Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 23 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 34

   


UN PROYECTO CERCANO

Marlene gira la manija de la puerta grande de color nogal que da a la sala de espera del Dr. Eric Dressler, especialista en fertilidad. Mira a su alrededor y se centra en lo que la rodea en la sala de espera. Está llena de personas. Camina hacia el mostrador.
- ¡Marlene Von Lahnstein! – Le dice a la recepcionista que le entrega un formulario. - Por favor, anote todos los datos en el impreso y me lo devuelve.-  Le dice ésta a su vez. Marlene toma el portapapeles, busca un asiento y comienza a rellenar el papel. Vuelve a mirar hacia la puerta y se pregunta por qué Rebecca llega tarde. Le devuelve el portapapeles a la recepcionista y se sienta. Apoya la cabeza y la espalda contra la pared, cierra los ojos y comienza a sonreír, ríe suavemente en voz baja. Una mujer joven se sentó a su lado y cortésmente le preguntó.
- ¿Primeros nervios por la  maternidad?-  Marlene la mira directamente a los ojos. 
- ¡No! No hay nerviosismo ni tal emoción.- La mujer asiente con la cabeza.  
- Mi esposo y yo lo hemos intentado dos veces antes y sin éxito.- Ella suspira con timidez. – Es mi tercera vez aquí.- Marlene percibe inquietud al pensar en un embarazo y ser inseminada y los problemas que podrían surgir. No responde de inmediato, mira el reloj de nuevo. - ¿Usted y su esposo han tenido éxito?- Marlene sonríe.
- ¡Uh!  No realmente.-  Deja de hablar cuando ve a Rebecca entrando por la puerta. Sonríe ampliamente.     
- Lo siento. Llego tarde. Una reunión de último minuto.- Ella se disculpa besando su mejilla. Marlene mira hacia atrás a la mujer.
- Mi esposa y yo estamos pensando en tener nuestro primer hijo.- Rebecca recoge una revista y comenzó a pasar páginas.  
- ¡Ya veo! – Responde. Hace una pausa para tomar aire.- Debo admitir que admiro la  valentía de usted y la señora.  No todo el mundo acepta que dos mujeres tengan hijos y los crien.-  Ella habla en voz baja. Marlene asiente con la cabeza con una forzada sonrisa.
La puerta de la sala de espera se abre. - ¿La señora Von Lahnstein?- Marlene se incorpora  tomando a Rebecca de la mano. Entran en un pequeño cubículo donde le hacen un examen básico y le hacen algunas preguntas. A continuación se trasladan a una sala de examen. Se sientan pacientemente. No esperan mucho. Marlene se da cuenta de las muchas cartas de fertilidad que colgaban en la pared. Ella y Rebecca prestan atención a las fotos de bebés. La puerta se abre silenciosamente y aparece un joven y apuesto Dr. Dressler. Pelo negro con bigote y perilla, musculoso, mandíbula cuadrada y ojos castaños.
- Buenas tardes, señoras.- Él saluda en un tono uniforme. El Dr. Dressler mira por encima lo escrito en el portapapeles, toma  su pluma del bolsillo de la chaqueta y marca algo en el papel.  
- ¿Y quién de las dos es Marlene?-  Ella eleva ligeramente su mano con una tímida sonrisa. - ¡Por favor! ¿Puedes sentarte en la mesa de examen?- Se fija ahora en Rebecca. - ¿Y usted debe ser Rebecca?- Pregunta con voz relajada.
-¡Sí! - Ella asiente con la cabeza. - ¿Puedo llamarte Marlene?- Pregunta mirándola a los ojos.  
- ¡Sí! Por favor.- Ella responde incierta por el próximo movimiento. 
- ¿Te has decidido por un donante?-  Rebecca se acercó a la mesa de examen.
- ¡No! No lo tenemos. Esto es todo nuevo para nosotras,  necesitamos conocer que directrices deberíamos seguir.- El médico se vuelve hacia Rebecca.  
- ¡Ya veo! No es mala idea  pensar en un donante concertado, aunque está el banco de esperma. Deben pensarlo con sensatez.-  Marlene intervino.
- Lo que hemos  pensando es que al visitarle, usted nos informara de alguna idea para orientarnos en la dirección correcta.- Él se acerca a la mesa y se sienta para apuntar algunas notas sobre el papel de trabajo.
- Sugiero una visita a su médico de familia primero para realizar unos análisis de laboratorio y un examen físico, luego a su ginecólogo para una valoración. Una vez que todas estas cosas estén realizadas podemos sentarnos de nuevo y revisar todas las opciones.-  Marlene y Rebecca ahora están más relajadas.
- Gracias Dr. Dressler.-   Él asiente con la cabeza. 
- Si no te importa me gustaría auscultar tu corazón.- Él saca su estetoscopio y lo aplica sobre el pecho de Marlene para escuchar los latidos de su corazón, primero por  delante y luego desde atrás, ella hace varias respiraciones profundas según le instruye. Con las manos explora el cuello en busca de sus ganglios linfáticos. - Todo parece correcto.-  Les dice con su sonrisa encantadora. Marlene se aclara la garganta mientras él llama a la enfermera. 
- ¡Por favor! Dales algunos folletos, su ginecólogo puede remitirme los resultados cuando estén acabadas las pruebas que les indico. Entonces conciertan una nueva cita aquí.- Marlene y Rebecca salen de la habitación con  sensación de confianza.
Caminan  de la mano por la calle. El aire fresco, mas bien frío del invierno fue un duro golpe contra las recientes aventuras en Hawai.
- ¿Vas a trabajar?-  Pregunta Marlene.
- ¡Sí! Pero poco tiempo, tengo una cita con Tanja, debemos  contratar  un asistente para Emily y al mismo tiempo, otro para mí.- Le sonríe dando un beso en  la cara a Marlene.  
- ¡Ok! Me voy a casa de cabeza, una ducha caliente y voy a buscar más de esos folletos.-  Rebecca se ríe.
- Estaré en casa para la cena y luego podemos leer los folletos juntas.-  Se separan en las puertas de LCL, Rebecca entra y ve la débil luz de la lámpara de la oficina de Tanja. Atraviesa el hall y entra sin llamar. Tanja levanta la vista y sin mediar saludo le cuenta. – He visto la colección de primavera que propone Emily y tengo que decir que ha realizado un montón de trabajo en la última semana, verás que no se desvía en seguir en la buena dirección.- Rebecca piensa un momento antes de responder.
- ¡Si! Tiene talento y con ganas, me ha dado buena impresión, debo admitir que está deseosa de aprender y no se pierde ni un detalle, asistió a una de los mejores escuelas de diseño de moda en el mundo. - Añade. Tanja responde que se da por enterada con una sonrisa.  
- Creo que estamos más allá de una alumna aventajada ahora.-  Le dice con sequedad.        
-Tenemos que contratarle un ayudante cuanto antes.- Tanja está de acuerdo. Recoge sus cosas y salen juntas.

Marlene deja caer el flujo de vapor del agua caliente de la ducha sobre su cuerpo. Está pensando en la cita con el doctor y la emoción de tener su primer hijo.            - ¿Marlene?- Rebecca la llama mientras entra por la puerta del invernadero.
 - ¡En la ducha!-  Le responde en voz alta.
- ¿Quieres acompañarme?- Rebecca hojea el correo en la mesa, deja su bolso y su abrigo sobre la silla. - ¿Rebecca?- Marlene le grita  desde el chapoteo de la ducha. 
- ¡Sí! Ya voy.- Se desnuda completamente y entra en la cabina para unirse a ella.
- ¡Hmmm!- Marlene besa a Rebecca en la cara pasando su dedo índice por su brazo. Rebecca no pierde tiempo en abrazarla con firmeza, besando sus labios y separándolos con la fuerza de su lengua. Ella se echa hacia atrás y la coge de ambos brazos. - Por mucho que me encantaría hacer el amor en este momento, estoy hambrienta, hambrienta de verdad y tenemos un montón de tiempo para esto.- Ella le susurra y toca con sus labios otra vez. Marlene suspira profundamente con cierta decepción. Salen de la ducha y se secan para vestirse y dirigirse camino al comedor.               
 - Me alegra ver que las niñas han podido llegar a tiempo.- Tanja se burla al tiempo que da un trago a su vino.
– Pago por cada pensamiento de ella.- Dice Sebastián bromeando.
- ¿Estáis cómodas en el invernadero?-  Pregunta Elisabeth. Ambas se miran abrumadas por tanta amabilidad.
- Todo está bien y gracias de nuevo por permitirnos estar en el invernadero hasta que se termine la casa.- Rebecca le responde.  - La línea de ropa interior, Tania, Elisabeth he visto algunos borradores.- Tanja deja su tenedor en el plato y se limpia la boca con la servilleta.
- ¡Sí! Elisabeth tiene algunas ideas muy buenas. Hemos visto las antiguas sesiones de fotos de algunos diseños que estaban en la línea de producción, sólo necesitarían un poco de renovación.-  Rebecca interviene.
- Elisabeth ¿Alguna idea de por dónde te gustaría empezar?-  Ella sonríe con emoción.
- ¡París y Roma! Dos ciudades muy románticas, creo que una vez que nos establezcamos allí, entonces Nueva York y Londres. – Se expresa con entusiasmo.
- Tenemos que contratar a un diseñador para la ropa interior, que sea capaz de tomar la orientación de Elisabeth, se trata de una gran inversión de LCL como nunca hemos desplegado antes y  no necesitamos recordar las consecuencias si falla.- Tanja afirma con firmeza.        
- ¡Entiendo!- Responde Elisabeth con amable actitud  aceptando su respuesta.         
- Hemos tenido mucho éxito con la línea adolescente, algo que nunca pensé que sucedería así que no estoy tan preocupada por la ropa interior como lo estoy con la colocación de la moda en su ubicación correcta y la contratación de diseñadores para que encajen en el programa.- Sebastián mira a su hermana con una sonrisa.
- Veo que estás lista para dividir y conquistar.- Se ríe causando un gran revuelo en Rebecca. Terminan de cenar, Justus le sirve otro vaso de vino. Marlene toca la mano a Rebecca y en voz baja. 
- Basta de hablar de trabajo. ¿Cómo está Emma?- Le pregunta a Tanja. 
- ¡Bueno! Disfrutando de la escuela y tengo que decir que con excelentes calificaciones. Hannes ha crecido otras tres pulgadas y se ha unido al equipo de fútbol de la escuela.- Tanja divaga mostrando orgullo por sus hijos.
- ¿Dónde está Tristán esta noche? ¿Reunión del banco tarde?-  Pregunta Sebastián, Elisabeth se aclaró la garganta.
- En realidad, él está cenando con Emily.- La sala quedó en silencio, todo el mundo mira hacia ella con sorpresa.
- ¿Emily nuestra nueva diseñadora?- Marlene le pregunta.
- ¡Sí! En la cena de la otra noche, ella tenía su ojo en él y los presenté.- Elisabeth responde con una sonrisa.
- ¡Bueno! Bueno para ellos.- agregó Sebastián.
- ¡Sí! Vino ayer a buscarla a LCL y se la llevó a almorzar.  Ella parece estar encantada con él.- Rebecca añade tema con su comentario. Terminada la cena se disponen para la noche.
Marlene se sienta a peinar su cabello y  preparándose para ir a la cama. Rebecca yace bajo las sábanas leyendo los folletos de los médicos de la clínica de fertilidad. - Parece que deberías estar estimulada sexualmente antes de ser inseminada.- Rebecca se ríe mirando a Marlene. Termina cepillarse el último mechón de cabello antes de deslizarse fuera de su bata y meterse en la cama.
- Creo que podremos manejar eso.- Le explica mientras Rebecca le entrega el folleto.
- ¡Oh! Lugares donde se tienen relaciones sexuales. ¡El coche!- Ella bromea en voz alta, Marlene le toma la mano y tapa la boca de Rebecca.
- Esto no es una gran aventura de la escuela.-  Rebecca se pone repentinamente seria.
- ¿Estás bien?- Pregunta Marlene, Rebecca acaricia el costado de su brazo con la mano.
- ¡Lo estoy! Pero tenemos que estar seguras de que esto es lo que realmente queremos. Es un gran paso en nuestra vida, yo todo lo que quiero es que seamos felices.-  Marlene cierra el folleto y lo arroja a la mesilla de noche.
- ¡Te quiero! Y quiero tener una familia contigo, Rebecca hemos perdido demasiado tiempo con el “qué pasaría si en nuestras vidas” Estamos casadas ​​y el siguiente paso es un hogar en familia.- Rebecca suspira profundamente.
- No quiero perder nunca la chispa que enciende el fuego entre nosotras, la otra noche cuando hicimos el amor en el estudio fue emocionante y estimulante.- Marlene sonríe. - Por no hablar de trasiegos aventureros y los nervios.- Están abrazadas.
Rebecca besa en los labios a Marlene su lengua los separa. - ¿Te acuerdas de la primera vez que hicimos el amor?- Marlene le pregunta con seriedad.
- ¿Cómo podría olvidarlo? Creí haberte perdido. Toda aquella situación se convirtió luego en tan odiosa con Tristán de por medio.- Rebecca le recuerda.
- Hubo tantas sensaciones esa noche. Nunca lo compartimos en una conversación.-  Le comenta Marlene. -Yo sabía que estaba enamorada de ti, te quería, pero no era capaz de entenderlo. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas alrededor de aquel sentimiento.- Rebecca interrumpe el pensamiento de su esposa.
- No hay necesidad de volver a vivir eso, fue nuestro comienzo y estamos juntas ahora.-  Le responde  rodeándola con sus brazos.
- ¡Sí! Es importante para mí, nunca había experimentado nada como aquello. Tuve una necesidad, la necesidad de estar contigo, me entregué a ti plenamente esa noche y, al recordarlo, algo se estremecía dentro de mí, me duró mucho tiempo. Tristán quería tocarme y yo casi no podía soportarlo, cada vez que nos besábamos, soñaba que eras tú.- Rebecca le acaricia el pelo.
- Marlene, yo sabía que estaba enamorada,  no podía dejar de hacer lo que sentía. Si no te hubiera dicho “Te amo”, no sé dónde estaríamos hoy en día.- Marlene sonríe, alarga la mano y apaga la lámpara.
- Nunca supe que estar en la cama con otra mujer podría ser tan gratificante.- Rebecca rodó encima de ella.
- ¿Gratificante?- Le susurra une sus labios a los de ella. Rebecca levanta sus piernas y se sube encima de Marlene, su montículo descansa en lo alto del de ella. Traza una línea por su cuello con la lengua, ella respira con pesadez y le susurra  al oído. - ¡Te quiero!- Marlene estira el cuello hacia atrás.  Levanta el pijama de Rebecca, exponiendo su carne desnuda.  Rebecca cierra los ojos y la besa en los labios, envueltas en pura pasión. Marlene puede sentir la penetración de los dedos de Rebecca dentro de ella, gime en voz alta y fuera de control hasta la liberación del deseo sexual que la llevó fuera de sus sentidos. Acaricia la  nuca de Rebecca sintiendo las pequeñas gotas de sudor que se habían formado allí. Ella vuelve a  besarle los pechos a la espera de que Rebecca friccionara sus caderas de nuevo y le provoque a retorcerse otra vez. Marlene se desliza debajo de las sábanas y hace uso rápido de su habilidad. Rebecca se siente como si estuviera a punto de explotar. - ¡Marlene, te amo!- Y se queda sin aliento. Marlene acuna a Rebecca en sus brazos. - Yo también te amo.- susurra besando la frente de Rebecca. Cierran sus ojos, el sueño les invade.

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