Es solo un trámite.
La temporada de revista de
Brodway poco a poco se va transformando en un éxito casi inesperado. El público
acude de forma creciente a la revista en la que Marlene luce sus mejores dotes
de actriz. Por su parte Rebecca está exultante con su tienda de la calle
Stanton. El fluir de clientes es constante y las ventas de sus modelos aumentan
de forma constante, se ha vuelto muy popular entre la alta sociedad
neoyorquina. Las ganas de Rebecca por crear nuevos diseños son estimuladas con
tanto laurel. Antes de la primavera ya se está planteando realizar su propio
desfile de moda, como cualquier modista de alta costura. Marlene la anima en
esa idea y como buena organizadora le prepara un estudio previo para llevarlo a
una realidad.
Todo parece maravilloso de
cara al futuro, pero deben de cumplir con lo prometido entre ellas, enlazar sus
vidas como lo están sus almas. Tanto trabajo casi les hace perder el rumbo y
olvidar que tienen pendiente una ceremonia de boda que debió aplazarse por un
desgraciado accidente.
Rebecca propone que, ya
concluido el otoño y casi el invierno, opina que con la primavera avanzada y la
floración explotando el mes de Mayo sería una buena época para realizar la
ceremonia. Marlene se muestra conforme, hasta le parece una preciosidad que se
casen rodeadas de flores en plena efervescencia. Consigue en el teatro licencia para una semana,
actuará una de las suplentes en su lugar y Rebecca no necesita cerrar la
tienda. A primeros de mes viajan a Düsseldorf, no sin antes planificar con toda
la familia los detalles de la boda, cuando ellas lleguen estaran ultimados los
encargos y casi todo lo concerniente a la ceremonia.
Justus despliega todo su
ingenio para que ese día todo sea perfecto para las condesitas, como ella las
llama, organiza a la servidumbre, los adornos florales, el templete de la
ceremonia, y todos aquellos elementos necesarios para que todo esté perfecto.
El día anterior a la boda se
realiza en el castillo una cena familiar en la que solo están presentes los
Lanhstein y los Wolf. Es una idea de Tristán que está resuelto a compensar todo
lo que de inoportuno ha forjado. La cena se desarrolla con toda cordialidad,
llena de sonrisas y buenos deseos entre todos. Con parsimonia actitud al llegar
a los postres Tristán se levanta y hace sonar su copa golpeándola con un
tenedor. Con la atención sorprendida de todos comienza a hablar. – Deseo hacer un brindis por lo que va a
suceder mañana. Queridas Marlene y Rebecca, sé que en el pasado todo fue
tormentoso entre nosotros. Nada deseo más que olvidarlo y que vosotras lo
olvidéis también. Mi apuesta para el futuro es un deseo de que seáis felices
sin interferencias que os perturben. He entendido que vuestro amor es el más
sólido que he visto nunca. Marlene, sé que cuidarás de Rebecca como solo tú
eres capaz, no se necesitan más pruebas de tu amor por ella después de lo
vivido. Rebecca, tienes a tu lado lo más preciado que una persona pueda desear,
un amor incondicional fuerte y solidario, cuídala, es una joya, lo sé muy bien.
Solo contemplar como os miráis cualquiera puede apreciar esa conexión de
vuestras almas. Espero que seáis felices el resto de vuestra vida. ¡Por el amor
y por vosotras! – Levanta su copa y le acompañan todos los comensales
poniéndose en pie. -¡Por el amor! – Dicen
todos al unísono.
Y llega por fin el ansiado día, un
bullicio tremendo recorre el castillo. Han preparado la carpa en el centro del gran
patio. La ceremonia será al aire libre.
Las novias han pasado la noche
en el invernadero mirándose fijamente a los ojos. - Mañana sellamos nuestras vidas, Marlene.- Ella la mira complacida y
le responde con dulzura. – La sellamos
hace mucho Rebecca, mañana prometemos no volver a separarnos nunca.- Coge
aire despacio y vuelve a mirar a esos ojos marrones que la absorben. – Hay algo que quiero decirte. Ya sabes lo que me gusta leer libros de los clásicos, de la historia y de las
religiones como la judía o la cristiana. A veces encuentras cosas muy
interesantes y muy bonitas. Esta que te voy a relatar me hizo acordarme de ti
cuando estaba en Los Angeles. Describe con toda claridad lo que es el amor
entre dos personas y no puede describir con más exactitud lo que siento. Es del libro de Ruth en la tradición judaica, dice así: No
me pidas que te deje o que me aparte de ti. Donde quiera que tú vayas, iré yo.
Donde quiera que tú mores, moraré yo y donde tu murieras, moriré yo y allí seré
enterrada. Es el pensamiento más bello que conozco sobre el amor y así pienso,
donde tú estés allí me encontrarás.- Rebecca
no sabe qué decir, solo contempla maravillada la belleza que Marlene atesora en
su interior y en su cuerpo. La besa con toda dulzura y se abrazan con fuerza.
Hileras de sillas blancas están
ocupadas por amigos y familiares con los que Marlene y Rebecca querían compartir
su enlace y al fondo hay un arco de flores silvestres cuidadosamente diseñado
que marca el lugar donde ellas se comprometerán para siempre. La espera para el
comienzo de la ceremonia acaba al sonar,
del cuarteto de violinistas que comienzan a interpretar, el Canon de Pachelbel.
Tristán y Tomás situados en sus respectivos lugares, al principio del pasillo, están
listos para escoltar a las novias. Marlene a la derecha y Rebecca a la
izquierda aparecen por detrás de las barreras florales que habían mantenido a las
dos escondidas simbólicamente la una de la otra. Ambas mujeres irradian alegría
en el momento en que sus ojos se fijan entre sí, una sonrisa permanente aparece
en cada una de sus caras encantadoras. Casi en estado hipnótico comienzan a
caminar una hacia la otra, frente a frente, sólo para ser interceptados por
Thomas y Tristán. La separación será breve, apenas el paseo por el pasaje entre
las sillas hasta el arco floral. Marlene se coge del brazo de su padre y Rebeca
de su hermano, cada uno conduce con orgullo a las novias por el pasillo hacia la
oficiante. Thomas y Tristán toman las manos de ambas damas para unir a las
novias. Thomas besa en la mejilla a Marlene y Tristán en los dos hombros de
Rebecca desvaneciéndose hacia el fondo. Kim y Dana son las damas de Marlene.
Hagen y Sebastian testigos a la izquierda de Rebecca. Marlene percibe temblando
la mano de Rebecca en la suya. De pie delante de la audiencia no es fácil para
Rebecca. En un esfuerzo por tranquilizarla Marlene acaricia suavemente sus dedos,
susurrando en el oído en voz baja - ¡Cálmate!
- Rebecca consigue sentirse serena ante la sensación del tacto de Marlene y el
sonido de su voz, con un ligero asentimiento de sí, las dos dan un último paso
más hacia la oficiante de la boda. Ella comienza la ceremonia con una breve
alocución. - Nos hemos reunido aquí con la finalidad de unir en matrimonio a Rebeca
von Lahnstein y Marlene Wolf. Esta unión es el fruto de un sentimiento de amor
fuerte y sólido entre ambas contrayentes. Han decidido unir sus almas para
afrontar el futuro con la esperanza de una vida en armonía y con el objetivo de
ser felices hasta el final de sus días. – Hace una pequeña pausa y abre una
carpeta para comenzar a leer. - ¿Rebecca
von Lahnstein y Marlene Wolf acudís a esta ceremonia voluntariamente con los
corazones dispuestos a recibiros la una a la otra en matrimonio?- Se miran
fijamente a los ojos - ¡Sí! - Contestan
ambas mujeres.
– ¿Prometéis amaros, respetaros con absoluta lealtad, compartir la
alegría y apoyaros en las dificultades? – Vuelven a mirarse frente a
frente. - ¡Si! Es lo que haremos toda nuestra
vida. – Responden al unísono.
Marlene se esfuerza todo lo
posible por prestar atención a las palabras pronunciadas por la oficiante, pero
su atención no puede desviarse de los cautivadores ojos marrones de Rebecca que
están encerrados en los suyos. Las palabras aleatorias del discurso del
oficiante, como el respeto y la lealtad, distraerían a Rebecca y Marlene de la
mirada de cada una. Llega el momento de que Rebecca y Marlene intercambiaran
los anillos y los votos. Con el permiso de la oficiante Marlene comienza a
hablar. - Me resultó difícil escribir lo
que siento necesario para decirte en estos momentos. No pude encontrar todas
las palabras que podrían describir ... cuán increíblemente enamorada estoy de
ti. Recuerdo una época en la que tuve
miedo de decir en voz alta que te quería y ahora ... No quiero nada más que
todo el mundo lo sepa, que sin ninguna duda, tú, Rebeca von Lahnstein tienes
todo mi corazón. Nunca supe lo poderoso que era el amor hasta que descubrí la
vida contigo. Todo mi mundo quedó hecho un revoltijo. Aquello que pudiera pensar
acerca de amar a otra persona cambió radicalmente… para mejor. Cuando entraste
en mi corazón ya no pude imaginar mi vida sin ti. Tu amor me ha hecho más fuerte y sólo espero que mi amor pueda hacer lo
mismo por ti, espero con ansias conocer lo que nuestro futuro juntas tiene
reservado y juro estar a tu lado siempre, para lo bueno y para lo malo.-
Biggi ayuda a Tommy a
acercarse a Marlene, y en su pequeña mano sostiene la almohadilla con la banda
de raso para Rebecca. Marlene toma la banda y enlaza la mano de Rebecca en la
suya cuidadosamente, toma el anillo de desposorio, lo pone en el dedo de
Rebecca. - Este anillo representa mi
promesa de que seré la morada del amor y la devoción que tengo y siempre tendré
por ti. - La alegría de Rebecca se desborda mientras mira el símbolo de oro
que ahora adorna su mano. Su atención a Marlene es interrumpida por la petición
de la oficiante, ahora es su turno. Antes de que pudiera hablar, siente un
suave tirón de su vestido. Rebecca baja la mirada hacia el dulce rostro de
Emma, que está de pie a su lado con el brazo extendido, sostiene la banda de raso
en oro que debe enlazar la mano de Marlene. Rebecca toma el anillo del querubín
con la mano, agradece el gesto a la niña con una sonrisa, y se dispone a
completar los votos. Rebecca comienza a hablar, sus abrumadoras emociones hacen
que su voz quiebre. Una vez más Marlene no puede resistir el encanto subconsciente
de Rebecca. Marlene es ahora la que empieza a estar emotiva. Rebecca se aclara
la garganta y comienza de nuevo. – Marlene, tú has sido mi inspiración y mi
apoyo a través de los momentos más difíciles de mi vida, te sacrificaste por mí
porque me amabas incondicionalmente e incluso siempre viste en mi lo mejor de
mi persona. Que esta unión sea el
comienzo de una vida larga y feliz llena de hogar, familia e hijos. Que nunca más
nos perdamos en el camino. Y lo más importante, dejar que el amor que
compartimos sea un recordatorio constante de lo que hemos construido. Que él
sea ese faro de luz que alumbre el sendero en nuestro caminar en tiempos de
incertidumbre. Marlene te doy mi amor eterno ante nuestra familia y amigos. Este
anillo te entrego como un símbolo de mi amor por ti, junto con el tuyo será el
lazo que una nuestras vidas juntas para la eternidad. - Antes de que el
oficiante pudiera reanudar, añadió Rebeca. -
Eternidad, ese es el tiempo que te amaré. - Marlene no creía que su corazón
pudiera llenarse más de amor por ella, estaba delante suya besándose con la
mirada. Dándoles su momento el oficiante continuó. - Es un honor y un privilegio para mí deciros, Rebecca von Lahnstein y Marlene Wolf, que desde ahora estáis unidas en
uno, en el amor y el matrimonio. Pueden certificar el enlace con el beso
ceremonial. - A pesar de que sus labios se habían reunido muchas veces antes
nunca habían tenido un beso tan dulce para ambas mujeres. Fue el único beso que
selló su destino, las dos en uno solo. Un beso que podrían haber dejado ir por
mucho más si no hubiera sido por el anuncio de la oficiante. - Señoras y caballeros, les presento al matrimonio Rebecca y Marlene
von Lahnstein Wolf. - Ambas se dan la vuelta para presentarse ante su
familia y amigos. Incapaces de contener tanta felicidad se toman de la mano y
dan sus primeros pasos hacia un futuro juntas para siempre.
Se acabó.
Qué lindo...
ResponderEliminarGracias sencillamente hermoso!!!
ResponderEliminarMaravilloso final, sencillamente... me encantó!
ResponderEliminarGracias!
Maravilhoso,perfeito e divino.
ResponderEliminarMaravilhoso,perfeito e divino.
ResponderEliminarObrigada.