Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 28 de abril de 2017

CAPÍTULO 69

                                             
                                
                                   REGRESO FELIZ

Rebecca ocupa su asiento y abre su cartera, extrae el diseño que había comenzado el día anterior, con presteza corta un patrón y empieza a acumular un poco de material.  Comprueba el trazado por los errores.  
- ¡Bien hecho!-  Dice Sofía acercándose.
- ¿Vas a marcharte esta tarde después del seminario?-  Le pregunta en voz baja y mirando alrededor de la sala.
- ¡No! Lo haré mañana por la mañana.-  Rebecca contesta mientras sus manos trabajan la tela. 
- ¿Cenarías conmigo esta noche?-  Ella levanta la mirada.  – En “The Brussels Inn” preparan un maravilloso estofado de ternera, podríamos hablar de la moda.- Sophía  lo expresa con la esperanza de una respuesta afirmativa.  Rebecca reposa la tela sobre el tablero.
- ¡No veo por qué no!-  Le responde.  
- ¡Bien! ¿A las siete?-  Le dice con una mirada inquisitoria. Rebecca asiente con la cabeza y luego con una sonrisa. Baja la vista para coger la tela donde la había dejado. Sofía camina por la sala examinando el patrón de cada diseñador, de vez en cuando mira hacia atrás a Rebecca. La mente de Sophía se pregunta sobre Rebecca, su vida y obra en LCL. Sabe que ella es brillante y tenaz, su pensamiento retorna  al beso que había querido dar la noche anterior.

Rebecca descuelga su teléfono móvil mientras recoge sus cosas. El seminario ha llegado a su fin.
- ¡Hola!-  Habla con voz cansada, sus dedos están doloridos por el trabajo manual con los materiales de costura.
- He realizado algunas buenas fotos y he visitado muchos lugares, creo que tanto tú como Kim estaréis satisfechas. ¿Cómo ha ido el seminario?-  Aarón pregunta.
- ¡Bien, bien!- Rebecca contesta.
- Voy a cenar con Sophía  esta noche. Espero que nuestra conversación me diga cuáles son sus planes para el futuro. - Responde ella con confianza. 
- Tendré las fotos preparadas para cuando volvamos, deberíamos quedar con Kim. Buena suerte esta noche y nos vemos en el aeropuerto por la mañana. –  Rebecca regresa a su habitación y ya relajada, llama a Marlene.
- ¡Hola!-   Ella responde.  
- Te echo de menos  y te quiero.-  Marlene sonríe.
- Y yo te quiero y te echo de menos. ¿Cómo te va? ¿Te gustó el seminario? -  Ella la interroga contenta de que regrese  a casa al día siguiente.  
- ¡Sí! Ha estado bién. Sofía y yo vamos a cenar esta noche, estoy esperando para ofrecerle a LCL, a ver como respira.-  Marlene guarda silencio.       
- ¿Cena, no hablasteis  anoche?-  Le pregunta.
- Lo hicimos, pero solo sobre el desfile de moda. Ella tenía un interés especial en la colección adolescente, me pareció algo extraño.-  Rebecca habla pensando en volver a su conversación.
- ¡Ah! He terminado los proyectos  para la muestra adolescente hoy y creo que estamos listas, sólo un par de detalles por hacer. Tanja está de mal humor, por supuesto.-  Ella se echa a reír.
- No echo de menos eso.- Rebecca contesta.  
- Por cierto Ruth se incorpora mañana, ha decidido vivir en las dependencias para el servicio.  Acudirá arriba sólo si la necesitamos, por supuesto, después de que llegue el bebé. ¡Ah! El Lunes es nuestra cita, a las diez me harán la ecografía así que no hagas ningún plan.- Marlene  le  ordena.
- ¡Ok! Claro que debo ir. Tengo que ducharme y vestirme, he quedado en la planta baja a las siete. ¡Te amo!-

Rebecca está sentada a una mesa para dos. El camarero enciende la vela y le sirve un vaso de vino tinto. Se relaja pensando cómo iba a acercarse a Sofía con el tema de LCL.
- ¡Buenas noches! ¡Lo siento! Vengo corriendo y un poco tarde.- Ella se sienta y pide una copa de vino. Esboza una sonrisa. - Quizás deseaba descansar, he  trabajado  hoy cada uno de los huesos de mis dedos.-  Rebecca levanta la frente con una sonrisa.
- ¡Sí! Lo hiciste, mis manos están doloridas.-  Sophía toma un sorbo de su vino.
- ¡Así que dime! ¿Cómo está todo en la LCL?- Rebecca reposa la copa y se aclarara la garganta.
- ¡Bueno!  Creo que lo estamos haciendo bastante bien. Admitámoslo, la industria de la moda no es como lo que solía ser. Las cosas cambian, las ideas y las formas de las personas cambian y un diseñador debe mantenerse al día con ésta corriente o se queda fuera.- Sofía toma nota mental de su planteamiento del mundo de la moda.
- He pasado los últimos diez años de mi vida tratando de expresar esto mismo a Henri, sin embargo él no está muy dispuesto a escuchar y en los últimos años se ha hecho muy controlador.- Ella comenta  abriendo la carta del menú.  
- LCL tuvo que bajar de ese barco o se hubiera ahogado.-  Rebecca le añade con una sonrisa.
- ¡Sí! Abriendo brecha con otros territorios fue un paso valiente y añadiendo otra forma de hacer fue clave en el renacer de una casa abocada a morir.-  Ella le relata con lo ocurrido en el pasado. Rebecca siente un escalofrío.  
- ¡Tienes razón! La industria de la moda no siempre se comporta de esa forma. ¡Pero sí! LCL estuvo cerca de desaparecer.- Sophia intervino rápidamente.  
- Tanja es astuta, cuando se trata de negocios.- Rebecca vuelve a sonreír.  
- Puedo estar de acuerdo con eso, ese tipo de cosas sí que sabe llevarlas. Su forma de hacer sigue siendo burda, grosera  y cómo hacer la vista gorda para salirse con la suya.-  Le expresa directamente.
- ¿No he oído hablar mucho de Clarissa desde hace tiempo?- Sophia  le pregunta separando el pelo de su cara, se relaja en su silla. 
- Ella pasa la mayor parte de su tiempo en  Inglaterra  o Copenhague. Ha estado viajando mucho, creo que ahora está de vuelta en Düsseldorf.-  Rebecca conjetura con el ceño fruncido.
- Supongo que se dio por vencida en el mundo de la moda.- Sophia añade con la mirada perdida en su copa de vino.
- Creo que Clarissa simplemente se cansó de todas las indecisiones de la familia y los planteamientos que eran una batalla, constantes peleas sobre quién estaba a cargo y quién gobernaría las empresas de la familia.- Añade mientras piden la cena. - ¡Háblame de ti misma!- Rebecca le pide ordenando el estofado de ternera.
- Estoy en el último mes de mi contrato con Henri.- Rebecca deja la copa de vino mientras escucha con atención.
- ¿Tienes planes?-  Le pregunta para sondear las posibles salidas.  
-Tengo treinta y cinco años y he pensado en la jubilación. Imagino poder viajar en el futuro.-  Ella hizo una mueca antes de continuar.
- Mi marido Heinrich y yo, nos divorciamos el año pasado.- Le menciona.  
- ¡Oh! ¡Lo siento!-  Añade Rebecca.
- ¡Basta de hablar de mí! ¿Y tú, sigues siendo el diseñador jefe de LCL?- Ella le pregunta.  Rebecca aparta su plato permitiendo que el camarero sirva otra copa de vino.
- En realidad, estoy en una posición administrativa, soy responsable de todos los diseñadores. Así que viajo mucho, encuentro personal y decido donde quiero que trabajen, entre otras cosas.- Sophia la mira sorprendida.
- Nunca pensé que oiría eso, nunca nos hemos visto antes, pero me he mantenido informada de tu trabajo y debo decir que me acabas de sorprender.-  Rebecca le responde.
- Diseñar es una gran parte de mi vida, la llevo en la sangre, sin duda, pero tuve que hacer cambios, cambios que espero sean beneficiosos para mi  y mi familia.-  Su tono serio.
- Dijiste que estabas esperando un niño.- Rebecca se ríe sacudiendo la cabeza.
- ¡No soy yo!-  y carraspea.  
- Pero pensé que… durante nuestra conversación dijiste que estabas felizmente casada y esperando un hijo.-  Sofía parece perpleja.
Es mi esposa Marlene la que está embarazada.- Ella sonríe y termina su vino de un trago. Sophia se queda sin habla al principio.      
- Acerca de la noche anterior…- Rebecca interrumpe rápidamente.
- Creo que hemos  dejado que…- Ella la mira a los ojos.
– Entonces. ¿Quién es el diseñador jefe de LCL ahora?-  Ella aparta la mirada de Rebecca cambiando de tema.
- ¡Bueno! Estoy segura de que sabes que hemos contratado a Emily Dupree.-  Rebecca comienza  a hablar.
- La nieta de Jean Dupree, sí, ella fue una estudiante estrella. Marie tenía muy buena opinión de ella. - Rebecca hace una mueca.
- Creo que tuvo mucho que ver con Tanja y Sebastian cuando cortejaron a  Jean acerca LCL París.-  Afirma Rebecca. Sophia suspira. 
- Parece ser un éxito.- El corazón de Rebecca corre al escuchar esas palabras de alguien de la talla de Sophía.
- ¡Sí! Después del desfile de moda vamos a llevar la línea de lencería a París, creo susurros nocturnos triunfará  en lugares como París, Roma y Nueva York.-  Expone con seguridad.        
- Estoy de acuerdo, pero todavía no has respondido mi pregunta. ¿Quién es tu diseñador jefe?-  Rebecca baja la mirada a la copa.
– Aún no tenemos una, Emily es algo inmadura para preocuparse por la moda, debe crecer,  tiene mucho que trabajar.-  Mira de nuevo hacia ella. - Emily es buena, tiene talento pero… Sophia sonríe extendiendo su brazo para tocar su mano.  
- ¿Fue esta la razón por la invitación para el desfile de moda?-  Rebecca la mira tragando saliva.
- Entre otras cosas, sí, quiero que veas nuestras colecciones, nuestro negocio como un todo, la forma en que operamos…- Sophia hace una respiración profunda.
- Yo no estoy segura de querer continuar con el diseño. Lo he estado toda mi vida y he tenido mucha  suerte, no todo el mundo nace dotado para ello, hay muy pocos que puedan mover montañas de moda como nosotros.-  Rebecca no sonríe asiente sus comentarios de forma gratificante.
- ¡Está bien!  Recorreré sus instalaciones y criticaré sus colecciones. - Ella se ríe y se dan la mano.
- Se está haciendo tarde.- Rebecca expresa.
- ¿Podríamos tomar una copa? Tengo un whisky envejecido en mi habitación.-  Sophía propone, Rebecca piensa antes de hablar.
– Te agradezco la oferta, pero es tarde y tengo un vuelo  muy temprano, espero que lo entiendas.- Sophia sonríe.
- ¡Ya!- La puerta del ascensor se abre y entran.
- ¿Puedo hacerte una pregunta personal?-  Rebecca indaga al tiempo que  la puerta del ascensor se cierra. 
- ¡Claro!- Responde ella con una sonrisa.
– ¿Por qué te has divorciado de tu marido?- Sophia se cruza de brazos. - Tal vez estoy siendo demasiado atrevida o que debo ocuparme de mis propios asuntos.-  Sophía rápidamente corta.
- ¡No! Yo no lo amaba, al principio él era cálido y aventurero, una especie hombre de corazón, pero yo no estaba feliz, disfruto de la compañía tanto de una mujer como de un hombre y él simplemente no podía hacer frente a esa parte de mí. Me decía que estaba perdiendo el control de mi vida y  aquello comenzó a influir en mi trabajo.-  Las puertas del ascensor se abren.  - ¡Ya hablaremos!-  Ella le comenta cuando Rebecca sale del ascensor, en su pensamiento se define la respuesta a la pregunta por la razón del beso de la noche anterior.

Marlene está ayudando a Ruth a colocar fotos en la pared de su habitación.            
- ¿Está segura?- Le pregunta.
- Lo estoy, me voy a encontrar muy bien aquí, luego  pasaré mis cosas.-  Responde ella con confianza. Ruth es una mujer delgada con el pelo largo de color castaño rojizo,  que lleva recogido en un moño apretado. Tiene los ojos de color verde oscuro como el terciopelo, su sonrisa tipo definiendo sus pómulos altos y la piel suave.
- ¿El señor Von Lahnstein  regresará a casa hoy?-  Ella pregunta mientras equilibra el marco de una imagen reciente de su hijo.
- ¡Uh!- Marlene empieza a hablar cuando suena el timbre de la puerta.
- Voy yo a abrir, señora.-  Ella la deja con algunas dudas y cierta sensación de falsa. Un hombre  trae unas cuantas cajas que son para ella.
- ¡Por favor! ¿Puede traerlas por aquí?-  Ruth lo guía por el comedor hacia sus aposentos,  dejando allí las cajas. Ella empieza a abrirlas.
- La dejaré con su tarea, debo revisar mi cena, está en el fogón, espero que le guste el guiso.- Murmura  saliendo hacia el comedor. - Tengo una lista de cosas para revisar.  Tómese su tiempo ahora y lo haremos  más tarde.-  Marlene comenta a Ruth, ella asiente y cierra la puerta que da a su privacidad. Marlene agita el guiso y apaga el quemador.  Mira el reloj en la pared y se pregunta cuando llegará Rebecca.
- ¡Señora!-  Ruth la sorprende.
- ¡Sí! ¿Están sus pertenencias en orden?-  Ella le pregunta.
- ¡Lo están!-  Ella sonríe con amplitud.  - Me gustaría mostrarle algunas fotos de mis nietos.-  Su estado de ánimo es alegre, sus cosas personales habían llegado sin demora. Marlene la sigue de nuevo.  
-  Me gustaría colocar unas fotografías aquí.- Ruth señala un punto en una pared esperando la aceptación de Marlene.
- ¡Claro!- Ella la anima viendo su sonrisa, el corazón de Ruth la hace sentir como en casa.
- ¡Marlene!-  Rebecca grita abriendo la puerta,  pone su bolso y la chaqueta en la silla de su oficina y coloca su agenda en el escritorio. Contenta de estar en casa.
- ¡Marlene!-  Grita de nuevo, el olor de la cena desde la cocina atrae su atención, levanta la tapa de la olla mirando el contenido.  Coge la cuchara de madera la moja en la olla y lo prueba.
- ¡Hmmm!-  Ella ladea un ojo. - ¡Que bueno!-  Expresa con una sonrisa.
- ¡Señora! Creo que escuché algo, iré a ver.-  Deja a Marlene y se dirige hacia la cocina. Ruth se detiene en la puerta mirando a la espalda de una mujer que tiene la tapa de la olla en su mano.
- ¡Disculpe señora!-  Sorprende a Rebecca y le quita la tapa de la mano.
- ¿Usted debe ser Ruth? ¿Dónde está Marlene?-  Le pregunta para saber dónde está. Ruth coloca la tapa en la olla.
- ¿Y Usted quien es, señora?-  Ruth en un tono serio.
- Rebecca, Rebecca Von Lahnstein.- Ruth se aparta de ella.
– La anunciaré a la señora.- Le responde incierta de quien es Rebecca.
-  ¡Señora!-  Marlene está alineando un cuadro en la pared.
- ¡Por favor! Llámame Marlene, Ruth.-  Ella le sonríe. 
- Como quiera, Marlene hay una extraña mujer en la cocina, Rebecca.- Marlene sonríe los hoyuelos en sus mejillas se profundizaron.
- ¡Rebecca!- Ella se apresura a salir de la sala y en la cocina se abrazan y besan con placer. 
- ¿Esa es Ruth? - Cuestiona con una mirada distante y las manos envueltas firmemente alrededor de la cintura de Marlene.
- ¿Si, por qué?-  Marlene contesta sonriendo.  
- ¡Porque ella no sabía quién era yo Marlene!- Ella exclama con seriedad. Marlene suspira con prisa.
- No le dije nada porque quería que estuvieses aquí cuando lo haga, yo quiero que ambas hagamos una introducción apropiada.-  Le declara con calma.
- ¡Ruth!-  La llama. Mientras camina hacia la cocina muestra una mirada de incertidumbre en su cara, Ruth sonríe.
- ¡Sí Marlene!-  Responde ella en espera de su respuesta.
- ¡Es Rebecca, mi esposa!-  Le dice sin soltar el abrazo entre ellas. Rebecca sonríe y extiende su mano hacia Ruth.
- Bienvenida a nuestra familia.- Le dice haciendo que Ruth se encuentre un poco más a gusto.
- Lo siento mucho señora Von Lahnstein, no me di cuenta de quién era.-  Ella mira a Marlene.    
- ¡Por favor! Llámame Rebecca, ahora usted se debe sentir un poco sorprendida  y no puedo ir por la vida sin entender por qué Marlene, mi amada esposa, no le haya dicho nada acerca de mí.-  Responde cruzando los brazos, ambas miran a Marlene.  
- ¡Lo siento! Por favor perdóname Ruth, pero encontrar una buena ayuda y sobre todo a alguien que te guste, con quien sentirse cómoda  no siempre es fácil, pensé…-  Ruth interviene con firmeza.  
- ¿Usted pensó que podría tener un problema con una pareja del mismo sexo ?-  Ruth le pregunta con una sonrisa. - ¡Pues no! No lo hago, sé que soy más vieja. Pero yo no tengo prejuicios con eso, mi hermano mayor era gay y fue muy difícil para él y su socio. -  Ella comienza a abrirse sobre su vida familiar. - Murió hace unos años.- Ella baja la cabeza para limpiar una lágrima de su mejilla. Marlene y Rebecca la consuelan. - ¡Gracias!- Marlene le da un abrazo.
- Si me disculpáis, necesito una ducha y un cambio de ropa.- Rebecca coge su maleta y se dirige hacia el piso de arriba. Ruth le hace a Marlene  una mirada hosca.  
- Me hubiese gustado saberlo  en la entrevista. - Ella le explica con brevedad.
- ¡Sí! Debería haberlo hecho.-  Marlene contesta con una punzada de culpabilidad.
- Ella es hermosa y saludable, ustedes dos tendrán hermosos hijos.-  Le comenta haciendo que Marlene se sienta más cómoda.
- Ve arriba a ver a tu esposa, voy terminando la cena. Te llamaré cuando esté lista.- Marlene huye rápidamente por las escaleras y entra en la habitación, cierra la puerta detrás de ella. Pone su teléfono encima de la cómoda y se precipita  al cuarto de baño. El vapor de la ducha ha empañado la puerta de cristal, Marlene se desnuda y mete sus manos tocando la cintura de Rebecca que reposa su cabeza contra el pecho de Marlene.
- ¿Debemos?-  Ella se pronuncia sintiendo las manos de Marlene acariciando suavemente su pecho. Marlene la besa la nuca, con la punta de la lengua viaja hacia su hombro, el agua de la ducha golpetea su rostro con gotas suaves.
- ¡Debemos!-  Le confirma en voz baja girando alrededor de ella la  abraza y tirando de su pierna hasta cubrir el lado de la suya. - ¡Marlene!- Rebecca ladea la cabeza hacia atrás mientras la boca de Marlene remonta  por delante de su cuello y la garganta, con las manos  recorre su espalda apretándola contra ella aún más. Ella abre los ojos y los fija en Rebecca.  Sienta su boca sobre la de Rebecca, entra con su lengua penetrando con dulce ardor.  Las manos de Rebecca acarician la cabeza con los dedos trabajando los mechones de pelo empapados. - ¡Oh! ¡Dios! ¡Marlene!- Se le doblan las rodillas, estimula con ímpetu sobre el montículo, jadea en busca de aire, Marlene la abraza cogiéndola en brazos y culminan con sus labios entrelazadas sus lenguas con placer de felicidad sexual. - ¿Me has echado de menos?- Marlene le susurra al oído mordisqueando el lóbulo de la oreja haciéndola gemir con voz suave.

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