Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 27 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 35



                                       

                 NO HAY DIA SIN PROBLEMAS

Rebecca se da la vuelta entre las sábanas, frotándose los ojos somnolientos  y la  visión borrosa.
- ¡Hey! Es temprano.- Habla con una voz de grava. 
- Hay mucho que hacer hoy. ¿Vas a estar ahí toda la mañana?- Marlene termina de hacer en su pelo  una coleta apretada y luego se coloca un par de pendientes colgantes en los lóbulos de las orejas. Rebecca se echa fuera de la cama en retirada hacia la ducha.
- Sé que estás vestida, ¿No vas a unirte a mí?- Le pregunta bromeando. Marlene suspira con una sonrisa.  
- No esta mañana.- Rebecca pone sus ojos en ella. Cierra la puerta,  Marlene termina de abotonarse la camisa y se pone su abrigo. - Te veré en la oficina, tengo que pasar por las obras y hablar con papá, no voy a tener tiempo para el desayuno. ¡Como que ya se está haciendo tarde!- Rápidamente sale del invernadero sin una respuesta de Rebecca.
Rebecca toalla en mano se  seca el pelo mojado se sienta en la cama, coge el folleto de la mesilla de noche y lo hojea, lee algo y fantaseaba con una niña que tiene volantes y rizos, que ama la moda tanto como ella. - ¡Nombres!- Ella habla en voz alta. - Ni siquiera hemos hablado de nombres.- Deja el folleto de nuevo en el mismo sitio y termina de vestirse.
Marlene entra por el  piso de hormigón liso que es la planta principal de la casa en silencio se apoya contra un poste desnudo mirando los gestos y los ladridos de su padre a los trabajadores.
- ¡Buenos días! Estás en ello pronto.- Ella le despierta con una sonrisa. Thomas mira a su alrededor.
- Contratistas, son todos iguales.- Exclama en alta voz, hace un gesto para que fijen cierta madera hacia abajo. - Sólo espero que el clima coopere, hoy se han parado las cosas y no estamos avanzando como me gustaría.- Continua  quejándose. - ¡Buenos días!- La voz de Rebecca suena desde detrás de ellos, Thomas la mira con severidad y luego con una sonrisa,  él la abraza con fuerza.
- No he visto mucho de mi nuera.- Dice espontáneo. - ¡O a mi hija!-  Él las mira con alegría.
- Debo disculparme Thomas, hemos estado muy ocupadas en el trabajo.- Él le acaricia con su dedo índice en la barbilla.
- No te preocupes, yo también he estado muy ocupado aquí como se puede ver.-  Comienzan a caminar alrededor del perímetro de la obra de la casa, que será su pequeño pero pintoresco castillo. Thomas las guía por las paredes tachonadas señalando donde se colocarían varias cosas, parece emocionado y feliz por la oportunidad de construir algo de esa proporción.
- ¡Por cierto! A Biggi le gustaría que nos reunamos para la cena la noche del domingo.- Rebecca lo mira y responde rápidamente.
- Estaremos allí Marlene y yo. Tenemos algo muy importante que hablar con los dos.- Thomas se inquieta, le parece algo extraño.
- Espero que todo esté bien.- La preocupación aumenta la curiosidad, cruza su mirada con Marlene.
- ¡Todo está bien!- Le asegura con un toque de su mano en el hombro.
- Sé que esto es probablemente una pregunta sin sentido, pero ¿Tiene una fecha de finalización prevista?- Rebecca pregunta cambiando de tema. Thomas se rió entre dientes.
– Conforme va el ritmo de las cosas…- De repente levanta las manos en el aire. - No sé.  A principios de la primavera.-  Continúa divagando en voz baja. Marlene y Rebecca se miran incapaces de mantener la cara seria y se ríen ruidosamente.
-Tenemos que ir a trabajar ahora papá.- Le dice Marlene que coge de la mano a Rebecca. Thomas asiente mientras vigila como está trabajando su equipo.

Marlene se quita el abrigo y lo pone sobre la silla frente a su escritorio. Mira la carpeta que alguien dejó apoyada cerca de su ordenador. La recoge y  la abre con un suspiro y lo explora. 
- ¡Hey! - Kim saluda abriendo la puerta. - ¿Tienes un minuto?- Le pregunta, Marlene mueve su abrigo ofreciéndole el asiento con el movimiento de su mano.
- ¿Qué pasa?- Le pregunta, cierra la carpeta y la coloca a un lado.
- La cena en casa de papá el Domingo, Emilio y yo asistiremos. ¿Tú y Rebeca?- Su sonrisa irradia tranquilidad a Marlene.
- ¡Sí! Vamos a estar allí.- Le responde.          
– Bueno. Llegaremos un poco tarde, me voy mañana para Dublín unos días y Emilio está pensando en una corta visita a España para ver a su madre.- Marlene asiente.  
- Tengo muchas cosas en mi mente, la casa, el final de la pasarela.-  Kim la interrumpe.
- Sólo necesitas un tiempo para relajarte. Es difícil estar fuera un mes y luego volver a la carga de trabajo, que no se detiene mientras te has ido.- Marlene pone sus codos sobre la mesa.
- Rebecca y yo tenemos algunas noticias para compartir con todos vosotros en la cena.- Los ojos de Kim se iluminan.              
- ¡Hmmm!  ¿Supongo que no las vas a compartir ahora?- Ella sabe que su pregunta es discutible.
- ¡No!-  Respuesta corta y seca.
- Tengo que empaparme un montón de información antes de irme mañana, me pondré al día el domingo entonces.- Ella abraza a su hermana. 
-Te veré esa tarde y viaja segura.- Le dice a Kim y ella cierra la puerta.
Marlene recoge la carpeta de la copia del presupuesto y lee el contenido.
- Una vez más, Abby.- Ella hace una mueca en un tono aburrido. Marlene sale de su despacho y se dirige al ascensor, baja al piso de la oficina de Abby. Marlene golpea fuerte en la puerta. - ¡Sí! Entre.- Abby habla con tono brusco. Marlene entra en el momento que Abby cuelga el teléfono. - ¡Buenos días! Siempre es agradable verte.-Abby reacciona al ver la carpeta que Marlene tiene cogida con fuerza en la mano. 
- Veo que tienes la actualización del presupuesto, tuve que cambiar algunas figuras y como estoy seguro de que eres consciente, está reflejado en el papeleo.- Marlene aprieta los dientes.
- Necesito algo más que esta pequeña cantidad de nuevos apoyos y hay otros artículos diversos a tener en cuenta. Este desfile de moda es una gran empresa, hemos contratado un nuevo diseñador.- Marlene gruñe lanzando la carpeta al escritorio de Abby. - ¿No has comenzado los proyectos de arte?- Abby preguntó dócilmente.
- ¡No! Porque no tenemos un tema, y Tanja va empezar a empujar para uno y otro lado, todavía tenemos modelos que contratar. ¿Tanja sabe esto?- Cuestiona echándole una mirada de enojo.
- ¡Sí! Lo discutimos el otro día y ella lo aprobó cuando le expliqué que teníamos que tener algún tipo de financiación para las modelos, pero los nuevos apoyos no fueron discutidos en el presupuesto original.- La expresión de Abby se convierte en hosquedad. – Que Katherine nos dejara no ayuda, el presupuesto fue construido para  ella y en torno a su asistente.- Le confirma dejando a Marlene con la boca abierta.
- Ya veo, bueno siempre existía la posibilidad de que ella aceptara el otro trabajo y lo hizo.- Marlene la corrige. Abby cruza las manos y las coloca sobre su escritorio. 
- Tu queja debes dirigirla a Tanja y no a mí. Marlene trabajamos en el presupuesto juntas, nunca se mencionó nada acerca de los apoyos, modelos sí, los apoyos no.- Ella insiste. Marlene se muerde el labio, recoge la carpeta y se vuelve hacia la puerta. Abby se levanta rápidamente de detrás del escritorio para agarrar el codo a Marlene y volviéndola hacia ella. - ¡Por favor! No te enojes conmigo, tuve que dejar el informe sobre tu escritorio, no pude hacer nada más, así  son las cosas.-  Ella la mira por un momento. -Te echo de menos, nosotras. ¿No  piensas en mí en absoluto?-  Su tono se hace una súplica. Los labios de Marlene tiemblan.
- Nunca quise hacerte daño, realmente me tienes que creer.- Sacó su codo lejos de su mano.
- Pero lo hiciste, me lastimas desde que te diste cuenta… te  dejaste atrapar por la sombra de Rebecca.- Marlene se desestabiliza, pero mantiene su voz uniforme y en control.
- Estoy enamorada de ella, me casé con ella porque ella es a quien he querido dedicar mi vida siempre. Tienes que superar esto Abby, nunca te amé y tú has conocido siempre mis sentimientos por ella.- Marlene abre la puerta sin mirar atrás. Inclina la cabeza después de cerrarla detrás de ella. Abby llora con las manos en la cara.
- ¿Crees que Rebecca ha ganado Marlene? Estás tristemente equivocada.- Murmura mientras se sienta de nuevo. Sus pensamientos de resentimiento por Rebecca están bien definidos.

Rebecca está en su escritorio estudiando las muchas hojas de currículos de los asistentes que habían venido pidiendo un puesto de trabajo. - ¡Genial!- Expresa en voz alta frotando sus sienes, la sacude algo de estrés para tomar una decisión. Elige tres candidatos y comienza a llamarles para concertar entrevistas. Marlene entra en silencio y se sienta a escuchar los arreglos de Rebecca para las entrevistas.           
- Bueno, ya he elegido tres y he concertar entrevistas a partir de las diez de la mañana.- Le enseña mientras cuelga el teléfono.
- ¿Hacer cualquier cosa a las diez de mañana?- Ella regaña con una risa. 
- Cuanto más pronto consigas a alguien mejor. Estoy prevenida por que Tanja comenzará a  pincharnos con el desfile de moda de invierno, la Navidad estará aquí pronto y tenemos mucho que pensar y que hacer.-  Marlene empieza a rebuscar a través de las hojas curriculares que Rebecca había dejado de lado.
- ¡Es cierto! Tengo a Emily trabajando con algunos equipos, diseñó varios vestidos y la costurera me los ha traído.- Ella suspira mirando a Marlene. - Tenemos que tomar una decisión sobre el bebé. ¿Queremos seguir adelante ahora o esperamos? Quiero decir que vamos a trabajar largas horas tratando de conseguir poner en órbita este desfile de moda.-  Marlene sonríe.
- Yo no quiero esperar, tengo una cita  primero con el Dr. Hess,  el viernes por la mañana para un examen físico y luego el martes siguiente con el ginecólogo.-  Le responde directamente. Rebecca niega con la cabeza.
- Me sorprendes, sabes lo que quieres y no lo dejas reposar en el camino.- Marlene se siente gratificada al empezar a construir una familia, es la prioridad sobre cualquier otra cosa.
- ¿Cuándo vas a empezar a viajar?- Rápidamente cambia de tema. Rebeca hace una respiración profunda.
- La próxima semana, haré un viaje a Roma.-  Marlene sonríe.
- ¿Qué día?- Rebecca saca su agenda.
– El Miércoles tarde y volveré viernes por la noche. Nombres, debemos discutir nombres.- Ella se expresa con emoción Marlene toma sus manos y le acaricia los lados de sus brazos.
- Lo haremos esta noche, compro un poco de sushi y nos vemos en casa. Una cena temprano en la cama y discutimos nombres.- Ella le hace la oferta tentadora a Rebecca besando sus labios.
- ¡Hmmm! Señora Von Lahnstein, me gusta su forma de pensar.-   La empuja contra la pared de la oficina  bloqueando su cuello con las manos con suavidad. 
- ¡Te amo, te amo tanto! –  A Rebecca se le escapa una lágrima, Marlene se la limpia de la mejilla con su pulgar.
- ¿Qué sucede amor mío?- Rebecca se muestra sentimental.
-Tú estás aquí y conmigo, a veces me tengo que pellizcarme a mí misma para darme cuenta de que toda mi vida he estado esperando por ti. Te perdí una vez, vida mía. Estuve en un agujero negro que ahora se llena con lo que si de…- Rebecca retira sus manos del cuello de Marlene y las pone en sus hombros.
- ¡Estoy aquí cariño! Estamos casadas ​​y enamoradas. La vida es nueva y joven. No llores mi amor, cuando expuse mis votos, te dije que nunca debes tener ninguna duda, yo no la tengo. Te lo dije con libertad, te doy todo lo que soy y lo que siento. Quiero un hijo, quiero niños contigo.- Esta expresión de amor se lo dice mirando con ternura a los ojos de Marlene.
- ¡Te amo Rebecca!- Le responde mientras se besan y se abrazan. 
- Supongo que el estrés del nuevo trabajo. Tener que viajar y la idea de tener un bebé me acaba abrumando.- Le comenta y apoya su cabeza en el hombro de Marlene, ella le acaricia el pelo.
- ¿Shhhh! Ahora, no hemos de preocuparnos. Tengo trabajo que hacer y tú también, recuerda que tenemos entrevistas por la mañana.- Marlene le pellizca la mejilla suavemente con la esperanza de cambiar su pensamiento.
- ¡Tienes razón!- Rebecca recoge las hojas de los currículos y comienza a estudiarlos de nuevo.

Rebecca sale de los primeros del trabajo para regresar a casa. Se conforma con una ducha caliente. Luego se  seca con la toalla y después el pelo.  Se mete en la cama en espera de su esposa. Marlene entra con la comida comprada que ella y Rebecca van a compartir. Se desviste y se mete en el pijama. Se ponen a comer  sushi dándoselo mutuamente hasta que lo acaban por completo.
– Creo que deberías aprender a cocinar.- Rebecca le dice haciéndole cosquillas en el costado a Marlene.
- ¿Queee?-  Ella exclama riendo.  - ¡Supongo! Me sería útil ya que ni siquiera sabes  hervir el agua.-  Rebecca frunció el ceño y exterioriza el labio inferior hacia fuera en una mueca. Se vuelca por encima de ella.
- ¡Nombres!- Rebecca ordena.  Ruedan juntas de un lado al otro de la cama.
- Espero tener una chica.- Continua Rebecca. - Podría enseñarle moda.- Marlene sonríe.
- Yo espero que sean diez dedos en las manos y diez dedos saludables.- Y añade rápidamente. - Pero, ¿Y si es un niño? – Le dice  con honestidad.
- Pienso en una chica.- Rebecca acaricia un lado de su cara. - Me gustaría llamarla Madeleine, como mi madre.-  Ella espera la respuesta de Marlene.
- Lo entiendo. Nunca llegaste a conocer a tu madre como yo. La vida puede ser lamentable cuando se muestra de esa manera. Resulta áspero tener hermanos que toman tu mano, no siempre es lo mismo que la de una madre, pero tienes la suerte de tenerlos. - Marlene habla con sabiduría.
- ¿Soy egoísta por querer honrarla, y honrarla de una manera que de alguna forma lo sabrá?-  Rebecca pregunta en un tono serio pero dulce.
- Creo que debemos honrar a nuestras dos madres. ¿Qué tal, si es una niña, Madeline Viktoria?-  Rápido se pusieron de acuerdo, con dulzura se besan.
- El nombre de mi abuelo era Mateo, recuerdo que pasaba los veranos con él. Mi abuela murió cuando yo era apenas un bebé y nunca se volvió a casar, era valiente y fuerte, yo le quería mucho.-  A Marlene le asoman dos lágrimas en los ojos recordando a su abuelo. - Creo que si es un niño me gustaría llamarlo Mateo Ludwig.-  Rebecca sonríe ampliamente sus mejillas muestran en rojo su deleite.
- ¡Te quiero!- Ella le susurra al oído. - Mi padre estaría en la luna sabiendo que su nieto lleva su nombre después de él.- Se abrazan con fuerza.
- Así que lo hemos decidido con acierto.-   Marlene se arrulla a Rebecca.
- Ahora a conseguir un poco de sueño que tenemos un ajetreado día de mañana.- Rebecca se da la vuelta y apaga la lámpara. Marlene la acerca más a sus brazos descansando su cabeza en el hombro de Rebecca.

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