Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 16 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 32

                                          


                           UN DIA CUALQUIERA

Rebecca mira en el móvil los mensajes de texto de Tanja al entrar por las puertas de LCL. Se para en el bar a tomar un café con leche.
- ¡Buenos días Rebecca!-  Emily saluda ansiosa y desazonada, habla detrás de ella.
- ¡Oh! Bueno, ¡Buenos días!- Sonríe tomando un sorbo de su café con leche.
- Pensé en todo lo que hablamos ayer por la noche, los diseños para la colección de primavera, esos patrones que me ayudó a poner juntos.-  Ella vuelve pedir un café.  - Eso es bueno.-  Le dice Rebecca sacudiendo levemente la cabeza con una sonrisa. - Si me disculpas, se me está haciendo tarde esta mañana y tengo una reunión con Tanja.- Rebecca le expone tranquila y se  encamina hacia el despacho dejando a Emily con la sensación de que Rebecca es un poco distante.
Entra en la oficina de Tanja cuando se encuentra con Abby que está a punto de hacer su salida.
- ¡Rebecca!- Le saluda con sequedad y en voz baja. Mantiene su ojo en el pomo de la puerta.
- ¡Abby-  Rebecca le responde fríamente y se aparta de su camino. Abby hace mutis y se aleja. Rebecca suspira. 
- No puedo tratar con ella, no en un entorno de trabajo.-  Expresa con dureza. Tanja la mira con gesto severo.    
- Deberías resolver cualquier problema entre vosotras dos, puede afectar a los demás.-  Le espeta cruzándose los brazos.
- No creo que eso sea posible, me odia y no puedo decir que no sienta lo mismo.-  Rebecca la mira con desprecio siguiendo su caminar mientras se aleja.
- Los problemas personales no tienen nada que ver con los problemas del trabajo Rebecca, ella es muy buena en lo que hace y es de confianza.-  Le expresa Tanja mientras abre un cajón del escritorio y saca una llave.  
- No sólo me involucra, también implica a Marlene. Está decidida a importunar en nuestras vidas.- Rebecca le confirma al tiempo que toma asiento frente a Tanja.
- Marlene es una mujer adulta que puede manejarse  a sí misma ¿Te olvidas de que era una vez una diva, testaruda?  Rebecca a veces no le das suficiente crédito.-  Le responde con una risa socarrona.
– Tendré que viajar y Marlene estará sola y…-  Tanja la interrumpe.
– Y volverás Rebecca, Marlene estará bien, se casó contigo no con ella. No la veo siendo un problema.- Rebecca duda un instante.
- Estoy de acuerdo. Las cosas se pusieron un poco difíciles entre ellas y, sí, soy consciente de los sentimientos de Abby hacia Marlene. Sin embargo últimamente las cosas parecen haberse asentado. Ha  mantenido su nariz alejada de ella y su trabajo es impecable.- Rebecca la mira con dureza.  – Pero no confío en ella,  es grosera e irrespetuosa conmigo.- Le confía a Tanja.  Recoge la llave que ella había sacado del escritorio  y  comienza a jugar con ella. 
- No quiero problemas, por favor. Tus viajes de trabajo pondrán un poco de espacio muy necesario entre vosotras dos y dejas a Marlene  manejar la situación.- Tanja suspira antes de continuar. - Hablo con ella, pongo las cosas en orden si piensas que puedo ayudar.- Ella ofrece su conciliación. Rebecca mira la llave pensativa.
- Yo me haré cargo de ella, pero gracias.-  Se pone de pie, con Tanja se dirige a la puerta.
- Tu oficina, está aquí al lado.- Le dice al salir detrás de su escritorio. Caminaron hacia el nuevo despacho. - Es sólo temporal.-  Rebecca habla mirando a su alrededor
- Voy a trabajar con Emily el resto de la semana.- Tanja la mira. 
- ¡Ya!  ¿Cómo la ves?- Rebecca se muerde el labio inferior. - Ella es joven y desafiante, pero con sentido común, creo que puede ser una buena diseñadora.-  Piensa por segundo. - Necesita un ayudante, ya que la última se fue con Katherine.- Tanja asiente con la cabeza.     
- ¿Supongo que vas a preparar alguna entrevista?-  Rebecca muestra su conformidad con un gesto de su cabeza.
Marlene está organizando sus proyectos definitivos de la fachada de la tienda de Berlín y los coloca en una carpeta para que Tanja los revise. A continuación va archivando papeles que se habían acumulado en su ausencia. 
- ¡Marlene!- La puerta se abre empujada por Kim allí de pie a su espalda.
- ¡Hola!- Ella exclama feliz, se abrazan con pasión fraternal.
-Tengo mucho que contarte.- Marlene sonríe.            
- ¿Almuerzo?-  Propone Kim. - Voy a recoger mi bolso, ¡oh! Rebecca.- Exclama.        - Déjame encontrarla y me reuniré contigo por las escaleras.- Kim se apresura a salir. Marlene se acerca a Emily que está trabajando concentrada en un recorte que Rebecca le había asignado.
- ¡Emily!- Marlene reclama su atención. Ella levanta la mirada con una sonrisa.
- Marlene ¿Puedo ayudarte?- Se aclara la garganta.
- ¿Has visto a Rebecca?- Emily la mira extrañada.
- Creo que está en el almacén, puedo llamarla, si quieres.- Emily le pregunta desplazando la mirada hacia la puerta del almacén.
- No, no es necesario.-  Marlene contesta con una sonrisa. Se desliza detrás de Rebecca agarrándola por la cintura con ligereza y la besa en el cuello.      
- ¡Oh! - Rebecca suspira a la sensación del ósculo.
- Kim y yo nos vamos a  comer para ponernos al día.  ¿Te unes a nosotras?- Rebecca declina la invitación. Se gira  hacia Marlene.
- Estoy trabajando en este vestido con Emily, si tan sólo pudiera encontrar el material adecuado.- Ella se volvió de nuevo hacia  la estantería buscando la selección de un rollo de tela azul de algodón. Marlene la hace girar de nuevo.  
- No te olvides de comer.-  Le ordena besando sus labios.
- Te veré más tarde.- Su mano se movió hacia un lado de la cara de Rebecca acariciándola.            
- Ahora me voy a comer con Kim.-
Marlene  pasa cerca de Emily con una sonrisa. Ella esboza una sonrisa mientras mira a Marlene bajando por las escaleras. Su mente se va corriendo al encuentro del que fue testigo entre las dos en el almacén y el malestar que le generó.              
- ¡Emily!-  Rebecca la llama sorprendiéndola.  - Esto podría valer.- Le entrega el rollo de material.  
- ¡Oh! Sí, es precioso.-  Le responde ella al tiempo que desenrolla la tela sobre la mesa.
- El desfile de moda de invierno va a ser al final del año. ¿Te ha hablado Tanja al respecto?-  Pregunta Rebecca.
- ¡Uh! Sí, tengo algunos bocetos. ¿Quieres verlos?-  Ella levanta la cartera de un lado de la mesa y saca un cuaderno de dibujo. Rebecca mira los bocetos y comienza a sonreír.  
- Me recuerdas a mí cuando era más joven, éstos están muy bien, con algunos ajustes, creo que podemos hacer que funcionen.-  Emily se pone casi eufórica.
- Aprendí muchas cosas en la escuela de moda, he vivido en París dos años y asistí a la escuela de moda y diseño de Maria Marlow.-  Comenta  con orgullo.  
- Muy prestigiosa escuela.-  Añade Rebecca. Sacan un maniquí para colocar  un vestido en él.  
- Me gusta la luz azul de algodón, buena opción Rebecca.- Emily está pensativa, por un momento está a punto de preguntarle algo acerca de Marlene cuando Elisabeth se acerca a ellas desde las escaleras.       
– Emily.- Elisabeth sonríe.
- Señora Von Lahnstein ¿Cómo está?- Estrechan sus manos en actitud agradable
- Estoy comprobando que encajas bien, incluso con  Rebecca.-  Le dice volviéndose hacia ella.
- ¡Elisabeth! -  Rebecca reclama su atención. - Tengo el diseño de la ropa interior, si tienes tiempo puedes echarle un vistazo.-  Le dice apartándose del maniquí, hace un ademan señalando las escaleras. – En mi oficina.-  Elisabeth asiente.
- ¡Oh! Emily, quería invitarla a reunirse con nosotros esta noche a cenar en el castillo.- Emily sonrió ampliamente.
- Me encantaría,  gracias por la invitación.- Elisabeth se encamina a las escaleras detrás de  Rebecca.
Una corona de humo de cigarro llena la gran sala del castillo. El choque de las bolas de billar resuenan sobre las voces de la familia Lahnstein. Rebecca vestida de manera informal mira su reloj de pulsera preguntándose por qué Marlene llega tan tarde. Tristán juguetea con un palo de billar esperando el disparo de Sebastián, Tanja y Elisabeth discuten temas de lencería con una copa de vino. Justus entra en silencio la sala acompañando a Emily.
- La Srta. Dupree.- Anunciando su llegada.        
- Gracias Justus.-  Elisabeth le responde y se  acerca a ella.
- La cena se servirá en breve señora.-  Aclara Justus al salir de la habitación.
- ¿Quieres un vaso de vino?- Elisabeth le ofrece, Emily lo acepta y coloca su bolso y el chal que cubre sus hombros sobre el diván.
- ¡Rebecca!- Llama con voz suave, ella se acerca y Elisabeth le entrega una copa de vino blanco.
- He hablado con tu abuelo y está  entusiasmado con lo bien que estás haciendo aquí las cosas.- Ella sonrió ampliamente.
- Estoy muy agradecida por esta oportunidad, significa mucho para mi que Rebecca se halla  ofrecido para guiarme y enseñarme. He aprendido mucho en un solo día.- Emily bromea con una actitud positiva.
– Bueno es tener la cabeza en el juego,  Rebecca es un activo en la empresa, es una diseñadora con talento, es severa a veces, pero si atiendes a sus instrucciones no será un problema.- Elisabeth le aconseja de forma paternal. Emily mira a los dos hombres que están jugando al billar.
- Disculpe señora Von Lahnstein, pero, el caballero en el traje negro, ¿quién es?- Emily parece intrigada por él, Elisabeth capta algo en su mirada.
- Tristán, mi hijastro.-  Ella sonríe  entre dientes.
- ¡Es Guapo!- Susurra en voz baja.
- Te voy a presentar a los dos.-  Se acercan a la mesa de billar y esperan a que la última bola  con el ocho entre en el agujero. Tristán vencido  pone la vara en el tapete dando a Sebastián un guiño con el ojo.
- Disculpar, Tristán, Sebastian, me gustaría presentaros a Emily Dupree nuestra nueva diseñadora en LCL.-  Tristán sonríe estrechándole la mano,  ella  percibe cierto interés que irradia a través del toque de sus manos.        
- Encantado de conocerte.-  Le dice Tristán alejándose de la mesa de billar.           
– El gusto es mío.-  Elisabeth les dejó de charlar para  dirigirse  a Rebecca.            
-¿Dónde está Marlene?-  Le pregunta preocupada.  
- Con Thomas, tuvieron que repasar los planos de la casa, llegará tarde y probablemente no va a cenar con nosotros, me envió un mensaje.- Rebecca responde con una ligera mirada de tristeza en su rostro.
- ¡Ánimo!- Elisabeth le acaricia el hombro.
- Tendréis un montón de noches con la cena juntas por supuesto.- Rebecca coloca su dedo índice en los labios al mirarla.
- ¡Shh!  Sigue siendo nuestro secreto.- Ella le susurra mientras Justus llama a todos a la mesa. Cenan y conversan antes de retirarse a la gran sala. Rebecca bebe de su copa y la  coloca vacía sobre la mesa. Tiene la sensación de pasar desapercibida  a la gente de la sala. Se dirige por el pasillo hacia el vestíbulo cuando tropieza con Marlene.
-Siento llegar tarde.- Susurra. A Rebecca se le ilumina la cara.
- Está bien. ¿Está todo bien con los planos?-  Le pregunta colocando sus manos alrededor de la cintura de Marlene y la besa.
- ¡Hmmm!... Hemos discutido un poco pero terminamos resolviendo las diferencias.- Marlene se centra en contarle todo lo acontecido. Rebecca sonríe y se acerca más y más a su rostro, juguetea con los labios para colocarlos en los suyos y luego suavemente tirando de su barbilla.
Emily coge su bolso y mira a Tristán.
- Me gustaría refrescarme.- Él la toma por el brazo y señala hacia el pasillo.
- El cuarto de baño está al final del pasillo y hacia la izquierda.-  Le indica con una sonrisa.       
– Gracias.- Emily comienza a caminar por el pasillo
- No te burles de esa manera.- Marlene esta diciendo en voz baja.
- ¿Por qué señora Von Lahnstein? Yo si quiero.- Le dice Rebecca y la empuja hacia la pared con lentitud. Las luces de poca intensidad reflejan la aguda belleza de los ojos azules de Marlene que brillan mientras mira con profundidad a  Rebecca. Emily viene caminando con tranquilidad por el pasillo, algo le hace volver la mirada y encuentra a Marlene y Rebecca  en un abrazo.
- ¡Oh! No, otra vez no.-  Susurra en voz baja. Se queda congelada en seco, insegura de lo que debe ser su próximo movimiento. Los labios de Rebecca y Marlene son un frenesí de besos. Emily es capaz de llegar al baño sin que se den cuenta, rápidamente cierra la puerta y  toma una profunda bocanada de alivio. Rebecca coge a Marlene de la mano la lleva al estudio, se apoya en el mostrador  y desabrocha lentamente su camisa.
- ¡No deberíamos! - Marlene ladea la cabeza hacia atrás con el corazón latiendo salvajemente mientras habla en un tono lujurioso.
Rebecca se inclina hacia ella, su rodilla ejerce presión sobre su entrepierna, Marlene gime, las manos de Rebecca acarician el pecho, le desabrocha el sujetador. - Deberíamos ir arriba.- Marlene murmura acariciando los lados del cuello de Rebecca.
- ¿Y qué divertido sería eso?- Ella le pregunta con picardía.
- ¿Qué pasa si alguien entra?-  Rebecca se ríe en una idea tonta. No dijo nada más, se colocan en el sofá besándose con imprudente abandono. Rebecca se detiene de repente, los labios apenas por encima de  los ojos de Marlene en una estrecha mirada.
 - Nunca he querido a nadie como te quiero.-  Le dice apasionada llenando a Marlene de ternura.
– Rebecca. Te amo. No podría imaginar mi vida sin ti.- Le susurra como un gemido. Rebecca  termina de desnudarse, se  despoja de toda vestimenta, su  piel desnuda brilla desde la débil luz que fluye a través de la ventana. Se pone encima de Marlene acariciando su delicada piel, su lengua traza el contorno de sus pechos. Las manos de Marlene empujan hacia abajo sobre los hombros de Rebecca con la necesidad y el deseo que la envuelve por completo.
- Rebecca, por favor.- Ella murmuró dulcemente, Rebecca dirige la punta de la lengua que penetra profundamente entre sus muslos. Marlene arquea la espalda, puede sentir el sudor corriendo por sus pechos. Le acaricia la espalda a Rebecca con fuerza placentera.  
- ¡Oh! ¡Rebecca!- Esta vez gime en voz alta y fuera de control. Un patrón vívido de colores corre por la mente de Marlene como las olas de orgasmos liberados de su cuerpo,  se siente satisfecha, pero completamente agotada, sus músculos le duelen por la pasión sexual que sacudió internamente.
- ¡Ohhh!-  Seca sus ojos. Rebecca se coloca al lado de ella, Marlene coloca el brazo de su lado encima de Rebecca envolviendo alrededor de su abdomen. Le besa la nuca, Marlene intenta serenarse. Se da la vuelta hacia ella, besa a Rebecca con deseo extremo. La lengua de Marlene recorre el lado del cuello de Rebecca dando con los dientes en pequeñas picaduras que causan a Rebecca una mueca de dolor placentero.
- ¡Marlene!- Escapa de sus labios en un susurro  con su aliento caliente contra el hombro de su esposa. Poco a poco se abre paso entre las piernas del deseo emocional ahora transmitido a través de las puntas de los dedos de Rebecca.
- ¡No te detengas!-  Suplica en un grito, culminando a voluntad sus caderas apretando en cada lanzamiento de la pasión sexual. Se quedan en silencio la una en los brazos de la otra, las piernas entrelazadas, se acariciaban mutuamente y al final bloquean las manos juntas. Rebecca alcanza la manta de tiro que usan para descansar sobre el sofá.  Se cubren con ella, cayendo en un profundo sueño.

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