Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 6 de abril de 2018

Episodio trigésimo tercero


Ella me ama no me ama


Grace se acerca a Marlene en la sala de terapia. - David y yo hemos decidido hacer una fiesta en Nochevieja. - Marlene deposita sus fichas en una mesa. - Suena bien. ¿A qué hora y que debo llevar? - Ella pregunta para aportar algo a la fiesta. - ¡Uh! Lo que quieras beber, tal vez una botella de vino tinto. - Marlene la mira con inquietud. La nota algo nerviosa. - ¿Hay algo que deba saber, Grace? Me parece que estás siendo vaga en tu forma de expresarte. – Pregunta mientras abre una de sus fichas. - Mark va a venir unos días de visita y quiere conocer el hospital. - Marlene pone una mirada inexpresiva.   - No estará pensando en trasladarse aquí. ¿O sí? -  Cuestiona viendo preocupada a Grace. - ¡Uh! No, sólo una visita como dije. Tenía dudas de cómo te sentirías realmente. - Marlene piensa un instante. - Estamos separados y no me siento de ninguna manera. Si él saca los pies del tiesto entonces me iré. – Se muestra tajante. - Preguntó por ti cuando habló con David el otro día. - Marlene gime con lamento. – Espero que él… - Grace la interrumpe. - Se haya dado cuenta de que se ha terminado y que necesita encontrar una nueva vida y quién sabe si ya lo hizo. - Se encogió de hombros. - Sé cuánto luchaste. - Grace la agarra por los hombros. - No te lo dije, recibí un mensaje de texto de Rebecca en Nochebuena, dice que está bien, trabajando tan duro como siempre y que finalmente está evolucionando muy bien. - Marlene baja la cabeza. - Estará bien, sé que te duele, pero no hace daño intentarlo. ¡Quién sabe! Tal vez pronto esté lista para una situación permanente. - Marlene la mira fijamente. - ¡No importa! Necesito encontrar la felicidad. - Termina de hablar mientras recoge el resto de sus fichas y sale de la habitación.

- ¿Has localizado esos patrones para la línea de accesorios? - Rebecca examina la cantidad de papeles en su mesa de trabajo. - ¡Aquí mismo! - Los levanta en la mano.  – Estás de mal humor. ¿Qué pasa? - André pregunta dándole los patrones. - Eric fue a Inglaterra para Navidad y no sé nada de él. - Ella coloca su barbilla sobre el puño. - ¡Ok! ¿Qué sucedió? - Se sienta en el taburete a su lado. - Se enteró de mi relación con Lizette, parecía estar preocupado por mi sexualidad, le expliqué lo que había sucedido, pero él me pareció distante, ahora creo que se avergüenza de mí. – Suspira.  André la increpa. - ¿Qué esperas? Obviamente le gustas mucho, él te envía flores, te lleva a cenar. - Responde sonriendo, Rebecca le empuja con el codo. - ¡Aun así! Me gusta, solo deseaba haber tenido un poco más de comprensión. – Ella se muestra alegre. - Rebecca has pasado los últimos años con una mujer en una relación lésbica, realmente él no esperaba escuchar eso. Estoy seguro de que solo necesita un poco de tiempo para pensarlo, tú eres quien no lo tiene claro cuando las cosas se ponen serias. - Alude con calma. - Recibí una tarjeta de Marlene. – Cambia de tema, no le interesa seguir hablando de su relación con Eric. - ¡Oh, sí! La que amas de verdad. - Traga saliva. - Creo que finalmente está feliz en su trabajo y se está haciendo con un nombre. - Añade con una sonrisa. André la mira. - No será feliz hasta que te tenga. - Le dice sinceramente. - ¡Ah! Tengo trabajo que hacer. – Expone con firmeza. Rebecca se queda sin palabras al verle alejarse.



- ¡Marlene! - Saluda Mark con un gesto de asentimiento cuando entra por la puerta de la casa de David y Grace. - ¡Mark! -  Ella le sonríe algo forzada. - Te veo bien. ¿Cómo están las cosas? - Pregunta amable. - Estoy bien, disfruto de mi trabajo. - Ella responde con sequedad y se mezclan entre los invitados. En un momento de la fiesta Mark se dirige a ella. - ¡Marlene! ¿Puedo hablar contigo en privado? – Él pregunta y se sienta junto a ella en el sofá.  - No creo que sea una buena idea. ¡Mark! No tengo nada que decir y estoy tratando de mantenerme civilizada porque estás aquí. - Responde sin rodeos. - Puedo entender cómo te sientes, pero he tenido tiempo para reflexionar. - Le suplica. - ¡Está bien! – Se levantan y caminan hacia el solárium. - ¿Tienes frío? - Se frota los costados de sus brazos al contacto con el gélido aire exterior. - ¡Estoy bien! Mark si tienes frío volvemos dentro. – Le propone. - ¡No! No, solo quería disculparme por todo lo que salió mal, siento que fue principalmente por mi culpa la situación en la que te puse. - La mira con tristeza. - Mark no debes echarte toda la culpa. Quiero que sepas que no me siento de esa manera, debería haberte contado mi pasado, si hubiera compartido contigo quién era, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, pero no podemos volver. - Ella se expresa con sinceridad. - Solo tengo que saber una cosa, Marlene. - Se apoya contra la pared y cierra los ojos. - ¿Te acostaste con Rebecca? - Ella abre los ojos. - ¿De esto se trata Mark? ¿De verdad? – Él abre los ojos. - Siento que debería saberlo y no creo que esté siendo injusto por preguntar, ya no estamos juntos y necesito saberlo. - Habla racional pero egoísta. - ¡Muy bien! Si, hicimos el amor y lo siento, lo siento. Se nos fue de las manos, pero no voy a mentir, la amo más de lo que imaginas. - Le asegura con firmeza. Él se pasa los dedos por el pelo. - Ahora sé que fue en vano que tratara de recuperarte. ¡Tenías razón! Seguir adelante con la anulación era lo correcto. - Derrama una lágrima mientras habla. – Solo quiero que seas feliz. ¡Mark! Eso es lo importante.  Rebecca también tomó su decisión. – Él se gira para mirarla. - ¿Supongo que decidió quedarse en Alemania? - Él pregunta asombrado. - ¡Si! lo hizo y he de respetar eso. Yo tomé la decisión de regresar a América y empezar de nuevo en un trabajo que me encanta y que siento que puedo crecer en él. - Se explica. – Siento que no funcionara con ella, suena egoísta, pero… -  Deja de hablar por un momento. - No importa lo que pienses de mí o de ella, la situación no va a cambiar el hecho de que Rebecca ha pasado por mucho y necesita tiempo para reparar su mente y encontrarse a sí misma y yo no puedo pararme en su camino. – Termina la ex`licación0 y regresa a la sala. - ¡Grace! Estoy cansada, espero que no te importe, pero yo… - Ve la tristeza en su mirada. - ¿Mark? - Pregunta ella. - ¡Sí! Le dije la verdad sobre Rebecca, que tuvimos una aventura, sabía que me iba a pinchar con ello, yo solo quería que me dejara en paz, estoy segura de que está devastado, le he dejado en el solarium lamiendo sus heridas. – Supone ella y se despide. - Te veré el lunes. – Abandona a Grace y sus compañeros de trabajo dando las buenas noches. Mark regresa al interior buscando a Grace en la cocina, está molesto. - Espero que estés feliz. - Ella lo mira severamente. - Sabías que estaba acostándose con ella. ¿No? - Él arquea la frente con rabia. - ¿Importa lo que yo sabía o no sabía? - Pregunta fríamente, pero con rabia. - Podrías haber sido una amiga. - Ella coloca su vaso sobre el mostrador. - No era mi lugar. Tú sabes que no deberías preguntarme eso. Que se acostara con Rebecca era sólo una parte del problema. Había otros problemas que explicarían muy bien el por qué las cosas no funcionaban Mark.  Deja de mirar a través de las anteojeras cortas y abre tu mente, tienes que seguir adelante y por lo sé ella necesita hacer lo mismo. - Grace deja la cocina, Mark se queda allí irritado con la situación.



- ¿Has pasado un feliz año nuevo? - André pasa por delante de Rebecca. - ¡Sí! Tristán y las chicas han estado aquí y fue una fiesta muy agradable, creo que mi sobrina Bridget será diseñadora. -  Ella bromea feliz. - ¡Hmmm! ¿Cuándo podremos contratarla? – Él cuestiona sabiendo que Bridget es una niña de corta edad. - Dentro de quince años, tal vez. - Replica Rebecca con una sonrisa. - Tengo una carga de papeleo que terminar. -  Ella transmite y da instrucciones. - Asegúrate de que tu colección está bien planchada y colócala en el estante, voy a organizar una sesión de fotos para la próxima semana. -  Acaba y camina hacia las escaleras, Eric la espera de pie en la puerta. - ¡Hola! ¿Cómo estás? - Ella pregunta acercándose a él.  - Estoy bien. ¿Tú? - Él responde, pero a Rebecca le parece distante. - ¿Subimos a mi oficina? – Él la sigue. – Espero que hayas tenido una buena Navidad, siempre es agradable tener tiempo con la familia. - Su sonrisa consigue que su corazón se acelere. - ¡Sí! - Se sienta, ella lo hace frente a él. – Quiero disculparme si te he hecho sentir incómodo conmigo. -  Rebecca se sincera con él, que respira hondo. - Debo admitir que me sorprendió, me dejaste desconcertado. – Habla con honestidad. - He tenido algo de tiempo para pensar y realmente me gustas, Rebecca. – Contiene el aliento por un instante. - ¡Y tú a mí! Nos hemos divertido y desearía verte más. - Se relaja mientras escucha. - Sé que debe ser difícil. – Eric la mira fijamente. - No tiene que serlo, Rebecca, nunca he conocido a nadie como tú. - Le implora y le sonríe con encanto. - ¿Cenamos esta noche? -  Pregunta esperando que ella consienta. - ¿Siete? Si te parece. – Le dice aceptando. -  Te recojo entonces. – Se despide y se marcha. Rebecca se levanta y se acerca a su escritorio. Sonríe al pensar en él, abre su bloc de dibujo y comienza a dibujar.



- ¿Se ha marchado Mark? - Marlene pregunta a David entrando en la estación de enfermeras. – ¡Marlene! Has estado perdida estos últimos días. - Él responde estudiando un expediente. - Tengo una entrevista en unos cuantos minutos de un nuevo interno. - Mira su reloj de pulsera. - Pero para responder tu pregunta.  ¡Sí! Se ha ido anoche, de vuelta a New Haven. - Él coge su barbilla con el dedo índice y pulgar. - ¡Relájate! - Le sonríe.  - Hablamos más tarde. - Suspira moviéndose a su siguiente cita. Marlene termina su trabajo y se sienta en el salón. Allí se relaja y saca su teléfono estudiando el mensaje que Rebecca le había enviado. - ¡Hola! - Grace aparece de improviso. - ¡Hola! - Ella apaga el teléfono y lo mete en el bolsillo - Supongo que estás leyendo el mensaje de Rebecca. -  Ella le sonríe. - Me conoces demasiado bien. -  Ella sonríe entre dientes.  - ¿Tienes pacientes esta tarde? – Le. pregunta Grace. Marlene le responde que ha terminado. - David tiene entrevistas que hacer y me preguntaba si podíamos ir a caminar por la playa antes de la cena, estoy hambrienta de langosta. - Ella se ríe. - ¡Claro! Déjame terminar con estas fichas y estaré lista. – Grace le acaricia el hombro. - Trata de no pensar demasiado en Rebecca que solo te volverás loca. -  Le dice saliendo del salón, Marlene sacude su cabeza, busca su teléfono de nuevo, piensa en las palabras de Grace y lo deja en su bolsillo.  Recoge sus fichas y regresa a su oficina.

Las semanas pasan, Marlene logra permanecer ocupada navegando en su trabajo. Entra en su oficina, busca con la mirada la ficha de un paciente que ha tratado, la ficha parece que falta. De pronto piensa que debe haberla dejado en la estación de las enfermeras, sale de su despacho y se dirige a la estación. Allí apoyada en la mesa hay una jovencita con bata, un estetoscopio sobre sus hombros, el pelo rubio cayendo por los hombros, alegres ojos verdes y su sonrisa muestra unos labios perfectos. - ¡Hola! – Marlene saluda al acercarse. - ¡Oh!  ¡Perdón! - Ella le sonríe recogiendo la ficha y la hojea. - Soy Marlene Wolf. - Ella extiende su mano. - Tracey Connors, Doctora Tracey Connors. – Le corresponde. - ¡Ya veo! Soy fisioterapeuta y buscaba esta ficha. - Ella la apoya en el mostrador. - Y aquí está. -Marlene parece intrigada por la joven y hermosa Dra. Connors, asiente y empieza a alejarse. - ¡Dime señorita Wolf!  Soy nueva aquí. ¿Tendrías tiempo para ir a tomar un café? - Marlene se da media vuelta y la mira. - Tengo un par de citas esta tarde, pero después, si quieres podemos tomar un café en la calle. - Tracey sonríe. - ¿A las cinco? - Tracey da su conformidad y se cierra la cita.

Marlene termina con sus pacientes y se apresura a regresar a su oficina, se quita la bata y la echa sobre la silla, se quita la goma del pelo y se aplica brillo en los labios. Endereza la camisa y corre hacia la puerta principal. Tracey espera paciente su llegada. - ¡Gracias! - Le habla sonriendo a Marlene. - Sé lo que es, yo también soy nueva aquí, desde septiembre pasado. - Ella suelta una risa. Se dirigen a la cafetería y entran. – Con leche, por favor. - Ordena Marlene. - ¡Yo también! Veo que tienes un acento…- Le dice Tracey. - ¡Sí! Soy de Alemania. – Afirma. - Alemania, guau, muy lejos de tu casa. - Marlene asiente bebiendo un sorbo de café. - Soy de Providence, así que soy nativa de Rhode Island. - Marlene la mira, pero luego siente la necesidad de ser cauta. Tracey pregunta si está casada tratando de hacer conversación. - ¡No! Soy soltera. - Responde con sinceridad. - ¿Y tú? - Le pregunta poniendo el borde de su taza en los labios. - La facultad de medicina me ha mantenido ocupada y luego mi residencia, nunca tuve tiempo de salir mucho o tener una relación seria. - Responde con calma. Marlene duda un momento. - ¡Bueno! Aquí hay muchos médicos solteros. - Marlene la ilustra, observando lo atractivo que era su cabello rubio que cae de forma natural por sus hombros y ojos desconcertantes. - Creo que debo concentrarme en mi trabajo. Me alegro que el Dr. Brandon decidiera contratarme, este es el tipo de lugar en el que esperaba instalarme, pequeño pintoresco. – Ella se ríe. - Yo también tenía ese mismo sentimiento, necesitaba alejarme de una mala situación, una relación acabada. - Ella niega con la cabeza. - ¿Estabas casada? - Ella pregunta. - No por mucho tiempo, él es médico en New Haven. - Ella le cuenta. - ¡Oh! ¡Lo siento! - Tracey coge su mano, Marlene puede sentir el intercambio de calor a través de ella, entrecerró los ojos. – No estaba feliz.  Nos separamos y justo después de habernos casado. Él no era la persona que yo pensaba, se hizo controlador y me mantenía fuera de las cosas. -  Le da un trago a su café. - Es un verdadero sha, hay que averiguarlo de antemano, todo lo que pensabas que encontraste en alguien a quien llegas a amar, se pierde de golpe. - Marlene la mira extrañada. - ¡Es cierto! Pero tampoco quiero detenerme en eso. Tracey es tarde, tengo un día muy ocupado mañana y espero haber encontrado una nueva amiga en ti. - Caminan de regreso al hospital. - Tracey esta tarde fue genial, es un placer conocerte. - Sonríe Tracey. – A mí también me ha gustado. - Caminan hacia las puertas juntas. -  Te veré mañana. - Se separan, Marlene regresa a su oficina a recoger sus cosas y regresar a casa para pasar la noche.



Rebecca rápida se levanta de la cama. - ¡Hey! - Eric se acerca a ella. - Voy a llegar tarde. -  Ella mira el reloj despertador, se pone la bata y se dirige a la ducha rápidamente para bañarse y salir. - ¿No te puedes retrasar? – Pregunta él mientras se viste en el baño. - ¡No! Tenemos una reunión de presupuesto y luego tengo que entrevistar a un nuevo diseñador de accesorios. - Ella le dice regresando desde el baño y colocando un pendiente en su oreja. - ¡Rebecca! - Sonríe sacudiendo la cabeza, ella se inclina sobre la cama y lo besa suave en los labios. - ¡Hmmm! ¿Seguro que no puedo convencerte de que te quedes? - Él le acaricia el lado de su brazo. - ¡No puedes! y tú. ¿No tienes trabajo hoy? - Ella pregunta en una burla. -  Sólo pensé que un poco de tiempo juntos esta mañana sería bueno, no hemos tenido mucho últimamente, me refiero a que, con los días de la moda, que pronto se acercarán, el trabajo ocupará todo tu tiempo. - Se queja dócil. - Y tú tienes muchos artículos para escribir. – Él hace una mueca y recuesta su cabeza sobre la almohada. - ¡Esta noche! Lo prometo. -  Ella comenta con un suspiró. - Te veré más tarde. - Le lanzó un beso desde la puerta cerrándola. Eric se da la vuelta agarrando la almohada de Rebecca y mientras esto hace, la tarjeta que Marlene había enviado cae desde la mesilla al suelo llamando su atención. Se inclina para recogerla, la atrapa y duda. Por curiosidad, la abre y la lee. A Eric se le hace un nudo en la garganta, no entiende o no sabe quién es Marlene. Cierra el sobre y lo coloca de nuevo en la mesita de noche. Le da que pensar mientras se levanta de la cama, se ducha y se va a trabajar.   

Rebecca entra corriendo en el invernadero después de un largo día de trabajo. Se sienta en la cama y levanta la tarjeta de Marlene de la mesita de noche y comienza a leerla. La pone contra su pecho y cierra los ojos, ha sido un día en el que pensó mucho en ella. Rebecca se despierta de su aturdimiento por el tanteo de la manilla de la puerta. Guarda rápido la tarjeta en el sobre y lo coloca en el cajón. - ¡Hola! - Se levanta sonriendo con el corazón acelerado.  - ¿Cómo te fue el día? – Pone los brazos sobre sus hombros. – Largo. - Él responde sentado en el sofá. - Tengo que ir a Wolfsburgo durante dos días. – Ella le nota triste. - ¡Sí! Tienen un pequeño día de moda, Ingrid de Wolfsburgo, es una pequeña tienda de moda, pero tiene mucho talento. - Contesta ella sentada a su lado. - Vi a Tristán cuando entraba. - Él cambia de tema. - ¡Sí! He hablado con él, estuvo en LCL antes. La señora Lenz está cocinando un asado esta noche para cenar aquí. - Él tira de Rebecca cerca. - ¿Puedo preguntarte algo personal? – Él pregunta en un tono de voz bajo. - ¡Si! ¿Qué es? – Ella responde confiada. - ¿Quién es Marlene? - Rebecca no responde de inmediato. - ¿Porque lo preguntas? - Le dice finalmente, sacudiendo la cabeza. - ¡Lo siento! Pero cuando me levantaba de la cama, golpeé una tarjeta de la cómoda al suelo y la leí. - Responde con calma. Rebecca se levanta lentamente. - ¿Por qué hiciste eso? Quiero decir. ¿Has leído algo que es personal y para mí? - Pregunta enojada.  – Rebecca. ¡Lo siento! No quiero entrometerme en tu vida. - Ella lo mira fríamente. - Ni siquiera debería contestarte, es ridículo siquiera que pensases en leerlo. – Eric se pone de pie y la agarra del brazo. - No debería haberlo hecho, pero lo hice y no quiero secretos entre nosotros. - Baja los hombros con notable desilusión. - ¡Muy bien! Entonces... – Empieza a mirarle con los ojos encendidos.

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