Algo real.
Un individuo paranoico como Tristán, que
mantiene cierta animosidad hacia la persona que le hirió de forma importante en
el pasado, suele buscar formas de hacer daño por que mantiene abierta esa
herida. Su actitud es estar siempre a la expectativa de cualquier motivo que
justifique el devolver el golpe. Si bien la ausencia prolongada de Marlene en
Los Angeles casi le hizo olvidar aquel suceso, su reaparición en compañía de
Rebecca ha despertado todos los fantasmas del pasado. En su mente comienza de
nuevo la búsqueda de nuevas formas de escarmiento sobre ella. El castigo se
convierte en una obsesión constante. Nunca piensa que el daño que provoca es
suficiente, necesita más, busca cómo lesionar emocionalmente al objeto de su
venganza. Que Marlene haya rehecho su vida al lado de su hermana lo siente como
una afrenta y, aun cuando Rebecca no es su objetivo, sabe que también puede
dañarla en manera formidable, eso tampoco le importa, ya lo hizo en otra época
y ella se ha recuperado y piensa que lo podrá hacer de nuevo.
Con curiosidad ladina pregunta en el
entorno familiar, pero no encuentra nada que le pueda ser útil a sus objetivos.
Pasan los días hasta que en una conversación informal, toma conocimiento de la
edad del pequeño Tomy.
Tristán suele ahogar sus frustraciones en
estado ebrio. De esta manera recupera los hechos del pasado que más daño le
hicieron. En esta situación recuerda el aborto de Marlene después de la
violación y sin saber el porqué, recuerda la última noche que pasó con ella en
el almacén de “No Limits” después que hubiese roto con Rebecca por sus engaños.
A la mañana siguiente, ya sereno, los pensamientos de la noche anterior suenan
en su cabeza y en un razonamiento enloquecido hace cuentas de las fechas y
llega a una conclusión. “Puede ser hijo
mío.” Obviamente no tiene ningún argumento ni prueba que pueda justificar
tal teoría, sin embargo, él es pertinaz y no parará hasta averiguar todo lo que
pueda sobre la existencia de ese chico rubio de ojos azules que es clavado a su
madre.
Marlene y Rebecca viajan a Colonia acompañadas del
pequeño para ultimar gestiones de registro y que Tomy conste como hijo de las
dos mujeres. Marlene se lo propuso la tarde que halló a Tristán en la
orangerie. Rebecca está eufórica con la idea, adora a su novia y estos gestos
hacia ella no hacen más que acrecentar su amor. La filiación de Tomy es
incompleta pues Marlene se negó a dar algún dato sobre la paternidad de su hijo
cuando nació. Ese dato en blanco será rellenado con el nombre y apellido de
Rebecca. Tomy Wolf completará su apellido con el de von Lahnstein.
En el castillo todo circula dentro de la
normalidad. Dana y Hagen se marcharon a su finca ecuestre. Sebastián continua
con la gestión del patrimonio y empresas de la familia, Tanja al frente de LCL
y Tristán manejando las finanzas bancarias, función en la que es un lince. Caso
aparte es Elena. Elena von Lahnstein ha tomado posesión de una plaza adjunta en
la Universidad de Colonia en la cátedra de Arqueología y está empezando con sus
primeras clases. En un primer momento pensó en quedarse a vivir en la ciudad,
viajando a Dusseldorf solo los fines de semana, pero, dada la corta distancia
entre las dos ciudades, apenas cuarenta kilómetros, desechó la idea, quedándose
a vivir en el castillo.
Después de realizar los trámites del
registro, Marlene y Rebecca regresan al castillo justo a la hora de dar el
almuerzo a Tomy, ellas comerán algo a continuación. Justus les sirve en el
comedor del castillo. Poco después aparecen Elena y Elisabeth que curiosean y
hacen bromas distrayendo al niño para que coma divertido. Tristán aparece poco
después con prisas. Justus le sirve un frugal almuerzo que devora en un
instante. Acabado se levanta de la mesa justo en el momento que le suena el
móvil, sale y se detiene en el recibidor para contestar la llamada. En el
comedor las mujeres charlan sin reparar en él. – Esta mañana me ha parecido veros en Colonia. ¿Habéis estado allí? – Pregunta
Elena. Marlene y Rebecca se miran sorprendidas. – Pues sí. Hemos estado allí. – Con inocencia Elisabeth pregunta el
motivo del viaje y Marlene le relata la tarea que han realizado en el registro.
Elena se llena de alegría, Elisabeth de satisfacción. No obstante, les ruegan
que no lo divulguen, que es un asunto personal y que, participarlo en estos
momentos no sería oportuno, forma parte sólo de un círculo de confianza dentro de la familia.
Mientras esto comentan no se percatan que el audaz oído de Tristán ha estado
escuchando detrás de la puerta una vez finalizó su conversación telefónica. Sin dudarlo un momento ya sabe lo que
quiere hacer y sale del castillo hacia su oficina.
Los planes de boda continúan sin
contratiempos y por fin consiguen fijar una fecha después de negociar con el
juzgado. Será tres días antes de regresar a Nueva York. La ceremonia será en
los jardines del Castillo y para la recepción montarán una carpa en el prado
contiguo con todo tipo de adornos románticos y flores, muchas flores. Rebecca
se encargará de los vestidos, Marlene deja que sea ella la que los diseñe.
Decidida entra en LCL una mañana y se dirige al despacho de Tanja. La relación con
su cuñada siempre ha sido algo tensa y nada afable, pero se veían en la
necesidad de entenderse por el bien del negocio. Rebecca entra sin llamar. - ¡Buenos Dias! – Saluda seca. Tanja se
levanta de su asiento y extiende su mano con respeto. – Buenos días. ¿Qué te trae por aquí Rebecca? – Ella la mira con
gesto serio y crujiendo sus dientes. – Diseñar
y confeccionar dos trajes de novia. Este es el lugar perfecto y espero de tu
colaboración para que Marlene y yo los podamos lucir el día que nos casemos. –
Tanja sonríe discreta, con cierta ironía, pero accede a la petición de Rebecca,
no tiene excusa para negarse. Ambas salen del despacho y suben a la sala de
diseño. Allí le presenta a Marisa, una asistente de diseño que actualmente está
libre. Se saludan cordialmente y Tanja regresa a sus tareas. Enseguida Rebecca
consigue un bloc de dibujo y comienza febril a plasmar en papel el dibujo que
trae en su cabeza. Al cabo de media hora le enseña el dibujo a la asistente que
se queda boquiabierta al contemplar la obra de arte que Rebecca ha dejado
impresa en el papel. Como no podía ser menos el vestido por ella dibujado tiene
personalidad propia, y el rostro de Marlene figura como colofón al dibujo del modelo.
– Es extraordinario. – Expresa
Marisa. – Ahora el mío.- Le dice Rebecca.
Marisa pone cara de no entender y le pregunta si ella es la dama de honor.
Rebecca sonríe placentera. - ¡No! – Le
responde con una sonrisa. - Yo soy la novia y ella será mi esposa.-
Le dice apuntando al dibujo del rostro de Marlene. La asistente no sale de su
asombro, nunca ha visto ni conocido una boda de dos mujeres, una boda
homosexual, es una novedad en su vida. Rebecca le explica en breves palabras
cual es la situación, ella escucha embobada ante un relato algo emocionante.
Mientras habla, Rebecca va dejando correr el lápiz por encima de una nueva hoja
en blanco diseñando otro vestido. Marisa no sabe a qué atender, si a las
hábiles manos de Rebecca o a la narración que le va contando mientras dibuja.
Está fascinada con ambas cosas y la cara de admiración permanece en ella
durante todo ese lapso de tiempo. Acabada la historia y el dibujo, lo muestra
para su contemplación. Este será el mío. – ¡Precioso!
Realmente precioso.- Exclama Marisa admirada. – Ahora vamos al almacén a elegir las telas y los accesorios. – Con
presteza ambas mujeres se dirigen al almacén en busca de la materia prima que
Rebecca convertirá en sendos trajes para la ceremonia más esperada de su vida.
Durante días Rebecca y Marisa trabajan
febriles sobre las telas componiendo cada uno de los patrones, unirlos y
acomodando el conjunto sobre un maniquí. El traje de Marlene está a punto de
prueba, ella acude a LCL. Al ver el vestido sobre el armazón se queda parada y
emocionada. Rebecca sonríe y se acerca a ella. - ¿Te gusta?- Pregunta nerviosa. Marlene no puede contestar embargada
por la emoción. - ¡Me encanta! – Balbucea
más que habla. Tomy mira a sus dos madres y no entiende la situación, se acerca
a Rebecca y alza los brazos para que lo aúpe. Ella lo hace. –
Ahora mama se va a vestir con ese traje. – Marlene se dirige detrás del
Biombo, se quita la ropa de calle y con ayuda de Marisa se embute el traje de
novia. Cuando aparece a la vista, a Rebecca se le salta una lágrima emotiva al
contemplar en toda su belleza a Marlene. - ¿Has
visto que guapa está mama? – Le dice al niño que aún permanece en sus
brazos. El extiende los suyos para acercarse a Marlene. Ella le da un beso en
la frente y deja que Rebecca compruebe el perfecto encaje del vestido con el
cuerpo, rodeando la figura de Marlene, Rebecca comprueba cada una de las
costuras y uniones del vestido. – ¡Está
perfecto! No necesita ninguna corrección. – Le dice a Marlene, Marisa no
puede creerlo, la primera prueba es definitiva, nunca en sus pocos años en el
diseño había visto que un traje, tan complicado como el de una novia, encajase
en el cuerpo de su usuaria a la perfección. En ese momento dio por buenos los
comentarios que por LCL circulaban sobre la genialidad de Rebecca von
Lahnstein. Acaba de conocer a un auténtico genio del diseño. – Mañana comenzaré con el mío.- Expresa
Rebecca. Marlene se interesa por conocerlo, Rebecca se niega. – Da mala suerte. – Le dice seria. – Pero tu ya conoces el mío. ¿Qué más da? – La
provoca en tono de broma. - ¡Ya! Pero yo
soy la diseñadora y me arrogo el poder decidir sobre ello.- Le responde en
un tono jocoso poniendo cara de payasa. Ambas ríen para regocijo de Tomy que
también se une a la fiesta de risas. Después de un tira y afloja alegre y
distendido, Rebecca muestra el diseño de su traje a Marlene. – Siempre dije que eras un genio para los
demás, solo me faltaba ver que también lo eres para ti. ¡Te quiero! – Marlene
besa a Rebecca provocando cierto pudor a Marisa que mira hacia otro lado y Tomy
aplaude al verlas en ese gesto cariñoso.
Tres días después Rebecca tiene completado
el vestido que lucirá en su boda. Marlene asiste a la segunda prueba, la
primera demuestra que Rebecca no se había tomado sus propias medidas muy
acertadamente. La impresión de Marlene al verla salir del vestidor es emocional.
Rebecca luce espléndida y su figura es lo más sensual que Marlene ha
contemplado en su novia.
De regreso al castillo se encuentran con
Tristán que aparca su vehículo y sale de él con claro gesto de enfado. Marlene
y Rebecca se dirigen a la cocina para preparar la comida de Tomy con la señora
Lenz. Tristán las intercepta en su caminar. – ¡Quiero hablar contigo Marlene!- Les dice a modo de increpación.
Rebecca se adelanta. - ¿Qué ocurre
Tristán?- Le pregunta con seriedad. –
Esto no tiene nada que ver contigo, es con ella y ese niño. – Le dice
señalando a Tomy. – Tomy no tiene nada
que ver contigo. – Le dice Marlene muy drástica. - ¿Seguro? ¿Por qué entonces ha nacido en Colonia de padre desconocido?
Creo suponer que posiblemente sea yo su padre. Creo que tengo algún derecho si
es cierta mi suposición. – Rebecca se acerca a él con mirada seria. – Tu no tienes derecho ninguno, ese niño es
nuestro hijo y de nadie más. No busques lo que no vas a encontrar.- Tristán
se enciende, Rebecca se interpone entre él y Marlene pero su hermano
no escucha, da un paso avanzando hacia ella empujando con el cuerpo a su
hermana. Ella se asusta de la mirada de Tristán y pretende dar un paso atrás,
pero tropieza con el banco de piedra que está detrás suya y cae de espaldas
sobre la cerca del jardín. Tristán se abalanza sobre Marlene y el niño sin
darse cuenta del desplome de Rebecca. Marlene grita al verla caer y a los ojos
enloquecidos de Tristán, corre hacia la entrada de la cocina. Justus aparece en
ese momento y Marlene le entrega al niño, ella se da la vuelta y empuja con
fiereza a Tristán que cae sentado con violencia en el suelo. Llega a lado de
Rebecca y comprueba que está aturdida. – ¡Llamar
a urgencias! Está inconsciente. – Trata de despertarla en vano. Rebecca no
responde. – ¡Marlene te quiero! – Dice con la voz
apagándose. - Rebecca estás despierta. –
Sonríe forzadamente. – No te preocupes es solo un susto.- Dice
sin sentido. – Mi espalda, me duele mi
espalda. - Marlene localiza
rápidamente la entrada de uno de los hierros de la verja en la espalda de
Rebecca y que comienza a sangrar. Con sus manos aplica presión para controlar la
hemorragia. Trata de controlar el llanto que empieza a cegarla. Rebecca sólo
puede mirar a Marlene. Sabe que el dolor es profundo en su espalda, pero por
alguna razón comienza a no sentirlo. Todo lo que siente es amor por la mujer en
cuyos brazos esta acurrucada. - Mírame,
nena, sigue mirándome, mantente fuerte, quédate conmigo, Tristán busca ayuda,
por favor. - Él se arrodilla al otro lado de Rebecca. Justus sale de la
cocina.
- La ayuda ya está en camino, estarán aquí en cualquier momento. – Marlene
se desespera. - ¡Deben estar aquí AHORA!- Marlene ya no puede controlar su devastación.
Sus lágrimas y su cuerpo tembloroso están incontrolables. Tiene la sensación
como si todo estuviera llegando a su fin. El amor de su vida está inmóvil en
sus brazos y cerca de la muerte. - Por favor, Rebecca, por favor, te ruego
que te mantengas fuerte, por favor no te dejes, no como esto, no como esto, lo siento
mucho, nunca debería haberte puesto en esta posición, nunca debería haber
vuelto. Si yo nunca hubiera vuelto esto no sucedería. - Las fuerzas de Rebecca son suficientes para poner
suavemente los dedos sobre la boca de Marlene. - Si no hubieras vuelto a mi vida, yo habría muerto de todos modos,
vivo muy feliz contigo, y lo haría todo de nuevo. Te quiero Marlene y siempre
será así. - Marlene tira de Rebecca hacia ella. - ¡Te quiero Rebecca! Sólo tú, siempre has
sido sólo tú.- La mira con desesperación. - ¡Bésame! - Rebecca le
pide con un flojo aliento. Marlene besa sus labios con ternura. El rostro
manchado de lágrimas de Rebecca expresa una leve sonrisa, pero pronto es
interrumpido por un dolor penetrante en su herida, se estremece y comienza a
perder el control de su cuerpo. Marlene nota que se desmadeja escurriéndose
lentamente entre sus brazos. - ¡Rebecca! - La voz de pánico de Marlene
es desesperada. - Rebecca, por favor,
quédate conmigo, no puedo perderte, no puedo ... Por favor, no me dejes, te
amo, te amo. - Esos hermosos y grandes ojos marrones de Rebecca comienzan a
cerrarse lentamente y Marlene no puede contener la histeria que se produce en
su alma en ese momento. - Rebecca, por
favor, nena, por favor, no te rindas, no te rindas, por favor, no sé qué haré
sin ti. - Rebecca está luchando para quedarse. Luchando con toda la fuerza
que le queda. No está lista para irse. No está lista para dejar la vida que
tendría con Marlene, no quiere abandonar el futuro que siempre había soñado
tener con ella. Una boda, hijos y, lo que es más importante, una vida llena de
amor eterno. Está luchando contra la oscuridad que la está superando. Se
encuentra tan indefensa ante la oscuridad y antes de que estuviera lista, la
oscuridad se hace cargo de su última visión, la de la bella rubia, de ojos
azules, rubia que ha llegado a amar con cada pedacito de su ser, Marlene,
ella la mira con su último suspiro.
No Francisco ahora rebeca muere no puede ser vale no es justo
ResponderEliminarCambia la historia después que consiguieron la felicidad
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