Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 12 de octubre de 2018

7ª Entrega


En casa


Dana espera en el vestíbulo de la terminal del aeropuerto de Düsseldorf. El vuelo en el que viaja Marlene ha llegado sin contratiempos. Debería surgir pronto por  la puerta de salida de viajeros. Aparece sonriente, muy alegre se abraza a su hermana. Se desplazan hasta Düsseldorf por la autopista al encuentro del padre de ambas. Mientras circulan por la autopista, Dana aprecia cierta alegría en el rostro de su hermana, le pregunta cual es el motivo de esa cara de felicidad. – ¡He visto a Rebecca!- Dana se sorprende poniendo gesto serio. Marlene aprecia un gesto extraño en su hermana. - ¿Pasa algo que deba saber?- Pregunta Marlene con algo de asombro.- ¡No! ¡Nada! Es que no me lo esperaba. ¿Te la has encontrado así de repente?- Dana responde dubitativa. - ¡Sí! Fue toda una sorpresa. ¿Sabes que tiene un éxito tremendo con su nueva marca?  M&R.- Le dice. - ¿M&R?- Pregunta Dana con gesto de asombro. - Marlene y Rebecca.- Dana se siente incómoda, le intranquiliza seguir con la conversación. - No quiero saber nada. No creo que sea buena idea seguir hablando de ello.- Marlene no entiende la respuesta de su hermana. - ¿Porqué? ¿Es que me he perdido algo?- Dana no contesta a la pregunta de Marlene. Se escuda en un mutismo inacabable. - ¡Ya me lo contarás!-  Mira muy extrañada a su hermana.

Marlene había reaparecido diez meses después de romper con Rebecca. Hasta entonces no tuvo noticia de ella. El primer encuentro entre ambas sucedió en el cumpleaños de Dana, nada más llegar a Düsseldorf. Un saludo un poco frio, Rebecca extendió su mano, Marlene la tomó del brazo y se acercó hasta el contacto de un ligero abrazo. Un suave abrazo que despertó el sentimiento en ambas. Rebecca se estremeció entre sus brazos, pero no fue capaz de exteriorizarlo, Marlene tuvo la misma sensación, pero la percibió alejada y mantuvo una distancia discreta.  Demasiados acontecimientos en ese día, en el corto espacio que lleva del aeropuerto a la casa de su padre. Marlene se había reencontrado con Hagen, al que daban por muerto y después Rebecca. Regresaba a la casa familiar después de mucho tiempo y algunas vicisitudes que no debía mostrar. - ¿Cómo estás? – Le dijo Marlene.. - ¡No muy bien!- Rebecca no podía mentirle. - ¿El trabajo, acaso?- Volvió a preguntar. -¡Sí, si! - ¡Mentía! Estaba encubriendo sus sentimientos. Aquel encuentro fue una sorpresa para Rebecca, creyó esperanzada igual que Marlene, que algo más podría ocurrir. ¡Pero no! Todo siguió un guión de distancia que parecía premeditada. No fueron capaces de dar un paso adelante. Rebecca estaba muy estresada por el trabajo y el estado de euforia de Marlene no le permitió detectar esas señales que siempre fue capaz de descubrir con una simple mirada a los ojos de Rebecca. 
En los dos meses siguientes en que Marlene permaneció en Düsseldorf se encontraron en diversos sitios. Cada encuentro estaba rodeado de una cierta nostalgia. Las miradas mutuas se notaban alegres por haberse visto, a veces se cortejaban sin darse cuenta de ello,  mostrando que algún rescoldo quedaba de una relación tan intensa. Marlene volvió a trabajar para la Lahnstein Corp. Esta vez en un cargo ejecutivo a la sombra de Hagen y que nada tenía que ver con Rebecca. Poco a poco se fueron distanciando de nuevo, la vida no les facilitó relacionarse con más asiduidad. Mientras Marlene entraba en una fase de trabajo absorbente, Rebecca abandonaba el suyo poco a poco. Al poco tiempo su hermano Sebastián a propuesta de Tania prescindió de su labor. Ella abandonó el taller de costura de la LCL y se recluyó en la Orangerie. Poco antes Marlene había decidido regresar a Los Ángeles, el tener cerca a Rebecca y no poder estar a su lado resultaba un fastidio, a veces angustioso, sobre todo cuando se encontraban en algún acontecimiento y no aparecían síntomas ni propósitos para emprender una nueva aventura romántica. Aquella situación no despegaba ni había indicios que fuese a ocurrir.  Con esta  ausencia de señales, pensó que lo mejor era regresar a California e intentar olvidar. Han pasado casi dos años desde aquel nuevo distanciamiento. Hoy todo es distinto, después de lo sucedido en New York, el reencuentro no ha podido ser más prometedor.       

– Que maravilla de día me recibe mi tierra. – Pensaba durante el viaje a casa. Al día siguiente de su llegada visita a Olly en el nuevo “No Limits”. El local es ahora de Olly en sociedad con Tristán, sigue estando igual, nada ha cambiado desde que se marchara por segunda vez. Al entrar es él quien primero repara en su presencia desde detrás de la barra. Deja todo y se acerca corriendo para abrazarla. La levanta del suelo y gira con ella en brazos. La alegría es mutua. Al momento se acerca Jessie, la camarera, que también la recibe muy afectuosa. Tanto jaleo atrae la atención de Tristán que está detrás de la barra revisando unos papeles. Se pone de pie  y se acerca hacia ellos para reconocer la figura sonriente de Marlene. Al llegar a su altura. - ¡Marlene!- Ella le responde con frialdad. - ¡Hola Tristán!- Estrechan sus manos como buenos amigos. – ¡Mucho tiempo! – Exclama él. – ¡Sí!- Responde ella. - ¿Cómo te va por Los Angeles?- Pregunta con cierta curiosidad. – Bien, muy bien.- Le contesta. - ¡Ajá!- La conversación se desenvuelve en un tono de  frialdad. No hay motivo de calidez entre ambos. El pasado todavía cuenta y tanto él como ella no olvidan. Marlene le cuenta lo  del mundo del teatro. Como llegó a ello y lo a gusto que trabaja. Al nombrarle New York, Tristán le cuenta que Rebecca se había marchado a esa ciudad dejando todo empantanado en la Lahnstein Corp. Con sus dotes de actriz ya más experta le contesta. - ¿No me digas? No tengo noticias suyas desde que regresé a California.- Tristán la mira con escepticismo. Rebusca en su mente fases del pasado. - ¿Estás segura? Con tus dotes de actriz nunca me he convencido cuando actúas o nó.- Marlene le mira con indolencia.- Puedes pensar lo que quieras. No he venido para discutir.- Con una cínica sonrisa le responde que sabe cual es el motivo de la visita. – Tengo tu liquidación de la venta del negocio preparada desde hace tiempo. Me lo recordó Dana un día. Supongo que la enviaste para eso.- Y es cierto, en una ocasión hizo ese encargo a su hermana. Que se lo sugiriera con discreción, para no herir la susceptibilidad de Tristán. Pero se ve que a él no se le escapa ningún detalle. Después de todos los sucesos ocurridos a partir de la fallida boda. Siempre ha tenido la sensación que, aparte de muy inteligente, era un poco esquizofrénico. - ¿Sabes que Rebecca estuvo en tratamiento psiquiátrico después que te marchaste?- Tristán no puede dejar de vengarse de Marlene. Cualquier cosa que le pueda hacer daño es una fiesta  para él. Todo lo que se refiera a su propia hermana lo emplea como arma arrojadiza en contra suya.  Marlene se detiene un segundo. Eso no lo sabe, tampoco Rebecca se lo relató. – Mi hermana me ha tenido informada. ¡Si lo sé!- En este momento tiene que inventarse el embuste y miente bellacamente. No quiere darle el placer de sentirse vencedor en esta ni en ninguna contienda con él. No busca tampoco un enfrentamiento innecesario y si no le da importancia a lo que le diga, para agredir su sensibilidad, piensa que dejará de hacerlo.  Las pocas dudas que tiene sobre su actitud se despejan, Tristán no le ofrece garantías. Su comportamiento agresivo y vengativo significa que sigue sin recuperarse a pesar del tiempo pasado. Tiene la sensación que cada vez que se halla cerca, a él se le nubla el pensamiento y actúa con una sola intención ¡Hacerle daño! No lo soporta y se alegra que se cierre este último capítulo económico, el único que aún les vinculaba de alguna forma. Todavía alberga en su corazón una última cuestión, pero nunca se lo desvelará.

Liquidados los papeles y cerrado el contrato que aún les ligaba en aquel negocio. Marlene abandona el local muy satisfecha, y con una buena liquidación. Después de que  Tristán le contara ese posible  problema de Rebecca,  germina en su ánimo un sentimiento de curiosidad y preocupación por ella, necesita saber que le ha pasado. Antes de salir del local acuerda con Olly y Cristhian cenar esa noche en Schneiders. Ya fuera del local toma el teléfono y hace una llamada. - ¿Ricardo? ¡Sí, soy yo!- Empieza una nueva charla con Méndez, quien fuese el portador de las peores noticias para una cantante como ella. Comunicarle que había perdido su voz. Hoy compartirá cena con sus mejores amigos. También Dana se unirá a la cena. Son pocos días y hay que aprovecharlos para compartir con los amigos.

La cena en Schneiders resulta de lo más agradable. Cristhian y Olly siguen siendo los mismos, amables, dicharacheros, una compañía especial y unos amigos de verdad. Ricardo si ha cambiado algo en lo físico. Ha adelgazado y se le vé más sereno y maduro. Viste con mejor estilo y por fin va siempre bien afeitado. -¿Y cómo te va con el teatro?- Le pregunta Cristhian con curiosidad.- Me voy identificando. No es lo mismo que la revista musical pero empiezo a disfrutar con este trabajo. – De repente se pone misteriosa. Quiere hablar de Rebecca para enterarse de cuan cierto es lo que Tristán le ha comentado. - ¿Sabéis quien ha asistido a mi estreno de Shakespeare en Central Park?- Los tres varones se miran entre sí completamente despistados, luego a ella y a Dana, que no puede evitar una sonrisa a comprobar que su hermana quiere hablar de Rebecca. - ¿Alguien famoso? ¿El presidente?- Sin esperar más opiniones lo dice resuelta. - ¡Rebecca!- La mirada de sorpresa manifiesta lo inesperado. -¿Rebecca? ¿Nuestra Rebecca? ¿Tu Rebecca?- No comprende la cara de sorpresa de ellos. - ¡Claro Olly! Mi Rebecca. No hay otra.- Ricardo es quien le dice. - Pues nos acabas de alegrar la noche.- Mirando con aire serio a Dana, que hace un gesto de disculpa mirando a Marlene. Les cuenta lo ocurrido antes y después del estreno. Todo lo que concierne a sus sentimientos y las sensaciones que experimentó. La tienda de M&R, y los infinitos paseos por la ciudad hablando de si mismas. En un momento de la charla, Marlene le pregunta a Ricardo si era cierto el problema psicológico de Rebecca.  - Tristán me ha dicho algo de psiquiatra.- Ricardo mira a Dana que asiente y él responde con gesto preocupado. - ¡Sí! Durante un tiempo me tuvo muy nervioso.- Marlene se pone inquieta pero pausada.  – ¿Qué le pasó? - En este punto mira a Dana con gesto recriminatorio. Ella esconde la mirada como queriendo huir. Ricardo y Olly le van contando de forma alternativa todo lo ocurrido. - Al principio solo era apatía, después desidia y más adelante se volvió muy regresiva y violenta. Agredió a Tristán en un acceso de ira. Le echaba a él la culpa de todo lo malo que le ocurría. Incluso de que tú la abandonaras. ¡Se fue de la realidad! Dejó de ser creativa para convertirse en autodestructiva. Ahora nos haces felices al saber que está  bien. Que os halláis encontrado,  puede ser el fin de su letargo.- Olly quiere quitarle el desasosiego a Marlene. - Cuando se marchó a New York, en teoría estaba bastante equilibrada, aunque sin interés por la vida. No sé nada de ella desde entonces. Me alegra saber que está bien. – Marlene quiere saber más.  - ¿Alguna vez os habló de mi? Alguna cosa, ¡O que se yo! - Pregunta. Marlene necesita saber si es ella la causa de todo el problema.  Se siente inquieta, quiere conocer el motivo de tanto desequilibrio. El tono de su voz es de nerviosismo. Los demás lo captan, Cristhian le cuenta.   – Ni mucho ni poco. Cuando lo hacía se expresaba desde la nostalgia. A veces terminaba llorando. Te nombraba con todo el cariño del que era capaz. Siempre pensé que seguía enamorada de ti y te echaba de menos.-  Ella necesita más. - ¿Cuándo empezó a estar así de mal?- Ricardo le cuenta que en la LCL comenzaron  a dejarla de lado cuando su veta creativa empezó a apagarse. Dejó de tener el protagonismo anterior y poco a poco la fueron marginando. Entró en crisis a partir de una pelea verbal con Sebastián y Tania. Después le siguió un capítulo depresivo de carácter leve para transformarse en poco tiempo en severo. Sus ataques de nervios la llevaron a agredir violentamente a Tristán en “No Limits”. A lo que siguió un ingreso en una clínica psiquiátrica. Allí estuvo varios días hasta que se recuperó.  Marlene quiere culparse sin sentido de ello. -Y yo la abandoné pensando que ya no le interesaba.- Olly se fija en el cristalino de Marlene, está a punto de lágrima.  – No debes pensar eso. No podías saber lo que ocurrió. Por entonces ya te habías marchado. Ella estaba en pleno conflicto por su situación en la LCL. -  Marlene vuelve a intervenir. - ¡Desconocía esa situación! Tal vez si hubiese estado mas cerca…- Cristhian le aclara. – Tampoco habrías podido hacer nada. Ese nuevo enfrentamiento con sus hermanos le hizo mucho daño psicológico y afectivo, era el enésimo y no pudo soportarlo, tu ausencia era en aquel momento lo menos importante para ella.- Marlene insiste en su idea. – Si hubiese podido estar a su lado… - Esta vez es Olli quien rebate a Marlene. - No puedes saberlo. Es posible que hubiese sido bueno, pero también peligroso, en su estado mental también te podría haber arrastrado. Las cosas son como vienen. Ya no puedes cambiarlas. Ahora toca recoger los pedazos después del desastre. – Ricardo intercede. - Quizás fuese bueno que no estuvieses entonces pero estés ahora.- Se muestra como un amigo leal y le hace ver que el futuro puede ser más esperanzador ahora que hace un año. Continuaron hablando hasta que el restaurante prácticamente cerró. Cuando se quedó a solas con su hermana, no hizo falta preguntarle, Dana se confesó sin que Marlene se lo pidiera. Nunca le dijo nada de todo lo acontecido con Rebecca por expreso deseo de la propia Rebecca. Aun sabiendo que estaba mal no quería que su sufrimiento fuera la causa de un regreso que quizás Marlene no desease hacer. No quería obligarla. – ¡Dana! Estoy enamorada de Rebecca. La quiero como no he querido a nadie. Respeto tu honestidad para con ella. Pero ¡Debiste decírmelo! ¡Soy tu hermana!-  Dana trata de ser honesta. - ¡Lo sé! Me arrepentí en el mismo momento que le hice esa promesa a Rebecca. Pero ¿Qué podía hacer?-



En este último año Marlene es la primera visita que efectúa a Düsseldorf. Los  trabajos en el teatro han alargado la ausencia más tiempo del que ella misma hubiese deseado. No conocer, en su momento, el lamentable estado emocional de Rebecca le causa una gran perturbación. Cuando regrese a New York se ocupará de  ello. 
Una visita ineludible es la que realiza antes de partir a LCL. No podía dejar de visitar a su amiga Tania antes de regresar a New York. Su amiga y perturbación constante. Cuando se presenta en la puerta del despacho, Tania frunce el entrecejo. - ¡No puedo creer lo que estoy  viendo! La amiga pródiga regresa a casa.- Marlene no oculta cierta frialdad pero se abrazan con afabilidad. – ¡Yo también te quiero!- Le dice con ironía. Marlene acerca una silla hacia la mesa de Tania. Durante un rato charlan sobre la vida de Marlene en Los Angeles y Tania le cuenta cosas de la familia Lahnstein, las conspiraciones y los escándalos de algunos de sus miembros, como de costumbre. En un momento de la conversación surge el nombre de Rebecca. Tania se pone tensa.  – Dejó de ser la gran diseñadora que era. Se convirtió en un mero espécimen que vagaba por el castillo y de vez en cuando venía por aquí a dar la lata. La tuve que despedir. No la he vuelto a ver. Sé que se ha marchado, una alegría para Düsseldorf.- Marlene se encoleriza. - ¿Sabes que tuvo una depresión y ha estado en tratamiento psiquiátrico? - Marlene le pregunta con agresividad. -¡Sí! ¡Lo sé! Pero no le sirvió de nada. Se fue hecha una mierda.- De nuevo el cólera, Marlene se sosiega. - ¡La he visto en New York! Está perfectamente y triunfando como diseñadora.- Tania abre los ojos sorprendida mirando con actitud despreciativa.  - ¡No lo sabía! Me alegro que le vaya bien.- Marlene toma aire  en profundidad. Está muy indignada por los comentarios de la que ya considera su ex amiga. La mirada no puede ser mas hostil. No tolera ese comportamiento en alguien que siempre había apreciado y respetado. - Como siempre el sello de los Lahnstein. Nadie fue capaz de ayudarla cuando lo necesitó. Pero la compañía, si que la necesitaba para su propio beneficio. La habéis explotado hasta la extenuación y, cuando es ella la que os necesita, la abandonáis para que se pudra por improductiva. Ella sola vale mas que todos vosotros juntos. Ella sola, ¿Entiendes? Se ha levantado sin ayuda de nadie. Cuando me he encontrado con ella la he visto cambiada sí, pero feliz de no teneros cerca.- Tania se percata de la indignación de Marlene. El tono de su reprimenda le indica que puede ser el fin de su relación. - ¿Sabes una cosa? Cuando quisiste meterme en uno de tus escándalos para promocionar le empresa, me importó menos, que lo que le habéis hecho a Rebecca tú y sus hermanos. Sabes que la amo y que me importa más ella que yo misma. Comprenderás que mi indignación sea grandiosa. Hasta ahora he querido ser correcta en nuestra amistad con todo la que has intentado,  pero lo que siempre has estado cosechando, ya lo has conseguido. ¡Da por finalizada nuestra amistad! Y a los Lahnstein que les den. - Sin más explicaciones se levanta de la silla y sale del despacho con aire decidido. Al llegar a la puerta se da la vuelta y con tono de desagrado le espeta. – Por cierto ¡Coloca tu la silla! Y cierra la puerta.- Dando un giro con gran altivez, se aleja con paso firme.

1 comentario:

  1. Así es Francisco ya era hora que alguien pusiera en su lugar a esa familia de mierda,ya que le hicieron mucho daño a rebeca

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