Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 3 de marzo de 2017

CAPÍTULO 54


                                        


                                        LAS COSAS CLARAS

Rebecca entra en la Orangerie percibiendo los olores de la cocina.
- ¿Qué estás haciendo?-  Le pregunta a una ocupada Marlene.
- Estoy preparando la cena para nosotras. Es un salteado que aprendí en clase la semana pasada y tenemos que prepararlo en la clase de mañana.-  Le cuenta mientras ella agita con solvencia las verduras que chisporrotean.
- ¿Así que soy tu conejillo de indias?-  Rebecca le pregunta en tono de broma.
- Lo eres. La señora Lentz ha sido muy útil, cortamos las verduras y me sugirió usar caldo de pollo.-  Marlene sonríe y continúa. - Le pregunté por una agencia especializada en niñeras y ella me dio un nombre y un número. - Rebecca pone sus manos alrededor de la cintura de Marlene y la barbilla descansando ligeramente en el hombro.
- ¿Vas a llamar?-  Rebecca inquiere.           
- ¡Mañana! ¿Por qué no te duchas?  Voy a tener esto listo cuando salgas.- Rebecca besa su cara.
- Me muero de hambre, estaré de vuelta ya.- Se dirige al baño feliz. Entra en el baño y poco después se  seca con la toalla y se mete en un cómodo par de pantalones vaqueros y una camisa. - ¿Estás lista?- Marlene le pide que salga de la habitación. Rebecca mira hacia el salón para ver la mesa adornada con velas que emanan su fragancia elevándose y llenando la habitación con el dulce aroma del jazmín. Marlene ha colocado un mantel rojo a juego con las servilletas en la mesa, entrega a Rebecca una copa de vino tinto. 
- ¡Wow!- Cae de la boca de Rebecca, Marlene le da asiento.
- Espero que te guste.-  Bromea tímida tomando asiento a su lado.
- ¡Yo ya…!- Ella duda un segundo y con una expresión astuta le pregunta.  
- ¿Voy a volver a casa con esto todos los días?-  Marlene sonríe.
- ¡No! No todos los días, pero quiero hacer algo especial hoy como parte de mi propia cocina. Las clases me han enseñado mucho, Biggi ha sido de gran ayuda y estoy aprendiendo bastante de la señora Lentz.- Le transmite sorbiendo su agua de limon.
- ¿Así que no iremos al castillo, excepto para ocasiones especiales? ¿No comeremos en algunos de nuestros lugares favoritos?-  Pincha en el plato el primer bocado de la comida y lo paladea en la boca,  la mezcla de condimentos añade un gusto suave al pollo. - ¡Marlene está fabuloso!-  Rebecca se pronuncia en voz alta. Marlene sonríe y lo prueba.
- ¡Hmmm! Creo que está escaso de pimienta y de limón.-  Añade poniendo sus ojos en Rebecca.
- ¡Está perfecto!-  Comen disfrutando de la comida preparada por Marlene. Rebecca termina su copa de vino y recoge los platos de la mesa.
- ¡Quieta! Lavo yo los platos. - Marlene coge su vaso de limonada y se acurruca en el sofá, le da un trago a su bebida y Rebecca se une a ella.
– Ha estado delicioso. ¡Gracias!- Le dice al tiempo que la besa.
- ¡Por cierto! Papá llamó esta tarde y me dijo que encontraron un color parecido al que nos gusta y pueden empezar a pintar mañana.-  Marlene habla con entusiasmo.         
- ¡Oh! Bueno, sólo otro día más cerca para que podamos vivir en la casa. ¿Le has mencionado a la señora Lentz algo de otro personal?-  Rebecca pregunta curiosa.
- ¡Sí! Lo hice, también tengo otro número de una firma de personal. Yo realmente no quiero nadie a tiempo completo, aunque necesitaremos toda la ayuda posible para situarnos en la nueva casa. En realidad necesitaremos a alguien que nos ayude cuando llegue el bebé.-  Marlene argumenta con seriedad.
- Creo que debemos tener en la casa alguien a tiempo completo, lo siento. No hay tanta diferencia con los empleados con los que trabajamos,  no puedo verlo de otra manera. - Ella hace su exposición en un tono convincente. Marlene suspira.
– Quizás tengas razón, sólo quiero que seamos una familia y para nuestra cuenta la ayuda será buena, sin embargo, quiero ser mi propia cocinera.- Ella le declara con firmeza.
- ¿Por qué no darnos una oportunidad sobre una a tiempo completo, en un principio? Ver cómo funcionan las cosas y después, ya veremos qué hacer.- Rebecca le ofrece con voz calmada. Marlene le toca la mejilla con la mano abierta, puede sentir el calor que irradia a su toque casual.
- Estás caliente.- Marlene la mira a la cara.
- ¡Yo estoy de humor!- Rebecca no tarda en responder. Marlene dice nada, la toma de la mano y la lleva al dormitorio.  Acaricia los  brazos de Rebecca.
- ¿Sabes lo hermosa que eres?-  Marlene pregunta, con lentitud desliza sus manos bajo la camisa con los dedos abraza su cintura haciendo que los labios de Rebecca  tiemblen por la sensación de su tacto.
- ¡Te amo Rebecca! -Añade y la besa suavemente, su lengua explora el interior de su boca, ella comienza a desabrocharse la camisa, Marlene se las arregla para deslizarse fuera de la suya. Los besos se hacen más intensos, se empujan mutuamente hacia la cama, desabrocha sus pantalones vaqueros y con la mano rápida tira de ellos. Se incorpora sobre ella, el brillo en sus ojos azules provoca que Rebecca haga una pausa. - ¡Dios mío! Cómo me hacen sentir tus ojos.-  Le dice en un tono sensual. Marlene permanece medio vestida tumbada encima. Rebecca pone su mano detrás de su cuello acercándola más, ella se burla con sus labios no permitiendo besarla.  Se estremece ante la captura de su mentón por la mano de Marlene,  embelesan sus labios y la lengua se enlaza a la de ella en el calor de la pasión,  Rebecca deja su cuerpo al pairo y capricho de su esposa mientras va gimiendo de placer. Marlene se levanta y se desviste lentamente exponiendo su piel desnuda y se echa relajada sobre el cuerpo desnudo de Rebecca, sus manos trabajan sobre la boca levantando su piel en una fusión ardiente. Entrelazan sus cuerpos presionando  con ternura sobre el montículo, los labios unidos y la lengua moviéndose al ritmo de sus necesidades. Rebecca pasa los dedos por los largos mechones del cabello de Marlene y apretando su abrazo cuando lanza sexualmente su cuerpo, su corazón late fogoso. Rebecca se queda inmóvil tratando de controlar su respiración por el clímax experimentado.
- Me haces sentir tan bien.- La voz se le quiebra al volverse hacia Marlene.
- Me encanta hacer el amor contigo, quiero esto todos los días.- Le implora en broma circundando el contorno de sus labios con el dedo índice.
- Nunca supe lo mucho que podía amar a alguien hasta que te conocí, eres tan hermosa y deseable.- Rebecca canturreó en voz suave con los labios penetrando en su oído y un tierno beso. - ¡Hmmm! Te amo más de lo que puedo decir.- Ella frunce el ceño poniendo sus manos detrás de su cabeza.
- Me encanta embaucarte aquí desnuda contigo, sin interrupciones, no en el trabajo.- Añade con una risita. Rebecca se le acerca besando sus pechos y la calidez que derrite la boca, con la mano acaricia suave su pecho y luego continúa hacia abajo a su bajo vientre. Comienza un  manso movimiento que causa se flexione.
– Es sexy cada parte de ti.-  Rebecca murmura entrelazando sus muslos para cubrir con su montículo el de ella, su lengua le explora la boca entrando y saliendo hasta que se queja en voz alta con deseo apasionado. Los músculos espasmódicos de sus piernas  bloquean las caderas de Rebecca con necesidad de más,  de escapar de sus labios, sus manos  agarran el cabecero de la cama con poderío apretando con todas sus fuerzas,  ella arquea su cuerpo en un movimiento impulsivo. Lo brazos de Rebecca rodean su espalda acercándola más hasta que se encuentra totalmente integrada con ella en el orgasmo que las inunda como olas eléctricas. Quedan exhaustas y perdidas en la felicidad sexual.
Rebecca se puso de espaldas a su lado. - ¡Intenso!- Ella susurra, los ojos de Marlene están cerrados se humedece los labios, el último toque de orgasmo dejó su cuerpo seco y sus entrañas todavía en un estado de movimiento perpetuo.   
- ¡Así que bueno!- Ella finalmente responde. -Tú me completas Rebecca.- Le reflexiona, rueda a su lado para apoyarse en su brazo y se queda quieta, en silencio. 
- ¡Rebecca!- Le toca la mejilla, ella se mueve ligeramente y abre los ojos.   
-   ¡No quiero hablar!  Sólo quiero disfrutar de este momento.- Marlene suspira, una sonrisa se desliza por sus rostros y caen en un profundo sueño.

Marlene se sobresalta por algo que se cierne sobre ella, poco a poco abre un ojo,  su visión es borrosa.
- ¿Es tarde?- Rápidamente se levanta.
- ¡No!-  Rebecca contesta al lado de la cama con una bandeja de desayuno en sus manos. Marlene se lleva la mano al pecho. 
- ¿Para mí?-  Rebecca se sienta junto a ella.
- ¡Sí! Eso es si tienes hambre o si te sientes lo suficientemente buena para comer.-  Su sonrisa irradia auténtico amor. Muerde el bollo y mastica lentamente toma un trago de zumo y espera a que el té se enfríe.
- ¿Te apetece jalea?-  Le pregunta cogiendo el cuchillo extiende algo en la parte superior de la tostada.
- ¡Hmmm! Tiene buen sabor.- Marlene come un poco más.
- Voy a vestirme, tómate las cosas con calma y bebe el té antes de que se enfríe.- Rebecca le ordena sacudiendo su dedo índice. Marlene termina su comida y coloca la bandeja a un lado. Rebecca regresa ya vestida.
- ¿Como estas?-  Rebecca mira sospechando.
- Un poco de náusea.-  Marlene responde con algo de ansiedad.
- ¿Por qué no te echas hacia atrás? Te conseguiré un paño frío del lavado.- Rebecca acude al cuarto de baño, volviendo con un paño humedecido en la mano que apoyó contra su frente, Marlene cierra los ojos.
- Descansa un rato, Tengo que dejarte, Tanja ya sabe que vas a llegar tarde.- Ella dulcemente la besa en los labios.

-¡Rebecca!- Angelo la llama desde lo alto de las escaleras. Ella levanta la vista hacia él.
- Voy dentro de un momento.- Se pide un café. Angelo tiene varios modelos de lencería finalizados, Rebecca y él los estudian.
- ¡Mucho mejor! Me gusta la forma en que has cambiado los patrones para adaptarse a la imagen, recuerda qué estás tratando de definir en los diseños.- Ella sonríe y se disculpa. Él la siguió con la vista de cerca mirándola desde atrás.
- ¡Emily!-  Habla sorbiendo su café.
- Tú y Natasha ¿Habéis repasado los vestidos, revisado de nuevo y hecho esos cambios en las costuras?-  Les pregunta mirando a ella y buscando a Natasha con la mirada.            
– Lo hemos hecho y estamos listas para el telón de fondo.-  Ella respondió.              
- ¿Dónde está Natasha?-  Emily hizo una mueca mirando a otro lado.
- Creo que ella fue a la oficina de Abby.-  Rebecca hace un gesto de extrañeza.
- ¡Abby!- Su curiosidad se despierta.
- ¡Abby!-  Emily a su vez repite.
- ¿Y?-   Rebecca interroga en busca de respuestas.
– Ellas se están viendo y salen juntas desde hace unas fechas.- Emily le cuenta la verdad, Angelo está cerca en silencio escuchando. Rebecca gimió.
- ¡Bueno! Al menos es alguien nuevo y no Marlene.- Emily se apoya en un estante.
- ¡Ok! Ten preparados todos los bocetos y cuando Natasha haya vuelto, estaré en mi oficina, dile que la espero allí.-  Rebecca habla en su tono  más exigente.
Angelo da un paso atrás para dejar pasar a Rebecca.
- ¡Hola Emily!-  Saluda.             
- Parece que Rebecca está un poco enfadada esta mañana.-  Afirma mirando hacia atrás para asegurarse de que ella ha bajado las escaleras antes de continuar su conversación. Emily se cruza de brazos.
– Está tratando de asegurarse de que el desfile de moda se realice sin problemas.-  Le responde.  
- Yo no estoy tan seguro que sea sólo el desfile de moda.- Él mira alrededor de nuevo.
- Pero Abby. ¿Abby y Natasha, están saliendo? - Emily suspiró.  
- ¡Sí! Han tenido varias citas.- Ella continúa explicando.
- ¡Hmmm! Dijo algo acerca de Marlene. ¿Cómo encaja? Quiero decir que está casada con Rebecca.- Le pregunta acariciándose el cabello finamente recortado en su barba.
- ¡Realmente no lo sé! Creo que Abby y Marlene tuvieron un romance que rompieron cuando Marlene decidió casarse con Rebecca, eso llenó de ira a Abby.- Ella lo mira de nuevo y con un susurro le explica. - Yo las oí discutir sobre Rebecca.- Angelo siente que una opresión se levanta en su pecho.       
- Ya veo, me has aclarado algunas cosas, yo no sé mucho acerca de las personas con las que trabajamos. No estoy aquí para agitar chismes. Mantengamos esta conversación entre nosotros.-  Él le explica la necesidad de  discreción. Emily acepta y él regresa a su estación.
Rebecca abre un atlas y comienza a buscar nuevos lugares para abrir tiendas LCL y boutiques se propone un plan y llama a Kim.
- ¡Hola! ¿Puedes venir a mi oficina en una hora?- Kim le confirma.  Pocos minutos después aparece Natasha en la puerta. La saluda levantando la mano.
- ¡Buenos días! ¿Quería verme?-  Pregunta con incertidumbre del estado de ánimo de Rebecca.
- ¡Si! Por favor, toma asiento.- Se sienta con cierta presión de ansiedad.
- He revisado los vestidos y me gusta los cambios realizados, buen trabajo. Pero creo que ambas tenéis que ser un poco más astutas, porque hay defectos que pueden pasar desapercibidos, no os podéis distraer de ninguna manera, tenemos un desfile de moda en un futuro próximo, ya sé que no es hasta finales de mayo, sin embargo estará aquí antes de que te des cuenta. -  Natasha nota su ritmo cardíaco acelerado.
- Entiendo y tengo que pedir disculpas por no estar con Emily esta mañana. - Rebecca la mira.
- Por favor, ten cuidado.-  Ella duda un segundo.- No puedo ni debo decir a quien puedes o no puedes ver dentro o fuera del trabajo. Siempre me las he arreglado para mantenerme al margen de los asuntos de otras personas. - Ella deja su pluma sobre la mesa y se levanta de su escritorio. - Sé lo que debes estar pensando. Hay una delicada historia entre Abby y Marlene y yo. – Rebecca respira, Natasha toma la iniciativa.       
- No intento adivinar lo que pasa ni empezar a circular chismes. Realmente me gusta Abby y acabamos de empezar a vernos. - Ella mira con tristeza a Rebecca que se sienta de nuevo. Cruza las manos.  
- Marlene y yo tuvimos una historia, me las arreglé para arruinar las cosas y ella me dejó. En pocas palabras, dejó el país, durante dos años estuvo fuera de mi vida y me encontré con alguien más.- Sus palabras son evidentes para Natasha, entiende que ella había experimentado un momento difícil. - Marlene regresó con la intención de recuperarme. Luché contra mis sentimientos, porque yo quería seguir adelante con Katherine, pero fue inútil, me encantaba Katherine, pero no de la manera que me entusiasma mi esposa. Marlene estuvo con Abby cuando vino a trabajar aquí. Aquello fue una escapada para ella al principio, pero nuestro amor es demasiado grande para luchar contra él. Decidimos hacerlo funcionar nos casamos el año pasado y estamos felices. Sin embargo Abby no lo tomó muy bien sentía que Marlene le pertenecía a ella y  nos ha hecho pasar un tiempo difícil.-  Natasha toma en serio lo que le está transmitiendo Rebecca.
-  Abby me interesa lo suficiente, pero no tanto como una chica que lleva el corazón roto, me gusta, quiero tomar las cosas con calma por que creo que le gusto.- Natasha reflexiona.
- La decisión es tuya, sólo necesitaba hacerte saber la verdad para evitar cotilleos y te pido discreción.-  Ella la interrumpe.
- No hay que pedirlo, esto queda entre nosotras Rebecca. No voy a compartir con ella esta conversación.-  Ella sonríe. 
– Te lo agradezco, no es ningún secreto que no nos gustamos y estoy seguro de que ella todavía me desprecia. Amo a Marlene, vamos a tener un hijo y no necesitamos injerencias nocivas.-  Natasha sonríe.  
- Le he oído a Emily la noticia, pero lo he mantenido con discreción, ya que creo que en su momento lo compartiréis con el resto del mundo.- Rebecca la acompaña hasta la puerta.
- ¡Gracias Natasha!- Ella sale del despacho, Rebecca cierra lentamente la puerta y en su mente aparece Marlene y su futuro.

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