Ella
me ama no me ama
Grace se acerca a
Marlene en la sala de terapia. - David y
yo hemos decidido hacer una fiesta en Nochevieja. - Marlene deposita sus
fichas en una mesa. - Suena bien. ¿A qué
hora y que debo llevar? - Ella pregunta para aportar algo a la fiesta. - ¡Uh! Lo que quieras beber, tal vez una
botella de vino tinto. - Marlene la mira con inquietud. La nota algo
nerviosa. - ¿Hay algo que deba saber,
Grace? Me parece que estás siendo vaga en tu forma de expresarte. – Pregunta
mientras abre una de sus fichas. - Mark
va a venir unos días de visita y quiere conocer el hospital. - Marlene pone
una mirada inexpresiva. - No estará pensando en trasladarse aquí. ¿O
sí? - Cuestiona viendo preocupada a
Grace. - ¡Uh! No, sólo una visita como
dije. Tenía dudas de cómo te sentirías realmente. - Marlene piensa un
instante. - Estamos separados y no me
siento de ninguna manera. Si él saca los pies del tiesto entonces me iré. – Se
muestra tajante. - Preguntó por ti cuando
habló con David el otro día. - Marlene gime con lamento. – Espero que él… - Grace la interrumpe. - Se haya dado cuenta de que se ha
terminado y que necesita encontrar una nueva vida y quién sabe si ya lo hizo. -
Se encogió de hombros. - Sé cuánto
luchaste. - Grace la agarra por los hombros. - No te lo dije, recibí un mensaje de texto de Rebecca en Nochebuena,
dice que está bien, trabajando tan duro como siempre y que finalmente está
evolucionando muy bien. - Marlene baja la cabeza. - Estará bien, sé que te duele, pero no hace daño intentarlo. ¡Quién
sabe! Tal vez pronto esté lista para una situación permanente. - Marlene la
mira fijamente. - ¡No importa! Necesito
encontrar la felicidad. - Termina de hablar mientras recoge el resto de sus
fichas y sale de la habitación.
- ¿Has
localizado esos patrones para la línea de accesorios? - Rebecca examina la cantidad de papeles en
su mesa de trabajo. - ¡Aquí mismo! -
Los levanta en la mano. – Estás de mal humor. ¿Qué pasa? - André
pregunta dándole los patrones. - Eric fue
a Inglaterra para Navidad y no sé nada de él. - Ella coloca su barbilla sobre
el puño. - ¡Ok! ¿Qué sucedió? - Se
sienta en el taburete a su lado. - Se
enteró de mi relación con Lizette, parecía estar preocupado por mi sexualidad,
le expliqué lo que había sucedido, pero él me pareció distante, ahora creo que se
avergüenza de mí. – Suspira. André
la increpa. - ¿Qué esperas? Obviamente le
gustas mucho, él te envía flores, te lleva a cenar. - Responde sonriendo,
Rebecca le empuja con el codo. -
¡Aun así! Me gusta, solo deseaba haber tenido un poco más de comprensión. – Ella se muestra alegre. - Rebecca has pasado los últimos años con
una mujer en una relación lésbica, realmente él no esperaba escuchar eso. Estoy
seguro de que solo necesita un poco de tiempo para pensarlo, tú eres quien no lo
tiene claro cuando las cosas se ponen serias. - Alude con calma. - Recibí una tarjeta de Marlene. – Cambia
de tema, no le interesa seguir hablando de su relación con Eric. - ¡Oh, sí! La que amas de verdad. - Traga
saliva. - Creo que finalmente está feliz en
su trabajo y se está haciendo con un nombre. - Añade con una sonrisa. André
la mira. - No será feliz hasta que te
tenga. - Le dice sinceramente. - ¡Ah!
Tengo trabajo que hacer. – Expone con firmeza. Rebecca se queda sin
palabras al verle alejarse.
-
¡Marlene! - Saluda Mark
con un gesto de asentimiento cuando entra por la puerta de la casa de David y
Grace. - ¡Mark! - Ella le sonríe algo forzada. - Te veo bien. ¿Cómo están las cosas? - Pregunta
amable. - Estoy bien, disfruto de mi
trabajo. - Ella responde con sequedad y se mezclan entre los invitados. En un momento de la fiesta Mark se
dirige a ella. - ¡Marlene! ¿Puedo hablar
contigo en privado? – Él pregunta y se sienta junto a ella en el sofá. - No
creo que sea una buena idea. ¡Mark! No tengo nada que decir y estoy tratando de
mantenerme civilizada porque estás aquí. - Responde sin rodeos. - Puedo entender cómo te sientes, pero he
tenido tiempo para reflexionar. - Le suplica. - ¡Está bien! – Se levantan y caminan hacia el solárium. - ¿Tienes frío? - Se frota los
costados de sus brazos al contacto con el gélido aire exterior. - ¡Estoy bien! Mark si tienes frío volvemos
dentro. – Le propone. - ¡No! No, solo
quería disculparme por todo lo que salió mal, siento que fue principalmente por
mi culpa la situación en la que te puse. - La mira con tristeza. - Mark no debes echarte toda la culpa. Quiero
que sepas que no me siento de esa manera, debería haberte contado mi pasado, si
hubiera compartido contigo quién era, tal vez las cosas hubieran sido
diferentes, pero no podemos volver. - Ella se expresa con sinceridad. - Solo tengo que saber una cosa, Marlene. -
Se apoya contra la pared y cierra los ojos. -
¿Te acostaste con Rebecca? - Ella abre los ojos. - ¿De esto se trata Mark? ¿De verdad? – Él abre los ojos. - Siento que debería saberlo y no creo que
esté siendo injusto por preguntar, ya no estamos juntos y necesito saberlo. -
Habla racional pero egoísta. - ¡Muy bien!
Si, hicimos el amor y lo siento, lo siento. Se nos fue de las manos, pero no
voy a mentir, la amo más de lo que imaginas. - Le asegura con firmeza. Él
se pasa los dedos por el pelo. - Ahora sé
que fue en vano que tratara de recuperarte. ¡Tenías razón! Seguir adelante con
la anulación era lo correcto. - Derrama una lágrima mientras habla. – Solo quiero que seas feliz. ¡Mark! Eso es
lo importante. Rebecca también tomó su
decisión. – Él se gira para mirarla. -
¿Supongo que decidió quedarse en Alemania? - Él pregunta asombrado. - ¡Si! lo hizo y he de respetar eso. Yo
tomé la decisión de regresar a América y empezar de nuevo en un trabajo que me
encanta y que siento que puedo crecer en él. - Se explica. – Siento que no funcionara con ella, suena
egoísta, pero… - Deja de hablar por
un momento. - No importa lo que pienses
de mí o de ella, la situación no va a cambiar el hecho de que Rebecca ha pasado
por mucho y necesita tiempo para reparar su mente y encontrarse a sí misma y yo
no puedo pararme en su camino. – Termina la ex`licación0 y regresa a la
sala. - ¡Grace! Estoy cansada, espero que
no te importe, pero yo… - Ve la tristeza en su mirada. - ¿Mark? - Pregunta ella. - ¡Sí! Le dije la verdad sobre Rebecca, que
tuvimos una aventura, sabía que me iba a pinchar con ello, yo solo quería que
me dejara en paz, estoy segura de que está devastado, le he dejado en el
solarium lamiendo sus heridas. – Supone ella y se despide. - Te veré el lunes. – Abandona a Grace
y sus compañeros de trabajo dando las buenas noches. Mark regresa al interior
buscando a Grace en la cocina, está molesto. - Espero que estés feliz. - Ella lo mira severamente. - Sabías que estaba acostándose con ella.
¿No? - Él arquea la frente con rabia.
- ¿Importa lo que yo sabía o no sabía? - Pregunta fríamente, pero con rabia.
- Podrías haber sido una amiga. -
Ella coloca su vaso sobre el mostrador. -
No era mi lugar. Tú sabes que no deberías preguntarme eso. Que se acostara con
Rebecca era sólo una parte del problema. Había otros problemas que explicarían
muy bien el por qué las cosas no funcionaban Mark. Deja de mirar a través de las anteojeras
cortas y abre tu mente, tienes que seguir adelante y por lo sé ella necesita
hacer lo mismo. - Grace deja la cocina, Mark se queda allí irritado con la
situación.
- ¿Has
pasado un feliz año nuevo? -
André pasa por delante de Rebecca. - ¡Sí!
Tristán y las chicas han estado aquí y fue una fiesta muy agradable, creo que
mi sobrina Bridget será diseñadora. -
Ella bromea feliz. - ¡Hmmm! ¿Cuándo
podremos contratarla? – Él cuestiona sabiendo que Bridget es una niña de
corta edad. - Dentro de quince años, tal vez. - Replica
Rebecca con una sonrisa. - Tengo una
carga de papeleo que terminar. - Ella transmite y da instrucciones. - Asegúrate de que tu colección está bien
planchada y colócala en el estante, voy a organizar una sesión de fotos para la
próxima semana. - Acaba y camina
hacia las escaleras, Eric la espera de pie en la puerta. - ¡Hola! ¿Cómo estás? - Ella pregunta acercándose a él. - Estoy
bien. ¿Tú? - Él responde, pero a Rebecca le parece distante. - ¿Subimos a mi oficina? – Él la sigue. – Espero que hayas tenido una buena Navidad,
siempre es agradable tener tiempo con la familia. - Su sonrisa consigue que
su corazón se acelere. - ¡Sí! - Se sienta,
ella lo hace frente a él. – Quiero
disculparme si te he hecho sentir incómodo conmigo. - Rebecca se sincera con él, que respira hondo. - Debo admitir que me sorprendió, me dejaste
desconcertado. – Habla con honestidad. -
He tenido algo de tiempo para pensar y realmente me gustas, Rebecca. –
Contiene el aliento por un instante. - ¡Y
tú a mí! Nos hemos divertido y desearía verte más. - Se relaja mientras
escucha. - Sé que debe ser difícil. –
Eric la mira fijamente. - No tiene que
serlo, Rebecca, nunca he conocido a nadie como tú. - Le implora y le sonríe
con encanto. - ¿Cenamos esta noche? -
Pregunta esperando que ella consienta. - ¿Siete? Si te parece. – Le dice
aceptando. - Te recojo entonces. – Se despide y se
marcha. Rebecca se levanta y se acerca a su escritorio. Sonríe al pensar en él,
abre su bloc de dibujo y comienza a dibujar.
- ¿Se
ha marchado Mark? -
Marlene pregunta a David entrando en la estación de enfermeras. – ¡Marlene! Has estado perdida estos últimos
días. - Él responde estudiando un expediente. - Tengo una entrevista en unos cuantos minutos de un nuevo interno. -
Mira su reloj de pulsera. - Pero para
responder tu pregunta. ¡Sí! Se ha ido
anoche, de vuelta a New Haven. - Él coge su barbilla con el dedo índice y
pulgar. - ¡Relájate! - Le sonríe. - Hablamos
más tarde. - Suspira moviéndose a su siguiente cita. Marlene termina su
trabajo y se sienta en el salón. Allí se relaja y saca su teléfono estudiando
el mensaje que Rebecca le había enviado. -
¡Hola! - Grace aparece de improviso. -
¡Hola! - Ella apaga el teléfono y lo mete en el bolsillo - Supongo que estás leyendo el mensaje de Rebecca.
- Ella le sonríe. - Me conoces demasiado bien. - Ella sonríe entre dientes. - ¿Tienes
pacientes esta tarde? – Le. pregunta Grace. Marlene le responde que ha
terminado. - David tiene entrevistas que
hacer y me preguntaba si podíamos ir a caminar por la playa antes de la cena,
estoy hambrienta de langosta. - Ella se ríe. - ¡Claro! Déjame terminar con estas fichas y estaré lista. – Grace
le acaricia el hombro. - Trata de no
pensar demasiado en Rebecca que solo te volverás loca. - Le dice saliendo del salón, Marlene sacude su
cabeza, busca su teléfono de nuevo, piensa en las palabras de Grace y lo deja
en su bolsillo. Recoge sus fichas y
regresa a su oficina.
Las semanas pasan, Marlene logra permanecer
ocupada navegando en su trabajo. Entra en su oficina, busca con la mirada la
ficha de un paciente que ha tratado, la ficha parece que falta. De pronto
piensa que debe haberla dejado en la estación de las enfermeras, sale de su
despacho y se dirige a la estación. Allí apoyada en la mesa hay una jovencita
con bata, un estetoscopio sobre sus hombros, el pelo rubio cayendo por los
hombros, alegres ojos verdes y su sonrisa muestra unos labios perfectos. - ¡Hola! – Marlene saluda al acercarse. - ¡Oh! ¡Perdón! - Ella le sonríe recogiendo la ficha
y la hojea. - Soy Marlene Wolf. -
Ella extiende su mano. - Tracey Connors, Doctora Tracey Connors. –
Le corresponde. - ¡Ya veo! Soy
fisioterapeuta y buscaba esta ficha. - Ella la apoya en el mostrador. - Y aquí está. -Marlene parece intrigada
por la joven y hermosa Dra. Connors, asiente y empieza a alejarse. - ¡Dime señorita Wolf! Soy nueva aquí. ¿Tendrías tiempo para ir a
tomar un café? - Marlene se da media vuelta y la mira. - Tengo un par de citas esta tarde, pero después, si quieres podemos
tomar un café en la calle. - Tracey sonríe. - ¿A las cinco? - Tracey da su conformidad y se cierra la cita.
Marlene termina con sus pacientes y se
apresura a regresar a su oficina, se quita la bata y la echa sobre la silla, se
quita la goma del pelo y se aplica brillo en los labios. Endereza la camisa y
corre hacia la puerta principal. Tracey espera paciente su llegada. - ¡Gracias! - Le habla sonriendo a
Marlene. - Sé lo que es, yo también soy
nueva aquí, desde septiembre pasado. - Ella suelta una risa. Se dirigen a
la cafetería y entran. – Con leche, por
favor. - Ordena Marlene. - ¡Yo
también! Veo que tienes un acento…- Le dice Tracey. - ¡Sí! Soy de Alemania. – Afirma. - Alemania, guau, muy lejos de tu casa. - Marlene asiente bebiendo
un sorbo de café. - Soy de Providence,
así que soy nativa de Rhode Island. - Marlene la mira, pero luego siente la
necesidad de ser cauta. Tracey pregunta si está casada tratando de hacer
conversación. - ¡No! Soy soltera. - Responde
con sinceridad. - ¿Y tú? - Le
pregunta poniendo el borde de su taza en los labios. - La facultad de medicina me ha mantenido ocupada y luego mi
residencia, nunca tuve tiempo de salir mucho o tener una relación seria. - Responde
con calma. Marlene duda un momento. - ¡Bueno!
Aquí hay muchos médicos solteros. - Marlene la ilustra, observando lo
atractivo que era su cabello rubio que cae de forma natural por sus hombros y
ojos desconcertantes. - Creo que debo
concentrarme en mi trabajo. Me alegro que el Dr. Brandon decidiera contratarme,
este es el tipo de lugar en el que esperaba instalarme, pequeño pintoresco. –
Ella se ríe. - Yo también tenía ese mismo
sentimiento, necesitaba alejarme de una mala situación, una relación acabada. -
Ella niega con la cabeza. - ¿Estabas
casada? - Ella pregunta. - No por
mucho tiempo, él es médico en New Haven. - Ella le cuenta. - ¡Oh! ¡Lo siento! - Tracey coge su
mano, Marlene puede sentir el intercambio de calor a través de ella, entrecerró
los ojos. – No estaba feliz. Nos separamos y justo después de habernos
casado. Él no era la persona que yo pensaba, se hizo controlador y me mantenía
fuera de las cosas. - Le da un trago
a su café. - Es un verdadero sha, hay que
averiguarlo de antemano, todo lo que pensabas que encontraste en alguien a
quien llegas a amar, se pierde de golpe. - Marlene la mira extrañada. - ¡Es cierto! Pero tampoco quiero
detenerme en eso. Tracey es tarde,
tengo un día muy ocupado mañana y espero haber encontrado una nueva amiga en
ti. - Caminan de regreso al hospital. -
Tracey esta tarde fue genial, es un placer conocerte. - Sonríe Tracey. – A mí también me ha gustado. - Caminan
hacia las puertas juntas. - Te veré mañana. - Se separan, Marlene
regresa a su oficina a recoger sus cosas y regresar a casa para pasar la noche.
Rebecca rápida se levanta de la cama. - ¡Hey! - Eric se acerca a ella. - Voy a llegar tarde. - Ella mira el reloj despertador, se pone la bata
y se dirige a la ducha rápidamente para bañarse y salir. - ¿No te puedes retrasar? – Pregunta él mientras se viste en el
baño. - ¡No! Tenemos una reunión de
presupuesto y luego tengo que entrevistar a un nuevo diseñador de accesorios. -
Ella le dice regresando desde el baño y colocando un pendiente en su oreja. - ¡Rebecca! - Sonríe sacudiendo la
cabeza, ella se inclina sobre la cama y lo besa suave en los labios. - ¡Hmmm! ¿Seguro que no puedo convencerte
de que te quedes? - Él le acaricia el lado de su brazo. - ¡No puedes! y tú. ¿No tienes trabajo hoy?
- Ella pregunta en una burla. - Sólo
pensé que un poco de tiempo juntos esta mañana sería bueno, no hemos tenido
mucho últimamente, me refiero a que, con los días de la moda, que pronto se acercarán,
el trabajo ocupará todo tu tiempo. - Se queja dócil. - Y tú tienes muchos artículos para escribir. – Él hace una mueca
y recuesta su cabeza sobre la almohada. -
¡Esta noche! Lo prometo. - Ella
comenta con un suspiró. - Te veré más
tarde. - Le lanzó un beso desde la puerta cerrándola. Eric se da la vuelta agarrando la almohada de Rebecca y mientras
esto hace, la tarjeta que Marlene había enviado cae desde la mesilla al suelo
llamando su atención. Se inclina para recogerla, la atrapa y duda. Por curiosidad,
la abre y la lee. A Eric se le hace un nudo en la garganta, no entiende o no
sabe quién es Marlene. Cierra el sobre y lo coloca de nuevo en la mesita de
noche. Le da que pensar mientras se levanta de la cama, se ducha y se va a
trabajar.
Rebecca entra corriendo en el invernadero
después de un largo día de trabajo. Se sienta en la cama y levanta la tarjeta
de Marlene de la mesita de noche y comienza a leerla. La pone contra su pecho y
cierra los ojos, ha sido un día en el que pensó mucho en ella. Rebecca se despierta
de su aturdimiento por el tanteo de la manilla de la puerta. Guarda rápido la
tarjeta en el sobre y lo coloca en el cajón. - ¡Hola! - Se levanta sonriendo con el corazón acelerado. - ¿Cómo
te fue el día? – Pone los brazos sobre sus hombros. – Largo. - Él responde sentado en el sofá. - Tengo que ir a Wolfsburgo durante dos días. – Ella le nota triste.
- ¡Sí! Tienen un pequeño día de moda,
Ingrid de Wolfsburgo, es una pequeña tienda de moda, pero tiene mucho talento. -
Contesta ella sentada a su lado. - Vi a
Tristán cuando entraba. - Él cambia de tema. - ¡Sí! He hablado con él, estuvo en LCL antes. La señora Lenz está
cocinando un asado esta noche para cenar aquí. - Él tira de Rebecca cerca. - ¿Puedo preguntarte algo personal? – Él
pregunta en un tono de voz bajo. - ¡Si!
¿Qué es? – Ella responde confiada. - ¿Quién
es Marlene? - Rebecca no responde de inmediato. - ¿Porque lo preguntas? - Le dice finalmente, sacudiendo la cabeza. - ¡Lo siento! Pero cuando me levantaba de
la cama, golpeé una tarjeta de la cómoda al suelo y la leí. - Responde con
calma. Rebecca se levanta lentamente. -
¿Por qué hiciste eso? Quiero decir. ¿Has leído algo que es personal y para mí?
- Pregunta enojada. – Rebecca. ¡Lo siento! No quiero entrometerme
en tu vida. - Ella lo mira fríamente. -
Ni siquiera debería contestarte, es ridículo siquiera que pensases en leerlo. –
Eric se pone de pie y la agarra del brazo. -
No debería haberlo hecho, pero lo hice y no quiero secretos entre nosotros.
- Baja los hombros con notable desilusión. -
¡Muy bien! Entonces... – Empieza a mirarle con los ojos encendidos.
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