Volver a la vida.
Marlene duerme apoyada
su cabeza sobre el costado de Rebecca que tarda en recuperarse. Abre lentamente
los ojos, pero le cuesta mantenerlos abiertos. Incluso la tenue luz resulta
dolorosa. Finalmente puede concentrar la vista en el jarrón de flores al otro
lado de la habitación. Continua parpadeando tratando de saber dónde se
encuentra. Las blancas paredes no dan indicios y ese terrible sonido del monitor la incomoda. Aprieta los párpados y abre los ojos completamente, respira profunda y mientras el aire llena sus
pulmones, aparecen sus últimos recuerdos llenando su conciencia. Su memoria repite
toda la confrontación con Tristán, el dolor agudo al caer, y luego una última escena
final, Marlene, que se cierne sobre su llanto. Rebecca abre de nuevo sus
pesados ojos tratando desesperadamente de reconocer el entorno. A pesar del desconcierto
de dónde se halla y sus alrededores. No hay confusión en cuanto a quién busca. - ¿Marlene? – Trata de que su voz se esfuerce
por ir más allá de un susurro. -
¿Marlene? - Es entonces cuando se da cuenta. Marlene está maravillosamente dormida
a su lado. Coloca la mano encima de su pelo y lo acaricia, luego le toma de la
mano y la envuelve con la suya. Escanea el resto de la habitación percibiendo
finalmente cual es el entorno dónde se encuentra. Se concentra en el amor que
duerme a su lado. Una vez más, y esta vez con un suave apretón de la mano de
Marlene, Rebecca susurra. - ¡Marlene! - Ella siente los párpados como pesados, muy pesados.
El agotamiento todavía mantiene capturada a Marlene, pero el sonido de su
nombre la hace luchar contra su necesidad de dormir. Oye el susurro de su
nombre. - ¡Marlene! - Esta vez lo escucha acompañada por una suave caricia
en su mejilla. Lucha contra la necesidad de dormir y se obliga a abrir los ojos.
La aguarda una oleada en su cuerpo que será como las primeras mariposas de amor
mezcladas con el temor y de que todo fuera un sueño. Mira fijamente a la causa
por lo que había estado orando durante los últimos días. Puede sentir que sus
propios ojos comienzan a llenarse de lágrimas al contemplar de nuevo los
hermosos ojos marrones de Rebecca. Tiene miedo de parpadear, está asustada de
que en realidad no sea más que un sueño. -
¿Rebecca?- Rebecca confirma el hecho
de que Marlene no sueña, sonríe al oír la voz de Marlene. El alivio y la
excitación en Marlene borran de su rostro cualquier signo de agotamiento que
pudiera haber tenido. Sabiendo que Rebecca continua en estado frágil, con su
temblorosa mano acaricia cuidadosa el rostro de Rebecca. No hacen falta más pruebas
para demostrar que no está soñando. Con el pulgar limpia suavemente la lágrima
que escapa por el exterior del ojo de Rebecca. - ¡Oye! - Rebecca le susurra. -
¡Oye, tú! - La sonrisa de Marlene provoca una lágrima y en una vertiginosa risa
la acompaña. Con la mayor ternura besa los labios de Rebecca. Nunca lo había puesto
tan dulce. Nunca un beso significó más para ella. A pesar de que todavía estaba
en una nube drogadicta por los medicamentos, Rebecca también percibe que el
beso de Marlene es la mejor sensación de siempre, quería más, pero al acercar
más a Marlene se da cuenta de la gravedad de su situación. El dolor atraviesa
su cuerpo, es incapacitante y hace que Marlene se separe. Ella responde de
inmediato fijando su atención en los gestos el dolor de Rebecca, y se despierta
en su conciencia la necesidad de hacer que se lo calmen. Inmediatamente alcanza el botón
de llamada con la esperanza de que Ricardo, la enfermera o cualquier persona
llegue rápidamente para aliviar el malestar que la está incordiando. En este
punto, los pies de Marlene están listos para arrastrar a una enfermera allí, si
tenía que hacerlo, pero afortunadamente Ricardo se abre paso a través de la
puerta. - ¡Ricardo, está sufriendo,
tienes que hacer algo para el dolor! - Marlene está ansiosa y su carácter
protector se ha activado con fuerza. No queriendo inquietar a Marlene, Rebecca
hace todo lo posible por no mostrar cuánto dolor está soportando. Ricardo llega
a su lado. – Estoy encantado de ver que
ya estás alerta.- Responde. - ¡Hola
mi amigo! - Rebecca sonríe forzando el gesto. - ¡Hola.-
Le responde y se dirige de inmediato a la enfermera que lo había seguido, dando
orden que preparare los medicamentos para el dolor que necesita. Marlene ronda
mientras Ricardo examina a Rebecca. - Respira
profundo. - Le ordena Ricardo mientras escucha atentamente el corazón y los
pulmones de Rebecca, satisfecho, su sonrisa le brinda alivio a Marlene. - Todo está sonando muy bien, los signos
vitales de Rebecca están donde deben estar. - En ese momento la enfermera inyecta
en el suero el medicamento para el dolor prescrito. - Y esto pronto hará efecto, mitigará la mayor parte de tu malestar. - Expresa
Ricardo mientras la enfermera hace su trabajo buscando el alivio de la paciente.
- Nos habéis dado un susto de muerte,
pero ahora que estáis despiertas tengo plena fe de que os recuperaréis
completamente. - Marlene se aparta con Ricardo mientras la enfermera
mantiene su atención en Rebecca. - Gracias
Ricardo por todo lo que has hecho, sé que Rebecca nunca habría sobrevivido sin
tu gran cuidado. - Exclama Marlene con aire de aprecio. - Rebecca es una de mis amigas más queridas, siempre he mantenido un
interés cercano sobre ella. El hecho de que ahora esté despierta y alerta es un
paso en la dirección adecuada. Sin embargo, ella todavía está sanando y es
importante que no sufra ningún estrés. Me gustaría mantenerla todavía durante
un día más en la UVI para controlar cualquier signo extraño que aparezca de la hemorragia
interna sufrida. Después de examinarla no veo ninguna razón por la qué Rebecca
no puede tener una recuperación completa. - Marlene no puede contener su
felicidad, coge a Ricardo por sorpresa al abrazarle alrededor de su cuello.
- Ricardo es la mejor noticia que he escuchado,
no se cómo puedo agradecértelo. - La
felicidad de Marlene contagia a Ricardo y él sonríe, pero no pierde el sentido
de la realidad. - ¡Bueno! No quiero
atribuirme todo el éxito, tú has sido una parte muy importante en que regrese
entre nosotros, tu amor la ha salvado. Ahora necesito atender a otros pacientes
en este momento. Estoy feliz por vosotras Marlene. Sé que esto no ha sido fácil
para ninguna de las dos ...- Le embarga la emoción. - De verdad que me voy a ir. Estoy seguro de que Rebecca estará bien
cuidada contigo a su lado.- Ella le mira contenta. - Naturalmente.- La sonrisa de Marlene crece al ver a Rebecca ya
relajada, una vez que la enfermera termina sus deberes. Rápidamente recupera el
puesto a su lado. Toma la mano de Rebecca entre las suyas. - ¡Marlene! – La llama con una sonrisa y una voz aún débil pero
hermosa. Le dice que está empezando a sentir los efectos de alivio de los
medicamentos y el dolor se está marchando. Ya casi aliviada, se concentra en Marlene en lugar
de su incomodidad. - ¡Dios! Nunca he estado tan feliz de oírte decir mi nombre.-
Marlene besa ansiosamente la mano de Rebecca y luego la sostiene pegada a su
mejilla. No puede evitar una vez más las lágrimas por la alegría de que Rebecca
la mirara. No dejan de mirarse a los ojos con pasión encendida. - ¡Lo
siento mucho! – Marlene pide perdón a Rebecca. - ¿Perdón por qué? - Pregunta a Marlene. - Nunca
debería haberte puesto en peligro, nunca debería haber permitido que Tristán se
acercara, tu has pagado las consecuencias de la virulencia de tu hermano para
conmigo.- Rebecca levanta la mano y pone un dedo en su boca. -Shhhh, para, para
ahora, no tienes la culpa, no hay necesidad de discutir esto más, se acabó,
todo ha terminado. Nos casaremos y nos iremos de aquí, como teníamos planeado.
Eso es todo lo que quiero. - Marlene
se tranquiliza. - ¿Cómo que terminó? ¿Qué quieres decir? - Marlene no está segura
de que Rebecca ese encuentre en situación para decidir alguna cosa en estos momentos. – Mi hermano no nos volverá a molestar, no
volveremos a verle nunca más, para mí está desaparecido. -Marlene respira
con profundidad. -¡Lo siento Rebecca! Pero
Tristán no ...- Rebecca detiene a Marlene en medio de la frase. – Espera. Se que esto ha sido un desgraciado
accidente, el no lo hizo de forma intencionada, pero sus acciones,
intencionadas o no, siempre acaban mal, lo más seguro es mantenerle alejado,
porque a su lado no sabes lo que puede suceder. - Se entristece algo por el comentario de
Rebecca, Marlene quiere ser sincera con ella, debe narrarle la visita que le
hizo hace dos días. - Tristán está muy afectado…- En pocos minutos le cuenta como se desarrolló
la conversación y lo confuso que estaba. –
Le dolía en el alma verte ahí sin conocimiento y al borde del abismo. Reconocí
el arrepentimiento en su mirada y me dijo también que lo sentía, que todo lo
que había hecho por hacernos daño que había sido un error. ¡Ah! También me dijo
que había sido tu héroe.- Rebecca aspira aire con lentitud. – Aún así creo que alejarnos no es una
broma. El es gafe cuando se trata de nosotras. Creo que he podido morir y te
hubiese dejado sola.- Busca a
Marlene para acercarla más a ella. - Y yo
nunca habría sobrevivido si eso hubiera ocurrido. Te amo. - Es todo lo que
Marlene podía pensar en decir para devolver el afecto de Rebecca. – Y yo también te amo.- Rebecca está
empezando a sentir los efectos de somnolencia del medicamento para el dolor. - ¿Crees que podrías hacer algo por mí?- Pregunta
con misterio. - Haré todo lo que
necesites. - Responde Marlene. - ¡Abrazarme
de nuevo! - Marlene no puede evitar cumplir el pedido de Rebecca. De hecho,
es lo único que ella quería hacer. Por no hablar de mirar esa cara preciosa y
esos ojos marrones que la iluminan. Marlene nuevamente se coloca con cuidado
junto a Rebecca y las dos cogidas de la mano. Marlene rompe el breve silencio y
se posa sobre su codo para mirar a Rebecca a los ojos. - Estos últimos días pasé miedo de perderte para siempre. Fue un
sufrimiento horrible. – Le cuenta con algo de sentimiento, necesita liberar
su angustia. - Lo siento Marlene.- Rebecca se siente ligeramente culpable por haber
preocupado a Marlene. Ella responde. – No
quiero estar sin ti. ¿Entiendes?- Libera
su ansiedad acumulada. Los ojos azules de Marlene sólo refuerzan su declaración. Rebecca asiente con
la cabeza. Comprende la sinceridad de Marlene y le responde. - Entonces contigo, para siempre, es donde
me quedaré, donde quiero quedarme. Es donde quiero vivir, donde tu estés,
viviré yo.- Marlene sella el trato con un beso que está lleno de amor.
Gracias por compartir! El amor en su estado mas sincero, transparente y natural. Felicidades a las dos mujeres que te inspiraron y a tí por escribir y publicar!!!!
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