LAS
COSAS CLARAS
Rebecca entra en la Orangerie percibiendo
los olores de la cocina.
-
¿Qué estás haciendo?- Le pregunta a una ocupada
Marlene.
-
Estoy preparando la cena para nosotras. Es un salteado que aprendí en clase la
semana pasada y tenemos que prepararlo en la clase de mañana.- Le cuenta mientras ella agita con solvencia
las verduras que chisporrotean.
-
¿Así que soy tu conejillo de indias?- Rebecca le pregunta en tono de
broma.
-
Lo eres. La señora Lentz ha sido muy útil, cortamos las verduras y me sugirió
usar caldo de pollo.- Marlene sonríe y
continúa. - Le pregunté por una agencia
especializada en niñeras y ella me dio un nombre y un número. - Rebecca pone
sus manos alrededor de la cintura de Marlene y la barbilla descansando
ligeramente en el hombro.
-
¿Vas a llamar?-
Rebecca inquiere.
-
¡Mañana! ¿Por qué no te duchas? Voy a
tener esto listo cuando salgas.- Rebecca besa su cara.
-
Me muero de hambre, estaré de vuelta ya.- Se dirige al baño feliz. Entra en el baño y poco después se seca con la toalla y se mete en un cómodo
par de pantalones vaqueros y una camisa. -
¿Estás lista?- Marlene le pide que salga de la habitación. Rebecca mira
hacia el salón para ver la mesa adornada con velas que emanan su fragancia
elevándose y llenando la habitación con el dulce aroma del jazmín. Marlene ha
colocado un mantel rojo a juego con las servilletas en la mesa, entrega a
Rebecca una copa de vino tinto.
-
¡Wow!- Cae de
la boca de Rebecca, Marlene le da asiento.
-
Espero que te guste.-
Bromea tímida tomando asiento a su lado.
-
¡Yo ya…!-
Ella duda un segundo y con una expresión astuta le pregunta.
-
¿Voy a volver a casa con esto todos los días?-
Marlene sonríe.
-
¡No! No todos los días, pero quiero hacer algo especial hoy como parte de mi propia cocina. Las clases
me han enseñado mucho, Biggi ha sido de gran ayuda y estoy aprendiendo bastante
de la señora Lentz.-
Le transmite sorbiendo su agua de limon.
-
¿Así que no iremos al castillo, excepto para ocasiones especiales? ¿No comeremos
en algunos de nuestros lugares favoritos?- Pincha
en el plato el primer bocado de la comida y lo paladea en la boca, la mezcla de condimentos añade un gusto suave al
pollo. - ¡Marlene está fabuloso!- Rebecca se pronuncia en voz alta. Marlene
sonríe y lo prueba.
-
¡Hmmm! Creo que está escaso de pimienta y de limón.- Añade poniendo sus ojos en Rebecca.
-
¡Está perfecto!-
Comen disfrutando de la comida preparada
por Marlene. Rebecca termina su copa de vino y recoge los platos de la mesa.
-
¡Quieta! Lavo yo los platos. - Marlene coge su vaso de limonada y se acurruca en el sofá, le
da un trago a su bebida y Rebecca se une a ella.
–
Ha estado delicioso. ¡Gracias!- Le dice al tiempo que la besa.
-
¡Por cierto! Papá llamó esta tarde y me dijo que encontraron un color parecido
al que nos gusta y pueden empezar a pintar mañana.- Marlene habla con entusiasmo.
- ¡Oh! Bueno, sólo otro día más cerca para
que podamos vivir en la casa. ¿Le has mencionado a la señora Lentz algo de otro
personal?- Rebecca pregunta curiosa.
-
¡Sí! Lo hice, también tengo otro número de una firma de personal. Yo realmente
no quiero nadie a tiempo completo, aunque necesitaremos toda la ayuda posible para situarnos en la
nueva casa. En realidad necesitaremos a alguien que nos ayude cuando llegue el bebé.- Marlene argumenta con seriedad.
-
Creo que debemos tener en la casa alguien a tiempo completo, lo siento. No hay
tanta diferencia con los empleados con los que trabajamos, no puedo verlo de otra manera. - Ella hace su exposición en un
tono convincente. Marlene suspira.
–
Quizás tengas razón, sólo quiero que seamos una familia y para nuestra cuenta
la ayuda será buena, sin embargo, quiero ser mi propia cocinera.- Ella le declara con firmeza.
-
¿Por qué no darnos una oportunidad sobre una a tiempo completo, en un principio?
Ver cómo funcionan las cosas y después, ya veremos qué hacer.- Rebecca le ofrece con voz
calmada. Marlene le toca la mejilla con la mano abierta, puede sentir el calor
que irradia a su toque casual.
-
Estás caliente.-
Marlene la mira a la cara.
-
¡Yo estoy de humor!-
Rebecca no tarda en responder. Marlene dice nada, la toma de la mano y la lleva
al dormitorio. Acaricia los brazos de Rebecca.
-
¿Sabes lo hermosa que eres?- Marlene pregunta, con
lentitud desliza sus manos bajo la camisa con los dedos abraza su cintura haciendo
que los labios de Rebecca tiemblen por
la sensación de su tacto.
-
¡Te amo Rebecca! -Añade
y la besa suavemente, su lengua explora el interior de su boca, ella comienza a
desabrocharse la camisa, Marlene se las arregla para deslizarse fuera de la
suya. Los besos se hacen más intensos, se empujan mutuamente hacia la cama,
desabrocha sus pantalones vaqueros y con la mano rápida tira de ellos. Se incorpora sobre ella, el brillo en sus ojos azules provoca que Rebecca haga una pausa. - ¡Dios mío! Cómo me hacen sentir tus ojos.-
Le dice en un tono sensual. Marlene
permanece medio vestida tumbada encima. Rebecca pone su mano
detrás de su cuello acercándola más, ella se burla con sus labios no permitiendo
besarla. Se estremece ante la captura de
su mentón por la mano de Marlene, embelesan
sus labios y la lengua se enlaza a la de ella en el calor de la pasión, Rebecca deja su cuerpo al pairo y capricho de su esposa mientras va gimiendo de placer. Marlene se levanta y se desviste
lentamente exponiendo su piel desnuda y se echa relajada sobre el cuerpo desnudo de Rebecca, sus
manos trabajan sobre la boca levantando su piel en una fusión ardiente. Entrelazan sus cuerpos presionando
con ternura sobre el montículo, los labios unidos y la lengua
moviéndose al ritmo de sus necesidades. Rebecca pasa los dedos por los largos
mechones del cabello de Marlene y apretando su abrazo cuando lanza sexualmente
su cuerpo, su corazón late fogoso. Rebecca se queda inmóvil tratando de
controlar su respiración por el clímax experimentado.
-
Me haces sentir tan bien.- La voz se le quiebra al volverse hacia Marlene.
-
Me encanta hacer el amor contigo, quiero esto todos los días.- Le implora en broma
circundando el contorno de sus labios con el dedo índice.
-
Nunca supe lo mucho que podía amar a alguien hasta que te conocí, eres tan
hermosa y deseable.-
Rebecca canturreó en voz suave con los labios penetrando en su oído y un tierno
beso. - ¡Hmmm! Te amo más de lo que puedo
decir.- Ella frunce el ceño poniendo sus manos detrás de su cabeza.
-
Me encanta embaucarte aquí desnuda contigo, sin interrupciones, no en el
trabajo.- Añade
con una risita. Rebecca se le acerca besando sus pechos y la calidez que
derrite la boca, con la mano acaricia suave su pecho y luego continúa hacia
abajo a su bajo vientre. Comienza un manso
movimiento que causa se flexione.
–
Es sexy cada parte de ti.- Rebecca murmura entrelazando
sus muslos para cubrir con su montículo el de ella, su lengua le explora la boca
entrando y saliendo hasta que se queja en voz alta con deseo apasionado. Los
músculos espasmódicos de sus piernas
bloquean las caderas de Rebecca con necesidad de más, de escapar de sus labios, sus manos agarran el cabecero de la cama con poderío
apretando con todas sus fuerzas, ella
arquea su cuerpo en un movimiento impulsivo. Lo brazos de Rebecca rodean su espalda
acercándola más hasta que se encuentra totalmente integrada con ella en el orgasmo
que las inunda como olas eléctricas. Quedan exhaustas y perdidas en la felicidad sexual.
Rebecca se puso de espaldas a
su lado. - ¡Intenso!- Ella susurra,
los ojos de Marlene están cerrados se humedece los labios, el último toque de
orgasmo dejó su cuerpo seco y sus entrañas todavía en un estado de movimiento
perpetuo.
-
¡Así que bueno!-
Ella finalmente responde. -Tú me
completas Rebecca.- Le reflexiona, rueda a su lado para apoyarse en su
brazo y se queda quieta, en silencio.
- ¡Rebecca!- Le toca la mejilla, ella se mueve ligeramente y abre los ojos.
- ¡Rebecca!- Le toca la mejilla, ella se mueve ligeramente y abre los ojos.
- ¡No quiero hablar! Sólo quiero disfrutar de este momento.- Marlene suspira, una sonrisa
se desliza por sus rostros y caen en un profundo sueño.
Marlene se sobresalta por algo
que se cierne sobre ella, poco a poco abre un ojo, su visión es borrosa.
-
¿Es tarde?-
Rápidamente se levanta.
- ¡No!- Rebecca contesta al lado de la cama con una
bandeja de desayuno en sus manos. Marlene se lleva la mano al pecho.
-
¿Para mí?- Rebecca se sienta junto a ella.
-
¡Sí! Eso es si tienes hambre o si te sientes lo suficientemente buena para
comer.- Su sonrisa irradia auténtico amor. Muerde el
bollo y mastica lentamente toma un trago de zumo y espera a que el té se enfríe.
-
¿Te apetece jalea?- Le pregunta cogiendo el cuchillo extiende
algo en la parte superior de la tostada.
-
¡Hmmm! Tiene buen sabor.-
Marlene come un poco más.
-
Voy a vestirme, tómate las cosas con calma y bebe el té antes de que se enfríe.- Rebecca le ordena sacudiendo
su dedo índice. Marlene termina su comida y coloca la bandeja a un lado.
Rebecca regresa ya vestida.
-
¿Como estas?- Rebecca mira sospechando.
-
Un poco de náusea.- Marlene responde con algo de ansiedad.
-
¿Por qué no te echas hacia atrás? Te conseguiré un paño frío del lavado.- Rebecca acude al cuarto de
baño, volviendo con un paño humedecido en la mano que apoyó contra su frente,
Marlene cierra los ojos.
-
Descansa un rato, Tengo que dejarte, Tanja ya sabe que vas a llegar tarde.- Ella dulcemente la besa en los
labios.
-¡Rebecca!- Angelo la llama desde lo alto
de las escaleras. Ella levanta la vista hacia él.
-
Voy dentro de un momento.- Se pide un café. Angelo tiene varios modelos de lencería finalizados,
Rebecca y él los estudian.
-
¡Mucho mejor! Me gusta la forma en que has cambiado los patrones para adaptarse
a la imagen, recuerda qué estás tratando de definir en los diseños.- Ella sonríe y se disculpa. Él
la siguió con la vista de cerca mirándola desde atrás.
-
¡Emily!- Habla sorbiendo su café.
-
Tú y Natasha ¿Habéis repasado los vestidos, revisado de nuevo y hecho esos
cambios en las costuras?- Les pregunta mirando a ella y buscando a
Natasha con la mirada.
–
Lo hemos hecho y estamos listas para el telón de fondo.- Ella respondió.
- ¿Dónde está Natasha?- Emily hizo una mueca mirando a otro lado.
-
Creo que ella fue a la oficina de Abby.- Rebecca hace un gesto de extrañeza.
-
¡Abby!- Su
curiosidad se despierta.
-
¡Abby!- Emily a su vez repite.
-
¿Y?- Rebecca interroga en busca de respuestas.
–
Ellas se están viendo y salen juntas desde hace unas fechas.- Emily le cuenta la verdad,
Angelo está cerca en silencio escuchando. Rebecca gimió.
-
¡Bueno! Al menos es alguien nuevo y no Marlene.- Emily se apoya en un estante.
-
¡Ok! Ten preparados todos los bocetos y cuando Natasha haya vuelto, estaré en
mi oficina, dile que la espero allí.-
Rebecca habla en su tono más
exigente.
Angelo da un paso atrás para
dejar pasar a Rebecca.
-
¡Hola Emily!-
Saluda.
-
Parece que Rebecca está un poco enfadada esta mañana.- Afirma mirando hacia atrás para asegurarse de
que ella ha bajado las escaleras antes de continuar su conversación. Emily se
cruza de brazos.
–
Está tratando de asegurarse de que el desfile de moda se realice sin
problemas.- Le responde.
-
Yo no estoy tan seguro que sea sólo el desfile de moda.- Él mira alrededor de nuevo.
-
Pero Abby. ¿Abby y Natasha, están saliendo? - Emily suspiró.
-
¡Sí! Han tenido varias citas.- Ella continúa explicando.
-
¡Hmmm! Dijo algo acerca de Marlene. ¿Cómo encaja? Quiero decir que está casada
con Rebecca.-
Le pregunta acariciándose el cabello finamente recortado en su barba.
-
¡Realmente no lo sé! Creo que Abby y Marlene tuvieron un romance que rompieron
cuando Marlene decidió casarse con Rebecca, eso llenó de ira a Abby.- Ella lo mira de nuevo y con
un susurro le explica. - Yo las oí
discutir sobre Rebecca.- Angelo siente que una opresión se levanta en su
pecho.
-
Ya veo, me has aclarado algunas cosas, yo no sé mucho acerca de las personas con
las que trabajamos. No estoy aquí para agitar chismes. Mantengamos esta
conversación entre nosotros.- Él le explica la
necesidad de discreción. Emily acepta y él
regresa a su estación.
Rebecca abre un atlas y comienza
a buscar nuevos lugares para abrir tiendas LCL y boutiques se propone un plan y
llama a Kim.
-
¡Hola! ¿Puedes venir a mi oficina en una hora?- Kim le confirma. Pocos minutos después aparece Natasha en la
puerta. La saluda levantando la mano.
-
¡Buenos días! ¿Quería verme?- Pregunta con incertidumbre
del estado de ánimo de Rebecca.
-
¡Si! Por favor, toma asiento.- Se sienta con cierta presión de ansiedad.
-
He revisado los vestidos y me gusta los cambios realizados, buen trabajo. Pero
creo que ambas tenéis que ser un poco más astutas, porque hay defectos que pueden
pasar desapercibidos, no os podéis distraer de ninguna manera, tenemos un
desfile de moda en un futuro próximo, ya sé que no es hasta finales de mayo,
sin embargo estará aquí antes de que te des cuenta. - Natasha nota su ritmo cardíaco acelerado.
- Entiendo y tengo que pedir disculpas por no estar con Emily esta mañana.
- Rebecca la mira.
- Por favor, ten
cuidado.- Ella duda un segundo.- No puedo ni debo decir a quien puedes o no puedes ver dentro o fuera del trabajo. Siempre
me las he arreglado para mantenerme al margen de los asuntos de otras personas.
- Ella deja
su pluma sobre la mesa y se levanta de su escritorio. - Sé lo que debes estar pensando. Hay una delicada historia entre Abby
y Marlene y yo. – Rebecca respira, Natasha toma la iniciativa.
-
No intento adivinar lo que pasa ni empezar a circular chismes. Realmente me
gusta Abby y acabamos de empezar a vernos. - Ella mira con tristeza a Rebecca que se
sienta de nuevo. Cruza las manos.
-
Marlene y yo tuvimos una historia, me las arreglé para arruinar las cosas y
ella me dejó. En pocas palabras, dejó el país, durante dos años estuvo fuera de
mi vida y me encontré con alguien más.- Sus palabras son evidentes para Natasha,
entiende que ella había experimentado un momento difícil. - Marlene regresó con la intención de recuperarme. Luché contra mis
sentimientos, porque yo quería seguir adelante con Katherine, pero fue inútil,
me encantaba Katherine, pero no de la manera que me entusiasma mi esposa. Marlene estuvo
con Abby cuando vino a trabajar aquí. Aquello fue una escapada para ella al
principio, pero nuestro amor es demasiado grande para luchar contra él. Decidimos
hacerlo funcionar nos casamos el año pasado y estamos felices. Sin embargo Abby
no lo tomó muy bien sentía que Marlene le pertenecía a ella y nos ha hecho pasar un tiempo difícil.- Natasha toma en serio lo que le está
transmitiendo Rebecca.
- Abby me interesa lo suficiente, pero no tanto como una
chica que lleva el corazón roto, me gusta, quiero tomar las cosas con calma por que creo que le gusto.-
Natasha reflexiona.
-
La decisión es tuya, sólo necesitaba hacerte saber la verdad para evitar cotilleos y te pido discreción.-
Ella la interrumpe.
-
No hay que pedirlo, esto queda entre nosotras Rebecca. No voy a compartir
con ella esta conversación.- Ella sonríe.
– Te lo agradezco, no es ningún secreto que
no nos gustamos y estoy seguro de que ella todavía me desprecia. Amo a Marlene, vamos a tener un hijo y no necesitamos injerencias nocivas.- Natasha
sonríe.
- Le
he oído a Emily la noticia, pero lo he mantenido con discreción, ya que creo
que en su momento lo compartiréis con el resto del
mundo.-
Rebecca la acompaña hasta la puerta.
-
¡Gracias Natasha!-
Ella sale del despacho, Rebecca cierra lentamente la puerta y en su mente aparece
Marlene y su futuro.
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