UN DIA CUALQUIERA
Rebecca mira en el móvil los mensajes de
texto de Tanja al entrar por las puertas de LCL. Se para en el bar a tomar un
café con leche.
-
¡Buenos días Rebecca!- Emily saluda ansiosa y desazonada, habla
detrás de ella.
-
¡Oh! Bueno, ¡Buenos días!-
Sonríe tomando un sorbo de su café con leche.
- Pensé
en todo lo que hablamos ayer por la noche, los diseños para la colección de
primavera, esos patrones que me ayudó a poner juntos.- Ella
vuelve pedir un café. - Eso es bueno.- Le dice Rebecca sacudiendo levemente la cabeza
con una sonrisa. - Si me disculpas, se me
está haciendo tarde esta mañana y tengo una reunión con Tanja.- Rebecca le
expone tranquila y se encamina hacia el
despacho dejando a Emily con la sensación de que Rebecca es un poco distante.
Entra en la oficina de Tanja cuando se
encuentra con Abby que está a punto de hacer su salida.
-
¡Rebecca!- Le saluda con
sequedad y en voz baja. Mantiene su ojo en el pomo de la puerta.
-
¡Abby- Rebecca le responde fríamente y se aparta de
su camino. Abby hace mutis y se aleja. Rebecca suspira.
- No
puedo tratar con ella, no en un entorno de trabajo.- Expresa
con dureza. Tanja la mira con gesto severo.
-
Deberías resolver cualquier problema entre vosotras dos, puede afectar a los
demás.- Le espeta cruzándose los brazos.
-
No creo que eso sea posible, me odia y no puedo decir que no sienta lo mismo.-
Rebecca la mira con desprecio siguiendo su caminar mientras se aleja.
- Los
problemas personales no tienen nada que ver con los problemas del trabajo
Rebecca, ella es muy buena en lo que hace y es de confianza.- Le expresa
Tanja mientras abre un cajón del escritorio y saca una llave.
- No
sólo me involucra, también implica a Marlene. Está decidida a importunar en
nuestras vidas.- Rebecca le
confirma al tiempo que toma asiento frente a Tanja.
- Marlene
es una mujer adulta que puede manejarse a sí misma ¿Te olvidas de que era una vez una
diva, testaruda? Rebecca a veces no le
das suficiente crédito.- Le responde con una risa socarrona.
–
Tendré que viajar y Marlene estará sola y…- Tanja la interrumpe.
–
Y volverás Rebecca, Marlene estará bien, se casó contigo no con ella. No la veo
siendo un problema.- Rebecca
duda un instante.
- Estoy
de acuerdo. Las cosas se pusieron un poco difíciles entre ellas y, sí, soy
consciente de los sentimientos de Abby hacia Marlene. Sin embargo últimamente
las cosas parecen haberse asentado. Ha mantenido su nariz alejada de ella y su
trabajo es impecable.-
Rebecca la mira con dureza. – Pero no confío en ella, es grosera e irrespetuosa conmigo.- Le
confía a Tanja. Recoge la llave que ella
había sacado del escritorio y comienza a jugar con ella.
- No
quiero problemas, por favor. Tus viajes de trabajo pondrán un poco de espacio
muy necesario entre vosotras dos y dejas a Marlene manejar la situación.- Tanja suspira antes de continuar. - Hablo con ella, pongo las cosas en orden
si piensas que puedo ayudar.- Ella ofrece su conciliación. Rebecca mira la
llave pensativa.
-
Yo me haré cargo de ella, pero gracias.- Se pone de pie, con Tanja
se dirige a la puerta.
-
Tu oficina, está aquí al lado.-
Le dice al salir detrás de su escritorio. Caminaron hacia el nuevo despacho. - Es sólo temporal.- Rebecca habla mirando a su alrededor.
-
Voy a trabajar con Emily el resto de la semana.- Tanja la mira.
-
¡Ya! ¿Cómo la ves?- Rebecca se muerde el labio inferior. - Ella es joven y desafiante, pero con
sentido común, creo que puede ser una buena diseñadora.- Piensa por segundo. - Necesita un ayudante, ya que la última se fue con Katherine.-
Tanja asiente con la cabeza.
-
¿Supongo que vas a preparar alguna entrevista?- Rebecca
muestra su conformidad con un gesto de su cabeza.
Marlene está organizando sus proyectos
definitivos de la fachada de la tienda de Berlín y los coloca en una carpeta
para que Tanja los revise. A continuación va archivando papeles que se habían
acumulado en su ausencia.
-
¡Marlene!- La puerta se
abre empujada por Kim allí de pie a su espalda.
-
¡Hola!- Ella exclama feliz,
se abrazan con pasión fraternal.
-Tengo
mucho que contarte.-
Marlene sonríe.
-
¿Almuerzo?- Propone Kim. - Voy a recoger mi bolso, ¡oh! Rebecca.- Exclama. -
Déjame encontrarla y me reuniré contigo por las escaleras.- Kim se apresura
a salir. Marlene se acerca a Emily que está trabajando concentrada en un
recorte que Rebecca le había asignado.
-
¡Emily!- Marlene reclama
su atención. Ella levanta la mirada con una sonrisa.
- Marlene
¿Puedo ayudarte?- Se aclara la garganta.
- ¿Has
visto a Rebecca?- Emily la
mira extrañada.
- Creo
que está en el almacén, puedo llamarla, si quieres.- Emily le pregunta desplazando la mirada
hacia la puerta del almacén.
- No,
no es necesario.- Marlene contesta con una sonrisa. Se desliza
detrás de Rebecca agarrándola por la cintura con ligereza y la besa en el
cuello.
-
¡Oh! - Rebecca suspira a
la sensación del ósculo.
- Kim
y yo nos vamos a comer para ponernos al
día. ¿Te unes a nosotras?- Rebecca declina la invitación. Se gira hacia Marlene.
-
Estoy trabajando en este vestido con Emily, si tan sólo pudiera encontrar el
material adecuado.- Ella
se volvió de nuevo hacia la estantería
buscando la selección de un rollo de tela azul de algodón. Marlene la hace
girar de nuevo.
-
No te olvides de comer.- Le ordena besando sus labios.
-
Te veré más tarde.- Su
mano se movió hacia un lado de la cara de Rebecca acariciándola.
- Ahora
me voy a comer con Kim.-
Marlene pasa cerca de Emily con una sonrisa. Ella
esboza una sonrisa mientras mira a Marlene bajando por las escaleras. Su mente se
va corriendo al encuentro del que fue testigo entre las dos en el almacén y el
malestar que le generó.
- ¡Emily!- Rebecca la llama sorprendiéndola. - Esto
podría valer.- Le entrega el rollo de material.
-
¡Oh! Sí, es precioso.- Le responde ella al tiempo que desenrolla la
tela sobre la mesa.
- El
desfile de moda de invierno va a ser al final del año. ¿Te ha hablado Tanja al
respecto?- Pregunta Rebecca.
-
¡Uh! Sí, tengo algunos bocetos. ¿Quieres verlos?- Ella
levanta la cartera de un lado de la mesa y saca un cuaderno de dibujo. Rebecca
mira los bocetos y comienza a sonreír.
- Me
recuerdas a mí cuando era más joven, éstos están muy bien, con algunos ajustes,
creo que podemos hacer que funcionen.- Emily se pone casi eufórica.
-
Aprendí muchas cosas en la escuela de moda, he vivido en París dos años y asistí
a la escuela de moda y diseño de Maria Marlow.- Comenta
con orgullo.
-
Muy prestigiosa escuela.- Añade Rebecca. Sacan un maniquí para colocar un vestido en él.
- Me
gusta la luz azul de algodón, buena opción Rebecca.- Emily está pensativa, por un momento está
a punto de preguntarle algo acerca de Marlene cuando Elisabeth se acerca a ellas
desde las escaleras.
– Emily.- Elisabeth sonríe.
-
Señora Von Lahnstein ¿Cómo está?-
Estrechan sus manos en actitud agradable.
-
Estoy comprobando que encajas bien, incluso con Rebecca.- Le dice volviéndose
hacia ella.
-
¡Elisabeth! - Rebecca reclama su atención. - Tengo el diseño de la ropa interior, si
tienes tiempo puedes echarle un vistazo.- Le dice apartándose del maniquí, hace un
ademan señalando las escaleras. – En mi
oficina.- Elisabeth asiente.
-
¡Oh! Emily, quería invitarla a reunirse con nosotros esta noche a cenar en el
castillo.- Emily sonrió
ampliamente.
- Me
encantaría, gracias por la invitación.- Elisabeth se encamina a las escaleras
detrás de Rebecca.
Una corona de humo de cigarro llena la gran
sala del castillo. El choque de las bolas de billar resuenan sobre las voces de
la familia Lahnstein. Rebecca vestida de manera informal mira su reloj de
pulsera preguntándose por qué Marlene llega tan tarde. Tristán juguetea con un
palo de billar esperando el disparo de Sebastián, Tanja y Elisabeth discuten
temas de lencería con una copa de vino. Justus entra en silencio la sala
acompañando a Emily.
-
La Srta. Dupree.-
Anunciando su llegada.
- Gracias
Justus.- Elisabeth le responde y se acerca a ella.
- La
cena se servirá en breve señora.- Aclara Justus al salir de la habitación.
-
¿Quieres un vaso de vino?-
Elisabeth le ofrece, Emily lo acepta y coloca su bolso y el chal que cubre sus
hombros sobre el diván.
-
¡Rebecca!- Llama con voz
suave, ella se acerca y Elisabeth le entrega una copa de vino blanco.
- He
hablado con tu abuelo y está
entusiasmado con lo bien que estás haciendo aquí las cosas.- Ella sonrió ampliamente.
- Estoy
muy agradecida por esta oportunidad, significa mucho para mi que Rebecca se
halla ofrecido para guiarme y enseñarme.
He aprendido mucho en un solo día.- Emily
bromea con una actitud positiva.
– Bueno
es tener la cabeza en el juego, Rebecca es
un activo en la empresa, es una diseñadora con talento, es severa a veces, pero
si atiendes a sus instrucciones no será un problema.- Elisabeth le aconseja de forma paternal.
Emily mira a los dos hombres que están jugando al billar.
- Disculpe
señora Von Lahnstein, pero, el caballero en el traje negro, ¿quién es?- Emily parece intrigada por él, Elisabeth
capta algo en su mirada.
-
Tristán, mi hijastro.- Ella sonríe
entre dientes.
-
¡Es Guapo!- Susurra en voz
baja.
-
Te voy a presentar a los dos.- Se acercan a la mesa de billar y esperan a
que la última bola con el ocho entre en
el agujero. Tristán vencido pone la vara
en el tapete dando a Sebastián un guiño con el ojo.
- Disculpar,
Tristán, Sebastian, me gustaría presentaros a Emily Dupree nuestra nueva
diseñadora en LCL.- Tristán sonríe estrechándole la mano, ella
percibe cierto interés que irradia a través del toque de sus manos.
- Encantado
de conocerte.- Le dice Tristán alejándose de la mesa de
billar.
– El gusto es mío.- Elisabeth les dejó de charlar para dirigirse
a Rebecca.
-¿Dónde está Marlene?- Le pregunta preocupada.
- Con
Thomas, tuvieron que repasar los planos de la casa, llegará tarde y
probablemente no va a cenar con nosotros, me envió un mensaje.- Rebecca responde
con una ligera mirada de tristeza en su rostro.
- ¡Ánimo!- Elisabeth le acaricia el hombro.
-
Tendréis un montón de noches con la cena juntas por supuesto.- Rebecca coloca su dedo índice en los
labios al mirarla.
-
¡Shh! Sigue siendo nuestro secreto.- Ella le susurra mientras Justus llama a
todos a la mesa. Cenan y conversan antes de retirarse a la gran sala. Rebecca
bebe de su copa y la coloca vacía sobre
la mesa. Tiene la sensación de pasar desapercibida a la gente de la sala. Se dirige por el pasillo
hacia el vestíbulo cuando tropieza con Marlene.
-Siento
llegar tarde.- Susurra. A
Rebecca se le ilumina la cara.
-
Está bien. ¿Está todo bien con los planos?- Le pregunta colocando
sus manos alrededor de la cintura de Marlene y la besa.
-
¡Hmmm!... Hemos discutido un poco pero terminamos resolviendo las diferencias.- Marlene se centra en contarle todo lo
acontecido. Rebecca sonríe y se acerca más y más a su rostro, juguetea con los
labios para colocarlos en los suyos y luego suavemente tirando de su barbilla.
Emily coge su bolso y mira a Tristán.
-
Me gustaría refrescarme.-
Él la toma por el brazo y señala hacia el pasillo.
- El
cuarto de baño está al final del pasillo y hacia la izquierda.- Le
indica con una sonrisa.
– Gracias.- Emily comienza a caminar por el pasillo.
- No
te burles de esa manera.-
Marlene esta diciendo en voz baja.
- ¿Por
qué señora Von Lahnstein? Yo si quiero.- Le dice Rebecca y la empuja hacia la pared con lentitud. Las
luces de poca intensidad reflejan la aguda belleza de los ojos azules de
Marlene que brillan mientras mira con profundidad a Rebecca. Emily viene caminando con tranquilidad
por el pasillo, algo le hace volver la mirada y encuentra a Marlene y
Rebecca en un abrazo.
- ¡Oh!
No, otra vez no.- Susurra en voz baja. Se queda congelada en
seco, insegura de lo que debe ser su próximo movimiento. Los labios de Rebecca y
Marlene son un frenesí de besos. Emily es capaz de llegar al baño sin que se
den cuenta, rápidamente cierra la puerta y
toma una profunda bocanada de alivio. Rebecca coge a Marlene de la mano
la lleva al estudio, se apoya en el mostrador y desabrocha lentamente su camisa.
-
¡No deberíamos! - Marlene
ladea la cabeza hacia atrás con el corazón latiendo salvajemente mientras habla
en un tono lujurioso.
Rebecca se inclina hacia ella, su rodilla
ejerce presión sobre su entrepierna, Marlene gime, las manos de Rebecca acarician
el pecho, le desabrocha el sujetador. - Deberíamos
ir arriba.- Marlene murmura acariciando los lados del cuello de Rebecca.
- ¿Y
qué divertido sería eso?-
Ella le pregunta con picardía.
- ¿Qué
pasa si alguien entra?- Rebecca se ríe en una idea tonta. No dijo
nada más, se colocan en el sofá besándose con imprudente abandono. Rebecca se
detiene de repente, los labios apenas por encima de los ojos de Marlene en una estrecha mirada.
- Nunca he querido a nadie como te quiero.- Le dice apasionada llenando a Marlene de
ternura.
– Rebecca.
Te amo. No podría imaginar mi vida sin ti.- Le susurra como un gemido. Rebecca termina de desnudarse, se despoja de toda vestimenta, su piel desnuda brilla desde la débil luz que
fluye a través de la ventana. Se pone encima de Marlene acariciando su delicada
piel, su lengua traza el contorno de sus pechos. Las manos de Marlene empujan
hacia abajo sobre los hombros de Rebecca con la necesidad y el deseo que la envuelve
por completo.
- Rebecca,
por favor.- Ella murmuró
dulcemente, Rebecca dirige la punta de la lengua que penetra profundamente entre
sus muslos. Marlene arquea la espalda, puede sentir el sudor corriendo por sus
pechos. Le acaricia la espalda a Rebecca con fuerza placentera.
-
¡Oh! ¡Rebecca!- Esta vez
gime en voz alta y fuera de control. Un patrón vívido de colores corre por la
mente de Marlene como las olas de orgasmos liberados de su cuerpo, se siente satisfecha, pero completamente agotada,
sus músculos le duelen por la pasión sexual que sacudió internamente.
-
¡Ohhh!- Seca sus ojos. Rebecca se coloca al lado de
ella, Marlene coloca el brazo de su lado encima de Rebecca envolviendo
alrededor de su abdomen. Le besa la nuca, Marlene intenta serenarse. Se da la
vuelta hacia ella, besa a Rebecca con deseo extremo. La lengua de Marlene
recorre el lado del cuello de Rebecca dando con los dientes en pequeñas
picaduras que causan a Rebecca una mueca de dolor placentero.
-
¡Marlene!- Escapa de sus
labios en un susurro con su aliento
caliente contra el hombro de su esposa. Poco a poco se abre paso entre las
piernas del deseo emocional ahora transmitido a través de las puntas de los
dedos de Rebecca.
- ¡No
te detengas!- Suplica en un grito,
culminando a voluntad sus caderas apretando en cada lanzamiento de la pasión
sexual. Se quedan en silencio la una en los brazos de la otra, las piernas
entrelazadas, se acariciaban mutuamente y al final bloquean las manos juntas.
Rebecca alcanza la manta de tiro que usan para descansar sobre el sofá. Se cubren con ella, cayendo en un profundo
sueño.
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