Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 20 de marzo de 2018

Episodio vigésimo noveno


Dejando ir


Rebecca empieza a trabajar antes de que Marlene llegue. Está preocupada de que Mark podría haberse enfrentado a ella, piensa en si o no comentarle algo sobre la conversación de la mañana. - ¡Hola! - Marlene saluda al entrar, casi la sorprende ensimismada en sus pensamientos. Grace la acompaña. - ¡Estás muy bien! – Le dice. Rebecca detiene la cinta de caminar. - Me siento mucho mejor, la rigidez que he tenido ya no es igual, noto que está cediendo. -  Responde ocultando la preocupación por Marlene. Grace prepara el gran balón y Rebecca se sienta para rodar el pie sobre él a un ritmo constante, Marlene rellena algo en una ficha ajena a ellas dos.  Rebecca le pide a Grace que se acerque. - ¿Puedo hablar contigo en privado? - Grace frunce el ceño. - ¡Si, claro! ¿Cuándo? - Rebecca mira hacia Marlene que tiene la vista fija en su ficha mientras anota. – Mas tarde, cuando Marlene esté ocupada con otros pacientes. - Ella asiente con la cabeza. - Te daré mi número antes de que salgamos, te hago una llamada y podemos vernos. -  Se arreglan a espaldas de Marlene. Al acabar la sesión. - Tengo otros dos casos después del almuerzo. -  Marlene menciona al salir del castillo, Grace desliza su número a Rebecca que asiente con la cabeza en señal de aceptación.

Ya en el apartamento almuerzan relajadas y haciendo risas. - ¿Vas a venir conmigo esta tarde? - Le pregunta a Grace. - ¡No! Ve tu sola, tengo que empacar y creo que me echaré una siesta. – Le sonríe. Marlene se marcha. Poco después suena su teléfono celular. - ¡Rebecca! ¿Puedes venir al apartamento? -  Le pregunta. - Estaré ahí en breve. - Grace se pregunta acerca de qué quiere hablar con ella.
Rebecca hace sonar el timbre, Grace respondió de inmediato. – Adelante. - Entra mirando a su alrededor, duda si Marlene pudiera estar allí. – Gracias por cederme tiempo para hablar. - Grace le ofrece sentarse en el sofá. – Me pareció que estabas molesta. – Le dice mientras toman asiento. - Mark vino a verme esta mañana. - Ella traga saliva para limpiar su garganta, Grace pone cara de sorpresa. - ¡Oh! ¿Qué te dijo? – Rebecca va directa al asunto. - Me dio la impresión que él cree que tengo una especie de influencia sobre Marlene, me pidió que me alejara de ella. – Baja los hombros mirando a Grace. - ¿Y qué le respondiste? - Rebecca baja un instante la cabeza y vuelve a mirarla. -  Le dije que Marlene era una mujer capaz de tomar sus propias decisiones y que no podía detenerla. - Grace arquea la ceja. - Él parece pensar que puede llevar a Marlene de vuelta a New Haven. – Le da su impresión. - No me sorprende y me preocupa, intenté razonar con él, pero estaba hasta ilusionado. – Le dice. - Me temo que en el fondo está realmente enojado y lo intentará. Ella ya le tenía miedo. – Le cuenta Rebecca con emoción. - Puedo estar allí para ella, no me voy a mudar a New Port de inmediato, tengo negocios familiares que atender, pero estaré a  su lado cuando me necesite. – Grace la tranquiliza. - Marlene me contó sobre la oferta de trabajo. -  Rebecca comenta. - Gracias por darte cuenta de su talento. - Sonríe Grace. -  Está muy dotada y preparada. Sería un excelente miembro para mi equipo. -  Añade con amabilidad. - Le dije que debería aceptar el trabajo, es lo que realmente quiere, Marlene luchó durante mucho tiempo por tener una carrera, estoy realmente triste porque lo que realmente amaba era cantar y nunca más volverá a hacerlo. - Explica Rebecca. - Supongo que no te has comprometido. -  Rebecca interrumpe. - ¡No! En realidad, creo que dependerá de sus decisiones, no le he dicho nada positivo, es algo que debe enfrentar ella. Estoy preocupada. - Grace suspira profundo y baja la vista. - ¿Cómo te sientes acerca de ella? - Rebecca frunce los labios. – La amo, Grace, siempre la he amado, ella es parte importante de mi pasado y tuve un futuro con otra persona hasta el accidente, me perdí en el camino, yo… - Implora, hace una pausa y continúa.  - Necesito recuperar cosas y necesito mi cabeza para pensar con claridad. Marlene me preguntó qué quería hacer, ahora que estoy de vuelta en mi realidad y he recuperado mi memoria, quiero volver a LCL a tiempo completo, trabajar con mi equipo, dirigir el negocio en diferentes trayectorias. – Habla con seguridad de lo que quiere. - ¿Cuál fue su respuesta? – Ella, a su vez, le pregunta con interés. - Estaba preocupada porque sabe de primera mano lo que sufrí tratando de mantener nuestro negocio a flote, eso y tratar con mi familia, nos destruyó literalmente, pero las cosas ahora son diferentes, el negocio está haciendo su mejor esfuerzo en años. He trabajado duro, pero los dos últimos años he estado en el asiento trasero de todo, no podía funcionar físicamente y mentalmente era un desafío. - Añade con franqueza compartiendo su historia con Grace. - Puedo ver la necesidad de que vuelvas a lo que amas, Marlene dijo que era tu vida, tengo que preguntarte esto. ¿Dijiste que ibas a ir a buscarla? - Grace espera una respuesta. - ¡Lo hice! Recordé que quería tenerla cerca otra vez y ver si había alguna posibilidad para nosotras, una segunda oportunidad. – Responde sin dudarlo. - ¿Y cómo te sientes al respecto ahora? Obviamente has estado en contacto íntimo con ella y compartido tiempo juntas. - Rebecca se sorprende un poco que ella supiera de ese contacto. - ¿Así que ella te dijo? -  Grace se ríe. - ¡Por supuesto! Tuve que sacárselo, me di cuenta pronto que había algo entre vosotras dos. - Le aclara con una sonrisa. - Supongo que la pregunta es obvia. ¿De verdad piensas pasar la vida con ella? - Rebecca hizo una mueca ante su pregunta. - Aún no estoy segura, pero por favor no le digas eso, no quiero quebrar sus esperanzas sobre un futuro conmigo, no estoy muy segura de mí misma y aunque me encanta que las cosas sean diferentes ahora, necesito recuperar todo lo que he perdido como lo hizo ella, cuando decidió que necesitaba un cambio en su vida, Mark es su esposo y necesita tiempo para sanar de esta separación. - Rebecca se expresa en un tono algo doliente. - Sé que Marlene está enamorada de ti, ella me lo ha dicho, pero también me dijo que no sería un rebote, que en su corazón sentía que necesitabas superar a Lizette. - Hay silencio entre ambas, Rebecca retoma lo que ha dicho. - Todavía guardo algo de mi relación con Lizette. También necesito superarlo. Quiero decir que estaba tan enojada cuando me enteré de su trampa y luego cuando tuve el accidente, ella no se comportó con limpieza. – Le argumenta. Grace la detiene. - Puedo entenderte Rebecca, pero decidiste ir a buscar a Marlene, de todos modos, ibas a terminar con ella. – Le expresa con decisión. - Lo sé, pero eso no cambia el hecho de que la amo y siempre la amaré, pero no pienso llevarla de vuelta al sufrimiento que tuvimos, eso ha terminado, solo sé que debo seguir adelante. -  Habla con tristeza sabiendo lo que se avecina. - Entonces tienes mucho en qué pensar y una decisión que tomar. - Le dijo Grace. - No quiero lastimar a Marlene, no podía soportarlo ahora, todo lo que ella está esperando es mi amor y yo deseo entregarlo, pero debo ser yo misma, debo encontrarme también. - Rebecca se calla. Nada mas se habla ambas intercambian saludos de adiós. - Tengo que irme. -  Rebecca afirma. - ¡Por favor! Mantente en contacto. -  Grace le ordena con afecto. Rebecca llega a la puerta, Grace la ve salir con sus pensamientos sobre Marlene.



Marlene y Rebecca caminan de la mano por el camino hacia el arroyo que bordea Königsbrunn.  - ¿Estás segura? - Rebecca la envuelve con sus brazos. -  Estoy tan segura como siempre lo estaré. - Suspira y besa a Rebecca. - Pero volveré dentro de una semana o así, tengo cabos sueltos que ordenar aquí. – Le contesta ella. - Me preocupo por ti Marlene. - Le implora. - Grace estará allí y Mark sabe que esto es lo correcto para los dos. -  Trata de calmarla y quitarle esos miedos. - ¡Marlene! Me temo que intente convencerte, él te ama y si él siente que tiene alguna posibilidad luchará por ello. - Mira a Rebecca sin expresión alguna en su mirada. - ¡No lo amo! No soy capaz de verlo feliz sabiendo cómo me siento y su comportamiento. - Hace una mueca de dolor. Guardan silencio y continúan caminando. – Voy a regresar a tiempo completo a LCL la próxima semana, he pasado los últimos días preparándome para algunas ideas nuevas, quiero moverlo en una dirección completamente nueva. - Marlene baja la euforia de Rebecca. – Si haces eso, sé que te estresarás. - Rebecca se aparta el pelo de la cara. - No tengo interferencias, Tanja, Tristán, Elisabeth o Sebastián ya no son un peligro. – Le responde con seguridad. - Estoy haciendo y sé cómo tomar las riendas, estaré bien. - Le besa la mejilla y la abraza. – Yo también tengo que tomar decisiones. -  Apunta Marlene. - ¡Sí! Deberás hacerlo. Y apoyo cualquier decisión que tomes, es importante que pienses en ti Marlene y en nadie más. Debes luchar por lo que has trabajado tan duro, y llegar a donde estás. – Rebecca infunde ánimo a Marlene. - Es lo que siempre quise. Y es cierto lo que dices, pero te quiero a mi lado. - Le transmite con firmeza. - Cuando regreses, hablaremos. -  La acompaña hasta su auto frente al castillo. - ¡Cuídate! - Rebecca la besa antes de subir al automóvil.  Marlene conduce el vehículo mientras Rebecca mueve su mano con señas de tristeza por su partida, el dolor la abruma en este momento.



Mark y Marlene se encuentran en la antesala del tribunal de familia. - ¿Estás segura? – Él pregunta en un tono tranquilo, Grace se aferra al brazo de Marlene. - Estoy segura de que esto es lo mejor, para mí y para ti, que ambos podamos movernos con libertad. - Él pone una mirada de descontento. - No quiero discutir y este no es lugar ni momento para hablar. -  Grace se aclara la garganta. - Estoy aquí con los dos como apoyo moral, por favor no discutan. - Recalca recordándoles dónde estaban. La miran y entran en la sala del tribunal.  El abogado de Mark pregunta primero. - ¡Sra. Blair! Asumo que ha leído todos los documentos. – Ella responde con celeridad. - Lo he hecho. Nada que objetar. - Se sientan en las sillas de las mesas del tribunal. El juez aparece y entabla conversación con ellos sobre lo tecnicismos del proceso. Firman los documentos y parten en silencio. - ¿Hay algo más? - Marlene pregunta al abogado. - ¡No! - Responde cortante y seco, sin argumentos. - Facilitó mi trabajo, la mayoría de las mujeres quieren obtener todo lo que puedan de sus maridos. Usted lo ha hecho fácil. - Frunce el ceño con modestia. - Yo solo necesito lo justo, es lo que he obtenido. Una separación limpia. Ahora soy libre para seguir adelante con mi vida. -  El abogado asiente con la cabeza y cierra su maletín y abandona la habitación. - Sé que es difícil. ¿Estás segura de que estás bien? -  Grace pregunta. - ¡Si! ¡Lo estoy! Solo necesito algo de tiempo a solas. - Grace la conduce de regreso a su apartamento. – Me tengo que ir, debo terminar de recoger mi oficina, David volverá tarde esta noche. Regreso dentro de un rato. -  Se despide. Grace la deja en el apartamento, Marlene sube lentamente las escaleras y entra en la habitación de invitados. Se echa sobre la cama y le envía un mensaje a Rebecca. Sabe lo tarde que es allí, pero quiere que conozca de su mano, que la tarea estaba hecha y ella era una vez más una mujer libre.



A la mañana siguiente Marlene es despertada de un sueño profundo por el timbre de la puerta que la levanta confusa sin saber dónde está. Se quita el pelo de la cara, se calza las zapatillas y baja las escaleras abrochándose la bata. abre la puerta acelerada. - ¡Mark! ¿Qué haces aquí? – No está dispuesta a dejarlo entrar.  - Sólo quería hablar, sólo un momento, por favor. - Le suplica. – No tenemos nada de lo que hablar, ya no estamos casados y no me debes nada. – Explica con claridad. Pero le deja entrar. - ¡Rebecca! ¿Te dijo que le hice una visita? – Mark le pregunta.  Marlene se muestra sorprendida y niega con la cabeza. - ¡No! No, no lo hizo. - Ella dice molesta. - ¿Qué le dijiste exactamente? - Se agarra la mandíbula con fuerza esperando su respuesta. - Le pedí que se alejara de ti. Que aún podíamos tener una oportunidad cuando regresaras aquí. -  Ella pone los ojos en blanco. - Realmente Mark…-  Le regaña. - ¡Marlene! Entiendo que ella es lo que estaba en nuestro camino, te amo y quiero una vida contigo. - Ella camina hasta mirarle cara a cara directamente. - Ella no es el único problema que tuvimos, no has sido realista, actuaste con egoísmo y poco dispuesto a comprender que las cosas no eran como tú querías. - Tartamudea él baja la cabeza. – Quise hablarlo antes de la anulación, que podríamos empezar por aquí pero David y Grace me convencieron de que no lo hiciera, que eso causaría problemas y…- Deja de hablar conteniendo la respiración.  - Simplemente te pierdo, no recuperaremos lo que solíamos tener. - Una lágrima gotea por su rostro. - ¡Se acabó! ¡Por favor! Vete y deja de tratar de convencerme de nada, no pienses que me siento culpable, ninguno de los dos seríamos felices y lo sabes. – Él sale caminando por la puerta. - ¡Adiós Marlene! – Se despide sin volver la espalda y cierra la puerta.



Marlene entra por las puertas de la recepción del hospital. Grace la espera apoyada en el mostrador de recepción. - ¡Wow! Esto es bonito, es toda una obra de arte. - Su sonrisa calienta el ánimo de Grace. - Ven por aquí. - Le enseña todas las instalaciones. Al terminar almuerzan en la cafetería. - ¡Entonces! ¿Qué piensas? - Grace pregunta con entusiasmo. - Me gusta mucho, ¿Has contratado más fisioterapeutas? - Marlene pregunta con curiosidad. - ¡Sí! Un joven recién salido de la escuela, empezará la próxima semana. – Satisface su indagación. - He visitado ayer la ciudad y me encanta lo pintoresca que es. – Le dice y toma un sorbo de café. - David y yo no hemos decidido todavía entre un apartamento o una casa de campo que nos gusta cerca de la playa que hemos alquilado. Me gustaría que vivieras con nosotros mientras estés aquí. - Se ofrece Grace. - ¡Gracias! Pero yo… estaré volando a primera hora de la mañana, tengo que cerrar el apartamento de mi padre y ver a Rebecca. - Grace frunce el ceño. - ¿Qué vas a hacer? -  Le pregunta en un tono serio. - Voy a estudiar tu oferta, quiero decir: ¿Cómo puedo dejarla pasar? Me encanta lo que he visto hasta ahora y necesito convencer a Rebecca. - Grace la abraza con entusiasmo. - David estará eufórico y yo puedo decir lo mismo.-  Le dice su amiga. - Espero que esto me haga feliz a mí y que Rebecca se sienta igual. - Ella expresa con brillo en los ojos. - Ahora, si me perdonas, todavía quedan algunas cosas que quiero ver en la ciudad. - Le acaricia la mejilla a Grace con los dedos. - Te llamaré cuando vuelva. – Grace la acompaña a la puerta y Marlene se marcha. Grace se siente satisfecha pues tiene la sensación de que ella finalmente regresará.



Marlene entra en un apartamento muy silencioso y oscuro, deja su equipaje detrás de la puerta principal y se dirige a la ducha. Necesita descansar para relajarse y dormir bien antes de reunirse con Rebecca por la mañana.
A la mañana siguiente se sacude somnolienta de un sueño prolongado que necesitaba para adaptarse al cambio de horario. Una vez vestida envía un mensaje a Rebecca. Se citan en el castillo. - ¡Buenos días! – Le dice al tiempo que se besan con dulzura. Marlene arroja su bolso al sofá envolviendo sus brazos alrededor la cintura de Rebecca. - Te he echado de menos. – Rebecca juguetea con un mechón de su cabello girándolo con sus dedos. - Y yo te he extrañado mucho. -  Marlene la empuja hacia el sofá y se echan en él. La vuelve a besar de nuevo con romanticismo. - ¿Por qué no me dijiste que Mark vino a verte? – Le pregunta con incógnita. – No quería molestarte y le dije que eras una mujer capaz de tomar tus propias decisiones. Confío en que todo salió bien. – Rebecca se justifica con amorosa actitud hacia Marlene. - De hecho, él no intentó convencerme de lo decidido hasta después de que firmamos los documentos, pero, soy libre, libre para ser yo, hacer lo que quiera. -  Sonríe ampliamente. - Sé que Grace estuvo allí para ti, me prometió que lo haría, realmente la preocupé mucho. - Marlene ahueca la cara de Rebecca en su mano.  - He tenido algo de tiempo para pensar y descansar. – Empieza a hablar. – He pensado en aceptar la oferta de Grace, es todo lo que puedo desear y más.  - Rebecca se frota la nariz contra la de Marlene. - Estoy muy feliz por ti, es una decisión muy acertada, progresarás en tu carrera. – Rebecca le dice en un tono bajo. Marlene toma la palabra de nuevo. – Rebecca quiero preguntarte algo importante. - Estrecha su mano en la de ella.  - ¡Ven conmigo! Ponte a mi lado, te amo y tú también me quieres, por favor di que sí. -  Le suplica ligeramente, Rebecca respira profundamente y lo exhala el aire despacio. - ¡Marlene! Me encantas, y te amo, nunca lo dudes, significa mucho para mí pero yo… aún no estoy lista para un compromiso. - Marlene se muerde el labio inferior mientras ella continúa con su justificación. - ¡Por favor! Trata de entender que nuestras vidas son diferentes ahora. ¿Recuerdas cuando decidiste dejar el dolor y el desconsuelo que ambas sufrimos? No podía hacerte feliz, lo intenté, simplemente no pude y necesitabas encontrarte a ti misma, ambos sabemos cómo lo necesitabas para prosperar y para convertirte en quien eres hoy.  No quiero quitarte eso. – Le explica a Marlene, que va llorando al oírla. - ¡Rebecca! Creo que podría ser feliz contigo, si quieres otra oportunidad. - Rebeca pone los dedos en los labios de Marlene. - Podría ayudarte a recuperar tu memoria. – Rebecca no quiere decirlo, pero ha de ser sincera con el amor de su vida. - Cuando pienso en ello, todavía amo a Lizette - Le dice en un tono más serio. - Sería una tontería pensar que no entiendo que creías que ella sería la única. – Le explica con su corazón latiendo rápido. - Eres demasiado amable. - Bromea Rebecca y de nuevo se queda callada, pensativa.  - ¡Si te dijera que sí!  ¿Qué pasaría si después no pudiéramos ser felices? Sería injusto para las dos. – Con su mano acaricia el rostro de Marlene. - Así que el tiempo que hemos pasado juntos, ¿No significa nada para ti? - Marlene sondea a Rebecca. – Ha significado más de lo que puedas imaginar, pero necesito redescubrir quién soy y tengo tantas cosas que atender, retomar el rumbo, mi trabajo está esperando y quiero ver a dónde me llevará. - Marlene niega con la cabeza. - ¡Lo siento! Pensé que querías pasar nuestras vidas juntas, dime algo Rebecca, te he dicho muchas veces que estoy enamorada de ti, pero nunca me has respondido realmente. ¿Te lo dije en vano? - La cuestionó severamente. – ¡Nunca! Simplemente no estoy lista o realmente segura para enfrentarme a un compromiso, no quiero arriesgar ninguna esperanza que pudieras tener Marlene. - Rebecca la consuela. - Deberías estar feliz de que tengas un camino fantástico por delante. Sé que esto no me será fácil dejarlo, es de las cosas más difíciles que he tenido que hacer, solo quiero lo mejor para ti. - Ella la abraza. Marlene recoge su bolso y la deja sin decir una palabra de la angustia que siente en este momento.

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