Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 1 de mayo de 2018

Episodio trigésimo noveno


La historia en tus ojos


 Grace se reúne con Rebecca en la cabaña. - ¿Has comprado esta casa? - Ella pregunta con la mandíbula caída y  la boca abierta. - ¡Sí! Lo hice para Marlene. - Grace la mira extrañada. - Antes de que digas nada. ¡Lo sé! Es repentino, pero la otra tarde cuando caminábamos por la playa estaba interesada por las cabañas que veíamos y me expresó su deseo de tener una, algún día. -  Grace se sienta en el sofá.  - Es hermosa, todo lo que ella quisiera, pero Rebecca, no estoy tan segura de que ella lo acepte. - Grace le advierte. - ¡Lo sé! – Suspira. - ¡Yo solo ...! - Se detiene y deja de hablar, cierra el puño y golpea la palma de su mano. – Ella deseaba desesperadamente oír que la amabas. - La voz de Grace resuena por la habitación.  - No estaba lista para decirle lo mucho que la quiero, Grace. – Lo expresa con firmeza mientras la mira. - Creo que ella está muy interesada en Tracey, Rebecca y no creo que cambie el rumbo, las cosas son delicadas en este momento, Marlene no querrá lastimarla. - Rebecca gime. - ¿Y qué hay de mí? - Ella cuestiona frunciendo el ceño. - ¡Te lo dije! Tienes un trabajo complicado, ella se siente herida y Tracey es un refugio seguro. - Le responde directa. - Mi plan es mostrarle este lugar solo para nosotras dos, pero me pregunto cómo. - Se pone en pie. - ¿Cuándo te trasladas? - Grace pregunta. - Mañana por la tarde me mudaré dejaré el hotel para venir aquí, tuve la suerte de que los propietarios no tuvieran problemas para darme las llaves. - Sonríe caminando hacia las puertas francesas y contemplar la orilla del mar.

- ¿Te apetece cenar esta noche? –  Tracey se agacha para abrazar a Marlene por detrás, la besa en el cuello por detrás. - ¡Hmmm! ¿Qué tienes en mente? Has estado tan ocupada éstos últimos días, que no he tenido mucho tiempo contigo. - Ella responde. Tracey mueve nerviosa sus labios suspirando. - Es llegar esta época del año y los amantes de la playa, los adolescentes y borrachos se vuelven unos imprudentes. – Sonríe. - Pero estoy fuera de llamada esta noche y yo sólo quiero pasar un poco de tiempo contigo, una buena botella de vino, un paseo por la playa. -  Susurra en el oído de Marlene. - ¡Oh! Creo que es una idea maravillosa. Puedo comprar algo de comida para llevar. - Le ofrece. - ¡Suena bien! Déjame terminar mis rondas y te veo en casa. –

Tracey deja las llaves sobre la mesa y saca una botella de vino del gabinete. Se quita el suéter y se relaja en el sofá. - ¡Hola! - Marlene entra y le sirve una copa de vino. Trae unas cajas de comida preparada y se sienta en el sofá. – ¡Comida china! -  Tracey replica y se ponen a comer. - Tengo que preguntarte algo Marlene.- Tracey comienza a hablar. - ¡Ok! Pareces molesta. - Marlene pregunta sabiendo muy bien que va a decir algo sobre Rebecca. - Esa mujer, Rebecca, la que estaba en casa de Grace la otra noche. ¿Es ella? - Marlene interpuso. - ¿Qué quieres saber de ella? – Contesta con dificultad. - ¿Es una amiga o la ex de la que me hablaste? Parecía agradable, pero tuve que irme y no hemos tenido la oportunidad de hablar realmente de ella, o... ¿Es conocida de Grace y David? - El corazón de Marlene se hunde en sus pies. – ¡Tracey! – Tartamudea. - Necesito decirte algo. -  En ese momento son interrumpidas por el tono del teléfono de Tracey. Ella lo lee. - Mi abuela cumple ochenta cumpleaños el sábado por la tarde, a mamá le gustaría que vaya a casa la madrugada del viernes, mis hermanas estarán allí. – Le transmite el mensaje. - ¡Oh! Ya veo, creo que es bueno que puedas ver a tus hermanas, ojalá pudiera ver las mías. – Le dice sonriendo. - ¡Ahora! ¿Dónde estábamos? – Suena de nuevo el teléfono. - Es mi hermana mayor, perdóname Tengo que llamarla, relájate un poco. - Marlene bebe un sorbo de su vino mientras Tracey sale al porche. Su mente empieza a preguntarse por Rebecca cómo dejaron las cosas la noche que se conocieron ella y Tracey en casa de Grace. - ¡Lo siento! No hemos estado juntas como una familia hace mucho, mi hermana está emocionada y con ganas de que yo  visite Providence. - Ella coloca el teléfono en la mesa volviendo a mirar a Marlene.  - Es genial que puedas volver a conectar con ellos. ¿Cómo llevan tus hermanas tu sexualidad? - Marlene le pide una respuesta. - Están bien con eso, como te dije, mis padres no lo aceptan, supongo que se podría decir que mis hermanas nivelan las cosas. - Sonríe colocando el dedo índice debajo de la barbilla de Marlene. Se pone más cerca y la besa suavemente. - Te he echado de menos estos últimos días. – Le dice mirando a los ojos. - ¡Tracey! Deberíamos hablar. - Marlene se pone seria. - ¿Por qué no caminamos por la playa que siempre te relaja? - Marlene la toma de la mano y comienzan su paseo. Marlene empieza a hablar de Rebecca. Tracey aprieta su mano. - Ella ha venido de Alemania. Y para responder a tu pregunta, ¡Sí! Ella es mi ex novia. - Tracey deja de mirarla. - De algún modo, lo intuía. – Le dice sinceramente. - Debería habértelo dicho en casa de Grace o al día siguiente. - Siente algo de vergüenza por ello. -  No seas absurda, hemos estado ocupadas toda la semana y no hemos tenido mucho tiempo juntas. Supongo que debe haber sido duro volver a verla. – Continúan su caminata. - Pero cuando te miro, sé que quieres estar conmigo. -  Le dice Tracey valiente, Marlene se siente a gusto. - ¿Por qué no volvemos? - La abraza y la besa. - No tienes que decirlo. - Se mueven con rapidez a la cabaña y se meten en la cama.



 Marlene termina el resto de su papeleo, alguien llama a la puerta de su oficina. Tracey asoma la cabeza. - ¡Hola! Estoy a punto de marcharme, he hecho mis rondas y David me deja salir un poco más temprano. - Le cuenta, ella se levanta y se acerca para besarla. - ¡Shhh! Solo quiero que te diviertas, es importante ver a tu abuela y a tu familia. -  Ella la acompaña hasta la puerta. - ¿Tienes algo planeado? - Tracey pregunta tranquila. - Tengo que hablar con Rebecca, averiguar cuándo tiene pensado marcharse. - Tracey cruzó los brazos. - ¿Crees que tiene intención de quedarse? – Marlene respira y después gimotea. - ¡No lo sé! Lo averiguaré cuando hablemos. - Tracey besa a Marlene con pausa. - Llamaré cuando llegue el domingo por la noche. - Marlene la ve salir.

- ¡Grace! - Marlene es la que entra en su oficina. - ¿Has sabido algo  de Rebecca? -Pregunta después de entrar en el despacho. - ¡Sí! Hace un rato. – Le dice a Marlene que aprieta la mandíbula. - ¿Ha decidido cuando se marchará? – Le pregunta sin esperar una respuesta positiva. De alguna manera empieza a pensar que su amiga no está siendo franca. -  ¿Por qué no la llamas y se lo preguntas? – Le cuestiona a Marlene, insistiendo.  Marlene envía un mensaje a Rebecca, volviendo a su despacho y recibe una dirección de Rebeca. - Me voy temprano para reunirme con Rebecca. He dejado mis informes en la estación de enfermeras. - Se quita la bata y la coloca sobre su brazo. - ¡Está bien! Ahora si no te importa…-  Grace la invita a salir, ella lo hace con rapidez. Emprende su camino en dirección al trescientos diez de Grey Gull Lane. –



Marlene se detiene frente a la cabaña y mira a su alrededor, se acerca hacia la puerta principal y llama, Rebecca abre la puerta. - ¡Adelante! - Saluda con calma. Marlene camina mirando a su alrededor. - ¿Qué hiciste para alquilar esto? - Le cuestiona.  - ¡No exactamente! - Ella hace una mueca. - ¿Entonces qué? ¿Por qué sigues aquí? Te pedí que te fueras. - La diva comienza a aparecer en Marlene. Rebecca guarda silencio de momento. - ¡Rebecca! - Exclama en voz alta. - ¡Por favor! ¡Marlene! Realmente no me diste la oportunidad de explicarme. - Se acerca a ella. - ¿Qué hay que explicar? Creo que dejaste claro que debería volver aquí, encontrar una vida y dejarte a ti para que te encontrases a ti misma. - Se cruza de brazos enfadada. - ¿Así que me odias cordialmente y nunca querrás verme de nuevo? - La voz de Rebecca se quiebra al preguntar. Marlene es cogida con la guardia baja. - Yo nunca podría odiarte, yo, yo. – Se muerde la lengua. - ¿Tu qué Marlene? - La cara de Rebecca está cerca de la suya, siente la pesada respiración de Marlene rozando su rostro. - Una vez te pregunté cuando estabas a punto de casarte con mi hermano, sí o no, no te quiero Rebecca. – Le dice sin pestañear a los ojos con una mirada muerta. - ¿Te acuerdas de esas palabras? No te amo Rebecca. – Repite de nuevo. - ¡Yo!, Yo lo recuerdo y nunca ha habido una duda de que te amo, pero no todo es el amor Rebecca, lo perdimos todo, pero nunca nuestro amor. – Lo dice llorando mientras habla, Rebecca enjuga sus ojos. - Sé que querías que te dijera que te amaba, no podía, estaba con alguien, te casaste y comenzaste una nueva carrera, Marlene no habría sido justo, en todo momento supe en el fondo de mi mente que necesitaba recuperar mi vida, discutimos esto una y otra vez. - Le suplica. – ¡Entonces! No me has respondido. ¿Por qué estás aquí? - Ella siente una opresión en la garganta. Rebecca baja la cabeza y luego la vuelve a mirar. - Déjame mostrarte. - Extiende su mano hacia Marlene agarrándola del brazo. - ¡No Rebecca!- Pero ella insiste, toma su mano y le coge la cara. - Sabes que me quieres. - Sus ojos marrones penetran en los de ella, el corazón de Marlene comienza a latir con fuerza, Rebecca coloca sus labios sobre los de Marlene y ella trata de alejarse, pero Rebecca es demasiado fuerte. La besa con severidad con los labios y sus lenguas atrapadas en una red de pasión desinhibida. - ¡Alto! - Marlene suplica tratando de separarla. Se echa hacia atrás y los dientes de Rebecca se cerraron en un lado del cuello en pequeños bocados, sus labios saborean la dulzura de la piel de Marlene. - ¡Por favor, Rebecca! - Gime con lamento. Rebecca la empuja con las muñecas pegadas a la pared, Marlene forcejea. Rebecca coge el botón de la parte superior de su camisa desabrochándola. - ¡No podemos! - Marlene la agarra tomando sus manos y empujándola lejos, sin aliento gimotea. - ¡Por favor, no! - Marlene cierra su camisa. - No voy a engañar a Tracey como lo hice con Mark.-  responde con rudeza. - ¿Es a ella realmente a quien quieres? - Busca una respuesta, Marlene se cubre los ojos con las manos. - Me importa mucho y ella me hace feliz. – La respuesta le parece sincera a Rebecca. - ¡Ven aquí! – Le pide cuando estaba a punto de marcharse. – ¡Debo irme! - Rebecca toma su mano con tranquilidad y salen al porche de atrás, las luces del horizonte se presentan románticas. - Esto es todo para ti. – Se ofrece Rebecca. - ¿Qué quieres decir? - Ella se volvió hacia ella.  - Querías una cabaña junto a la orilla del mar, así que te compré una. - Marlene se queda aturdida y sin palabras. - ¿Yo…? - Ella, refunfuña, el impacto irradia a través suya como un rayo de luz. - Tal vez podrías decirle a Tracey que se mude y viva aquí contigo, solo quiero que seas feliz. - Marlene se siente pequeña y horrible. - Yo nunca podría hacer eso ¿Por qué lo haces? - Rebecca la acercó y pone las manos  alrededor de su cintura. - Sé cuánto querías que te dijera cómo me sentía, luché y luché. Siempre te he mantenido cerca de mi corazón Marlene, lo hice porque tenía que mostrarte que estaba en serio, lo sabía todo el tiempo y nunca deberías haber tenido una duda de que estoy enamorada de ti y estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para hacerte feliz. -  Ella espera una respuesta. - ¿Así que para decir que estás enamorada de mí me has comprado una casa? - Ella pregunta insegura de qué decir a continuación. - Es lo que querías, lo dijiste en la playa la otra noche. Pensé en tu deseo. -  Rebecca está confundida. - ¡No sé Rebecca! Y no puedo aceptar tu regalo, siempre sería un recordatorio de ti y me temo que habrá condiciones. - Ella es honesta. - Eso no es malo, me refiero a un recordatorio de mí. ¡Marlene! - Hace una mueca tratando de hacer sonreír. - ¿Me amas, Marlene? - Rebecca se apresura a seguir. Su interior se estremece por la pregunta de Rebecca. - ¡Sí! - Logra hablar. - Entonces no luches, nos amamos y quiero una vida contigo. - Marlene se aparta de ella se apoya contra la barandilla del porche, sus manos la agarran con fuerza.  - Has pasado por muchas cosas y sé que has curado todas tus heridas en estos meses. Cuando te pedí que te fueras de Düsseldorf y que hicieras una vida conmigo, te alejaste y actuaste como si nada hubiera pasado entre nosotras, querías volver al trabajo y encontrar tu vida. Estuve devastada hasta el punto de la incertidumbre. Cuando me fui nunca perdí la esperanza de que me llamaras o me hicieras una visita, mi corazón se hundía todos los días cuando revisaba los mensajes de mi teléfono o mi correo, era como si te hubieras desvanecido como un recuerdo perdido. - Ella cuenta sus sentimientos en voz baja, con la garganta seca por la desesperación. - Nunca quise que fuera de esa manera, lo siento, pero… ¿Qué esperabas? - Rebecca se pone estridente. - Obviamente, no debería haber esperado nada, tengo que irme. -  Marlene se siente frustrada, se dirige hacia la puerta. Rebecca le corta el paso. - No te dejaré ir. - La abraza con fuerza. - ¡Basta! - Marlene la empuja con violencia. Abre la puerta corriendo hacia el automóvil. - ¡Marlene! ¡No te vayas! No te alejes de esto, nosotras… - Ella se detiene justo antes de abrir la puerta. - ¡No hay nosotros, Rebecca! - Ella entra en el coche y conduce alejándose tan rápido como puede. Rebecca se siente herida, su corazón le duele peor que su cabeza, vuelve al interior pensando que acababa de perder a Marlene de nuevo. Se tira en el sofá y las lágrimas caen por su rostro de forma copiosa, se sirve otra copa de vino. - ¿Qué hago? - Ella habla en voz alta limpiándose la cara. - Tengo que hacerla ver que nos pertenecemos. - Ella solloza hundiendo su cara en el sofá. Se acurruca en una pelota. Suena el teléfono. – ¡Tristán! - Está alejada de las noticias y las voces de su familia. -Tenía que comprobar si estás bien, tu voz suena triste. ¿Marlene? - Él pregunta. – Es difícil y testaruda. - Ella comenta y se ríe. - ¿Así que estás lista para volver a casa? -  Comenta en tono de broma. - Estoy empezando a pensar que Eric tenía razón. Tengo la impresión de que nunca me llevará de vuelta y he desperdiciado mi tiempo viniendo aquí. Me refiero a cómo lo que estaba pensando.  - Ella explica sus emociones y de lo solitaria que está. - ¿Me necesitas? Estoy a sólo un vuelo de distancia. – Él se ofrece. - Me gustaría que estuvieras aquí, sin embargo, creo que sólo complicaría las cosas. - Le dice. - ¿No estarás a punto de renunciar? - Su tono es de reproche. - ¡No sé! Parte de mí quiere ir al aeropuerto ahora y salir, pero la otra parte me dice que debo pelear. -   Habla en un tono suave. - ¿La amas? – Pregunta Tristán sabiendo la respuesta. - Más de lo que nunca la he amado. - Llora al decirlo. - Entonces no serías un Lahnstein si no luchas hasta el final, cuál sea el costo Rebecca. Tienes que recordar quién eres y  que te hace ser quién eres, nunca olvides eso. – Él le recuerda amable. - Te echo de menos. – Le susurra. - ¡Y yo! Te quiero hermana pequeña. – Cuelgan, Rebecca se nota sentimental.



Marlene se relaja abriendo el periódico y sorbiendo su café, suspira con profundidad, casi jadeando, dobla el diario y lo arroja sobre la mesa al tiempo que llama Grace por teléfono. – Habla. - Dice suavemente. - David está en la oficina esta mañana, tengo el café preparado. -  Ella le propone. Marlene se viste deprisa para ir a casa de Grace. - ¿Qué está pasando? – Le sirve una taza y se sientan en el porche. - ¡Rebecca! ¿Qué otra cosa? Ella me hace la vida difícil y compró una cabaña sólo para mí. - Se explica en un estremecimiento. - ¡Sí! Estoy  al tanto. -Grace duda al responder. - Espera un minuto. ¿Sabías esto? - Marlene está perpleja. - ¡Lo sabía y la apoyo! Está decidida a pelear esto por ti, Marlene. – Ella frunce el ceño y emite un gruñido. - Finalmente me dijo que estaba enamorada de mí, pero tuve que sacarlo de ella, estaba siendo testaruda como de costumbre. -dijo Marlene. - ¿Pasaste la noche con ella? -  Cuestiona Grace con claridad. Marlene le dirige una rápida mirada. - ¡No! No lo hice, no puedo hacerle eso a Tracey. – Protesta. Grace insiste. - ¿Así que tu relación con Tracey es seria? Creí que querías tomar las cosas con calma o al menos eso pensé que era una compañía sin apegos. - Le expresa con severidad. - Tengo sentimientos por ella, es divertida, sencilla y nos gustan las mismas cosas. - Ríe nerviosa. La voz de Grace se anima. - ¿Por qué estás actuando de esta manera? – Pregunta. Sus ojos azules perforan a Grace. - ¿Cuánto tiempo antes de dormir, has pensado en las razones por las que ella está aquí? - Marlene se sienta en su silla y baja los hombros. - La cabaña, ¿sabías que iba a comprarla? -Ella le pregunta con dureza. - Me llamó después de haberlo hecho, la conocí allí, ella sólo quiere que seas feliz, pero Marlene tienes que preguntarte… - Interrumpe rápida Marlene. - No necesito preguntarme nada, todo terminó cuando salí de Düsseldorf y no quiero el dolor de las indecisiones de Rebecca por las cosas. - Terminó su café. - Deberías hablar con ella de nuevo, obviamente no salieron bien las cosas anoche. – Supone Grace. Marlene respira hondo. - Sé que no se irá a menos que le diga seriamente lo que siento, me refiero a la noche pasada. Fue traumática y difícil, difícil no tenerla en mis brazos, tener la fuerza para evitarla, no puedo caer en esa rutina de nuevo, amarla nunca ha sido la pregunta, al menos no para mí, pero ahora estoy situada y feliz. - Ella baja los hombros en señal de derrota. - ¿Alguna vez le has dado el beneficio de la duda? Ella está aquí por una razón y yo creo que son razones fuertes, ella te ama y está dispuesta a hacer sacrificios por ti.  ¿O no lo ves? -   Su amiga ahonda en sus sentimientos pero ella se resiste. - No puedo Grace, querrá que vuelva a Düsseldorf, no quiero volver a vivir allí. Me preocupa que ella quiera volver a tiempo completo a LCL y todo el estrés que nos causó. – Afirma con contundencia. - ¿No estás siendo un poco injusta? ... Eso fue hace años, ella se preocupa de que tengas una carrera y ha venido a verte Marlene, te ha comprado una cabaña. Haces las cosas más difíciles de lo que son, ve a hablar con ella, comparte tus preocupaciones, dile lo que piensas. - Le espeta en voz alta aconsejando. – Tienes razón, tengo que hablar honestamente con ella. Te veré más tarde. - Marlene se va  camino de la cabaña donde espera encontrar a Rebecca.

3 comentarios:

  1. SIGUE SIENDO UNA TRAMA ENVOLVENTE ,Y ESPERO CON ANSIAS CADA CAPITULO.
    GRACIAS POR REGALAR UN POCO DE TU ESCRITURA.
    :-)

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  2. Para mi es igual es una trama muy interesante y espero más seguidos los capítulos

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