Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 5 de enero de 2018

Episodio octavo


 La Percepción de Grace

- ¡Buenas tardes, Rebecca! – Saluda Mark, al entrar ella en la consulta. Él recoge su historial y lo abre. - ¡Doctor Blair! - Responde afable y en voz baja. - ¿Cómo te encuentras? - Le pide que le quiten el vendaje. - ¡Estoy bien! La fisioterapia está ayudando de forma notable. – Le sonríe, él la mira con sus penetrantes ojos grises, - ¡Sí! Mi esposa tiene una manera única de trabajar con sus pacientes. - Comenta mientras empieza a doblar la pierna y estudiar la zona de los tornillos que había colocado en ella. - ¿Están molestando? ¿Algún dolor? - Le pregunta doblando su pierna otra vez. - ¡Sí! Pero era de esperar. - Ella le comenta buscando la seguridad. - Puede ser, puede picar y sentir algo de presión. Forma parte de la curación, me gustaría abrir el apósito y ver si puedo eliminar los puntos de sutura. – Anota algo en la historia clínica. - Dr. Blair ¿cuánto tiempo más estaré con la fisioterapia? - Pregunta aclarándose la garganta.  - Mientras Marlene piense que es necesario. Paciencia, sé que estás ansiosa por volver a tus viejas costumbres. - Él sonríe, ella lo mira y sólo puede pensar en los besos que compartió con Marlene. - ¡Y por favor! Prefiero que me llames Mark, tú y Marlene tienen una conexión, quiero que te sientas cómoda. – Le ordena él amablemente. Con el corazón acelerado, se siente pequeña y torpe dada la situación. - Te veré el viernes. - Responde él dejándola sola en la habitación. Se baja de la camilla y se para un momento, entra Elisabeth. - ¿Estás lista? -  La coge por el brazo y la ayuda a llegar a la puerta.

Grace y David entran en el apartamento con Marlene y Mark ayudándoles con su equipaje. - Marlene que alegría estar aquí y poder verte. -  Grace se expresa mientras la abraza con fuerza. - He echado de menos a mi mejor amiga. - Incide en su contento. - ¿Cómo están las cosas en New Haven? Echo de menos ese lugar. - Marlene sonríe preguntando. - Estupendo, además, he estado demasiado ocupada. - Se sientan en el sofá, Mark y David conversan en la cocina. – A David se ve bien. – Grace sigue alegre. - ¿Las cosas van bien con la práctica? – Pregunta con interés Grace. - Hemos estado muy ocupados. - Responde Marlene. – Yo he estado planeando este viaje durante un mes. - Se ríe abierta.  – Vamos arriba para mostrarte tu habitación. – Grace se levanta y sigue a Marlene por la escalera de caracol. Ya en el piso superior entran en un gran dormitorio. - ¡Oh! Es agradable.
Se sientan en la cama. - ¿Cómo están las cosas? Me preocupé cuando te viniste. - Marlene frunce el ceño. – Él sigue queriendo un niño. - Se levanta y Rebecca se desliza en su mente. - Esperaba que renunciara a eso por ahora. – Explica Gracia. - ¡No! No sé qué hacer. – Expone Marlene muy desanimada. - ¿Supongo que has sido incapaz de razonar con él? - Marlene se gira para mirarla. - Simplemente me rindo y espero. – Suspira. - ¿Todavía estás tomando anticonceptivos? - Ella frunce el ceño hacia Grace. - ¡Sí! - Grace sólo puede mirar. - ¡Marlene! – Exclama con algo de sorpresa. - ¿Qué se supone que debo hacer? En serio Grace. -  Su tono es enojado. – Dile que no estás lista. - Ella la agarra por los hombros. - ¿Me has escuchado? En absoluto, se lo he dicho y él se vuelve lastimoso y suplica. – Le explica en voz alta tratando de ser racional. - Mientras tomes la píldora no te vas a quedar embarazada, pero él pensará que algo anda mal y querrá respuestas, Marlene claramente no piensas con claridad. -  Ella se expresa con razón. Marlene levanta su mano a la frente. - Cuanto más sigas haciendo esto, lo peor será enfrentar la verdad, Marlene, no es razonable. - Marlene se sienta de nuevo con el rostro entre las manos. - No quiero herirlo, no con esto, no estoy lista para tener un hijo, ni siquiera he tenido la oportunidad de crecer en mi carrera, he trabajado duro para ello, muy duro. Simplemente no estoy lista para ser condenada con un niño. - Se pone seria. - No puedo decirte qué hacer, eres mi amiga y solo quiero que seas feliz, sé que el trabajo te hace feliz. - Le habla cerca de su rostro. - ¡Eres feliz! ¿Verdad? - Pregunta, mirando a Marlene a los ojos. – Cuando conocí a Mark, estaba agradecida por cómo se interesó por mí y me apoyó. - Ella comenzó a pasearse. - ¿Qué estás diciendo? - Grace pone una expresión de preocupación.  - Lo amo mucho, pero no tenía idea de que cuándo estuviéramos casados, él querría tener hijos, nunca lo hablamos porque no pensé que lo quisiera de inmediato. – Se explica. - ¡Basta de charla! Tendremos mucho tiempo para eso, estarás cansada y necesitas reposo. - Marlene deja a Grace para que se relaje.

- ¡Buenos días Rebecca! - Saluda Marlene mientras observa como rueda el pie sobre la pelota. - ¡Marlene! No estaba segura de que vinieras. -  Se levanta haciendo equilibrios. – Rebecca, te presento a mi amiga Grace. -  Ella sonríe y se estrechan ambas manos. - Siempre es un placer. – Saluda cortés Rebeca. - Grace es también fisioterapeuta. - Ella asintió con la cabeza. – ¿Eso no es que haré doble el trabajo hoy? – Causa gracia el comentario y se ríen. Marlene y Grace se ponen a trabajar. A Rebecca le aborda el cansancio rápidamente. - Creo que es suficiente por hoy. - Grace expresa su opinión a la vista de la cara de sufrimiento de la paciente. - ¿Os gustaría tomar un té en la terraza? -  Propone Rebecca. Marlene y Grace se miran aprobando el ofrecimiento. - ¡Claro! Eso suena encantador. - Grace contesta agradecida y salen a la terraza. - Este lugar es hermoso. - Comenta Grace girando y viendo los alrededores de los terrenos del castillo. - Gracias Grace. Königsbrunn es muy viejo, tiene cientos de años. - Rebecca responde hablando sobre ello. Marlene mira profundamente a los ojos de Rebecca y hay un segundo de silencio, Grace coloca su taza de té de nuevo en el plato sorprendiendo la mirada mutua. - ¿Ambas tienen una historia? – Dice y coge a Marlene con la guardia baja. – Sí. - Rebecca corta con una respuesta rápida. - Mi hermano Hagen y Marlene se casaron y nos hicimos buenas amigas. -  Marlene se tensa. Grace sonríe. - Nunca hemos hablado de tu matrimonio o tu vida aquí Marlene. -  Comenta Grace. - No tuve un buen matrimonio, estuvo lleno de muchas dificultades y malos recuerdos. - Ella transmite su pasado. -  Rebecca sabe el porqué. – La mira con severidad. - Rebecca, ¿A qué te dedicas? - Grace cambia de tema. - La moda, soy diseñadora, trabajo para el negocio de mi familia, LCL, hemos sido dueños de una moda exclusiva durante años. Ahora trabajo desde casa y tengo varios diseñadores trabajando para mí. - Dice orgullosa mirando a Marlene con el rabillo del ojo. - Marlene, no puedo imaginar que no fueses feliz aquí. -  De forma inconsciente busca una excusa. - No tuvo nada que ver con este hermoso lugar o mi patria, sólo las muchas circunstancias que me dejaron con el corazón roto y la vida destrozada. - Ella habla severa, Rebecca baja la cabeza.
Beben tranquilamente el té. La figura de una mujer alta y esbelta se acerca a ellas llamando su atención. - ¡Hola! - Rebecca se emociona y se levanta al encuentro de Lizette que la toma de la mano. Las tripas de Marlene se agitan, apenas puede tragar. Grace la  mira fijamente analizando su cuerpo. - Lizette Marlow te presento a Grace, la amiga de Marlene en América. - Le estrecha la mano. Marlene se aclara la garganta carraspeando. - Lizette es mi novia. - Rebecca añade y luego mira a Marlene. - Bueno es agradable conocerte. - Grace responde apurando su té. Lizette mira a Marlene con frialdad. - ¡Marlene! - Ella finalmente la saluda. - Grace ¿Cuánto tiempo estarás visitando Alemania? - Su hipócrita sonrisa se irradia cuando habla. - Un mes y mientras estoy aquí, visitaré este hermoso lugar para trabajar con Marlene como lo hice hoy, también soy fisioterapeuta. - Ella ofrece información voluntaria sobre sí misma. - Estoy segura de que a Marlene no le importará, especialmente en lo que concierne a Rebecca. - Habla en un tono calculado, Grace frunció el ceño ante sus palabras, el corazón de Marlene latió rápidamente y aparta la vista de ellas. - Marlene está haciendo un buen trabajo Lizette, deja de ser insensible. - La reprende. - No es solo que puedes ser difícil, sé cómo eres y si Marlene no puede domar tus inhibiciones, tal vez Grace pueda. – Espeta sin vergüenza alguna, causando una tensión negativa entre las dos. - Deberíamos irnos. - Expresa Marlene. - Se está haciendo tarde y tengo otro paciente esta mañana, si nos disculpan. -  A Rebecca se le pone una raya roja de rabia en su rostro. - Te veo ahora en la orangerie. - Le dirige una mirada de descontento que continúa hasta que ella traspasa la entrada. Las acompaña hasta la puerta. - Me disculpo por esta impostura de Lizette, creo que sólo está preocupada y ansiosa de que me vaya bien. – Trata de suavizar una delicada situación. - Te veré el miércoles, a las ocho y media. – Les dice Marlene. Ellas se despiden y se van.

Al principio, el viaje de regreso al hospital es en silencio, Marlene teme mentalmente lo que Grace podría pensar sobre la incómoda situación en que Lizette las había metido. Encuentra una plaza de aparcamiento y comenzó a salir del auto. - ¡No tan rápido! - Grace la agarra del brazo, Marlene contiene la respiración un momento. - ¿Qué le pasa a la novia de Rebecca? ¿Qué la ha enojado? - Ella pregunta intrigada. Marlene no quiere responder. - ¡No sé! Tal vez estaba teniendo un mal día. -  Cierra la puerta, se quedan allí sentadas sin moverse. - Parece que tiene algo hacia ti, tengo la sensación de que estaba celosa de tu relación con Rebecca. - Explica Grace su impresión, tratando de racionalizar la situación. - No seas tonta Grace, creo que está preocupada por la salud de Rebecca, el resultado de la cirugía y la terapia. – Grace supone que no quiere hablar más sobre ello. - Supongo que no quería discutir. - Grace es perspicaz y capta señales, pero que no sabe interpretar. - Creo que hay algo más en eso. ¿Rebecca siempre ha sido lesbiana? - Marlene no está muy segura de cómo responderle. - No sé… ¿Por qué lo preguntas? - Sus palabras van al grano. - Noté la forma en que te miraba como si…- Ella apenas puede sacar las palabras. - ¡Detente! ¡Por favor! Déjalo Grace. - Marlene se siente amargada y fuera de control.  - ¡Lo siento! Supongo que tenía una vibración extraña sobre tí. – Mira a Marlene con el rabillo del ojo.
Terminan sus rondas y toman un bocado para almorzar. - Te dejaré en el apartamento, tengo algunas cosas en mi oficina para completar y también tengo que hablar con Mark. – Ella la conduce en el coche hasta la puerta del apartamento. Grace sale del auto y contempla como se aleja rumbo al hospital.

- ¿Dónde has estado? - Lizette pregunta en un tono exigente. - Hablando con Elisabeth sobre el negocio familiar. - Rebecca responde con tensión en su voz. - ¿Durante dos horas? – Cuestiona en un tono cortante. - ¿Qué te pasa? - Rebecca pregunta. - ¿Qué quieres decir? – Refunfuña enojada. - Esa escena que causaste mientras Marlene y su amiga estaban aquí, fue una grosería inaceptable. - Se cruza de brazos algo enfurecida. - ¡Rebecca! Puede que no te des cuenta, pero Marlene te mira de cierta manera, como si hubiera algo intrigante en ella. - Lizette responde en un tono mucho más tranquilo. Rebecca se frota las sienes. - ¿Cuándo vas a crecer? Dime ¿Por qué estás tan celosa de cada cosita? -  Lizette va a la ventana mirando fijamente hacia el bosque. - Has estado con otras mujeres en tu pasado y había una en particular que amabas profundamente, ella te lastimó. ¿Me sigues? - Rebecca siente que el bello de la nuca se levanta. - ¿Qué estás tratando de decir exactamente? - Se enfrenta a ella con un tic nervioso. - Me lo dijiste cuando nos conocimos que había una mujer, tu gran amor, que no duró y te dejó devastada. - Lizette habla como si estuviera contando un romance de libro de cuentos. - ¡Basta! - Rebecca le exige. - No quiero discutir más, estoy tratando de poner los pies en el suelo para poder volver a la vida que alguna vez tuve, y te amo. – Insiste.  - ¡Rebecca! Llegaré al fondo. Lizette le advierte.  - Tengo que acostarme, estoy cansada y debería descansar. -  Camina lentamente hacia el dormitorio. - Tengo que hacer recados, debería estar de vuelta a tiempo para la cena. – Justifica su ausencia posterior, recoge el bolso y deja a Rebecca en estado de agitación emocional.

– ¡Dígame! ¿Puedo ayudarla? - La recepcionista de la mesa le pregunta a Lizette que está parada delante de ella.  - ¡Sí! Pregunto por Marlene Blair. ¡Por favor! – Ella le pregunta.  – Voy a ver si está en su oficina, disculpe. - Marca el número. - ¿Puedo preguntarle quién desea verla? - Ella se la vuelta. - Lizette Marlow. - Responde rápidamente.  - La primera del pasillo de la derecha. -  La recepcionista le señala. Ella lo agradece con una sonrisa. – Gracias. -  Lizette se dirige a la puerta señalada y llama. - ¡Entre! - Contesta Marlene en voz alta y ella entra. - ¿A qué debo en honor de esta visita? – Pregunta  mientras Lizette toma asiento frente a su escritorio. - Quería disculparme por mi actitud grosera de ésta mañana, supongo que estoy muy nerviosa por Rebecca y lo que está haciendo. – Habla con cierta prisa, como si estuviera sobresaltada.  - Disculpa aceptada. - Contesta Marlene. - ¿Hay algo más? – La mira con ojos inquisitorios. - ¡Sí! En realidad sí. – Dice con desparpajo, sorprendiendo a Marlene. - ¿Y qué podría ser? – Siente curiosidad.  - Cuando Rebecca y yo nos conocimos, ella habló acerca de muchas cosas que habían sucedido en su pasado, sus amores. - Lizette duda un instante. - Había un amor que ella dijo que nunca nadie podría superar, creo que se refirió a ella como su amor más grande. - La piel de Marlene comienza a gatear. - ¿Y qué tiene eso que ver conmigo? -  Intercepta con firmeza.  - ¿No sabrías quién era? - Ella le pregunta mirándole a los ojos perforándolos. - ¡No! No tengo idea y ¿Por qué me preguntas eso? - Marlene está a la defensiva, su corazón late con fuerza. - Debido a que hay un alboroto en la sala cada vez que estás presente, lo he visto con mis propios ojos de la misma forma en que la miras, estuviste casada con su hermano una vez que seguramente hablarías con ella entonces. - Marlene suspira al ver que es difícil mirar a Lizette a la cara. - Sí, estuve casada con Hagen, estoy segura de que te dijo que nuestro matrimonio fue muy tormentoso y no duró mucho tiempo. Rebecca se fue a Nueva York antes de mi divorcio. ¿Tal vez alguien en Nueva York? - Ella lo evade de la mejor manera que puede.  Lizette se levanta de la silla. - Cuando Rebecca no esté tan enojada conmigo, voy a hablarlo de nuevo con ella. Quería darle las gracias a tu esposo por todo lo que ha hecho por Rebecca. ¿Podrías pasar eso por favor? - Le ruega con gratitud, Marlene traga saliva. - ¡Sí! Lo haré. - Con una sonrisa pícara sale y se queda fuera de la puerta. – Voy a llegar al fondo de esto. - Susurra en voz baja y luego se aleja. Marlene se frota el rostro con las manos y nota el agujero de su estómago revuelto, Mark aparece por la puerta. - ¡Hola! - Él se acerca al escritorio y la abraza alrededor de los hombros. - David y Grace están de gira esta noche por el Rin. ¿Por qué no, tu y yo cenamos temprano…? – Le guiña un ojo como sugiriendo un encuentro. - Ella no me dijo… - Marlene parece distante. – Es algo que se le ocurrió a David a última hora. - Le dice levantándola con las manos. - Estoy cansada, un día largo. - Ella le comenta. - ¿Grace una gran ayuda? - Marlene asiente con la cabeza. - Tampoco quiero que ella trabaje todo el tiempo que esté aquí. Son sus vacaciones y…- Él pone el dedo en sus labios. - Ya sabes cómo es Grace, una adicta al trabajo. – Sonríe al responder. - ¿Podemos irnos a casa y relajarnos? - Ella le pide al tiempo que se retira la bata. - ¡Claro! – Ella le coge del brazo y  regresan al apartamento. Mark persigue a Marlene a la habitación, besando el cuello mientras se desabrocha la camisa exponiendo su pecho rígido. - ¡Hmmm sexy! - Marlene se queda boquiabierta mientras empieza a pasarle la punta de los dedos al suave cabello del pecho. Se besan. - ¡Hazme el amor! - Le ruega perdida en el momento, la besó despojándola del resto de su ropa y luego de la suya,  en pasión erótica se entregan al fuste del acto. - Deberíamos bañarnos y vestirnos antes de que regresen. - Comenta Marlene al salir de la cama y meterse en la ducha.
David y Grace entran en silencio en el apartamento y encuentran a Marlene ya Mark sentados en el sofá bebiendo un vaso de vino. Mark saluda, David se quita la chaqueta cansado y necesitado de una ducha. Sube por la escalera, Mark se levanta. - Si ustedes, damas me disculpan, creo que seguiré la pista de David. – Grace parece alegre. - Fue un romántico paseo en barco. - Le dice sonriendo, sentada junto a Marlene. -  Marlene, he estado pensando en eso, sobre Rebecca. Parecía triste. – Marlene se revela. – Estoy pensando que tú me preocupas cuando piensas demasiado. - Un nudo se forma en su garganta, Marlene se pone de pie. - Marlene tienes que decirle a Mark la verdad sobre no querer tener un bebé, quiero decir que de alguna manera todo esto me parece que está conectado, tu regreso aquí, Rebecca y su extraña actitud hacia ti. – Grace expone con total severidad. - No quiero hablar de ello Grace. -

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