La Percepción de Grace
- ¡Buenas
tardes, Rebecca! – Saluda Mark,
al entrar ella en la consulta. Él recoge su historial y lo abre. - ¡Doctor Blair! - Responde afable y en
voz baja. - ¿Cómo te encuentras? - Le
pide que le quiten el vendaje. - ¡Estoy
bien! La fisioterapia está ayudando de forma notable. – Le sonríe, él la
mira con sus penetrantes ojos grises, - ¡Sí!
Mi esposa tiene una manera única de trabajar con sus pacientes. - Comenta
mientras empieza a doblar la pierna y estudiar la zona de los tornillos que
había colocado en ella. - ¿Están molestando?
¿Algún dolor? - Le pregunta doblando su pierna otra vez. - ¡Sí! Pero era de esperar. - Ella le
comenta buscando la seguridad. - Puede
ser, puede picar y sentir algo de presión. Forma parte de la curación, me
gustaría abrir el apósito y ver si puedo eliminar los puntos de sutura. –
Anota algo en la historia clínica. - Dr.
Blair ¿cuánto tiempo más estaré con la fisioterapia? - Pregunta aclarándose
la garganta. - Mientras Marlene piense que es necesario. Paciencia, sé que estás
ansiosa por volver a tus viejas costumbres. - Él sonríe, ella lo mira y
sólo puede pensar en los besos que compartió con Marlene. - ¡Y por favor! Prefiero que me llames Mark, tú y Marlene tienen una
conexión, quiero que te sientas cómoda. – Le ordena él amablemente. Con el
corazón acelerado, se siente pequeña y torpe dada la situación. - Te veré el viernes. - Responde él
dejándola sola en la habitación. Se baja de la camilla y se para un momento, entra
Elisabeth. - ¿Estás lista? - La coge
por el brazo y la ayuda a llegar a la puerta.
Grace y David entran en el apartamento con
Marlene y Mark ayudándoles con su equipaje. -
Marlene que alegría estar aquí y poder verte. - Grace se expresa mientras la abraza con fuerza. - He echado de menos a mi mejor amiga. -
Incide en su contento. - ¿Cómo están las
cosas en New Haven? Echo de menos ese lugar. - Marlene sonríe preguntando. - Estupendo, además, he estado demasiado
ocupada. - Se sientan en el sofá, Mark y David conversan en la cocina. – A David se ve bien. – Grace sigue
alegre. - ¿Las cosas van bien con la
práctica? – Pregunta con interés Grace. -
Hemos estado muy ocupados. - Responde Marlene. – Yo he estado planeando este viaje durante un mes. - Se ríe
abierta. – Vamos arriba para mostrarte tu habitación. –
Grace se levanta y sigue a Marlene por la escalera de caracol. Ya en el piso
superior entran en un gran dormitorio. -
¡Oh! Es agradable. –
Se sientan en la
cama. - ¿Cómo están las cosas? Me preocupé
cuando te viniste. - Marlene frunce el ceño. – Él sigue queriendo un niño. - Se levanta y Rebecca se desliza en
su mente. - Esperaba que renunciara a eso
por ahora. – Explica Gracia. - ¡No! No
sé qué hacer. – Expone Marlene muy desanimada. - ¿Supongo que has sido incapaz de razonar con él? - Marlene se
gira para mirarla. - Simplemente me rindo
y espero. – Suspira. - ¿Todavía estás
tomando anticonceptivos? - Ella frunce el ceño hacia Grace. - ¡Sí! - Grace sólo puede mirar. - ¡Marlene! – Exclama con algo de
sorpresa. - ¿Qué se supone que debo hacer?
En serio Grace. - Su tono es
enojado. – Dile que no estás lista. -
Ella la agarra por los hombros. - ¿Me has
escuchado? En absoluto, se lo he dicho y él se vuelve lastimoso y suplica. –
Le explica en voz alta tratando de ser racional. - Mientras tomes la píldora no te vas a quedar embarazada, pero él
pensará que algo anda mal y querrá respuestas, Marlene claramente no piensas
con claridad. - Ella se expresa con
razón. Marlene levanta su mano a la frente. -
Cuanto más sigas haciendo esto, lo peor será enfrentar la verdad, Marlene, no es
razonable. - Marlene se sienta de nuevo con el rostro entre las manos. - No quiero herirlo, no con esto, no estoy
lista para tener un hijo, ni siquiera he tenido la oportunidad de crecer en mi
carrera, he trabajado duro para ello, muy duro. Simplemente no estoy lista para
ser condenada con un niño. - Se pone seria. - No puedo decirte qué hacer, eres mi amiga y solo quiero que seas
feliz, sé que el trabajo te hace feliz. - Le habla cerca de su rostro. - ¡Eres feliz! ¿Verdad? - Pregunta,
mirando a Marlene a los ojos. – Cuando
conocí a Mark, estaba agradecida por cómo se interesó por mí y me apoyó. - Ella
comenzó a pasearse. - ¿Qué estás diciendo? - Grace pone una
expresión de preocupación. - Lo amo mucho, pero no tenía idea de que
cuándo estuviéramos casados, él querría tener hijos, nunca lo hablamos porque no
pensé que lo quisiera de inmediato. – Se explica. - ¡Basta de charla! Tendremos mucho tiempo para eso, estarás cansada y
necesitas reposo. - Marlene deja a Grace para que se relaje.
-
¡Buenos días Rebecca! -
Saluda Marlene mientras observa como rueda el pie sobre la pelota. - ¡Marlene! No estaba segura de que vinieras.
- Se levanta haciendo equilibrios. – Rebecca, te presento a mi amiga Grace. - Ella sonríe y se estrechan ambas manos. - Siempre es un placer. – Saluda cortés
Rebeca. - Grace es también fisioterapeuta.
- Ella asintió con la cabeza. – ¿Eso
no es que haré doble el trabajo hoy? – Causa gracia el comentario y se
ríen. Marlene y Grace se ponen a trabajar. A Rebecca le aborda el cansancio
rápidamente. - Creo que es suficiente por
hoy. - Grace expresa su opinión a la vista de la cara de sufrimiento de la
paciente. - ¿Os gustaría tomar un té en
la terraza? - Propone Rebecca. Marlene
y Grace se miran aprobando el ofrecimiento. -
¡Claro! Eso suena encantador. - Grace contesta agradecida y salen a la
terraza. - Este lugar es hermoso. - Comenta
Grace girando y viendo los alrededores de los terrenos del castillo. - Gracias Grace. Königsbrunn es muy viejo, tiene
cientos de años. - Rebecca responde hablando sobre ello. Marlene mira
profundamente a los ojos de Rebecca y hay un segundo de silencio, Grace coloca
su taza de té de nuevo en el plato sorprendiendo la mirada mutua. - ¿Ambas tienen una historia? – Dice y
coge a Marlene con la guardia baja. – Sí.
- Rebecca corta con una respuesta rápida.
- Mi hermano Hagen y Marlene se casaron y nos hicimos buenas amigas. - Marlene se tensa. Grace sonríe. - Nunca hemos hablado de tu matrimonio o tu
vida aquí Marlene. - Comenta Grace. - No tuve un buen matrimonio, estuvo lleno
de muchas dificultades y malos recuerdos. - Ella transmite su pasado. -
Rebecca sabe el porqué. – La mira con severidad. - Rebecca, ¿A qué te dedicas? - Grace
cambia de tema. - La moda, soy diseñadora,
trabajo para el negocio de mi familia, LCL, hemos sido dueños de una moda
exclusiva durante años. Ahora trabajo desde casa y tengo varios diseñadores
trabajando para mí. - Dice orgullosa mirando a Marlene con el rabillo del ojo.
- Marlene, no puedo imaginar que no fueses
feliz aquí. - De forma inconsciente
busca una excusa. - No tuvo
nada que ver con este hermoso lugar o mi patria, sólo las muchas circunstancias
que me dejaron con el corazón roto y la vida destrozada. - Ella habla severa,
Rebecca baja la cabeza.
Beben tranquilamente el té. La figura de
una mujer alta y esbelta se acerca a ellas llamando su atención. - ¡Hola! - Rebecca se emociona y se
levanta al encuentro de Lizette que la toma de la mano. Las tripas de Marlene se
agitan, apenas puede tragar. Grace la mira fijamente analizando su cuerpo. - Lizette Marlow te presento a Grace, la
amiga de Marlene en América. - Le estrecha la mano. Marlene se aclara la
garganta carraspeando. - Lizette es mi novia.
- Rebecca añade y luego mira a Marlene. -
Bueno es agradable conocerte. - Grace responde apurando su té. Lizette mira
a Marlene con frialdad. - ¡Marlene! -
Ella finalmente la saluda. - Grace ¿Cuánto
tiempo estarás visitando Alemania? - Su hipócrita sonrisa se irradia cuando
habla. - Un mes y mientras estoy aquí, visitaré este hermoso lugar para
trabajar con Marlene como lo hice hoy, también soy fisioterapeuta. - Ella
ofrece información voluntaria sobre sí misma.
- Estoy segura de que a Marlene no le importará, especialmente en lo que
concierne a Rebecca. - Habla en un tono calculado, Grace frunció el ceño
ante sus palabras, el corazón de Marlene latió rápidamente y aparta la vista de
ellas. - Marlene está haciendo un buen trabajo
Lizette, deja de ser insensible. - La reprende. - No es solo que puedes ser difícil, sé cómo eres y si Marlene no
puede domar tus inhibiciones, tal vez Grace pueda. – Espeta sin vergüenza
alguna, causando una tensión negativa entre las dos. - Deberíamos irnos. - Expresa Marlene. - Se está haciendo tarde y tengo otro paciente esta mañana, si nos
disculpan. - A Rebecca se le pone
una raya roja de rabia en su rostro. - Te
veo ahora en la orangerie. - Le dirige una mirada de descontento que
continúa hasta que ella traspasa la entrada. Las acompaña hasta la puerta. - Me disculpo por esta impostura de Lizette,
creo que sólo está preocupada y ansiosa de que me vaya bien. – Trata de
suavizar una delicada situación. - Te
veré el miércoles, a las ocho y media. – Les dice Marlene. Ellas se
despiden y se van.
Al principio, el viaje de regreso al
hospital es en silencio, Marlene teme mentalmente lo que Grace podría pensar
sobre la incómoda situación en que Lizette las había metido. Encuentra una plaza
de aparcamiento y comenzó a salir del auto. - ¡No
tan rápido! - Grace la agarra del brazo, Marlene contiene la respiración un
momento. - ¿Qué le pasa a la novia de
Rebecca? ¿Qué la ha enojado? - Ella pregunta intrigada. Marlene no quiere
responder. - ¡No sé! Tal vez estaba
teniendo un mal día. - Cierra la
puerta, se quedan allí sentadas sin moverse.
- Parece que tiene algo hacia ti, tengo la sensación de que estaba celosa de tu
relación con Rebecca. - Explica Grace su impresión, tratando de
racionalizar la situación. - No seas
tonta Grace, creo que está preocupada por la salud de Rebecca, el resultado de
la cirugía y la terapia. – Grace supone que no quiere hablar más sobre ello.
- Supongo que no quería discutir. -
Grace es perspicaz y capta señales, pero que no sabe interpretar. - Creo que hay algo más en eso. ¿Rebecca siempre
ha sido lesbiana? - Marlene no está muy segura de cómo responderle. - No sé… ¿Por qué lo preguntas? - Sus
palabras van al grano. - Noté la forma en
que te miraba como si…- Ella apenas puede sacar las palabras. - ¡Detente! ¡Por favor! Déjalo Grace. -
Marlene se siente amargada y fuera de control. - ¡Lo
siento! Supongo que tenía una vibración extraña sobre tí. – Mira a Marlene con el rabillo del ojo.
Terminan sus rondas y toman un bocado para
almorzar. - Te dejaré en el apartamento,
tengo algunas cosas en mi oficina para completar y también tengo que hablar con
Mark. – Ella la conduce en el coche hasta la puerta del apartamento. Grace
sale del auto y contempla como se aleja rumbo al hospital.
- ¿Dónde
has estado? - Lizette pregunta en un tono exigente. - Hablando con Elisabeth sobre el negocio familiar. - Rebecca
responde con tensión en su voz. - ¿Durante
dos horas? – Cuestiona en un tono cortante. - ¿Qué te pasa? - Rebecca pregunta. - ¿Qué quieres decir? – Refunfuña enojada. - Esa escena que causaste mientras Marlene y su amiga estaban aquí,
fue una grosería inaceptable. - Se cruza de brazos algo enfurecida. - ¡Rebecca! Puede que no te des cuenta, pero
Marlene te mira de cierta manera, como si hubiera algo intrigante en ella.
- Lizette responde en un tono mucho
más tranquilo. Rebecca se frota las sienes. - ¿Cuándo vas a crecer? Dime ¿Por qué estás tan celosa de cada cosita? - Lizette va a la ventana mirando fijamente
hacia el bosque. - Has estado con otras
mujeres en tu pasado y había una en particular que amabas profundamente, ella
te lastimó. ¿Me sigues? - Rebecca siente que el bello de la nuca se levanta. - ¿Qué estás tratando de decir exactamente?
- Se enfrenta a ella con un tic nervioso. - Me lo dijiste cuando nos conocimos que había una mujer, tu gran amor,
que no duró y te dejó devastada. - Lizette habla como si estuviera contando
un romance de libro de cuentos. - ¡Basta!
- Rebecca le exige. - No quiero
discutir más, estoy tratando de poner los pies en el suelo para poder volver a
la vida que alguna vez tuve, y te amo. – Insiste. - ¡Rebecca!
Llegaré al fondo. - Lizette le advierte.
- Tengo
que acostarme, estoy cansada y debería descansar. - Camina lentamente hacia el dormitorio. - Tengo que hacer recados, debería estar de
vuelta a tiempo para la cena. – Justifica su ausencia posterior, recoge el bolso
y deja a Rebecca en estado de agitación emocional.
– ¡Dígame!
¿Puedo ayudarla? - La
recepcionista de la mesa le pregunta a Lizette que está parada delante de ella.
-
¡Sí! Pregunto por Marlene Blair. ¡Por favor! – Ella le pregunta. –
Voy a ver si está en su oficina, disculpe. - Marca el número. - ¿Puedo preguntarle quién desea verla? -
Ella se la vuelta. - Lizette Marlow. -
Responde rápidamente. - La primera del pasillo de la derecha. -
La recepcionista le señala. Ella lo
agradece con una sonrisa. – Gracias. -
Lizette se dirige a la puerta señalada y
llama. - ¡Entre! - Contesta Marlene en
voz alta y ella entra. - ¿A qué debo en
honor de esta visita? – Pregunta mientras Lizette toma asiento frente a su
escritorio. - Quería disculparme por mi actitud
grosera de ésta mañana, supongo que estoy muy nerviosa por Rebecca y lo que
está haciendo. – Habla con cierta prisa, como si estuviera sobresaltada. - Disculpa
aceptada. - Contesta Marlene. - ¿Hay algo más? – La mira con ojos
inquisitorios. - ¡Sí! En realidad sí.
– Dice con desparpajo, sorprendiendo a Marlene. - ¿Y qué podría ser? – Siente curiosidad. - Cuando
Rebecca y yo nos conocimos, ella habló acerca de muchas cosas que habían
sucedido en su pasado, sus amores. - Lizette duda un instante. - Había un amor que ella dijo que nunca nadie
podría superar, creo que se refirió a ella como su amor más grande. - La
piel de Marlene comienza a gatear. - ¿Y
qué tiene eso que ver conmigo? - Intercepta
con firmeza. - ¿No sabrías quién era? - Ella le pregunta mirándole a los ojos
perforándolos. - ¡No! No tengo idea y ¿Por
qué me preguntas eso? - Marlene está a la defensiva, su corazón late con
fuerza. - Debido a que hay un alboroto en
la sala cada vez que estás presente, lo he visto con mis propios ojos de la
misma forma en que la miras, estuviste casada con su hermano una vez que
seguramente hablarías con ella entonces. - Marlene suspira al ver que es
difícil mirar a Lizette a la cara. - Sí,
estuve casada con Hagen, estoy segura de que te dijo que nuestro matrimonio fue
muy tormentoso y no duró mucho tiempo. Rebecca se fue a Nueva York antes de mi
divorcio. ¿Tal vez alguien en Nueva York? - Ella lo evade de la mejor
manera que puede. Lizette se levanta de la
silla. - Cuando Rebecca no esté tan
enojada conmigo, voy a hablarlo de nuevo con ella. Quería darle las gracias a tu
esposo por todo lo que ha hecho por Rebecca. ¿Podrías pasar eso por favor? -
Le ruega con gratitud, Marlene traga saliva. - ¡Sí! Lo haré. - Con una sonrisa pícara sale y se queda fuera de
la puerta. – Voy a llegar al fondo de
esto. - Susurra en voz baja y luego se aleja. Marlene se frota el rostro
con las manos y nota el agujero de su estómago revuelto, Mark aparece por la
puerta. - ¡Hola!
- Él se acerca al escritorio y la abraza alrededor de los hombros. - David y Grace están de gira esta noche por
el Rin. ¿Por qué no, tu y yo cenamos temprano…? – Le guiña un ojo como sugiriendo
un encuentro. - Ella no me dijo… -
Marlene parece distante. – Es algo que se
le ocurrió a David a última hora. - Le dice levantándola con las manos. - Estoy cansada, un día largo. - Ella le comenta. - ¿Grace una gran ayuda? - Marlene asiente
con la cabeza. - Tampoco quiero que ella
trabaje todo el tiempo que esté aquí. Son sus vacaciones y…- Él pone el
dedo en sus labios. - Ya sabes cómo es Grace,
una adicta al trabajo. – Sonríe al responder. - ¿Podemos irnos a casa y relajarnos? - Ella le pide al tiempo que
se retira la bata. - ¡Claro! – Ella
le coge del brazo y regresan al
apartamento. Mark persigue a Marlene a la habitación, besando el cuello
mientras se desabrocha la camisa exponiendo su pecho rígido. - ¡Hmmm sexy! - Marlene se queda
boquiabierta mientras empieza a pasarle la punta de los dedos al suave cabello
del pecho. Se besan. - ¡Hazme el amor! - Le
ruega perdida en el momento, la besó despojándola del resto de su ropa y luego
de la suya, en pasión erótica se
entregan al fuste del acto. - Deberíamos
bañarnos y vestirnos antes de que regresen. - Comenta Marlene al salir de
la cama y meterse en la ducha.
David y Grace entran en silencio en el
apartamento y encuentran a Marlene ya Mark sentados en el sofá bebiendo un vaso
de vino. Mark saluda, David se quita la chaqueta cansado y necesitado de una
ducha. Sube por la escalera, Mark se levanta. - Si ustedes, damas me disculpan, creo que seguiré la pista de David. –
Grace parece alegre. - Fue un romántico
paseo en barco. - Le dice sonriendo, sentada junto a Marlene. - Marlene, he estado pensando en eso, sobre
Rebecca. Parecía triste. – Marlene se revela. – Estoy pensando que tú me preocupas cuando piensas demasiado. - Un
nudo se forma en su garganta, Marlene se pone de pie. - Marlene
tienes que decirle a Mark la verdad sobre no querer tener un bebé, quiero decir
que de alguna manera todo esto me parece que está conectado, tu regreso aquí,
Rebecca y su extraña actitud hacia ti. – Grace expone con total severidad. -
No quiero hablar de ello Grace. -
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