DE VUELTA A CASA
-¡Oh!
¡Rebecca!- Elisabeth saluda con
sorpresa en la puerta del castillo.
- ¡Elisabeth!- Le responde con una sonrisa relajada.
–
¿Marlene?- Le pregunta al
tiempo que entra en el recibidor.
–
Dejando equipaje. Gracias por
permitirnos utilizar el invernadero hasta que se construya la casa.- Comenta Rebecca tomando asiento en el sofá
en la sala grande. Elisabeth se sirve un agua tónica.
- ¿Cómo
os ha ido en la luna de miel?-
Rebecca comienza a sonreír.
- Hawai
es precioso, playas románticas, paisajes de ensueño, ir de compras.- Comenta mirando al techo. – En Nueva York también fue agradable. Visitamos
la nueva tienda y hablé con todo el mundo, les expliqué mi nueva posición en la
empresa.- Elisabeth se sienta a su lado.
- Bueno
estoy segura que estarás lista para hacer frente al reto.-
Rebecca suspira.
- ¡Sí!
He pensado bastante en cómo manejar mi nuevo trabajo.- Elisabeth frunce el ceño.
- No
te preocupes, te irá bien, tengo confianza en ti. Sé que Tanja no estaba dispuesta a perderte, pero…- Rebecca la mira para detener su charla.
– Ahora
recuerdo que tengo que ir a LCL esta tarde. ¿Cómo están las cosas? - Le
pregunta.
–
Estamos pensando en crear una línea de ropa interior. ¡Ya lo sabes!- Elisabeth
parece entusiasmada y optimista.
–
¡Hola!- La voz familiar de
Marlene suena desde la puerta sorprendiendo a Elisabeth.
-
Bienvenida de nuevo. He oído que habéis disfrutado de un gran viaje.- Le menciona Elisabeth.
-
Sí Hawai es impresionante y Nueva York es uno de mis lugares favoritos. ¿Rebecca
le has dicho a Elisabeth que hemos redecorado el piso? – Le pregunta al
sentarse al lado de Rebecca.
-
¡Uh! No. Estábamos hablando de la nueva
línea de ropa interior.-
Marlene sonrió, Elisabeth interviene en voz baja.
-
Supongo que las dos pasaréis tiempo en
Nueva York ¿Has decidido contratar un
asistente?- Elisabeth le
pregunta con una mirada curiosa. Rebecca mira a Marlene.
- ¡No! No he pensado todavía en un ayudante.- Rebecca contesta con
sequedad. Elisabeth sonríe entre dientes.
- Pensé
que tal vez Marlene podría ser tu ayudante, pensar en los viajes y el tiempo
que ambas podríais pasar juntas.-
Marlene hace una mueca.
-Tengo
un trabajo que me gusta y estoy contenta con él, además…- De repente deja de hablar, Elisabeth la mira extrañada. Rebecca reacciona
rápido.
-
Con la nueva casa en construcción, pensamos que no es una buena idea que las
dos estemos fuera al mismo tiempo. Es una gran empresa y una de nosotras tiene
que permanecer cerca, al menos por ahora.- Elisabeth asiente con satisfacción.
-
¡Oh! Ya veo. ¿Permanecerás como director de arte? - Pregunta cándidamente.
- De momento es lo que haré, sí, seguiré
como director de arte.- Le dice sonriendo echando una mirada rápida a Rebecca.
-Thomas
tiene levantada la tierra de la parcela, las cosas parecen estar en movimiento. El tiempo ha sido un poco duro,
pero me las he arreglado para mantener un ojo en el progreso de las obras.- Elisabeth le relata a la pareja.
-
¡Gracias!- Le expresa Marlene.
- Lo
he visto en mi camino hacia aquí, las cosas pintan bien.- Rebecca se levanta del sofá con tranquilidad, y se dirige a
Elisabeth. - Marlene y yo tenemos algunas
noticias para compartir contigo.- Le
habla dando paso a Marlene, Elisabeth las mira con extrañeza.
-¿Está
todo bien?- Ambas se ríen aliviando su tensión.
-
¡Sí! Rebecca y yo hemos decidido que es
hora de crear una familia.-
Elisabeth se sorprende al principio.
-
¿Queréis adoptar?- Pregunta si esas son sus intenciones.
Marlene y Rebecca titubean un momento.
-
¡Uh, no! Queremos tener nuestros propios hijos. Será por inseminación, engendraré
a nuestro primer hijo.- Le responde con firmeza. Elisabeth apenas puede
hablar. Sonríe ampliamente abrazando a Marlene con afecto.
-
¡Por favor! Ni una palabra a nadie.-
Rebecca le dice con contundencia y con una ceja levantada. - Queríamos compartir la noticia contigo primero. Todavía tenemos que
decidir algunas cosas antes de seguir adelante.- Elisabeth respira profundamente.
-
Estoy encantada por las dos. Ahora me doy cuenta de por qué querías construir
esa casa, todo el mundo se ha sorprendido al no saber por qué querías una gran
casa, cuando podrías haberte quedado en el castillo.-
Rebecca sonríe.
- Cuando
Marlene me dijo que quería tener hijos, me aturdió al principio, pero
rápidamente estuve de acuerdo, las dos sabemos en nuestros corazones que una
familia es lo más importante, una nueva casa, un nuevo comienzo. - Elisabeth se pone de pie y abraza esta vez a Rebecca y de nuevo a Marlene.
- No
hay necesidad de explicar nada, es una felicidad, estoy entusiasmada y por
decirlo, os veo radiantes.- Una
voz perturba el momento.
-
¡Disculpe condesa!- Justus
habla desde la puerta. - El equipaje está
aquí. ¿Hay que colocarlo en el invernadero?- Él pregunta con una sonrisa y tono severo.
- Sí,
por favor.- Rebecca
asiente. Le guiña un ojo hablando con formalidad debida.
–
Entonces, voy a colocar las maletas al invernadero. - Marlene sonríe.
-Sí
Justus está bien.-
El
desaparece por la puerta acompañado por las camareras y el equipaje.
- Ustedes
niñas deben descansar un poco, estoy segura de que el viaje fue largo y
agotador, os veo en la cena.-
Elisabeth les transmite dejándolas solas
en la gran sala.
- Debería
reunirme con Tanja esta tarde.- Rebecca agarra la mano de Marlene. -
Pero primero.- Ella mira
profundamente a los ojos azules de su esposa invitándola a besarse tiernamente.
- ¡Hmmm!- Marlene susurra. - Ven conmigo.- Ella la saca de la gran
sala, corren por el pasillo hasta la cocina y se dirigen al invernadero.
- ¿Qué
tienes en mente?- Rebecca pregunta con sensualidad, permitiendo a
Marlene levantarle la camiseta sobre su cabeza. Marlene con tranquilidad baja
sus labios a un lado del cuello de Rebecca. Los besos causan una tensión sexual
que le eriza la piel. Lentamente se desnudan la una a la otra. El amor
apasionado las decide a introducirse entre las sábanas de la cama. - ¡Te quiero!- Marlene susurra al oído
de Rebecca, pasando los dedos por el cabello.
Después de un largo rato de amarse y ya en
calma, Rebecca mira a Marlene con
cariño.
- Debo
ir a la oficina. Creo que debemos levantarnos de la cama y vestirnos.- Le dice y comienza a salir del lecho, recoge
la ropa interior.
-
¿Te quedas en el invernadero?- Le pregunta a Marlene.
-
¡No se! Debería vestirme e ir contigo. Estoy segura de que hay muchas cosas que
tendré pendientes y por qué retrasarlo.-
Sale de debajo de las sábanas en un suspiro.
-
¡Marlene! Si no quieres trabajar no tienes que hacerlo.- Rebecca puede apreciar el cansancio en sus
ojos.
- Me
gusta lo que hago, en realidad, yo no quiero tener la sensación de estar atrapado
en la misma rutina que estuve.-
Rebecca pone las manos en sus caderas.
- ¡No!
No vas a tener tiempo para estar atrapada en ninguna rutina cuando te tengas
que mover a la nueva casa y estés embarazada.- Ella bromea y besa rápidamente su mejilla. Marlene sonríe.
- Debemos
empezar a hacer planes Rebecca.-
Se expresa en tono serio. Salen del invernadero juntas.
- ¿Por
dónde empezamos?- Rebecca pregunta sosteniendo su mano con
seguridad. - La elección de alguien, que no va a ser fácil. Voy a tratar de
encontrar en el hospital alguna información.- Le comenta Marlene.
En LCL todo el mundo estaba ocupado con el
bullicio de los trabajadores que se preparan para el desfile de moda de
invierno.- ¡Marlene, Rebecca!- Tanja
las llama desde la puerta de su oficina. Entran tomando asiento frente a su
escritorio.
- Confío
en que la luna de miel fue descanso y diversión. ¿Estáis listas para trabajar?- Sonríe
sarcásticamente antes de continuar.
- Rebecca,
tu colección se preparó para tu aprobación final. Marlene necesito esos
proyectos para la fachada de Berlín.-
Marlene mira a Rebecca pensando en Katherine. - Debería
empezar a trabajar en la finalización de esos proyectos.- Se aclara la garganta, se pone de pie y
toca el antebrazo de Rebecca.
-Te
veré esta noche.- Rebecca
sonríe con un gesto cariñoso. Tanja permanece en silencio siguiendo los pasos
de Marlene hacia la puerta.
- He
contratado a una diseñadora que comenzó la semana pasada.- Le
habla con franqueza. Rebecca siente la inquietud de no tener el control del
equipo de diseño. - ¡Hmmm! ¿Se puede saber a quién has elegido?- Tanja
se levanta de su escritorio, camina hacia la ventana y mira a través de las
persianas.
-
Emily Dupree.- Murmura.
Rebecca vuelve la cabeza y expone sorprendida.
-
¿Supongo que el señor Dupree no tendrá nada que ver con eso?- Rebecca cuestiona seria. Tanja se dirige
de nuevo hacia ella.
- Hay
algunas presiones en relación con París, pero esta no pasa por ser una de ellas.
Ella es joven y tiene mucho talento. Le he dado la oportunidad, con un poco de
moldeo y formación creo que va a llevar el trabajo muy bien.- Rebecca se pone de pie cruzando los brazos.
-
Ella no es tan nueva para el diseño y sí he visto su trabajo, algún traje de
baño, el glamour de playa de diseño.-
Rebecca habla con conocimiento. Tanja suspira profundamente.
- Haz
lo que debas para que funcione ella está ansiosa, necesita que la conduzcan.- Rebecca se gira y la mira.
- Haré
lo que se necesite, después de todo es lo que decidí hacer.- Ella se dirige a la puerta y sale fuera.
Rebecca sube por las escaleras hasta la mesa
en la que solía trabajar. Mira a su alrededor, no nota mucho cambio.
-
¡Hola! Disculpe ¿Puedo ayudarle?-
Una voz tranquila suena a sus espaldas. Rebecca se da la vuelta para ver a una
mujer joven, que la mira con fijeza. - ¿Puedo
ayudarle.- Vuelve a preguntar.
- Rebecca,
Soy Rebecca Von Lahnstein.- Extiende la mano para estrechar la de la joven. Emily se queda en silencio mirando con
asombro a Rebecca.
-
La señora Von Lahnstein. Estoy encantada de conocerla. Soy Emily Dupree.- Le
estrecha afable la mano. Emily es de pequeña estatura, su cabello rojo
ligeramente coloreado peinado en capas finamente cortadas y apretadas abajo. Sus
ojos son de color azul claro y bien definido, la nariz parece pequeña. Ella sonríe ampliamente con
sus mejillas moteadas de pequeñas pecas.
– Me
alegro de conocerte.- Rebecca contesta con una sonrisa en un intento
de relajar a la diseñadora que parece muy nerviosa. Ahora fija la mirada en los
patrones y los recortes que hay encima de la mesa. Los recorre con la vista de lado a lado, había mini
faldas y vestidos sin mangas de cuello esbozado en numerosas piezas de papel.
Rebecca toma dos bocetos de encima de la mesa y la mira a los ojos con una
idea.
–
Demuestra que puedes hacer con este patrón y con este recorte.- Le dice con calma y le entrega los
papeles. - Déjame ver lo que puedes llegar a hacer antes de salir ésta noche.- Emily toma el patrón y el recorte y fija en
ellos la mirada. Rebecca sonríe caminando por el otro lado de la mesa, coge el
cuaderno de dibujo, un lápiz y comienza a esbozar rápidamente un diseño. De
pronto oye un ruido detrás suya, levanta la vista sonriendo.
- ¿La
señora Von Lahnstein? – Comenta con orgullo. Marlene ilumina su rostro. Está en la puerta
del almacén con montones de cajas. Emily guarda los borradores sobrantes de su
mano, sonríe dejando los dos elegidos que estudia para elaborar un diseño. - Conocí a Marlene antes, ella es muy agradable.-
Emily expresa mientras observa a Rebecca dibujando con intensidad. - ¡Uh huh!- Rebecca comenta sin levantar
la vista. Emily se sienta en silencio recreando sus sueños de ser un diseñador
de categoría superior, se le arremolinan
en su cabeza mientras su mirada se queda fija en las pestañas agudas de Rebecca
y el lápiz que tenía en su mano.
- De
esta manera.- Rebecca le dice arrancando el papel de la libretilla
y se lo entrega. Emily lo coge y lo contemplan.
- He
estudiado un número importante de sus colecciones, sigo siendo algo tosca, pero
me siento con la orientación correcta. Espero hacerme en LCL una buena
diseñadora.- Se expresa
con profesionalismo.
- La
persistencia y la perseverancia, recuérdalo…- Rebecca sonríe y le
entrega el lápiz. - Ahora, si me disculpas.- Diciendo esto se aleja. Emily pone el boceto encima
de la mesa moviendo la cabeza, se sentía
como si hubiese logrado algo importante.
Tanja y Marlene revisan los borradores para
el escaparate.
-
¿Más café?- Tanja le ofreció
sirviéndose otra taza.
-
¡No, gracias!- Marlene rechaza. A Tanja le parece que está cansada.
- ¿Por
qué no te tomas el día y que podamos empezar de nuevo mañana? Estoy contenta
con lo que veo hasta ahora.-
Marlene duda un momento. - ¿Cómo
fue el viaje?- Tanja se sienta en su
escritorio, mientras que Marlene baraja los papeles.
- Fue
bonito, Hawaii es muy hermoso y Nueva York, casi que me olvido de Nueva York.- Sonríe
mientras toma asiento frente al escritorio de Tanja.
–
He comprobado que tu padre está haciendo grandes progresos en la casa.- Cambia
de conversación tratando de conseguir una palabra de Marlene.
- Sí
me paré antes a verle. Él tiene sus quejas.- Sonríe
pensando en él.
- Parece
que tú y Rebecca habéis ido a por todas, quiero decir que podíais vivir en el
castillo.- Marlene la mira
con atención.
–
Quiero compartir algo contigo, eres mi mejor amiga y me parece absurdo
ocultarlo.- De pronto deja
de hablar, mirando como si estuviera en trance.
- Hola,
Marlene.- Tanja la estremeció para conseguir su
atención.
- Rebecca
no quiere vivir en el castillo, esto es parte de la razón por la que nos
decidimos por un movimiento y…- Tanja la interrumpe, con curiosa actitud.
–
Pero, tú tienes un piso.- Esboza
una sonrisa.
–Tanja.
Rebecca y yo hemos decidido formar una familia.- Tanja la mira en estado de shock leve.
-
¿Un bebé? ¿Tenéis la intención de
adoptar?- Marlene sonríe.
-
¡No! Tengo la intención de engendrar a nuestro primer hijo.- Le responde con severidad, Tanja se queda
sin habla. - Es una sorpresa para ti, lo
sé, pero queremos tener los niños en
nuestra propia casa y formar una familia en ella.- Tanja negando con la
cabeza se puso de pie y abrazó Marlene.
- Estoy
muy feliz por ti, lo he dicho antes, te mereces la felicidad, puedo ver que la has
merecido tanto y creo que será bueno para vuestra relación.-
Marlene se estremeció ante el afecto de su amiga.
- Gracias
Tanja, por ahora no lo estamos diciendo
a nadie, sé discreta.- Le advierte.
- Tu
secreto está a salvo conmigo, ahora vuelve a casa y descansa, te veré mañana.- Marlene sonríe levemente. Sale del
despacho de Tanja y regresa a su
oficina. Sentada en su escritorio hojea la guía telefónica hasta que encuentra el
listado de clínicas de fertilidad.
Emily se encuentra rebuscando rollos de tela
en la parte posterior del almacén.
Rebecca entra sin hacer ruido para examinar unas cajas de zapatos, al momento
Marlene abre la puerta y la cierra detrás de ella.
-
¡Aquí estás!- Dice
sonriendo. Rebecca deja la caja de zapatos que tenía en la mano.
-
¡Hmmm! Señora Von Lahnstein.-
Rebecca la agarra por la cintura, no son
conscientes de que Emily está detrás de ellas, que se queda en silencio mirando
desde detrás de un contenedor de material. Rebecca acerca a Marlene hasta
besarla apasionadamente.
- Tenemos
que dejar de vernos así, alguien podría vernos.- Bromea
en un tono sexual, Marlene sonríe.
-
¡Te quiero!- Ella le dice al oído, la besa con firmeza.
Lleva las manos con destino hacia el trasero de Rebecca. Emily se sentía como
si estuviera atrapada en medio de una aventura. Marlene se aparta de Rebecca le
toca con su dedo índice la nariz. - Me voy
a casa.- Le dice Marlene. Rebecca la
mira profundamente a los ojos.
- ¡Eres
tan hermosa!- Tiró de Marlene hacia ella.
-
Ya sabes donde vivo.- Marlene se aparta dejando a Rebecca allí de
pie con una sonrisa. Emily está
boquiabierta, puede sentir el latido de
su corazón en la garganta mientras espera a la salida de Rebecca. Con cautela y
a escondidas se dirige de nuevo a su mesa.
-¿Sabrías
elegir algunos materiales?-
Rebecca pregunta caminando detrás de Emily y sorprendiéndola. - ¡Uh! Sí, sí lo hice.- Responde sintiéndose incómoda, las mejillas
rojas muestran signos de vergüenza.
- ¿Tienes
el pensamiento de que sea tu mentor?- Trata
de responder con valor.
-Sí,
por ahora y que necesitaré un asistente en el futuro si, por supuesto, espero que
todo salga bien.- Rebecca le responde.
- Ya
veo.- Coge el rollo de tela y lo desenrolla en la
mesa.
- Vamos
a ver lo que se puede hacer con él.- Rebecca
ordena. Trabajan hasta la noche cortando patrones y telas.
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