Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 30 de octubre de 2018

12ª Entrega


- Hay que pensar.

Rebecca no sale de su letargo. Casi no ha descansado, toda la noche pensando en la propuesta que hizo a Marlene la tarde del domingo. El sosiego que disfruta en su nueva vida parece haberse alterado. Regresar a Düsseldorf la inquieta, más de lo que podía imaginar. Marlene no se ha percatado del nerviosismo que sacude su interior ante la perspectiva de volver a su casa. Aquel lugar del que salió huyendo hace algo más de un año. El conflicto con su familia está aún por resolver. Quizás ahora que se encuentre en mejor situación anímica y puede afrontarlo sin daño imprevisto, pero duda. Empieza a pensar como decirle a Marlene que no le apetece nada en absoluto regresar al lugar del sufrimiento. Por otro lado, entiende sus razones. Ella no tiene un conflicto familiar, es más, su familia es del todo adorable por la relación tan sana que mantienen entre las hermanas y su padre. Que acepten la relación amorosa de ambas le parece fuera de lo común, no es algo que se admita tan natural en otros ámbitos, pero los Wolf lo han recibido sin ningún tapujo cuando percibieron la felicidad en el rostro de Marlene. A veces siente cierta envidia de ello, los Lanshtein son disfuncionales y la familia no está para nada cohesionada. ¿Cómo afrontará tener delante a Tristán y a Tanja? Dos figuras que menosprecia. Aún conserva la Orangerie como refugio, aunque a veces su hermano ha violado su intimidad de forma desaprensiva. Tiembla ante la perspectiva de bregar con Sebastián y Elena que nada aportan a su existencia, pero son insidiosos como para alterar su tranquilidad. 
Debo pensar con claridad. Amo a Marlene, la necesito a mi lado, ella es lo único y lo que más quiero en este mundo, es la mitad de mi misma. Quiero casarme y quiero vivir toda mi vida a su lado. Que lo hagamos en Düsseldorf y lo haremos, o en cualquier lugar, no hará que la defraude con mis caprichos, pero necesito estar preparada y ser fuerte para enfrentarme a mi propia familia. No derrumbarme cuando sienta sus incoherencias, sus desuniones, el trato de menosprecio y como me apartaron de lo único que me quedaba.”

Todas las mañanas, antes de acudir a la tienda de Stanton street, Rebeca continua con su rutina de correr por Central Park, unos cuarenta minutos que estimulan su cuerpo y la hacen sentirse en plena forma. Después de darse una ducha y tomar un desayuno ligero a base de frutas y yogurt se encamina a su trabajo donde es feliz durante unas horas haciendo lo que más le gusta, diseño y moda. Después del almuerzo se sienta en su despacho a la dureza de las cuentas, las relaciones públicas y comerciales. La última hora del día lo dedica a Marlene sentada delante del ordenador hablan de todo lo que las inquieta e interesa. A veces aparece Tommy en brazos de Marlene y juega con él a distancia. – Estoy pensando en que deberíamos viajar a Dusseldorf. Desde que me propusiste que nos casáramos y tener nuestro propio espacio, no hago más que darle vueltas.- Le expone con cierta inquietud. – No sé lo que haré allí, no encuentro nada que me estimule a este viaje. – Marlene quisiera tener a Rebecca entre sus brazos para consolar esa apatía con la que se expresa. Desde luego, no es una tarea fácil llegar a Koningsbrunm y presentarse ante la familia Lahnstein. Para Rebecca es un esfuerzo ímprobo, no le apetece nada encontrarse con la causa de sus males y su alejamiento. – Se lo difícil que es Rebecca. Te entiendo, pero nuestras familias están allí, por muy disfuncionales que seáis los Lahnstein son tu familia. Además Elena ha regresado para quedarse definitivamente en la Universidad de Colonia, ella será un buen apoyo.- 
Durante días hablan sobre el tema sin que Rebecca resuelva en tomar una decisión firme.

Cierto día que Rebecca despacha en su lugar de trabajo, a media tarde recibe una llamada de Marlene, algo extraño, pues en media hora o poco más, hablarían por las ondas. - Dime, ¿Qué pasa? – Expresa con preocupación al contestar. – No te lo vas a creer, mañana voy a verte, me traslado a Nueva York.- Le expresa muy contenta. – Te llamo porque después no podré. Estaré con Yakov en la agencia arreglando papeles y no sé a que hora acabaremos. ¿Qué te parece la noticia? – Rebecca no sale de su asombro. Responde balbuceante que le parece muy bien. Por lo inesperado de la noticia no sabe que decir. En un principio se alegra de que Marlene regrese a la ciudad y está segura de que compartirán su vida durante un tiempo. Para ella es una felicidad poder cumplir esa ilusión. El debut en Brodway no se produciría hasta Enero. Llegará con dos meses de adelanto lo que supone dos meses de felicidad anticipada.  

La terminal del John F. Kennedy es un bullicio enorme. Rebecca se ha desplazado hasta allí para recoger a Marlene, Tommy y Roselyn que vienen acompañados de un voluminoso equipaje. Está impaciente por verlas aparecer, el cartel anuncia que el avión ha aterrizado hace ya treinta y cinco minutos y no hay signos de que aparezcan por la puerta de salida. Por fin se abre la dichosa puerta y salen los tres. Marlene y Roselyn con sendos carros llenos de maletas, Tommy va sentado encima de la maleta más alta del carro que empuja Marlene. Rebecca mira con candor los ojos de su novia embelesada. Se besan discretas y pronto Tommy se tira en brazos de Rebecca y la abraza con fuerza. – Te ha cogido mucho cariño, cada vez que te ve es una fiesta para él.- Le dice Marlene, Roselyn sonríe y saluda con afecto a Rebecca. Acomodadas en el todoterreno de Rebecca se trasladan al apartamento de la calle 78. Después del esfuerzo de subir todo aquel equipaje y colocarlo en sitio conveniente, por fin se sientan en la barra de la cocina a tomar un refresco. Tommy se tira a la piscina de bolas según entra por la puerta y desaparece entre sus juegos. Roselyn se dedica a colocar la ropa del niño y la suya en las habitaciones correspondientes. La cara de cansancio de Marlene es evidente. De una maleta pequeña extrae una carpeta y la abre. Le cuenta a Rebecca que ya tiene el contrato para Brodway. Empezará los ensayos en cuatro semanas. – Yakov me ha dejado libre hasta entonces y lo primero que he pensado, es que quiero estar contigo. En los Angeles no tenía nada que hacer y aquí me tienes. Soy toda tuya. – Rebecca es todo felicidad, besa, ahora sí, amorosamente a Marlene.
Nada le gusta más que tener a su lado al amor de su vida y la alegría que supone que en un tiempo no lejano estarán casadas y unidas para siempre. Pero antes hay que pasar el trago Lahnstein, algo poco apetecible para Rebecca pero a fin de cuentas necesario.

Después de cenar Marlene y Rebecca se sientan cogidas de la mano en el diván frente a la cristalera mirando hacia Central Park que ya luce con toda su iluminación artificial y al otro lado el Uper West Side. Una copa de vino en la mano y miradas profundas, de vez en cuando un beso y el deseo que crece en ambas, lentamente se van apoyando la una en la otra. Marlene se tumba a lo largo del sofá apoyando su cabeza en las piernas de Rebecca a modo de almohada. Durante un rato continúan hablando hasta que Rebecca se da cuenta que habla sola, Marlene se ha dormido profundamente. El cansancio de un día tan agitado y la emoción de estar de nuevo al lado de su amada la ha relajado en exceso y ha caído en brazos de Morfeo de forma estrepitosa. Cuidadosamente Rebecca se incorpora, coloca un cojín debajo de su cabeza y la arropa con una manta ligera.  - ¡Buenas noches amor mío! – Besa su frente con suave toque y apaga la poca luz que proporcionaba una pequeña lámpara de mesa. Se retira al dormitorio y se acomoda en la cama después de ponerse el pijama. Se dispone a leer, no tiene sueño y así puede matar el rato hasta que el cansancio se apodere de ella. 
Ya entrada la madrugada Rebecca nota que alguien se cuela en la cama junto a ella, es un cuerpo desnudo y caliente que se abraza a su espalda. – ¿Creías que te habías librado de mí? - Le dice Marlene al oído al tiempo que muerde con delicadeza la oreja de Rebecca. - ¡Holaaa! Mi amor. -  Despierta Rebecca y se da la vuelta para poner su rostro frente a ella, la besa con dulce gesto y Marlene le desabrocha el pijama, con rapidez la deja desnuda frente a ella. – Ahora estamos igual. ¿Qué te apetece hacer? – Obvia la respuesta pues Rebecca se enlaza a Marlene boca a boca, pecho con pecho abdomen unidos y entrelazadas sus piernas comienzan a danzar sobre el blanco de las sábanas. El baile es tranquilo pero rítmico, la respiración se agita y esos gemidos apagados por la oclusión de sus labios suena como el discurrir del agua por un arroyo brusco. Llegan al culmen con fragor contenido y al poco se separan agotadas. Ambos cuerpos están humedecidos por el sudor generado durante el acto, pero ellas sonríen de puro placer amoroso. Aunque no es hora me daría una ducha relajante ahora mismo. – Expone Rebecca, solo la posibilidad de despertar a Tommy o que Roselyn las oiga retrae esa propuesta. – Si somos silenciosas no lo rechazo. - Apoya Marlene la idea. - ¿A qué esperamos? – Raudas se levantan y desnudas tal cual estaban se incorporan al baño para allí continuar con esas caricias, besos y gestos de amor entre ellas. 

En Central Park todo es bullicio, estamos en otoño y la vegetación ha comenzado ese cambio hacia el ocaso de las hojas de ciertas plantas y árboles que deciden invernar hasta la próxima primavera desnudando sus ramas. Los ocres, amarillos y verdes se entremezclan por el césped después de la caída de las hojas. El verde manto del suelo permanece inalterable sirviendo de alfombrado. Marlene y Rebecca están sentadas sobre una manta extendida sobre la hierba observando como Tommy corretea delante de Roselyn a la que trae mareada con sus giros y cambios de dirección, todo es un juego para él y se siente feliz, no hace más que reír. Rebecca mantiene el gesto serio y algo pensativo. - ¿Qué te ocurre cariño? – Pregunta Marlene algo intrigada al percatase de la expresión de su novia. Rebecca le dice que está pensando en Koningsbrunm. Buscando una motivación para poder ir a su casa, pero que no la encuentra. Solo ve dificultades y que tiene un miedo atroz a recaer en una depresión mayor que la sufrida. – Voy a estar a tu lado para que eso no ocurra. Siempre te apoyaré y no permitiré que nada te afecte como para que resultes dañada. – Marlene le expresa su actitud de protección y amparo. Acariciando con suavidad la mejilla de su novia le dice que entiende sus motivos, pero que si afronta con serenidad la situación con su familia, las consecuencias serán positivas, aunque ahora no lo tenga tan claro. - ¡Si! Pero me gustaría que lo contemplases desde dentro de mí. Aún me siento hundida con respecto a mi familia.- Marlene la mira profundamente a los ojos. - ¡Estoy dentro de ti! Tu sufrimiento es mi sufrimiento y nada deseo más que lo erradiques de tu alma. Soy tu esposa ya en el corazón y cualquier sentimiento que te afecte, me afecta a mí también. – Le dice con dulzura mirando a sus ojos marrones. Rebecca siente algo de inquietud por las palabras de Marlene, una zozobra feliz por ese pensamiento tan cariñoso. – Creo que todo saldrá bien si vamos juntas? – Expresa  Rebecca, Marlene la mira con misterio. - ¿Vamos juntas a Dusseldorf? – Le pregunta con una sonrisa. - ¡Sí! Sin dudarlo, me parece una idea magnífica. – Le responde con una sonrisa complaciente. El gesto de preocupación en ambas desaparece por una mímica mas gozosa. Enseguida comienzan a hacer planes de viaje. 

El vuelo desde N.York a Colonia transcurre con toda normalidad. Tommy ha dormido casi todo el tiempo, algo importante para la adaptación del niño. A las 9,35 aterrizan y en la sala de espera se encuentra Thomas deseando recibir a la feliz pareja. El encuentro no puede ser mas afectuoso, Marlene abraza a su padre con efusión, el niño se cuelga materialmente de los brazos de Rebecca, luego cede a los brazos de su abuelo para regresar de nuevo con su madre. - ¡Rebecca! Me alegro de verte, es una buena noticia comprobar que te has recuperado.- Le dice como saludo a Rebecca, ella abraza a Thomas con fuerza. - ¡Gracias Thomas! Estoy muy contenta de verte a ti también. – El padre de Marlene no sale de su asombro, nunca ella se había dignado a un afecto tan pronunciado. Se alegra profundamente de ello, pero no le encuentra justificación. Al salir del aeropuerto Marlene le indica que las lleve a  Koningsbrunm. La cara de sorpresa que él expresa, coloca a Marlene en situación de explicar la causa sobre semejante decisión. Rebecca le exterioriza superficialmente que deben aclarar algunas cosas con la familia Lahnstein y que han decidido quedarse en la orangerie. - ¿Y el niño? ¿Qué haréis con Tomy? Nadie de esa familia sabe que existe.- Marlene mira con seriedad a Rebecca. – He pensado que va siendo hora que se sepa que tengo un hijo. La paternidad seguirá siendo un misterio para ellos. No debe llegar a oídos de Tristán ni una sola sospecha. – Marlene enfatiza esta última frase, Thomas asiente certificando que ha recibido el mensaje. Koningsbrunm está vacío, solo Justus les recibe en la entrada del invernadero. Viendo con sorpresa la aparición del pequeño. Mientras se van acomodando aparece Elisabeth que se apea del flamante Mercedes. El saludo entre ella y Rebecca es muy afectuoso. Rebecca siempre ha considerado a Elisabeth como la madre que no tuvo y es la única de la familia que ama sinceramente sin conflictos. El almuerzo en casa de los Wolf se desarrolla con la acostumbrada alegría, Dana y Hagen así como Kim y Emilio completan la mesa. Hagen está especialmente contento por ver a Rebecca recuperada. Aunque él no entrara en conflicto con ella, siempre se ha recriminado el hecho de no haber podido hacer más en aquella desgraciada ocasión, Dana le tenía al tanto y eso le tranquilizaba, pero no se sintió satisfecho en ningún momento. No lo ha manifestado personalmente aún, espera poder confesarse con su hermana en algún momento. Acabada la comida, Dana saca una botella de champán y unas copas. - ¿Hay que celebrar algo? – Pregunta Biggy. Todos se miran mientras Rebecca y Marlene se miran con unas risas. Se cogen de la mano y Marlene toma la palabra. – Rebecca y yo nos hemos prometido, vamos a casarnos.- La cara de sorpresa es manifiesta en todos menos en Dana y Hagen. Ellos se limitan a hacer risas con todos. – Hijas, no puedo más que felicitaros por vuestro arrojo y decisión. Espero que seáis felices toda vuestra vida. – Dicho esto Thomas las abraza con brillo en los ojos, los demás hacen lo mismo deseando felicidad a la nueva pareja. Dana y Hagen siempre han estado informados de todo lo que sucede con Marlene y Rebecca, antes de su encuentro y luego de su vida en común. Recibieron la noticia del compromiso al día siguiente de la declaración de Rebecca, ella y Marlene se lo notificaron personalmente a los dos.

Koningsbrunm; Hogar de Rebecca durante mucho tiempo, hoy lo siente como algo extraño y lejano. La orangerie, sin embargo, es su casa, el lugar en el que desarrollaba su actividad febril de diseño. Cuando su mente se distraía con la imagen de Marlene terminaba por dibujar su rostro o su figura sobre la libreta de trabajo y se quedaba embelesada contemplando esa imagen que había surgido de su mano diestra. Hasta que otra cosa llamaba su atención. Podía pasar horas mirando el rostro de Marlene expresado en el papel. Es tan grande la fuerza de su sentimiento por ella que la abstrae de la realidad con una fuerza imposible de resistir. Descansa en el salón mirando por la ventana hacia el castillo. Allí han de dirigirse para cumplir en la cena con toda la familia. Marlene está vistiéndose en el dormitorio, se coloca el último pendiente y se dirige al encuentro con Rebecca.       - ¡Estás preciosa! – Exclama Rebecca al verla aparecer con un vestido azul claro que realza el oro de su pelo. – Tú si que estás preciosa, vas a impactar a toda tu familia.- Le expresa con dulzura y le da un corto beso muy cariñoso. Rebecca viste un traje verde oscuro con los hombros al aire y sobre ellos un chal blanco hueso con flecos que alargan su figura, destacan el pelo y sus ojos marrones sobre un collar de oro de estilo renacentista. - ¿Nos vamos? – Marlene indica que si. Salen por la puerta y atraviesan el jardín, Marlene cogida del brazo de Rebecca le transmite seguridad y fuerza para sentarse entre sus hermanos con confianza en sí misma. Entran por la puerta principal, en el recibidor está Justus, después de dar la bienvenida, les indica que todos están reunidos en el estudio esperando. 
Con decisión enfilan el pasillo hasta la puerta de la estancia y entran.



 




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