En
casa
Dana espera en el vestíbulo de la terminal
del aeropuerto de Düsseldorf. El vuelo en el que viaja Marlene ha llegado sin
contratiempos. Debería surgir pronto por
la puerta de salida de viajeros. Aparece sonriente, muy alegre se abraza
a su hermana. Se desplazan hasta Düsseldorf por la autopista al encuentro del
padre de ambas. Mientras circulan por la autopista, Dana aprecia cierta alegría
en el rostro de su hermana, le pregunta cual es el motivo de esa cara de
felicidad. – ¡He visto a Rebecca!-
Dana se sorprende poniendo gesto serio. Marlene aprecia un gesto extraño en su
hermana. - ¿Pasa algo que deba saber?-
Pregunta Marlene con algo de asombro.-
¡No! ¡Nada! Es que no me lo esperaba. ¿Te la has encontrado así de repente?-
Dana responde dubitativa. - ¡Sí! Fue toda
una sorpresa. ¿Sabes que tiene un éxito tremendo con su nueva marca? M&R.- Le dice. - ¿M&R?- Pregunta Dana con gesto de asombro. - Marlene y Rebecca.- Dana se siente
incómoda, le intranquiliza seguir con la conversación. - No quiero saber nada. No creo que sea buena idea seguir hablando de
ello.- Marlene no entiende la respuesta de su hermana. - ¿Porqué? ¿Es que me he perdido algo?- Dana no contesta a la
pregunta de Marlene. Se escuda en un mutismo inacabable. - ¡Ya me lo contarás!- Mira
muy extrañada a su hermana.
Marlene había reaparecido diez meses
después de romper con Rebecca. Hasta entonces no tuvo noticia de ella. El
primer encuentro entre ambas sucedió en el cumpleaños de Dana, nada más llegar
a Düsseldorf. Un saludo un poco frio, Rebecca extendió su mano, Marlene la tomó
del brazo y se acercó hasta el contacto de un ligero abrazo. Un suave abrazo
que despertó el sentimiento en ambas. Rebecca se estremeció entre sus brazos,
pero no fue capaz de exteriorizarlo, Marlene tuvo la misma sensación, pero la
percibió alejada y mantuvo una distancia discreta. Demasiados acontecimientos en ese día, en el
corto espacio que lleva del aeropuerto a la casa de su padre. Marlene se había
reencontrado con Hagen, al que daban por muerto y después Rebecca. Regresaba a la
casa familiar después de mucho tiempo y algunas vicisitudes que no debía
mostrar. - ¿Cómo estás? – Le dijo
Marlene.. - ¡No muy bien!- Rebecca no
podía mentirle. - ¿El trabajo, acaso?-
Volvió a preguntar. -¡Sí, si! -
¡Mentía! Estaba encubriendo sus sentimientos. Aquel encuentro fue una sorpresa
para Rebecca, creyó esperanzada igual que Marlene, que algo más podría ocurrir.
¡Pero no! Todo siguió un guión de distancia que parecía premeditada. No fueron
capaces de dar un paso adelante. Rebecca estaba muy estresada por el trabajo y
el estado de euforia de Marlene no le permitió detectar esas señales que
siempre fue capaz de descubrir con una simple mirada a los ojos de Rebecca.
En los dos meses siguientes
en que Marlene permaneció en Düsseldorf se encontraron en diversos sitios. Cada
encuentro estaba rodeado de una cierta nostalgia. Las miradas mutuas se notaban
alegres por haberse visto, a veces se cortejaban sin darse cuenta de ello, mostrando que algún rescoldo quedaba de una
relación tan intensa. Marlene volvió a trabajar para la Lahnstein Corp. Esta
vez en un cargo ejecutivo a la sombra de Hagen y que nada tenía que ver con Rebecca.
Poco a poco se fueron distanciando de nuevo, la vida no les facilitó
relacionarse con más asiduidad. Mientras Marlene entraba en una fase de trabajo
absorbente, Rebecca abandonaba el suyo poco a poco. Al poco tiempo su hermano
Sebastián a propuesta de Tania prescindió de su labor. Ella abandonó el taller
de costura de la LCL y se recluyó en la Orangerie. Poco antes Marlene había
decidido regresar a Los Ángeles, el tener cerca a Rebecca y no poder estar a su
lado resultaba un fastidio, a veces angustioso, sobre todo cuando se
encontraban en algún acontecimiento y no aparecían síntomas ni propósitos para
emprender una nueva aventura romántica. Aquella situación no despegaba ni había
indicios que fuese a ocurrir. Con esta ausencia de señales, pensó que lo mejor era regresar
a California e intentar olvidar. Han pasado casi dos años desde aquel nuevo
distanciamiento. Hoy todo es distinto, después de lo sucedido en New York, el
reencuentro no ha podido ser más prometedor.
– Que maravilla de día me recibe mi tierra.
– Pensaba durante el viaje
a casa. Al día siguiente de su llegada visita a Olly en el nuevo “No Limits”.
El local es ahora de Olly en sociedad con Tristán, sigue estando igual, nada ha
cambiado desde que se marchara por segunda vez. Al entrar es él quien primero
repara en su presencia desde detrás de la barra. Deja todo y se acerca
corriendo para abrazarla. La levanta del suelo y gira con ella en brazos. La
alegría es mutua. Al momento se acerca Jessie, la camarera, que también la
recibe muy afectuosa. Tanto jaleo atrae la atención de Tristán que está detrás de
la barra revisando unos papeles. Se pone de pie
y se acerca hacia ellos para reconocer la figura sonriente de Marlene. Al
llegar a su altura. - ¡Marlene!- Ella
le responde con frialdad. - ¡Hola
Tristán!- Estrechan sus manos como buenos amigos. – ¡Mucho tiempo! – Exclama él. –
¡Sí!- Responde ella. - ¿Cómo te va
por Los Angeles?- Pregunta con cierta curiosidad. –
Bien, muy bien.- Le contesta. - ¡Ajá!-
La conversación se desenvuelve en un tono de frialdad. No hay motivo de calidez entre
ambos. El pasado todavía cuenta y tanto él como ella no olvidan. Marlene le
cuenta lo del mundo del teatro. Como
llegó a ello y lo a gusto que trabaja. Al nombrarle New York, Tristán le cuenta
que Rebecca se había marchado a esa ciudad dejando todo empantanado en la Lahnstein
Corp. Con sus dotes de actriz ya más experta le contesta. - ¿No me digas? No tengo noticias suyas desde que regresé a California.-
Tristán la mira con escepticismo. Rebusca en su mente fases del pasado. - ¿Estás segura? Con tus dotes de actriz nunca
me he convencido cuando actúas o nó.- Marlene le mira con indolencia.- Puedes pensar lo que quieras. No he
venido para discutir.- Con una cínica sonrisa le responde que sabe cual es el
motivo de la visita. – Tengo tu
liquidación de la venta del negocio preparada desde hace tiempo. Me lo recordó
Dana un día. Supongo que la enviaste para eso.- Y es cierto, en una ocasión
hizo ese encargo a su hermana. Que se lo sugiriera con discreción, para no
herir la susceptibilidad de Tristán. Pero se ve que a él no se le escapa ningún
detalle. Después de todos los sucesos ocurridos a partir de la fallida boda. Siempre
ha tenido la sensación que, aparte de muy inteligente, era un poco
esquizofrénico. - ¿Sabes que Rebecca
estuvo en tratamiento psiquiátrico después que te marchaste?- Tristán no puede
dejar de vengarse de Marlene. Cualquier cosa que le pueda hacer daño es una
fiesta para él. Todo lo que se refiera a
su propia hermana lo emplea como arma arrojadiza en contra suya. Marlene se detiene un segundo. Eso no lo
sabe, tampoco Rebecca se lo relató. – Mi
hermana me ha tenido informada. ¡Si lo sé!- En este momento tiene que
inventarse el embuste y miente bellacamente. No quiere darle el placer de
sentirse vencedor en esta ni en ninguna contienda con él. No busca tampoco un
enfrentamiento innecesario y si no le da importancia a lo que le diga, para
agredir su sensibilidad, piensa que dejará de hacerlo. Las pocas dudas que tiene sobre su actitud
se despejan, Tristán no le ofrece garantías. Su comportamiento agresivo y
vengativo significa que sigue sin recuperarse a pesar del tiempo pasado. Tiene
la sensación que cada vez que se halla cerca, a él se le nubla el pensamiento y
actúa con una sola intención ¡Hacerle daño! No lo soporta y se alegra que se
cierre este último capítulo económico, el único que aún les vinculaba de alguna
forma. Todavía alberga en su corazón una última cuestión, pero nunca se lo
desvelará.
Liquidados los papeles y cerrado el
contrato que aún les ligaba en aquel negocio. Marlene abandona el local muy
satisfecha, y con una buena liquidación. Después de que Tristán le contara ese posible problema de Rebecca, germina en su ánimo un sentimiento de curiosidad
y preocupación por ella, necesita saber que le ha pasado. Antes de salir del
local acuerda con Olly y Cristhian cenar esa noche en Schneiders. Ya fuera del local toma el teléfono y hace
una llamada. - ¿Ricardo? ¡Sí, soy yo!-
Empieza una nueva charla con Méndez, quien fuese el portador de las peores
noticias para una cantante como ella. Comunicarle que había perdido su voz. Hoy compartirá cena con sus mejores amigos.
También Dana se unirá a la cena. Son pocos días y hay que aprovecharlos para
compartir con los amigos.
La cena en Schneiders resulta de lo más
agradable. Cristhian y Olly siguen siendo los mismos, amables, dicharacheros,
una compañía especial y unos amigos de verdad. Ricardo si ha cambiado algo en
lo físico. Ha adelgazado y se le vé más sereno y maduro. Viste con mejor estilo
y por fin va siempre bien afeitado. -¿Y
cómo te va con el teatro?- Le pregunta Cristhian con curiosidad.- Me voy identificando. No es lo mismo que
la revista musical pero empiezo a disfrutar con este trabajo. – De repente se pone misteriosa. Quiere hablar
de Rebecca para enterarse de cuan cierto es lo que Tristán le ha comentado. - ¿Sabéis quien ha asistido a mi estreno de
Shakespeare en Central Park?- Los tres varones se miran entre sí
completamente despistados, luego a ella y a Dana, que no puede evitar una
sonrisa a comprobar que su hermana quiere hablar de Rebecca. - ¿Alguien famoso? ¿El presidente?- Sin
esperar más opiniones lo dice resuelta. -
¡Rebecca!- La mirada de sorpresa manifiesta lo inesperado. -¿Rebecca? ¿Nuestra Rebecca? ¿Tu Rebecca?-
No comprende la cara de sorpresa de ellos. -
¡Claro Olly! Mi Rebecca. No hay otra.- Ricardo es quien le dice. - Pues nos acabas de alegrar la noche.- Mirando
con aire serio a Dana, que hace un gesto de disculpa mirando a Marlene. Les
cuenta lo ocurrido antes y después del estreno. Todo lo que concierne a sus
sentimientos y las sensaciones que experimentó. La tienda de M&R, y los
infinitos paseos por la ciudad hablando de si mismas. En un momento de la
charla, Marlene le pregunta a Ricardo si era cierto el problema psicológico de Rebecca.
-
Tristán me ha dicho algo de psiquiatra.- Ricardo mira a Dana que asiente y él
responde con gesto preocupado. - ¡Sí!
Durante un tiempo me tuvo muy nervioso.- Marlene se pone inquieta pero pausada.
–
¿Qué le pasó? - En este punto mira a Dana con gesto recriminatorio. Ella
esconde la mirada como queriendo huir. Ricardo y Olly le van contando de forma
alternativa todo lo ocurrido. - Al
principio solo era apatía, después desidia y más adelante se volvió muy regresiva
y violenta. Agredió a Tristán en un acceso de ira. Le echaba a él la culpa de
todo lo malo que le ocurría. Incluso de que tú la abandonaras. ¡Se fue de la
realidad! Dejó de ser creativa para convertirse en autodestructiva. Ahora nos
haces felices al saber que está bien.
Que os halláis encontrado, puede ser el
fin de su letargo.- Olly quiere quitarle el desasosiego a Marlene. - Cuando se marchó a New York, en teoría
estaba bastante equilibrada, aunque sin interés por la vida. No sé nada de ella
desde entonces. Me alegra saber que está bien. – Marlene quiere saber más. -
¿Alguna vez os habló de mi? Alguna cosa, ¡O que se yo! - Pregunta. Marlene
necesita saber si es ella la causa de todo el problema. Se siente inquieta, quiere conocer el motivo
de tanto desequilibrio. El tono de su voz es de nerviosismo. Los demás lo
captan, Cristhian le cuenta. – Ni mucho ni poco. Cuando lo hacía se
expresaba desde la nostalgia. A veces terminaba llorando. Te nombraba con todo
el cariño del que era capaz. Siempre pensé que seguía enamorada de ti y te echaba
de menos.- Ella necesita más. - ¿Cuándo empezó a estar así de mal?-
Ricardo le cuenta que en la LCL comenzaron a dejarla de lado cuando su veta creativa
empezó a apagarse. Dejó de tener el protagonismo anterior y poco a poco la
fueron marginando. Entró en crisis a partir de una pelea verbal con Sebastián y
Tania. Después le siguió un capítulo depresivo de carácter leve para
transformarse en poco tiempo en severo. Sus ataques de nervios la llevaron a
agredir violentamente a Tristán en “No Limits”. A lo que siguió un ingreso en
una clínica psiquiátrica. Allí estuvo varios días hasta que se recuperó. Marlene quiere culparse sin sentido de ello. -Y yo la abandoné pensando que ya no le
interesaba.- Olly se fija en el cristalino de Marlene, está a punto de
lágrima. – No debes pensar eso. No podías saber lo que ocurrió. Por entonces ya
te habías marchado. Ella estaba en pleno conflicto por su situación en la LCL.
- Marlene vuelve a intervenir. - ¡Desconocía esa situación! Tal vez si
hubiese estado mas cerca…- Cristhian le aclara. – Tampoco habrías podido hacer nada. Ese nuevo enfrentamiento con sus
hermanos le hizo mucho daño psicológico y afectivo, era el enésimo y no pudo
soportarlo, tu ausencia era en aquel momento lo menos importante para ella.-
Marlene insiste en su idea. – Si hubiese
podido estar a su lado… - Esta vez es Olli quien rebate a Marlene. - No puedes saberlo. Es posible que hubiese
sido bueno, pero también peligroso, en su estado mental también te podría haber
arrastrado. Las cosas son como vienen. Ya no puedes cambiarlas. Ahora toca
recoger los pedazos después del desastre. – Ricardo intercede. - Quizás fuese bueno que no estuvieses entonces pero estés ahora.-
Se muestra como un amigo leal y le hace ver que el futuro puede ser más
esperanzador ahora que hace un año. Continuaron hablando hasta que el
restaurante prácticamente cerró. Cuando se quedó a solas con su hermana, no
hizo falta preguntarle, Dana se confesó sin que Marlene se lo pidiera. Nunca le
dijo nada de todo lo acontecido con Rebecca por expreso deseo de la propia Rebecca.
Aun sabiendo que estaba mal no quería que su sufrimiento fuera la causa de un
regreso que quizás Marlene no desease hacer. No quería obligarla. – ¡Dana! Estoy enamorada de Rebecca. La
quiero como no he querido a nadie. Respeto tu honestidad para con ella. Pero ¡Debiste
decírmelo! ¡Soy tu hermana!- Dana
trata de ser honesta. - ¡Lo sé! Me
arrepentí en el mismo momento que le hice esa promesa a Rebecca. Pero ¿Qué
podía hacer?-
En este último año Marlene es la primera
visita que efectúa a Düsseldorf. Los
trabajos en el teatro han alargado la ausencia más tiempo del que ella
misma hubiese deseado. No conocer, en su momento, el lamentable estado
emocional de Rebecca le causa una gran perturbación. Cuando regrese a New York se
ocupará de ello.
Una visita ineludible es la que realiza antes
de partir a LCL. No podía dejar de visitar a su amiga Tania antes de regresar a
New York. Su amiga y perturbación constante. Cuando se presenta en la puerta
del despacho, Tania frunce el entrecejo. -
¡No puedo creer lo que estoy viendo! La
amiga pródiga regresa a casa.- Marlene no oculta cierta frialdad pero se
abrazan con afabilidad. – ¡Yo también te
quiero!- Le dice con ironía. Marlene acerca una silla hacia la mesa de
Tania. Durante un rato charlan sobre la vida de Marlene en Los Angeles y Tania
le cuenta cosas de la familia Lahnstein, las conspiraciones y los escándalos de
algunos de sus miembros, como de costumbre. En un momento de la conversación
surge el nombre de Rebecca. Tania se pone tensa. – Dejó
de ser la gran diseñadora que era. Se convirtió en un mero espécimen que vagaba
por el castillo y de vez en cuando venía por aquí a dar la lata. La tuve que
despedir. No la he vuelto a ver. Sé que se ha marchado, una alegría para
Düsseldorf.- Marlene se encoleriza. -
¿Sabes que tuvo una depresión y ha estado en tratamiento psiquiátrico? - Marlene
le pregunta con agresividad. -¡Sí! ¡Lo
sé! Pero no le sirvió de nada. Se fue hecha una mierda.- De nuevo el
cólera, Marlene se sosiega. - ¡La he
visto en New York! Está perfectamente y triunfando como diseñadora.- Tania
abre los ojos sorprendida mirando con actitud despreciativa. - ¡No lo
sabía! Me alegro que le vaya bien.- Marlene toma aire en profundidad. Está muy indignada por los
comentarios de la que ya considera su ex amiga. La mirada no puede ser mas
hostil. No tolera ese comportamiento en alguien que siempre había apreciado y
respetado. - Como siempre el sello de los
Lahnstein. Nadie fue capaz de ayudarla cuando lo necesitó. Pero la compañía, si
que la necesitaba para su propio beneficio. La habéis explotado hasta la extenuación
y, cuando es ella la que os necesita, la abandonáis para que se pudra por
improductiva. Ella sola vale mas que todos vosotros juntos. Ella sola,
¿Entiendes? Se ha levantado sin ayuda de nadie. Cuando me he encontrado con
ella la he visto cambiada sí, pero feliz de no teneros cerca.- Tania se
percata de la indignación de Marlene. El tono de su reprimenda le indica que
puede ser el fin de su relación. - ¿Sabes
una cosa? Cuando quisiste meterme en uno de tus escándalos para promocionar le
empresa, me importó menos, que lo que le habéis hecho a Rebecca tú y sus
hermanos. Sabes que la amo y que me importa más ella que yo misma. Comprenderás
que mi indignación sea grandiosa. Hasta ahora he querido ser correcta en
nuestra amistad con todo la que has intentado,
pero lo que siempre has estado cosechando, ya lo has conseguido. ¡Da por
finalizada nuestra amistad! Y a los Lahnstein que les den. - Sin más
explicaciones se levanta de la silla y sale del despacho con aire decidido. Al
llegar a la puerta se da la vuelta y con tono de desagrado le espeta. – Por cierto ¡Coloca tu la silla! Y cierra
la puerta.- Dando un giro con gran altivez, se aleja con paso firme.
Así es Francisco ya era hora que alguien pusiera en su lugar a esa familia de mierda,ya que le hicieron mucho daño a rebeca
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