Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 7 de marzo de 2017

CAPÍTULO 55



                        LA PASION NUNCA ACABA

Kim y Rebecca están revisando los libros de tendencias de moda creativa.
- ¿Dónde vas a ir el próximo viaje? – Le pregunta Rebecca
- ¡Belfast! Después Ankara y mi última parada será en Salzburgo. Tengo un montón de papeleo para poner al día. Con el trabajo de este verano se llenará un libro.-  Rebecca reposa la pluma en su mesa.
- Nueva York, Londres, París, Roma, Amsterdam, Shanghai, Berlín. ¿Me estoy olvidando algo?- Kim piensa brevemente.
- Creo que eso es todo.- Expresa con una mueca consultando su agenda.
- He estado en tantos lugares, que es difícil hacer un seguimiento.-  Afirma.
- Sebastián mencionó algo acerca de Tokio.-  Kim levanta los ojos.
– Está aplazado por la línea de producción de China, creo que será un viaje extra que  haré este verano. ¿Cómo está Marlene?-  Le pregunta rompiendo la concentración de Rebecca.
- No la he visto esta tarde, no se sentía bien esta mañana, puede haberse quedado en casa, las náuseas matutinas.- Rebecca suspira.  
- Voy a enviarle un SMS.-  Kim se ofrece. Rebecca anota sus comentarios en la agenda. El móvil de Kim suena, y lee en la pantalla.
- Está en casa descansando, dice que no se ha sentido bien hoy. - Kim sonríe antes  de continuar.
- Me pregunta si le haré una visita.-  Rebecca mira el reloj. - Tomate la tarde libre, continuaremos mañana.-  Kim le agradece el gesto y cierra su libro de cuentas y rápidamente abandona la oficina.
Rebecca  llega a espaldas de Angelo.
- ¿Ha venido Elisabeth esta tarde?-  Le pregunta, él se vuelve sorprendido.
- ¡No! Ella tenía algunos negocios que atender y dijo que no estaría en toda la tarde.-  Él le transmite.
- ¿Cómo te va?- Le solicita mientras recoge uno de sus bocetos.
- ¡Mejor! Gracias de nuevo por tus ideas, han sido de gran ayuda, déjame mostrarte más bocetos.-  Reivindica con una sonrisa atractiva.
- Se está haciendo tarde y tengo un par de cosas que hacer antes de irme.-  Ella le responde frustrando las esperanzas que él tenía de que se quedase. 
- ¡Otra cosa!- Le habla mientras comienza a alejarse, Rebecca se vuelve hacia él con mirada de curiosa.
- ¡Sí!- Le responde.
-Tanja ha mencionado algo acerca de las horas extraordinarias a partir de las próximas semanas.- Ella lo detuvo rápidamente.  
- Se espera que todos trabajaremos fuera de horas. ¿Es eso un problema para tí?-  La pregunta es directa.
- ¡No! En absoluto, espero que podamos trabajar juntos, me gustaría, para asegurarme de que tengamos esta colección acabada sin ningún problema.- Ella le sonríe.
- ¡Lo haremos! Así como Elisabeth, te lo prometo.-  Le  explica y se despide.
- ¡Buenas noches!-  Él responde lo mismo, espera un segundo y luego se acerca al balcón.  Su respiración es corta, su corazón late alterado al pensar y anticipar en una reunión con ella. Regresa a la mesa, recoge su chaqueta y se la pone. Piensa que necesita una copa. “No límits” será su próxima parada.

Marlene mira el reloj de la pared mientras termina de preparar el curry para la cena. Rebecca abre la puerta.
- ¿Cocinando de nuevo esta noche?-  Sonríe al acercarse a ella.
- ¿No tienes clase?-  Marlene se da la vuelta encontrándose un beso muy cariñoso. - ¡No…! Presentí que vendrías a casa un poco más temprano esta tarde y que podíamos disfrutar de la cena juntas.- Le responde, Rebecca se acerca a ella lanzando su bolso y el abrigo en el sofá. La abraza por la cintura y vuelve a besarla. - Te he echado de menos hoy. ¿Has disfrutado de la visita de Kim?-  Le pregunta mientras se sirve una copa de vino. 
– Ha estado muy bien, me ha dicho que Emilio está de vuelta en España, a su madre la tienen que ingresar en una residencia y está allí atando cabos sueltos.- Rebecca se sienta en el sofá.
- ¿Te has sentido mal todo el día?-  Inclina la cabeza hacia atrás y espera una respuesta.
– He tenido mareos  incómodos, así que llamé al médico y me dijo que necesitaba descanso que era normal, pero que acuda a verlo y si se hacen más frecuentes, para hacer una valoración.-  Marlene le responde colocando los platos. Rebecca se levanta y se acerca a la mesa.
- Deja que te ayude. ¿No tenías una cita con él?-  Le recuerda que lo habían hablado antes.
- ¡Sí! La mañana del viernes y lo he confirmado cuando hablé con ellos, pero creo que para aliviar mis preocupaciones me dijo que debo llamar en cualquier momento que me sienta incómoda.-  Se sienta a la mesa. - Llamé a Tanja y me dijo que si lo necesitaba, que podía trabajar desde casa. Me sentí mejor después de comer.-  Rebecca le coge la mano mirando a sus ojos.
- Yo no quiero que te estreses, si necesitas trabajar desde casa no creo que sea un problema y si crees que no puedes trabajar en absoluto, creo que lo podremos manejar.- Le argumenta antes de terminar su cena. Marlene se levanta y se pone el abrigo.
- Biggi está a punto de recogerme, voy a esperarla en el vestíbulo.-  Ella sonríe besando su mejilla.
- ¡Vaya! Voy a lavar los platos, nos vemos más tarde.- Ella sonríe mirando su caminar.

Angelo está sentado en el bar en “No Limits” bebiendo un whisky.
- ¡Hola!-  Abby le saluda y se sienta a su lado en la barra.
- ¿Es a mí?- Él le pregunta mirando alrededor y detrás de si mismo.
- ¡Sí! Es a usted?- Ella sonríe. - Angelo, de LCL.- Se aclara la garganta mientras habla.
– He tenido un ajetreado día, lo siento, debería haber reconocido que era usted.-  Ella tartamudea bebiendo rápidamente un tiro del tequila.
- ¿Que es lo que evidencia para estar bebiendo así?-  Comienza la conversación.
- Ahogar mis penas.-  Ella se abre y se ríe.  - Sólo después del trabajo, tomar una copa antes de ir a casa.-  Ella responde con honestidad. 
- ¿Y tú?-  Deja su vaso y se encoge de hombros. - Lo mismo, realmente no conozco gente todavía de por aquí y me gusta relajarme y escuchar un poco de música.- Le cuenta con su sonrisa encantadora.
- ¡Ya veo! Bueno esta ronda es mía.- Y pide dos copas más. - Así que, háblame de ti.- Ella se interesa.
- Soy diseñador y de Italia.- Explica a su manera con suavidad. - ¿Y tú?- Ella le dirige una mirada seria.               
- Hamburgo, soy contable y  lesbiana.- Le habla con voz firme. Él se ríe.
- Tengo que admirar tu honestidad. ¿Saliendo con alguien especial?- Empieza a sentirse cómoda y pide otro tequila.
- ¡Sí! Natasha y yo hemos empezado a salir, supongo que se podría llamar así.- Él juega con su vaso.
- No estoy muy seguro de lo que quieres decir.- Él responde.
- Realmente me han roto el corazón.-  Ella indica a Josie que le sirva otra copa.
- ¿Por qué no nos movemos de aquí y conseguimos una mesa?-  Ella lo mira y recoge las bebidas de ambos. - Así que tu corazón se ha roto, siento escucharlo, me gustaría tener un Euro por cada vez que una chica rompió el mío.-  Él le explica facilitando la conversación.
- Bueno eres guapo y estoy seguro de que tendrás una chica en LCL enamorándose de ti.- Su sonrisa ilumina su humor y su mente en Rebecca.
- ¡Ok! Voy a ser mordaz. ¿Quien rompió tu corazón?-  Extendió la mano, Abby se queda mirando el vasito vacío pensando en los momentos que pasó con Marlene. Sonríe y luego se pone seria.
- Marlene Von Lahnstein.-  Vomita el nombre con una mueca. - Yo la amaba, ella tenía algo, pero estaba enamorada de otra. -  Angelo sigue escuchando. - Rebecca se interpuso entre nosotros.-  Abby le cuenta en un tono áspero.
- ¿No están casadas?- Cuestiona sabiendo la respuesta.  
- No es necesario que me lo recuerdes. Tengo que seguir adelante, me ha dejado perfectamente claro que no tiene ningún interés en mí.- Ella habló con franqueza.    
- Sé que debe ser difícil trabajar dentro de los mismos límites con ella y Rebecca.- Angelo especula. 
- Realmente me tengo que ir, mañana me espera una carga de trabajo grande y necesito dormir un poco, me gustó mucho que habláramos, estoy segura de que volveremos a encontrarnos.  Gracias por escuchar.- Coge su bolso y él la ayuda a ponerse el abrigo.
- Estoy esperanzado en que hagamos amistad.- Él la mira a la espera de una respuesta.
- ¡Sí! Supongo que se podría decir que empieza.  Vengo aquí a menudo y, a veces con algunos  compañeros de trabajo, nos reunimos para beber. Deberías unirte a nosotros.-  Ella le hace una invitación abierta.
- Me encantaría, házmelo saber.-  Angelo sonríe y termina su whisky, deja una propina en la mesa.
- ¿Puedo acompañarte?-  Le pregunta antes de ponerse la chaqueta.
- ¡Claro!- Él la sigue. Caminan por la acera hacia su apartamento. El aire de la noche es frío y brioso.
- Trata de no perder el corazón, siempre habrá alguien más para tomar su lugar, eres joven todavía y tienes toda una vida por delante. Siempre habrá otros… te lo puedo asegurar.-  Él le sonríe para aliviar sus frustraciones reprimidas.  La acompaña hasta el portal de su edificio.
- ¡Buenas noches! Te veré en el trabajo.- Abby abre la puerta y entra.  Él se aleja subiendo el cuello de la chaqueta y se mete las manos en los bolsillos. Sus pensamientos una vez más a la carrera de nuevo van para su jefa.

Rebecca cierra su agenda, bosteza y se estira mirando el reloj. Se prepara para meterse en la cama. Está a punto de dormirse cuando Marlene se la tira casi encima y la sobresalta.
- ¿Cómo fue la clase?- No puede reprimir el besar a Rebecca antes de darle una respuesta.
- Lo disfruté como siempre. Papá llamó cuando regresaba a casa. La pintura en la cocina está terminada y el resto de la pintura debe estar acabada para el fin de semana, por lo que debemos estar cerca de  entrar a vivir.- Se siente eufórica, sus manos aferran a su esposa por las caderas y se la acerca. 
- Eso es una gran noticia.- La emoción en su voz suena con fuerza. Marlene empieza a deshacer y aflojar el nudo de la bata de Rebecca.
- No esta noche, estoy cansada.- Le vuelve a atar el cinturón. Mira sus ojos marrones.
- ¡Te quiero!-  Hay un temblor en su voz.
- ¡Por favor! Marlene, estoy cansada.-  Rebecca  se aleja de ella en el dormitorio. Marlene va de puntillas detrás, la rodea con sus manos en torno a su cintura. 
- ¿Tu vas a renunciar a esto? ¿Eres tú?- Ella sonríe  mientras Marlene empieza a besarle la nuca. - ¡Ok! Lo entiendo, te dejaré sola.- Se quita los zapatos sentada en el borde de la cama. Rebecca se le acerca de rodillas sobre las sábanas detrás de ella. Le retira la camisa  y desabrocha el sujetador. Empieza a acariciarle los hombros con sus manos, se adentra profundamente en sus músculos haciendo que Marlene se relaje.
- ¡Sienta tan bien!- Ella suspira, las manos se trasladan por encima de los hombros aliviando las tensiones de su cuello. Marlene se gira hacia Rebecca y con sus manos le acaricia los brazos mirando con ternura a sus penetrantes ojos marrones.
- Rebecca ¡Hagamos el amor!-  Le pide en un susurro. Rebecca se echa hacia atrás tirando de la cabeza de Marlene hacia su regazo, el roce de su pecho se pronuncia más sensual. Con sus dedos traza dibujos de remolinos sobre la piel tersa de Marlene. El canal de su pecho gotea sudor. Rebecca acerca su la cara hacia la de ella agarrando el lóbulo de la oreja entre los dientes, las profundas respiraciones  hacen eco en su oído haciendo temblar los músculos del estómago. Rebecca dirige sus dedos despacio a desabrochar y bajar la cremallera de sus pantalones vaqueros.
- ¡Rebecca!- Expresa Marlene con voz apagada.
- ¡Shhhh! No hables solo déjame amarte.- Rebecca le dice con voz romántica. Desliza su mano hacia sus pantalones vaqueros azules y  explora en  ellos con un juego erótico, Marlene se estremece jadea suavemente con la respiración entrecortada. Rebecca se detiene escapa de debajo de ella y sale de la cama.
- ¡Quédate ahí!-  dice en susurro sexual. Camina alrededor de la cama lentamente llegando frente a ella, quita los vaqueros y el resto de la ropa a Marlene quedando totalmente desnuda. Rebecca no puede dejar de mirar con los ojos atrapados en la mujer sensual que se extiende ante ella. Acaricia el costado de su muslo, la mano de Marlene captura un botón de la chaquetilla del pijama, Rebecca se pone de pié.
- ¿Quieres que yo…?-  Marlene coge por sorpresa a Rebecca.
- ¡Hmmm! ¿Eso es un pensamiento?-  Ella susurra a su vez con una sonrisa de picardía y besa sus labios. Marlene se levanta y la mira.
- ¡Ven aquí!-  Señalando la cama. Rebecca niega con la cabeza. Marlene tiene aspecto de una diva,  hace un gesto mohíno y rápidamente se pone en pie intentando abrazarla pero Rebecca la esquiva. Se las arregla para escapar de la habitación con Marlene a sus talones. El salón está oscuro pero la luz de una luna radiante penetra a través de la ventana. Ambas dan paso a un juego del gato y el ratón. Rebecca se puso en un lado del sofá Marlene en el otro. Cada una contempla el movimiento de la otra.        
- Ven a mí.- Marlene le ordena, sus ojos ya se han acostumbrado a tenue luz, distingue clara la figura de Rebecca allí frente a ella.
- ¡Noo!- Rebecca se queda  entre el sofá y la mesa después de hacer un movimiento. Marlene es demasiado rápida y la impide escabullirse, ella la abraza con fuerza, besa su boca y luego se desplaza a un lado de su cuello besándola con pasión desquiciada.
- ¡Basta!- Rebecca trata de apartarla, Marlene no cede e intenta un beso, pero Rebecca vuelve la cabeza de su rostro hacia atrás cuando sus labios se acercan a su boca. Marlene gime apretando su montículo contra el de ella. Ella aparta la mirada fija en la oscuridad de los ojos de Rebeca. Lleva las manos a los lados de su cara pone el pulgar  dentro del hoyuelo de la barbilla, no hay palabras, simplemente pasión, percibe su corazón golpeando a la espera de la siguiente jugada.
Marlene desliza su mano hasta el botón superior del pijama de Rebecca. Comienza a deshacerlo cuando la mano de Rebecca la agarra y la aparta. - ¡No!- Le susurra en su oído con aliento cálido. - ¡Sí!- Da por toda respuesta Marlene, tranquila pero con firmeza.  Luchan por unos segundos hasta que Rebecca cede dejando caer sus manos. Marlene sonríe mientras empieza a desabrocharle la blusa, Rebecca baja la cabeza mientras observa los dedos de Marlene desabrochando los botones de la camisa hasta que deja su torso desnudo. Las caricias de Marlene le provocan una corriente de fuego disparada. Continua estimulando y excitando porque la sabe hormonal y fuera de control, besa sus pezones que se endurecen, Rebecca aferra firmemente su  cabeza apretando aún más. Los gemidos y quejidos comienzan a sonar en voz alta y se hacen eco por toda la habitación. Marlene la coge de la mano y hacen su camino de regreso a la cama, Rebecca se arrastra y permite  a Marlene quitarle los pantalones del pijama.  Con suavidad y dulzura, y  piel entrelazada en la pasión crece en deseos de hacer el amor. Rebecca se  acurruca en los brazos de Marlene. - ¡Te quiero!- Habla con calma. - Aunque esté cansada, siempre me haces sentir tan viva y querida.- Marlene la atrae más cerca tocando la suave piel de su brazo.
- Yo nunca podré tener suficiente de ti, y nunca  encontraré otra persona que pueda cumplir con mis necesidades de cariño como tú lo haces.-  Ella la besa suavemente el lado de la cara. Rebecca se queda en silencio Marlene puede sentir el tic-tac constante de su corazón.  Cuenta los latidos y escucha como Rebecca cae profundamente en un sueño reparador. Ella se incorpora mirando la expresión relajada en su cara,  la acaricia con un dedo trazando un dibujo sobre ella.
- ¡Qué suerte que sea yo!- Le habla en voz baja. Sus labios se acercan para dar las buenas noches a Rebecca en un tierno beso.

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