliamente. - Estoy muy contenta por ti, me alegré mucho de ver que os encontrabais de nuevo. Marlene te ama con todo su corazón, lo sabes.- Su sonrisa le produce a Rebecca un sentimiento de gratitud. 
- ¡Gracias Marta! Y yo la amo profundamente.-  Le comenta.
Rebecca abre su cuaderno de dibujo y saca un lápiz de su bolso y comienza a esbozar desde su mente. No hay obstáculos para que la mano guíe el lápiz. Se concentra y pierde todo el sentido del entorno. Deja correr su talento natural definiéndolo en el papel en blanco que ella había desplegado.
- ¡Muy bonito!- La voz de una mujer suena a su espalda, rápidamente se gira para ver quien estaba de pie detrás de ella.
- ¡Por favor, no te detengas!-  Rebecca mira la mujer de fina figura mostrando las curvas a través de una falda estrecha hasta la rodilla. Permanece tranquila mirando a sus piernas bien formadas. Levanta la vista hacia sus ojos gris claro y nariz respingona,  el pelo castaño y rizado hasta los hombros.
- ¡Sophia Van Dorn!-  Ella le extiende la mano a Rebecca para estrecharla.
- Es bueno verte de nuevo.-  Ella responde con un poco de asombro.
- ¡Por favor, continúa!-  Ella coloca su elegante mano en el hombro de Rebecca que la mira a la cara intrigada por su belleza natural. Ella termina el dibujo.
- ¡Eso es todo!-  Sophia camina hacia el frente de la sala.  
- ¡Por favor! Todo el mundo tiene un asiento sólo tenemos poco tiempo esta tarde.- Todo el mundo se sienta. Rebecca cierra su cuaderno de dibujo cruzando las manos cuando Sophia comienza la conferencia. Los rollos de materiales fueron entregados a cada uno, junto con las tijeras y los patrones de una, las manos trabajan en el taller toda la tarde hasta que el seminario llega a su fin. Rebecca cierra su cartera y coloca sus patrones y materiales a un lado.
- Te veré más tarde, disfruta.-  Marta le hace un guiño y un abrazo rápido. 
– Me alegro de verte de nuevo y dale mis mejores saludos a Yuri.-  Ella le responde mientras Marta comienza a alejarse.
- ¡Sra. Von Lahnstein!.- Sofía llama su atención antes de que saliera por la puerta, Rebecca se gira para verla de frente.
- Quería darle las gracias por asistir, hay que decir que su trabajo es como yo esperaba, perfecto, con talento e impecable.- Rebecca sonríe con calidez.
- ¡Vaya, gracias!- Ella la agarra del brazo.  
- ¿Estás alojada en el Inn de Bruselas?-  Le pregunta con firmeza.  
- ¡Sí! ¡Lo estoy!-  Le responde ella mientras salen a parar un taxi.
- ¿Te importa que te acompañe?- El taxista abre la puerta.
- ¡No! En absoluto.- Rebecca le responde.  Regresan al hotel.  
Caminando hacia el ascensor.
- Tengo una reunión en la cena de las seis, será breve, me encantaría charlar si tienes tiempo, por ejemplo ¿A las ocho en mi habitación?-  Le pregunta a Rebecca con la esperanza de que diga que sí.
- ¡Me encantaría!- Puede ver el brillo en los ojos de Sophia.
- Habitación tres veinticinco.-  Le añade al entrar en el ascensor. Rebecca cae en la cama dando vueltas y riendo en voz alta.   
- ¡Me gusta!- Ella murmura. Coge el teléfono y llama a Marlene.
- ¡Hola!- Saluda contenta.
- ¡Hola! ¿Llegaste a hablar con Sophía?- Marlene pregunta inquieta.        
- ¡No! Pero me ha invitado a su habitación más tarde para discutir de diseños y de Nueva York. Espero que dé lugar a invitarla a nuestro espectáculo de moda.- Rebecca le narra.
- ¿Su habitación? - Marlene pregunta algo intranquila.
- ¡Marlene!  ¿No me digas que te vas a poner celosa?- Ella pregunta ante el comentario de Rebecca.
- ¡No! Yo sólo, que me resulta extraño que estando en el seminario,  ella tiene todo el tiempo para hablar contigo.-  Responde ella con calma.
- ¡Marlene! ¡Te amo! y estoy trabajando duro para conseguir que todo funcione, no te preocupes.  Hablaremos más tarde.-  Le asegura. Cuelgan. Rebecca se refresca y se cambia poniéndose  algo más informal. Ordena la cena y una botella de vino para llevar a la habitación de Sophia.
Rebecca llama suavemente a la puerta de Sofía.
- Sra. Von Lahnstein. Entra por favor.- Le abre la puerta para que pase. Rebecca le entrega la botella de chardonnay que lleva en la mano.
- ¡Oh! Mi favorito, qué amable de tu parte.- Rebecca sonríe.
- ¡Por favor! Llámame Rebecca.-  Ella se sienta en el sofá, Sophia recupera dos copas de vino del mueble bar.
- ¡Gracias!- Rebecca toma la copa de vino de la mano de Sophia. Se quita los zapatos y cruza las piernas delante de ella.
- ¡Así que! Cuéntame cómo está LCL haciendo con las nuevas boutiques y tiendas.- Rebecca toma un sorbo de vino.
- Fabuloso y para mi sorpresa con más éxito de lo que esperaba.-  Ella sonríe mirándola a los ojos.
- Veo también que la línea adolescente ha sido un éxito,  eso demuestra que la moda no se limita solo a los trajes de noche. - Ella sonríe entre dientes haciendo que Rebecca se mueva.
- Los tiempos están cambiando y fue mi idea traer a un diseñador nuevo para añadir un poco de estilo a nuestra casa de moda.-  Responde con la atención puesta en Sophía.
- Creo que hizo una buena elección.-  Añadiendo.
- ¿Quieres otra copa de vino?-  Le ofrece levantándose para ir a buscar la botella. Rebecca le tiende la copa a la mano. 
- ¡Gracias! Estamos preparando nuestro desfile de moda de primavera para dentro de un par de semanas y me preguntaba si te importaría asistir. Sé que es dentro de poco y puedes estar ocupada.- Sofía alcanza con la mano el brazo de Rebecca.
- ¡Me encantaría! Siempre he querido ser invitado a un espectáculo de LCL, pero nunca he podido conseguir un compromiso por parte de Tanja. - Rebecca frunce el ceño.
- ¡Tanja, hmmm! Nunca supe que estabas interesada.-  Sophia hace una respiración profunda y recoge su agenda y la abre.
- ¿El veinticinco?- Pregunta de nuevo a Rebecca.
- Estoy libre y me encantaría asistir.- Rebecca se pone eufórica.
- ¡Gracias! He hecho arreglos para que te hospedes en el castillo y creo que podremos hacer negocios en el futuro.- Expresa con emoción. Sophia sonríe y alcanza con la mano el lado de la cara de Rebecca.
– Eres muy hermosa.- Ella le murmura en voz baja, Rebecca traga saliva al sentir su caricia. Sophia adelanta sus labios suavemente para besar a Rebecca, ella retira  rápidamente su boca.
- ¡No puedo!- Rebecca se da la vuelta.
- ¿Por qué no? Me pareces hermosa y deseable.- Sofía le habla en un tono sexual.
- Estoy felizmente casada y estamos esperando nuestro primer hijo.-  Responde seca, sienta la copa de vino en la mesa de café.
- ¡Debo irme!- Se levanta con el corazón acelerado por la ansiedad.
- ¡Lo siento! Nunca quise ofenderte, pensé…-  Rebecca interviene en un tono suave.  - No estoy ofendida, por el contrario me siento halagada, pero estoy muy enamorada de mi mujer.- Sonríe pensando en Marlene.
- Pido disculpas. Espero que esto no cambie las cosas entre nosotras.- Ella le transmite con preocupación.   
- ¡No! Creo que… por encima de todo lo que espero es que no hayas cambiado de opinión sobre el desfile de moda.-  Rebecca tiene sus dudas al preguntar.  
- ¡No! en absoluto, por favor, de nuevo, lo siento por mi agresión.- Rebecca sale hacia el pasillo.
-Te veré en la mañana.- Ella le da las buenas noches caminando a la tranquilidad del ascensor. Inclinado la cabeza hacia atrás y toca sus labios con la punta de los dedos, cierra los ojos reviviendo el intento de beso. La puerta del ascensor se abre sorprendiéndola. El teléfono móvil comienza a sonar y responde.    
- ¡Aaron! ¿Cómo te va?- Ella tropieza con sus propias palabras.
- ¡Bien! Llegando a casa de mi amigo.- Se hace el silencio, la cabeza de Rebecca está en una niebla.      
- ¿Estás bien, va todo bien con el seminario? - Él la interroga.  
-Todo está bien.- Ella le responde mientras entra en su habitación.

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